Un golpe consiguió sacarle el aire abriendo lentamente los ojos ubicando el lugar donde se encontraba. La habitación de Chifuyu era el punto, la fiesta de bienvenida para Baji termino alrededor de las nueve, había convivido con los principales miembros de la pandilla. Moviendo el cuello a un costado se encontró con el suave cabello rubio del primogénito Matsuno el cual estaba abrazandola con la pierna junto al brazo en la cintura; alzó el brazo buscando a tientas el celular para revisar la hora.

— Seis en punto. — murmuró cubriendo con el brazo el rostro intentando no moverse mucho.

Sabia de antemano que el peli negro estaba al otro lado de Fuyu dando la espalda. Los tres habían regresado al complejo de departamentos y el rubio les solicitó que hicieran una pijamada, no fue tan extensa ya que venían cansados limitándose a comer unas palomitas, mirar una película, desde su posición enmedio de ambos amigos notó como habían hilos rojos en el meñique de ellos, volteó a ver levemente el suyo percatándose que había solamente dos presentes, uno de ellos estaba firmemente unido al ojos cian a diferencia del otro que salía por la ventana. No recordaba el momento que se durmieron sin embargo, ahí estaban en el preciso momento.

— Fuyu-san. — murmuró contra el oído del rubio, el cual respondió apretando con delicadeza a la chica — Tienes que levantarte, tenemos clases.

El rubio apretó el agarre acomodándose en el hueco medio del hombro y cuello para volver a dormirse. Kagome se encontraba nerviosa por el aire caliente golpeándose esa zona sensible, si bien es cierto, mentalmente tenía dieciocho, físicamente tenía doce y lastimosamente las hormonas florecían poco a poco. Soltando un suspiro sintió el rubor en las mejillas por la situación, rápidamente movió el brazo del chico para colocar una almohada cayendo al suelo siendo amortiguada por otra almohada en el suelo.

Limpio la poca baba en la camisa blanca que le había prestado el chico levantándose del suelo sacudiendo el inexistente polvo, levantándose se aseguró de ver a los dos chicos firmemente dormidos. Claramente conocía la manera singular de quedarse dormido de su amigo rubio a diferente del azabache del cual, casi o nulamente nada sabía de él a excepción de lo general. Restando importancia se dirigió directamente al clóset del chico buscando el uniforme escolar que desde temprano la madre del chico alistó para ella, tomó de la silla del escritorio una mochila con pertenencias básicas, ropa interior, secador, peine u otras cosas que una chica claramente necesitaba.

Al ingresar al baño le fue casi imposible no sonreír al ver la toalla de tonalidad lila firmemente acomodada al lado de la del chico; una muestra de ser parte de la familia Matsuno. Rápidamente retiro la ropa doblando la pata guardarla en la mochila, abrir la llave chillando al sentir su cuerpo ser golpeado por el agua fría. La mente estaba acostumbrada al recordar la sensación, sin embargo el cuerpo no, así que al momento de salir de la ducha sintió escalofríos golpearle el cuerpo. Con la misma velocidad se colocó la ropa dejando para último las medias negras y terminar de abrochar la camisa escolar ya que solamente un botón había prensado.

Soltó un suspiró al estar concentrada en secarse el cabello al sentir unas manos calientes abrazarla de la cintura. Reconocía sin falta el aura del rubio adormilado, que firme se sostenía ya dormido. No le importo o molesto; acomodado el cabello luego de finalizar de peinarlo decidió una media cola sostenida por un kanzashi, de unas pequeñas flores blancas que caian perfectamente con las ondas naturales del cabello, satisfecha del resultado aparto las manos de chifuyu mirando como termina sosteniendose del lavabo lavandose los dientes con mucha...mucha paciencia.

Una ligera risa burlesca salió de sus labios para negar ante la situación, sin más remedio giro la perilla para salir finalmente del baño con la toalla alrededor del cuello. A primera plana se encontró con Baji ajustándose el cinturón del pantalón escolar de un tono azul casi marino; asustada dio la espalda centrándose en otras cosas. Una de ellas, guardar la ropa y recoger cualquier objeto en el suelo que haga ver la habitación desordenada.

— Oye. — haciendo un ruido ligero de afirmación — ¿Tienes una liga para el cabello?.

— ¿La necesitas?. — prestando atención al chico finalmente. — Mueble derecho, segundo cajón. Ahí hay varias. — pasando la rienda del bolso encima del hombro.

No espero una respuesta del azabache para abandonar la habitación. No se llevaban mal pero tampoco bien, era incómodo y más cuando el aura de él chocaba con rudeza con la suya. Como si buscará pelea en todo momento, mientras caminaba por el pequeño pasillo del departamento a botono el resto de la camisa encontrándose en la cocina a la señora matsuno, quien amablemente y con emoción colocaba cada plato en la mesa.

Sin esperar una invitación la menor decidió ayudarla a terminar de cocinar, desde que comenzó aquellos viajes al sengoku; el desayuno no era tan necesario la mayoría de veces comían lo más ligero posible para el almuerzo renovar como era debido las energías. Era una rutina leve de incorporación en su mente, tomó un pan con mermelada despidiéndose de la matriarca de esa familia e ir a dejar solamente en la entrada de su departamento la mochila con utensilios, cerrar con llave e irse a su nueva escuela.

No iba a esperar al par de mejores amigos por tres razones: la primera, porque no se habían visto en esas vacaciones con muchas posibilidades de hablar de lo ocurrido en ese período, segundo no se sentia completamente comoda con Baji y tercero, era su primer día de clases.

Llegar tarde como en el pasado ya no era una opción, era una nueva vida o una regresión para mejorar y tener una "vida" tranquila.

Ay Kagome, kagome. Una vida tranquila, no entra en tu mundo.

•••••••••

La escuela daba un panorama distinto cuando los estudiantes de los respectivos grados estaban llegando. Varios adolescentes entraban en pequeños grupos, unos en parejas o simplemente venían solos leyendo, escuchando música o tranquilamente caminando a pasos. Detectaba varias auras en el lugar claro, la mayoría desconocidas; cerrando unos segundos sus ojos buscó el aura caracteristica de Mitsuya y sin embargo no consiguió ubicarla. Existía una gran posibilidad de que el chico de ojos lavanda aún no llegara a clases.

Soltó un pequeño suspiro dándose palabras de aliento a dar el primer paso hacia los casilleros en donde cambio sus zapatos a unas zapatillas deportivas a su medida. Una gran ventaja del sengoku que obtuvo fue mejorar sus sentidos, rápidamente esquivo una mano que desconocía porque quería agarrarla, girando sobre su propio eje se encontró con un grupo de chicas mayores, tal vez de dos grados más al suyo y de la edad de Mitsuya.

— Una chica nueva por lo que veo.

— Oye escoria. — empujandole la frente con un dedo — ¿Sabes que les hacemos a los niños nuevos en este lugar?.

— No. no lo se y no me interesa. — mirando fijamente a las cinco chicas que buscaban intimidarla, jamás le había tocado una situación así en su anterior vida. Las famosas y casi Intocables sukeban.

— ¿La escucharon?. — burlándose — La bebé quiere defenderse. — sin ninguna delicadeza la empujaron contra los casilleros escuchándose el sonido del golpe, atrayendo la atención de los estudiantes.

— Aquí nadie tiene el derecho de hablarnos como si fueran superiores. Si crees que tienes voz de mando aquí, vete olvidando de eso.

— ¿Eso es todo?. — alzando una ceja intentando no enojarse — Yo no he hecho nada, que ustedes sean matonas y se quieran meter con caras nuevas no es mi culpa, no me creo superior. Pero si, mejores que ustedes porque no busco molestar ni intimidar a nadie solo para hacerme sentir mejor o en otros casos... — volteando a ver a dos chicas del lado izquierdo de la líder de cabellos rubios — Buscar aceptación social.

— ¡Maldita puta!.

En un intento por darle un golpe, la azabache se agacho barriendo con su pierna las de la contraria haciéndola caer de lleno al suelo. Oportunidad que no fue desaprovechada por la menor, subiendo encima de esta para hacerle una llave apretando el cuello con sus piernas y jalando con rudeza de una brazo. Escuchaba a las demás gritar e intentarse meter, sin embargo dos chicos lo impidieron, Kagome sentía como la líder le golpeaba el tobillo sin delicadeza alguna.

Claro esta, que su instinto de supervivencia estaba al tope y buscaba formas de sobrevivir. Justo cuando sintió el pulso bajar decidió dar por terminado su defensa. Al soltar a la chica acomodó su uniforme dándole una última mirada.

— Oye. Soy muy tranquila, hasta que deciden molestarme e intentar golpearme sin medios justificados. — frunciendo las cejas inquieta por las miradas de los alumnos — A la próxima que intentes molestarme o vea que molestas a otros te rompo el brazo.

Al girar se percato de los dos chicos que la estaban "protegiendo" no quedaba más que decir que se sintió helada al ver que eran el comandante y sub-comandante de la ToMan. Manjiro y Draken.

— Ohayou Gome-chan. — saludo con una sonrisa de ojos cerrados.

— Quien pensaría que podrías luchar de esa forma. Y yo diciendo que debía defenderte de otros. — sonriendo divertido ante el anterior escenario.

— Ellos son la ToMan ¿no?.

— Escuche que son extremadamente fuertes.

— Lideran Shibuya.

— ¿La nueva es miembro de la ToMan?.

— Mitsuki se metió con un miembro de esa pandilla, ¿saben que significa?.

Los murmullos hicieron incomodar más a la azabache, quien sin duda alguna enrollo sus brazos en los de ambos rubios para sacarlos del lugar. Agradecía interiormente que algunos le dieron espacio para salir de aquel círculo que no se había percatado y también por decirle que los profesores estaban en reunión siendo que esta duraba las dos primeras horas.

No conocía por completo las instalaciones de la escuela pero se dejó llevar por su sentido de orientación, casi arrastrando a los dos chicos quienes no se opusieron ni resistieron en ningún momento. Dio con el patio trasero casi llegando a un almacén que posiblemente sea del club de atletismo, deteniendo sus pasos se dio la vuelta para encarar a los dos mayores.

— Primero que todo... ¿Qué hacen los dos aquí?.

Mikey teniendo las manos en los bolsillos respondio: — Estudiamos cerca de aquí, Mitsuya nos dijo que estudiarian en la misma escuela así que venimos a verte.

— Sorprendentemente Mikey estaba despierto cuando llegué y más apurado que nunca solo por verte.

Ella vio al rubio de menor tamaño el cual se había acercado a ella para abrazarla y alzarla unos centímetros del suelo.

— Quería verte Gome-chan. Por eso apure a Kenchi para verte antes de clase, pero vimos que había una pelea en la entrada y cuando nos dimos cuenta que se trataba de ti, intervenimos para que las demás chicas no te golpearan.

— ¿Qué técnica utilizaste?.

Ante la pregunta de Draken, ella quedó pensativa. No tenía un estilo de pelea fijo, desde que entraba con Sango la cual tenía combinaciones de diferentes artes marciales. A excepción de Dim Mak enseñada por Miroku, no tenía muchas otras cosas que definir en una sola. Inclinando la cabeza a un lado sintiendo los suaves cabellos del rubio contra su mejilla, negó ligeramente.

— No tengo la menor idea.

— ¿Eres como Mikey? Un prodigio en artes marciales.

— ¿Eres un prodigio?. — le susurra en el oído, sin percatarse que el chico se estremeció ante tal acercamiento.

— Taekwondo. — respondió de la misma forma, sintiéndose adormilado con solamente la presencia de la menor.

— Kagome. — rápidamente presto atención a la voz de Draken — Sabes que estás bajo nuestro cuidado, ¿verdad?. Porque todos llegamos al acuerdo que eres la protegida de la ToMan. — recibiendo un asentimiento por su parte — Lo que quiero decir, es que nadie puede tocarte un solo cabello sin salir molido a golpes con una cita a urgencias en algún hospital.

— Entiendo. — susurra ligeramente intimidada ante el intento de ¿amenaza? no hacia su persona, sino hacia los pobres que Intentaran algo en su contra.

— Bien. — agarrando por la parte de atrás del uniforme al rubio adormilado — ¡Oye Mikey, ya nos vamos!.

— ¿Cómo que ya nos vamos?. ¡Quiero quedarme con Gome-chan!. — haciendo berrinches como un niño pequeño.

— Ella tiene que ir a su aula. ¡No puede estar cuidando de un mocoso!.

— ¡Gome-chan esta feliz de cuidarme! ¿Verdad?. — mirandola fijamente con un puchero.

Parecía un niño pidiendo atención y haciendo berrinches por un juguete nuevo

— Si, me gusta cuidarte Manjiro-san.— tratando de no reír por la escena, poco convencional

— ¡Ya bajame, Tótem!. — moviéndose como un gusano hasta conseguir que lo soltaran.

Corriendo a abrazar a la menor, cargandola sobre su hombro como si de un saco de papa se tratara. Y sin esperar nada, salió corriendo con dirección hacia la entrada donde tenía la moto parqueada.

— ¡Deja a la niña, Mikey!.

— ¡Jamás ella es mía!.

— ¡No es un objeto!. ¡Por lo menos alguien debe estudiar!.

— Si, si mucho grito pero... Manjiro-san...se me sube la falda. — mirando fijamente el suelo ya que otra opción no tenía, sintiéndose avergonzada de un viento colarse de más.

Mikey al escuchar eso giro la cabeza encontrándose con el trasero de la menor en la mejilla, apenado bajo la vista notando la falda casi mostrando lo que no debía, bajo con la mano desocupada la prenda para sostenerla con la otra que la cargaba apretando los muslos de ella. Sin percatarse que el rubio tenía el rostro, cuello, manos y orejas sonrojadas... porque si, era su primera vez prestando debido atención a una chica y teniendo un acercamiento tan íntimo con el genero opuesto, que no fuera su hermana menor.


kanzashi(1): Ornamentas para el cabello utilizado en peinados tradiciones japonés. Aunque en la actualidad son usados de forma moderna.

Sukeban(2): Se trata de un término japonés para definir a la jefa de una pandilla.

Dim Mak(3): Es una técnica basada en toques, fricciones, punción o golpes especiales en ángulos específicos, sobre diferentes áreas corporales que incapacita, estimulan o producen varias disfunciones fisiológicas, y hasta anatómicas.

¡Hola gente bonita que lee este fic! Regrese nuevamente, por situaciones de estudio y la universidad estuve fuera, pero regreso con este capitulo.

Espero que sea de su agrado, por favor comenten que les pareció. Si hay algo que no les agrado o si les gustó.

El próximo capítulo nuestro Héroe llorón hará un cameo y tendremos más interacciones y descubrimiento de sentimientos de los pandilleros más guapos de toda shibuya.