HONNE

Los verdaderos sentimientos y deseos de una persona.

DISCLAIMER: Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto, pero la historia es de mi autoría.

...

Capítulo 2. Aun cuando nos queremos.

Sasuke tenía casi un mes completo aplazando el momento de darle la noticia de su reubicación a Sakura.

De manera abrupta, una semana exacta antes de su cumpleaños, había sido avisado por sus superiores de que sería trasladado a Kioto por un periodo indefinido y que tenía que organizar sus pertenencias y sus asuntos personales lo más pronto posible para cuando llegara la hora de partir.

En un primer momento había querido declinar la oferta, pero, en cuanto le mencionaron que estaría sirviendo a oficiales de altos rangos entre los que se encontraba un nombre en particular, decidió que no tenía de otra más que aceptar.

Tal vez en Kioto podría encontrar información o algún contacto que pudiera ayudarle a poner las piezas faltantes en el incompleto puzle que suponía el "accidente" en el que su padre, su tío y hermano mayor habían fallecido cuando sólo tenía nueve años.

Debido a que, en aquel entonces, las autoridades no les habían dado más explicaciones más allá del hecho de que habían sido víctimas de un incendio y luego les habían sido entregados un par de cadáveres casi calcinados a los que con dificultad pudieron identificar como Fugaku e Itachi Uchiha, Sasuke siempre había albergado severas dudas sobre la verdad detrás de lo que había pasado.

El fallecimiento de su padre y hermano aún calaba hondo en su corazón y aunque su madre y él habían sido acogidos y apoyados por los Haruno cuando más los necesitaban, la impotencia e incertidumbre que le producía el hecho de que nunca hubo una investigación para encontrar un culpable era algo que nunca dejaría de aquejarlo.

Eso y los indignantes rumores que comenzaron a esparcirse por Tokio poco después.

Aun ya habiendo pasado diez años desde el accidente, las habladurías sobre nexos con grupos delictivos, asi como la posibilidad de que debido a ello los cabecillas de la familia Uchiha hubieran sido eliminados, seguían teniendo fuerza entre la población y manchando su apellido de manera injusta.

Por ello, los Haruno habían sido los únicos que permanecieron al lado de los dos miembros de la familia que quedaban y aceptaron sin dudar las consecuencias sociales que les atrajo seguir vinculados a ellos.

Era de hecho esa estrecha relación con los indeseables Uchiha lo que le había impedido a Sakura recibir pretendientes, aun si era una joven encantadora y venía de una línea de sangre con precedente histórico. Lo que, de cierta manera, siempre hizo sentir ligeramente culpable a Sasuke.

Pero, ahora que ya era un adulto, había llegado el momento de atar los cabos sueltos detrás de aquel fatídico incendio para asi restablecer el buen nombre de su familia y no tenía de otra más que ser el mismo quien tuviera la iniciativa de conseguirlo.

Solo que nunca tomó en cuenta que tendría que marcharse del pueblo que lo vio crecer y mucho menos alejarse de la persona más valiosa en su vida.

—Vas a romper su corazón cuando le digas — Kizashi se cruzó de brazos y en su rostro la amargura y tristeza fue más que evidente.

—Lo sé... — en busca de la mejor manera de comunicarle la noticia a su mejor amiga no se le había ocurrido nada mejor que acudir a pedir consejo con la última figura paterna que le quedaba —. Pero no tengo de otra más que hacerlo y confío en que ella sabrá entender mis motivos.

—Claro que lo hará, para ella tus deseos son incluso más importantes que los suyos propios — el señor Haruno tomó su taza de té y le dio un sorbo, mientras ambos observaban sentados en el porche las hojas marchitas de los árboles —. Eres la persona que más ama en este mundo, aunque eso tú ya debes saberlo porque te sientes igual respecto a ella ¿O me equivoco?

—No, no lo hace... — en los normalmente apacibles ojos negros del joven Kizashi percibió la profundidad de su angustia y no pudo evitar conmoverse.

—¿Sabes por qué acepte aquel trato con tu padre... Contigo en el lugar de Itachi? — el cuestionamiento consiguió que el pelinegro pusiera toda su atención en su acompañante, lo que motivó al señor Haruno a hablarle con total honestidad —. Porque, aunque Itachi era el primogénito y hubiera sido un esposo apropiado y gentil, tú eras mucho más querido por ella y siempre has tenido un talento natural para hacerla la niña más feliz del mundo.

Ambos, cada uno por su lado, se perdieron en sus recuerdos al evocar el día en que se puso el tema sobre la mesa.

Cuando Sasuke tenía ocho años había sido llamado a su primera conversación seria entre hombres y seguía fresco en sus memorias como en aquel cuarto, en el que sólo estaban su padre, hermano mayor y el señor Haruno, todas las miradas se posaron en él para hacerle una pregunta.

"Dime hijo ¿Te molestaría la idea de pasar el resto de tu vida con Sakura?"

Siendo tan pequeño e ignorante de la verdadera intención detrás de la pregunta él había afirmado que en realidad eso le gustaría, porque era su mejor amiga y se la pasaba bien junto a ella.

No obstante, cuando le aclararon que se referían a estar juntos como un matrimonio en toda la regla, hasta que la muerte los separara, sí dudo un momento sobre lo que debía responder.

Itachi afirmó que quizá era un poco pronto para hacerle ese tipo de preguntas ya que aún era un niño muy pequeño, lo que picó el orgullo de su hermano menor, quien ya quería ser tratado con la propiedad que un hombre ameritaba.

Luego de eso la conversación tuvo un tira y afloja entre ambos patriarcas, ya que Kizashi tampoco estaba muy seguro sobre comprometer a su hija siendo tan joven y Fugaku quería asegurar a toda costa una unión entre ambas familias lo más pronto posible. Al final, todo se redujo a convencer a Sasuke de aceptar al mencionarle que su hermano mayor era la otra opción para ser el esposo de Sakura.

—Además, siempre has sido muy celoso respecto a ella y si no se comprometía con tu hermano o contigo sabía que te interpondrías ante cualquier otro prospecto que se le presentara — el joven oficial no hizo ademan de afirmar o negar las palabras del señor Haruno. Nadie más que ellos tenían conocimiento de su compromiso verbal, lo que para su disgusto le dejaba la opción a otros hombres de buscar conseguir la mano de la dama de ojos verdes —. Sólo los que los conocemos bien hemos sido capaces de ver lo fácil que te rindes ante ella, como bajas tus defensas cuando la tienes a tu lado y lo dispuesto que estas a hacer lo que sea con tal de que ella este bien. En el fondo, creo que puede que la quieras incluso más de lo que ella te quiere a ti.

—Sakura siempre opina que eso es imposible y puede que tenga razón... — una ventisca hizo volar caer un par de hojas cerca de ellos, así que el Uchiha tomó una entre sus dedos y la contempló con aflicción —. Porque con tal de ayudarme a cumplir mis objetivos ella estaría dispuesta a hacerse a un lado y dejarme ir... Sin embargo, si fuera ella quien tuviera que dejarme, sé que no podría permitírselo fácilmente.

—No puedo prometerte que, una vez que te vayas, Mebuki no vaya a considerar comprometerla con alguien más o incluso enviarla a la corte del emperador — Kizashi supo leer muy bien una de las preocupaciones que el chico había estado teniendo los últimos días, desde que aquella vecina mencionó lo fácil que sería para Sakura convertirse en la concubina de la mayor figura de autoridad del país. Aunque, como padre, el hombre también guardaba sus propias inquietudes —. Sabes que su futuro prácticamente pende de un hilo ya que no recibe propuestas de matrimonio y si tú te vas quien sabe cuándo puedas regresar y estar disponible para casarte con ella. Estaría desperdiciando su juventud, marchitándose en la espera, tú la conoces, tiene voluntad, pero también un alma muy frágil y si...

—Realmente pienso volver... — Sasuke lo interrumpió y se giró para ver a la cara a su acompañante. En sus ojos había un fuego y una férrea convicción que era imposible no destacar —. Nunca voy a abandonarla, usted me ha enseñado a ser el hombre que Sakura se merece, por eso confío en que seré un esposo más que adecuado y que tendremos una vida muy feliz juntos... Pero me temo que nunca podré dedicarme completamente a ella como tengo planeado hacerlo si no resuelvo esto antes.

Kizashi suspiró pesadamente. Él sabía que el muchacho tenía razón y que su curso de acción, por más que fuera a resultar contraproducente para la pelirrosa, estaba más que justificado.

Tenía que velar por la seguridad y el futuro de su pequeña, pero tampoco podía oponerse a los deseos del Uchiha. Después de todo, aunque a veces lo ignorara, seguía siendo un hombre con propósitos más allá de sólo ser el eterno compañero de vida de su hija.

"Oh Fugaku, puedo ver mucho de ti en este muchacho" Kizashi pensó evocando a su viejo amigo.

—Lo hice, pero antes de eso tu padre te enseñó a ser el hombre sagaz y honorable que te debes a ti mismo ser — el señor Haruno se permitió inclinarse levemente hacia el chico que prácticamente había criado la mitad de su vida y puso una mano sobre su hombro —. Por eso apoyare tu decisión y mantendré tu nombre y tus deseos presentes en este hogar tanto como pueda.

—Gracias señor... — Sasuke estaba por inclinarse en una reverencia a quien consideraba su padre adoptivo, pero fue detenido por un abrazo que lo envolvió con fuerza.

—¡No tienes nada que agradecer! Te quiero como a un hijo y prometí cuidar de ti ante toda circunstancia — Kizashi se separó del joven y lo sostuvo por hombros dándole su característica sonrisa charlatana —. Además, si no te apoyo en esto, eso significaría dejar a mi princesa en manos algún bobalicón que ni con toda la suerte del mundo podrá cuidarla como solo tú sabes hacer.

—¿Incluso si ese hombre fuera el emperador?

—¡Aunque fuera el mismísimo buda, Sasuke! — esta vez el Uchiha acompañó la expresión jovial del hombre mayor con su propia sonrisa. De verdad tenía suerte de haber sido acogido por el cariñoso y amable señor Haruno —. Y eso que nos estamos olvidando del detalle más importante en todo esto.

—¿Y ese sería?

—Que Sakura preferiría morir a estar con alguien que no seas tú.

Mejor dicho, tenía suerte de ser tan amado por los Haruno en general.

En especial por su prometida.


Luego de aquella charla con el señor Haruno, Sasuke había esperado a que Sakura regresara a casa y pudiera asearse y cambiarse de ropa para llevarla a uno de los preciados lugares donde solían pasar sus días cuando eran niños.

Todo con el propósito de poder conversar con ella a solas y tranquilamente.

El atardecer estaba reflejándose en las pacíficas aguas del canal que cruzaba la ciudad y, mientras ambos se sentaban a contemplarlo sentados sobre el césped, había cierta tensión en el ambiente que le pareció más que inquietante a Sakura.

Desde que lo vio en su hogar al volver de su práctica de kendo, en el rostro de su amigo había sido evidente que algo lo preocupaba y sospechaba que había ido a verla con el propósito de compartírselo.

—Hoy no llevas tu uniforme ¿Volvieron a darte el día libre? — la doncella preguntó tímidamente, pues, en lugar de su elegante traje occidental, el Uchiha llevaba haori y hakama simples de tonalidades oscuras.

—Sí y los próximos dos también... — y antes de que ella pudiera preguntarle el motivo, él añadió —. Era necesario, porque tengo muchas cosas que debo resolver.

—¿A qué te refieres? — como Sasuke mantenía la mirada al frente mientras observaba el agua ella se inclinó hacia él para analizar su expresión.

El Uchiha entonces no pudo evitar enfrentarse al escrutinio de sus ojos verdes y cuando se dignó a verla directamente sintió como su corazón se apretó afligido en su pecho.

Desde que eran niños siempre le había sido complicado apartar la mirada de ella una vez que comenzaba a contemplarla. Sakura siempre había sido la mujer más bonita del mundo para él. Cada rasgo suyo, como su frente amplia, su nariz pequeña, sus labios afelpados o sus preciosos orbes esmeralda, conseguía arrancarle un suspiro cuando los tenía en su presencia.

Eso sin mencionar que su cuerpo también había madurado y que, ahora que era un hombre, las suaves curvas que su kimono delineaba con tanta elegancia eran imposibles de ignorar.

Habiendo madurado tanto, las cualidades que ya poseía se habían perfeccionado, al mismo tiempo que adquirió otras, lo que la había convertido en una criatura mucho más apabullante conforme pasaba el tiempo.

Pero, aunque su físico definitivamente había cambiado, su corazón y razonamiento seguían siendo los mismos de la niña con la que había compartido toda su vida hasta ese momento.

En el fondo, Sakura seguía siendo el ángel sobreprotector que siempre quería que él estuviera tranquilo y que no dudaría ni por un segundo en desafiar a todo y a todos con tal de asegurar su bienestar.

Por eso tenía mucho miedo de cómo iba a tomarse la noticia, solo que ya no podía seguir posponiéndola más.

—Me dieron tres días para poder poner mis asuntos personales en orden... Antes de que me trasladen como oficial a Kioto — al menos se aseguró de que su voz no temblara al comunicar su partida y vio como la pelirrosa parpadeaba repetidamente, tratando de asimilar sus palabras.

—¿K-Kioto?... ¿Vas a irte a Kioto? — los cuestionamientos eran más para reafirmarse ese hecho a sí misma que para obtener una respuesta de él, aunque aun así recibió un asentimiento de su parte —. P-pero... pero Sasuke-kun...

—No me complace en lo absoluto irme, de hecho, pensé que en declinar la oferta... — él la interrumpió con suavidad —. Pero sé que estando allá podré obtener las respuestas que tanto deseo.

Sakura bajó la mirada para observar su regazo, incapaz de verlo a la cara un segundo más pues sentía como las lágrimas estaban amenazándola con hacer aparición.

Él seguía explicándole las motivaciones de dicha decisión, elaborando sobre cómo en ese lugar podría averiguar la verdad detrás de la muerte de su padre y hermano y, aunque sonaba lejano, a sus oídos alcanzó a llegar su acongojada reflexión sobre como sus sospechas nunca lo dejarían vivir tranquilo hasta que fueran esclarecidas. Solo que la mente de la Haruno no podía concentrarse en su discurso pues estaba ocupada tratando de digerir la terrible realidad de tener que separarse de él.

Por primera vez desde que habían nacido.

¿Cómo se suponía que iba a asumir una cotidianidad sin él en ella de ahora en adelante? ¿De verdad esperaba que pudiera ser capaz de apartarse tan fácilmente?

¿Acaso no sabía la enorme importancia que tenía en su vida y lo infeliz que sería con él lejos?

—No llores Sakura, te lo ruego... — ni siquiera se había dado cuenta de que había comenzado a llorar, pero lo dejó tomar su rostro entre sus manos y limpiarle las lágrimas con los pulgares —. No quiero lastimarte con esto, tenía mucho miedo de hacerlo por eso había estado posponiendo decírtelo.

En efecto, la estaba hiriendo con su abandono y aunque su corazón estaba rompiéndose porque sabía que no podría convencerlo de quedarse, pues una vez que él tomaba una decisión no había poder en la tierra que lo hiciera cambiar de opinión, la verdad era que tampoco tenía cara para pedirle algo así.

Había cierta parte de su racionalidad lo suficientemente despierta en ese momento para hacerla entender que el Uchiha tenía todo el derecho de irse y perseguir sus propios objetivos porque estos eran de lo más honorables y justos.

Ella sabía que algo muy raro se escondía detrás de la muerte de los tres Uchiha, así como el innegable hecho de que, si Sasuke no se ponía a la tarea de investigar, nadie lo haría.

Conocía tanto al hombre que en ese momento la abrazaba contra su pecho y le frotaba la espalda que sabía que el revelarle lo enamorada que estaba de él, además de injusto, no sería motivo suficiente para detenerlo. Además de que lo amaba lo suficiente como para dejarlo marcharse si eso era lo que él de verdad quería.

Aun si ella se moriría de la pena sin él.

—L-lo siento, no quise ponerme así... De verdad entiendo tus motivos — Sakura se separó suavemente de su agarre y ella misma se froto los ojos haciendo a un lado las lágrimas —. Sé que tienes razón y que estas en todo tu derecho de irte y hacer tu vida como tú quieras, pero...

—Pero es difícil pensar en que estaremos separados... — él completó lo que ella quería decir pues también reconocía como suya la tristeza que eso le producía.

El ver que, a su manera, el Uchiha se sentía igual de mal por tener que estar lejos y como sus ojos negros se cubrieron de un velo de aflicción, activó de inmediato el instinto protector del que Sakura siempre había hecho gala cuando su amigo necesitaba consuelo.

—Sasuke siempre te he apoyado en todo lo que has querido hacer y ésta no será la excepción. Solo que me abrumé por lo abrupto de la noticia, prometo que se me pasará — aprovechando que ya estaba anocheciendo y que en esa parte del canal no solía ir ninguna alma a esa hora de la noche, con gentileza y ternura la pelirrosa abrazó a su amigo contra su pecho y le dio un beso sobre su cabeza.

Sin importar cuanto creciera el chico o que tan fuerte y valiente se volviera, para Sakura él siempre sería el niño con el que solía jugar durante horas hasta que caían rendidos.

El mismo niño que se molestaba cuando su hermano mayor no le daba toda su atención a él.

Al que se podía hacer reír haciéndole cosquillas detrás de las orejas.

Al que adoraba cuidar ella misma cuando caía enfermo, como si fuera una verdadera doctora.

El que se metía en peleas con otros niños junto a ella.

El que perdió a su padre, hermano y de cierta forma a su madre cuando era aún muy pequeño para comprenderlo del todo.

El que aun cuando quiso aparentar ser fuerte, una vez que se convirtió en el único hombre que cargaba su apellido, se refugió en ella y su familia buscando una guía para su oscura vida.

El que deseaba con toda su alma que le correspondiera cuando se dio cuenta de que lo amaba más que como a un amigo.

Y también el mismo que necesitaba conseguir justicia por su tragedia familiar y al que estaba dispuesta a dejar ir con tal de que lo consiguiera.

Sasuke le rodeó la cintura con sus brazos y disfrutó de su cercanía, de su calidez, de su aroma y el sonido de los latidos de su corazón lo más que se pudiera antes de finalmente separarse de ella.

Él la observó fijamente a los ojos, ahora la pelirrosa no estaba llorando, sino que lo contemplaba con infinito afecto y ternura, de la misma manera en que él la estaba viendo a su vez.

—Puedes ir Sasuke-kun, te prometo que estaré bien... — Sakura le acarició con la punta de sus dedos el contorno de la mandíbula al tiempo que intentaba sonar convencida —. Voy a extrañarte todos los días... Voy a rezar todos los días para que estés saludable y fuerte, tanto en mente como en cuerpo... Y quizá, de vez en cuando, me ponga a llorar un poquito pensando en ti... Pero, por ti, voy a ser muy fuerte y aguantaré la distancia.

—No sé cuánto tiempo me tome mi misión, Sakura, pero quiero que sepas que mi plan es volver cuando lo consiga — sintiendo que se estaba aprovechando de su deseo de mostrar madurez al tomar el asunto, aun cuando era evidente que estaba abatida, Sasuke necesitó aclarar ese punto para tranquilizarla.

—Lo sé, no te preocupes, de verdad... Estando allá solo concentrate en ti — la doncella se inclinó hacia su rostro y rozo la nariz con la suya al mismo tiempo que su ceño se fruncia y una traicionera lagrima se escapaba de ella. Por más que quisiera aguantarse la agonía lo más que se pudiera estaba fallando estrepitosamente —. Confía en mí, voy a esforzarme por mantener todo en orden aquí hasta tu regreso.

—Lo hago, no hay nadie en el mundo en quien crea más que en ti — teniéndola tan cerca de él, Sasuke sentía enormes deseos de besarla, de robar su primer beso aun cuando, siendo su prometido, éste le perteneciera, de probar la dulzura de su boca y reclamarla como suya... Pero, por más que esa fuera la oportunidad perfecta para hacerlo, sabía que aún no podía dar ese paso —. Por eso también quería pedirte que vigiles a mi madre de vez en cuando...

—Eso no tienes ni que pedirlo, me encargaré de Mikoto-san, descuida...

Contemplándola como si quisiera beber de la imagen que presentaba en ese momento y guardarla en su memoria para el resto de sus días, el Uchiha se encontró pensando en lo agradecido que estaba por tenerla en su vida.

Le había sido más fácil comunicárselo cuando era niño, pero aun hoy en día seguía pensando que estaban hechos el uno para el otro. No podía imaginarse a otra persona con esa enorme capacidad de brindarle apoyo, calidez y amor además de ella y estaba seguro que ningún hombre en la tierra podría cuidarla, mimarla y adorarla como solo él sabía.

De verdad rogaba que el señor Haruno cumpliera su palabra de ayudarlo a estar con Sakura en el futuro, porque su vida se convertiría en una pesadilla si a su regreso se encontrara con algo tan devastador como ella siendo la esposa de alguien más.

Con otro hombre ocupando el lugar que a él le correspondía.

En varias de sus sesiones de meditación se dio cuenta de que la muerte de su familia le producía aún más enojo cuando se ponía a pensar como ésta había truncado su futuro con Sakura.

Si su padre y hermano no hubieran muerto, estaba seguro de que ya tendría más de tres años siendo el devoto esposo que siempre había querido ser para ella, tal vez incluso ya tendrían hijos y vivirían en su propia casa.

Pero ahora, todo lo que podía hacer era rogar que ella no se olvidara de él mientras estuviera lejos y que su objetivo no le tomara tanto tiempo en ser completado.

Porque por más que la quisiera para él, su agradecimiento para con ella y su familia no lo dejaría impedir que se enamorara y casara con alguien más si acaso se cansaba de esperarlo y decidía que eso era lo que haría feliz.

—Te amo Sakura, gracias por siempre entenderme y cuidarme...

Conmovida por sus palabras, la pelirrosa se acercó para dejarle un par de besos en la frente, la sien y sus mejillas, para luego rodearlo en un abrazo que los refugiara a ambos en lo que podría ser su último momento íntimo antes de que sus vidas tomaran caminos separados.

—Yo te amo aún más Sasuke-kun, cuando estés lejos siempre recuérdalo... Y ten por seguro que cuando regreses seguirá siendo así.


Para cuando regresaron a la casa de los Haruno ya era un poco tarde y la oscuridad de la noche finalmente se había cernido sobre sus cabezas.

A Kizashi le disgustaba que su hija estuviera afuera a esas horas por lo que ambos esperaban recibir una reprimenda por sus acciones en cuanto éste los viera llegar. Sobre todo, Sasuke.

El pelinegro ya podía escucharlo reclamarle en la cara con su expresión de falsa furia: "¿Cuantas veces tengo que recordarte que debes comportarte como un caballero, sobre todo con Sakura?"

No obstante, cuando estuvieron cerca de la propiedad fueron sorprendidos con un tumulto de gente que se arremolinaba en la entrada y que, apenas los vieron, comenzaron a murmurar entre ellos con sus rostros demostrando abierta congoja.

La pelirrosa no perdió tiempo haciendo a un lado a quien estuviera en su camino para entrar a su casa, siendo seguida de cerca por Sasuke y, conforme sus pasos apresurados la llevaban en busca de sus padres para averiguar qué estaba pasando, su respiración comenzó a agitarse y una sensación de frío le llegó hasta los huesos sin que ella fuera consciente de ello.

Lo que era signo de una alarma y angustia que incrementaron todavía más cuando vio que unas manchas carmesíes yacían en el suelo de la estancia principal.

—¿Q-qué...? — su voz salió como un tartamudeo y cuando escuchó un ruido proveniente de otra habitación comenzó a correr tan rápido como su ajustado kimono se lo permitía.

Aunque, cuando llegó a su destino, deseo haberse demorado un poco más para tomar aire y prepararse para lo que se encontraría al deslizar la puerta que conducía a la recámara de sus padres.

Porque, apenas sus ojos cayeron sobre la sórdida estampa de su madre sosteniendo con desesperación un cuerpo en su regazo, mientras un grupo de personas que no alcanzó a reconocer la miraban con pena y su normalmente apacible rostro estaba descompuesto y cubierto de lágrimas, sus rodillas le fallaron y se dejó caer al suelo.

Entonces, aunque trataba, sin éxito, de encontrar su voz debido a la conmoción que sentía, su propio llanto consiguió abrirse paso y expresar el profundo dolor que le produjo ver a su padre inconsciente, con el pecho atravesado por una katana y todavía goteando sangre a su alrededor.

Escuchó como su madre sollozó débilmente al verla e intentó gatear para entrar y ver de cerca a su padre, pero sus intenciones se vieron abruptamente interrumpidas cuando la puerta se cerró en sus narices y unos brazos la envolvieron con fuerza para arrastrarla lejos de ahí.

—¿Sa-Sasuke? ¿Sasuke ese era... e-era mi papá? — balbuceó mientras peleaba débilmente por soltarse de él, con la mirada aún fija en la estancia de sus padres mientras su amigo intentaba llevársela a otro cuarto. Sin embargo, cuando su consciencia entendió con más fuerza lo que estaba pasando, se apartó con violencia y trató de volver —. ¡Es mi padre! ¡¿Qué le pasó?! ¡¿Quién le hizo esto?! ¡Mamá! ¡¿Que ha pasado?!

Como pudo, Sasuke tomó con más fuerza de la que quería utilizar con ella el abrumado y tembloroso cuerpo de la chica, desesperado por que él la dejara protegerla de la escena adentro de esa habitación.

Con los escasos cinco segundos que pudo ver lo que sucedía adentro era suficiente, no podía dejarla prolongar el trauma.

—Sakura, basta, vamos a tu cuarto, no tienes que...

—¡Es mi papá Sasuke! ¡Mataron a mi papá! ¡Tengo que verlo! ¡Y mi mamá también me necesita! — la pelirrosa peleó con él con brazos y piernas, desacomodando su ropa en el proceso, mientras sus gritos desesperados seguramente podían escucharse desde el exterior —. ¡Padre! ¡Madre! ¡¿Qué pasó?! ¡¿Quién hizo esto?! ¡Respóndanme!

El Uchiha trató de ignorar lo más que pudo como las fuerzas comenzaban a fallarle por lo doloroso de saber muerto a Kizashi y tener que evitar que su horrorizada amiga entrara a verlo.

Sakura estaba desgarrándose la garganta mientras su rostro empapado de lágrimas contemplaba la puerta y, habiendo soltado la parte superior de su cuerpo del agarre de Sasuke, se aferró con las uñas al suelo de madera para arrastrarse a su destino como único medio de desplazamiento.

—¡Ya fue suficiente, sólo vas a hacerte más daño! ¡Ven aquí! — el Uchiha nunca le levantaba la voz. Odiaba hacerlo porque, desde que eran niños, aunque era una mujer fuerte y aguerrida, esa simple acción bastaba para que ella se rendiera ante él y su jovial espíritu se difuminara derrotado.

Y esa vez no fue la excepción.

Habiéndolo escuchado fuerte y claro, la Haruno se dejó caer de cara contra el piso mientras seguía temblando por el llanto y dejó de luchar por ir a ver a su padre, fue entonces que su amigo de toda la vida no perdió el tiempo y la tomó entre sus brazos para llevarla a su habitación.

Cerró la puerta detrás de él y se sentó en una esquina con ella en su regazo abrazándola con infinito cariño.

La pelirrosa se escondió en su pecho y siguió llorando con fuerza, importándole poco que sus sonoros sollozos calaran en los oídos del chico. En todo momento él estuvo sosteniéndola con fuerza y acariciando su cabello tiernamente, dejando suaves besos en su frente de vez en cuando, como siempre había hecho cuando estaba triste.

De la misma manera en que ella lo consoló a él cuando perdió a su padre y hermano.

Pero como ese acontecimiento no se parecía en nada a lo vivido hacía diez años, pues Sasuke no había tenido que ver los cadáveres de sus familiares ni era una persona con un corazón tan frágil y sensible como el de ella, eso no fue suficiente.

La muerte de Kizashi Haruno, igual que la de Fugaku e Itachi Uchiha, además era una prueba de que podían pasar cosas malas incluso cuando tenían cuidado de no tener problemas entre ellos.

...

NOTAS FINALES:

Definitivamente no estoy en un buen momento de mi vida y lo único que me distrae es escribir, aunque en ocasiones con eso no me basta para alejarme de los malos pensamientos. Pero también se me puso enfrente una gatada extra de la vida, pues la instalación de luz de mi casa se fue a la mierda y por eso no pude venir antes, en serio disculpen.

En fin, a llorar a la lloriqueria, aquí venimos por amor al SasuSaku jajaja

Como siempre quiero saber que piensan de este capítulo y como creen que esto influirá más adelante, ya saben que sus comentarios me ayudan mucho a enfocarme en esto y hacer mi mejor esfuerzo.

Mil gracias a todxs los que se están tomando la oportunidad de leer esta nueva historia y espero me puedan acompañar hasta el final.

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¡POR CIERTO! Voy a publicar otra JAJAJAJA

Asiesza jaja, voy a tener dos historias en emisión. Era por eso que también les pedía paciencia respecto a los tiempos de actualización.

Aunque esa tiene un formato diferente ya que son pequeñas viñetas de bajo mantenimiento y que tienen como único propósito hacer una historia normal, sin mucho drama, pero con harto fluff jeje.

Así que si tienen ganas de acompañarme también en esa los espero en mi perfil para que lo chequen en cuanto salga.

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¡Sin más por añadir muchas gracias, nos leemos pronto!