Hola a todos!

Desaparecí más tiempo del planeado, la verdad es que estuve llena de pruebas de mi postgrado y preferí no distraerme hasta salir de ellas. ¿Cómo han estado? ¿Qué ha sido de su vida?

El nuevo capítulo se ha hecho esperar, y trae un montón de drama como me encanta, pero nos queda poco para el final y poco para que se desenrede todo este caos, lo prometo.

Muchas gracias por todos sus comentarios!, tanto en esta historia como en las anteriores, la verdad es que siempre me doy el tiempo de leer sus palabritas y me sacan un montón de sonrisas. Son los mejores, no me canso de decirlo.

- Rocío K, Echeverria: Me alegro de que apareciera tu gatito! Y muchas gracias por desearme un feliz cumple. Sabes, me pasa cada cierto tiempo que tambien releo mis historias y me divierto un montón con ellas ajajajaj, es lindo ver como uno va mejorando en aspectos sutiles en cuanto a la redacción y otras cosillas, y por ahora mi favorita sigue siendo "tú eres el objetivo", para mi lejos mi mejor creación hasta el momento. Muchas gracias por valorar tanto mis historias, me he animado a ratos en quizás escribir un libro y publicarlo en amazon y ver que tal sale, pero por ahora aún tengo miedo ajajja, tus palabras ayudan a superarlo de a poquito :3. Con respecto a lo que está sucediendo entre Inu y Kag... es bastante complejo, pero francamente esta vez estoy de lado de Inuyasha, entiendo que Bankotsu fue su primer amor y entiendo que en verdad no le guardara tanto rencor por tener buenos motivos para secuestrarla... Pero me pongo en el lugar de Inu y pienso en lo mal que lo pasó sin ella como para que mas encima al reencontrarse la vea protegiendo al culpable de todo, obvio que eso iba a cabrearlo un montón, de hecho se viene un montón de drama por ello. Me parece que quien tendrá que pedir perdón esta vez es Kag... y obviamente hace falta una conversación re importante entre los dos, ya veremos como sale jiji. Un abrazote Rocío! Gracias por ser una de mis lectoras mas eternas :3.

- joiscar: Pues si, mientras lo escribía pensaba que no podía ser de otra manera, si por algún motivo Inuyasha decidía dejarlo con vida... simplemente dejaba de ser Inuyasha. Kag va a tener que esforzarse un montón para solucionar las cosas, pero ya sabemos como son de orgullosos ambos... En fin, mi nuevo proyecto por ahora tiene trama planeada, adelanto que por supuesto que tendrá esa pizquita de fantasia con youkais/hanyous y "dark romance" que tanto me encanta, las historias sin drama y sin tramas oscuras la verdad se me hacen un poco más dificiles de escribir jaja. Quizás incluso tengamos un romance con un villano como protagonista... algo que aún no decido. Pero se viene bueno! Muchas gracias por leerme, espero disfrutes esta actualización!.

- Susanisa: Hermosisima susanisa! Te había extrañado, uno se acostumbra a leer ciertos nombres en los reviews y cuando el tuyo no apareció fue extraño jaja, es bueno tenerte de vuelta! Inuyasha esta enojadisimo, lo vemos en este cap en todo su esplendor de posesivo y orgulloso que nos encanta.

- Rosa,Taisho: Hola hermosa, ¿Cómo has estado? Es lindo verte con cuenta oficiaaaal, muchas gracias por todo tu apoyo, gracias a ti he recibido un montón de favoritos y follows con mis historias, eres la mejor! Yo en general uso sólo la app, tanto para leer historias como para editar mis caps y todo eso, es un poco difícil de ocupar al principio, pero después uno se acostumbra. Espero disfrutes este cap, se viene intenso, no voy a mentir jaja. Nos estamos leyendo prontito!

- Angela Inukag: Incluso si se separan tranquilidad, ya sabes como amo los finales felices jiji. Las ultimas gotitas de drama para esta historia, lo prometo!

- YokoGH: No te pierdaaaas :c, me he demorado un poquito con esta actualización, pero necesitaba que quedara perfecta jaja. Kag nos hará rabiar a todos en este cap, te lo puedo asegurar, vamos a tener que dividirnos en team kag o team Inu XD. Espero lo disfrutes! Un abrazo.

- Cindy Osorio: Kag ha sido demasiado efusiva en defenderlo :c y eso definitivamente traerá dudas a nuestro Inu, después de este Kag tendrás que comentarme de parte de quien estás jaja. Espero disfrutes la actualización! Un abrazo.

- Guest: Vas a tener que escoger un team! Ajaja porque en este cap se viene una discusión mas o menos intensa... Preparense para el drama!

- Guest: Inuyasha nos ha dado justamente lo que esperábamos de él, esa personalidad impulsiva, posesiva y orgullosa que nos encanta jaja. El amor es fuerte entre ambos, pero definitivamente Kag se ha encargado de sembrar aún más dudas en la cabeza de Inu. Veremos más de ellos y también veremos un poco de la historia de Izayoi y Tomura, aunque en el cap que viene. Paciencia! Jiji. Muchas gracias por leerme :3 un abrazote.

- yancyarguetaf: La intensidad me encanta jajaj, amo leer sus reacciones! La relación de Kag e Inu está en uno de sus momentos mas complejos, ya comprenderás a que me refiero. Un abrazo.

- kcar: Me alegra que te haya gustado!, Inuyasha está en un momento clave, en el que Kag o arregla las cosas o lo arruina todo... Veamos que tal.

Me parece que escribiré dos caps mas y tal vez un epílogo, ese es el plan, aunque depende de mi cabecita y de mi imaginación tambien. Tenganme pacienciaa! Los amo montones.

Frani.


'

Capítulo 28.- ¿Y si nos damos por vencidos?

Inuyasha

*Flashback*

Solté su corazón con asco, completamente destruido y aplastado. Apreté uno de mis costados con fuerza cuando la adrenalina se disipó poco a poco en mi sangre, permitiéndome sentir cada onza de dolor que hasta entonces había sido disimulada en mi cuerpo. Los pulmones me ardían en demasía, enviando punzadas constantes que me hicieron encoger. Ni siquiera fui capaz de moverme, simplemente me recargué en la pared, intentando recobrar el aliento a jadeos.

Los pasos tranquilos que escuché a la distancia se acercaron cada vez más, y enfoqué mi atención en aquella puerta de acero, que volvió a abrirse cuando mi hermano la empujó. No mencionó nada sobre mi estado, pero su mirada reflejó preocupación.

– Estoy bien. - Exclamé de inmediato, esforzándome por erguir mi postura y fallando en el intento.

– El auto está esperando afuera. - Musitó. - Sólo tres horas más y estaremos en casa.

– ¿Kagome? - La única palabra que mi cerebro fue capaz de procesar.

– La he noqueado, de pronto comenzó con un ataque de histeria que se me escapó de las manos. - Asentí.

– ¿Y su hermano? Agh… - Intenté moverme una vez más y de forma instantánea un quejido de dolor escapó de mi garganta.

– Aún inconsciente. - Se acercó hasta mí, evitando que las pozas de sangre oscura mancharan sus zapatos. - ¿Necesitas una mano?

Asentí, incapaz de volver a hablar pero siendo consciente de que en realidad mi cuerpo había alcanzado su límite. Moví mi pierna derecha para dar un paso, sin embargo no pude mantenerme en pie y fui sujetado justo a tiempo por Sesshomaru.

–Vamos a casa. - Exclamó y pasó su brazo derecho por debajo de los míos para ayudarme a caminar.

Antes de salir de ahí para jamás volver miré el desastre a mis pies, y sonreí satisfecho, porque por fin todo había terminado.

*Fin de flashback*

'

Su cabello azabache brillante se esparcía en hebras desordenadas sobre la almohada de plumas que se amoldaba a la forma perfecta de su cabeza. Sus ojos permanecieron completamente cerrados mientras la observaba con detenimiento, cruzado de brazos y apoyado en la pared a escasos metros de la camilla. La horrible imagen de ella rogándome por la vida de Bankotsu se repitió en mi mente una y otra vez, aumentando mis dudas a un punto demasiado peligroso.

¿Estás seguro de que no quieres guardar reposo como ella? - La voz de mi madre viajó en un susurro a mi lado, mientras yo negaba en silencio como única respuesta. Ella suspiró derrotada.

¿Cómo está su hermano? - Contrapregunté.

Físicamente bien, mentalmente no tanto… Sesshomaru ha estado hablando con él en las últimas horas, sus ideales han sido forjados sobre una mentira, hay mucho que reparar en esa pobre cabeza.

Me imagino… - Izayoi me miró fijo, ahí estaba ese semblante adorable, aquel que siempre había admirado y por primera vez no pude mantenerle la mirada, porque parte de mí aún tenía dudas sobre los dichos de Tomura.

¿Algo te aqueja hijo mío? No debes preocuparte… Kagome estará bien, me encargaré de ello.

Lo sé, no es Kagome. - Respondí y suspiré mientras apretaba el puente de mi nariz. No estaba seguro de querer tener esa conversación. - ¿Podemos hablar en privado? Sólo será un segundo.

La duda surcó su hermoso rostro, pero asintió de inmediato. Caminé con dificultad hacia la salida, no sin antes dar un último vistazo a la azabache dormida.

El camino hasta el jardín se me hizo eterno, la mezcla entre el dolor y la ansiedad realmente llevaba mis energías al límite. Pude sentir el frío de la noche contra mi piel y escuchar un par de grillos a la distancia.

El silencio se tornó incómodo cuando ella esperó a que yo soltará la primera palabra. Mis manos acariciaron las hojas de un rosal cercano, intentando distraerme con algo.

Tomura ha dicho algo sobre ti. - Exclamé y me giré a mirarla. - Quiero saber si es verdad.

Podría haber extendido un poco la conversación, pero no tenía tiempo para ello. Izayoi me sonrió, pese a que el aroma a su alrededor me gritaba nerviosismo.

¿Qué es lo que ha dicho exactamente?

No ha sido explícito, pero me ha dado a entender que hubo algo entre ustedes dos. - La vi apretar sus manos al quitarme la mirada. - Madre, no voy a juzgarte… Sólo quiero saber si es verdad.

Recibí silencio como única respuesta y fue suficiente para hacerme asentir.

Fue hace mucho tiempo, Tomura fue el primer hombre del que me enamoré, o eso creí hasta que conocí a Touga. - Susurró para sí misma.

La nueva información me molestaba un poco, sobretodo por la similitud de la situación entre ellos y la historia de Kag y Bankotsu. Asentí esforzándome en cumplir mi promesa de no juzgarle.

Lo imaginaba, era obvio que cualquier tipo de encuentro entre ustedes debía ser antes de que conocieras a mi padre. - Asintió.

Sin embargo... Volví a coincidir con él unos años mas tarde, cuando Touga y yo llevábamos un par de años casados. - Sus ojos se llenaron de lágrimas y me tomó un par de segundos comprenderlo. Mi madre había tenido una aventura.

- Oh...

Di un paso hacia atrás, intentando alejarme de ella por reflejo, sin embargo se sujetó a uno de mis brazos con desesperación.

Sólo fue una vez, sabes lo mucho que amo a tu padre, sabes que siempre ha sido así, pero hubo un tiempo en que las cosas no andaban bien y…

¿Mi padre lo sabe? - Interrumpí. La vi negar con la cabeza y luego de eso no volvió a mirarme. Por primera vez el aura de perfección que siempre brillaba alrededor de mi madre de pronto se esfumó ante mis ojos. Asentí al asimilar toda la información. - Tú vas a ser quien se lo diga. - Exclamé.

Inuyasha…

Espero de corazón que no me decepciones con respecto a esto… Él merece saberlo.

Solté su agarre de mi chaqueta con suavidad y ella pareció quebrarse con mi rechazo. Me obligué a abrazarla por un segundo antes de girar en mis talones para entrar nuevamente a la mansión.

Había pocas cosas en el mundo que creía perfectas e invencibles, una de ellas era el amor de mis padres. Admiraba su conexión, la forma en que se comunicaban sin palabras, la forma en la que se movían en sincronía con el otro...

Si ese amor había sido corrompido por un ser tan asqueroso como Tomura… ¿Siquiera existía el amor invencible del que tanto había oído predicar?


'

El pitido de la máquina siguiendo el ritmo de los latidos de su corazón me distrajo del dolor mientras volvía a apoyarme contra la pared, guardando todas las esperanzas en que el amor que ella y yo compartíamos fuera la respuesta a las dudas que inundaban mi cabeza.

Mis pensamientos espesaron poco a poco hasta sofocarme. Intenté distraerme y miré con atención cada centímetro de su cuerpo no cubierto por la bata médica. La piel de su rostro estaba libre de marcas, sin embargo desde el cuello hacia abajo aparecían múltiples cicatrices de diferentes tamaños y formas, algunas más rosáceas y recientes, otras de apariencia más blanquecina y más camufladas en el tono de su piel. ¿cómo me pedía dejarlo con vida después de vivir tal pesadilla por su culpa? Quizás después de todo mantenía sentimientos por él.

Un par de dedos tocaron la puerta abierta y Miroku me sonrió desde el arco.

¿Alguien pidió whisky a la habitación? - Movió una botella en su mano derecha y sonreí, bebiendo un sorbo eterno cuando me la entregó en las manos. - Uff ¿Quieres hablar de ello? - Preguntó y yo me detuve al dejar menos de la mitad del licor danzando en su contenedor.

No realmente. - Respondí.

Okey, no hablaremos de ello. - Me sonrió. - ¿Cómo te sientes?

Mejor, el dolor siempre es más fácil de llevar con toneladas de morfina. - Aquello le hizo reír. - ¿Cómo está Sango?

Preocupada… Quería venir a verlos, sin embargo la convencí de hacerlo en unos días, cuando tu y Kag tengan mejor aspecto. - Asentí. - Lamento todo esto amigo, sé que ha sido horrible para ti. - Sonreí.

Lo fue, pero ella está de vuelta… - Exclamé mirándola. - Todo lo demás no me importa.

– ¿"Todo lo demás"? - Preguntó y yo suspiré.

Dijimos que no hablaríamos de ello.

Cierto, lo siento.

Asumo que ya le has pedido matrimonio a Sango…

No realmente, de hecho… Lamento haber estado tan ausente estas semanas cuando más me necesitabas, pero algo más ha captado mi atención. - Lo miré sin comprender.

¿Sango está bien?

Si…

Miroku…

Voy a ser padre. - Soltó de pronto y arqueé mis cejas con la noticia.

Vaya, eso es…

¿Inesperado?

Muy, pero fantástico de todas formas. - Sonreí y me acerqué para abrazarlo. - Ambos han de estar muy contentos. - Asintió y me sonrió de vuelta, entrecerrando sus ojos en el proceso.

Es por eso que no quería que viniera, todo esto puede estresarla de más.

Es lo mejor, Kagome se recuperará pronto, ya habrá tiempo de que se pongan al día. ¿Sólo viniste a vernos? - Negó con la cabeza.

Tengo además una reunión con tu padre a las diez, me dio a entender por teléfono que quiere que te reemplace por un par de semanas. - Asentí.

Los dedos de Kag se movieron de forma sutil sobre su regazo y supe que estaba recuperando la conciencia, pese a que sus ojos seguían cerrados.

¿Te veo pronto? - Exclamé echando a Miroku sin tapujos, sin embargo miró a Kag y asintió de inmediato. - Estoy feliz por ti, celebremos mañana.

Esperaré tu llamada. - Asentí y él salió de la habitación segundos después.

Permanecí en silencio y de brazos cruzados, esperando a que abriera los ojos. Cuando eso sucedió frunció el ceño mientras intentaba reconocer dónde estaba.

Estás en casa, si es que eso es lo que te preocupa. - Exclamé y sus ojos se movieron directo a los míos, permitiéndome ver aquel deje de preocupación.

¿Estás bien? - Preguntó.

Lo estoy. - Respondí en una mentira cortante. - ¿Y tú? ¿Te duele algo? - Negó inmediatamente con la cabeza, quitándome otra preocupación de encima.

Se acomodó en la cama hasta quedar sentada, sin atreverse a mirarme otra vez. Movió sus manos, apretando la una con la otra mientras el aire a nuestro alrededor comenzaba a escasear por el aroma de su ansiedad.

Por supuesto…

¿Quieres saber si está vivo? - Pregunté y su cabeza se irguió instantáneamente para mirarme, con un deje de ilusión en sus ojos. Y así, sin darse cuenta, ella seguía rompiendo mi corazón con cada una de sus pequeñas acciones. - Porque no lo está. - Respondí cortante.

Sus ojos chocolate se tornaron vidriosos y al notarlo bajó la vista, evitando mirarme una vez más, soltando una lágrima traicionera y silenciosa que fue absorbida por las mantas. Con ello el dolor de mis heridas pasó a segundo plano.

No tenías el derecho… - Susurró y yo sonreí.

Por supuesto que sí lo tenía. - Sus manos se apretaron en puños. - Y quiero ser enfático en que tomaré todas las vidas que se me antojen, sobre todo si es necesario para mantenerte con vida. Ni todo el amor que siento por ti podrá evitar eso.

Él sólo tuvo que cumplir órdenes para salvar a su…

No quiero hablar ahora Kag. - Me miró sorprendida cuando la interrumpí. - No quiero escuchar nada de lo que tengas para decir, te traje de vuelta y eso es lo único que me importa.

El rojo invadió sus pupilas al instante y me preparé mentalmente para una nueva discusión.

¡Pues yo si quiero hablarlo ahora! ¡Estoy harta de que no me tomes en cuenta! - Tironeó de sus vías entrando rápidamente en un nuevo ataque de histeria y el pitido de las máquinas cesó por completo.

Por favor no hagas eso… - Advertí.

¡Yo haré lo que me dé la jodida gana! - Me miró con el ceño fruncido. - ¡Él no tenía por qué mor…

YA BASTA. - Grité y ella se sobresaltó. - NO TENGO TIEMPO PARA RABIETAS INFANTILES, ¡TE SALVÉ LA PUTA VIDA, DEJA DE HACERME SENTIR CULPABLE POR ELLO!

¡PODÍAS SALVARME SIN ACABAR CON SU VIDA!

¡¿PARA QUÉ?! ¿PARA QUE EL IDIOTA OBSESIONADO JAMÁS NOS DEJARA EN PAZ Y VOLVIERA POR TI EN ALGÚN MOMENTO? ¿PARA QUE PUDIERAS SEGUIR BESÁNDOLO Y BEBIENDO DE SU SANGRE?

¡Por supuesto que no! ¡Eso es mentira!

¡TE EXTRAÑÉ CADA SEGUNDO DE CADA PUTO DIA QUE PASÉ SIN TI! - Mi gruñido hizo vibrar la habitación. - …Y DESDE QUE FINALMENTE LOGRÉ ENCONTRARTE, TAL Y COMO TE LO PROMETÍ, LO ÚNICO QUE HAS HECHO ES DESTROZARME EL CORAZÓN UNA Y OTRA VEZ, ES DIFÍCIL CREER QUE TODO SEA MENTIRA CON TUS REACCIONES DE MIERDA.

La puerta se entreabrió y Miroku asomó su cabeza probablemente atraído por los gritos. Sólo entonces noté que yo jadeaba por la mezcla de rabia y cansancio e intenté controlarme, apretando con fuerza mi costado que de pronto volvía a doler.

El dolor físico era intolerable, y aún así el emocional era aún peor. Me dolía discutir con ella por alguien que no merecía su respeto, me dolía tener que justificar el asesinar a aquel que había provocado cada una de sus cicatrices. La tenía allí, justo frente a mí y aún así había cosas que jamás podría recuperar para ella. Cosas que se habían esfumado para siempre.

La vista se me nubló por las lágrimas que se acumularon rebeldes en mis ojos y el nudo en la garganta me impidió hablar por varios segundos. Por un instante su expresión de rabia se disipó, dando paso a una de preocupación al notar mi incipiente colapso.

Ya no quería sentir más dolor, ya no quería sentirme culpable por amarla. Ya no podía tolerarlo.

¿Sabes? Ni siquiera sé por qué me esfuerzo tanto. Te traje de vuelta… - Mi voz ronca ocultó a medias mi voz quebrada. - Y lo único que te pido a cambio es que te mantengas lejos de mí, porque esto entre tú y yo definitivamente no está funcionando.

¿Estás terminando conmigo? - Preguntó en un susurro, como si aquello lo hiciera menos real.

Levanté mi barbilla, intentando mantener mi orgullo lo más intacto posible.

Por primera vez voy a ponerme como prioridad por sobre ti ¿Y sabes por qué?, porque francamente no tengo interés alguno en cargar con una culpa que no merezco, si no puedes lidiar con el hecho de que maté al idiota que destrozó tu sonrisa, entonces si, esto entre los dos se acaba ahora. - Exclamé ronco y esperé su respuesta con el corazón en la mano.

Kagome me miró con los ojos llorosos, la vi gimotear en un par de oportunidades y luego bajó su mirada a sus manos.

Creo que tienes razón. - Y ahí, nuevamente volvía a romperme sin remordimiento.

...Perfecto.

Vi sus intenciones de decir algo más, sin embargo tuve miedo y salí de allí antes de escucharla.

Inuyasha… - Miroku me siguió de cerca por el pasillo.

Déjame tranquilo. - Gruñí y se detuvo en seco.


1 mes después.

Febrero, 2019.

Kagome

Sentí unas manos frías y bruscas subir por mis piernas, hundiendo las garras en mi piel. No tuve la valentía de abrir los ojos, no quise enfrentarme a eso una vez más.

– Vamos Kagome, déjame verte sangrar. - Una voz ronca resonó a mi alrededor.

Intenté moverme para liberarme de su agarre, sin embargo no lo logré.

– No, por favor no. - Rogué y sólo escuché risas como respuesta.

– ¿Por qué no? Te ves tan linda cuando lo haces.

Los gritos silenciosos no me salvaron de aquella tortura, simplemente volví a sentir cada uno de mis cortes abrirse uno a uno otra vez, trayendo consigo el sentimiento de asco que subió por mi garganta como bilis ácida e insoportable.

El aire ingresó de golpe a mis pulmones en un jadeo cuando me senté de golpe en la cama, arrugando el edredón bajo mis palmas. Las lágrimas corrieron libres por mis mejillas, dejando una estela de contacto frío con el aire de mi habitación. Me abracé a mi misma y recargué mi frente sobre mis rodillas, hecha un manojo de nervios, esperando a que mis latidos bajaran su velocidad poco a poco.

Me levanté y caminé hacia el baño, quité mi ropa evitando mirarme al espejo y di el agua caliente de la bañera, esperando pacientemente a que se llenara lo suficiente.

Introduje mis pies uno tras el otro, sintiendo el agua hirviendo quemar mi piel en un hormigueo doloroso, deseando con todas mis fuerzas que aquello eliminara para siempre algunas de mis cicatrices. Me sumergí hasta el cuello, apoyando mi cabeza en el borde mientras cerraba los ojos.

Aún estaba oscuro allí afuera, sin embargo había adoptado el hábito de darme un baño cada vez que aquella pesadilla volvía a atormentarme.

Me hundí por completo y abrí los ojos bajo el agua, viendo el techo blanco del baño a través de ella. Permanecí allí por minutos, hasta que mis pulmones fueron incapaces de tolerar la falta de oxígeno.

El agua se tornó fría después de un par de horas y el amanecer se dejó ver a través de la ventana. Sólo entonces me puse de pie y salí del agua. Mi mente traidora y su curiosidad me hicieron mirar mi reflejo y me arrepentí en el mismo instante.

Mis dedos recorrieron una a una las pequeñas cicatrices sobre la piel que alguna vez había sido perfecta. Algunas se habían borrado, otras tantas seguían allí, en un tono blanquecino que lograba disimularse bastante bien, sin embargo yo sabía la ubicación de cada una de ellas. Enterré mis garras con rabia sobre mi costado, dándome cuenta de mi error sólo cuando la sensación punzante llegó a mi cerebro. Quité mi mano cubierta de sangre y me giré en mis talones, evitando volver a mirarme, odiando el reflejo de mis inseguridades.

Me vestí con ropa deportiva y di un último respiro antes de salir de la habitación, para entonces mi hermano tomaba desayuno en la pequeña mesa de la cocina. Al sentir mis pasos levantó la vista hacia mí y me sonrió.

Buenos días Kag, he preparado café. - Sonreí.

Así huelo. - Me acerqué para besar su cabello y me moví a la encimera para coger un tazón.

¿Qué tal has dormido?

Muy bien. - Mentí. - ¿Tú?

Perfecto. - Me sonrió.

Su alegría motivaba la mía de forma instantánea, pese a que a ratos aún me costaba creer que estaba justo frente a mí. Había tomado bastante tiempo traer a Sota de vuelta, su mente quebrada había preferido odiarnos los primeros días, tanto por asesinar a su "padre" Tomura como por todas las mentiras que le habían metido a presión en su cerebro. Después de un montón de intentos fallidos el único que había logrado sacarlo de aquel espiral de odio había sido Inuyasha. Una pequeña conversación entre ambos y de pronto mi hermano había accedido a vivir conmigo. De allí en adelante las cosas se hicieron cada vez más sencillas.

¿Te entretuviste con Sango anoche? Te escuché llegar de madrugada. - Asentí mientras mordía mi tostada.

Ya no podemos beber juntas, pero conversar con ella puede tomar bastante tiempo de mi existencia. - Su risa inundó el lugar.

¿Cuánto tiene de embarazo?

Acaba de cumplir los tres meses, me ha dicho que ha sido horrible, hay alimentos que su cuerpo simplemente expulsa en vómito porque si. - Sota arrugó su nariz en reflejo.

¿Y sobre la boda?

Quieren hacerla lo antes posible, idealmente antes de que su embarazo comience a notarse demasiado. ¿Irás conmigo, no?

Sus ojos chocolate me miraron extrañados.

¿E Inuyasha? - Bebí un sorbo de café antes de contestar.

¿Qué hay con él?

¿No será tu cita? - Sonreí con tristeza.

Ha pasado un mes desde que terminamos y apenas somos capaces de dirigirnos la palabra… Pensar en ser pareja de él en un evento como un matrimonio ahora mismo parece poco realista.

Kag…

No pasa nada. - Exclamé fingiendo una sonrisa. - Las relaciones siempre terminan, no es la gran cosa…

Su mano se posó sobre la mía.

No has hablado de ello, no has cerrado el tema.

Sentí el nudo en mi garganta y me obligué a tragarlo.

Sota, estoy bien. - Sonreí. - Lo prometo.

Pero…

Por favor. - Rogué.

La preocupación no abandonó sus ojos, sin embargo asintió.

¿Cuándo es el matrimonio?

En dos semanas. - Contesté.

¿Me ayudarás a escoger mi traje? - Sonreí.

Por supuesto, tiene que combinar con mi vestido. - Bebí el último sorbo de café de mi tazón y revolví su cabello con cariño antes de ponerme de pie y caminar de vuelta hacia mi habitación. - Salimos en 20 minutos, comienza a vestirte.

Apliqué un poco de maquillaje en mis ojos y sujeté mi cabello en una coleta antes de salir. Caminé de forma automática al asiento de copiloto, aún incapaz de manejar un auto por mi misma. El síndrome de estrés post traumático era tangible en cada paso que intentaba dar para avanzar.


'

Ambos entramos en la mansión juntos y mi mirada viajó hacia el final del pasillo. Casi llegando al jardín trasero la silueta de Touga e Izayoi llamaron mi atención mientras conversaban de algo que mis oídos no alcanzaron a escuchar. Durante las últimas semanas ambos parecían más distantes que nunca y eso era otro motivo de preocupación en mi mente. Izayoi de pronto se giró hacia mí, sus ojos vidriosos me hicieron detenerme de golpe, sin embargo me sonrió y volvió a girar hacia su esposo, dándome a entender que lo último que necesitaba era mi intervención en ese momento.

Suspiré y me obligué a seguir mi camino para no involucrarme en problemas ajenos, ¿después de todo acaso no era suficiente con los míos?

Entramos al gimnasio y de inmediato su exquisito aroma me golpeó con violencia como un tren a toda velocidad. Supe que él también me percibió cuando su cuerpo se tensó de forma sutil, aún dándome la espalda desde el otro extremo de la habitación. Pese a ello permaneció conversando con su equipo, y supe sin ver su rostro que les sonreía a ellos como tanto extrañaba que me sonriera a mí.

No pude evitar observarlo a la distancia cada cierto tiempo, mientras fingía que toda mi atención estaba justo frente a mí. Su cabello platinado había crecido, para entonces alcanzaba la altura de sus hombros, sin embargo iba sujeto en una media coleta desordenada; su cuerpo erguido dejaba en evidencia los músculos de su espalda bajo la camiseta oscura de entrenamiento ajustada a su torso y sus brazos iban cruzados, resaltando aún más sus bíceps y las venas bajo su piel. Evité un suspiro y casi al instante recibí un golpe tras mis rodillas, mandándome directo al suelo en menos de un segundo.

Si sigues así de distraída este entrenamiento no sirve absolutamente de nada… - Sota miró a la distancia la causa de mi lapsus y suspiró antes de estirar su mano hacia mí. - Deberías ir y hablarle, mirarlo a la distancia no servirá de nada.

Tomé su mano para ponerme de pie. Dios sabía que yo lo había intentado en un montón de oportunidades durante las últimas semanas, sin embargo todas mis llamadas habían sido rechazadas y mis intentos por acercarme simplemente ignorados. Inuyasha seguía dirigiéndome la palabra, sin embargo sólo cuando era inevitable y siempre lo justo y necesario.

Vaya, has decidido comenzar a darme consejos…

Él también se preocupa por ti.

Si tan sólo su actitud me lo demostrara, quizás sería un poco más creíble. - Me sonrió.

Lo conoces desde hace ocho años, sabes mucho mejor que yo que es un orgulloso de mierda. - Suspiré.

Me dolía, sin embargo lo comprendía, sabía perfectamente que la única responsable de la distancia entre los dos era yo. Había sido una malagradecida cuando él había dado todo por mí y cuando había decidido alejarse yo simplemente se lo había permitido. Gracias a mis errores mi miedo más grande se había hecho realidad, y es que a fin de cuentas lo había perdido no sólo como amigo, sino también como pareja.

Lo has visto ignorarme… Él no quiere estar cerca de mi.

Por supuesto que no, aún no han aclarado nada de lo que sucedió. - Después de todo Inuyasha aún seguía creyendo que yo había besado a Bankotsu. - Él no va a venir por ti esta vez.

Tu hermano es un chico listo, deberías prestarle más atención. - Sesshomaru apareció a nuestras espaldas, sobresaltándonos con su intervención y sonriéndome al instante en que me giré hacia él. - Buenos días.

Buenos días, ¿Sabes que es de mala educación escuchar conversaciones ajenas? - Exclamé y él sólo se encogió de hombros luego de saludar a Sota.

Quiero recuperarte como cuñada, Inuyasha es increíblemente más desagradable e irritable cuando no estás a su lado. - Me reí. - Hablo enserio Kag, vas a perderlo para siempre si no haces algo. No me obligues a intervenir.

Dando esa sutil amenaza simplemente se alejó para pararse frente al equipo y aplaudió un par de veces para llamar la atención de todos, generando al instante que nos reuniéramos un poco más cerca.

Buenos días equipo. Tenemos un montón de cabezas que cortar el día de hoy, así que formaré grupos para ser más eficientes. - Uno a uno mencionó nombres al azar. - Sota y Miroku se dirigirán al norte de la ciudad. Inuyasha y Kagome irán hacia el sur.

Mi corazón dolió cuando asimilé sus palabras. Abrí mi boca para protestar sin embargo…

Decido voluntariamente cambiar con Sota para que Higurashi pueda trabajar junto a su hermano. - Exclamó de inmediato Inuyasha y Sesshomaru le sonrió.

No mencioné en ningún momento opción de cambio. - Respondió. - Tú y Kagome siempre han trabajado bien, ¿Es que acaso algo ha cambiado entre los dos?

El silencio incómodo del resto a nuestro alrededor me provocó escalofríos. Inuyasha guardó silencio mirándolo con odio, pero luego de unos segundos simplemente acotó la orden. Caminó hasta colocarse a mi lado, evitando a toda costa cualquier tipo de contacto entre los dos, habían apenas algunos centímetros de distancia y para mí parecían kilómetros completos.

Puedo rechazar si no te sientes cómodo a mi lado. - Susurré.

No te preocupes, ambos somos adultos. - Exclamó cortante. - Sólo terminemos esto rápido.

Lo observé con detenimiento a mi lado, parte de mí había extrañado la perfección de su perfil visto desde cerca. Suspiré y apreté mi coleta en un intento de distracción.

Les enviaré la información con respecto a cada trabajo de inmediato, con la idea de que tengan tiempo de sobra para planificar. Tienen 24 horas para terminar.

Todos se dispersaron poco a poco, Inuyasha caminó hacia la salida e intenté seguirle el paso por el pasillo al salir del gimnasio.

Espera, ¿no deberíamos idear un plan? - Pregunté.

Prefiero improvisar. - Desbloqueó su celular y deslizó su dedo a través de la pantalla sin detener sus pasos. - Son en total tres objetivos, dos mujeres y un hombre, en un edificio al sur de la ciudad. Nos juntamos allí a las seis.

¿Seis de la tarde?

El evento no empieza hasta esa hora.

Escucha Inuy… - Se giró de golpe hacia mí y frené a tiempo para no chocar de frente. - ¿Podemos hablar un segundo?

Hmm, tengo cosas que hacer ahora… Pero más tarde, cuando volvamos a encontrarnos. - Sus ojos dorados me miraron apagados, no había rastro alguno de aquella llama abrasadora que solía volverme loca.

Entiendo.

Por cierto, el código es formal, elige un vestido acorde a la situación. - Exclamó mientras se alejaba de mí.

Me quedé allí de pie a mitad de camino, aún en negación con respecto a cómo habíamos pasado de ser todo a nada.

Se te escapa el hombre de tus sueños querida. - La voz de Kikyo a mis espaldas me tensó de inmediato. - Corrijo, el hombre de los sueños de cualquier mujer cuerda que pise este jodido planeta. - Susurró a mi oído y yo apreté mis manos en puño. - ¿Vas a dejar que alguien más te lo quite?

Disculpa ¿Di alguna mala impresión de que tú y yo somos amigas? - Su risa bajita me molestó aún más.

Deja de ser una orgullosa de mierda Kagome, eso es lo único que puedo darte como consejo. Cuando Inuyasha asuma que su historia contigo llegó a su fin lo perderás para siempre, no tienes todo el tiempo del mundo. - Palmeó mi hombro y se alejó en dirección contraria. - ¡Éxito en tu misión!

Apreté mis sienes con fuerza y suspiré antes de caminar hacia la puerta principal; tenía menos de 4 horas para encontrar un vestido decente.