Hola lectores!

Me he esforzado por actualizar pronto, quizás no con una actualización doble como era mi plan. pero si en menos de 7 días y con una extensión mayor a un cap habitual porque los amo muchito.

Muchas gracias por el apoyo!, la última semana Rosa Taisho, una de mis lectoras adoradas, publicó en su pagina de facebook (muy buena de hecho, donde publica recomendaciones constantes de fanfics inuxkag, sólo busquenla como RosTai Fanfics Inukag). Bueno, subió una maratón de todas mis historias, sólo entonces caí en cuenta de que ya van cinco de ellas y que todas han tenido sus lectores fieles hasta el final :3

Gracias también por sus comentarios

- kcar: Me alegro de que te gustara!, es cierto que el primer amor jamás se olvida y en realidad a veces eso puede traer ciertos problemas, sobre todo cuando te reencuentras con él y te das cuenta de que sigue importándote lo suficiente. Puede que de hecho traiga algunos problemas para Kag... Ya veremos. Disfruta el nuevo cap, un abrazo y gracias por el review!

- Angela Inukag: Muchas graciaaas por tus buenos deseos! he celebrado mi cumple varios dias, simplemente no me canso ajajja. He intentado demorarme poquito para traerte un nuevo cap!, asique espero sea de tu agrado. Un abrazo enorme!

- joiscar: Pucha, Bankotsu es como dije antes un villano en esta historia, lo que nos trae con dudas y que nos hace quererlo un poquito es que en realidad pese a todo Kag también lo quiere y se preocupa en cierto modo por él. El primer amor... es complejo borrar esos sentimientos, independiente de que ella ame a Inuyasha ahora. No he tenido tiempo de escribir dos caps, pero si me he preocupado de que este te encante :3, Varias dudas se responderán, otras tantas surgirán ajajja. Muchas gracias por el amorcito!

- YokoGH: ÑOOOO finalmente has vuelto!, ya se me hacia extraño no leerte por aquí. Muchas gracias por tu cariño, la verdad significa mucho para mí. Me alegro de que te hayas puesto al corriente justo cuando estamos en la recta final!. Muchas gracias por tu comentario. Un abrazo!

- Guest: QUE NADIE CONFIE EN BANKOTSU jsdnfjs es un idiota, enamorado, pero idiota al fin y al cabo, ya comprenderás a que me refiero, puede que traiga mas problemas de los que deseamos en este cap :C. Sota esta vivo y muuuy confundido, los dramas familiares... siempre abundan ajajja. Gracias otra vez por ayudarme con la difusión de mis historias. UN abrazo!

- Cindy osorio: SIIIIIIII ajajajjaja, bueno, Sota está confundido, es... complicado. Espero esta actualización temprana te encante! y ns leemos pronto.

Aún no tengo muy claro cuantos caps más habrán, pero creo que de a poquito nos acercamos al final. Este cap se viene muy bueno, la verdad es que no me costó escribirlo, tenía bien definido lo que quería que sucediera. Veamos si es lo que ustedes esperaban jiji.

Un abrazo enorme y prometo intentar actualizar pronto!

Frani.


'

Capítulo 27.- El amor nos vuelve irracionales.

Inuyasha

'

El primero de mis sentidos en activarse fue el olfato, al percibir su aroma característico a vainilla, sin embargo mezclado con otro que incluso lo opacaba. Abrí los ojos sólo para encontrarme a mí mismo en una habitación a oscuras. Frente a mí y a corta distancia Bankotsu se encontraba sobre una chica en la cama y fruncí mi ceño al no comprender absolutamente nada.

– ¿Estás segura? - La voz de Bankotsu contra su oído mientras la chica sólo asentía. - Perfecto.

Mi corazón dolió al estrujarse dolorosamente cuando identifiqué el cabello azabache y los ojos chocolate de Kag. Fui un simple espectador de la escena frente a mis ojos, incapaz de intervenir, atrapado tras una pared imaginaria que golpeé con todas mis fuerzas cuando caí en cuenta de lo que estaba sucediendo.

Kagome yacía completamente desnuda bajo su cuerpo, abrazándolo tal y como me abrazaba a mi en cada uno de nuestros encuentros, con el corazón alborotado resonando alto a mi alrededor.

¡NO! ¡DEJA DE TOCARLA! ¡VOY A ARRANCAR ESAS JODIDAS MANOS DE TU CUERPO!

Cerré los ojos con fuerza y aún así pude percibir el aroma de su excitación mezclado con el aroma ferroso de la sangre de chica primeriza, a la vez que un pequeño grito abandonaba sus labios.

¿POR QUÉ ESTABA VIENDO ESTO?

– Shh, tranquila pequeña… - Bankotsu acarició su cabello. - Todo está bien, estás conmigo.

Apreté mis sienes con fuerza, intentando opacar sus gemidos, aquellos que yo conocía perfectamente. necesitaba despertarme.

DESPIERTA AHORA.

– Dios… Kag. - Un gemido ronco que me hizo gruñir desesperado.


Abrí mis ojos de golpe, intenté moverme, sin embargo el dolor en mis muñecas me hizo comprender que no era una opción, pues mis manos estaban amarradas a mis espaldas en aquella silla solitaria en el centro de aquella celda. Gruñí con fuerza y entonces una silueta masculina tomó forma entre las sombras, justo del otro lado de los barrotes.

¿Has logrado descansar Taisho? ¿O tal vez has tenido unas cuantas pesadillas? - Bankotsu me sonrió del otro lado.

¿Tú manipulaste mis sueños?

¿El recuerdo que te he mostrado ha sido suficiente para comprender que siempre seré su primer amor? - Sonreí.

Las palabras de Alex resonaron en mi mente "Bankotsu tiene una habilidad un tanto extraña… Mantente consciente mientras esté cerca de ti"

¿Ese es tu mayor logro?, no me interesa ser su primer amor… Sólo quiero ser el último. - Exclamé y aquella respuesta borró al instante la sonrisa de sus labios.

Fui el primero en tocar su cuerpo. - Me encogí de hombros.

Si, debo admitir que eso si me provoca bastante envidia. - Admití. - ¿Qué quieres lograr? Ella te odia, nada va a cambiar eso después de todo el daño que le has provocado.

Ella comprende mis razones. - Musitó con tranquilidad.

Suéltame, ahora. - Ordené.

¿Vas a matarme? - Preguntó de brazos cruzados.

Si. - No me esforcé en mentir y él sonrió con mi respuesta. - Kagome es mía idiota, ¿Tu inútil cerebro aún no logra comprenderlo?

¿Estás seguro de ello, Taisho?

La rabia hirvió por mis venas, alcanzando cada rincón de mi cuerpo. Las amarras no fueron suficientes para contenerme y simplemente se hicieron trizas cuando me abalancé contra los barrotes, intentando alcanzar su cuello a través de ellos. Lo miré con odio frente a mi cuando me esquivó fácilmente con tan solo dar un paso hacia atrás.

¿Amas a Kagome? Basura. - Exclamé ante su mirada atenta mientras me aferraba a los fierros y la plata me quemaba las palmas. - El amor es proteger, nadie que ame a alguien pone en riesgo su vida.

Frunció su ceño y sus ojos azulinos fueron invadidos por un toque de rojo, revoloteando alrededor de sus pupilas.

¿Qué sabe del amor un tipo como tú? Tienes un historial de conquistas que deja mucho que desear… - Su voz ronca era prueba suficiente de que lo había hecho enojar.

Y quizás podía usar eso a mi favor.

Eres un cobarde de mierda. - Exclamé. - No tienes la valentía suficiente para enfrentarme en igualdad de condiciones, entra aquí y veamos quién sale con vida.

Me sonrió.

Nah. Es más divertido así, soy consciente de mis habilidades y sé que en fuerza y velocidad me superas con creces… Pero me pregunto si eso seguirá igual cuando logre quebrarte en pedazos.

¿Quebrarme?

Amar a Kag es un arma de doble filo, ¿no crees?

Intenté comprender sus palabras, sin embargo aquella celda de cemento se llenó de veneno una vez más ante su mirada atenta y juguetona.

Nada de lo que me hagas ver me hará dejar de amarla. - Exclamé.

Ajá, dulces sueños compañero. - Exclamó mientras se alejaba sin mirar atrás.

BANKOTSU, VEN AQUÍ ESCORIA ASQUEROSA, VOY A ARRANCAR CADA EXTREMIDAD DE TU CUERPO Y TE HARÉ TRAGARLAS CONTRA TU VOLUNTAD. - Grité y sólo escuché su risa mientras luchaba contra los barrotes y el esfuerzo físico sólo me hacía perder el conocimiento aún más rápido.

Sólo son recuerdos vagos, puedes aguantarlo, puedes hacerlo por Kag. Intenté convencerme de ello.

La respiración agitada por la furia sólo ayudó al veneno a afectarme más fácilmente. Me obligué a guardar la calma y me esforcé por mantener la vista al frente, sin embargo poco poco se hizo borrosa y entonces me sumergí en un reino de oscuridad.


– Te llamé toda la mañana, incluso fui a buscarte a tu casa… - La voz de Kagome sonaba triste.

Aquella era otra escena del pasado y lo supe netamente por su aspecto. En términos generales lucía idéntica a lo que yo había visto de ella y aún así increíblemente distinta en su lenguaje corporal. Aquella era una adolescente que emanaba inseguridad, con un cuerpo mucho menos desarrollado y una postura poco erguida, pero igual de preciosa.

– Ya te lo dije, estaba ocupado. - Respondió Bankotsu sin prestarle mayor atención.

– ¿Puedo quedarme aquí contigo hoy? - Preguntó ella.

– ¡¿Qué es lo que quieres de mi Kagome?! - El tono de pronto violento la hizo encogerse en su posición. - ¿Esperas que te invite a cenar, que vayamos al cine, que pasemos tardes enteras acurrucados en una cama?

– No Bako, yo sólo q…

– Mentirosa, eso es exactamente lo que quieres. - La interrumpió. - Y créeme cuando te digo que no vas a conseguirlo de mi.

Sus hermosos ojos chocolate se llenaron de lágrimas que se esforzó en contener mientras apretaba sus pequeñas manos en puño a sus costados.

– Estoy harta de ser yo la que te busca todo el tiempo, estoy harta de que si yo no te escribo tu no me escribes, estoy harta de pensar todo el tiempo en ti. - Susurró para sí misma y luego apretó sus sienes con fuerza. - Estoy harta de sentirme así.

Bankotsu estiró una mano hasta su mejilla y la acarició con cariño.

– ¿Es que acaso estás enamorada de mi? ¿Eso es lo que pasa cariño? - Suspiró ante el silencio rendido de Kag. - Tienes apenas 18 años, no tienes idea de lo que estás diciendo.

– Sé exactamente cómo me siento. - Replicó. - La edad no tiene nada que ver.

– No va a suceder Kag. - Casi pude sentir su corazón romperse y desvié la mirada, me dolía verla en esa faceta de adolescente rechazada.

– Entonces quiero que me dejes en paz. - Su voz aún sonaba quebrada, pero completamente decidida. - No quiero que me busques ni que me ayudes en ninguna de mis misiones, no quiero verte más.

Bankotsu suspiró, tal y como si estuviera lidiando con una rabieta de niña pequeña.

– No puedes enfrentarte al mundo sola, no seas inmadura.

– Mírame hacerlo. - Exclamó con su barbilla en alto.


Desperté con una jaqueca intensa, pero con una sonrisa en mis labios. Aquella visión en realidad había terminado bastante bien, haciéndome sentir orgulloso de la mujer en la que se había convertido, una que en definitiva jamás rogaría por la atención de un hombre, ni siquiera por la mía.

Bueno, definitivamente provocaste un cambio importante en Kag al rechazarla, creo que le entregaste toda la confianza en sí misma que le hacía falta. - Exclamé burlón.

Ella rogaba por mi. - Quizás esa era su idea al mostrarme aquello, demostrarme como Kag besaba el piso que sus pies pisaban.

Y sin embargo tú la dejaste ir, tú fuiste el idiota. - Exclamé para mí mismo. - No puedes venir y reclamarla ahora con tal descaro.

Tu y tu hermano la alejaron de mí un año más tarde. - Reclamó. - Pude haber enmendado las cosas. - Me reí.

No seas patético Bankotsu. - Me sonrió y lanzó una nueva bomba venenosa justo a mis pies. - La desesperación de no poder afectarme lo suficiente…

Ya lo veremos. - Musitó y yo suspiré.

Aquí vamos de nuevo… Pensé, justo antes de perder el conocimiento una vez más.


La imagen anterior se desvaneció y me llevó rápidamente a otra, la que parecía particularmente reciente, con una Kag destruida y ojerosa en una habitación poco acogedora.

– Cada jodida cicatriz en mi cuerpo es culpa tuya. - Exclamó mirando a Bankotsu con odio.

– El aroma a sangre y pus en esta habitación es sofocante, quiero saber si tienes alguna herida más grave, eso es todo.

– No. - Respondió ella de inmediato.

Bankotsu la giró de un solo movimiento sobre la cama, dejando su espalda al descubierto. Mi corazón dolió al ver una herida extensa e infectada sobre su siempre perfecta y nívea piel.

– Kagome… Necesitas ser más lista y mantener tu boca cerrada. - ¿Qué dijiste para ganarte esto? - Continuó.

Limpió la zona con delicadeza mientras ella apretaba las sábanas bajo sus puños. Acepté la situación con rabia, sabiendo que en realidad no podía hacer nada para evitarlo y que ella lo había necesitado.

– Que no quería tener sexo con él. - Esta vez mis puños se apretaron por la rabia

Debí encontrarla antes, debí estar allí para ella.

– ¿Te ha tocado? - Bankotsu preguntó lo mismo que yo quería saber y ella negó con la cabeza.

Un quejido ahogado salió de sus labios y gruñí mientras aguantaba las ganas de llorar.

Tanto sufrimiento, tanto dolor por soportar.

Y de pronto todo el escenario cambió, mostrándome a Kag y a Bankotsu de pie el uno frente al otro, este último con una herida sangrante en su cuello y ella intentando contener los pequeños temblores que sacudían su cuerpo.

La vi cerrar sus ojos y al abrirlos el tono rojizo destacaba con fuerza alrededor de sus pupilas. La vi lanzarse hacia él, quien sonrió victorioso cuando se vio acorralado entre el cuerpo de Kag y la pared.

¡NO, KAGOME!

Grité con todas mis fuerzas, sin embargo ningún sonido salió de mis labios. Intenté intervenir sin éxito, apretando mis manos con fuerza al sentirme inútil. Un gemido ronco hizo eco a mi alrededor y me provocó náuseas cuando ella mordió su cuello, al igual que el aroma de su excitación llenando aquel lugar.

El abrazándola a su cuerpo y acariciando su cabello, mientras ella gemía al beber de su sangre. Todo aquello dolía en demasía, prefería recibir un montón de balas de plata en el corazón, probablemente eso dolería menos.

Y luego cuando creí que nada podía empeorar lo vi sujetarla con fuerza por los brazos, ambos mirándose con intensidad y ella lanzándose a abrazarlo por el cuello, para besarlo con ansias.


Desperté una vez más, esta vez en el suelo, completamente derrotado. Los ojos me ardían, pero no sólo por rabia, si no por las lágrimas que me esforcé en contener, en negación absoluta de mostrar lo mucho que me había afectado.

Kag ya había bebido de él antes, había sido testigo de ello en nuestro accidente en la carretera, sin embargo lo había tolerado, porque había sido contra su voluntad y porque su corazón se estaba apagando. Sin embargo aquel recuerdo era completamente distinto, ella se había abalanzado contra él… lo había besado.

Podía amarla con todo mi ser, sin embargo no podía poner una venda sobre mis ojos.

¿Qué pasa Inuyasha? - Preguntó a la distancia. - Dime… ¿Qué duele más? ¿La traición de sangre o el beso que tu novia me ha dado a voluntad?

No voy a caer en tus juegos de mierda. - Exclamé interrumpiéndolo y levantando mi mirada hacia él. - Confío en Kag. - Me sonrió.

¿Crees que lo que te he mostrado es falso? Si has tenido oportunidad de besarla al volver a verla puedo apostar a que has sentido el sabor ferroso de mi sangre en su lengua y mi aroma sobre ella…

Cállate. - Gruñí.

Era cierto, había sentido su desagradable aroma sobre todo el cuerpo de Kag, y también el sabor ferroso, sin embargo había decidido ignorarlo a voluntad, porque la amaba, y sólo quería tenerla de vuelta.

Basta de torturar a los invitados, Bankotsu. - Vi al aludido ponerse rígido al escuchar esa voz y simplemente se hizo a un lado cuando Tomura apareció para sonreírme. - Lamento la poca hospitalidad, Inuyasha.

Nunca antes había tenido el desagrado de conocer a Tomura, sin embargo supe de inmediato que era él. Tenía una altura imponente, en un traje formal hecho a medida perfecta. Su cabello azabache era casi tan oscuro como el de Kag, alcanzando sus hombros en un corte desordenado. Lo que más destacaba de su rostro era el color rubí en sus ojos y aquella sonrisa en sus labios que provocaba escalofríos instantáneos.

Finalmente has decidido mostrarte. - Exclamé.

Todo a su debido tiempo. - Respondió. - ¿Cómo esta tu padre, Inuyasha? ¿Cómo está la encantadora Izayoi?

Fruncí el ceño, escuchar los nombres de mis padres salir de su boca no era para nada agradable. Yo no lo conocía en absoluto y sin embargo él parecía saber bastante de mi familia.

Sólo quiero saber donde está Kagome. - Exclamé serio. - Dame esa respuesta y obtendrás todas las demás. - Asintió.

Por supuesto. Tendrás oportunidad de despedirte de ella, pero por ahora está ocupada resolviendo algunos asuntos familiares.

Abrió la celda para entrar y de inmediato intenté moverme para atraparlo, sin embargo mi cuerpo no respondió a ninguna de mis intenciones y permanecí allí, vulnerable e inútil en el suelo mientras sus pasos lo acercaban a mi.

Es un veneno nuevo, preparado por Bankotsu, su efecto dura apenas una hora. - Me sonrió mientras colocaba un cronómetro en su reloj. - No queremos que nuestra conversación se vea interrumpida por tus impulsos violentos, ¿no crees?

Suspiré.

¿De qué quieres hablar?


'

Kagome

¿Qué es lo que te han hecho? - Pregunté con tristeza.

Fue apenas por unos segundos, pero ví como su rostro perdió la compostura con mi pregunta y casi al instante soltó mi mentón con rudeza para alejarse de mí, dándome la espalda.

Sólo me he hecho más fuerte.

Él parecía intentar convencerse de ello. Quise abrazarlo y decirle lo mucho que lo había necesitado durante todos esos años, sin embargo cuando volvió a darse la vuelta su rostro neutro y carente de emociones no me lo permitió… Se sentía como un extraño para mí.

¿Cómo es que…

¿Estoy con vida? - Completó mi pregunta. - Debe ser frustrante ver como tus planes no salieron tal y como esperabas.

¿Mis planes?

Tomura me ha dicho todo, todo lo que hiciste… - Se acercó hasta mí y el odio volvió a reinar en el chocolate de sus ojos. - Incendiaste nuestra casa, asesinaste a nuestros padres y lo intentaste conmigo, pero logré huir antes, gracias a Tomura. - Arrugué mi entrecejo.

Yo no inicié ese incendio. - Musité.

Mentirosa. - Exclamó con rabia.

No tengo razones para mentirte Sota, yo perdí todo esa noche… - Musité.

Odiabas a nuestra familia, me odiabas a mi, siempre estabas discutiendo con mamá…

¡¿Qué?! todos estos años pensé que estabas muerto, yo q…

Una cachetada en mi mejilla izquierda volteó mi rostro con violencia antes de que pudiera reaccionar y el ardor que le siguió me hizo apretar los dientes con fuerza. Lo miré a través de mi flequillo y el nudo en la garganta dolió aún más que su golpe.

Te he extrañado todos estos años. - Mi voz quebrada hizo eco en aquella habitación vacía.

Me sonrió y se agachó frente a mí.

Asesinaste a nuestros padres…

Eso no es cierto. - Me defendí y entonces su mano apretó mi garganta con fuerza, haciéndome toser en respuesta.

…Los quemaste vivos, lo intentaste conmigo.

So…ta… - Mi visión se hizo borrosa y él me soltó.

El aire fluyó hasta mis pulmones en una inspiración profunda y desesperada, pude ver sus ojos mirarme con desprecio y aún así estar nublados por las lágrimas que se esforzó en contener.

Ninguno de los dos habló por varios minutos y el ambiente tenso y silencioso me hizo sentir incómoda, lo suficiente como para volver a intentar convencerlo de mi versión.

Discutí con nuestro padre esa noche. - Exclamé bajito. - Descubrí que era cazarrecompensas y huí de casa, eso es todo lo que hice mal, debí quedarme allí, quizás las cosas habrían resultado distintas. Todo lo que hice fue amarte, eres mi hermanito, la luz de mis ojos…

La punta de su Katana apuntándome directamente silenció cualquier nuevo intento de palabra en mi boca. Las lágrimas cayeron rebeldes por mis mejillas y sólo pude agachar la cabeza. Quizás yo no había iniciado ese incendio, pero parte de este desenlace realmente era mi culpa.

Quizás si hubiera permanecido bajo las órdenes de Tomura habría encontrado mi camino hasta Sota, quizás él se habría apiadado de ambos y nos habría permitido volver a ser una familia, disfuncional y llena de traumas, pero familia al fin y al cabo.

La única puerta de acero blindado a unos metros de nosotros se abrió, haciendo eco a nuestro alrededor.

¿Diez años sin ver a tu hermana y ya tienes deseos de asesinarla, Sota? - La voz de Tomura me hizo temblar. - Baja esa katana, ahora.

Para mi sorpresa mi hermano asintió, alejando el filo mortal de mi piel. Me obligué a no mirar en su dirección, sin embargo Tomura se acercó hasta mí, a pasos lentos y seguros.

Mírame. - Ordenó y yo me resistí. Por algún motivo su voz me provocaba el mismo terror de enfrentar a un padre enojado.

Su mano tomó mi barbilla para obligarme y mis ojos se encontraron con los suyos. Aún irradiaba esa actitud de poder que definitivamente no había extrañado.

Hija mía, ha pasado tanto tiempo. - Su mano libre se acercó con la intención de acariciar mi mejilla, sin embargo lo esquivé y él simplemente me sonrió.

Ocho años habían pasado y por supuesto, su rostro no había cambiado en nada. Las mismas facciones maduras y malvadas, los mismos ojos rojizos y rasgados, la misma cicatriz sobre su mejilla derecha.

No soy tu hija. - Exclamé.

No, definitivamente no lo eres. - Su mano me soltó con desprecio. - Mi hija no estaría amarrada a una silla, completamente indefensa luego de caer en mi juego, mi hija sería mucho más inteligente. - Tomó mi cabello en un manojo y jaló de él hacia atrás, obligándome a levantar la mirada hacia él. - ¿O es que el amor te ha vuelto torpe querida?

Quiero saber dónde está Inuyasha, ahora. - Ordené.

Responde mi pregunta. ¿Estás enamorada de Inuyasha? - Mis ojos ardieron.

Eso no te importa. - Suspiró frente a mí antes de soltarme.

Te envié a terminar con el mayor de los Taisho y mira en lo que te han convertido, Kagome. - Exclamó con furia. - En una mujer débil, una mujer llena de cicatrices…

Me miró con asco y yo sólo sonreí.

Tu socio Hakudoshi es el responsable de todas ellas. - Respondí.

¿Y por qué has llegado a manos de Hakudoshi Kagome? ¿No te entregaste a ti misma a cambio de salvar al menor de la dinastía Taisho? - Guardé silencio y él me sonrió. - Repito… débil.

Mis ojos encontraron los suyos y sin embargo no pude mantener la mirada, aún con todo lo que lo odiaba, parte de mi le guardaba cierto respeto.

¿Qué quieres de mí? - Pregunté derrotada. - Me has acechado durante años, y finalmente me tienes de vuelta.

Quiero que recuperes a tu hermano, pero por sobre todo, quiero que vuelvas a ser la cazarrecompensas que yo creé. - Respondió. - Quiero que el resto del mundo vuelva a temblar al escuchar tu nombre, eso es lo que quiero para ti. Y para lograrlo… - Sus garras cortaron las amarras de mis muñecas y el instinto me hizo acariciarlas intentando disipar el dolor. - Necesitamos volver al punto exacto donde todo se arruinó.

La puerta volvió a abrirse con un sonido estruendoso y Bankotsu apareció, arrastrando a un Inuyasha semi consciente y lanzándolo con poca delicadeza a mis pies.

Inuyasha Taisho es el problema evidente, él es tu debilidad. - Continuó.

Mi corazón se apretó y me lancé al suelo para abrazarlo entre mis brazos, sus ojos dorados lograron apenas enfocarme.

Kago…me - Susurró y yo sentí las lágrimas agolparse en mis ojos.

Miré a Bankotsu, sus ojos azules se encontraron con los míos y la rabia subió por mi garganta como bilis vomitiva.

Tú… - Gruñí.

No culpes a Bankotsu cariño, él en realidad quiso ayudarte… Sin embargo, yo tenía otros planes.

Lo siento Kag… Me ha amenazado con matar a mi hermana, he escuchado su voz. - Mi primer amor intentó justificarse y yo sonreí.

Por supuesto que sí. - Volví mi atención a Inu y acaricié su rostro. - ¿Qué le hicieron?

Sólo está un poco intoxicado, lo necesitábamos un poco más dócil. Ya sabes lo inmanejable que puede llegar a ser, sobre todo después de la pequeña charla que hemos tenido antes de venir a verte, ¿No es así yerno? O tal vez debería decirte hijastro…

Inuyasha no pudo moverse, sin embargo gruñó.

Cállate.

¿De qué habla? - Pregunté y todos me ignoraron. - Inuyasha…

Entonces… - Tomura aplaudió un par de veces para llamar la atención de Sota, quien permaneció de brazos cruzados mirándome con atención y desprecio. - Mátalo Sota, ahora.

¿Qué? ¡No!

Me lancé con mi cuerpo como escudo sobre Inuyasha y un gruñido abandonó mis labios de forma inconsciente.

Sobre mi cadáver. - Si tenía que matar a mi hermano para mantenerlo con vida, si tenía que detener cada corazón funcional por mantener el suyo latiendo…

Hmm, podemos ser un poco flexibles… Sólo por Kag. - Exclamó Tomura. - Veamos el fruto de mi trabajo como padre… Sota, ¿Te molestaría acabar con tu hermana primero?

Se sentó a la distancia de brazos cruzados completamente despreocupado y sonriente, preparado para disfrutar el show.

El aludido sonrió, sus ojos se tornaron rojizos y yo sentí miedo apoderarse de mi cuerpo. Me puse de pie, lista para pelear con mis puños y dientes, sin embargo la desventaja fue evidente cuando mi hermano movió la katana para ponerse en guardia frente a mí.

¿Así serán las cosas entre los dos? - Pregunté. Sota no quitó su posición de ataque y esa fue respuesta suficiente. Asentí y respiré hondo intentando concentrar toda mi fuerza demoníaca, la que era escasa después de semanas sin consumir sangre suficiente.

No me dio tiempo para pensar en una estrategia, el primero en atacar fue él, moviendo su katana con rapidez y destreza suficiente para alcanzarme, sin embargo sólo logrando cortar un mechón de mi cabello al esquivarlo. El ruido sibilante se mezcló con la risa entretenida de Tomura a la distancia, él idiota realmente lo estaba disfrutando.

Me concentré en la katana, sabiendo que mi única oportunidad de ganar era quitándola de sus manos.

Me abalancé contra él, alcanzando su rostro con un golpe rápido, hábil y certero. Estiré mi mano para alcanzar el mango de su arma, sin embargo anticipándose a mis intenciones la giró rápidamente, provocando un corte profundo en mi hombro derecho. Chillé de dolor sin poder evitarlo.


'

Inuyasha

Incapaz de moverme lo suficiente escuché un chillido de Kag mientras peleaba con su propio hermano para salvarme, el mismo que creía muerto, el mismo que había dejado un vacío irreparable en su corazón.

Para cuando logré levantar mi rostro y enfocar mi vista borrosa la vi sujetar su hombro, el que sangraba profusamente mientras sus ojos brillaban en rojo sanguinario.

Sota lanzó una estocada directa a su corazón, y aún en desventaja ella pudo esquivarlo. En respuesta rápida la vi dar una patada certera en el pecho de su hermano, enviándolo al suelo al instante junto con el ruido estruendoso del metal al ser soltado y rebotar. Sota se esforzó por recuperarla, sin embargo Kag la pisó para mantenerla en su lugar. Tomó impulso con su pierna libre para golpear su rostro y aún cuando la sangre brotó de forma explosiva de la nariz de Sota, este ni siquiera se quejó.

Kagome tomó la katana y lo amenazó de pie, pegando la punta del arma a la garganta de su contricante, con lágrimas en los ojos y un montón de cortes nuevos en su maltrecha piel que goteaban profusamente, manchando el suelo poco a poco.

Basta… - Mi voz fue apenas audible, sin embargo fui capaz de llamar su atención. - Basta Kag.

Sus ojos chocolate me miraron vacíos, y aún así nublados por lágrimas rebeldes.

No tienes que hacer esto enana, mucho menos por mi. - Me sonrió y vi su brazo temblar al sujetar la katana contra el cuello de su hermano.

Ya no queda nada de Sota aquí. - Susurró con voz quebrada. - Sólo es un cascarón lleno de odio.

Ese ES Sota, no lo hagas o vas a arrepentirte el resto de tus días, podemos traerlo de vuelta, te ayudaré con ello. - La ví tomar impulso, intenté moverme para evitarlo, sin embargo parte de mi cuerpo seguía entumecido.

Sota simplemente cerró los ojos, aceptando su destino, quizás deseándolo con fuerzas.

Una daga voló directamente hacia Kag, enterrándose en su espalda y haciéndola caer de rodillas. Miré a Bankotsu a la distancia.

No voy a permitirte matar a tu hermano. - Exclamó y entonces para mi sorpresa se enfrentó a Tomura, tacleándolo contra la pared más cercana. - ¿Disfrutas esto de destruir familias, enfermo de mierda?

Tomura simplemente sonrió.

He creado dos cazarrecompensas invencibles, asi que sí, en realidad lo disfruto.

Vi a ambos comenzar una pelea.

Vas a entregarme a mi hermana. - Amenazó con una daga pegada al cuello de Tomura. - Vas a decirme dónde mierda la tienes.

Intenté mover mis dedos, sin embargo no lo logré. Kagome pestañeo rápidamente intentando comprender que mierda estaba sucediendo. Al reaccionar noqueó a su hermano con cierta facilidad y luego se arrastró hasta mí, mordiendo su muñeca y pegándola a mi boca pese a que me resistí a ello.

Has perdido demasiada… - Exclamé con dificultad.

Si uno de los dos va a sacarnos de aquí, ese definitivamente eres tú, no yo. - Susurró. - Mi sangre te ayudará con el veneno.

Suspiré antes de enterrar mis dientes en su piel. Mis ojos se encontraron con los suyos mientras succionaba con fuerza y no pude evitar pensar en la imagen de Bankotsu y ella en una situación similar.

Voy a sacarte de aquí, tienes mi palabra.

Poco a poco recobré energías suficientes para ponerme de pie. Mi vista aún era borrosa, pero decente. Miré hacia el frente, encontrando a Tomura y a Bankotsu demasiado concentrados en quitarse la vida el uno al otro, descuidando al resto de los presentes. Kagome se abrazó a su hermano inconsciente y yo… yo cumplí con mi promesa.

Tomé la katana del suelo y me moví con rapidez hacia Tomura, sin embargo sus reflejos fueron más rápidos que los míos, esquivándome con facilidad.

Y de pronto esto se ha vuelto mucho más interesante… - Exclamó y yo sonreí, volviendo a atacar una vez más, esta vez alcanzando a herir una de sus piernas.

Le quitaste todo lo que tenía… - Gruñí.

Y aún así deberías agradecerme. - Me sonrió. - ¿Qué te hace pensar que sus destinos se habrían cruzado sin mi ayuda? Kagome habría seguido una vida aburrida y sin sentido, no habría viajado a Japón, no se habría convertido en la mujer poderosa que yo creé… Y que tú arruinaste.

Se abalanzó contra mí, lanzándonos a ambos al suelo y haciéndome soltar mi única arma.

Ella merecía escoger su destino… - Exclamé evitando que sus garras me alcanzaran.

¡Tuvo la oportunidad! Y mira cómo ha resultado todo, con ella enamorada de una peste como tú.

Recibí un golpe de puño que me nubló por unos instantes. Para mi sorpresa, Bankotsu intervino para sacarlo de encima e incluso intentó apuñalarlo, sin embargo al segundo siguiente se estrelló con fuerza contra la pared contraria. Lo aproveché como distracción suficiente para abalanzarme una vez más contra Tomura y estrellarnos contra el piso, mientras mis dos manos apretaban su cuello con fuerza.

Tu madre no me querría muerto Inuyasha, sabes que es así. - Exclamó con dificultad.

Reí con ganas mientras mis garras perforaban su piel.

Mi madre ama a mi padre con todo su corazón.

Y aún así fui capaz de quebrar un poco de ese amor. - Apreté mi agarre en su cuello y un quejido abandonó sus labios.

CÁLLATE. - Grité justo antes de golpear su rostro en múltiples oportunidades. Los nudillos me ardieron con cada golpe, y aún así no me detuve, con el único objetivo de silenciarlo para siempre.

Agitado a más no poder me puse de pie cuando dejó de pelear, jalé de su cabello para levantarlo y golpear su rostro con mi rodilla, sentí al instante el crujido de su nariz.

Puedo comprender el odio que tienes hacia mi familia… - Musité tomando una pausa para dar una patada en su costado. - Pero mira adonde te ha llevado. - Sonreí y lo golpeé una vez más. - Mira como has fallado.

Tomé la katana del suelo y tosí sangre un par de veces, mis pulmones estaban demasiado irritados por tanto veneno.

Incluso si me matas nada cambiará el pasado. - Exclamó.

Y de todas formas lo haré, por simple diversión.

Tomé impulso y enterré el arma en su pecho, no una si no cientas de veces en un ataque irracional potenciado netamente por la rabia. Me detuve sólo cuando su cuerpo dejó de convulsionar bajo el mío, y cuando su torso estuvo lo suficientemente destruido.

Luego de todo el caos el silencio volvió a reinar en aquella fría habitación, interrumpido sólo por mis jadeos agitados mientras que el suelo se manchaba poco a poco con la sangre de Tomura. Sentí un latido asustado a mis espaldas y entonces recordé algo importante. Me giré hacia Bankotsu, apuntándole directamente con la katana y él levantó sus manos al frente.

Entonces… ¿Te parece si continuamos? - Exclamé con una sonrisa. El rostro asustado de Kag a la distancia debió detenerme, sin embargo sólo sentí el placer de destrozar cada jodido problema en mi vida con mis propias manos.

Tal vez había perdido la cordura, ¿y qué importaba? todos nos volvemos un poco locos de vez en cuando…

Supongo que no podía ser de otra manera. - Musitó él.

No esperarás realmente que te redima de todos tus pecados y te deje vivir… - Mi voz ronca. - Kagome es mía y quiero escucharte decirlo a gritos antes de que acabe contigo.

Su risa sólo me molestó más.

¿Y si la dejas por un instante tomar sus propias decisiones?

¿Realmente crees que existe la posibilidad de que te escoja a ti por sobre mí? - Sonreí burlesco y él sólo se encogió de hombros.

Me parece lo más justo, presumes poseerla, pero es casi como si la obligaras a ello.

Me quedé en silencio por unos segundos. Él jamás me escucharía decirlo en voz alta, pero luego de toda la historia que me había permitido ver antes, parte de mi tal vez tenía pánico de darle la opción a Kag de escoger, pánico de no ser el dueño de su corazón.

No, no iba a perderla de ese modo.

Tomé impulso con el arma en mis manos, completamente decidido.

¡No! ¡Por favor no lo hagas! - Apenas me detuve a tiempo para evitar cortar a Kag, quien se atravesó para usar su cuerpo como escudo frente al idiota.

Incliné mi cabeza hacia un lado, intentando comprender que mierda estaba sucediendo.

¿Disculpa?

Él no tiene la culpa…

Muévete Kagome. - Ordené y su mirada desafiante trizó un poco mi corazón.

No vas a matarlo. - Exclamó.

¿Por qué no? - Avancé un par de pasos hasta ella y ella levantó su mentón sin dejarse atemorizar por mi altura y determinación. - Él te arrancó de mis brazos, te hirió de muerte, es la causa de todas tus cicatrices…

Él no tenía otra opción.

¿Enserio Kag? ¿Síndrome de Estocolmo? - Me reí burlesco. - Tú eres mejor que eso.

Te lo estoy pidiendo como un favor.

No. - Exclamé cortando su frase. - Nada de lo que digas va a salvarlo, voy a destrozarlo y disfrutaré cada segundo de ello, ¿Sabes por qué? Porque nadie que se atreva a tocarte vivirá para contarlo.

Inuyasha… - Y entonces exploté.

¡BEBISTE SANGRE DE ÉL! - El silencio y la forma en la que sus ojos se abrieron un poco por la sorpresa me lo confirmaron. - Puedo comprender la primera, porque fue contra tu voluntad, sin embargo la segunda…

No había comido en días… Estaba muy débil y no pud…

¿Lo besaste? - La interrumpí.

¡¿Qué?! No, yo s…

Fuera de mi camino. - Gruñí y sin embargo ella se mantuvo en su posición, desafiandome en silencio.

No. - La determinación brillando en sus ojos.

Suspiré y miré a Bankotsu, ignorándola por completo.

¿Vas a permanecer allí protegido a espaldas de mi mujer? - Pregunté. - Me parece un poco patético incluso para ti.

Lo que sea para mantenerme con vida. - Sonreí.

Por supuesto que sí, como la cucaracha que eres.

Aquella incómoda conversación fue interrumpida cuando la puerta volvió a abrirse, mostrando esta vez una cara familiar que si me tranquilizaba… Mi hermano.

¿Están bien? - Preguntó. Probablemente Alex lo había enviado hacia nuestra ubicación.

Pon a salvo a Kagome y a su hermano, yo me iré por mi cuenta. - Exclamé como única respuesta.

Asintió y se acercó para tomar a Kag, sin embargo ella se resistió. Me moví hastiado hasta quedar frente a ella.

¿Estás desafiándome? - Pregunté y sus ojos chocolate me miraron con rabia. - Incluso si no lo mato ahora, ¿Qué te hace pensar que no lo cazaré el resto de sus días?

Él me ayudó con mis heridas…

Todas ellas consecuencia de sus actos.

Sólo dale un poco de ventaja. - Musitó. - Dale tiempo para intentar esconderse de ti. - Sonreí.

¿Por qué haría eso?

Porque me amas y sabes que yo te amo sólo a ti.

Una carcajada amarga salió de mi garganta e hizo eco. Aquello sólo me hizo enfadar más, si ella creía que podía manipular las cosas a su antojo por amor… Si por un segundo ella creía tener ese poder sobre mí.

Sácala de aquí, ahora. - Ordené y Sesshomaru obedeció cargándola sobre su hombro como un saco de papas. Él lo comprendía mejor que nadie, si Rin fuera arrancada de sus brazos por alguien como Bankotsu, definitivamente no le perdonaría la vida.

¡SUÉLTAME! - Gritó mientras golpeaba su espalda con sus pequeñas manos en puño. - INUYASHA POR FAVOR NO LO HAGAS.

No me importaron sus gritos desesperados, ni tampoco las súplicas que se hicieron cada vez más lejanas, simplemente lo miré fijo y él me sonrió.

Realmente estás disfrutando esto. - Musité y él se encogió de hombros.

Le dije que llegaría el momento en el que rogaría por mi vida, considera mi deseo antes de morir cumplido. - Asentí.

Considerando que en realidad si la curaste y la ayudaste a escapar, independiente de los resultados, creo que te debo un segundo deseo, asi que escógelo rápido.

Miyo Ishikawa es mi hermana. - Exclamó. - Debe estar muy asustada en algún lugar de este mundo. Encuéntrala por mí y asegúrate de que su vida no sea una miseria, no más de lo que lo ha sido hasta ahora

Tomó poco tiempo en mi mente comprender que esas eran las razones de sus actos. Sólo asentí.

Considéralo hecho.

Solté la katana y utilicé mi mano derecha para acabar con su vida, porque después de un mes de sufrimiento por su causa merecía ese pequeño gusto. La enterré en su pecho hasta alcanzar su corazón y estrujarlo con fuerza justo antes de arrancarlo.

Verlo caer al suelo, con la luz escapando de sus ojos fue simplemente… Placentero.


'

A fin de cuentas Inuyasha actuó tal y como todos esperábamos, la verdad es que la idea de escribir un escenario distinto donde perdonara al sujeto que literalmente le quitó a Kag de sus brazos de pronto sonaba demasiado irreal, todos sabemos que él la ama, pero también tiene ese no despreciable sentimiento de pertenencia sobre ella, lo que a ratos saca lados muy irracionales que lo mantienen como el youkai poderoso que es, sin volverse demasiado blando sólo por amor.

Tomura ha dejado de ser un problema, pero aún nos queda pendiente ver que pasará con Inu y Kag, por ahora la relación parece estar super tensa, sobretodo porque él cree que todo lo que vio en la ilusión de Bankotsu fue real, cuando en realidad el beso nunca sucedio :c, para mas remate nuestra Kag efectivamente lo defendió y eso sólo ha creado mas dudas en nuestro hermoso peliplata. Tambien queda pendiente saber que tipo de relación tuvo Tomura con Izayoi y porque la mencionó tanto y que clase de conversación tuvo con Inuyasha antes de todo el caos.

¿Qué opinan? ¿Creen que la reacción de Inuyasha fue exagerada? ¿O creen que las acciones de Kag fueron incorrectas? Me encantará ver que piensan en sus comentarios.

Nos leemos pronto!