El aliento se le escapaba de su cuerpo mientras corría. Sentía que sus piernas ardían como nunca mientras trataba de seguir el camino al lago.

Casi podía sentir que su corazón salía de su caja torácica hasta reventar. Nada de eso importaba solo necesitaba escapar de todo por un momentos. Tal vez para siempre.

Aún podía sentir la bilis regresar de su estómago, aún podía sentir el mal aliento después vomitar en el cesto de basura de su terapeuta.

Una reconfortante mano le acariciaba la espalda mientras sentía que sus entrañas se le salían del cuerpo. Tenía que irse de aquí.-Kyle ¿Estás bien? No te vayas, voy a llamar a tus padres .

Aún con la boca llena de bilis se las arreglo para responder, soltando con manos temblorosas el sesto que uso para vomitar. -¡No! Por favor, estoy bien. Ya me siento mejor nadie puede saber de esto.

-Kyle estás teniendo una crisis. Mi deber como tú terapeuta es ayudarte. No le diré a nadie el motivo de tu crisis mi ética me lo prohíbe pero ahora estas...

-Estoy bien. De verdad, solo tengo que irme, solo...-La sola idea del recuerdo que acababa de desbloquear lo hacían tener arcadas de nuevo. Venía de nuevo el vómito.

-No puedes irte así. Continuemos con la sesión hasta que te sientas mejor o déjame llamar a tus padres para que ellos vengan por ti. Para que estés en un lugar seguro.

-¡No necesito un lugar seguro!

Después de todo su lugar seguro había sido sus clases de bajo pero y ¿Ahora? Con todo lo que recordó en su última sesión de terapia se sentía enfermo con la sola idea de volver a tocar. No podría volver a su casa, no podría tener la vida que había estado teniendo. Todos sus planes. Todo su futuro se había ido por la borda. De haber sabido seguro hubiera escogido enterrar ese recuerdo hasta la tumba.

No tenía tiempo. Después de que se escapo seguro que la Dra. Spencer llamo a sus padres y estos a la policía. Si iba a hacerlo tenía que ser pronto.

Las mangas de su camiseta estaban cada vez más alzadas por la constante comezón que abarcaba su cuerpo por la ansiedad. Después de tantos años de ver a Tweek rascarse en el salón de clases no creyó que ahora sería el quien las tuviera .

Con un último paso llegó al final del lago. Solo se escuchaba el sonido del frio viento de noviembre golpeando su cara y su agitada respiración. El lago y los pinos se veían a través del horizonte, una vista hermosa.

Giro solo un momento, nadie a la vista, después de todo era medio día. Nadie va al lago a esta hora menos acercándose el invierno.

El lago aun no se congelaba por completo pero estaba muy cerca. Podía ver la escarcha formándose en las orillas. Solo un imbécil entraría en este momento. Solo un imbécil se arrojaría al helado lago. Tal vez no lo mataría el ahogarse pero el frio y quedarse atrapado en el hielo sin duda lo haría. Sin nadie a la vista que lo pudiera ayudar.

Solo tenía que dar un paso, solo uno. Respiro lentamente dándose valor. El helado viento lo saludo en la cara. La sensación de la libertad.

Ya había fantaseado con este escenario el último año. Tal vez los últimos años. Pero se fue acrecentando la última semana. La palabra suicida no era algo que sentía que representaba pero ahora quién sabe. Después de destapar la coladera de mierda que fue su infancia, tal vez.

Ya no tenía motivación y cada que cerraba los ojos solo veía a ese monstruo. Merecía la muerte y al contrario era el quien planeaba quitársela. Era injusto, pero aún así. Solo un salto, solo uno...

Vamos maldito cobarde.

-¡Hey! ¿Qué haces allá arriba judío?-Una molesta voz lo saco de su monólogo interno justo cuando tenía un pie fuera del muelle. Volteo un poco perdiendo algo de equilibrio pero logro reponerse a tiempo para no caer y ver el rostro de ese idiota. Tenía que ser el.

-¿Y tú qué mierdas haces aquí? -No te bastaba con joderme cuando éramos niños ahora vienes a joder mi muerte.

Cómo alguien que podría estar ajeno a todo el drama frente a el Cartman lo miro de arriba a bajo.-Primero que nada. Buen día. Y lo mismo te podría preguntar a ti.-Miro el lago delante de ellos con fingido interés. - ¿Vas a saltar?

-¡Y a ti que te importa! -Kyle comenzaba a frustrarse haciendo énfasis con sus manos. -Largo de aquí, no te metas.

Metiendo su manos en sus bolsillos y levantando los hombros Cartman asintió.-De acuerdo, no me meteré.

A Kyle no le quedó más opción que creerle así que volteo de regreso al lago. Pasaron lo que se sintió como dos minuto completos y seguía sintiendo la molesta presencia de su ahora acompañante.

-¿Vas a quedarte ahí todo el día maldito enfermo?-No necesitaba voltear para saber que seguía ahí.

-Oye si vas a saltar no me lo quiero perder. No todos los días se ve un espectáculo así en vivo.

-Eres un enfermo.- Miro hacia abajo. De pronto las agua pareció volverse más profunda y congelada.

-Y tu eres una perra molesta.

La adrenalina que había estado recorrido su cuerpo la última hora por fin estaba disipándose remplazada por una creciente e irracional furia a la persona que tenia detrás.-Ya cállate y déjame solo. ¿Qué? Acaso, ¿Estás molesto por qué no serás tu el que me empuje?

-Nah, solo estoy molesto de que alguien como tú escoja el camino cobarde. Lo esperaba más de Stan pero ¿De ti?

Adiós a todo el valor por saltar. ¿Qué le pasaba a este imbécil? Tenía que vivir unos minutos más solo para callarle la boca. -¿Cómo te atreves? No tienes una idea de la mierda que he tenido que pasar.

-La vida es una mierda, aguántate.-Su frialdad ante ese hecho crispó algo en la mente de Kyle. ¿Alguien de 17 realmente podía pensar y hablar así?- Creí que después de todos estos años el niño de mamá tendría más pelotas.

Maldita sea -No empieces. No te atrevas a meter a mi madre en esto.-Podía sentir sus piernas flaquear por dar la vuelta y darle una paliza. La adrenalina volvía su cuerpo pero ahora sabía dónde dirigirla.

-¿Sabes que? Pensándolo bien me retracto. Ser tan consentido sin duda te dejo hecho una perra igual que tú madre.

Cartman ni siquiera vio que lo golpeo, lo siguiente que noto es que estaba en el suelo con un muy enojado Kyle a cuestas tomándolo del cuello de su camiseta.-¡Saca a mi madre de tu maldita boca!

Cartman con firmeza pero poco interés trataba de alejar sus manos de su cara. -Sera difícil con lo obesa que es.-Se las arreglo para decir.

Golpe directo en la nariz.

-¡Carajo! De acuerdo ¡Ya para animal! Dios eres tan volátil como cuando éramos niños.

-Y tu sigues siendo un imbécil.-comenzando a ver las gotas de sangre saliendo de la nariz de Eric la irá de Kyle comenzó a bajar. Carajo, ahí van dos meses de terapia- ¿Qué ganas con insultarme? Además de una nariz rota.

Tratando de detener el breve sangrado de su nariz Cartman se las arreglo para responder.-Ganar que un idiota salga del muelle a un lugar seguro.

Es ahí cuando Kyle se da cuenta de que ya no está a la orilla del lago.

Conoce a Cartman prácticamente de toda la vida. Vecinos desde siempre y compañero de clases desde el jardín de niños. Su amigo un par de años y una patada en las pelotas otros tantos. Le dejo de hablar a los 14 cuando no pudo soportar más su mierda disfrazada de "amistad". Ojalá le hubiera partido la cara más duro la última vez que le hablo, tal vez ahora no estaría aquí preocupándose por el. -Para que conste no iba a saltar-Era solo una mala mentira.- ¿Qué ganas tu de todo esto?. Lo último que me dijiste fue que ojalá me muriera.

-No ganó nada señor rencores. Solo unos cuantos puntos para entrar al cielo . Con esto ya sume dos.

-Bien hecho, te faltan otros 98.

Cartman. Su sola presencia, el solo sonido de su voz hacia que le hirviera la sangre.

Desde hace unos años el y su familia sospechaban con que Kyle tenía algún problema serio con el manejo de la ira. Cómo si una sola frase o comentario fuera suficiente para hacerlo estallar. Tal vez trastorno limítrofe de la personalidad tal vez maníaco depresivo, aún no lo sabía. Lo que si sabía es que le había estado yendo de maravilla con el control físico hasta hace un momento. Viendo a Cartman debajo de el sabía que realmente solo había una persona que podía hacerlo estallar así.

Cartman debajo de el noto como un grupo de corredores comenzaba a acercarse a ellos.-De acuerdo si no te quitas esta posición comenzará a verse extraña.-acentuó eso poniendo sus manos en sus caderas solo para hacerlo enojar.

-¡Deja de ser tan raro!-Kyle se quita de encima pero tropieza y casi cae. Cartman trata de ayudarlo a no caer pero fracasa en el intento.-¡No me toques!

-Dios, ¿Qué te pasa? ¿Estás en tus días o algo así chico de Jersey?

Ante el viejo apodo infantil Kyle se sonroja.-Sabes que realmente nunca viví ahí.

-Nunca deja de ser gracioso. Ya que no te vas a matar yo... carajo ¿te caíste acaso? -Cartman señala la muñeca con ligeros rastros de sangre de Kyle su urticaria es horrible y fuerte.

-No es nada-se cubre avergonzado. Hoy no será el día.-Bueno como siempre fue un desagrado hablar contigo después de todos estos años. Yo me voy.

-Estamos muy lejos de tu casa ¿No quieres un aventón?-Lo insulta para ayudarlo y luego le ofrece un aventón. -Vamos al mismo rumbo.

Kyle piensa mandarlo a la mierda por un momento pero luego contempla por primera vez lo cansado que está por correr tanto y lo mentalmente agotado que se siente.-Bien pero sin chistes y no quiero que menciones esta mierda.

Cartman mueve las manos teatralmente en dirección al estacionamiento para romper más la tensión.-Después de ti.

Comenzaron a caminar en silencio a través del pequeño muelle hasta el estacionamiento. La extraña mescla de culpa y vergüenza comienza a carcomer a Kyle. Empezó a rascarse la manga de nuevo, cuando siente la mirada de Cartman se detiene un poco. -Para que conste no iba a saltar.

-Eso ya me lo dijiste.

Kyle mira la vieja camioneta de Cartman. La reconoce de inmediato, después de todo esa la misma camioneta vieja de Liane Cartman.-¿Qué haces aquí? ¿No tienes clases?-Dice al notar una enorme bolsa negra apestosa.

-Decidí no ir, solo vine a tirar unas cosas al lago.-Mete esa misma bolsa detrás de la camioneta y cierra la puerta con fuerza. -Pero cambie de opinión.

-Desagradable.

-Meh no es lo peor que se puede hacer con esa basura. Te preguntaría qué haces tú fuera de la escuela también pero se que te suspendieron por decirle perra a la señorita Rodríguez.

Ambas puertas de la camioneta se cerraron al mismo tiempo mientras entraban. Un pequeño silencio.-Se lo merecía.

-¿Eso fue lo que te hizo estallar?¿ Por eso estás aquí?

Kyle miro el mar una vez más mientras Cartman encendía el auto. La bilis regresaba por su estómago una vez más y una migraña salida del infierno se asomaba.-Por favor ya no me hagas más preguntas.