NOTA DE LA AUTORA: Mis queridos lectores, lo prometido es deuda y con ustedes el esperado epílogo de esta secuela que tanto pidieron y que yo estuve feliz de escribir. Como ya lo dije en ocasiones anteriores realmente me apasione por esta historia e hice de Leon mi personaje masculino favorito de la saga, aunque Chris, Jake y Wesker aún ocupan un lugar importante en mi cora. En fin.
Es un poco nostálgico ponerle un punto final a un proyecto por el que se trabajo tanto tiempo (y se llevó casi doscientas páginas de un documento de word), pero creo que ha valido la pena, al menos para mí y espero que para ustedes también.
No digo más y los dejo con el final de "Vivir por ella". Espero sea de su total agrado.
RECOMENDACIÓN MUSICAL.
Después de todo el camino y la playlist que recorrimos en todo el fic, nuestra canción para cerrar con broche de oro es:
-"Hasta mi final" de Il Divo.
RESPUESTA A REVIEWS.
Clau: ¡Hola! Oww, gracias por tu mensaje :') Me siento honrada de que consideres este pequeño fic como uno de tus favoritos, en verdad espero estar a la altura de tal honor. Es cierto el fandom está un poco empolvado pero nada que no se pueda arreglar con nuevas historias y nuevos autores. No me quiero adelantar a nada, pero créeme, a pesar de que "Vivir por ella" llega a su fin no dejarán de tener noticias mías, esperen el comunicado. ¡Saludos!
Xaori: ¡Hi! Ups, jaja espero después de todo lo que hice en "Te Perdí" sea perdonada con este epílogo y con esta reivindicación de Leon. Ojalá te guste el epílogo.
GeishaPax: ¡Hermana gracias por tus reviews!Qué te digo, los capítulos del 6 eran casi un mal necesario, pero bueno, ya pasaron. Tú mejor que nadie conoce mis planes a futuro y te agradezco todo el apoyo que me has dado, ¡te quiero mil! En unos momentos más daré el comunicado malvado, muahuahua de "ya sabes quién". Espero y disfrutes el epílogo.
Tresk Cobain: La espera no fue larga, (al menos no tanto), espero que valga la pena para ti.
Rose: ¡Por supuesto que no me olvidaría de ti, una de mis mejores lectoras! Después de tanto sufrimiento y el calvario que Leon tuvo que pasar junto con Claire, ya era justo y necesario ese beso jajaja me agrada que hayas disfrutado tanto de leerlo como yo de escribirlo. Y tranquila, no os preocupéis, todo va a salir bien, confía en mí. ;) Respecto al comentario con Geisha con el "que arda Troya" tampoco mueras de la intriga, daré un comunicado explicando todo eso, pero de una vez aprovecho para invitarte a darte una vuelta por "Ordainetan" un fic que estoy escribiendo con ella y que si puedo regodearme de algo, es que es bastante bueno, tenemos a un Leon celoso y a una Claire despistada jajaja. Ya me contarás qué opinas de todo esto. ¡Un abrazo fuerte, Rose!
Lexugim Greyrat: ¡Hola! Gracias por tu review, me alegra que te haya gustado el cierre del fic. Lo sé, "Te Perdí" tuvo un final bastante amargo, pero no podía ser de otra forma, de hecho, "Te Perdí" originalmente estaba pensado para ser un one shot pero su aceptación entre los lectores fue tal que tomó forma de una historia de duración media y la primera secuela que he escrito para FF con "Vivir por ella". Respecto a mi opinión con el remake de RE2 pues he visto muchos comentarios divididos en ambos extremos entre el "me encantó" y "lo odié". Personalmente el diseño de Leon me gustó bastante, creo que es apegado al diseño de RE6 que es oficialmente el que más me ha gustado y con eso me siento complacida. El diseño de Claire no se me hace malo, aunque tampoco fue el mejor, aunque en los tráilers no se puede apreciar demasiado la apariencia física de Claire. Creo que CAPCOM ha modificado a algunos personajes para mal con el paso del tiempo, entre ellos los hermanos Redfield, para mí Chris era perfecto en RE5 (que es su apariencia oficial de mis historias) y Claire en REV2 definitivamente sin comentarios es el diseño más feo a mi gusto y vamos ella era bastante linda, mi favorita es la Claire de la película "Degeneration" que es la Claire de mis historias. Eso en cuanto a los diseños de los personajes principales. Lo de que sí está muy oscuro tienes razón, es parecido en ese aspecto a Silent Hill (por cierto, el 1 es mi favorito), pero creo que el toque de oscuridad le da esa magia típica del survival horror. Yo le daré una oportunidad al Remake y créeme ya espero con ansias que salga a la venta. Ya escribí demasiado así que te dejo con el epílogo. ¡Saludos!
manu, ruth: Hola, escribo a ambos en el mismo review porque prácticamente están haciendo las mismas peticiones y sin ánimo de ofender, me atrevo a decir que se trata de la misma persona. Chavos, chica o chico, me halaga mucho que les gusten mis historias y que se apasionen con FF tal y como lo vienen haciendo, es un lindo gesto. Pero la verdad llega a ser un poco incómodo que me pidan una y otra vez cosas que no están en mis manos hacer, como por ejemplo, tomar las historias de otros autores y terminarlas, modificarlas y/o traducirlas. No es mala onda, de verdad, pero no puedo hacerlo, yo respeto muchísimo el trabajo de los demás autores y también soy lectora de sus historias pero no puedo exigirles nada ni mucho menos tomar sus fics por las malas y hacerlos a mi gusto, creo que eso sería una falta de respeto a su trabajo y a mí también porque eso podría considerarse como plagio. Si a veces los autores demoramos en actualizar, créeme no es porque nos olvidemos de las historias o porque ya no nos importen, sino que todos tenemos una vida allá fuera en la cual somos estudiantes, profesionistas, y atendemos diferentes roles con familia y amigos. Realmente aquí nadie obtiene ningún beneficio económico ni publicitario ni nada por el estilo escribiendo aquí, algunos simplemente lo hacemos por mero hobby y por la satisfacción de crear algo que nos hace felices a nosotros mismos y a los demás, a título personal esto es un desahogo de mi rutina y me es hasta terapéutico. Escribo y publico historias aquí con mucho gusto pero repito, es sólo un pasatiempo y no me dedico de tiempo completo a ser "escritora". Por favor chavos, un poco de comprensión y empatía respecto a los autores como Geisha, Pily-Chan, Miikii y a mi persona. Agradezco de antemano tus comentarios y sin ánimo de sonar grosera te pido que por favor, dejes de pedirnos cosas que no podemos hacer, porque recuerda, respetamos el trabajo de nuestros colegas y dos, esto es sólo un hobby, por tanto no estamos obligados a nada. ¿Va? Aclarado lo anterior, te dejo con el epílogo.
DESCARGO DE RESPONSABILIDAD: RESIDENT EVIL Y SUS PERSONAJES PERTENECEN A CAPCOM, SÓLO LA TRAMA E IDEAS ORIGINALES DE ESTA HISTORIA ME PERTENECEN. ESTA PUBLICACIÓN ES SIN FINES DE LUCRO.
"Hoy te prometo amor eterno,
ser para siempre tuyo en el bien y en el mal.
Hoy te demuestro cuánto te quiero,
amándote hasta mi final."
—"Hasta mi final", Il Divo.
"VIVIR POR ELLA"
EPÍLOGO
Desperté gracias al sonido incesante del reloj digital en el buró. Estiré mi mano para apagarlo, deseando poder dormir cinco minutos más. Mi compañera parece pretender lo mismo, pero ambos sabemos que esos "cinco minutitos más" es un lujo que ya no nos podemos dar.
—Linda, debemos levantarnos. —Dije susurrando a su oído mientras intenté revolotear con una mano su ya alborotada melena.
Se volteó y me dio la espalda, ella quería tanto como yo unos instantes más en la cama.
— ¿Qué hora es? —Preguntó con voz pastosa.
—Siete y treinta.
Aún no terminaba de decir a frase cuando la mujer que dormía conmigo pegó un brinco de la cama y yo corrí tras ella. Estábamos muy, muy retrasados.
Sin ningún pudor ambos nos quitamos la ropa y nos metimos rápidamente a la regadera para tomar un baño exprés. Debo decir que en otros tiempos esta situación por más cotidiana que pareciere, terminar en la ducha hubiese desencadenado un encuentro pasional y romántico pero a estas alturas ya teníamos un par prioridades más importantes que nosotros; Liam Scott y Cleo Kennedy-Redfield.
Nos vestimos lo más rápido que pudimos y Claire corrió a la habitación de Liam para despertarlo y preparar el desayuno mientras yo iba a buscar a Cleo. Para mi buena suerte, mi pequeña ya estaba despierta.
No conocía el amor puro e incondicional hasta que me vi reflejado en los ojos azules de mi hija. Adoraba a Liam, nuestro hijo primogénito y mi primera gran alegría pero al igual que todos los hombres, los padres sentimos un cariño especial y diferente por nuestras hijas, más sobreprotector quizás, pero al fin y al cabo, Cleo era mi princesa.
Mi pequeña bebé de diez meses de edad permanecía quieta en su cuna, como esperando a que yo la sacara de allí.
—Buenos días, princesita. —Dije mientras veía reír a mi bebé que mostraba una sonrisa tierna formada con sus cuatro dientes.
La alcé en brazos y comencé mi faena correspondiente. La primera vez que disparé una pistola, me tomó semanas de entrenamiento atinar un tiro preciso y para volverme un buen francotirador conllevo años de práctica. Pero hay algo que me costó más trabajo que el manejo de un arma y eso fue aprender a cambiar pañales. Con mi primer hijo debo decir que muchas veces había resultados desastrosos como por ejemplo romper las solapas del pañal, o que mi camisa terminara llena de orines de bebé debido a mi ignorancia en la materia. Poco a poco fui mejorando la táctica y para cuando Cleo nació ya era un papá experto, por lo que ya no me costaba trabajo darle una mano a Claire con los niños cuando nos sucedían estas cosas de retrasarnos. En pocos minutos, Cleo ya tenía un pañal limpio, luciendo su vestido rosado, zapatitos de flores y terminaba por colocarle una diadema con un moño gigante que le daba un aspecto adorable acomodando así sus pequeños cabellos rubios, rasgo que había heredado directamente de mí, ya que era idéntica a su madre, a diferencia de mi primogénito Liam que era mi vivo retrato salvo por el cabello castaño, muy parecido al de mi cuñado Chris. Mis hijos eran mi mayor alegría y ser padre era mi máxima afición, dejando de lado mi gusto por mirar deportes para volverme un experto en caricaturas infantiles como "Dora la exploradora", "Paw Patrol", el show de Barney —maldito dinosaurio odioso, — y por supuesto, la Redfield y yo dejamos de frecuentar el cine de terror y las comedias románticas por los estrenos de Disney. Era increíble cómo había cambiado nuestra vida por la llegada de nuestros hijos, pero no me arrepentía de nada.
Bajé enseguida con Cloe en los brazos para encontrarme en el comedor con Liam y su madre.
—Buenos días. —Saludó mi esposa.
—Buenos días, papá. —Saludó Liam a la vez que se abrazaba a mi torso mientras sentaba a su hermana en su silla para bebés.
— ¡Buenos días, Súper Liam Kennedy! —Dije con entusiasmo para levantar a mi hijo de cuatro años por los aires y comenzar a simular un vuelo al estilo de super héroes.
Mi hijo reía y parloteaba mientras Claire se aproximaba a nosotros para poner orden.
—Ah no, en la mesa no se juega. —Señaló la matriarca para que todos nos sentáramos a desayunar y después darme un beso de buenos días en los labios.
—Mamá tiene razón, además vamos tardísimo. —Afirmé dándole la razón a la madre de mis hijos y veía que apenas teníamos unos pocos minutos para poder estar a tiempo en la escuela de mi hijo.
Cuando los niños terminaron de desayunar me encargué de acompañarlos a cepillar sus dientes junto conmigo, mientras Claire hacía lo propio en el baño de nuestra habitación para luego ir por las llaves de nuestra minivan.
Así es, debido a la llegada de los niños era complicado seguir manteniendo el mismo estilo de automóvil, así que mi esposa y yo decidimos adquirir una camioneta con el espacio suficiente para nuestra familia.
De camino a la escuela era habitual que la música acompañara nuestro viaje, y como buena fan de Queen, la pelirroja le había inculcado el gusto por la voz de Freddie Mercury a los niños, lo cual me ponía en desventaja a la hora de la votación para elegir las pistas musicales. Aunque debo decir que la agrupación británica jamás me desagradó, pero como buen estadounidense, siempre le he sido fiel al buen ritmo del grunge.
Cuando llegamos al preescolar de mi hijo, el festival estaba a punto de comenzar. Por ser el día de las madres, como ya era costumbre, todos los niños participarían en alguna actividad grupal ya sea cantando, bailando o haciendo alguna mini obra de teatro breve. Excepto mi hijo.
Por tener una excelente facilidad de palabra y una capacidad de aprendizaje envidiable, fue elegido para recitar una poesía del día de las madres, lo cual era una sorpresa para Claire.
Cuando la pelirroja vio a nuestro primogénito pasar al frente y recitar sus líneas poéticas, junto ambas manos conteniendo la emoción, como toda buena madre orgullosa de su retoño.
No sé si fueron los nervios, el público o el sentimiento del momento, pero casi al final de la poesía, Liam olvidó todo.
"Vamos, hijo. Estuvimos ensayando toda la semana…" Rogué mentalmente para que mi primogénito pudiera terminar avante su acto.
Apretando con sus dos manitas el micrófono, y con la mano de la maestra en el hombro para darle confianza, Liam volteó a mirarme, para después dirigir sus ojos azules hasta donde estaba su madre para dedicarle una sonrisa tímida.
—Te amo, mami. Gracias por existir.
Definitivamente, estas no eran las líneas que culminaban la prosa lírica que mi hijo había ensayado, pero sin duda, la improvisación había sido un éxito. Todos los presentes se pusieron de pie para aplaudir al niño, empezando por Claire, que con lágrimas en los ojos vitoreaba conmovida el nombre de su hijo.
Terminando el festejo en la escuela del niño, toda la familia nos fuimos de paseo justo como lo habíamos planeado; en un parque de diversiones.
Mientras Claire y Liam corrían y subían a las diferentes montañas rusas y atracciones mecánicas, —yo nunca fuí afín a ese tipo de entretenimiento, —mi pequeña Cleo y yo dábamos vueltas y vueltas en un caballito blanco en el carrusel para infantes. Mi hija disfrutaba tanto su paseo en corcel que valía la pena contener mis mareos y náuseas que surgieron a partir de la tercera vuelta en ese juego de chiquillos.
Después del día lleno de helado, algodón de azúcar y de cargar un dinosaurio de peluche gigante que mi esposa y mi hijo se habían ganado en un juego de pelotas y botellas, finalmente llegamos a casa, donde después de leerle un cuento a Liam y arrullar a Cleo, mi esposa y yo finalmente nos fuimos a nuestra recámara para descansar.
Ser padres de dos niños era casi tan agotador y desgastante como luchar contra hordas de zombies. Pero sin duda era mucho más satisfactorio.
Cuando entré a la habitación la pelirroja ya estaba acostada y hecha un ovillo en la almohada, con los ojos cerrados en una expresión tranquila.
Me acosté a su lado tratando de mover lo menos posible la cama para no despertarla a la vez que la cobijaba con las sábanas de seda.
Entonces me quedé mirándola fijamente; habían pasado veinte años desde que la conocí. Joven, rebelde, de espíritu valiente. En todos estos años, sus facciones aniñadas se habían transformado en los rasgos de una mujer madura, llena de experiencia, que ha sabido vivir su vida y vivirla bien, con unas pequeñas líneas de expresión que comenzaban a marcarse bajo sus párpados, esas marcas del tiempo imborrables y que han demostrado que los años han pasado pero no en vano. Acercándome aún más, seguían siendo visibles aunque aún más tenues esas pequeñas pecas que se dibujaban en sus mejillas y nariz, dándole ese toque tierno e infantil que siempre me había encantado, recordándome a diario la dulzura de su alma y la delicadeza de su ser. No pasaba ni un día en que me sintiera menos enamorado de Claire Redfield.
En verdad era muy afortunado.
Me miré una vez más en el espejo, percatándome que todo estuviera en orden; zapatos lustrados, traje bien planchado y finalmente la corbata de moño en el cuello. Estaba dando la última inspección rápida cuando de repente alguien comenzó a tocar la puerta de mi habitación.
—Adelante. —Indiqué mientras me acomodaba las solapas del traje.
—Supuse que estarías nervioso. —Dijo Helena Harper entrando en el aposento y sentándose en la cama.
— ¿Por qué lo estaría? —Comenté bromeando en confianza.
—No lo sé, galán. Supongo que has tenido una vida fácil.
Bien jugado ese sarcasmo.
—Creí que estarías con las demás damas de honor.
—Todo el mundo está con la novia, incluídos tus padres y tu hermana. —Mencionó cruzándose de brazos. —Así que con todos olvidándose de tí, pensé que sería bueno verificar si necesitabas una mano.
—Está todo listo.
— ¿Y tu adorno de azar?
Demonios, por poco y olvidaba ese detalle. Tomé el pequeño ramo blanco y lo coloqué en una de las solapas del traje para finalizar el atuendo.
—Gracias, te debo una. —Agradecí a mi subordinada de cabello castaño y vestido rosa pálido.
—Me pagan bien por salvar tu trasero. Ahora sí, estás listo. Iré a llamar a tu madre. —Anunció poniéndose de pie para salir de la habitación.
—Helena, espera. —Hablé para detener a mi compañera y ella se frenó en la entrada. —Gracias. Gracias por todo lo que has hecho y lo que haces por mí.
Mi agradecimiento fraterno era sincero. Desde que había conocido a Helena Harper en esa noche de pesadilla en Tall Oaks, nos habíamos vuelto inseparables, éramos equipo, socios, estábamos el uno para el otro. En verdad la apreciaba como a una hermana y ella también me consideraba como un hermano mayor.
—Hey, no es momento de ponerte sentimental, agente. Arruinarás tu maquillaje. —Bromeó la joven esbozando una enorme sonrisa.
—A veces te odio. —Respondí retomando el hilo del humor ácido de Helena Harper.
—Yo también te quiero. —Contestó en medio de risas y retirándose por el pasillo que conducía al jardín
Suspiré.
El plan original consistía en una boda sencilla con unos pocos invitados, pero al revisar la lista con solo las personas que serían requeridas de nuestros respectivos empleos, fue simplemente imposible. Añadido a la participación sumamente activa de mi madre y mi hermana que gustosamente tomaron el lugar de las organizadoras de fiestas y las riendas de la recepción,gesto que agradó de sobremanera a mi prometida, que nunca fue buena con situaciones de logística y organización que no fueran meramente laborales. Y ceder ese paquete a su suegra y cuñada, le fue totalmente benéfico.
Estando así las cosas, habían reservado un jardín a las afueras de la ciudad, en una zona tranquila, dándole un toque bastante rústico a la recepción.
No podía negarlo, estaba nervioso, pero a la vez bastante ilusionado.
¡Cuánto había tenido que pasar para llegar a este día! Pero al fin, se estaba haciendo realidad.
Caminé directo al pasillo para entrar al altar que habían montado en medio del jardín, cuando en el pasillo me encontré con Meryl Kennedy, que al verme se llevó una mano a los labios.
—Te ves muy bien. —Soltó la mujer mayor que lucía un sobrio vestido negro.
—También te ves hermosa, mamá.
Como buena madre, no pudo evitar soltar un par de lágrimas y abrazarme.
— ¿Dónde está, papá? —Le pregunté para cambiar el tema.
—Está sentado en primera fila junto con tu hermana. Ya todos estamos listos. —Expresó orgullosa y yo le ofrecí mi brazo para caminar juntos hasta el altar.
Volteé a mirar a toda la gente que me observaba y miré a varios rostros conocidos. Del lado derecho como bien lo había dicho mi madre estaba mi padre; Robert Kennedy. Me veía con aprobación mientras la mujer rubia que caminaba de mi brazo y a la que yo llamaba "mamá", me veía con orgullo y la emoción contenida en sus ojos azules. A su lado se encontraban mi hermana Julia Kennedy, su marido y mis dos sobrinos.
Del lado izquierdo reconocí a la esposa de Chris Redfield, Sheva Alomar que tomaba de la mano a la hija de ambos, Elizabeth que era una mezcla entre los rasgos suaves de Sheva y el temperamento de Chris. ¡Vaya bomba! La pareja estaba en búsqueda de su segundo hijo con la africana en su séptimo mes de gestación. El mayor de los Redfield quería una familia grande y estaba trabajando para ello.
A unos pocos lugares de distancia estaban las mujeres que fungían como damas de honor, enfundadas en vestidos de colores rosa pastel, para desgracia de Helena Harper que formaba parte del séquito de honor. Entre ellas se encontraba Moira Burton, Sherry Birkin, e Ingrid Hunnigan. Cuando mi mirada se encontró con la de Harper, esta me sonrió y levantó el pulgar hacia arriba en señal de apoyo.
Entre la gente alcancé a reconocer a la doctora Rebecca Chambers, Jake Muller que estaba saliendo con Sherry, Jill Valentine con su esposo Carlos, la familia Burton... Hoy todos nuestros amigos y familiares nos acompañaban para esta fecha tan especial.
Cuando llegué a mis puesto de honor, mamá regresó a su lugar al lado de papá, no sin antes darme un beso y un abrazo maternal, para después dejarme junto con el religioso que vistiendo su sotana, ya esperaba el inicio de la ceremonia.
Me llevé las manos a los bolsillos, mamá odiaba que hiciera eso pero trataba de ocultar mi nerviosismo. Después de todo lo pasado tanta felicidad me resultaba un tanto utópico. ¿Y si la vida al final me cobraba todo lo malo que había hecho? ¿Y si mi novia se arrepentía? ¿Y si algo malo pasaba? Quizás me estaba poniendo muy paranóico, agravado por mi falta de desayuno en esta mañana.
En medio de mi crisis existencial, volteé a mirar a Chris Redfield que caminaba por el pasillo principal, llevando del brazo a la mujer que había soñado toda mi vida.
Gracias a las supersticiones baratas y yo siendo un imán de la mala suerte, no había tenido oportunidad de ver el vestido ni nada del arreglo nupcial de mi novia, y justo en ese momento, juro que era la mujer más hermosa que había visto nunca.
Su arreglo era sencillo pero elegante. El vestido blanco ceñido a sus curvas y hombros descubiertos acentuaba su figura de diosa griega, y el velo que adornaba su peinado en un recogido elaborado le daba un toque soberbio, de mujer que se sabe bella. No solía llevar mucho maquillaje en el rostro, por lo cual el arreglo de ese día era avasallador. Colorete, máscara de pestañas, labial y todo esos cosméticos que desconozco sus nombres habían maquillado su rostro de una manera en la cual no se perdía su belleza natural, pero la realzaba en demasía, resaltando sus ojos azules y la cabellera de hoguera intensa. Las miradas de todos los invitados, se las robó la novia son su sola presencia.
La orquesta comenzó a tocar la marcha nupcial y mi emoción crecía a la vez que se acercaba.
Cuando finalmente estuvo frente a mí Chris colocó la mano de su hermana sobre la mía.
—Leon, ámala. —Pidió el mayor de los Redfield antes de retirarse.
Asentí a la vez que sonreí a mi futura esposa que ya me miraba con entusiasmo. Cabe señalar que amar a Claire no era algo que tuvieran que pedirme.
— ¿Listo? —Preguntó la mujer de mi vida.
—Toda mi vida.
Empezando la ceremonia y siguiendo el ritual eclesiástico, continuaron los votos matrimoniales, donde además de hacer el juramento ante el altar, el clérigo nos pidió agregar algunas palabras a los votos religiosos.
A pesar de no estar preparada para ello, Claire hizo uso de su facilidad de palabra para expresar la emoción que sentía por el momento que estábamos viviendo, pero en cambio, yo estaba en un problema. Era mucho lo que quería decir y no encontraba las palabras correctas para expresarlo, por lo que sin tener un discurso previo decidí improvisar.
—Claire Redfield… —Dije estrechando sus manos sobre las mías y tomando el anillo de bodas para colocarlo en su dedo anular. —Este es el día que más he esperado. He cometido muchos errores, no soy perfecto, —declaré para después acariciar su rostro con el dorso de mi mano, —pero a pesar de todo lo malo y las fallas que pueda tener, nunca dudes que dedicaré toda mi vida a ti, a vivir por ti… Te amo, Claire Redfield.
No sabía si mi elocuencia era la mejor o si mis palabras fueran dignas de un libro de poesía, pero lo que sí sabía, es que era lo más honesto que había dicho en toda mi vida.
Las pupilas azules de mi prometida se llenaron de lágrimas que lucharon con todas sus fuerzas por no salir, pero que sin querer una lágrima resbaló por su mejilla. Limpié esa gota de emoción cristalina con el pulgar y luego ella tomó mi rostro con ambas manos.
—Te amo, Leon S. Kennedy.
—Los declaro marido y mujer. —Finalizó el sacerdote al terminar el consentimiento nupcial, nombrándonos esposos, para toda la vida.
Acto seguido me recliné para juntar mis labios con los de mi esposa, besándola con todo el amor que tenía.
Aplausos y rechiflas sonaban a nuestras espaldas, pero realmente nada de eso me importaba, en ese instante, sólo existía ella para mí.
Llegué más temprano de lo habitual debido a que no había tráfico en el camino del aeropuerto a casa. Una semana fuera del país a causa de un Congreso en Polonia me había mantenido impaciente e intranquilo durante todo ese tiempo. Estuve a punto de cancelar mi participación en ese jodido viaje de no ser porque Claire "testaruda" Redfield, insistió en que se encontraba bien y podría arreglárselas sola. Tres días antes de mi salida del país, después de la cena en ese restaurante italiano, al parecer el spaghetti con pesto le había caído bastante mal y permaneció con náuseas y vómito durante las siguientes cuarenta y ocho horas. En verdad estaba preocupado, demasiado a decir verdad. Un mes antes yo había sufrido una fuerte mononucleosis donde pasé unos días de infierno, vomitando todo y durmiendo en el toilet. La menor Redfield cuidó de mí durante todo ese tiempo y tenía miedo de haberla contagiado. Es cierto, ya había pasado un mes pero tenía entendido que esa enfermedad se transmitía a través de la saliva y siendo conocido ese padecimiento como la "enfermedad del beso" quizá la bacteria había albergado allí o qué sé yo. Si la pelirroja estaba infectada de esa mierda seguramente la iba a pasar muy mal, así que la llevé al médico cuanto antes donde le realizaron varios estudios que le entregarían resultados en una semana. A pesar de que el día en que salí de E.U.A. su estómago se había mantenido estable y ya comía un poco de alimento, no era suficiente para quedarme tranquilo y aunque a diario la llamaba dos veces al día ella insistía en que "estaba bien", como siempre minimizando todo y sin contarme nada del resultado de esos análisis. Mujeres…
Era la hora de la cena cuando llegué a casa y al parecer ella no esperaba mi regreso ya que la encontré con una bolsa grande de papas fritas y una hamburguesa con doble tocino de Burger King que supuse sería su cena.
— ¡Cielo! —Saludó poniéndose de pie y corriendo hacía mí como niña pequeña. —Llegaste antes.
La abracé con fuerza y luego la besé en los labios.
— ¿Cómo sigues, pequeña? —Pregunté al analizarla de pies a cabeza, cerciorándome de que todo en ella estuviera en orden.
—Genial, amor. No tengo mononucleosis y estoy en perfectas condiciones. —Anunció con una sonrisa radiante.
—Me alegro, amor. —Respondí finalmente tranquilo, pero no iba a pasar por alto la bomba de grasa que iba a ingerir cuando probablemente su estómago seguía sensible. —Y es por eso que vas a ingerir grasa como si tu vida dependiera de ello.
—Por Dios, Leon. No me hará daño. —Respondió evadiendo mi observación.
—Linda hace una semana no retenías ningún tipo de alimento y ahora castigaras a tu organismo con chatarra.
Me sacó la lengua y se alejó de mí para ignorarme campalmente. Sin duda había cosas que nunca cambiaban y Claire Redfield era la mujer más tozuda y necia del mundo, y yo, el imbécil más enamorado de ella.
Acompañé a mi esposa en la cena que a diferencia de ella la mía consistía en salmón y puré de patatas que había cocinado en la tarde.
Después de charlar sobre nuestra semana y limpiar la mesa cuando finalizamos de cenar, la pelirroja me invitó a ver en televisión una serie que la había atrapado desde el capítulo uno y desde entonces no se perdía ni un episodio. Normalmente la acompañaba en esos ratos de recreación pero el viaje y el cambio de horario me tenían jodido así que decliné la invitación y me fui directo a la cama.
Luego de lavarme los dientes y ponerme la pijama estaba a punto de recostarme en la cama cuando miré una cajita de color rojo sobre el buró que estaba de mi lado. Era una caja de regalo con un moño verde de tamaño mediano y que en la etiqueta rezaba la dedicatoria:
"Para: Leon S. Kennedy
De: Claire Redfield."
Sonreí de lado, ¿qué estaba planeando mi pelirroja mujercita?
Era muy propio de Claire este tipo de detalles al azar, por lo que no me sorprendía sino que me intrigaba cuál podría ser el contenido.
Con cuidado quité la tapa y miré el interior que no era nada más y nada menos que unos resultados de análisis de laboratorio. De todas las cosas que pensaba encontrar, esta era la última.
Totalmente desconcertado abrí el sobre médico y revisé el contenido. Cuando terminé de leer el estudio clínico, bajé corriendo las escaleras, directo a buscar a Claire.
Estaba recostada en el sillón mirando atenta su serie cuando me planté en medio del televisor y su vista, marcando una arruga de molestia en su frente.
— ¿Disculpa? Trato de ver a Khal Drogo. —Se quejó al verme allí parado.
— ¿Voy a ser padre? —Demandé con urgencia y sosteniendo los documentos en una mano.
—Aún no, hasta dentro de un par de meses. —Respondió sin prestar mucha atención y haciéndome señas para que me moviera.
Sentí que el piso se movía de lugar y que en cualquier momento iba a perder el equilibrio. Ahora todo tenía sentido; las náuseas, antojos, mareos… ¡Todo, maldita sea! No era una bacteria sino un bebé que se estaba formando en el vientre de mi esposa. Un bebé, un pequeño hijo mío y de Claire. La sensación era abrumadora.
— ¿Leon?, ¿Leon? ¿Podrías apartarte del televisor?
Sin previo aviso la tomé en brazos y la abracé contra mí.
—Mi amor, ¡vamos a ser padres! —Exclamé festejando mi victoria.— ¡Es la mejor noticia que he recibido en mi jodida vida!
— ¡Leon, es el final de la serie y la siguiente temporada demorará años! —Dijo en protesta para que la bajara.
Me importó un demonio la serie de "Game of Thrones" y continúe abrazando a mi esposa hasta que finalmente volví a recostarla en el sillón y me quedé junto a ella abrazando y besando su vientre.
—Quiero participar en todo; quiero ir a todas las revisiones médicas, comprarle una cuna, un oso de peluche y una playera de la Juventus…
— ¿Y si es niña? —Preguntó divertida la pelirroja a la vez que me acariciaba el cabello.
—No importa, le gustará el fútbol tanto como a mí…
Nada podía opacar mi felicidad de ese día, era el hombre más realizado del mundo.
El nacimiento de mis dos hijos, mi boda, la familia que había formado con Claire Redfield, era lo mejor que me había sucedido en la vida y me consideraba afortunado por ello.
Acaricié con las yemas de los dedos su silueta y besé su hombro desnudo con suavidad. Nunca había estado tan seguro de amar a alguien así.
— ¿Qué pasa, cielo? —Preguntó con voz somnolienta.
—Nada. Sólo estaba contemplándote.
Sonrió con vehemencia y se reclinó contra mí, abrazándose a mi pecho.
—Te amo, Leon.
—Te amo, mi Claire. —Respondí estando seguro que jamás me iba a cansar de repetirle cuánto la amaba.
Había pasado por tanto para llegar a este momento, que muchas veces me preguntaba si volvería a cruzar el infierno por llegar a donde estaba ahora. La respuesta era siempre la misma; lo haría otra vez sin pensarlo.
Cometí errores, aprendí de ellos, pagué la factura y la vida me dio una segunda oportunidad, una oportunidad que valoraba día a día y que no pensaba volver a desperdiciar. La vida me había enseñado de la manera más ruda que tenía para mostrarme lo que significaba afrontar las consecuencias de mis fallas, pero también, me había mostrado el lado dulce y amable que era vivir enamorado y correspondido.
¿Había valido la pena?
Cada instante…
"Vivo por ella que me da,
noches de amor y libertad.
Si hubiese otra vida,
la vivo por ella también."
—"Vivo por ella", Andrea Bocelli.
FIN.
NOTA DE LA AUTORA: ¡Triunfó el amor! 3
¿Y bien? ¿Fue un buen cierre? ¿Les gustó? De corazón muchas gracias por haber seguido estos tres años a "Te Perdí" y a "Vivir por ella", me han ayudado mucho a crecer como escritora novata y espero seguir mejorando para ustedes. Ojalá hayan amado tanto a Leon como yo lo hice alrededor de estas historias. Me gustaría mucho saber su opinión. Pero antes, un comunicado.
Amigos, esto no ha sido todo.
Como les dije me encariñé demasiado con esta historia y sobre todo con el personaje de Leon por lo que esta no será la última vez que sepan de mí y tampoco de "Vivir por ella". Así es, leyeron bien. Como bonus adicional hice un Spin off de "Vivir por ella" que publicaré en unos días, titulado "Badass Dad" que versara sobre la misma trama que hemos visto aquí, aunque en una línea temporal un poco diferente. Espérenlo en los próximos días.
Y como dije, esto no es todo y para ustedes tengo algunas historias de una de nuestras parejas favoritas, y aprovechando el boom por la fiebre de RE2 Remake, hay unos cuantos fics en el horno que ya se están cocinando y que mi querida GeishaPax ha confirmado el honor de betear. No les puedo adelantar más, pero la primera historia que será publicada, es un poco diferente a lo que han estado acostumbrados a leer conmigo, pero les prometo, no les decepcionará, será bastante rosa, pero creo que es justo y necesario. ;) Confíen y atentos, que esto se vendrá pronto. Eso es para Fanfiction.
Como ya les había contado, también tengo una cuenta en Wattpad, que prácticamente iré subiendo poco a poco los contenidos que aquí conocemos en FF, pero, para dar un poco más de publicidad y realce a mi perfil en la otra plataforma, les anuncio que habrá un estreno exclusivo para Wattpad en los próximos días, obviamente estelarizado por Leon S. Kennedy, en una historia titulada "Efecto Mariposa" en la cual ya estoy trabajando y espero sacar cuanto antes. Así que, a Wattpad, chicos.
Estoy muy entusiasmada con las nuevas historias, pero por favor, les pido paciencia y comprensión, todo será a su tiempo y como ya lo he dicho, lo que prometo, lo cumplo.
Gracias nuevamente por todo su apoyo y aceptación para mis historias, y si mi trabajo les ha sacado una sonrisa les agradecería demasiado un review, o que me siguieran en las plataformas de Wattpad, Devianart, y en la fanpage de Facebook donde podremos estar en mayor contacto si así lo desean. En mi descripción del perfil en Fanfiction podrán encontrar los enlaces o buscarme en dichas redes sociales por mi alias "Light of Moon 12".
También los invito a pasar a leer mis historias y colaboraciones con otros autores como por ejemplo "Ordainetan" con GeishaPax, "Crystal Eyes" con AdrianaSnapeHouse, o mi participación en la antología de "Resident Evil: Origins". Tengo varios fics en mi perfil con historias cleon y de otras parejas crack que quizás podrían gustarles, si me permiten hacer una recomendación podrían pasar a leer "Mala Sangre", "Sempiterno" y "Confías en mí." Ah y "Maracas" por supuesto, que es un one shot y spin off cómico de "Falling in to you" de GeishaPax y "Te Perdí" de una servidora.
Si llegaron hasta aquí, les agradezco otra vez haber leído mis parloteos, espero y les haya dejado un buen sabor de boca este final y bueno, nos leemos en la próxima.
Y como decimos en México; "colorín, colorado, este cuento se ha acabado".
Con cariño, su amiga y escritora.
Ana, Light of Moon 12.
