NOTA DE LA AUTORA: Queridos amigos, ¿cómo están? Perdonen la demora pero el mundo terrenal me llamaba para ponerle fin a mi etapa académica y eso me consumió bastante tiempo, sólo les digo que afortunadamente todo salió bien para mí, y librada la etapa escolar y ahora dedicada totalmente al mundo laboral, es cierto, ya tengo menos tiempo, pero aún tienen escritora para rato. ;) Así sin más preámbulo, les traigo actualización de nuestra querida pareja; las sorpresas en Canadá no terminan y espero que a ustedes les agraden.
Tendremos un cameo de un personaje conocido para ustedes, espero sepan identificarlo, dense una vuelta a las historias de GeishaPax y lo notarán. En la siguiente actualización la información les será revelada. Tengan listo al Capitán América, este fic estará lleno de referencias. Sin más ¡a leer!
Antes que nada, le doy un sincero agradecimiento a mi beta reader GeishaPax por su paciecia e ideas dedicadas a esta historia, sin ella, sin duda este fic no sería el mismo. Gracias, hermana.
RESPUESTA A REVIEWS
Manu: Hola Manu, no te preocupes, disculpa aceptada. Respecto a lo sucedido con Geisha no está en mis manos hacer algo, en verdad lo siento, creo que debemos respetar su decisión, sea cual sea la que haya tomado. Efectivamente, ya estoy un poco libre de tiempo y si tengo más historias planeadas, pido paciencia, siempre cumplo lo que prometo. Te mando saludos y espero te guste el siguiente capítulo.
La Luz de Orion: ¡Hola! Me alegra que te haya gustado el capítulo, y espera, esto se pondrá mejor. Si la loca ex novia te pareció pesada, espera a que conozcas a los demás personajes… Es un pequeño adelanto, cortesía de la casa ;) ¡Saludos!
Mastercold: ¡Hey! Gracias por pasar a leer por aquí. Sí de hecho si parece una telenovela, pero esa es la idea, es una especie de parodia con tintes de humor, un fic rosa muy poco apegado a la realidad de nuestros personajes, pero necesario para alivianar las cargas de drama y horror a las que estamos acostumbrados. Es como un pequeño postre. J Espero y te agrade el episodio de hoy.
Jenni Rivera: ¡Está viva!
Cleonista: ¡Hola! Gracias por todos tus buenos comentarios, me alegro que te haya gustado la historia, es un gran halago para mí. Y bueno, te dejo el siguiente capítulo, espero lo disfrutes.
kjQ17: Gracias ;)
Guest: Hola, disfruta la actualización.
"ACCIDENTALLY IN LAW"
Por Light of Moon 12
CAPÍTULO 5: BIENVENIDA A LA FAMILIA
Manejaba un Ferrari deportivo del año. La joya en cuatro ruedas y ochocientos sesenta caballos de fuerza desfilaba por las calles de Vancouver como una mancha escarlata, paseando alrededor del complejo turístico de donde residía su nueva conquista.
Estacionando el auto frente al condominio, bajó del lujoso vehículo un hombre de gran estatura y un traje Hugo Boss. A pesar de la formalidad de su vestimenta color gris llevaba el cabello ligeramente desarreglado en un corte moderno semilargo que le daba una apariencia juvenil. Las finas hebras chocolate le llegaban a los hombros y contrastaban escandalosamente con los profundos ojos verdes. Mandíbula prominente, hombros anchos, figura atlética y presencia varonil. Quien no lo conociera podría pensar que se trataba de algún modelo perteneciente a las pasarelas más prestigiosas de París, pero todo Vancouver sabía bien que se trataba de Joey Kennedy.
—¿No quieres pasar? —Preguntó la rubia exuberante que era la modelo contratada por Chambery Inc. para el nuevo comercial de la compañía, invitando al representante legal a pasar un rato en su departamento.
Sonriendo con galantería el interpelado iba a decir algo, cuando su smartphone de última generación comenzó a sonar.
—Dame un segundo. —Dijo disculpándose para contestar. —¿Sí?
—¿Joey?
—¿Qué ocurre, Jules? —Preguntó al reconocer la voz de su hermana menor.
—El auto se averió y me quedé atrapada en el club.
—Que mala suerte, llama al seguro, linda. —Contestó con sorna.
—Ja, ja, qué gracioso eres. —Respondió en una mezcla de sarcasmo y fastidio. —Ven a recogerme al club ahora o no llegaré a tiempo a la comida de mamá.
—¿Comida de mamá? ¿Celebramos algo? —Cuestionó.
—Es la bienvenida de Leon, mamá quiere que estemos en casa para la hora de la comida. ¿No lo olvidaste o sí?
Maldición, lo había dejado pasar por completo, en medio de sus ocupaciones y su vida social, Joey Kennedy olvidó que hoy era el regreso de su hermano mayor a su hogar.
—Diablos, ¿a qué hora te citó mamá?
—Tenemos que estar en casa a las tres en punto.
El varón miró el lujoso reloj marca rolex en su muñeca. Tenía un poco menos de media hora para estar en casa.
—Avísale a mamá que vamos retrasados, enseguida paso por ti.
Colgando la llamada guardó el teléfono en el bolsillo de su saco para enseguida despedirse de la joven modelo.
—No puedo quedarme hoy, belleza.
—¿Por qué no? —Cuestionó la fémina haciendo un puchero.
—Negocios y familia. —Respondió guiñándole un ojo para después caminar hacia su auto. —Te veré luego.
La guapa mujer le lanzó un beso con la mano para después caminar hacia la recepción de su edificio a la vez que el abogado se alejaba en su ostentoso auto.
Después de recoger a su hermana Julia Kennedy del exclusivo club donde se había reunido con sus amigas, la más joven hablaba por teléfono con su madre.
—Sí mamá, vamos de camino. Llevamos diez minutos de retraso, Joey pasó por mí al club, la llanta del BMW se dañó y tuve que llamar al seguro… Sí mom, no llegaremos tarde… Adiós.
Al finalizar la llamada la chica de ojos azules y cabellos dorados, lanzó su teléfono en el bolso de diseñador para después cruzarse de brazos.
—No sé qué tiene tan molesta a mamá.
—¿Estaba molesta? —Preguntó el hombre de leyes a la chica con aspecto de muñeca Barbie.
—Al parecer sí y bastante.
Joey dió un suspiro, si su madre estaba enojada, este sería un día difícil.
—Tu tampoco te ves muy contenta. —Comentó sin quitar la mirada del del parabrisas.
La chica de gabardina rosada y botas hasta la rodilla hizo una mueca.
—Sigo molesta con papá. Aún no puedo creer lo que me hizo.
—Vaya, creo que no te alegra nada el regreso de Leon. —Mencionó con sorna.
—No seas idiota. —Replicó enseguida con bastante molestia. —Por supuesto que me agrada el regreso de nuestro hermano, pero no puedo creer que papá lo vaya a dejar al frente de la compañía cuando evidentemente es un tema que jamás le ha interesado. Yo estaba más preparada para el puesto. —Se quejó desviando la mirada hacia la ventanilla.
—Sabes perfectamente que papá no tuvo opción, era Leon o el idiota de Gerald Johnson que nos llevaría a la quiebra a todos.
—Es una regla imbécil y machista. —Mencionó aún bastante enfurruñada. —Papá debió cambiarla.
—Jules, te he explicado muchas veces que no es tan sencillo, jurídicamente hablando.
—Al diablo la ley… —Suspiró y agregó: —A ti nunca te ha importado dirigir la empresa, por eso no me entiendes.
—En eso tienes razón, no me interesa tomar la sartén por el mango. Estoy muy cómodo como representante legal tomando mis propias decisiones, administrando mi tiempo y no rindiendo cuentas a nadie.
La menor de los Kennedy guardó silencio. Su hermano estaba del lado de su padre y eso difícilmente iba a cambiar. Pero la Presidencia de Chambéry Inc. era algo a lo que no pensaba renunciar.
—¿Todo bien? —Preguntó la menor Redfield al mirar el enfado notable de Leon.
—Sí. —Contestó a la vez que le ayudaba a bajar de la camioneta. —Aunque creo que vamos a tener que empezar desde ahora el juego de la pareja feliz.
—De acuerdo.
—Nos conocemos desde Raccoon y somos pareja formalmente desde Harvardville.
La pelirroja enarcó una ceja.
—¿Harvardville? En esa época estabas saliendo con Angela Miller.
Esa respuesta le tomó por sorpresa. No imaginó que ella recordara ese detalle.
—Da igual, no fue importante.
Claire suspiró. Leon había tenido tantas conquistas en su vida, que dudaba que alguna haya sido importante. Con paso seguro, él la tomó de la mano e ingresaron a la lujosa mansión donde los empleados miraban discretamente a la recién llegada que caminaba al lado del heredero mayor de la familia Kennedy.
La pareja llegó hasta el salón donde dos mujeres ya esperaban a la pareja. La mujer cabellos de hoguera, pasó saliva.
Una elegante dama de sociedad, rubia, de facciones finas, peinado sofisticado y traje sastre que a leguas se veía caro estaba de pie cerca de la chimenea, la menor Redfield supuso que se trataba de la madre. Justo detrás de ella estaba una mujer guapa de cabello oscuro, ojos verdes y figura exuberante que la miraba de mala manera y con los brazos cruzados. No tenía ni idea de quién podría ser, pero lo que sí sabía es que esa desconocida podría dedicarse al modelaje sin problemas.
En un impulso, la activista estrujó la mano del rubio y en respuesta, él la acarició para calmarla.
—Mamá, te presento a Claire Redfield, mi prometida. —Presentó con voz grave a su acompañante para luego dirigirse a la pelirroja. —Cielo, ella es Meryl Hamilton de Kennedy, mi madre.
La ex motociclista dio un paso adelante para saludar a su futura suegra que la miró de pies a cabeza, escudriñándola con cuidado. La menor Redfield se sintió un poco incómoda ante el ligero desdén de su suegra que sin quitar la expresión seria la saludó con un beso en la mejilla y le dio un abrazo educado.
—Meryl Hamilton-Evenson de Kennedy, encantada de conocerte, querida. —Saludó con voz monótona pero sin dejar de mostrar educación.
—Claire Redfield, es un gusto. —Respondió con una sonrisa que no fue correspondida por su suegra.
Leon trató de ignorar el desdén de su madre, pero ahora tenía que presentar a su prometida con la demandante Stacy Watson.
—Y ella es Stacy Watson, una amiga de la familia. —Terminó finalmente al ex policía presentando a ambas mujeres.
Si Meryl había mostrado poca emoción en conocer a su nuera, la mujer no disimuló ni un poco su molestia.
—Hola. —Saludó de mala gana. —Soy Stacy Watson, hija de George y Emily Watson, accionistas de Chambéry.
—Encantada, Stacey. —Respondió la sobreviviente a Raccoon City a pesar de la apatía evidente.
En ese momento ingresó por la puerta Richard Kennedy, saludando a todos con sobrada amabilidad.
—¡Familia, cómo están!
Acto seguido saludó con un beso en la mejilla a su esposa y después hizo lo mismo con la otra invitada.
—¿Qué les parece si pasamos al comedor mientras esperamos a Joey y a Julia? —Sugirió el patriarca mientras caminaba hacia la enorme mesa redonda que ya estaba preparada para ellos.
—Siempre he preferido las mesas redondas por encima de las rectangulares, así nadie sobresale del resto y nos acomodamos en total equidad. —Mencionó el actual Presidente de Chambéry Inc. mientras se sentaba en su sitio.
—Es muy considerado de su parte, señor. —Felicitó Claire por la humildad notable del padre de su futuro esposo.
—Dime suegro, por favor, Claire. Entre más pronto nos sintamos en familia, mejor.
Stacy puso los ojos en blanco y Meryl disimuló una mueca de disgusto. El mayor de los Kennedy estaba encantado con la pelirroja.
No pasaron muchos minutos cuando una chica rubia, alta y con facciones de muñeca entró en el recinto caminando con aires de reina.
—Buenas tardes, disculpen el retraso, mi auto se averió. —Dijo disculpándose ante los presentes y saludando con un beso a su madre primero.
—¿Dónde está Joey? —Preguntó la madre al no mirar por ningún lado a su segundo hijo.
—Se quedó atendiendo una llamada en el salón. —Respondió para enseguida acercarse a la mujer castaña que se encontraba al lado de su madre. —¡Stacy, linda! ¡Qué gusto verte! —Pronunció con efusividad y dándole un abrazo para continuar con su padre. —Hola, papi.
—Hola, pequeña. —Saludó dándole un beso en la mejilla a su hija y agregó: —Hija saluda a tu hermano y a su prometida.
La rubia se acercó a Leon que se puso de pie y le dio un abrazo fuerte.
—Hermano, que bueno que volviste. Sigo sin comprender cómo logró papá hacerte regresar y aceptar el puesto de la Presidencia. —Soltó con veneno la menor de los Kennedy.
—Yo tampoco lo comprendo. —Respondió entendiendo la doble intención de su hermana. —Julia, te presento a mi prometida, Claire Redfield.
Al igual que las otras dos mujeres, la hermana del ex policía miró de pies a cabeza a la novia de su hermano, poniendo especial atención en su atuendo casual.
—Encantada, Claire. —Respondió la joven sin dejar de mirar sus jeans y botas de nieve.
—Igualmente, Julia.
A pesar de la firmeza que la activista estaba mostrando ante la "especial" familia de Leon, se sentía un poco incómoda ante las miradas. No lograba entender el motivo por el cual las mujeres presentes podían vestirse a diario como si fuesen a ir a una fiesta o a recibir algún premio importante.
Caminando por el pasillo, Joey observó que todos los integrantes ya estaban sentados en sus lugares y se apresuró a llegar al comedor para integrarse cuando miró sentada en medio de su padre y su hermano un rostro que llamó su atención.
Una de las empleadas que caminaban con bandejas de comida hacia el comedor pasó a su lado y éste la detuvo para preguntar.
—Ginna, ¿quién es ella?
—Es la señorita Stacy Watson, su madre la invitó a comer.
—No, no. —Insistió negando con la cabeza. —La guapa pelirroja de abrigo color crema y botas de nieve.
—Es la prometida de su hermano.
—¿De Leon?
El joven abogado se encaminó rápidamente hacia la mesa donde estaban sentados los Kennedy, movido más por la curiosidad por la identidad de la joven desconocida que realmente por llegar puntual.
—Hola a todos. Lamento llegar tarde, tuve que atender una llamada con nuestro publicista. —Anunció saludando con una mano a los demás para enseguida acercarse a su hermano para darle un abrazo fraterno.
—Hermano, que bueno es tenerte de vuelta en casa. —Expresó con sinceridad.
—Gracias, Joey. También me alegro de verte. —Correspondió dándole una palmada en el hombro y añadió. —Hermano, quiero presentarte a Claire Redfield, mi novia.
La mencionada mujer se puso de pie para saludar a su cuñado que le dedicó toda su atención y también la observó detenidamente al igual que su madre y hermana, pero su escrutinio lejos de ser ofensivo, era de interés.
A pesar de convivir a diario con mujeres bellas y que sus citas normalmente eran con modelos y actrices de renombre, el mujeriego Joey Kennedy quedó impactado con la pelirroja Redfield. No llevaba mucho arreglo ni maquillaje encima y sin embargo sus facciones, sus ojos azul claro y la cabellera de fuego la convertían en una mujer hermosa, sin necesidad de comparación.
"Maldita sea, es bellísima." Pensó el ojiverde mientras extendía la mano para saludar.
—Claire Redfield, es un gusto.
—Joey Kennedy, el gusto es mío.
Después de la presentación, todos se sentaron a comer los platillos que fueron servidos por tiempos empezando por ensalada de frutos rojos, un canapé y siguiendo con el plato fuerte a base de salmón y verduras al horno.
Mientras comían, el padre de los Kennedy decidió iniciar la conversación.
—Háblanos de ti, Claire. ¿A qué te dedicas? Leon me contó que trabajas en una organización gubernamental de atención a víctimas del bioterrorismo.
—Así es, suegro. Trabajo para Terra Save, desde hace varios años. —Afirmó la interpelada.
—¿Y desde cuando son pareja?—Preguntó con seriedad Meryl, a la vez que cortaba un trozo de salmón.
—Desde 2009, mamá. Después del incidente en el aeropuerto de Harvardville donde nuevamente trabajamos juntos, Claire y yo decidimos darnos una oportunidad. —Respondió el agente de gobierno tomando la mano de su prometida para darle un beso suave en el dorso, gesto que molestó y provocó un respingo en la cara de la señorita Watson.
"Qué suerte tiene." Pensó el representante legal de la compañía, bebiendo su copa de vino.
—Pero dinos, Leon. ¿Cómo fue que aceptaste ser el sucesor de papá? —Preguntó con saña, Julia Kennedy.
—Yo hablé con Leon y lo convencí de que era lo mejor para la familia. —Contestó Richard imponiendo su autoridad como padre.
—Seguro. —Dijo la menor a la vez que tomaba una copa en las manos. —Aunque creo que también esto era lo mejor para Leon, ya que obviamente dudo que se gane lo mismo siendo agente que ocupando el cargo de Presidente de una empresa exitosa.
—Gano bastante bien siendo agente del Gobierno, Julia. —Respondió comenzando a incomodarse el titular se la D.S.O.
—Oh, que interesante. ¿Entonces haces esto para ayudarnos? —Siguió cuestionando la de cabellera rubia.
Richard fulminó con la mirada a su hija y ella lo ignoró totalmente.
—Sí. —Contestó el hermano mayor mostrando serenidad.
—Gracias, qué generoso de tu parte el tomar interés por la compañía que jamás te importó. —Soltó de golpe la caprichosa Julia. —Claire, ¿debemos agradecerte en algo por esta repentina decisión de mi hermano?
Al escuchar esto la ex novia de Leon sonrió con malicia y Joey puso los ojos en blanco.
—¿Perdón? —Cuestionó la activista tratando de minimizar la doble intención de su cuñada.
—¡Julia! —Reprendió fuertemente el progenitor de la familia.—Compórtate por favor, te estás portando como una pelada. Si no tienes nada bueno qué decir, mejor guarda silencio.
La menor se quedó callada y siguió comiendo sin decir palabra. El ambiente en el lugar se volvió tenso. Charlaron sobre trivialidades hasta que terminaron de cenar y Meryl se retiró educadamente de la mesa para dar un paseo por el jardín seguida de la única hija de los Watson. El padre de familia se retiró a su estudio a realizar unas llamadas y sólo quedaron en el comedor los hermanos Kennedy y Claire Redfield.
—¿Te parece si te muestro tu nueva habitación? —Preguntó Leon tomando de la mano a su prometida.
—Vamos. —Mencionó la motociclista retirada y asintiendo ambos se fueron de la mesa en camino a la segunda planta de la casa.
Cuando estos se alejaron, Julia tomó la palabra para hablar con Joey.
—Increíble lo que es capaz de hacer Leon con tal de quedarse con la dirección de Chambéry.
—¿De qué hablas? —Mencionó contrariado el de cabello castaño.
—Mira que rechazar a Stacy para pedirle a su amiga lesbiana armar este teatrito de la feliz pareja. —Mencionó cruzándose de brazos.
—No digas tonterías, Jules.
—¡Por Dios, Joey! Sólo basta verla. ¡Tiene toda la finta de un camionero! —Se quejó la rubia por la manera de vestir de su cuñada.
—Claro que no. —Negó enseguida el hombre de leyes. —Puede que Claire no lleve tanto arreglo encima como Stacy, pero tiene un look urbano bastante interesante.
—Interesante si te gustan los vándalos.
Joey puso los ojos en blanco por segunda vez.
—Eres una exagerada, hermana. Aún hay mujeres que no necesitan cirugías plásticas ni plastas de maquillaje para verse lindas.
La menor de los Kennedy le dio una mirada inquisidora al casanova de su hermano.
—¿No me digas que te gustó la novia de Leon?
El interpelado se ajustó la corbata para disimular, el arte de fingir se le daba bien.
—Yo sería incapaz de fijarme en la prometida de mi hermano.
—Más te vale. —Amenazó la rubia y agregó. —Por que ya es suficiente con que Leon haya traído a la familia a una camionera.
En ese momento, el ex Policía regresaba al comedor por su celular olvidado, cuando escuchó la última frase pronunciada por su hermana.
—¿A quién llamaste camionera, Julia?
Joey desvió la mirada, se avecinaba una batalla campal.
La menor se puso ambas manos en las caderas y encaró a su hermano mayor.
—Vaya, sabía que no tenías buenos modales, pero creo que intervenir en conversaciones ajenas ya es pasarse de los límites.
—No estaba escuchando ninguna conversación ajena, sólo regresé por mi celular que había olvidado aquí en la mesa, cuando te escuché hablando mal de Claire. —Reclamó bastante enfadado y tomando el smartphone.
—Quizás engañes a mamá y a papá con tu "relación perfecta" con tu amiguita la lesbiana pero a mí no. Sólo lo hiciste para tomar la Presidencia de la Compañía. —Dijo sin reparos la rubia.
—Julia, por favor. —Habló el castaño en tono mediador.
Pero eso no iba a servir de nada, Leon ya estaba realmente cabreado.
—No la detengas, Joey, déjala que hable. —Pidió el agente de la D.S.O. y agregó: —Desde que llegué te la has pasado lanzando indirectas y hablando basura, sin embargo no he dicho nada aún por nuestros padres, pero algo sí te aclaro, de mí puedes decir lo que quieras, pero de Claire, no. —Soltó amenazante el mayor. —Así que te prohíbo, y escúchame bien Julia Kennedy, te prohíbo volver a expresarte así de mi futura esposa.
—¿Me lo pides como hermano o como Presidente de la empresa? —Respondió con sorna y cruzándose de brazos.
—Te lo ordeno como tu futuro jefe que va a pagar las cuentas para que sigas dándote una vida de princesa.
Diciendo esto, se marchó dándose media vuelta ante la cara de incredulidad de la chica con aspecto de muñeca Barbie y la risita baja de Joey Kennedy.
—Ordenes, son ordenes, princesa. —Mencionó burlón el abogado que enseguida recibió un empujón de su hermana que se marchó hecha una furia a su habitación.
Continuará...
