Han transcurrido tres meses desde aquel duelo ceremonial, durante este periodo tanto los amigos del tricolor menor como este, se estaban preparando para los últimos días de clases de la preparatoria.

Aquella tranquila mañana de Julio, en una de las habitaciones de la casa tienda se encontraba el mas joven de esa familia, recién despertando, cuando de repente comienzo a sentir unas nauseas muy fuertes que lo hicieron sacarse las sabanas, salir de la cama, correr al baño y agacharse frente al WC para expulsar todo lo que había consumido el día anterior. Luego de que terminara, se levanta lentamente hacia lavamanos para lavarse la cara y los dientes para dejar de sentir ese sabor que queda en la boca.

( " pensamientos" )

- " Ya es el quinto día que despierto con nauseas matutinas, ¿Qué rayos me esta pasando? Lo mejor sera que después de clases, valla al hospital y que lo consulte con un medico".

Después de tomar esta decisión, Yugi sale del baño de regreso a su habitación para vestirse con su típico uniforme y a tomar su mochila. Con esta en sus manos baja para tomar desayuno con su abuelo pero tan solo ver la comida, comienza a sentir rechazo por esta, así que solo atina a tomar un vaso de leche.

- ¿Porque no comes ? - le pregunta el anciano extrañado?

- Es que no tengo hambre, eso es todo abuelito - responde el chico con su típica sonrisa, de que todo esta bien.

- Ah bueno, si tu lo dices - comenta el viejo regresando a comer su comida.

- Termina su leche - bueno, abuelito ya me voy, nos vemos a la tarde

- Que te valla bien, hijo

El muchacho se levanta de comedor, sale hacia el recibidor, en donde se pone sus zapatillas, se acomoda la mochila y se retira de su hogar en dirección hacia la preparatoria. Al llegar a esta, se encuentra con sus camaradas a quienes saluda como siempre para no preocupar a nadie y camina con ellos hacia el salón de clases, en donde acomoda sus cosas, se sienta en su lugar y a esperar que la jornada escolar de comienzo.

Al termino de las clases, Yugi toma sus cosas, se despide de sus amigos, se retira de la preparatoria y se dirige al hospital mas cercano. Después de ingresar a este recinto, se registra y se sienta a esperar a que lo llamen, luego de media hora por fin, es llamado por lo doctor, por lo que se levanta, entra en la consulta y se sienta en frente del medico.

- ¿ A que debo su visita? - pregunta un doctor de unos cincuenta años de edad.

- Pues vera desde hace varios días que tengo nauseas matutinas, mareos y asco por algunas comidas - le explica sus síntomas.

- Ya veo, creo que saber lo que puede tener pero quisiera estar seguro así que se hará estas pruebas de sangre - anota la orden de análisis y se la pasa - en el laboratorio que esta en el primer piso puede tomarla ahora mismo, no es necesario hacerla en ayuna.

- De acuerdo ¿ Cunado tardara el resultado? - cuestiona intrigado el muchacho tricolor.

- Dos horas, así que en cuanto tenga el resultado, pase a verme directamente - le responde el medico serio.

- Bien, gracias doctor - dice Yugi levantándose de la silla.

- De nada

El joven sale de la consulta, baja al primer piso, toma un numero, espera a que lo llamen, se vuelve a registrar y a esperar que lo vuelva a llamar para tomar el examen. Luego un largo rato, lo llaman, ingresa en la cabina, se toma el análisis, se retira allí y regresa a la sale de espera a esperar a que le den el resultado.

Dos horas después, le entregan el sobre con este en sus manos, regresa a la consulta del medico, se sienta, le entrega el sobre y este ultimo lo abre a la vez que lo lee.

- Lo que me temía, usted es doncel - dice el doctor dejando de leer el informe.

- ¿Qué es un doncel? - pregunta el tricolor confundido.

- Los doncel son una clase de hombres que tiene la facultad de poder tener hijos al igual que lo hacen las mujeres - explica el medico.

- Eso quiere decir ¿Que estoy embarazado? - pregunta Yugi asombrado.

- Exactamente, felicitaciones, ahora le haré entrega de este folleto con recomendaciones, unos trucos para aliviar las nauseas y los mareos - le entrega todo aquello.

- Gracias doctor, haré caso en todo lo que dice aquí - dice el joven feliz pero a la vez preocupado.

- De nada y debe venir cada mes para ver como va esa criatura - menciona el doctor con una mirada gentil.

El chico se levanta a la vez que retira de la consulta hacia su casa, entre en ella, sube a su habitación, se cambia de ropas a su pijama celeste y mira por la ventana a la estrellas al mismo tiempo que acaricia su vientre con sus manos y su cabeza comienza recodar la noche que fue concebida ese bebe que lleva en su interior.

Continuara