Nov20
AU: Moderno.
Prompt: Idiotas enamorados.
Kink: Complejo de Edipo/Electra.
La noche estaba a rebosar de un ambiente festivo, tan cálido que la brisa fría y húmeda causada por la lluvia no parecía surtir efecto alguno en sus pieles que usualmente lo resentirían a pesar de sus abrigos, pero Baji continuaba mirando al vacío. O al menos era lo que Hanemiya Kazutora determinaba de la expresión seria de su mejor amigo. Se preguntó si seguiría molesto con él por haber confundido su caligrafía con jeroglíficos en la mañana, pues todo indicaba que este se había levantado de mal humor ese día, motivo por el cual estuvo tan sensible que no dejó pasar una sola de sus bromas, respondiendo con la agresión que acostumbraba dirigir únicamente a sus enemigos. Kazutora bufó para sus adentros ya que consideraba que quien se merecía estar ofendido por todo lo ocurrido era él, no ese endemoniado rockero de closet.
Mientras lo pensaba y Baji permanecía con la vista perdida, Kazutora se permitió contemplar más profundamente los rasgos del único chico que lo soportaba y compartía su gusto por el desastre. Cada día que pasaba, Keisuke se parecía más a su madre, no sólo en el físico, también en la dulzura que a veces implementaba en sus momentos privados, donde sólo eran ellos dos conspirando la próxima suspensión escolar tras ocasionar un conflicto.
Sus otros amigos ya les habían comentado alguna vez lo empalagosos que eran entre sí cuando creían que nadie se daba cuenta. ¿Cuántas veces les habían gritado que se fueran a un motel por secretear entre ellos mientras su pandilla decidía dónde pasar el rato? ¿Desde cuándo todos ellos habían estado apostando por quién se declararía primero? Su nivel de confidencia había sobrepasado los límites hace mucho y era por ello que en el presente los ojos felinos de Kazutora no podían apartarse de quien durante ese periodo tardó al menos media hora más en enfrentarle.
— ¿Te estás divirtiendo? —preguntó Baji. Hanemiya apenas pudo seguir la dirección de sus palabras, tan ensimismado como estaba en las líneas que dibujaban el rostro de su compañero.
— ¿La verdad? Me da igual este festival. ¿Por qué siquiera vinimos? Ni compramos un yukata.
—Eras tú el que no quería sentirse enjaulado. Yo estaba muy cómodo viendo memes.
—Cuando deberías estar estudiando para el examen de la semana que viene —le recriminó.
—No quisiste ayudarme.
— ¿Qué esperabas? Eres el peor alumno que he instruido. ¿Cómo es que existes?
—Vete a la mierda, Kazutora.
Tras su ruda declaración ambos volvieron a sumergirse en un silencio tenso, pero no se trataba de cualquier clase de tensión, era una en la que ambos se sentían temblar bajo sus semblantes indiferentes, disparando su energía al contrario ante el más mínimo gesto. ¿Deberían culpar a las insinuaciones descaradas de sus mutuos camaradas que abiertamente los llamaban «Idiotas Enamorados»? Quizás lo mejor era aceptar la realidad.
— ¿Volvemos y mejor vemos una película? —propuso el chico con tatuaje de tigre, sintiendo a su corazón acelerar sus palpitaciones, después de todo temeroso de ser rechazado.
—No me atrae la idea de ver una estúpida película… —Kazutora se encogió, decepcionado antes de tiempo, pues al siguiente instante Baji continuo hablando—, pero volver no suena mal. Quiero mostrarte algunas canciones nuevas que encontré de hip-hop el día que me quedé en casa y tú saliste con Chifuyu a buscar esa mierda del aniversario con su novia, o lo que sea. ¿Te interesa?
—Oh… si, eso suena bien. Vamos.
Baji no necesitó escuchar nada más para emprender la marcha de vuelta al edificio donde residían. En el trayecto Kazutora no pudo evitar fantasear con ir caminando de la mano de su mejor amigo como si fuera un niño recibiendo la guía y protección de un padre. Y aunque no se atrevió hacer el primer movimiento, detestó que Keisuke tampoco tomara la iniciativa cuando era obvio que caminaban cerca intencionadamente. Una vez en la pieza que compartían, se deshicieron de sus abrigos y se tiraron en el suelo de madera uno junto al otro mientras el dispositivo inalámbrico reproducía la mencionada lista musical. Hanemiya estaba tan encantado por el flow del artista y la pista utilizada que casi ignoró la forma en que su mejor amigo suspiraba a su lado, como si la letra proyectara el deseo que le estaba dificultando conservar la calma. El tono del vocal era tan sugerente que parecía estar cantándole en privado a un amante.
— ¿Sabes, Baji?
— ¿Qué?
—En ocasiones me gusta imaginarte como alguien mayor.
— ¿Un anciano?
—No, no a ese extremo, sólo… alguien más maduro, ¿entiendes? Un hombre con grandes responsabilidades. Un adulto hecho mientras yo… me mantengo como hasta ahora.
—Ya veo. Que imaginaciones más raras tienes.
—Si así fuera, ¿me adoptarías?
—Eh… no sé, ya es bastante difícil tratarte así, no quiero ni imaginarme cómo sería educarte sin una esposa o experiencia parental.
—Pero… trataría de obedecerte en todo lo que me dijeras. —Frente a semejante declaración Keisuke no pudo contener el impulso de mirar hacia su mejor amigo, sintiendo a su corazón en la garganta siquiera percatarse que todo este tiempo Kazutora lo había estado mirando con esos profundos ojos semi-muertos, los cuales de algún modo también irradiaban fuego, quemándolo en el proceso—. Aunque llegara a sentirme especialmente rebelde cada vez… buscaría la manera de someterme a tu autoridad.
—Ka-Kazutora… —Baji se maldijo internamente por tartamudear.
—Tengo toda la noche pensando en que te pareces mucho a tu madre. Te envidio, a veces quisiera tenerla a ella como madre aunque, no, eso no estaría bien porque… eso nos convertiría en hermanos y yo… no querría eso aunque… —en este punto Kazutora estaba teniendo dificultades para expresarse correctamente y no ayudaba el que Baji lo estuviera mirando con tanta atención y con las mejillas visiblemente enrojecidas—, lo aceptaría todo si tú estuvieras de acuerdo —concluyó.
—Maldita sea, Tora. Estás divagando demasiado.
—En resumen, supongo que lo que quiero decir es… tengo la fantasía de enredarme contigo siendo mi tutor legal. O igualmente mi padre directo y no lo supiéramos, no importa mientras seas tú. En cualquier presentación yo… elegiría quedarme para siempre a tu lado.
Keisuke se impulsó a capturar los labios de Hanemiya apenas este finalizó su oración mientras su cuerpo entero se incendiaba con tal ímpetu que sus extremidades temblaban con unas ansias incontrolables, mismas que lo incitaron apresar a Kazutora debajo de su cuerpo, a la vez que invadía esa atractiva boca con su lengua. Ambos jadearon y gimieron, sintiendo su conexión tan ilícita como correcta, sabiéndose corrompidos por una excitación inhumana que consumió sus razonamientos a pesar de lo conscientes que eran de la situación. Ninguno se hubiese esperado reaccionar como lo hicieron en esos instantes. Era normal que no meditaran en lo que harían ni tampoco las consecuencias de ello, más les encantó que todo fluyera con facilidad.
—Yo quería… declararme a ti de otra forma —confesó Baji acalorado por la posición.
—Mañana ya pensaremos en algo. ¿Te importaría enfocarte en lo que está pasando ahora?
—Es fácil decirlo, estoy jodidamente nervioso.
—Puedes empezar por enterrar en mi boca tu lengua.
—Que niño tan malcriado —gruñó Baji, hablando esta vez contra el oído de Kazutora en un tono más grave, el cual hizo al chico con tatuaje estremecer en anticipación—. Muy bien, te mostraré modales primero, sólo así sabré si eres apto para complacerme.
—Baji… —gimió Kazutora afectado por el escenario que habían alzado por debajo de las melodías que aún sonaban en la bocina de la habitación. Sería una noche candente.
Fin.
Notas Finales: Al principio no estaba segura de participar pero pensé que el ship lo valía y es que, joder, necesito material de estos dos.
