NOTA DE LA AUTORA: Amigos, ¿cómo están? Dios, antes que nada pido una disculpa por todo el tiempo que me ausenté, no hay justificación, pero sí les debo una explicación. Realmente en estos últimos dos meses me sucedieron cosas muy fuertes en mi vida personal, tiempos complicados, que me desgastaron demasiado en el sentido emocional, y no tenía muchos ánimos de escribir. Me tomé mi tiempo para vivir procesos difíciles y bueno aquí estoy de vuelta, intentando hacerles pasar un rato agradable. Muchas gracias por su paciencia y por seguir aquí.

Supongo que ya tendrán muchísimas ganas de leer este episodio, aunque algo corto, les dará una que otra sorpresa, pero antes de empezar, quiero agradecer enormemente a mi amiga y hermana GeishaPax, no sólo por ayudarme siendo la Beta de esta historia, sino también por haber sido un gran apoyo en estos momentos difíciles para mí. Te quiero hermana, sin ti no sería lo mismo.

Ahora sí, a leer.


RESPUESTA A REVIEWS:

Darkmatter Black: Hola! Jajajaja qué te digo? Disfruto muchísimo de hacer a Papá Richard, es de mis favoritos junto con Joey. Ya sé, Claire está confundida, está hecha un caos, pero imagina a tu mejor amigo de toda la vida y de repente se convierte en algo más, no debe ser fácil de asimilar. Ya veremos como evoluciona. El drama va a cuenta gotas pero poco a poco va a derramarse. Mil gracias por la paciencia y espero disfrutes la actualización.

Belleredfield: ¡Hola! Stacy es una malvada, pero no se rinde hasta conseguir lo que quiere y aquí lo tiene muy claro. Julia igual, sus ambiciones superan el amor por su familia. Meryl es buena en el fondo, muy en el fondo... O eso creo jajaja. En cuanto a nuestra pareja de tortolitos, poco a poco irán aceptando lo que sienten, la tensión es palpable ya lo verás. Espero y disfrutes la actualización.

josmardata36: Hola, un gusto leerte de nuevo, espero te haya ido de maravilla en la universidad. Mil gracias por tus comentarios que siempre son tan atinados, me agrada conocer la opinión de los lectores. El drama va sutil pero poco a poco irá como una gotera hasta que derrame el vaso, espero y tomar un drama estilo hollywood, aunque te confieso que no soy experta en el tema del cine, prometo hacer mi mejor esfuerzo. Espero. Disfrutes el episodio.

Xaori: ¡Hola! Mil gracias por tus comentarios, realmente el personaje de Richard como lo dije arriba es uno de los que más me gusta escribir. Claire, en estos momentos es una chica insegura, pero poco a poco irá aceptando lo que siente y agarrando valor para afrontar sus emociones. Espero te guste la actualización.

GeishaPax: Hermana mil gracias por tus comentarios y tu ayuda, sabes bien que valoro tu amistad y tu cariño, y que sin ti esta historia (ni mi vida) serían la misma. Te amo mil!

jessysscgw: ¡Hola! Bienvenida a la historia, muchas gracias por tu review. Espero puedan perdonar la demora pero asuntos personales me lo impidieron, espero puedan entenderme, prometo que no volverá a suceder. La vulnerabilidad es algo muy humano y aunque CAPCOM nos muestre a la pelirroja como superheroina, busco retratar los humanos, con problemas cotidianos, es lo que quiero lograr en este fic, espero que sea del agrado de muchos. Disfruta la actualización. Te mando un fuerte abrazo hasta Colombia desde mi amado México.

Herackros: ¡Hola! Antes que nada y como lo dije en mi nota me disculpo por haberme retrasado en la actualización, tuve problemas personales que me impidieron estar por aquí pero ya estoy de vuelta, esperando cumplir puntualmente con las actualizaciones. Muchas gracias por tus comentarios, realmente sus opiniones me motivan a seguir aquí. Espero y disfrutes la actualización.

mr fic: Bienvenido, espero y disfrutes la historia.

manu: Hola, muchas gracias por tus comentarios y tu preocupación, como dije arriba, asuntos personajes me impedían estar por aquí y bueno ya estoy de regreso. Me alegra saber que no has dejado de escribir, si eres constante notarás que en poco tiempo mejoraras a pasos agigantados, espero y te animes a hacer tu propia cuenta en FF. Respecto a Devil May Cry aún no lo he terminado, no he tenido mucho tiempo libre y de esta historia aunque lenta, pronto avanzará un poco más rápido. Paciencia. Disfruta el episodio.


"ACCIDENTALLY IN LAW"

Por Light of Moon


CAPÍTULO 18: INTERNATIONAL CHOCOLATE AWARDS

International Chocolate Awards era una competición independiente que reconocía la excelencia en la fabricación de chocolate fino y los productos derivados de estos. Era el único certamen mundial de chocolatería con el objetivo de apoyar a las empresas productoras de chocolate fino junto con pequeñas compañías y artesanos a crecer y desarrollarse, con los mejores críticos y conocedores del tema como trampolín al mercado global. Era una competencia importante, si no es que la más importante de la que él, apenas sabía un carajo.

Tomó el papel que sostenía en las manos y lo lanzó directo al bote de basura.

—No creo que invertir el doble en publicidad nos ayude a aumentar las ventas. —Concluyó Leon descargando toda su fuerza sobre su bolígrafo.

—Además que es incosteable. —Completó Joey que estaba sentado al otro lado del escritorio.

—Entonces, ¿qué sugieren? —Preguntó Stacy con enfado y cruzándose de brazos.

Tenían una semana para presentar ante finanzas el plan de ventas para el siguiente semestre y encima tenían la competencia a la puerta.

De repente, su extensión comenzó a sonar.

—¿Sí, Irma?

—Señor, la gente de producción está aquí para mostrarle el recorrido que solicitó.

—Estoy con ellos en cinco minutos. Gracias.

Terminó la conversación y volteó a mirar a sus acompañantes.

—Lo siento, no puedo posponer este recorrido.

—Está bien, voy a revisar los contratos con los proveedores para los suministros del mes. —Dijo el abogado poniéndose de pie y saliendo de la oficina.

—Voy a ver a Julia, para consultarle una posible prórroga con el departamento de finanzas. —Anunció Stacy retirándose de igual manera.

Cuando se fueron Leon se quitó el saco para ponerlo en el perchero y ponerse el chaleco de seguridad y los zapatos especiales cuando de repente alguien entró a la oficina.

—Hola. Perdona si entré sin tocar, pero vi a Irma ocupada y le dije que no me anunciara.

—Sabes que no necesitas hacerlo.

Se levantó y la saludó con un beso afectuoso en la mejilla, aunque no dejaba de sorprenderle verla allí.

—Pero, dime, ¿necesitas algo?

—No, es sólo que me aburría mucho en la casa, y quería saber si podía ayudarte en algo aquí en la oficina. Sé que no sé mucho de negocios, pero puedo ayudarte con el archivo muerto, a organizar carpetas…

Y en parte era verdad, le resultaba más entretenido organizar el archivo muerto que volver a ir a jugar canasta al club con las amigas de Meryl. Había hecho su servicio social en el archivo de la Corte de Raccoon City y conocía un poco de organización de documentos. Además, tenía la cabeza y el corazón hecho un lío, necesitaba una distracción.

Leon se acercó y le dió un beso en la frente. La sola compañía de Claire ya compensaba su mal día.

—Ya tenemos gente para eso, pero tengo una idea mejor.

Se alejó y sacó de uno de los cajones de su mueble de roble otro chaleco de seguridad, zapatos antiderrapantes y un casco para luego entregárselos a su esposa.

—¿Quieres acompañarme al área de producción? Me van a mostrar el recorrido para la fabricación de chocolate.

—¡Por supuesto que sí!


La fabricación de los productos que ofrecía la familia Kennedy era mucho más inmensa de lo que imaginaba y una fuente de empleo aún mucho mayor; no sólo se trataba de la gente que trabajaba en área administrativa de las oficinas centrales, sino que iba más allá; recolectores, agricultores, gente de exportación, ingenieros, químicos en alimentos, obreros… Todos organizados en una perfecta sincronía para obtener el proceso de esas delicias, que iba desde seleccionar los granos de cacao, hasta el empaque del producto.

Claire jamás en la vida había visto tan de cerca cómo se fabricaban los famosos chocolates Chámbery.

—¿Qué le ha parecido el recorrido, Señora Kennedy? —Preguntó el químico en alimentos, que era el guía.

—Estoy fascinada, nunca imaginé que fuera una labor tan interesante. —Respondió la pelirroja mirando las enormes máquinas en el área, disfrutando del olor a chocolate del ambiente.

—Es un gusto tenerla como invitada. Realmente habla muy bien de ambos que vengan a visitar el área de producción. —Contestó el sujeto y acto seguido una mujer le entregó una pequeña bolsita con decorado brillante. —Un pequeño obsequio.

—¿Qué es? —Preguntó.

—Chocolates gourmet. Son exclusivos para los invitados de honor, fabricados por nuestro chef. —Comentó Leon, interviniendo en la conversación.

—¿Soy una invitada de honor? —Preguntó enarcando una ceja.

—Eres la más importante invitada de honor. —Repuso con una sonrisa y tomándola de la mano.

Al escuchar estas palabras, la menor Redfield no pudo evitar sonrojarse. Ambos caminaron tomados de la mano hasta la salida, cuando notó que algo le inquietaba a su marido.

—¿Qué sucede? ¿Todo bien? —Cuestionó al notar la actitud distraída del agente.

—Sí, discúlpame. —Se excusó en seguida y se pasó una mano por el cabello. —Es sólo que tenemos en puerta las ventas de navidad y el concurso de Chocolate International Awards y aún no tengo ninguna propuesta.

Dios, al parecer dirigir una compañía, era una piedra casi tan pesada como el combatir el bioterrorismo. Después de ver cuánta gente dependía de las decisiones de su esposo, imaginó toda la presión que debía de llevar encima su compañero.

Para intentar aminorar la tensión, destapó la bolsita con los chocolates y tomó uno en forma de grano de cacao.

En cuanto mordió uno, sin duda era de lo más delicioso que había probado en su vida.

—¡Está delicioso! ¿De qué es? —Le preguntó al rubio que continuaba distraído.

Le dio una mirada a los chocolates de su esposa y al conocerlos tan bien, los recitó como si lo estuviera leyendo de una hoja de papel.

—Los que tienen forma de grano de cacao son de chocolate semiamargo, pero también encontrarás un surtido de chocolate blanco, chocolate de leche relleno de crema irlandesa, chocomenta, crema de café, chocolate amargo, rellenos de nueces, almendras y las trufas clásicas pero con un toque de licor.

Al observar el contenido efectivamente se trataba de varias piezas de diferentes tamaños, colores, olores y texturas, todo en una deliciosa combinación en la cual no podía decidir cuál era mejor que otro.

—Jamás había probado unos chocolates tan deliciosos. —Celebró la pelirroja que tomaba uno relleno de crema irlandesa. —¿Cómo es que nunca los había visto a la venta?

—Es que no están a la venta. —Afirmó de manera inmediata. —Son exclusivos para obsequiar a nuestras visitas.

La pelirroja lo miró sin entender nada.

—¿Cómo que no están a la venta? Leon, son los mejores chocolates que he comido en la vida, ¿cómo es posible que no ofrezcan este producto al público? ¡Sería un boom!

Tomó uno de la bolsita de la pelirroja y efectivamente, el sabor no se comparaba con las trufas caseras que vendían en navidad, ni con los bombones rellenos que ofrecían para San Valentín.

—Querida, ya sé lo que vamos a hacer.


Leon llevaba ya media hora hablando por teléfono con su padre, y a pesar de que su esposo le tenía total confianza, sintió la necesidad de salir de allí para darle más privacidad.

Salió al pasillo central a sentarse en la cómoda sala blanca, esperando encontrarse con Irma merodeando por allí, pero extrañamente, el lugar estaba vacío. Mejor para ella, le daría tiempo de sacar unos momentos el celular y textear con Chris.

Iba a sacar el móvil del bolso cuando de repente, miró a Joey Kennedy acercarse a su dirección y acto seguido se puso de pie, dispuesta a volver a la oficina del ex policía.

—Claire, espera. —Dijo el litigante caminando más rápido hacia la pelirroja para detenerla.

La interpelada se detuvo casi a la fuerza, no quería llamar la atención de nadie.

—¿Qué quieres, Joey? —Lo cuestionó directamente, en voz baja y con notoria incomodidad.

—Saber qué fue lo que te hice. —Respondió él sin tapujos. —Desde esa noche que estuvimos en el jardín me has estado evadiendo. —Agregó acercándose más, exigiendo una respuesta.

—Joey, olvida esa noche. —Contestó dando un paso hacia atrás.

—Está bien, la olvido. —Aceptó levantando las manos en señal de rendición. —Pero no quiero que las cosas cambien entre nosotros. —Tomó la mano derecha de la menor Redfield entre las suyas. —¿Somos amigos, no?

Iba a responder algo cuando de repente una voz a sus espaldas los sobresaltó y se separaron de inmediato.

—¿Interrumpo algo? —Preguntó Stacy Watson cruzándose de brazos y mirándolos con una sonrisa burlona.

—Nada que te interese. —Contestó el abogado al notar la doble intención de la chica.

—¡Qué grosero, Joey! —Se quejó ella con fingida indignación. —Yo sólo quería saber si ya podemos entrar a la reunión urgente que convocó Leon.

—Pasemos ya.

El abogado se adelantó a la sala de juntas junto con la hija de los Watson, dejando atrás a la pelirroja que se cruzaba de brazos, sintiéndose ligeramente molesta. Al parecer la tal Stacy iba a ser su enemiga declarada y esto sólo era la punta del iceberg. A este paso, Stacy sería el menor de sus problemas, ya que ahora le preocupaba más la situación con Joey Kennedy. El desliz de la otra noche, había significado esperanza para el hombre de leyes, y era lo que menos quería en ese momento. No negaba que Joey era lindo, inteligente, amable y sumamente atractivo, pero ella no podía corresponderle; en primera porque estaba enamorada de alguien más y segunda porque él era el hermano de ese alguien de quien estaba enamorada. Quizás en otras circunstancias, el castaño hubiese sido la mejor opción y se hubiera enamorado de él sin pensarlo, pero este no era el caso. Lo último que quería era lastimarlo, pero todo se estaba tornando jodidamente complicado. Se sentía tan vulnerable, tan fuera de sí… Ese jueguito del matrimonio falso le estaba saliendo bastante caro.

Enseguida su esposo terminó la llamada y salió de la oficina para dirigirse también a presidir la reunión que había convocado. Al ver que su cónyuge iba a ocuparse, creyó que era momento de volver a casa.

—Espera, ¿a dónde vas? —Dijo el Presidente de la compañía al mirar alejarse a la pelirroja.

—Voy a casa, no quiero interrumpir la reunión. —Expresó con naturalidad.

—De ninguna manera, esta idea fue gracias a ti. —Respondió con una sonrisa. —Es justo que me acompañes a la junta.

La idea la tomó por sorpresa. Ella sólo había dicho que los chocolates para los visitantes eran deliciosos, pero jamás pensó que Leon tomaría tan en serio su comentario como para proponerlo como el nuevo lanzamiento de la compañía ante los socios.

—Pero Leon, yo no sé nada de esto. —Se excusó, negándose a asistir a la junta.

—¿Y crees que yo soy un experto? Tampoco sabíamos nada de supervivencia y sobrevivimos juntos a un apocalipsis zombie. —Mencionó con comicidad para luego tomarla de la mano y guiarla con él a la enorme sala contigua. —Vamos, si estamos juntos, iré bien. —Finalizó guiñándole un ojo y utilizando las mismas palabras que pronunció cuando escaparon de Raccoon City.

Y al igual que en 1998, Claire volvió a confiar ciegamente en él.


—¿A qué se debe la premura? —Preguntó Julia con disimulado fastidio.

—Ahora lo sabremos. —Murmuró Joey que se sentaba al lado de su hermana.

Stacy en representación de sus padres, los Merkel y los Kennedy ocupaban sus asientos en la sala de juntas, con la salvedad de que una nueva integrante, Claire Redfield, estaba en el asiento contiguo a su cónyuge.

—Los reuní aquí, —habló el actual Presidente de la compañía —porque tengo una nueva propuesta para el certamen y las ventas de navidad.

Todos lo miraron con intriga y supusieron que mostraría algún plan de negocios detallado en la pantalla de proyecciones, cuando de repente, sólo tomó una bolsa de los chocolates conocidos por todos y los puso al centro de la mesa.

—Tomen uno, por favor.

—¿Los chocolates de cortesía? No, gracias. —Dijo Julia con hostilidad.

—Sólo prueben. —Insistió el rubio cuando de repente su hermana intervino.

—Déjame ver si estoy entendiendo, ¿quieres que lancemos estos chocolates al mercado? —Mencionó la hija menor de los Kennedy.

—Así es.

Hubo un largo murmullo en la mesa con opiniones divididas al respecto, al parecer, nadie se esperaba la propuesta.

—Hijo, los chocolates son deliciosos, pero ¿crees que es buena idea lanzarlos al mercado? —Preguntó la anciana Ángela, mientras tomaba un bocado dulce.

—Por supuesto, será un producto innovador, tendríamos que invertir un poco más debido a la calidad gourmet del producto, pero si nos ajustamos un poco estos meses, creo que es factible.

—¡De ninguna manera! —Protestó la hermana Kennedy enseguida. —Estamos arriesgando mucho dinero y nada nos asegura que las ventas sean exitosas.

—Vamos a ofrecer un producto de la más alta calidad, obviamente el precio al público tendrá que elevarse, pero está comprobado que la oferta y la demanda en época decembrina siempre aumenta, pero el consumidor siempre está dispuesto a pagarlo, debido a la efusividad de la época. —Debatió el hermano mayor de la familia.

Por su parte el abogado permanecía estoico escuchando la acalorada discusión de sus hermanos. Julia tenía razón en que el riesgo de perder millones de dólares en un producto que no cumpliera con la expectativa de los posibles compradores era alto, y serían pérdidas que difícilmente podrían afrontar, pero de lo contrario, si la posibilidad de venta era positiva, la ganancia sería más que satisfactoria. Tenía que ponderar.

—Suena muy lindo diciéndolo de esa forma, pero ¿estás consciente de que arriesgarnos a apostar por algo nuevo nos puede llevar a la ruina?

—Sólo les pido un voto de confianza, haremos todo lo posible para que no suframos pérdidas. —Solicitó el ex policía.

—¿Acaso crees que el dinero se da en los árboles? —Añadió la joven con sarcasmo. —Tendríamos que contratar a todo un personal de expertos en chocolatería para la realización de los dulces, además de invertir más en publicidad, marketing, diseñadores. No podemos vender un producto de alto costo en estas bolsitas insípidas. —Dijo señalando el pequeño morralito artesanal que contenía los chocolates.

Al ver que su cuñada acorralaba más y más a su esposo, Claire intervino por primera vez, haciéndolo por mero impulso.

—Disculpen, yo no soy diseñadora gráfica, pero estudié artes en la universidad y soy especialista en color y técnicas de ilustración. Podría ayudar con el diseño de las etiquetas y empaquetado. Sé que no es mucho pero quizás podría economizar algunos costos. —Se ofreció la pelirroja para respaldar el proyecto.

Leon la miró con una sonrisa de satisfacción; le agradaba sentirse respaldado por ella. En cambio Julia, la fulminó con la mirada.

—Aunque nos ahorráramos el dinero del diseñador, seguiríamos invirtiendo en publicidad, comerciales… De alguna manera tendremos que colocarlo en el mercado y eso tiene un costo alto. Así que, mi respuesta es no. —Se negó la rubia cruzándose de brazos.

—Está bien. —Concluyó Leon para luego ponerse de pie y agregar. —Ya sabemos la opinión de Julia, pero ahora quiero conocer la de los demás. Así que siendo mi propuesta, quiero mi derecho a someterlo a votación.

—Creemos que tu propuesta es ambiciosa y arriesgada, hijo. —Explicó Angela siendo la primera en hablar.

—Sin embargo, respaldamos tu propuesta. Tienes nuestro apoyo. —Confirmó el señor Merkel, en nombre del matrimonio.

—Muchas gracias. —Agradeció humildemente el agente de gobierno para luego voltear a mirar al representante legal de la empresa. —Joey, ¿qué opinas?

El abogado se encogió de hombros y respondió:

—Lo siento, hermano, pero creo que el riesgo es muy alto. Mi respuesta es no.

En el fondo, el mayor de los Kennedy lamentó la falta de respaldo por parte de su hermano, pero a la vez la entendía. Y contabilizando los votos, eran dos a favor y dos en contra, la opinión de Stacy Watson era la decisiva.

—Estamos en un empate, así que, el voto decisivo es tuyo. —Habló Leon refiriéndose a su ex novia.

Claire suspiró, suponiendo que Stacy no respaldaría jamás un proyecto donde ella tuviese una mínima participación.

La mujer se quedó unos segundos en silencio para finalmente deliberar.

—En nombre mío y en representación de mi familia, —explicó hablando despacio, como si estuviese eligiendo las palabras correctas. —Respaldo la propuesta.


—¿Acaso enloqueciste? —Reclamó Julia a su amiga, una vez que estuvieron solas en su oficina.

—¿Por qué? Los Merkel también lo respaldan.

—Los Merkel son unos alcahuetes de mi hermano. —Se quejó dando vueltas en la oficina como fiera enjaulada.

—Por Dios, relájate Jules. —Pidió Stacy en tono de fastidio.

—¡¿Cómo me pides eso?!

—¿Qué acaso no queremos lo mismo? —Cuestionó la castaña. —Yo quiero quedarme con Leon y tú con la Presidencia de Chámbery. —Explicó. —Si Leon se equivoca será el momento perfecto para que demuestres que tenías razón y tu capacidad de liderazgo, y también es una oportunidad perfecta para hacer quedar mal a la estúpida de Claire, no sólo delante de tu hermano, sino de toda la mesa directiva.

La rubia la miró incrédula.

—Oye, queremos lo mismo, estoy de acuerdo. —Frenó. —Pero no a ese costo, no me voy a poner el pie antes de empezar. Si este proyecto fracasa, será nuestra ruina. Ni siquiera Joey que de toda la vida ha sido el eterno aliado de Leon estuvo de acuerdo.

—No exageres. —Minimizó la hija de los Watson. —Además, creo que sé por qué Joey se negó a respaldar al proyecto.

—Se negó porque es una idea imbécil. —Concluyó.

—Claro que no, lo hace por no perjudicar a Claire. No quiere correr ningún riesgo de que la camionera quede mal ante nadie, ni siquiera ante su esposo.

—¿Cómo sabes eso?

—Los vi hablando muy juntos afuera de la oficina de Leon. Cielos Jules, hasta un ciego se daría cuenta que el casanova Kennedy está enamorado de la esposa de su hermano. —Terminó como si hablara de lo más obvio del mundo.

Jules sin duda, compartía la opinión de su amiga, pero ahora no era el momento de pensar en ello.

—¿Y qué más da lo que pase con ellos? ¡Nuestro patrimonio está en juego!

—Julia, por favor, ya cálmate, me provocas migraña. —Pidió la exuberante mujer, poniéndose de pie y disponiéndose a salir del despacho de la hija de los Kennedy. —La decisión está tomada y sinceramente, creo que estás exagerando. Nos vemos cuando estés más calmada.

Diciendo esto, se dio media vuelta y salió a paso elegante, dejando a una Julia bastante cabreada en su sitio.

—Stacy está loca. —Murmuró. —Pero tiene algo de razón, si Leon se equivoca, él mismo se pondrá la soga al cuello, a su puesto y a su matrimonio. Falso matrimonio diría yo.

Estaba sumida en sus cavilaciones cuando de repente llamó a su asistente por la extensión.

—Ben, comunícame con Jack La Salle.

Esperó unos cuantos minutos y su llamada ya estaba lista.

—Jack, ¿qué ha pasado con lo que te pedí? Después de la información que me enviaste del tal Neil Fisher no he tenido noticias.

—Revise su correo personal, señorita Kennedy. Va a encontrar algo que quizás le interese. —Respondió tajante el investigador privado.

La rubia terminó la llamada y entró a su correo personal, no sin antes dar la indicación que no podía recibir a nadie.

Tal y como lo había dicho La Salle, efectivamente había un nuevo correo enviado media hora antes, que al abrirlo, era un informe detallado, adjunto a varias fotografías de una mujer que le era totalmente desconocida.

—¿Quién es esta mujer? —Mencionó entre susurros, mientras veía la fotografía en la pantalla de su ordenador.

—"Agente de S.R.T., ex policía retirada… —Leyó en voz baja. —Aeropuerto de Harvardville…"

"Harvardville… ¿Dónde he escuchado eso antes?" Se preguntó mientras trataba de hacer memoria, hurgando en sus recuerdos sobre cuándo había escuchado hacer mención a ese sitio.

Abrió una nueva pestaña y tecleo ese nombre en el buscador. Después de unos instantes varios resultados aparecieron ante sus ojos, hasta que una noticia vieja que databa del año 2005, la cual rezaba en su encabezado; "Pánico de Harvardville."

Al entrar en el hipervínculo descubrió que se trataba de un incidente bioterrorista en las instalaciones del aeropuerto, donde se había visto involucrada Terra Save, el Senador Ron Davis, una tal WillPharma, su hermano y Claire Redfield.

Unos párrafos más abajo, se mencionaba la intervención de un equipo especial de rescate, donde por primera vez veía el nombre de la chica en cuestión; Angela Miller.

La información que obtuvo de allí fue muy superflua, suponiendo que la prensa sólo obtenía un poco de los hechos reales que habían acontecido ese día, y dado el ambiente en el que siempre se movió su hermano y agente Kennedy, los detalles de dicho acontecimiento serían casi un secreto de Estado.

Sea como sea, los tecnicismos sobre el tema bioterrorista le importaban un carajo, lo que le interesaba era saber qué tenía que ver el nombre de esa mujer y cómo se relacionaba con Leon.

Entonces un recuerdo tintineó en su mente, como si fuera una estrella fugaz;

"—¿Y desde cuando son pareja? —Preguntó con seriedad Meryl, a la vez que cortaba un trozo de salmón.

—Desde 2009, mamá. Después del incidente en el aeropuerto de Harvardville donde nuevamente trabajamos juntos, Claire y yo decidimos darnos una oportunidad. —Respondió el agente de gobierno tomando la mano de su prometida para darle un beso suave en el dorso…"

¡Harvardville! Ahí lo había escuchado.

Según el relato de Leon cuando presentó a Claire formalmente ante la familia, ellos se habían dado una oportunidad después del incidente de Harvardville donde se habían reencontrado y desde 2009 habían decidido darse una oportunidad como pareja de manera formal, pero, de ser así, ¿Qué tenía que ver el nombre de Angela Miller en la ecuación?

La joven continuó leyendo el informe de su investigador privado y descargó en una memoria la carpeta de fotografías y evidencia para analizarlas con lujo de detalle en su computadora personal, no quería dejar ni un cabo suelto. Sacó la minilaptop y colocó allí la USB, pronto descubriría quién era esa mujer en la vida de su hermano.

Al abrir el folder virtual encontró allí varias fotografías de la tal Ángela con Leon, todas de varias fechas distintas, que databan desde el 2005 al 2010; unas eran saliendo de un domicilio desconocido, en otras caminaban de la mano por las calles de los Ángeles y Washington, salidas a cenar, entrando al departamento de Leon… Después de que terminó de leer el informe y observar más a detalle las fotografías no tenía ninguna duda; Angela Miller y su hermano habían sido pareja, y no por un corto tiempo, sino por un periodo de alrededor de cinco o seis años, lo cual probaba plenamente que en ese tiempo era imposible que haya tenido algo con Claire, ya que posterior a esa relación, existía el compromiso de la pelirroja con el tal Neil Fisher.

Ambos habían mentido, y tenía en sus manos las pruebas para probar que ese matrimonio era una calumnia para lograr la Presidencia de la Compañía perteneciente a la familia Kennedy.

Julia tenía una muy buena carta en sus manos, pero no la utilizaría ahora, esperaría el momento oportuno para planear su jugada; el factor sorpresa siempre había sido su favorito. Y el día de utilizar ese as bajo la manga, estaba muy cerca.


Después de toda una tarde hablando con el chef chocolatero que dirigiría el proyecto y de recabar unos cuantos datos de logística finalmente llegaron a su habitación, exhaustos de la árdua jornada de trabajo.

—Estoy muerto. —Expresó dejándose caer en la cama junto a su esposa, después de haberse puesto la pijama.

—Fue una jornada muy larga de trabajo. —Concordó. —Pero también muy satisfactoria. Lograste que aprobaran el proyecto y obtuviste muchos avances.

—La verdad por poco y creí que no iban a aprobar el proyecto. Cuando Joey dió su voto negativo, di por sentado que Stacy también lo haría. No creí que nos fuera a apoyar. —Confesó acomodándose en su lado respectivo de la cama.

Claire se mordió los labios. Últimamente, le molestaba demasiado que su marido sacara a su ex novia a colación en medio de la plática. ¿Eran celos? Probablemente. Pero si de algo no podía dudar, es que estos eran malos consejeros. Y menos cuando se trataba de seguir los impulsos característicos de los Redfield.

—¿En serio? —Expresó fingiendo sorpresa. —Pues yo no dudé ni un segundo que Stacy no fuera a apoyarte. —Terminó con tono de ingenuidad.

—¿Por qué lo dices? —Preguntó el rubio, queriendo ahondar más en el tema.

—Stacy siempre quiere quedar bien contigo, no dudo que haría cualquier cosa con tal de complacerte.

Apenas pronunció estas palabras, se arrepintió de haberlas dicho. La oración soltó más veneno del que suponía y ya era demasiado tarde, Leon se había percatado de ello.

El ex policía, disimuló una sonrisa. Lejos de una afirmación, la expresión de Claire era un reproche, que a todas luces, mostraban que su mujercita estaba celosa. Situación que lejos de incomodarle, le producía una enorme satisfacción. No iba a perder esta oportunidad.

—¿Tu crees? —Preguntó haciéndose el desentendido. —No me había percatado de eso.

La pelirroja hiperventiló. Si no conociera lo suficiente al hombre que tenía al lado, diría que se estaba portando como un cínico, y que incluso le agradaba el acoso de Stacy. O quizás, la estaba provocando. Y de ser así, estaba funcionando.

—Por favor, basta ver cómo te mira. —Expresó cruzándose de brazos.

—Y según tú, ¿cómo me mira? —Preguntó sonriendo, fingiendo curiosidad y disfrutando en secreto del ceño fruncido de su esposa.

—Como un perro hambriento mira el escaparate de una carnicería.

Aún no terminaba la oración cuando el agente de la D.S.O. ya había estallado en carcajadas, ante su evidente mueca de molestia, la cual no podía disimular. Según su razonamiento, si debían fingir ser esposos y mostrar ante los demás un comportamiento "normal", quería al menos que su marido ahuyentara a quien suponía una amenaza para su matrimonio. Eso haría cualquier esposa normal y ella se tomaba demasiado en serio su papel. O al menos eso se hacía creer a sí misma.

—¿Puedo preguntar qué es tan gracioso?

En ese momento, él trató de dejar de reírse para poder responder con claridad.

—Digamos que, no había notado ese detalle. —Mencionó para luego enderezarse en su sitio. —Stacy no me interesa en lo absoluto, mis pensamientos ahora están en otro lado.

—¿En el trabajo? —Se animó a preguntar, tratando de disimular el verdadero interés que le estaba carcomiendo las entrañas.

—O en otra persona. —Sentenció.

Antes de que pudiera reaccionar, Leon ya la estaba besando en los labios ante su evidente sorpresa, correspondiendo con timidez a sus afectos. Desde esa noche en que habían compartido las sábanas, no habían existido más muestras de cariño que sobrepasaran los límites de la amistad, aunque la atracción entre ambos fuera inevitable, como un magnetismo imposible de resistir.

—¿Qué fue eso? —Cuestionó la pelirroja con cierta vergüenza, por haberse dejado llevar por sus impulsos.

—Somos esposos, ¿no puedo besar a mi esposa?

Claire enarcó una ceja ante la audacia de su cónyuge, pero esta vez no iba a actuar como niña asustada que huye ante el hombre que la intimida.

—Tienes razón. —Afirmó y acto seguido, le depositó un beso rápido en los labios y añadió; —Buenas noches. —Terminó volteándose del lado contrario de la cama, conteniendo una risita burlona, con la cara de sorpresa de su compañero, al descubrir que ella le había robado un beso.

—Buenas noches. —Dijo apagando la luz de la lámpara y dejándose caer en la almohada, llevándose una mano a los labios y sonriendo con satisfacción.

Que Claire no rechazara su galantería ya era un gran avance para él. Pero sin duda, este no sería el último. Esta acto fue la luz verde que le daba paso a luchar por la pelirroja ya no como una amiga, sino como algo más.