Disclaimer: Danganronpa y sus personajes no me pertenecen, sólo la trama de este fanfic.
Advertencias: —AU (Universo alterno), por el momento es rated T, pero posiblemente lo cambie a M posteriormente, de todas formas intentaré no ser tan detallista con ciertos hechos, lenguaje vulgar, violencia, muerte de personajes, problemas psicológicos, situaciones sexuales, entre otros, narración de dudosa calidad, temas cliclé, pésimo sentido del humor, dramas y angustia, Ooc (fuera de personaje).
Aclaraciones: «pensamientos»
KNOW UNDER SKIN
CAPÍTULO IX . III
La abominación de un cuento de hadas.
Tercera temporada
La boda en la iglesia había terminado, no pensó que después de todo lo que pasaba podían pasar un buen momento juntos. Mientras su creador Ouma se encontraba en el ritual de luna nueva con las cazadoras de vampiros, él se encontraba con Kaede, su novia, en la fiesta de bodas de Hinata y Komaeda, una joven pareja que siempre visitaba el restaurante dónde Kaede solía tocar el piano cada noche, por ende conocían también a Kirumi, a quién invitaron junto a su recién conocido esposo, Hoshi Ryoma.
Casualmente, Hinata era amigo de Saihara, así que también había sido invitado, y él trajo consigo a Maki, y fue cuando revelaron su reciente relación. Era raro verlo de forma romántica con ella, pero se sentía feliz de que su creación y mejor amiga hubiese encontrado felicidad, lo más difícil como un ser sobrenatural que vive para siempre. Incluso una vez encontrada la felicidad era complicado, debido a que un vampiro y una humana... no podían llegar a ese punto de felicidad al que los recién casados se encontraban.
Ellos podían vivir una vida felizmente mortal, ambos formarían una familia, envejecerían juntos. Él no podía tener ese futuro con su amada Kaede, no era la primera vez que lo pensaba, y ver a tantas parejas mortales en aquella fiesta, lo hacía pensarlo más.
—¿Estás bien, Kaito-kun? —le preguntó Kaede. Notó su preocupación enseguida y le respondió con una pequeña sonrisa y asintiendo con su cabeza.
—Estoy bien, ¿aunque siento que no debería? —respondió dudoso.
—Me siento igual —se rió un poco para no caer—. Deberíamos tomarlo como... un poco de respiro antes de poder solucionar todo.
—Tienes razón... intentemos divertirnos, tus amigos están realmente felices, no le arruinemos eso —animó.
—¡Oye, oye, es Kaito-chan! —al escuchar ésa voz tembló un poco, no pensó escucharla tras unos largos 10 años— ¿Enserio, que tú no envejeces? —recordaba con exactitud lo excéntrica, ruidosa y a veces inapropiada que solía ser con sus comentarios, aunque nada alejado de la verdad. Él no había envejecido desde la preparatoria, sólo agradecía que había crecido lo suficiente y su vestimenta lo hacía lucir "mayor".
Ibuki Mioda se había acercado a ellos junto a su esposo, lo sabía por lo que decía en las noticias, su ex novia se había convertido en una famosa guitarrista y cantante, desde joven había tenido mucho talento. Su esposo, también era muy peculiar y famoso criador de animales, tenía su propia serie de televisión, si mal no recordaba su nombre era Gundam.
—Ah, Mioda, cuánto tiempo —no esperó un reencuentro con su ex, mucho menos junto a su actual pareja, aunque no le incomodaba, solo le sorprendía que la pareja de recién casados la conociera también. Ella debería tener ahora unos 28 años— Kaede, ella es Mioda —presentó a ambas, él ya le había mencionado a su novia sobre ella, Kaede se mostró un poco emocionada, suponía que por conocer a una celebridad— ¿Y su esposo...?
—El prohibido Gundam Tanaka —se presentó con una pose excéntrica.
—Un placer, soy Kaede Akamatsu —dijo emocionada, aún sin poder creer que conocía a dos personas famosas.
—¡Que emoción, no me puedo contener! —expresó Ibuki— A ésta canción podría llamarla la ex que conoce a la nueva novia.
—¿O también conociendo al esposo de mi ex? —Bromeó Kaede un poco nerviosa. Mioda respondió con una risa emocionada.
Los cuatro siguieron conversando mientras bebían del vino tinto que repartieron los meseros, uno de los temas de conversaciones fue que ambos habían estudiado en la misma clase de Hinata y Komaeda, algo muy curioso para él la verdad. Luego Ibuki y Kaede lucían muy emocionadas hablando de música, su novia le había comentado que era pianista, pero que sólo se dedicaba a dar clases y antes tocaba en el restaurante de Teruteru, antes de fallecer. Ibuki le mencionó que podría conseguirle alguna reunión con algún manager, para tener una audiencia, ya que creía fielmente de que, a pesar de aún no haberle oído tocar, tenía talento. De eso no cabía duda alguna, para él, cuando Kaede tocaba era como estar en el cielo.
Kaede se veía avergonzada por el favor que querían hacerle, él por su parte sólo le animó a que le dijera que sí, ya que era una increíble oportunidad para ella.
Luego Mioda y Tanaka se fueron a saludar a otros amigos, que les presentaron como Pekoyama Peko y Kuzuryuu Fuyuhiko, otra pareja de casados que también estudiaron junto a ellos.
—¡Patético! —en eso escuchó una voz desconocida gritar a lo lejos y éso llamó su atención, notó como una chica alta y rubia, con un kimono, le gritaba a Saihara, se notaba muy enojada y triste, los novios estaban más alejados así que no se percataron de ello, así que con el fin de no arruinar su día, los presentes decidieron acercarse para que no pasara a mayores—. El día en que Koizumi murió ella me había llamado, dijo que ustedes habían terminado ya que decidió mudarse a mi ciudad para cumplir sus sueños como fotógrafa, ella era tan talentosa, hubiese logrado muchas cosas... si tan sólo no se hubiese quedado acá por estar contigo... —culpó al detective mientras lloraba.
—Nadie puede culparlo de las decisiones de otros, ella decidió quedarse acá, y luego decidió irse para cumplir su verdadero sueño, no es algo que Saihara hubiese podido controlar, mucho menos que fuese asesinada —Maki lo defendió de la chica, y eso había molestado más a la rubia—. Saihara hizo su trabajo de encontrar al asesino, hizo hasta lo imposible porque sabía que era lo único que podía hacer por ella, conseguir la verdad.
—La verdad... —susurró la rubia con la cabeza baja.
—Saionji-san creo que es suficiente... —en éso se acercó una mujer rubia más alta y elegante, con una voz pausada y formal. Su tez era tan blanca que parecía una muñeca de porcelana o las princesas que siempre salen en televisión; la misma estaba acompañada de alguien que al parecer era su pareja, de un color de cabello rosa chillón, muy destacable entre los invitados.
—Sonia-san tiene razón, todos estamos tristes por la noticia de Mahiru, pero no te puedes descargar con un chico que no es culpable de nada —compartió el acompañante—. Además, hoy es el día de Hinata y Komaeda —recordó.
—Lo siento —interrumpió Saihara—. Aunque no lo creas, también me siento culpable por lo que le pasó, ella también era importante para mí, más que mi pareja, era también una amiga que apreciaba mucho y hasta el día de hoy, aún siento ese pesar —admitió con tristeza.
La llamada Saionji lo miró con cierta compasión, pero no le dijo nada. Y con lágrimas en sus ojos, al querer darse vuelta, la misma cayó desmayada al suelo, sorprendiendo a todos, en eso, Kaede, quién estaba a su lado, también se desmayó, pero fue tomada por él antes de caer al suelo.
—¡¿Kaede, qué pasa?! —exclamó y cuando se dio cuenta, todos los invitados empezaron a caer al suelo. Sólo pudo ver a Maki y Saihara que seguían intactos, pero los mismos tampoco sabía que estaba pasando.
En eso escucharon una risa conocida llegar hacia ellos, y voltearon encontrándose a Junko con un vestido rojo, como si hubiese sido invitada a la fiesta. A su lado, estaba Amami, Tsumugi, y el robot que pertenecía a las cazadoras de vampiros, cuyo nombre era Kiibo, todos de trajes.
—¡Tú...! —exclamó rechinando los dientes.
—¿Felices de verme? Bueno no duraré mucho tiempo, sólo vine por una persona —confesó para luego chascar los dedos, en eso Amami se movió rápidamente, y con la mirada lo persiguió y se dio cuenta de que Hinata y Komaeda también estaban despiertos. Además, pudo notar que Kirumi y Hoshi también lo estaban, no encontrando explicación alguna.
Amami capturó a Hinata y lo llevó rápidamente hacia Junko, por la rapidez con la que lo hizo, no le dio tiempo a Komaeda de reaccionar.
—¡¿Pero cómo llegué acá?! —exclamó Hinata sorprendido y haciendo forcejeo para librarse, pero Amami era, por mucho, más fuerte que él.
—¡Suéltenlo! —gritó Komaeda intentando acercarse, pero fue detenido por una inyección que cayó al lado de él, como advirtiéndole que si se acercaba más se arrepentiría, dicha arma la había lanzado una de las invitadas que tampoco se había desmayado— ¿Ts-Tsumiki-chan? —nombró, la misma tenía un rostro algo depravado por lo que acababa de hacer y sus ojos rojos, ella era otra vampiresa.
—Ella es... —Maki la observó con sorpresa.
—La enfermera que me atendió el día de mi accidente —completó Saihara. Ahora que la detallaba si era la misma persona, no sabía si en ése entonces ya era vampiro, pero presentía que había sido convertida por Amami por órdenes de Junko.
—¿Por qué estás despierto, acaso no bebiste vino? —preguntó Junko—. Bueno, no importa, pensaba mantenerlos a todos despiertos, pero hay muchos élite acá que podían interferir pupupu —comentó con una risa extraña—. Es hora de que empiece la desesperación —en eso tomó el rostro de Hinata, quien estaba siendo sostenido por Amami, y apretó de tal forma de que abriera la boca, y con un frasco lleno de sangre, se lo vació por completo para que lo bebiera, y soltó, algunos rastros de sangre se le esparcieron por fuera, y antes de intentar siquiera escupirlo, empezó a hacer efecto.
Lo que temía era que si se trataba de sangre de vampiro, la misma debía ser aceptada por el recipiente, y en ningún momento Junko le había echo alguna pregunta, Hinata mucho menos había dado su aceptación, pero supo que hizo efecto al momento de Hajime empezar a gritar. En ese momento Amami lo soltó y éste cayó al suelo.
—¡Hajime-kun! —gritó su esposo intentando ir, pero la llamada Tsumiki se interpuso de nuevo, lanzando sus jeringas.
Hinata se encontraba tirado en el suelo, gritando de dolor, y un aura oscura empezó a salir de su cuerpo, su cabello empezó a crecer y a volverse negro, era la primera vez que veía algo como eso, desconocía que estaba pasando realmente, pero si algo sabía era que no se trataba de una transformación a vampiro. Komaeda gritaba su nombre desesperadamente, entre lágrimas, pero no podía acercarse sin que Tsumuki interviniera. Junko, en el cuerpo de Miu, sonreía ampliamente, disfrutando aquello llamado desesperación.
—Bienvenido Kamukura-senpai —dijo Enoshima con un tono emocionado y sus manos juntas, como si se tratara de alguna fan. El nombrado Kamukura sin embargo, reaccionó con un bufido de aburrimiento.
—¡¿Qué le hicieron a Hajime-kun?! —gritó Komaeda, en éso Junko, quien estaba muy emocionada, cambió su rostro a uno de enojo y lo miró.
—¿Hasta cuándo gritarás "Hajime-kun"? —se quejó la rubia— ¿No ves que tu amado esposo es la reencarnación de un demonio?
Había escuchado perfectamente la palabra "demonio", sin embargo, muy pocas veces le habían hecho mención de ello. Kokichi alguna vez le contó alguna historia de la verdadera descendencia de los vampiros. Era información que sólo podían corroborar los vampiros originales.
—Aún así no sé porque sigue despierto, me aseguré de que bebiera del vino —manifestó la llamada Tsumiki.
—Porque tiene sangre de ángel —en ése momento, Kamukura habló y todos lo vieron sorprendido— No me sorprende que no se hayan dado cuenta, sólo los demonios pueden percibirlo.
—¿Sangre de ángel? —preguntó mientras volteaba a ver a Komaeda, quien lucía igual de confundido.
En eso, Kamukura desapareció y apareció al lado de Komaeda, y ambos se miraron fijamente.
—¡Harumaki! —Sin pensarlo, gritó el nombre de su creación para que fuese junto a él, dejando a una desmayada Kaede junto a Saihara; ambos corrieron hacia él antes de que Kamukura hiciera su último movimiento, fue cuando Kirumi y Hoshi intervinieron, con alta rapidez y una fuerza que sólo podía manifestarse como de vampiro, sus ojos rojos y colmillos los delataron por completo, lograron alejar a Komaeda de Kamukura, ya que el mismo parece que no tenía ánimos de pelear en ese momento, porque si lo que le contó Kokichi era verdad, los demonios eran mucho más poderosos que un vampiro, incluso de uno original.
—Por ahora podemos irnos, tenemos muchas cosas que hacer, Kamukura-senpai —le dijo con una sonrisa malévola. Kamukura parecía "curioso" por aquello y decidió largarse junto con ellos—. Ah, se me olvidaba, Saihara-kun viene con nosotros —ordenó volteando a ver al detective.
En eso Amami procedió a teletransportarse y llevarse a Saihara junto a Kaede.
—¡Saihara! —exclamó Maki.
—¡Maldito, suelta a Kaede! —ordenó al peliverde.
—No soy yo quien la lleva, sino Saihara, y él no se irá a ningún lado —dijo en modo de broma mientras Saihara seguía ahí parado mientras cargaba a Kaede.
—¿Sa-Saihara?
—Lo siento —le dijo antes de que Amami lo tomara rápido y se lo llevará, ahí supo que el detective había sido hipnotizado, no podía ser de otra forma. Él no podía verlo como alguien quien los traicionaría. Él, junto a su creación intentaron ir tras ellos, pero fueron detenidos por Tsumuki, quien lanzó varias jeringas, Kiibo también los tenía amenazados para no acercarse, sabían que un paso en falso y podía explotar, todo eso fue suficiente para que huyeran.
Junko había jugado bien sus cartas y ellos habían sido confiados.
Notas de autora: ¡Hola! De nuevo yo por aquí luego de mil años, la verdad éste capítulo me dio algo de dolor de cabeza, ya que no tenía inspiración para nada, incluso dejaba partes o conversaciones para "escribir después" y poder seguir con lo demás XD, ya que de alguna forma quería poder añadir a todos los de SDR2, aunado a ello, se me hizo muy difícil agregar ciertos personajes jeje, Kirumi siempre fue pensada como vampiro al igual que Hoshi, luego explicaré como es que no se dieron cuenta antes de ellos. Y bueno, oficialmente los 3 humanos han sido secuestrados y sus vampiros tendrán que rescatarlos. Espero les haya gustado éste capítulo, muchas tensiones se vienen a partir de ahora con esto de Hajime y Nagito jeje.
