Gales sonríe un poco... y se humedece los labios, mirando a Vincent de reojito. Vincent le mira también y piensa que este tipo no le gusta, seguro va a dar problemas. Esta mañana ya se ha metido hasta la oficina, aunque le han dicho que no lo hiciera, pero bueno.

—¿De verdad no entiendes el inglés?

—Entonces... ¿qué va a tomar el señor? —pregunta con suavidad, en francés.

—No quisiera ser una molestia...

—Disculpe, ¿cómo dice? —porque de verdad que no le entiende.

—Je... —Gales aprieta los ojos—. Whiskey.

Le mira con una cara un poco... acusatoria, pero vale, le lleva al comedor y le pide que espere mientras se lo sirve del mueble bar. De hecho, ve a ver que mierda de Whiskey hay aquí a ver si algo te gusta, porque me da que son marcas caras, pero no especialmente elegidas por... calidad y sabor. Ya... whiskey, la botella más cara de Jack Daniels que ODIA

—Hum... monsieur Vincent... ¿qué t-tan probable es que usted no le... no diga que yo... le pude hablar en francés?

—¿A quién, monsieur?

Monsieur Luxembourg —es que además el acento británico, que mira que Gales ha intentado eliminar por decenas de años, fallando miserablemente

—¿No quiere que el monsieur sepa que usted habla francés?

Non.

—Lo veo complicado, el monsieur sabe que yo no sé hablar otro idioma, pero veré que se puede hacer —sonríe falsa pero amablemente. Pronto descubrirás que "Veré lo que se puede hacer" es sinónimo de "Claro que no, no seas imbécil, tontolaba"

Gales arruga la nariz al ver el whiskey que le está sirviendo. Dios mío... mañana va a ir por uno decente. Actividades que no incluyen leer desordenadamente por toda la casa. ¡Bien!

—¿Puedo preguntarle a que se debe la petición?

—Hum... merci —se pasa una mano por el pelo, un poquito nervioso —. Ohh.. no quiero hacerlo frente a él...

—¿Por qué no?

—Va a hacerle gracia —Gales se sonroja un poco.

—¿Y no quiere usted hacerle gracia al monsieur?

—¿Que se ría de mí? No —Gales se ríe.

Por cierto, ¿qué ponía en el posavasos?

Don't work too much. Leave it for tomorrow!

Vale... le va a hacer mucha gracia y lo va a colgar por ahí en el corcho o algo así como recordatorio. O apoyado en los pies de Tintín.

—Como usted diga, monsieur. Si me acompaña...

—¿A dónde? —arruga la nariz al primer trago... y ¡es que este whiskey sabe a plátano!

¿Desde cuándo no te gustan los plátanos Mr. AlmostGay?

¡No dentro de su whiskey! Y él no es... gay. La mayor parte del tiempo. ¡Y no le hagan sonrojarse!

Pues por eso el almost.

—A ver... la casa y las instalaciones. Por lo visto puede elegir usted mismo su cuarto. ¿Tiene alguna preferencia?

—Al lado del de Luxembourg de ser posible... ¿usted cree que trabaja demasiado?

—El monsieur hace lo que tiene que hacer —¿no tienes una respuesta más ensayada? Igualmente arruga la nariz con lo de que esté cerca del de él—. No hay muchos cuartos de invitados cerca de las habitaciones del monsieur.

—Ohh... really? Bueno, el que haya más cerca.

—Bien, acompáñeme —le guía hasta el cuarto que está situado a menos metros del de Luxemburgo porque está justo... sobre el suyo. Que además ni siquiera es un buen cuarto. Debe ser así pequeñito con una cama individual, parece que ha sido del servicio en otros momentos de la vida.

—Hum... ¿en serio este es el mejor cuarto qué hay?

—Non. Este es el que está más cerca.

—Vale... no. Qué tal uno que esté entre la oficina y su cuarto.

—No hay ninguno así, porque no me permite recomendarle a mi...

—Me va a poner en el cuarto más lejano de la casa y no le voy a volver a ver en días.

—El monsieur valora la tranquilidad y el silencio mientras trabaja.

—Ya... pero el monsieur necesita descansar y distraerse, y yo soy su nuevo manager de... relaxing.

—¿Es usted... un empleado? —se detiene en seco, casi rechina la goma de los zapatos en el suelo. Como verás, no es la primera vez que tiene a alguien aquí con un cargo absurdo. Gales parpadea.

—No. Soy su amigo... y distractor

—Ah. En realidad, trabajar relaja y distrae al monsieur, así que no tiene que preocuparse por nada.

—Hablar conmigo también —sonríe de lado—. ¿Le preocupaba que fuera un empleado?

—La situación sería diferente —le guía hasta el mejor cuarto de invitados, que no es ni el de Bélgica, ni el de Holanda, ni el de España y Romano. La clase de cuarto en el que... debe quedarse Seychelles si alguna vez se ha quedado. O Francia. Así... cama grande, baño propio, vistas al jardín...

—¿Cual es... la comida favorita del Monsieur? —pregunta Gales mientras van ahí.

—Oh, no tiene usted que cocinar nada, para eso estamos nosotros.

—Non, non. Créame... no quiere nadie que yo cocine. Pero ¿qué le gusta? ¿Se despierta... temprano? ¿Le gusta la música? ¿Que come? ¿Que no come jamás?

—Usted es su amigo, dígamelo usted —Le mira un poco acusatoriamente con todas esas preguntas.

—No llevamos mucho tiempo siendo amigos, como es obvio... —Gales siente que está hablando con su nueva suegra, Como si no tuviera ya bastante con su madre…

—Eso es evidente... —murmura un poco.

—P-Pero me agrada. Vamos... Ehm, c-como un buen amigo y eso.

—¿Le agrada, Monsieur?

—Claro, me cae bien.

—¿Le cae bien el cuarto, monsieur? —hace un gesto porque eso es lo que le está preguntando.

—Ahh! —se sonroja —. Yes. Yes. Ehm... oui.

—Este es el que yo le sugiero —sonríe de ladito. Ja. Una pequeña victoria. No eres tan listo, británico.

—¿Me puede hacer un mapa de cómo llegar al despacho de monsieur Luxembourg?

—A no ser que quiera usted meterse en el del monsieur Luxembourg otra vez —añade.

—Ehhh... no. Bueno... si. Pero no así. Quiero saber cómo llegar —Gales se SONROJA.

—Generalmente los "invitados" del monsieur son un poco más sutiles—asegura y Gales parpadea.

—No. No, no quiero... ¡no es que lo que quiera sea meterme en su cama a-a eso! —se sonroja mucho más al entender—. Espere... ¿tiene muchos invitados que vienen a "eso"?

—Si usted cree que Mademoiselle Mónaco no va a tener nada que decir en esto, está muy equivocado. Acompáñeme.

—Non, non... Ugh. Non! Mire... Y-Yo no... no sé que qué se está imaginando, pero... non. Yo soy... ehh... un hombre casado. Me estoy divorciando pero... entiendo que él este con Mónaco y... lo respeto.

—Esta es la sala de música —le mira de reojo, pero no dice nada al respecto, guiándole por la casa.

Gales parpadea otra vez, porque... ¿sala de música? ¿En qué momento dijo que quería ver la sala de música? Aunque... joder, la sala de música. Se imagina su arpa aquí en medio por un instante.

—Tengo que advertirle, además, que le va a ser más difícil de lo que le parece de buenas a primeras.

—Ni el Ni yo somos homosexuales, yes, ya lo sé... de hecho ¡no sé por qué siquiera lo está pensando usted! —protesta sonrojándose más y poniendo los ojos en blanco.

—Cómo diga el monsieur.

—¿P-Pero por qué dice que me va a ser más difícil?

—Eso no debería preocuparle si no tiene realmente ningunas intenciones.

—Igualmente, aunque no las tenga, me da curiosidad.

Mais oui —sentencia porque CLARO que además no se lo va a decir—. Esta es la sala de audiovisuales.

Gales podría estar muy poco interesado en la sala de audiovisuales, sinceramente.

—¿O se refiere a que me va a costar trabajo ser su amigo? —le da un trago al whiskey sin pensar y hace una mueca.

—Aquí está el gimnasio. Por ahí se va a la piscina cubierta y el jacuzzi y en las puertas de cristal se sale a la terraza solárium —sigue andando sin responder a eso.

—¿Piscina cubierta? My god con este chico... —Gales mira alrededor—. De verdad... entiendo que pueda estar pensando que soy un oportunista que apareció aquí un día por primera vez y...

—Solo le advierto que tiene usted aun la posibilidad de retirarse con elegancia.

—¿Y cuál es la otra opción?

—Esto va a acabar mal.

—¿Por? ¿Ha acabado mal antes? —Gales frunce el ceño si entender,

Oui.

—¿Mal cómo?

—Desde luego la persona ha acabado siendo non grata en esta casa. Aquí está la sala del billar y de juegos.

—Ohh! ¡Un billar! —vale, primera cosa que le ilusiona realmente en la casa.

—No funciona —creo que miente.

—¿Por qué no va a funcionar? Yo lo veo Perfecto... y nuevo —se acerca pasando una mano por encima y sonriendo. Se inclina un poco sobre la mesa, inspecciona un poco las troneras

—¿Podemos continuar, monsieur?

—Sí que podemos. ¿Viene algún día aquí él? Es increíble que tenga todo esto y no...

—A veces se hacen fiestas aquí.

—A ver si consigo que venga en la semana... —Gales sonríe un poco.

Mais oui, monsieur... —tan incrédulo.

—Vale, este sitio me gusta. ¿Juega usted billar, monsieur?

—Non.

—Vale, vamos... a seguir— Gales suspira—. Me decía que usted cree que voy a terminar siendo persona non-grata.

—Es solo una posibilidad.

—Para eso tendría que... querer algo malo de Luxembourg.

—Si no lo quiere, entonces no debería preocuparse.

—¿Suele pasar... esto? ¿Es común?

—Oui —You are not so speciaaaaal

—Supongo que el dinero... llama a los oportunistas. ¿Y usted es una especie de... filtro?

—Veo que lo entiende.

—Y cree que yo soy uno de esos oportunistas... — Gales sonríe de lado—. Que viene aquí por el dinero de su empleador o a robarle alguna pertenencia o a ser su falso amigo para obtener algo.

—Estoy seguro que usted nunca sería capaz.

—Entiendo lo que hace. Y me parece bien que le cuide —Gales se ríe

—Me alegra que lo entienda.

—¿Qué sigue? —Palmadita en la espalda.

—Vamos al siguiente cuarto. Piense bien en lo que le he dicho.

—Mire... estoy pasando por un mal momento... una ruptura. Y Lux, muy amablemente me ofreció quedarme aquí unos días para no tener que volver a casa...

—Espero que se sienta usted mejor pronto —abre otra puerta—. Esta es la sala de estar de verano con el comedor en la terraza al fondo.

Bloody hell con esta casa... ¿sabe? Hace muuuuchos años yo también vivía en una casa cómo está. No así, claro porque... bueno, eran otros tiempos. Pero era... un palacillo bastante parecido a este con un mayordomo, así como usted, confiable y fiel.

Oui, monsieur? —tan finjidamente interesado, Gales se ríe.

—Ya sé que no le importa en lo absoluto y debe estar... esperando impaciente el momento en que me vaya. ¿Qué tal le cae a usted mademoiselle Mónaco?

—Muy bien, monsieur, ella es encantadora.

—Ya... me imagino que quisiera que viviera aquí...

—No es una decisión que me concierne a mí.

—Ya, ya... ¿pero no cree que ella es un poquito dura con él? —Gales se ríe otra vez.

—Por eso es que ha pensado que su relación no es tan buena y tal vez podía usted aprovecharse, ¿verdad? El monsieur tiende a dramatizar en exceso su percepción de sus relaciones personales. Le pediré que no le haga mucho caso. Aquí está la biblioteca.

—No quiero aprovecharme de... ¡Oh!

La verdad es que la sala es un poco como... la tienda de Aziraphale. Sin tantos angelitos por todos lados, pero con muebles antiguos y grandes ventanales al fondo.

Vamos, no es que Gales no haya estado en cientos de bibliotecas en su vida... pero ha estado en muchas que le gustan y muchas que no le gustan, y está parece un bonito y perfecto lugar para pasar BASTANTES horas. Sonríe, temeroso de acercarse y ver libreros llenos de libros de recetas de cupcakes.

—Al fondo está el invernadero.

—Vamos, que quien hizo esto no era del todo idiota... —inclina la cabeza y levanta una ceja recorriendo unos cuantos estantes con la mirada. Levanta la mano y toma uno de los libros. Lo saca.

Vincent suspira desde la puerta, esperándole. Ya, ya, ten un poco de paciencia. Saca otros dos. Y se pone los tres bajo el brazo ignorando a Vincent

—¿Qué está haciendo, monsieur?

—Ah, los volveré a poner en su sitio cuando los lea —responde.

—Desde luego...

Gales sigue sin moverse de ahí, sacando algunos, arrugando la nariz, volviéndolos a meter.

—¿Quiere... quedarse usted aquí y proseguiremos el tour luego?

—Ahh! Ehh... no, no. ¿Falta mucho de ver? —se gira a él—. De hecho, puedo volver. Creo que sería bueno amarrar un hilo aquí e irme para saber cómo volver.

Vincent le mira con cara de circunstancias. Vale, ya notamos que las bromas no son lo tuyo, Vincent. Aunque seguro si las hace tú monsieur te ríes educadamente. Pues... es que tú no le haces gracia

—O... no. Ehm. Well... Vamos. Vamos —se lleva los libros. Vincent sale delante.

Gales suspira porque esto va a ser más difícil de lo que pensó, con este hombre y Vincent le lleva abajo.

—Esta es la puerta que da a las dependencias del servicio, si'l vous plait, manténgase de este lado de la puerta.

—Vale, nada de ir a comer con ustedes.

—Exacto.

—Sí, si vi Downton Abbey.

—Si me sigue por aquí... —le hace un gesto para bajar las escaleras otra vez.

—Solo recorrer esta casa es un ejercicio en sí.

Mais oui, monsieur. Esta es la cava y ahí está el garaje.

Vale... vale. Si hay cosas interesantes en esta casa además de la biblioteca. Gales se humedece los labios y se asoma a la cava.

Desde luego hay... barriles de vino. Ya... probará vino de ahí, seguramente, pero no es TAN amante del vino. Ejem. Le interesa más ir a ver los coches. Así que ahí se va a la cochera y sospecho que casi que se va a caer de culo.

Ahí va Vincent a recoger los libros del suelo, pero no a él.

¡Joder!

Pues los ha tirado.

¡Y se ha caído el! ¿Cuántos coches hay?

LA pregunta. Unos diez.

What the HELL! Como... ¡pero mira qué bonito es este color beige! Ohhh... y tiene también un Aston Martin... ¡Es más nuevo que Violet!

Vincent espera tras él con cara de asco sin preguntarle quien es Violet y Gales va a tocarlos todos con suavidad y a mirar por la ventanilla con cuidado.

¿Le... hum... dejamos solo?

¡No!

—Ah, ¡esta es una bloody edición especial! Mira que... ah... ¡tiene las vestiduras de piel claras, solo hicieron unos cuantos así! —Denle un par de minutos más. Ya, ya... Vincent va a ir por una fregona.

El amargado de Vincent. Ejem. Unos minutos más tarde es que... se estira un poco la polo y vuelve. Ejem...

No, pero mira como lo va a dejar todo perdido de... lo que esperemos sea solo baba.

Iugh. ¡Si, si solo es baba! ¡No dramaticen!

Igual, ya hay un niño con una fregona limpiándolo y otro se ha llevado los libros al cuarto verde

¿El... cuarto verde es el suyo?

Por lo visto.

Gales... carraspea un poco.

—Ehm, bueno... perdona.

—No sabía que al monsieur le gustaban los coches.

—Oh, sí que me gustan... tengo un Aston Martin y pronto abrirán una fábrica nueva en mi casa.

Vincent le mira con cara de "Ah, mira que bien"

—Tal vez podría regalarle uno al monsieur, como agradecimiento

—¿Yo regalarle uno a él? Sinceramente si fuera a regalarle algo, ¿no cree que mejor regalarle algo que no tenga de sobra?

—¿Cómo qué?

—Pues... usted me dirá. Con gusto le haré tarde o temprano algún regalo.

—Usted es su amigo.

—De verdad, sé que cree que soy un oportunista que quiere SACARLE cosas o aprovecharme de él. Lo que quiero... no es eso, really.

Mais non —asiente, desde luego que no le cree.

—Aun así... ya me imagino que no me cree, supongo que si usted fuera my Vincent le pediría lo mismo.

—Entonces mejor empiece a hacer méritos para convencernos.

—¿Como cuáles?

—Eso depende de usted.

—Si la opción es irme... No, no voy a irme.

—Haga lo que considere —se encoge de hombros.

—Eso estoy haciendo —le sonríe —. ¿Qué más falta de ver?

—El jardín, la piscina, la pista de tenis... todos los exteriores.

—¿Dónde está el despacho del señor? —Gales arruga un poco la nariz.

—Pues usted se ha metido ahí esta mañana.

—Ya, ya bueno, Monsieur... entonces no va a ayudarme. ¿Y si me enseña las áreas externas mañana?

—Como desee, pero no puede ir a molestar al monsieur mientras trabaja.

—Monsieur... No voy a molestarle, voy a... hablar con él de la cena. Así que no se preocupe, nadie va a regalarle por esto —se va hacia las escaleras.

—Eso es interrumpirle. Dígamelo a mí y yo se lo comunicaré.

Gales hace los ojos en blanco, saca su teléfono y le llama. La verdad, más por necio que por otra cosa. El clásico... no puede usted hacer...

Vincent pone los ojos en blanco.

—Espera, Charlotte, estoy en ello —contesta Luxemburgo sin mirar.

—No creo tener voz de Charlotte... pero ¿¡qué haces interrumpiendo a una pobre chica en Domingo a esta hora?!

Quoi? Tú!

—Voy por ti... —Gales se ríe.

—¿Eh? ¿Ya? ¡Pero si solo han pasado cinco minutos!

—Qué va...

—¿Ya has visto toda la casa? ¿Y los jardines?

—No lo sé... Vincent me estaba explicando, pero como lo hacía en francés...

—Anda ya, lo entiendes perfecto, no es como que yo te esté hablando en inglés.

—Tú estás hablando en inglés.

—Tú debes estar escuchando mal.

—Bueno, el asunto es que... ¡Tienes DIEZ coches!

—¡No los cuentes! Da mala suerte.

—¡Y tienes un Aston Martin como el mío! ¡Pero la edición especial! —la verdad, ya se ha perdido... no sabe si ir a la derecha o a la izquierda

—¿Ah, oui? ¿Ya has ido a dar una vuelta? Dile a Vincent que te dé las llaves.

Bloody hell... y ni siquiera te enteras —lloriquea —. Estoy frente a un bloody Picasso. ¿Es a la derecha o a la izquierda? No voy a ir a dar una vuelta así sin ti, eso sería bastante aburrido.

—¿Por? Pensaba que te gustaba conducir.

Porque estoyyyy idiotizado. Gales se sonroja un poco pensando que... en sí, tu eres el juguete nuevo.

—Seguramente lo haré después de dar una hora de vueltas en esta casa y no encontrar tu despacho.

—Ese plan me parece bien.

—¿Has avanzado?

—No lo suficiente.

—Nunca será lo suficiente.

—Bueno, eso es cierto —se ríe un poco.

—¿Ves? Así que hagas lo que hagas... si ese es el caso... creo que puedes vivir tranquilo que hiciste lo más que pudiste. ¿Sabes cantar?

—¿Cantar?

—Ou... ehm... yes. Cantar... como... cantar. Una canción.

—Non, no creo ser muy artístico en general. ¿A qué viene esa pregunta?

—A que quiero que cantes para encontrarte...

—Definitivamente eso no va a pasar —se ríe.

—Oh, venga ya... vale, grita entonces.

—Nah, cuanto más tardes en encontrarme más emails puedo responder.

—Escucho el miedo en tu voz...

Mais oui!

—Tu... mayordomo no me quiere —Gales se ríe y se gira a ver si Vincent le sigue, que lo hace.

—Es normal, es muy celoso.

—Desde luego... Si está acostumbrado a ser él el que te susurra al oído cosas...

—¿Y por lo visto cree que vas a reemplazarle?

—De hecho, me está siguiendo —susurra al teléfono que viene siendo como susurrar... bueno, en el altavoz, por lo visto.

—Esas son órdenes estrictas

—¿Seguirme? ¿Me has puesto una sombra?

—Alguien tiene que proteger a Tintín mientras trabajo.

—Puedo protegerlo yo... oh! ¡Ya se dónde estoy!

—¡Que va!

Fee-fi-fo-fum, I smell the blood of a Luxemburger! Be he alive, or be he dead, I'll grind his bones to make my bread! —grita, bastante fuerte, así con su voz de actor de teatro.

Luxemburgo se ríe y le cuelga el teléfono

—¡No te puedes esconder! ¡Te encontraré! —sigue al mismo tono de voz yendo hacia la puerta del despacho en perfecto y absoluto carácter de gigante.

Vale, esta puerta necesita un pestillo ya. Ooootra vez a ir a esconderse, en vez de ir al baño, hacia el cuarto de al lado. Vincent mira a Gales con una ceja levantada.

Y es que Vincent debe pensar que Luxemburgo le va a mirar con la misma ceja levantada… Ahí va de nuevo, moviendo los brazos y abriendo la puerta del despacho de golpe. Donde no hay nadie.

Fee-fi-fo-fum, I smell the blood of a Luxemburger! Be he alive, or be he dead, I'll grind his bones to make my bread! —Y es aquí, y ahora, donde habrás visto por última vez en un tiempo a Tintín. Se lo embolsa ENSEGUIDA, ni siquiera sabrás dónde. Hace un sonido exagerado de oler—. Estás por aquíiiii... yo lo séeeeee!

De hecho, está saliendo al pasillo de puntillas por la puerta del otro cuarto. Gales va al baño a ver si está ahí, abriendo la puerta dramáticamente y de golpe.

Cuando Luxemburgo sale al pasillo, ve a Vincent y se sonroja un poco. Se encoge de hombros, le hace un gesto con un dedo para pedirle silencio y va a espiarle desde la puerta de la oficina por la que ha entrado.

Vas a verle en completa acción, con la cara bastante transformada en... una representación de gigante, brazos extendidos hacia arriba y... actuando con completa seriedad.

—Argh! No vas a escapar!

El flamenco se ríe un poco desde la puerta, en silencio.

Little Holland! Te encontraré! —se gira sobre sí mismo a ver por dónde más se pudo haber ido.

Luxemburgo se humedece los labios intentando ser súper silencioso.

—¡Aún puedo olerte! —se asoma debajo del escritorio.

Toma el cuello de la camisa y se lo huele, se encoge de hombros porque no le parece que huela mal. Gales da una vuelta otra vez sobre sí mismo, brazos extendidos.

—¡Quizás pueda mandar un correo a tu nombre, Smaug!

Uuuuh... saca el teléfono y lo pone en silencio. Sin vibración siquiera.

Ahí se va a abrir la otra puerta, así un poco de golpe porque no hay muchas opciones.

—Está vez lo has hecho mejor, ¡eh! ¡Nada de risitas!

Sí que está riéndose, pero con la mano sobre la boca. Pues nada de risitas que él escuche.

—ARGH! ¡¿Dónde estás?! —protesta moviendo los brazos en el otro cuarto para prender la luz porque no, no parece estar aquí.

Luxemburgo le hace un gesto a Vincent para que vaya tras él y cierre esa puerta... cuando lo hace, él vuelve a meterse al despacho.

—EHHH! —Gales pega un salto al oír la puerta. Vincent está ahí con cara de inocente, levantando las manos—. ¿¡Dónde está?! —protesta sonrojándose un poquito al verle a él

—No lo sé, usted es quien le olía.

El británico se aclara la garganta, pasándose una mano por el pelo. Si estaba por ahí, ¿no? No había sido solo Vincent el que le perseguía.

—Ehm... me abre la puerta. S-S'il vous plait?

Mais oui —le abre la que da al pasillo.

—Non! Esa! —protesta un poco —. Ugh!

Sale por esa y va a la oficina de Luxemburgo otra vez, por el pasillo y ahí está, sentado al ordenador de nuevo. Gales parpadea un par de veces.

—Ehm... hello —saluda descolocado porque esto es de lo más anti climático.

—Ah, creía que ibas a seguir gritando y abriendo puertas aleatoriamente un rato más antes de volver a este cuarto. Gales se sonroja con eso.

—Ehm... —se rasca la nuca y Luxemburgo se ríe—. No estaba gritando —se relaja un poco al ver que se ríe, cruzándose de brazos y recargándose en el marco de la puerta.

—Oh, oui. Te he oído.

Otra vez se sonroja un poco porque... quizás ha exagerado. Quizás sí que se le ha ido un poco la olla al estar tonteando con él. Se humedece los labios.

—No era yo... era el ogro.

—Ven. Trae esa silla —pide riéndose de nuevo y absolviéndole. Señalando una mesa redonda llena de papeles al otro lado de la habitación.

Se aclara otra vez la garganta, apretando los ojos mientras va por la silla, pensando que tiene que portarse como una persona menos rara. Como si eso fuera posible...

—Antes te has ofrecido a ayudarme —le tiende la Tablet cuando se sienta a su lado en el escritorio.

—Ugh... —la toma igual,

—¿Implica eso que te retractas? —Sonríe.

—No... —hace una mueca porque él quería jugar a atraparle y el que le ha atrapado es otro.

—Venga, prometo que será interesante.

—Tu... concepción de lo interesante me preocupa un poco —sonríe de todas formas.

—Considero que no puedes saber si te gusta o no si nunca lo has probado.

—V-Vale —le mira y por un momento piensa que justamente porque lo ha probado es que está SEGURO de que le gusta. Se sonroja.

Él está hablando de trabajar. Le enciende la Tablet y abre un mail que le ha mandado Alemania antes, abriendo los documentos.

—Zzzz... —bromea haciéndose el dormido

—Solo consiste en que lo leas y me digas qué opinas. Es el nuevo esbozo del plan que la comunidad europea está preparando para el brexit, pensé que podía interesarte conocerlo... antes de tiempo.

Gales paaaaarpadea. Seguramente esta información le sería muy muy interesante a Inglaterra

—¿Qué me dices?

—Hum... nada tonto de tu parte ponerme a leer y a criticar lo que leo...

—Empiezo a conocer a mi público.

—Un poco mejor de lo que lo empiezo a conocer yo, por lo visto —sonríe de lado —. England estaría orgulloso de ti.

—Le hablaré bien de ti en la próxima reunión.

—Yo no te lo recomendaría mucho... —suspira empezando a leer un poquito en diagonal. ¿Cuántas hojas dicen que son?

—¿Por qué no? —se vuelve al ordenador a teclear lo que tenía a medias.

—No va a servir de nada más que para que England te llene la cabeza de lo terrible que soy en absolutamente todos los aspectos, probablemente con bastante conocimiento de causa de manera tal que... hum... well...

—¿Aja? —gira la cabeza y le mira

—De hecho, creo que el mismo Germany... quizás sea mejor que no le digas a nadie que eres amigo mío.

—¿Tan mal considerado estás?

Well... en la casa de la perdición, absolutamente. Germany, por lo que he oído a tu hermana, mi voto a favor del Brexit no le tiene feliz en lo absoluto —igualmente sí parece estar... leyendo lo que dice, mira a Luxemburgo de reojo, que ya no está tecleando, ni siquiera mirando al ordenador. Sonríe de lado.

—La oveja negra de la familia.

—Nah... es Eire —determina directamente porque siempre le ha parecido eso.

—A mí me parece que Irlande es el británico favorito de Allemagne.

Eire, el único británico en la comunidad europea... por supuesto —ojos en blanco —. Mírale... mira lo que quiere. Ve este plan que está haciendo —ya empieza a protestar porque no es del todo un mal tema este.

—¿Te presto un bolígrafo y me apuntas tus comentarios? —AH, sí, claro. Se acuerda de que estaban trabajando, se vuelve a su ordenador.

—Ni siquiera te has quejado... ESCRIBIR?! —Gales le mira de reojo

—¿Quejarme?

—Ya te enterarás... dame el bolígrafo —extiende la mano sonriendo ampliamente

—Eh! ¿Dónde está Tintín? —protesta buscando uno en un bote sobre la mesa.

—Y una hoja de papel, please —sonríe un poco más.

—¿Dónde está?

—Si supiera dónde está el papel... No te lo habría pedido, Smaug

—¡No hablo del papel!

—Yo sí—sonríe más, de oreja a oreja. Luxemburgo entrecierra un poco los ojos.

—Está claro que habrá que usar... métodos más drásticos.

—Drásticos...

—A no ser que confieses.

—Monsieur... yo no tengo nada que confesar —responde en francés. Has tardado... menos de una hora, eres vergonzoso.

—Entonces no me dejas más remedio. Vincent —chasquea los dedos.

—¡No! ¡Eso no vale!

Y ahí aparece el susodicho. Luxemburgo sonríe con el chillido.

—Es una TRAMPA —es que por supuesto que... va a intentar hacer otra el mismo, se revuelve un poco en la silla buscando sacarse la figurita del pantalón y esconderla tras la tablet tratando de encontrar dónde ponerla, pero es que le está viendo.

Vale, nada de sacar ninguna figurita. Al menos tiene que pensarlo, como Sherlock Holmes. Necesita una distracción.

—¿Una trampa de qué?

—De todas las trampas, si haces eso vas a arrepentirte —le señala.

—¿Hacer qué?

Nothing —Hace una mueca. Estira la espalda. Mira a Vincent. Sonríe falsamente.

—En pie —exige Luxemburgo y Gales se sonroja

—No.

—No me obligues... —le muestra los dedos, dispuesto a chasquearlos.

—Si lo haces, todo va a ir mal.

—Entonces más vale que empieces a cooperar…

—Esto ha sido tu culpa y lo sabes.

Luxemburgo hace de nuevo el gesto de que se levante. Gales mira a Vincent de reojo.

—Podemos negociar esto de otra manera... admite que ha sido tu culpa. ¡Si hubieras estado aquí, no hubiera pasado!

—Estaba aquí, pero era invisible. Ponte en pie.

Gales se sonroja otra vez

—No eras invisible. De haber sido invisible te habrías dado cuenta —traga saliva, pasándose la mano por el pelo y poniendo la tablet sobre la mesa. La verdad sintiéndose un poco como niño pequeño con Vincent ahí. Como si no le odiara ya lo bastante.

—Me he dado cuenta, por eso estás pasando por esto.

—Claro que no te has dado cuenta de NADA —se levanta igual.

—Brazos en cruz —sigue, levantándose también, indicándole que los ponga. Gales traga saliva.

—¿Y a este a que le has traído? —pregunta metiéndose las manos a los bolsillos, sin hacer caso.

—Es un escarnio público. Brazos en cruz he dicho.

—Ya me odia lo bastante —el británico aprieta los ojos y se saca las manos de los bolsillos, abriendo los brazos.

—Entonces no pasa nada por un poquito más. Separa las piernas.

What the fuck!

—Hazlo.

Ahí va, un poquito derrotado. Gracias al cielo no estaban ahí sus hermanos.

Luxemburgo se acerca a cachearle. Gales mira un segundo a Vincent de reojo, con el corazón acelerado y Vincent le mira de brazos cruzados.

La verdad, no solía avergonzarse de robar en lo absoluto, pero esta vez sí lo estaba un poquito más de lo cómodo. Seguramente, vuelve a pensar, se había pasado de nuevo.

La verdad, Luxemburgo le pone las manos un poco por dentro del polo porque por lo visto aun no tenemos bastantes pesadillas y porque le está haciendo más caso a Vincent que a él, la verdad.

Es que además le da un escalofrío apretando los ojos y riñéndose a sí mismo porque así es como ha terminado otras veces con Francia muerto de risa con sus hermanos, por ejemplo. Debes escuchar su corazón.

—D-Desde aquí sí que te huelo... —susurra de repente.

Luego tira de la parte de abajo de la prenda hacia arriba para quitárselo por la cabeza.

Así... funcionan los momentos de pánico. What the... WHAT THE HELL! Vale... Vincent acaba de desaparecer del universo. Pasa uno... dos... tres segundos... se cubre a sí mismo con las manos, sonrojándose.

Si'l vous plait. Haz algo con esto. No sé el qué —se lo tiende a Vincent que lo toma, parpadeando. Luego se va a las piernas y sonríe cuando nota a Tintín, haciéndolo salir por abajo.

Como es que... e-en que puto momento le... ¿le acababa de medio desnudar?

Oui.

Y de robar al Tintín sin siquiera... esto... ¡es trampa!

Luxemburgo sonríe y lo vuelve a poner en su sitio tan contento.

—E-Esto no va a quedar a-así...

—Puedo moverlo un poco si no te gusta del todo aquí —le sonríe.

Debía haberle... abrazado o... algo. Di algo... di un comentario afilado. Inteligente. Ingenioso. Sonríe un poquito también. Ojos en blanco contigo, Gales.

—Anda, ve a que te preste un polo que al menos sea bonito. Vincent, si'l vous plait

—M-Me... t-te...

Vincent levanta las cejas porque le acaba de LITERALMENTE pillar robando y ¿no le va a echar? No, le vas a dar una polo. Uno de los suyos, además

P-Pardon? —pregunta Vincent que obviamente debe haber oído mal.

—Volveré —le amenaza Gales.

—Eso si logras encontrarme otra vez, gigante del castillo en las nubes.

—Eso si tu esbirro no me echa —Gales se ríe, aun cubriéndose con las manos, avergonzadillo

—Préstale también un pijama. Y muda para mañana... y ya que estamos unos pantalones y zapatos.

—Me serían más útiles unos calzoncillos...

—Pues a eso me refiero con la muda. Aunque si con eso te has meado encima... ah, oui, Vincent. Nuestro invitado tiene una extraña afección que hace que hablar de ciertos temas normalmente tabúes le generan cierta incomodidad y respuesta física, así que para el bienestar de todos, si'l vous plait, evite mencionarlos frente al caballero.

—No me he... meado encima! —protesta. Vincent parpade con eso sin estar seguro de saber de qué habla y Luxemburgo se ríe—. Quizás tu te... ¡ugh! Vámonos, Vincent.

Ahí va delante el mayordomo.

—Por cierto... —empieza antes de que salga. Gales fulmina un poco a Luxemburgo, entrecerrando los ojos.

—¡No estoy seguro de que quiera saber por cierto qué! —medio responde, indignadito, pasándose una mano por el pelo, volviendo a taparse el pecho con el brazo cuando lo hace.

—Un dominio impecable del sonrojo —comenta riéndose.

Esos fueron como tres checkmates seguidos, Gales. Lo siento.

Sí, ahora sí, pero ya, ya te deja en paz.

Gales se... sonroja más, por supuesto. Abriendo la boca.

Es que mira que mono es y que divertido es hacer esto.

¡No! ¡No aprendas que ESTO es precisamente lo divertido!

Tarde.

—Poirot... no se rinde —puntualiza Gales mirando a Luxemburgo, señalándole con el dedo y girándose a la puerta con la nariz en alto. Y ahora tú, deja de parecer Aziraphale por DIOS.