Disclaimer: Danganronpa y sus personajes no me pertenecen, sólo la trama de este fanfic

Advertencias: —AU (Universo alterno), por el momento es rated T, pero posiblemente lo cambie a M posteriormente, de todas formas intentaré no ser tan detallista con ciertos hechos, lenguaje vulgar, violencia, problemas psicológicos, situaciones sexuales, entre otros, narración de dudosa calidad, temas cliclé, pésimo sentido del humor, dramas y angustia, Ooc (fuera de personaje).


KNOW UNDER SKIN


CAPÍTULO XV . II

Un cielo sanguinario se cierne sobre nuestras guerra perpetua.

Parte 3

Segunda temporada


El día había llegado, Kokichi le había advertido sobre la guerra de luna nueva, pero no pudo pensar mucho en éso cuando Kaede corría peligro. Sabía que tenía que prepararse, pues no podía dejar a los de su especie solos, a pesar de que no sería de mucha ayuda, puesto que como vampiro, no era tan fuerte a causa de no beber sangre humana. Tenía meses dependiendo solo de sangre animal.

Harumaki a pesar de que no mataba humanos, si se alimentaba de ellos, tenía mucho más autocontrol que él a la hora de alimentarse. Kokichi por el contrario, tenía autocontrol pero nunca quiso demostrarlo, prefería matar; sin embargo, ahora desconocía a su creador, desde que supo sobre sus reciente sentimientos humanos, no tenía una clara visión sobre él y de lo que era capaz de hacer por Miu Iruma.

Pero en ése momento, tampoco podía detenerse a pensar en eso, sólo en su amada.

No obstante, los días pasaron y nunca pudieron encontrarlas. La luna nueva había llegado y ya habían sido notificados por Celestia, no podían ocultarse, eran seres sobrenaturales, y tenían a una original del infierno de su lado, no podían perder contra unos simple caza-vampiros. Habían sido avisados y no podían no haberse preparado para tal ataque.

Según Celestia, no eran "simples" caza-vampiros, había una bruja con ellos, por no contar que también tenían a una exorcista, no sabía que más traerían, pero era suficiente para mantener a su líder inquieta.

. . .

Eran ocho vampiros en total, contados tres de ellos, Celestia, sus siete fieles mayordomos vampiros, y por último, Yamada, quien era un Ghoul, todos ellos convertidos a lo largo de los años de vida de la vampira original, por lo que, siendo no-muertos muy cerca de la rama fundadora, alcanzaban casi el mismo nivel que Ouma, pues la sangre del vampiro más bajo de allí, provenía de la vampira que alguna vez fue la más poderosa de su especie.

Todo tendría lugar en la mansión Togami. No había un lugar de encuentro, pues no cabía lugar a ningún negocio entre ellos, pero los vampiros sabían que tarde o temprano se presentarían, y la mejor ocasión siempre sería cuando sus poderes fuesen disminuidos por la luna. Celestia se encontraba junto al humano y dueño de la mansión, Byakuya, sentados en el gran salón, a la espera de los caza-vampiros. Kaito lo notaba, a pesar de que Byakuya no era un vampiro, igual tenía bastante autoridad en ése lugar, pero claro, era sangre real, y era muy posible que Celestia lo estuviera preparando para ser convertirlo en vampiro, o por lo menos es lo que oyó decir de Kokichi.

—Será mejor que todos se pongan en marcha, Kaito, Maki y Ouma vigilaran las áreas de afuera, los demás los quiero divididos en cada rincón o entrada de ésta mansión —dirigió Togami a los vampiros y Ghoul que allí se encontraban, obviamente Celestia se quedaría con él—. Tendrán apoyo de mis hombres, al ser humanos, esos caza-vampiros intentarán no hacerles daño, tomen ventaja de éso.

Exactamente como había dicho, habían bastantes guardias formalmente vestidos de negro, listos para la batalla.

. . .

Kaito se encontraba solo en el jardín, vigilando que no haya ningún caza-vampiros. Pero en su mente sólo podía pensar en una persona, Kaede. No sabía aún dónde estaba y éso lo mantenía de la peor forma posible. Más con una guerra en marcha, había aún más peligros que antes. Nunca debió dejarla sola, por eso se culpaba como lo hacía. Miu también había desaparecido y no sabía si había sido por la misma persona, no sabía nada y eso le hostigaba.

Y justo cuando pensaba en ello, sintió cierto ruido seguido de una flecha lanzada hacia él, la cual logró esquivar rápidamente. Sus ojos se volvieron rojos al instante, su rostro se mostró atacante, los caza-vampiros habían llegado y si quería salvar a Kaede debía vivir para contarlo. Pero cuando la persona quien lanzó la flecha hizo aparición, paró en seco.

—K-kaede... —la nombró con temblor en su voz. Era la misma Kaede, su Kaede en frente de él, sosteniendo un arco y otra flecha con suma dureza. La misma empezó a levantar el arco para apuntar de nuevo hacia él— ¿Qué haces?

—Huye... —fue lo único que dijo antes de lanzar su flecha, Kaito reaccionó lento, lo cual provocó que le rozada el brazo.

—¡Kaede que te sucede! —exclamó— ¡Soy yo, Kaito!

—N-no puedo... ¡muere! —Lanzó otra flecha, seguida de otra flecha, todas fueron esquivadas pero aún así el vampiro no podía simplemente atacarla, era rápida, se notaba que había practicado para ello.

El vampiro estaba conmocionado, sólo le pedía que se detuviera, pero Kaede hacía caso omiso a sus palabras, como si no captara a la razón; en ese momento pensó, que había sido hipnotizada. Kokichi le había advertido sobre el vampiro llamado Rantarou Amami quien estaba obsesionado con la humana, sólo eso se le podía ocurrir, era lo único posible para él, porque su Kaede no actuaba de ésa forma.

—Kaede, escúchame, sé que no eres tú misma en éste momento —dijo mientras evitaba otra flecha y rápidamente se colocaba detrás de ella y la sostenía de los brazos, haciendo caer su arco.

—¡Déjame, muere, muere! —Kaede intentaba zafarse, pero su fuerza no se comparaba a la de él. Rápidamente aprovechó para darle la vuelta y mirarla de frente.

—Dejarás de intentar de matarme —Kaito usó su hipnosis, tuvo que repetirlo tantas veces hasta que Kaede dejó de intentar escapar de él. Era imposible debido a que su poder no era suficiente, no con sólo sangre animal corriendo por sus venas, necesitaba sangre humada, sino, jamás lograría deshacer la hipnosis que le habían hecho a Kaede, y no estaba Ouma para que lo ayudara.

En su descuido Kaede le dio un cabezazo que lo noqueó por unos segundos, pero fue suficiente para soltarse de su agarre y tomar el arco nuevamente, lanzándole una flecha que logró clavarle en el hombro, sintió un leve dolor, si hubiese dado en su corazón, ya estaría seguramente muriendo en el suelo. Akamatsu estaba determinada a matarlo. Podía rendirse ante ella, pero no dejaría que su inocencia se quebrara haciendo algo que no quería hacer.

Estaba determinado a protegerla.

Nuevamente se acercó a ella y logró quitarle su arco para lanzarlo lejos, la sostuvo de los brazos y la hizo caer al suelo junto a él; fue entonces cuando la vio desbordarse en lágrimas.

—Quítame esta hipnosis, Kaito por favor... —suplicó la humana.

—No puedo, no he bebido sangre humana, soy muy débil —admitió dejando caer lágrimas de sus ojos.

—Entonces bebe de mí —Kaito abrió sus ojos como platos ante esa declaración.

—No puedo... —admitió— Si lo hago te mataré... —le dijo con sumo dolor, pues Kaito era un vampiro que no podía controlar su sed de sangre humana una vez la probaba.

—Confío en ti —le dijo mirándolo a los ojos aún llorando. Kaito tenía sus ojos abiertos como platos por la sorpresa; no podía creer que realmente estaba diciendo eso—. Sino no dejaré de intentar de matarte y no quiero...

Kaito cerró sus ojos lamentado, sostenía fuerte a Kaede para que no escapara. Cuando abrió sus ojos eran de color rojo vivo, lo cual asustó a Kaede, era la primera vez que lo veía en ésa forma, pero aún así, movió su cabeza para darle espacio a su cuello y Kaito pudiera beber de ella. El vampiro se acercó a una velocidad moderada, con miedo de lo que fuese a ocurrir, pero si Kaede confiaba en él, debería de poder hacerlo también.

Mostró sus largos colmillos y los clavó con la mejor delicadeza posible para no dañarla, pero era imposible no sentir dolor, y Kaede se lo hizo saber cuando gimió de dolor. Empezó a succionar su sangre, tenía que beber hasta fortalecerse, hasta que tuviese suficiente fuerza para quitarle la hipnosis, para protegerla de quien sea que quisiera hacerle daño.

Su sangre era tan deliciosa, jamás había probado algo tan deleitoso en su vida, ¿era eso acaso sangre virgen de la que hablaba Kokichi? Tan diferente al paladar, tan adictiva. La quería toda para él.

—Ka-Kaito... —cuando escuchó la voz de su amada se detuvo de inmediato, pues había estado bebiendo demás sin darse cuenta, pudo haberla matado, y por más deliciosa que fuese su sangre, no se perdonaría si algo le pasara a Kaede.

—Dejarás de intentar matarme, eres libre de toda hipnosis que te hayan hecho —ordenó con sus ahora más fortalecidos poderes; y como era de esperarse, funcionó enseguida.

El vampiro la soltó, y Kaede logró sentarse sobre el suelo, vio sus manos y luego lo vio a él, más lágrimas brotaron de sus ojos antes de abrazarlo y besarlo fuertemente en los labios. Como había extrañado aquel tacto, aquel olor, todo de ella. El beso fue correspondido por él, quien enseguida le tomó el rostro con ambas manos, no quería que ese momento acabara, pero sabía que aún el problema con los caza-vampiros no terminaba.

—Dime que pasó —inquirió una vez se separaron y se levantaban del suelo.

—Yo...

—Así que aquí estabas —en ese momento, voltearon para ver a Ouma venir hacia ellos— Ahora, dime: ¿dónde está Miu?

—¿Miu-chan? —Kaede lucía confundida—, ¡¿algo le pasó?! —preguntó exasperada.

—Se supone los mismos que te habían llevado, la llevaron a ella también, ¿o es que acaso...?

—Estuve con el grupo de caza-vampiros hasta ahora, fui hipnotizada por Amami para matar a Kaito... yo, no sé de que hablas, pero si Miu está en problemas, debemos rescatarla —explicó Kaede rápidamente.

—¡Cuidado! —exclamó Kaito quien había escuchado un ruido a lo lejos, seguido de una ola de llamas de fuego que venía hacia ellos. El vampiro más alto tomó a Kaede y rápidamente esquivó aquel ataque, Ouma pudo por su cuenta. Cuando todos voltearon vieron a una pelirroja bajita venir hacia ellos lentamente.

—¡Yumeno-chan! —nombró la humana, en ése momento supo que era una de las caza-vampiros de las que fue advertido, la bruja.

—Veo que no terminaste de estar de nuestro lado, aún sabiendo que son seres peligrosos y llenos de maldad —manifestó la bruja a Kaede.

—¡No todos los vampiros son malos! —defendió la humana aún en brazos de Kaito.

—Pues veo que ha bebido de ti, ¿por qué lo haría sino para matarte? —su voz era suave y lenta, podía jurar que algo dormida.

—¡Lo hizo para salvarme! —respondió—. Estaba bajo la hipnosis de otro vampiro —explicó—, yo... jamás pudiera matar a Kaito... lo amo —admitió en frente de todos, Kaito sintió de nuevo su corazón latir como antes.

—Kaede no mataría a nadie —complementó el vampiro—. Es la mejor persona que he conocido, y jamás pudiera hacerle daño a nadie. Su bondad es sólo una de las cosas que me hacen amarla como lo hago —declaró, provocando que la bruja lo mirara incrédula.

—Y aún así es la causa de mi muerte —en ese momento, una persona de cuya voz Kaito desconocía apareció ante ellos. Un joven de cabellos verdes, alto y pálido.

—Amami-kun... —nombró la humana junto a él. Sintió el cuerpo de Kaede temblar, y supo que él era la causa de todo.

—¿Viniste a qué te exterminara? —preguntó la bruja apuntándolo con su varita.

—Que tonta —oyó decir de Amami, quien luego rápidamente se dirigió hasta Yumeno, tirando su varita y tomándola del cuello.

—¡Yumeno-chan! —exclamó Kaede. Por lo que Kaito intentó correr a su rescate, pero un solo movimiento y Amami le doblaba el cuello.

—Mátala si quieres, a mí sólo me importa que me digas dónde está Iruma —amenazó Ouma con sus ojos rojos de furia.

—Ahh, así que nuestro gran Kokichi Ouma se ha enamorado de una humana —se burló Amami, provocando que el vampiro mayor se enfureciera más.

En ese momento, una explosión de escuchó desde la mansión, asustando a todos. Yumeno aprovechó eso para escapar del agarre de Amami y tomar su varita, empezando a lanzar hechizos al azar contra los vampiros y así lograr escapar.

—Maldita —balbuceó el peliverde, pues le había dado en la pierna, aunque no tardaría nada en recuperarse, el golpe de una bruja siempre dolía más. No por nada eran personas que no podían ser hipnotizadas por los vampiros, Kokichi le había informado de ello años atrás.

En un abrir y cerrar de ojos, Ouma ya estaba frente a Amami con su mano dentro de su pecho, justo sosteniendo su corazón.

—Ahora si me dirás dónde está Miu —dijo amenazante.

—Enserio crees que te lo... ¡AH! —Amami se quejó tras el fuerte apretón que Ouma le hizo a su corazón; es decir, o hablaba o moría.

—¡Maldición! —exclamó Amami con mucho dolor—. En la cripta Togami... Tsumugi... ahí la tiene —confesó, y al instante Kokichi sacó su mano de su pecho, el mismo estaba todo cubierto de sangre, paso seguido, el de baja estatura salió velozmente de allí. El vampiro peliverde logró recuperarse segundos después.

—Espera... has dicho Tsumugi... ¿Te refieres a Shirogane Tsumugi? —Kaede lucía conmocionada y al no obtener respuesta de Amami, prosiguió—. Ella... está con los caza vampiros, ¿por qué secuestaría a Miu?

—Ja, ja, ja —el peliverde comenzó a reírse fuertemente—. Shirogane es todo menos inocente —confesó—. Es la causante de que sea vampiro, es la causante de casi todo lo que pasa aquí —Kaito no sabía quien era Tsumugi, recordaba sólo que Kaede le había mencionado sobre el vestido que llevó a la fiesta de máscaras que celebraron allí mismo—. No saben ni la mitad de lo que tiene planeado para Iruma.

—¿Qué te sucedió? —le preguntó Akamatsu—. Tú no eres así, no desearías el mal a nadie, no pondrías a tu amiga en peligro... —aquello lo había dicho con suma tristeza.

—Sabes muy bien que desde ése día todo cambió —respondió friolento—. Lo único que me importaba era que por tu propia cuenta decidieras estar conmigo.

Kaito se encontraba escuchando aquello con algo de empatía, podía sentir el gran dolor del peliverde, pero sin embargo...

—Eso no es excusa para hacer lo que haces —acusó por fin dirigiéndose a Amami—. Kaede no es alguien a quien puedas controlar, que tengamos poderes sobrenaturales no significa que podamos tomar ventaja de ello.

—¡Cállate! —gritó el peliverde, sus ojos se volvieron de color rojo, característicos de un vampiro realmente enojado—. Jamás lo entenderías cuando la tienes para ti, cuando te mira de una forma que jamás me mirará a mí, ¡cuando eres el único a quien ama! —dijo en desesperación—. Si Kaede no puede estar conmigo, no lo estará con nadie, y si debe volver la desesperación definitiva a éste mundo para acabar con todo, ayudaré a Tsumugi en lo que quiera.

—¿Volver la desesperación definitiva? Es que acaso te refieres a... —antes de Kaito finalizar su oración, Amami había desaparecido.

—¡Tenemos que salvar a Miu-chan! —exclamó Kaede, pero en ese momento otra explosión de escuchó.

—Tenemos que ayudar a los demás, Harumaki puede estar corriendo peligro, Ouma se encargará de Iruma, tenlo por seguro, él es mucho más fuerte que yo —le dijo a Kaede, dándole confianza esa vez, haciéndole saber que Ouma había cambiado, por lo menos sabía que no quería que Miu corriera peligro, y que haría todo por rescatarla—. No te alejes de mí, toma tu arco, quizá lo necesites...

Kaede sólo afirmó con su cabeza y obedeció, dirigiéndose ambos hasta la mansión.

. . .

Había destrucción por todos lados, observaron por lo menos a tres vampiros de Celestia muertos, algunos humanos guardaespaldas inconscientes. Kaito se preguntó si realmente había sido buena idea traer a Kaede a ése lugar, aunque cualquier sitio era mejor que dejarla sola, con Amami por allí, al menos sabía que ahora sí podía protegerla, había bebido de su sangre y ahora era más fuerte.

—¡Atrás! —En ese momento una joven de largos cabellos oscuros y ojos verdes apareció en frente de ellos— ¡Aléjate de Akamatsu-san, vampiro pervertido!

—¡Chabashira-san, no lo hagas! —pidió Kaede, colocándose en frente de él y extendiendo sus manos.

—¡¿Es qué acaso la has hipnotizado?! Maldito, te la verás conmigo —la chica se colocó en posición de combate, y aunque Kaede lo negara, ella fue directamente hacia Kaito, ambos empezaron una pelea realmente brutal. Le sorprendía como siendo solo una humana, podía lograr tanta ventaja, a pesar de tener más fuerza que antes.

Los gritos de Kaede pidiendo que se detuvieran eran fuertes, pero Kaito sólo podía estar pendiente de esquivar los ataques de Chabashira. Aquello los había llevado hasta el gran salón, dónde una lucha entre Celestia, varios vampiros que quedaban, los guardaespaldas de Togami, y dos peculiares caza-vampiros. Entre ellos una máquina que jamás había visto en todos sus años de vida. Chabashira aprovechó su leve distracción para atacarlo, pero alguien detuvo su ataque, había sido Maki quien había aparecido, la chica retrocedió sin dejar su posición de ataque.

—Así que ahora seremos dos contra uno, eh —manifestó muy confiada—. No creas que por ser mujer no tendré piedad, sigues siendo una vampiresa, seguramente un hombre te convirtió, pero no puedo dejar mis obligaciones por ello.

—Morirás hoy Chabashira Tenko —le dijo Maki con una mirada muy enojada que hacía que el rojo natural de sus ojos se acentuara aún más, parecía que ya se habían enfrentado con anterioridad—. Kaito, su arte es el Aikido, se especializa en la evasión y redirección de la fuerza del atacante, ten mucho cuidado, si llega a noquearte, allí recién es que sacará su arma para acabar contigo totalmente.

—Veo que tienes muchos conocimientos, es predecible siendo una mujer —alagó la chica de ojos verdes.

—¡Por favor no le hagan daño! —pidió Kaede.

—Tranquila, no la mataremos, sólo la dejaremos inconsciente —prometió el vampiro.

—¿Ah, un vampiro que no mata? —preguntó extrañada Tenko.

Maki no esperó un momento más para atacarla, pero Tenko fue rápida en defenderse, pero la vampiresa era más rápida y aprovechaba para atacarla de nuevo, Kaito también empezó a ayudarla. Fue una gran lucha, pero finalmente, lograron detenerla. Maki le dio un cabezazo para dejarla inconsciente sobre el suelo.

—¡Kiibo ahora! —la chica morena de cabello rubio pálido platinado le había dado una orden a la máquina la cual con su brazo había apuntado hacia Celestia que se veía muy débil, tenía varias heridas en su cuerpo, el vestido totalmente arruinado, Kiibo disparó en ese momento.

—¡No! —en ese momento, Yamada, con gran agilidad se interpuso entre la bala y Celestia, dándole justamente en el pecho y dejándole un gran agujero— ¡Escape mi reina! —exclamó Hifumi adolorido, con lo poco que le quedaba de vida.

—¡Maldición! —balbuceó Celestia muy enojada, no le gustaba perder, mucho menos por rendirse.

—Vámonos, ya el helicóptero está esperándonos —Togami tomó la mano de la vampiresa y salieron corriendo de allí, Kiibo parecía que tenía que recargar antes del siguiente ataque. La humana morena intentó detenerlos por su cuenta, pero se interpusieron muchos guardaespaldas humanos, pudo haberlos detenido, quizá, pero en ése momento se sintió un temblor, y afuera se logró ver una luz que provenía del cielo hasta la cripta, Kaito supo en ése momento que algo muy malo pasaría, pero aprovechó la distracción para tomar a Kaede para escapar junto a los vampiros que quedaban.


Notas de autora: ¡Feliz año nuevo! Espero que éste año esté lleno de mucha prosperidad, salud y felicidad para todos, y que pueda actualizar más XD. Al menos comencé el año con un nuevo capítulo, pensaba escribirlo ayer, pero no me dio tiempo, hoy me tocó trabajar, pero no hay mucho movimiento los sábados, por eso pude terminarlo hoy jajaja. Espero les haya gustado, en el siguiente capítulo será el final de temporada, espero estén preparados. Sin más que decir, nos leemos luego.