Manda a la sota a qué pasen... con curiosidad como si pasaran muchas cosas a diario.
Todos tan aburridos en esta casa.
Pues... tampoco, pero "extranjeros preguntando por ti" suele llamar la atención.
Pues ahí van a buscarlos. Gales engominadamente se peina un poco mientras sigue a la sota. Escocia... todo lo contrario.
Se despeina mientras no sigue a la sota
Nah, solo se despeina, sí que la sigue. Como le quede el pelo levantado a lo tintín... Bueno, o como Crowley en algunas fotos.
No creas que le vas a gustar menos a Bélgica así, darling.
No es para... gustarle menos.
¿Es para gustarle más? mira tú.
Shut up, Mr. Pearl Zone via hand do
Shut up, ¡eso es mejor que lo que hizo él!
Empujóncito.
Empujoncito de vuelta.
Codazo.
—Ugh. Yo no soy Eire, ¿vale?
—Pues espabila.
—¡Estoy espabilado!
—Que va.
Les hacen pasar por la entrada de servicio, eso sí, dejándoles en la cocina.
—Uuuuh
—No me hagas Uhhh así!
—No te lo hago a ti, se lo hago a la cocina —ahí va a robar comida el muertodhambre.
Dudo muchísimo que sea el único. Gales ya tiene un trozo de chorizo en la boca.
Se van a poner las botas.
Después de un buen rato ahí viene... ella.
Están aún comiéndose un pollo que me temo era para la cena como si nunca antes hubieran comido.
Además, es que está buenísimo... como si no comieran bien en estos tiempos por el amor de dios.
Sí, pero no dejan de vivir en... bueno, las islas británicas. Ya, ya... pero a los dos les da de comer alguien que no es británico.
Maso... no siempre. Bélgica hace los ojos en blanco y entra a la cocina con una mucama.
—¿Hola?
Escocia levanta la cabeza aun con el pollo en la boca y la boca llena. Así a lo Ron Weasley en la primera noche de colegio.
Gales, al menos, no tiene un pollo en la boca. Si tiene arroz en el mentón.
—Eh... —Escocia devuelve el pollo al plato y lo esconde en un armario de sartenes mientras traga lo que tiene en la boca y se limpia con la manga—. Hey.
Parpadeo, parpadeo de Bélgica. Escocia le sonríe.
—¿Qué hay? —le tiende la mano aun un poco grasienta.
—¿Ustedes quiénes son? — Bélgica parpadea y la mira sin tomársela. Escocia se limpia la mano un poco encima.
—Somos... dos viajeros hambrientos que se han perdido.
—Ya veo que están hambrientos. ¿De dónde son?
—Del... norte. Las islas británicas.
—Eso lo imagino... por el idioma. ¿Qué les trae por aquí?
—Traemos un mensaje.
—¿Qué mensaje?
—Es para Belgium.
—Yo soy Belgium —suelta la mucama. Gales levanta una ceja y se gira a mirar a la chica que no había ni visto.
—Oh... bien, pediría entonces tener audiencia a solas con la señora ya que es un mensaje sensible... y privado —Escocia se vuelve a la mucama.
—Mi mucama, Susana, puede escuchar cualquier cosa que escuche yo.
—No, no... no algo como esto, es un asunto muy sensible. Es un asunto relacionado con France y no es muy... digamos... discreto. Decente... Casto.
—¿¡Con France?! —pregunta la Bélgica verdadera.
—Disculpe, Susana, estoy hablando con la señora. Seguro mi vasallo puede hacerle compañía mientras explico esto en privado.
—No, no... pero quiero saber qué es lo que dice.
—No, de verdad es únicamente para sus oídos. France ha sido muy específico en ello.
Bélgica, al verdadera Bélgica, cambia el peso de pie y Escocia la mira, esperando.
—¿Y de qué tema es?
—Sobre... —Escocia mira a Gales de reojo y se sonroja. Gale sonríe de ladito—. M-Matrimonio —susurra apretando los ojos intentando ignorar a Gales, que suelta una risita.
—¡Yo soy Belgium!
La verdad, le molesta más Gales que ella con sus ji jiji que le hacen sonrojarse.
—¿Podemos hablar en privado? —protesta.
—Sí, ¡sí podemos hablar en privado! —le toma del brazo y se lo lleva de ahí, así medio... desesperada. Él se deja arrastrar—. ¿Qué te ha dicho France de Matrimonio?
—Ehm... Señorita Susana, ese es un asunto solo para Belgium.
—Yo soy Belgium.
—Wait, what?
—Soy yo, Belgium. ¡No ella!
—Entonces... ¿Me has mentido? —tan falsamente ofendido.
—E-Era una... protección.
—Mmm... ¿Y cómo puedo estar seguro que no estás mintiendo de nuevo?
—Por qué no lo hago.
—También se suponía que no lo hacías antes y mira.
—¡Antes tenía motivos!
—No sé, no me fío.
Frunce un poco el ceño y le vuelve a tomar del brazo tirando de él, que se deja, siguiéndola.
Le detiene frente a un cuadro que claramente es de ella. Escocia mira el cuadro e inclina un poco la cabeza.
—La mucama no tendría un cuadro.
—Pero tú no te pareces a esta chica...
—¿Qué? —Bélgica parpadea y mira el cuadro.
—A ver... ¿me permites?
—¿¡Qué?!
Levanta las manos hacia ella, que le mira dejándole hacer. Él sonríe y se acerca para soltarle el pelo.
Ella traga saliva levantando las cejas y él se lo acomoda con cuidado, moviéndoselo.
—¿Q-Quién eres?
—Eh? —se queda con las manos en alto.
—N-Nada... olvídalo.
Inclina un poco la cabeza y sonríe otra vez. Ella le sonríe ríe un poquito, vacilante. Escocia toma un par de mechones y se les pones frente a la cara.
—Así, ahora un poco más, despeinada y sin que se te vea la cara
—No es... ¡No! Sí soy yo, ¡y no estaba despeinada!
Se ríe soltándole el pelo y mirándola, ella le da un empujoncito, se quita el pelo de la cara y levanta un poco la nariz.
—What? —sonríe él.
—¡Que aún sigo esperando el mensaje!
—Es que aún no estoy seguro que... —se ríe otra vez.
—¿¡Que yo sea Belgium?!
—Yes.
—Sí lo soy, pregúntale a cualquiera.
—Mmm... Podrían mentirme todos como tú.
—¿¡Cómo van todos a mentirte sin saber que te tienen que mentir?!
—A lo mejor es algo que les tienes dicho que hagan.
—¡No es eso! ¡Y si fuera así France sabría! ¿¡Qué quiere decirme de Matrimonio?! ¡Venga, cuéntame! ¿¡Va a casarse con alguien?!
—Está... interesado en saber cómo... si alguien tuviera que pedirte matrimonio, cómo querrías que lo hiciera.
—¿¡A-A-a... A mi?!
—Yes.
—¿Esto es una broma? ¿France me quiere pedir matrimonio a MI?
—Solo quiere saber cómo, no sé si va a hacerlo o no.
—¡Pero sí quiere saber cómo es para hacerlo!
—Quiere saber cómo, no sé para qué. La verdad, no quiero decirte que lo hará y luego resulte que cambie de idea y no lo haga.
—¿Pero por qué querría saber cómo, si no? Aunque él siempre me ha dicho que...
—What?
—Que esas cosas no van con él.
—La verdad, yo solo soy el mensajero —levanta las manos.
—¡Pero debes saber cosas! Hmm... espera que le diga entonces algo... algo... ¿de cómo me gustaría a mí que me pidieran matrimonio?
—Yes.
—Tengo que... pensarlo, es algo en lo que nunca en mi vida había pensado antes —taaaaaaaaaaaan mentirosa.
—Pues invítanos a cenar a mí y a mi vasallo y nos lo cuentas —propone, aun así levanta una ceja sin creerla.
—Solo si tú me das más información.
—Es que esto es todo lo que sé.
—Hmm... ¿y vas a llevarle el mensaje?
—Yes, of course.
—V-Vale, vale. Les... les invitaremos a cenar y a pasar la noche.
—Bien.
—Por ahora... los llevarán a sus aposentos.
—Thank you —sonríe—. ¿Están... los señores en casa?
—¡Yo soy también la señora de la casa!
—Claro, claro... entonces supongo que eso es un no.
—Hay guardias, si se te ocurre hacer algo te matarán. Están también mis hermanos.
—¿Tus hermanos?
—Sí, mis hermanos.
—Oh... Hum... bien —sonríe.
—¡Así que no te veas demasiado vivo!
—¿Cómo iba a hacer eso?
—¡Pues no lo sé!
—Algo habrás pensado si lo has dicho.
—No puedes invadir este sitio, o España te matará.
—¡Invadir!
—Sí, ¡invadir!
—Soy solo un mensajero —se gira y empieza a andar, mirando los cuadros.
—Menos mal... —le sigue —. Uno muy extraño, por cierto.
—Es por el color del pelo. Es natural.
—Dicen que... la gente que tiene el pelo rojo es gente mágica —se le acerca un poco y estira la mano para tocárselo.
—Ah, sí. Y no tengo alma. Pero bueno, tú eres una mujer, así que tú tampoco.
—No tienes... cómo no... ¡claro que tenemos alma!
—Nah, así es más divertido. Nunca iremos al cielo.
—¡No! ¡Claro que iremos al cielo! —se persigna y todo, tan preocupada.
—Nah, para qué? No hay ahí nadie interesante.
—¿¡Qué dices!?
—La verdad.
—Bueno, cuando tú te mueras, rezaré por tu alma —Bélgica hace los ojos en blanco pensando que igualmente no pretende morirse.
—¿Cuál? Si no tengo.
—¿Cómo sabes que no tienes?
Una idea le cruza la mente con esa pregunta, se sonroja un poco y niega para si mismo.
—Por el color de pelo —responde desestimándola.
—¿Te has sonrojado? —Bélgica entrecierra los ojos.
—Eh... ¿eh?
—Eres muy blanco —se ríe—. Tanto que se te ven los puntitos brillantes cuando te sonrojas.
—No, es que me ha dado mucho el sol, fuera —se humedece los labios porque estaba pensando en decirle que sabe que no tiene alma porque las mujeres sienten cosas raras cuando le besan. Tal vez ella habría sentido curiosidad entonces y... pero NO. No puede besarla. No debe. Eso podría cambiar demasiado el curso de la historia.
Ella sonríe un poco con eso.
—Yo también me pongo roja en el sol...
—Probablemente solo Spain lo aguante.
—Y Romano que... —inclina la cabeza—. ¿Conoces a España?
—Ehm... yes, de... uhm... oídas.
—Mmmm... Me parece que...
—What? —sonríe nervioso.
—Me ha dado la impresión por un momento que no eras un simple... viajero.
—Ah, nah, nah.
—¿De dónde conoces a France?
—Antes trabajaba en las islas británicas, pero emigré.
—¿A France?
—Yes.
—¿Y trabajas como mensajero para él? Pero...
—Sí, a veces.
—¿Y ha mandado esta pregunta a más gente?
—No.
—¿Y tú crees que me la ha mandado porque pretende...?
—La verdad... Yo no lo esperaría, son esos prontos que tiene a veces.
—Bueno, igualmente supongo que puedo pensarlo... para cuando se requiera —Bélgica hace los ojos en blanco.
—Si tienes más de una manera puedes contármelo.
—Se ve que no conoces muy bien a France...
—¿Por?
—Pues porque aun cuando me lo imagine veinte veces él... no...
—¿Él no qué?
—No cree en las bodas. En realidad, yo tampoco...
—Bueno... ya, por eso es una pregunta un poco hipotética.
—De hecho... si yo fuera a casarme, sería con alguien que no fuera France y sería... —se humedece los labios.
—¿Aja?
—Bueno, seguramente sería con alguien que me quisiera SOLO a mí y que le quisiera yo solo a él.
—¿Y luego?
—Querría ... una boda pequeña, solo con los importantes.
—¿Seguro? —levanta las cejas porque siempre le ha parecido que decía eso para complacerle a él y no asustarlo DEMASIADO.
—Ya sé que las bodas grandes como la de España son más majestuosas y todo el mundo está y te felicita y... sé que es lo mejor para ehm... la corona y estas cosas, pero... no sé. Me imagino que sería algo que solo a unos cuantos realmente les interesaría
—Pero ¿cómo tendrían que pedírtelo?
—Ah, ¿que pedirlo? Eso menos lo he pensado —se ríe—. No sé, quizás... con... ¿cómo te gustaría a ti que te lo pidieran?
—¿Una chica?
—Bueno... No, ya sé que eso es absolutamente imposible...
—Entonces tendría que ser una chica.
—¿Estás casado?
—¡No!
—Ohh... ¿por? ¿Tienes novia?
—Tengo fobia al matrimonio... pero sí.
—Ohh... ¿por? ¿Eres como France?
—No. Soy... un hombre libre.
—Ohh... Bueno, supongo que el día que conozcas a una chica que sea lo bastante especial, ese día QUERRÁS estar casado con ella y sabrás que es LA chica para ti.
—Ehm... no creo que las personas se pertenezcan unas a otras.
—Pero ¿no crees que casarse con alguien es más por... querer estar con esa persona que por que esa persona te pertenezca?
—Si quieres estar con una persona, estás con una persona, no te casas para que un papel y un montón de testigos digan que les prometiste que te pertenecía.
—Pero no puedes estar con una persona sin casarte.
—Eso lo dices tú.
—No, eso lo dice la iglesia.
—Pero yo no tengo alma, ¿recuerdas?
—Aun así, no es algo que esté bien visto para mí... aunque, bueno...
—What?
—No sé, creo que... con la persona apropiada, seguro querrías casarte y formar una familia y no tendrías miedo... al contrario, te haría ilusión y tendrías ganas de hacerlo, solo porque es bonito.
—Bueno, no estoy aquí para discutir eso —bastante lo discuto contigo ya cuando es debido... ¡pero ella te quiere convencer en cualquier era!
—Ojalá yo encuentre algún día a... alguien con quien... Bueno, no... O sea con France estoy bien, no creas que no.
La mira. Ella sonríe un poco y se recarga en un tapiz, porque creo que han estado solo circulando por la casa para un lado y para el otro.
—M-Me refiero a que... me... Si estuviera yo con alguien que... fuera del todo mi cómplice, ¿sabes? Alguien a quien solo con mirar supiera yo lo que piensa y lo que siente y... con quien hiciera yo chistes. No sé... alguien así, seguro...
Es que se le acelera el corazón con eso.
—Es que claro que querría casarme con alguien así —se ríe un poco y se sonroja—. Alguien listo y divertido... No que France no lo sea, pero... es que alguien que solo quisiera estar conmigo y me lo demostrara estando conmigo, como su prioridad. Creo que me daría igual CÓMO me lo pide, aunque fuera de la manera más cutre del mundo, seguro a mí me parecería la más romántica y mejor de todas.
—Ya, pero...
—¿No crees que el que una persona así quiera estar contigo ya es premio suficiente como para no necesitar además que sea de una forma específica? Seguro, además...
—¿Además?
—Esas cosas solo pasan en los cuentos.
—Bueno, pero igualmente... no sé, seguro prefieres unas cosas que otras.
—¿Cómo cuáles?
—Pues no lo sé... a lo mejor te gustaría... un atardecer en la playa o... una noche estrellada en la montaña o... una cena en un restaurante romántico o... ¡qué sé yo! —las ideas de Margot.
—Pues... supongo que eso dependería de la persona. Si fuera con France, me gustaría una cena que preparará él, por ejemplo.
Galés un rato más tarde: ¿te dijo Bélgica algo útil? Respuesta: NO
—¿Y si fuera... ese otro tío? El que has descrito.
—¿El que no existe?
—Yeah.
—Pues no lo sé... algo especial, algo que el supiera que es nuestro y solo nuestro.
—Pero... ¿cómo qué?
—Mmm... —se lo piensa—. Me gustaría una sorpresa, algo especial para mí...
—Eso no... significa nada —quiero detalles específicos.
—Me imagino... —se sonroja... —quizás no debería decirte esto.
—¡Anda ya!
—Pues... ¡No es lo apropiado de una señorita!
Escocia levanta una ceja.
—Menos aún con un completo desconocido.
—¿Hablas de sexo?
—Hablo de después de hacer el amor.
—O-Oh...
Bélgica se sonroja.
—Vaaaaale, pensaba que no... vale. No, no,... vale. No hay... no es un problema. Vale.
—¿Que no... que no qué?
—Nada... nada. Nada nada nada. Nada de nada.
—¿Q-Qué? ¿Cómo que nada?
—Pues... lo que digo es que no pensaba que fueras a decir eso. Pero no hay problema.
—¿Q-Qué pensabas que iba a decir?
—No lo sé.
—¿Te parece... una forma fea?
—No.
—U-Una forma... ehm... ¿s-sabes? Quizás... no, quizás si preferiría que fuera a la luz de la luna con... v-velas.
—Ya.
Bélgica se revuelve, sintiendo que ha dado la respuesta incorrecta absolutamente a la hora del examen.
¡Para nada!
—Eh... ugh, perdona —aprieta los ojos.
—¿Qué? No, ¡no! No te disculpes.
—Creo que no es precisamente lo que querías oír...
—Sí, sí... quiero decir... son tus preferencias, no hay manera en que estén mal. Podrías haber dicho que querías sacar una alianza del interior de un animal muerto y... ¿quién soy yo para juzgar?
Ella le mira de reojo con ese ejemplo sonrojándose más y pensando que no debió haber dicho esto así, pero es que... era para Francia y le pareció que esto me impresionaría.
—La verdad... no pensaba tampoco que ya hubieras...
—P-Por supuesto, y-yo ya soy una mujer —se pasa una mano por el pelo.
—Espera... —frunce el ceño porque luego Francia es hijo de quien es—. No te habrá...
No, no propiamente. Más bien, llevado a decidir algo que no hubiera decidido de no ser por el ambiente en el que está.
Ya pero él... A él le tensa un poco.
Ya, ya...
—Soy u-una mujer adulta.
—Ya, claro —frunce el ceño.
—¿Qué? Es de verdad, ¡no me lo estoy inventando!
—Ya lo sé. ¿No se habrá propasado contigo?
—¿Propasado?
—Aprovechado... hecho algo que no querías.
—No. ¡No! ¡Yo quería! ¡Era lo que más quería en el mundo!
—¿Seguro?
—Claro que... ¡por supuesto que quería! ¿Cómo no iba a querer? —Ella asiente.
—A veces... es demasiado pronto y el momento puede parecer confuso y... cuando te das cuenta...
Bélgica se sonroja. Él la mira, tan serio.
—¿E-Esto te ha dicho France que me preguntaras? —pregunta ella suavecito porque en realidad sí fue un poco así, pero de verdad no fue una violación.
—Eso te lo pregunto yo antes de ir a partirle la cara.
—¿A-A France? —parpadea porque no acaba de entender...
—Yes —la mira.
—¿P-Por?
—Si se ha propasado contigo.
—Yo se lo he pedido... —Niega con la cabeza.
—Vale.
—Ha... ¿Tú ya lo has hecho también? ¿Con France?
—Yes.
—Oh... ¿y cómo ha sido?
—Menos interesante de lo que crees.
—Ohhh... ¿por?
—Porque a mí no me interesa.
—France? ¿Porque no te interesa? ¿Porque tienes a alguien más? Pero a todos les interesa él, siempre.
—Es demasiado... agobiante.
—¿Agobiante? ¿Por? Si a veces ni caso hace por días y días.
—Exacto. Viene y hay que hacerle todo el caso del mundo y cuando ya por fin me acostumbro, se larga y cuando vuelvo a acostumbrarme, vuelve a venir a reclamar atención. Es agobiante de la hostia.
—Ohh, sí que... ugh, sí que lo hace, sí.
—Por eso... —resume.
—Pero, venga... no es como para...
—Sí, sí que lo es.
—¿Y si no vuelve?
—Todo eso que me ahorro.
—¿No le echarías de menos?
—No.
—Yo no me imagino una vida sin France.
—Ya lo harás.
Ella traga saliva considerando esa idea como súper dramática. (Vieras que no...)
—Vamos con todos antes que piensen que soy yo quien te...
Ella abre los ojos como platos y se sonroja, él carraspea sin mirarla.
Por supuesto Gales va a pensarlo.
¡Pues va a equivocarse!
Ahora le verás la cara acusatoria.
IGUALMENTE SE VA A EQUIVOCAR
