— ¡Ohayou, Kagome-chan!.

La voz de Chifuyu despertó de forma repentina a la azabache dormida en el sofá. La sonrisa de felicidad que le dedicaba el chico no tenía precio, sonriendo de igual manera le indico palmeando a un costado suyo, indicando que se sentará. Y como buen niño no fue de oído sordos tomó puesto ahí, dejando unas cajas de McDonal's en la mesa.

— ¿Estas muy ocupada hoy?. — hablando por los papeles regados inclusive en el suelo, tomando uno al azar leyendo su contenido — ¿Estás buscando una escuela?.

— Debo hacerlo Fuyu-san.— recostandose en el hombro del mayor — Las vacaciones de verano darán por terminadas en una semana, busco opciones que estén cerca del departamento y tengan un plan educativo adecuado a mis capacidades.

Matsuno asintió ante las palabras de la chica; recordaba con exactitud la boleta de notas que le enseñó la vez pasada, también tenía reconocimientos de participaciones en concursos, se podría decir que su amiga era una cerebrito, pero una cerebrito muy bonita y tierna. Entré los papeles encontró su escuela pero inmediatamente hizo bolita esa información por más que quisiera que estuvieran juntos, por el bien mayor de la joven esa no era una opción. Hasta que sus ojos se posaron en un nombre conocido para él.

— Está es la escuela de Mitsuya-san.

— ¿Mitsuya-san?.

— Es el capitán del segundo escuadrón. Por lo que tengo entendido Mitsuya-san se encargó de confeccionar el uniforme de la ToMan y además es el presidente del club de economía doméstica.

— Se escucha como una buena persona. — inclinándose al papel sin darse cuenta, se había apegado al rubio quien se encontraba sonrojado.

— S-si. — maldiciendo internamente su nerviosismo — Te recomiendo esta escuela, podemos ir hoy si quieres. — revisando la hora en el celular de tapita.

Kagome asintió recogiendo los papeles regados, había pasado la mitad de la mañana leyendo la información buscando y buscando que escuela era adecuada. Regresar en el tiempo no era agradable más, cuando debía pasar nuevamente por la etapa de la pre-adolescencia; mucha de su inteligencia se debia primeramente a los conocimientos de una adolescente que cursaba la culminación de preparatoria y conocimientos pre-universitarios por leer varios libros de mayor contenido, si le hubieran dicho que volvería a esta etapa por lo menos en esta ocasión se dedicaría a sacar buenas notas y no quebrarse tanto la cabeza como en el pasado.

Con cuidado guardo la hoja de información de la escuela en una carpeta, ingresandola en el bolso que manejaba en esa ocasión. Tomando las llaves, guardando la comida que el rubio trajo en la refrigerado, se colocó sus zapatillas para salir del departamento. Una gran ventaja de tener a Chifuyu es que manejaba una moto; lo vio tantear sus bolsillos del pantalón a cuadros indicandole con un leve movimiento para seguirlo.

Chifuyu era un chico muy bonito ante los ojos de Kagome. Era un prototipo de chico ideal, atento, cariñoso, adorable y al mismo tiempo intimidante, te daba tu espacio, te acompañaba en situaciones e inclusive te seguía en momentos random sin discutir o rechistar, daba consejos de que color usar de ropa aunque sean del mismo color ante sus ojos pero daba un veredicto. No era alto, sin embargo tenía una altura aproximada del 5'5" para sus catorce años. A diferencia de ella que estaba en los 5'0", no era alta estaba en el promedio de altura de mujeres en Japón y aunque muchos se podrían burlar de ser pequeña, esa fue una de las mejores armas que manejo en el sengoku para salvarse.

Si, su altura.

Negando risueña al pensar en eso. Vio a Chifuyu subirse a su moto para voltear a verla centrándose en la vestimenta que utilizaba, lo vio negar para retirar la chaqueta dejando una camiseta blanca, las mangas las rodeado alrededor de las caderas para evitar por el viento de la moto, levantara la falda que portaba. Oh si, ella amaba las faldas mejor dicho, las minifaldas. Paso una pierna encima del transporte utilizando como soporte los hombros del rubio, al estar acomodada le dio unas leves palmadas en ahí indicando, que ya podía manejar.

En el pasado jamás se había montado en una moto. Inclusive no pasaba por su cabeza esa idea, pero ahora se encontraba en una y era gratificante, el viento alborotando sus mechones negros-azulados, el aire pegando en la cara refrescando el ambiente, la rapidez con la cual se veían algunas cosas. Pero sobre todo, la tranquilidad con la cual el conductor manejaba, la tranquilizaba de igual forma.

Como le había dicho el rubio. La escuela estaba cerca del departamento, inclusive más cerca de la cual él junto al famoso Baji iban, Chifuyu se había bajado primero para ayudar a su amiga a bajarse de la moto. No retiro la chaqueta porque al fin de cuentas se debían volver porque tenían una cita con un anime en casa; así que no tenía mucho sentido retirarla. El lugar estaba vacío, casi vacio, descartando al conserje limpiando, el guardia de seguridad saludando, algunos profesores, actividades de club y estudiantes en la biblioteca, si, estaba casi vacío.

— La dirección está por aquí, si no mal recuerdo. He venido unas veces para arreglar mi uniforme cuando tiene algunos percances. — riendo nervioso al recordar la mirada del peli-llila encima.

— ¿Crees que tu amigo este aquí?. — intentando acomodar su cabello a ciegas.

Eso antes que el mayor se acercara para ayudarla a acomodar el flequillo con suma delicadeza, como si fuera una pieza invaluable.

— Seguramente, las actividades de club son en vacaciones porque se supone que tenemos tiempo libre... Aunque a decir verdad, estos días inclusive la ToMan a estado tranquila.

— ¿En serio?. — viendo las manos del chico ayudarla aún.

— Muy enserio, posiblemente cuando regresemos a clases tengamos situaciones problemáticas con otras pandillas. Raras veces somos llamados, más cuando algunos capitanes están fuera de Shibuya o haciendo actividades familiares o en nuestro caso, disfrutando las cosas. Listo, ya está. — retirando las manos del cabello suave y brilloso de la fémina.

— Gracias, Chifuyu-san. — agradeció con una linda sonrisa que sonrojo nuevamente al rubio.

Pero... ¡Era imposible no hacerlo! ¡Era Kagome! Una linda chica de rostro tierno que al sonreír se veía como un Ángel, su voz era como un Ángel todo en ella era tan tierno, puro y brillante. Razón principal por la cual su deber autoproclamado, debía protegerla de todos esos lunáticos que caminaban por las calles.

— Bien, Kagome aquí es la dirección. Iré a buscar a Mitsuya-san al Club de economía doméstica, si está, te mando un mensaje.

Bye, bye. — despidiéndose del rubio hasta que dobló la esquina, tocó con suavidad la puerta hasta escuchar un "adelante" al otro lado — Buenos días, Soy Higurashi Kagome y estoy aquí para matricularme

— Oh, ¿Higurashi?. Si ya recuerdo, eres la chica con notas perfectas y sobresalientes. Realmente es un honor que eligieras nuestra escuela. — aceptando los papeles que la menor entregaba — Como sabes esta es una escuela dedicada al estudio y apoyo a nuestros estudiantes como tal es de suma importancia el buen comportamiento, las participaciones en los club y el respeto mutuo. Dentro de una semana se dará por iniciado el curso escolar, así que espero puedas adaptarte a este cambio de Tokio a Shibuya. — sonriendo para sacar el uniforme correspondiente — Puedes modificarlo sin salir del estilo original, Señorita Higurashi y sea bienvenida.

Inclinándose con respeto, sonrió — Muchas gracias director. Por casualidad... ¿sabe dónde está el club de economía doméstica?.

— Está dos pisos arriba ¿Va a ver a un amigo?. — recibiendo un leve movimiento de cabeza — Vaya no la detengo.

Kagome una vez más agradeció la bienvenida y amabilidad del director, cerrando con sumo cuidado la puerta del despacho. No tuvo que esperar mucho para recibir un mensaje de parte de Chifuyu indicandole que estaba aquí su amigo. Siguiendo las orientaciones, subió las escaleras abriendo el paquete donde su nuev uniforme se encontraba, teniendo dificultades por sus uñas largas pintadas de un color pastel, cuando contó que estaba dos pisos arriba, alzó la vista apartando la de la bolsa.

Vio a ambos lados alzando la cabeza para ver los carteles que indicaran lo que buscaba, a decir verdad estaba muy cerca de las escaleras. A dos salones de Arte y Coro escolar; algo lógico si lo veía de otra forma. El club de economía domestica era dedicado a muchas cosas desde la cocina, costura, creación de muebles, era bastante variado. La única vez que participo en preparatoria fue un caos magistral e inolvidable, dificil de superar como muchos nombraron.

Como no, si lo más memorable fue la obra escolar.

Riendo ligeramente consiguió llamar la atención de dos chicos en el interior del club. Reconocible ante los oídos de Chifuyu, abrió la puerta encontrándose con su amiga de lindos ojitos risueña con el uniforme a medio abrir.

— Ven, te quiero presentar al capitán.

Sin rechistar la chica se acercó con calma pasando primero, para ver a un chico... bastante atractivo que hizo su corazón vibrar y ruborizarse. Cabello lila, ojos lavanda, cejas con un corte a la mitad, tenía un piercing en la oreja izquierda con un pendiente, alto... más alto que Chifuyu obviamente. Vestía un pantalón azul, junto a una camisa cuello de tortuga de la misma tonalidad, siendo la diferencia una chamarra crema y una cinta métrica colgando de sus hombros.

— ¿Kagome, verdad?. Chifuyu me a hablado en poco tiempo acerca de ti. Es un placer conocerte. — extendiendo la mano con una sonrisa tranquila.

— Es un placer, Mitsuya-san. — estrechando su mano con la contraria — Es el presidente del club, y por lo que veo se encargan de costura. — soltando con suavidad la mano para ver algunas telas en la mesa.

— Si, nos encargamos de cocer. Al momento que hayan festivales somos los encargados de hacer los trajes a utilizar. También confeccionamos si algún estudiante tiene percances o problemas con su uniforme. — viendo las cosas que traía en brazo — Si quieres puedes medirte el uniforme para ver si tienes un problema.

— Pruebatelo Kagome-chan. Ya de aquí puedes resolver el problema y no estás buscando luego.

La azabache asintió siguiendo con la vista, el apartado donde el chico de ojos lavanda le indico. Cerrando las cortinas retiro el suéter de crochet que había usado junto a la falda de tablones negra y las cadenas que tenía la misma de accesorios, doblando todo con sumo cuidado también retiro la chaqueta de su amigo rubio. Para desdoblar el uniforme, era sencillo una camiseta blanca manga corta de botones, una falda negra a mitad del muslo. Notó que tenía problemas en la cintura así que soltó la mitad del cabello de la pinza que traía para usarla a sujetar y abrir las cortinas encontrándose a los chicos que la esperaban paciente.

Mitsuya se acercó notando el problema. Sin ninguna doble intención colocó sus manos en la cintura de la fémina para retirar la pinza y evaluar la situación. Una corrida de botones sería una buena idea, sin embargo podría hacer que la falda se viera de lado, una sisas en ambos lados era la opción o hacer una falda a su medida... pero eso tomaría tiempo y se notaría que no era la misma falda, así que tomo la segunda idea como la más viable.

— ¿No te sientes incómoda con la camisa?. — sujetando con una mano la cintura, mientras tocaba las mangas — La falda es rápido pueden quedarse aquí o puedo dársela a Chifuyu para que te la regrese.

— ¿Tenemos un inconveniente?. — volteando a ver a su amigo rubio, quien negó rápidamente — podemos esperar Mitsuya-san.

Regreso a cambiar rápido para no atrasar el trabajo del peli-lila, quien al recibir la falda comenzó a trabajar. Chifuyu vio a la chica parada delante suyo al no tener un asiente libre así que la jalo con suavidad para retirar la chaqueta y volver a colocarse la. Al mismo tiempo se levantó del lugar para brindarle espacio, recibiendo un agradecimiento de su parte. Mitsuya era rápido con la máquina de cocer y en menos de diez minutos ya estaba lista, nuevamente volvió a cambiarse convenciendo al costurero.

— Mitsuya-san. — atrayendo la atención del chico rápido — ¿Puedes hacerme un suéter?.

— ¿Utilizaras uno con el uniforme?. — viéndola asentir — Bien, puedes venir tomaré tus medidas.

— Que sea celeste. — recibiendo miradas de ambos jóvenes — Bu-Bueno ese es color favorito de Kagome-chan — murmuró apenado.

La chica asintió risueña para abrir sus brazos y así el chico tomará las respectivas medidas. No querían atrasarlo más, sabían que debía continuar con sus labores así que amablemente agradecieron sus buenos servicios, sin antes intercambiar números y decirle que puede venir siempre que quiera. Siendo así la terminación de ese día, regresando a casa.

Con un emocionado Chifuyu para ver finalmente el anime que habían planeado.


Segundo capítulo de esta nueva travesía.

ojalá sea de su completo agrado y gracias por estar leyendo la.