La familia Sano, una vivienda de estilo tradicional en donde vivían tres miembros actualmente. A su lado se encontraba el Dojo donde enseñaban Karate y donde se realizaría la pequeña fiesta o mejor dicho convivencia. La moto de Mitsuya parqueo sonando el típico chillido quedando frente de la puerta, una azabache no había apartado las manos alrededor de la cintura del chico. Una sola palabra describía la situación Nervios; una cosa era estar rodeada de la dulce presencia de Chifuyu y otra era esta sola y aunque suene mal, es cierto, puede estar junto a los dragones gemelos. Sin embargo no era lo mismo recién comenzaba a conocerse no era estar junto a la presencia del ojos cian brindándole apoyo emocional a su forma con mucho cariño.
— Tenemos que entrar.
Mitsuya hizo un recorrido desde los dígitos de la fémina hasta el antebrazo donde se detuvo a dar suaves caricias para regresar a las manos unidas, que de forma inconsciente lo apretaba.
— Estaremos bien Kagome-chan.
Ella asiente soltando lentamente las manos hasta apoyarlas en la cintura del chico, dándose apoyo a si misma recordando que conocer a nuevas personas no era lo mismo de enfrentar la muerte día a día a cualquier hora del día. Decidida bajo de la moto colocándose la boina acomodando el flequillo para caminar dejando atrás al pe-lila, Quien entre risas se acercó pasando el brazo por encima de los hombros de la fémina abriendo el dojo. Encontrándose de primera fila a dos gemelos eso lo detectó con el aura, de cabellos tan parecidos a un algodón de azúcar de dos tonalidades diferente y personalidades diferentes.
Cabello durazno con cara sonriente sin dejar ver los ojos, y su contraparte, un cabello turquesa con una expresión de enojo con ojos azules. Ambos gemelos voltearon a ver a las dos personas que entraron, con una expresión divertida de parte del alegre, se acercaron a la pareja.
— ¡Oye, Mitsuya! ¿Es tú novia?.
— No. — negando — Ella es Higurashi Kagome.
El chico sonriente decidió dar el primer paso inclinando el cuerpo a un costado para alzar la mano.
— Soy Smiley.— extendiendo la mano — ¿Quieres ser mi novia?.
— ¡Nahoya!.
La ligera risa nada incomoda de la fémina se escuchó — Un placer Nahoya-san.
En un descuido el chico de cabello durazno la atrajo de la mano estrechando la en un abrazo, los gemelos eran altos. Median los 1.70 así que no era incómodo o bueno, si lo era para Kagome que no sabía dónde ubicar las manos pese a eso, estaba riendo porque el chico pegaba su mejilla contra la suya como un gatito. Sus ojos azulados hicieron contacto con el otro gemelo.
— Hola. — le susurró recibiendo un gruñido como respuesta — Ah, es demasiado tierno. — escuchando otra risa de Nahoya al escuchar decir eso.
Él la soltó he inmediatamente la chica se acercó abrazar al chico turquesa sintiendo como se tensaba al principio. Haciendo un poco de trampa extendió su aura tranquilizando la otra, ella no tenía miedo del chico pese a la cara de enojo que mostraba, el aura era tan cálida y dulce. Que para ella ninguna fachada pasaba por delante de sus ojos.
— Realmente eres muy tierno. — susurra estando de puntillas para alcanzar el hombro del chico, quien solo pasó una mano por la espalda baja de la misma — ¿Cómo te llamas?. — manteniendo la conversación en voz baja.
— Angry. — relajándose con la presencia de la chica, no solamente eso, el dulce aroma también lo hacía — Kawata Souta.
Apretó sus ojitos al escuchar el nombre "Souta" le hizo recordar a su pequeño hermano menor. Afirmo su agarre sin la intención de lastimar, sintiendo unas palmaditas en la espalda de forma cariñosa. Para Angry no quería parecer intimidante ante la chica, le era casi imposible no mantener esa expresión sin embargo, ella llegó y derrumbó todas las paredes que mantenía como si nada. Como si eran amigos de antaños...
— Hola, enana.
Una mano grande se posó con tanta delicadeza en la cabeza de la menor. Ella apartó su cara del hombro del gemelo, para encontrarse con la sonrisa de Draken.
— ¡Hola, Draken-san!. — le respondió con emoción.
Era la primera vez que respondía con tanta alegría, ya que normalmente mantenía una actitud serena y tranquila. Realmente esa personalidad venía de sus años en la guerra, sin embargo a veces quería tener una actitud más "acorde" a su edad. Como en esa ocasión quien el rubio la miró ligeramente sorprendido para regresar a su expresión normal revolviendo de forma juguetona sin antes retirar la boina, el cabello azabache.
— ¡Yo también quiero un abrazo!.
Smiley se lanzó abrazar a los dos quienes no se soltaban, formando un sándwich. La chica soltó un jadeo de dolor momentáneo ¿Era normal sentirse querida tan de repente?.
— ¡Kenchi!.
Los gemelos y Kagome volteron a ver a la persona que gritó un apodo. Frente a ellos se encontraba Sano Manjiro, un rubio de cabello largo recogido en media cola, de estatura baja y unos ojos oscuros. Inmediatamente Kagome entró en contacto con el aura del chico preocupándose con la sensación que brindaba, era oscura, oculta como si en cualquier momento fuera vista...
No. Fijándose bien, esa aura estaba "sellada" no era en si aura, eran impulsos. Ligados con una sensación de tristeza, angustia y dolor, lentamente se soltó de los gemelos para caminar hacia el rubio quien ningún momento apartó sus ojos de ella; al estar frente a frente con la cabeza alzada por su parte y la cabeza baja por parte del chico, negro y azul se encontraron.
— ¿Quién eres?. — preguntó firme.
Una gran curiosidad se alojaba en Mikey con esa chica enfrente suyo. Era como si con solo verla, sería salvado, una extraña sensación albergaba su cuerpo y no sabía porque, pero necesitaba estrecharla entre sus brazos.
— Higurashi... Higurashi Kagome. — hablo con suma lentitud como si de un animalito asustado se encontraba enfrente.
— ¿Kagome?. — murmuró saboreando el nombre — Gome-chan
— ¿Eh?. — sorprendida al sentir como un dedo sujetaba el suyo.
— Ese es tu nuevo apodo. Seamos grandes amigo, ¿Esta bien,Gome-chan?. — sonriendo.
La azabache no había apartado la mirada de las manos del chico, él había entrelazado su meñique con el suyo y la había jalado hasta quedar más cerca sonriendo.
Mientras tanto los demás presentes sonreían divertidos, si bien es cierto que Mikey era facil de hacer amistades. En esa ocasión se sintió completamente diferente, Draken suspiro cansado con solo ver como el comandante de una pandilla abrazaba emocionado dando saltitos al ser correspondido por la chica, él sabía que Kagome era alguien que necesitaba Mikey, que necesitaba él y posiblemente toda la ToMan.
Porque era imposible no apegarse a esa chica de lindos ojos.
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— ¿Esta bien, que los dejemos así?. — Mitsuya hablo arreglando la mesa en compañía de Draken.
— Dejalo, mientras no se pase todo estará bien.
En una esquina se encontraban el Yin y El Yang sentados, Kagome con sus piernas estiradas teniendo enmedio de estas a Mikey dormido. ¿Cuál era la situación entonces? La cabeza del rubio descansada contra los pechos de la chica, las manos de él le rodeaba la cintura. A ella no le molestaba, al cambio sentía que era mejor estar cerca de él e intentar disipar aquella tristeza usando su energía para mantenerlo tranquilo. Y esa era la verdadera razón por la cual se encontraba dormido, también otra razón era porque le recordaba a un niño pequeño... una actitud infantil, inclusive unos ojos de pizca traviesa que por instante le recordó a su pequeño Kitsune de ojos esmeralda.
Desde su posición veía a los chicos trabajar en acomodar las cosas, los gemelos terminan de inflar los globos, Draken al ser el más alto se encargaba de colocar las serpentinas y los globos en algunas secciones, Mitsuya ocupaba de colocar en la mesa algunos aperitivos, al rato había llegado Hakkai quien la había visto y se quedó paralizado, pero con la ayuda del peli-lila regresó a su normalidad colocando un pastel de frutas enmedio, también había llegado un chico de cabellos rubios largos con una mascarilla, seguido de dos personas que desde lo lejos se presentaron como Peyan y Pa-chin.
Se había distraído un rato con el celular mirando la galería, en la mayoría de estas se encontraba Chifuyu sonriendo, otras eran fotos de ella distraída, fotos de comida en la casa, más al fondo se encontraban fotos... de su familia. Souta, el abuelo y mamá. Se sobresaltó al sentir una cabeza recostarse en el hombro, miro de reojo una cabellera turquesa llevando su mano desocupada al cabello para acariciarlo.
Cada aura en el dojo eran diferente ante los ojos de la Miko. La más pura en ese momento era del chico recostado, la más oscura lastimosamente era del rubio en sus pechos, la más tranquila era Mitsuya, la segura era Draken, un aura juguetona era Smiley, había un aura con instinto de agresividad que posiblemente era del chico con mascarilla, fraternidad de Pa-chin y Peyan, una tímida pero relajante era Hakkai.
— Uhm. — sintió al rubio apegarse más a ella — Suave...demasiado suave.
Ella niega divertida sabiendo que se refería a sus pechos.
— Si quieres, puedo llevarme a Mikey.
— Esta bien, Draken-san. — apartando la vista para ver al rubio con dragón tatuado — No es incómodo, posiblemente estaba cansado.
Él llevó una mano a la cadera y la otra a la cabeza — Realmente, este tonto se duerme en todos lados y tengo que llevarlo en la espalda la mayoría de tiempo.
Ella ríe divertida — Manjiro-San... — apartando la mano de la cabeza de Souta para llevarla a arreglar unos mechones rebeldes — Es como un niño... necesita atención, aunque parezco inmaduro, se nota que a pasado por malos momentos.
Draken miró fijamente a la chica como acariciaba con tanto cariño el cabello de su amigo.
— Es verdad. Mikey está pasando por unas circunstancias... pero me alegra que te haya conocido. — tomando asiento delante de ella.
— ¿A mi?.
— Eres... especial. No tengo una palabra que te defina con exactitud, para mi eres cálida y reconfortante, posiblemente para Mikey signifique lo mismo... tu presencia es tan relajante como si nos cuidarás, nos rodea de una forma tan ¿maternal?, es como estar en paz, como si nada nos rodeara. ¿Sabes?.
Claro que sabía. Era su aura que hacía ese trabajo, una de las cosas que hacían las Miko eran curar el aura de otras personas, aliviaba sus dolores y angustias. Si bien es cierto, sus poderes en un mundo moderno libre de demonios no eran necesarios, ella le gustaba usarlos para ayudar a sus seres cercanos.
— Es agradable escuchar eso, Draken-san. — extendiendo su mano para darle un fuerte apretón en las suyas — Espero poder transmitir esas sensaciones a todos y se sientan cómodos a mi lado.
— Lo harás. — colocando su otra mano encima de la pequeña de ella — Mira que tienes a uno de los difíciles contigo. — refiriéndose a Souta.
— ¡Chifuyu ya viene con Baji!.
El grito de Smiley alertó a los presentes, rápidamente se levantaron de sus lugares. Kagome aparto con suavidad a Mikey acostandolo en el suelo para retirar su cárdigan y colocarlo encima como una manta. Souta quien se despertó por el grito de su gemelo ayudó a levantar a la chica, con rapidez todos se colocaron cerca a la entrada, Mitsuya fue quien ubico a la chica enmedio de él y Draken para ser vista por el par de mejores amigos al instante de entrar.
Y bien. La puerta fue corrida dando entrada al capitán del primer escuadrón, Baji Keisuke un chico de cabellos azabaches a la altura de los hombros ligeramente ondulados, ojos de un bonito color avellana y una sonrisa bastante memorable por sus dos colmillos sobresalientes.
— ¡Bienvenido a casa y felicidades por salir bien!.
Dijeron en conjunto lanzando confeti al chico. Chifuyu a su lado busco con la mirada a su amada ubicandola con suma facilidad al encontrarla aplaudiendo ligeramente con una de las características boinas. Él alzó su mano señalando de forma discreta al azabache, cuando la conmoción del momento pasó se acercó a la menor rodeandola con un fuerte abrazo como si nunca se hubieron visto.
Aunque claro. Chifuyu ya ni podía vivir sin la pequeña Miko.
— Ven, ven estoy emocionado de presentarte. — la sujeto de la mano para llevarla a donde esta Baji, junto a Smiley, Draken y Mitsuya.
Baji se percató de la chica reconociendo la rápidamente, ese rostro memorable y tan lindo a la vista, era por mucho, mejor en persona. Sonrió de lado mostrando un colmillo al ver finalmente a la famosa mejor amiga de Fuyu.
— Kagome ¿no?. — no necesito que se presentara, la reconocía con exactitud, con tantas cosas que le contaba el rubio hasta sentia que eran amigos — Baji Keisuke.
— Un placer. Baji-san. — inclinando la cabeza.
Los dragones gemelos se retiraron del lugar, al notar que ambos azabaches se estaban llevando bien, deseandole suerte de forma mental.
— Eres muy respetuosaChifuyu dijo, no necesitas usar honoríficos, llámame Baji, así me llaman mis amigos.
— Pero... es de mala educación, Baji-san. — riendo nerviosa.
— Ni siquiera a mi me llama Fuyu sin usar honoríficos. — murmuró con una "aura triste" rodeandolo.
— Kagome. ¿Te gusta el Peyoung Yakisoba?.
— ¿Eh?. — mirando como espera su respuesta emocionado — Uhm... claro.
El brazo del azabache rodeó sus hombros como si fueran amigos cercanos — ¡Entonces cuando volvamos al departamento comemos! Chifuyu también le gusta, pero lastimosamente no puedo darte la mitad porque esa es de mi amigo.
— No hay problema Baji-san. — dando palmaditas a la mano colgada a su costado — De paso leemos un manga y cuidamos de Peke J ¿Verdad Chifuyu-san?.
— ¡Hai!. — con un espléndido brillo en los ojos.
¿y Como no? si sus dos mejores amigos se estaban llevando de maravilla...
Bueno iba todo bien, hasta que la presencia tenebrosa de Mikey hizo aparición apartando de forma brusca a Baji para llevarse de la cintura a la única chica del lugar para volver a aquel rincón abrazandola posesivo para volver a dormirse, sin antes cubrirlos a ambos con el cardigan seguido de él llevando la mano de ella hacia su cabello para que le haga mimos y esta ves, hundió su rostro enmedio de los pechos regresando a su horario de dormir.
Todo ante los ojos de los presentes, quienes suspiraron esto por parte de Draken y Mitsuya, otro gritando que también quería dirigido por Smiley, sollozos de Chifuyu siendo consolado por Baji al ver como se llevaron a su querida mejor amiga y bueno...los demás simplemente hicieron como si nada ocurrió volviendo a comer.
Pero veamos el lado positivo, ¡Kagome paso la prueba de ser amiga de la ToMan! con un gran éxito.
Llegó el momento más esperado. Satisfecha con la situación montada; kagome es un amor de persona y claramente tenía que tener ese lado materno tan característico de ella con respecto a Angry Mikey. Ni me sorprendería que en realidad fuera más apegada a ellos por esa linda aura infantil junto a Chifuyu.
Hasta ahorita mi amistad fav va a ser Chifuyu y Angry.
