Advertencia: CAPITULO LEMON

Flash Back

Aquella noche en el barco, en el camarote del pequeño tricolor, este daba vueltas y vueltas en la cama, ya que, no lograba conciliar el sueño. Lo cual no paso por alto por el faraón, quien sale del rompecabezas del mileno, se sienta en la cama y toma la mano de su compañero.

- Aibou ¿Estas nervioso por lo de mañana?- pregunta curioso el espíritu milenario.

- No, es por eso, si no por otra cosa- responde Yugi un poco sonrojado.

- ¿Puedo saber que es?- cuestiona curioso el antiguo rey.

- Si, eh tomado la decisión de darte mi mas preciada flor como regalo de despedida - contesta el joven amatista mirándolo a los ojos.

- - sorprendido - ¿Estas seguro Yugi? Eso es algo que le debes dar a la persona que tu ames, no ami.

- Muy seguro Atem, no podría darle esto a nadie mas que no sea a ti - dice el pequeño tricolor muy serio.

- De acuerdo - lo mira a los ojos a la vez que el articulo dándole un cuerpo mortal a Yami, el cual dura solo cuatro horas - una vez que empiece no pienso detenerme hasta el final.

Atem se sube encima de su Aibou besando sus labios apasionadamente mientras que sus manos se dedican a quitar la sudadera de su compañero, dejándolo con su torso desnudo. Al terminar con el beso dejando caer un hilo de saliva por la conmensura de los labios del menor, el faraón se dedica devorar el cuello del amatista, al mismo tiempo que sus manos se encargan de tratar a los pequeños pezones a su alcance. El mayor finaliza su andanza por el cuello de Yugi, bajando sus labios por los hombros, brazos, manos y volverlos a subir para recorrer la parte superior del pecho, las tetillas a las cuales aprovecha de lamer y succionar. Al terminar con ellas continua por la parte de abajo del pectoral de su Aibou y el abdomen en donde se detiene para quitarle los molestos pantalones, los bóxeres, ademas aprovecha también de quitarse su propia su ropa dejando boca abierta al menor, dado que, quien iba a pensar que Yami estuviera tan bien dotado.

Atem al ver que estaban los dos desnudos, abre las piernas de Yugi al mismo tiempo que se lame tres dedos, mete uno primero, sin quitar la vista del joven amatista quien se siente incomodo al sentir al invasor.

- Yugi sino te relajas, te va doler mas - le advierte con una voz mas grave por la excitación.

- de acuerdo, lo intentare - trata de estar relajado.

El faraón sonríe, lleva su boca al miembro del menor para ayudarlo a distraerse mientras mete un segundo dedo en aquella virginal entrada haciéndolo girar para luego meter un tercero, al tener los tres dedos dentro de ese pequeño agujero comienza hacer pequeñas penetraciones con ellos haciendo que Yugi se retuerza de placer, provocando que se corra en la boca del mayor.

Yami se traga el semen de su Aibou, saca su boca de allí, le sonríe al menor, quien asiente con la mirada y Atem se pone en posición, entra suavemente dentro de Yugi a quien le corren unas pequeñas lagrimas de dolor. El mayor al darse cuenta de esto, se queda quieto por un tiempo hasta que Yugi da un movimiento de caderas para dar inicio a las embestidas, las cuales comienzan lento para después ir cada vez mas rápido hasta que los dos llegan al clímax.

El mayor sale del interior del menor, se viste y vuelve hacer transparente, mira a su compañero dormido, lo tapa y regresa al rompecabezas.

Fin de Flash Back

- Ah - suspira - con que esa noche concebimos a este bebe, como me gustaría que supieras de su existencia mi querido Atem, pero se mejor que nadie que eso es imposible.

- Yo no diría eso, si fuera tu - dice una voz desconocida dentro de la habitación.

- ¿Quien esta hay? - pregunta Yugi en pose de defensa.

- Len, soy un ángel enviado por el mismísimo Ra a darte una misión, si la cumples sin errores puede que te de una recomienza- responde el pequeño sonriendo.

- ¿De que se trata esa misión? - interroga el amista serio pero ya mas relajado.

- No debes decirle a nadie sobre tu embarazo, luego de tu graduación debes irte a Egipto, en donde vas tomar el barco al valle de los reyes y allí habrá alguien que tu ya conoces, quien te dará la segunda parte de tus misión - explica el ángel - ¿Dudas?

- No, lo entendí todo - dice Yugi sonriendo.

- Bien, me marcho, te deseo buena suerte - el pequeño ser se va.

- Cumpliré esa misión, cueste lo que me cueste

Luego de tomar ese decisión, el pequeño tricolor, se mete en su cama y se acuesta a dormir, deseando que todo lo que venga encima sea para el bien de su bebe.

Continuara