—Me gustan. —. Le sonrió.
— Bien.
La jóven intento tomar la caja pero el chico la esquivó sin dejar que tomara un chocolate.
— Son míos.—. Le sonrió pícaro.
— Inuyasha...no. —. Se mordió el labio.
Aome se tiró sobre él apretandolo contra el colchón. Los cabellos negros de Inuyasha se desparramaron en el color lavanda debajo suyo y su camisa se corrió exponiendo su pecho niveo por la demanda de Aome al querer tomar la cajita pero el joven la esquivó con facilidad haciendo ceder sus brazos obligandola a apoyarse sobre su pecho . El rostro del joven quedó aprisionado entre el acolchado y lo brazos de la morocha.
Las piernas de la jóven se posicionaron sobre sus caderas atrapandolo debajo suyo, inmovilizandolo ,ejerciendo presión con sus músculos mientras sus manos se movían hacia dónde llevaba los chocolates.
—. Aome,no seas tonta.—. Le dijo divertido poniendo la caja debajo de su espalda.
— Ya ,damelos. —. Soltó con su respiración agitada.
Las manos de la jóven pasaron por debajo del cuerpo del chico haciendo que su rostro quedará pegado a los pectorales que habian quedado al descubierto permitiendole escuchar su risa y el latido de su corazón en su oído provocándole una risa involuntaria.
Ambos tenían la mejillas coloradas por las acrobacias para esquivarse mutuamente y sus bocas estaban curvadas en una sonrisa constante que de vez en cuando dejaba escapar una carcajada. Inuyasha sacó sus manos y tomó las muñecas de Aome reteniendolas en su espalda baja. La chica se quejó con sus labios tapados por las pieles calientes del jóven.
— Rindete. —. Le ordenó exponiendo sus dientes.
— Nunca.— dijo con la garganta vibrando en el abdomen de Inuyasha,y sus mejillas ardidas por la fuerza para liberarse.
— No seas tonta Aome,no vas a ganarme.
La chica pasó sus pies por debajo de las piernas de Inuyasha, atrapandolo como un candado y curvó su cuerpo hacia arriba estirandolo lo más que pudo. Sus pieles se rozaron y se pegotearon ya que la pelea les había creado una pequeña capa de sudor que les acaloraba más enrojeciendoles a más no poder.
Sus músculos se tensaron,sus vientres chocaron al mover sus caderas desacomodando sus ropas,los cabellos se pegaban a sus frentes, a sus cuellos,y sus labios jadeaban en el forcejeo de sus cuerpos.
La electricidad pasaba por sus poros liberando adrenalina a cada nervio de sus cuerpos. Inuyasha se rió y Aome sintió una vibración en su pecho al caer sobre el chico abruptamente.
— ¡Auch! .—. Se quejó al sentir los dedos hundidos en su piel.
Inuyasha la soltó enseguida. — ¿Estás bien?. —. La miró preocupado con sus ojos brillando, latiendo.
— Iluso. —. Le sonrió con malicia llevando sus brazos bajo la espalda del peli negro.
Sintió todo el peso de su espalda en sus manos y sus cuerpos se hundieron más en el colchón, quedando así atrapada nuevamente por su cuerpo. El envión hizo que su frente chocará con la de Inuyasha haciéndole doler levemente.
— Juegas sucio. —. Se quejó Inuyasha riendo por la picardía de la jóven.
Sus labios resecos del calor de repente estaban muy cerca,sus pieles se traspasaban el calor y sus corazones se oian pitando en sus oídos por la sangre que bullia en sus venas.
— Si quieres uno tienes que pedirlo de la manera correcta, Aome. —. Le dijo Inuyasha con voz ronca.
— ¿Y, cómo sería esa manera Inuyasha?. —. Le preguntó observando sus labios.
El joven tragó saliva,de repente se había acumulado demasiada en su boca. La miró a los ojos: anhelantes,brillantes,humectados.
Inuyasha movió su rostro hacia un lado,rozando sus labios,su comisura ,su mejilla haciéndola jadear levemente por su respiración caliente cubriéndola y entonces exhaló suavemente en el centro del oído de Aome estremeciendo su piel. La jóven apretó sus piernas inconscientemente encerrandolo más.
— Un por favor estaría bien. —. Susurró.
Por un momento el tiempo abandonó el lugar dejándolos inertes en sus posiciones hasta que Aome pasó sus manos tomando la cajita,y se levantó con sus palmas desde el pecho de Inuyasha, agitada.
—Por favor. —. Se mordió el labio y sacó un palito dándole un pequeño mordisco.
La jóven arqueó su ceja, triunfante por haber cumplido su cometido.
Inuyasha estaba debajo suyo con sus cabellos desacomodados por los forcejeos,su pecho había quedado al descubierto, subiendo y bajando. Sus ojos se clavaron en los café de Aome y sus pies se estiraron al tomar las caderas de la jóven,hundiendo sus yemas húmedas en su piel.
Inuyasha observó que se había colado por su labio inferior un poco de chocolate, así que levantó su mano para limpiarlo con la yema de su pulgar.
Aome agachó la mirada, ruborizada, ante el contacto de su dedo moviendo su labio finalizando en un pequeño ruido creado por la humedad dentro de su boca.
— Creí que te había lastimado,tonta. — . Le recriminó.
—Me parece lindo qué te preocupes tanto por mí. — . Le sonrió.
— Eh si, seguro. Eso creo...—. Esquivó su mirada.
De repente Aome se dió cuenta de cuántas veces a había ayudado, protegido. Trató de buscar sus ojos con los suyos,sonriendo inconscientemente por los recuerdos que le invadian a su lado.
— Inuyasha...yo,te agradezco que estés para mí. — Le dijo tiernamente.
Inuyasha dió vuelta su rostro, para encontrarse con los ojos café, brillantes . — Aome...
El peli negro contuvo su respiración por unos segundos,y sus manos buscaron las de Aome para atraparla entre sus dedos haciendo qué la chica se sobre salte ante el contacto.
— Siempre te protegeré, vayas dónde vayas aunque me cueste la vida.
Las mejillas de ambos se ruborizaron,y sus respiraciones aumentaron por el momento tan íntimo. Igual Aome apretó sus dedos entre los de Inuyasha como respuesta ante lo que había dicho.
— Inuyasha...—. Susurró.
Sus corazones latían fuertemente,mientras el enganche de sus dedos les hacía acercarse muy lentamente hasta quedar con sus pechos apoyados entre sí. Y aunque la familia de la jóven estaba en la casa ,en este instante no le parecía así.
— Estamos... sólo nosotros. —. Pensó.
Y las bocas de ambos tomaron protagonismo para sus ojos,observando como se separaban levemente al exhalar el aire que habían estado conteniendo.
— Inuyasha... Quisiera ... qué estemos juntos siempre. —. Confesó .
El peli negro posó su vista a la boca de Aome, notando sus blancos dientes entre sus labios,y detrás su húmeda lengua. Se incorporó con un brazo apoyado en el colchón, para sostenerse y se quedó estático al recibir una mirada profunda de los ojos café de la jóven.
— A… Aome...— .Susurró. —. Te prometo que estaremos siempre juntos.
La jóven se acercó a su rostro,muy lentamente y besó su mejilla. Pero en un leve movimiento sus labios se apoyaron en los de él y se oprimieron entre sí. Poco después los labios de Inuyasha acariciaban nerviosamente los suyos a la vez que su mano acariciaba su mejilla hasta llegar a su cabello para enredar sus falanges tiernamente y sin saber cómo Aome empezó a responder con los mismos movimientos. Primero un labio,luego el otro... demasiado lento.
De repente al verlo tan cerca de sus labios le invadió una sensación de temor y deshizo la unión de sus manos para aplastar la cabeza de Inuyasha en la almohada desde su frente a la vez que su otra mano la sostenía.
—¡No, tonto!. –le dijo con sus mejillas ardiendo. – Yo…
—¿Qué haces, Aome.? —. Se liberó de su palma y unió sus cejas negras enojado.
— No quiero...—. Dijo curvando sus cejas.
Aome quiso levantarse pero las piernas de Inuyasha se lo impidieron haciéndola chocar contra sus pectorales bruscamente.
—No te alejes de mí.
Una mano de Inuyasha la jaló hacia su cuerpo rápidamente desde su cintura para volver a apoyar sus labios en su boca,encerrandola una y otra vez. Pero ella intentaba separarse.
— Qué mal lo haces. — Susurró Aome entre pequeños besos que recibía.
— Si me dejaras hacerlo bien. —. Se quejó. — Deja de moverte, Aome.
Ella mordió suavemente el labio inferior de Inuyasha ,y también empezó a devolver esos besos creando un pequeño ruido luego de cada uno.
— No creo que los besos sean así Inuyasha…— Le dijo suspirando. — O debe ser qué no sabes hacerlo.
— ¿Tú si…? — preguntó tomándole la cintura. — Al menos tuve novia . ¿Tú tuviste novio para saber besar, Aome?.
—Pues será qué...
Las palabras de Aome fueron acalladas por los labios de Inuyasha, que tomó uno por uno lentamente para luego hacerse espacio por entre medio e ingresar su lengua para pasarla por la extensión de la de la chica. Al inicio el cuerpo de la joven se tensó más luego comenzó a seguirle el juego con la misma intensidad en un juego en sus bocas.
— ¡Inuyasha,no!. — Se apartó con dificultad.
—Qué atrevido.—. Pensó aunque en realidad le había gustado que haga eso.
— ¡Aome!. — Se quejó.
Corrió las manos de la chica encerrandola entre sus brazos y sin pensarlo la boca de Inuyasha se encontró , nuevamente con la de Aome en el momento de apoyarse en él. Está vez el beso era más profundo y pasional. Con unas caricias incluidas en el medio.
Inuyasha le tomó las mejillas con suavidad mientras Aome se apoyó en sus manos y tomó la cara de Inuyasha para unirse mejor controlando la respiración que se le entre cortaba.
Se fundieron en sus cuerpos que desprendían calor, las mejillas se coloraron ,y sus corazones palpitaron. Sus pechos chocaban por la agitación, a la par qué, sus caderas se apretaban, y entonces sus abdominales vibraron con electricidad pasando por sus músculos y,sus sexos temblaron.
—Inu… yasha…—. Susurró entre sus labios.
Aome estaba sonrojada hasta las orejas y avergonzada a más no poder. El corazón retumbaba, y podía sentirlo en sus oídos en forma de pitido.
Sin más aliento, ambos se separaron con lentitud, sintiendo la hinchazón de sus labios por aquellos besos. Aome se sentía, incapaz de continuar, y se apartó colocando su mano izquierda en el pecho caliente de él, agitado.
Pero Inuyasha volvió a buscar los labios de Aome sin mediar palabra, tomó la cara cerrando los ojos y volvió a estrechar sus labios con los de ella.
—Inuyasha… espera. – Le detuvo.
Entonces se puso de pie, estaba muy nerviosa, ansiosa y acalorada al igual que Inuyasha cuándo se dió cuenta de la situación y se "despertó" mirando a Aome muy sonrojado.
— Perdóname. –Inuyasha la imitó, poniéndose de pie también.
— No te preocupes. Yo...lo lamento. Se aclaró la garganta. —Entonces..Te gustaron mucho,¿Cierto?... los Pocky. — Aclaró.
— Si,y, ¿Sabes por qué me resultaron tan ricos?.
Ella negó con la cabeza.
— Porque saben a ti.
Fin.
Bueno espero que les haya gustado. Qué tengan un hermoso día/tarde/noche,jóvenes caballeros .
Seiyaaaa. (See yeahh).
Lele.
