HAMMERLOCKE


Tras la quinta obra de teatro, empieza a entender por qué la encontró tan triste.

Los pokémon son maravillosos. El entrenamiento que han recibido para ser capaces de actuar junto a las personas sin recibir instrucciones, hasta llegar a demostrar una excelente naturalidad entre ellos, como si en verdad fueran sus entrenadores, no los hace un adorno lindo, sino que al igual que todos luchan para ganarse el reflector final, la popularidad y una sección en el periódico matutino. Los actores y actrices son todos experimentados: algunos fueron coordinadores que se convirtieron en idols como Lisia, otros han iniciado en el Teatro Pokémon, otros tienen trayectoria en Pokévision y muchos tuvieron su historia como miembros de Pokéwood. Serena no comenzó como ellos; Ash supone que le costó convertirse en actriz con esa tonelada de competencia intimidante, las críticas son realmente crueles. Supone que cada presentación debe ser un desafío para mantenerse al nivel de ellos.

Pero, él no ve alguna diferencia, ¿realmente había una? ¿Estaba siendo demasiado amable?

Armarse una opinión sobre ella es bastante difícil si se trata de decirle lo que espera oír. Quiere ser sincero y directo si había otra oportunidad de verse, pero el tiempo para estar juntos no existe, nunca existe. Sus vacaciones acaban y no logra reunirse con ella.

Decide guardar el playbill del primer día y el recorte del periódico en donde aclamaban a Totodile como la estrella.

Esas revistas coloridas aumentan de número junto a los periódicos. Sigue sin comprender muy bien su funcionamiento, tampoco le consigue llamar la suficiente atención como para seguirlo, es sincero al decir que solo le interesa Serena. Quizás escuchar eso de él sería un poco triste para ella, pero solo disfruta cuando la ve.

Se convierte en un espectador más, luego en un admirador. Todos tienen un motivo para decir que son fans de la actriz de cabellos color miel, y los suyos no son distintos. Aunque el tiempo pasa y Serena termina por relacionarse menos con el entrenamiento pokémon, eso no le impide disfrutar de su trabajo. Finalmente, la chica de Kalos se aleja de todo el mundo que construyó para dedicarse de lleno al teatro sin los pokémon. Es una decisión inesperada que provoca diversas reacciones, sin embargo, la obras en donde aparece siguen atrayendo de igual manera. Hay algo en su forma de expresar sus emociones que le hace sentir que son suyas, sin tener que estar viviéndolas. Ella conseguía que sintiese tanto en dos horas actuando, cantando o bailando, que la combinación lo dejaba sin aliento. Sabe bien que no es el único que lo piensa, porque los aplausos para ella causan alboroto y no es una sola vez que recibe un ramo de flores al terminar la función. Aprende que son regalos del público y que son apreciados por los artistas —hombres y mujeres, niños y niñas—, porque muestran agradecimiento por su arduo trabajo, expresando admiración y un profundo «estoy orgulloso de ti». Ahora entendía por qué le emocionaron tanto las flores en su cumpleaños. Se promete a sí mismo de que ella tendría un ramo suyo cada vez que asistiera a sus presentaciones, sin escribir su nombre para convencerla de que en verdad era buena en lo que hacía, además de lo gracioso que sería mantener el anonimato.

Pero algo en él cambia cuando la ve recibir su ramo entre aplausos y lágrimas, después de una actuación complicada a pesar de no ser la actriz principal.

Lo que comenzó como una búsqueda de respuestas termina con él escribiendo su nombre en una dedicatoria, incumplimiento parte su promesa. Solo espera el momento ideal para enviarla con el obsequio, nunca asiste dos veces a la misma obra; tampoco en fácil coincidir de región o ciudad, por lo que debe esperar a que la temporada acabe. Los días intermedios entre sus propias responsabilidades y las de Serena se sienten lejanas, pero las espera lo mejor que puede.

Por fin llega el día. Hoy tampoco es la actriz principal ni ha sido elegida por el reflector, pero lo ha hecho excelente. Ash mira tanto su rostro cuando recibe el ramo que logra percibir el cambio de expresión en ella.

Bingo.

Serena se marcha corriendo de camerinos, buscándolo casi con desesperación tras leer de quién era esas flores. El lugar tan atiborrado rompe sus esperanzas, nunca lo encuentra. Lo único que hace es dejarle un mensaje de voz, esperando escuchar noticias de él lo más pronto posible. Seguramente se ve ridícula con el vestuario de esa función en medio de la calle, pero no le importa, la alegría la tiene temblando. Repite sin parar: «ha venido» lo que resta del día.

Lo mejor de esa noche es haberlo tenido tan cerca en esa región tan lejana. No había imaginado en ningún momento que se volverían a ver en Galar.

Hay una emoción incesante durante las horas que restan de ese día mientras Serena espera casi con nerviosismo que su teléfono sonara. No recuerda qué le ha dicho con exactitud, le avergüenza escuchar su propio mensaje.

Ash le responde después de las diez. Su audio comienza con una risa y Serena al fin siente que lo ocurrido en Ecruteak ya terminó. No existen más motivos para sentir que lo incomodaba (Ash nunca le diría eso de manera directa), extrañaba su amistad que tanta falta le había hecho. No se había sentido tan contenta de hablar con alguien por mensajes, es tonto, pero se siente bien. Es más de medianoche cuando apaga la pantalla después de quedar en un lugar cercano al día siguiente para reunirse, antes de partir cada uno a otra región.

Era el motivo perfecto para descansar de los ensayos. Ash es energía, ella necesita renovarlas.

Serena se deja llevar por la alegría cuando ve al entrenador y a su mejor amigo, ignorando que casi ha gritado su nombre sin pensar en su alrededor. Ash nunca la había visto tan contenta, sus ojos parecen dos estrellas brillantes cuando lo mira. Pikachu salta de su hombro para correr hacia ella y acomodarse en sus brazos cuando lo alza en un abrazo efusivo.

—¡No puedo creer que han estado ahí! —las palabras salen a borbotones de la boca de la artista cuando están frente a frente—. No fue una coincidencia, ¿verdad? ¿Alguien te lo dijo?

—No, lo descubrí solo y no quería perdérmelo —Ash permite que ella le tome del brazo y comienzan su caminata por una de las calles de Ciudad Hammerlocke. También se siente contento. Pikachu de nuevo está en su hombro y escucha atento la conversación.

—¿Y no se aburrieron? Es que no…

—No tiene nada que ver con los pokémon, sí, pero los dos la pasamos bien cada vez que asistimos.

—¿Cada vez? ¿Ya han asistido antes?

—¡Es decir…! —casi se muerde la lengua para no hablar de más, quiere mantener la sorpresa, aunque el rostro de la actriz ya refleje dudas—. Me refiero a que no nos aburrimos, es como una película en vivo.

Serena aprieta un poco el brazo del que se sostiene, que él lo dijera significaba que sería capaz de llegar a más personas, más de lo que había esperado. Se aclara la garganta antes de comenzar sus preguntas con cierta timidez.

—Y… ¿qué opinas? Sé sincero.

Ash le sonríe de costado, con un brillo intenso en los ojos.

—Yo creo que estás donde deberías estar. Ya ni siquiera necesitas vestir de colores chillones o ropa compleja para que te miren, la gente disfruta cómo te expresas.

La joven mujer siente el rostro colorearse. Sus recuerdos de ella siendo una niña envuelta en tules, listones y faldas coloridas la regresan a esas épocas inocentonas. Agradece de corazón oírlo.

—Gracias por tus palabras. Me gusta mucho este ambiente, es como ser performer en el musical pokemon, pero sin ellos.

—¡Eso pienso! —La sonrisa de Ash crece al pensar en las similitudes—. Hasta comparten los teatros. Ja, estar sentado allí me hizo pensar en las veces que te vi intentando ganar tus llaves. El momento de los aplausos y el reflector final para la mejor interpretación es lo mismo a cuando usábamos los bastones luminosos para elegir a nuestra performer favorita. ¿Las flores serían las llaves?

Serena deja que su risa se oiga sin vergüenza alguna.

—¡No lo había pensado así! Nosotros deseamos que nos regalen flores y esperar el reflector es un momento tenso. Ash, ¿eso significa que me has dado una llave de princesa?

—Por tu expresión cuando las recibiste, diría que sí —responde con una expresión divertida, ese tema está resultando interesante para ambos.

—Son muchos recuerdos, me hace sentir nostálgica. Pero hoy no quiero sentirme nostálgica. ¿Qué les gustaría hacer?

Ash se queda en silencio por unos momentos, en realidad, no había pensado en nada cuando decidieron verse. Se limita a sonreírle y subir los hombros para expresar que no tenía idea:

—Hammerlocke tiene muchas cosas, aunque se vea tranquila. Vamos a caminar, tal vez encontremos algo cerca que nos llame la atención.

—Tampoco he planeado algo, es que estaba tan emocionada que solo pensaba en reunirnos. Ayer no fue mi mejor noche, así que…

—¡Espera un momento! —Ash termina saltando, sin molestarse en controlar su tono de voz. Serena lo suelta de inmediato, la invaden los nervios cuando ve que Pikachu también la mira de forma seria—. ¿De qué estás hablando? Tú nunca olvidas tus líneas, cuando todos bailan la misma canción, tú varías tus movimientos y nunca lo haces igual. Cuando interactúas con el público, tu forma de expresarte también es única. A veces creo que no hay una interpretación tan buena como la tuya. Así que no minimices tu trabajo.

Aunque el tono con el que lo dijo fue duro, Ash se ve empeñado en mantenerla con los pies en la realidad y no en suposiciones. Ella lo entiende. Serena regresa a tomarlo de un brazo con lentitud.

—¿Entonces eso es lo que piensas?

—Sí. Pregúntale a quien quieras, te dirán que la actriz que se llama Serena es muy buena y es tonto que piense que no por estar comparándose con las personas que tiene alrededor.

Ambos guardan silencio. Serena mantiene la misma posición, como si aquel contacto le transmitiera seguridad y confianza. ¿Por qué le había dicho «siempre» si no asistió a sus demás obras? Entonces nota el anillo de plata que le regaló en navidad y un sentimiento cálido se instala en su corazón, él estaba hablando en serio y no trataba de quedar bien con ella. El entrenador se disculpa por su reacción y la anima a disfrutar de la mañana, otra manera de comunicarle que debía calmarse. Entonces la escucha suspirar y rompe el contacto. Serena le sonríe de forma simpática y regresa a un estado tranquilo, decide mejor no tomarle del brazo y sujetar la correa de su bolso mientras se posiciona a su lado y reinician el camino.

—Por cierto, Serena, ¿no has hecho un papel principal?

Ella niega con una expresión sosegada.

—No, todavía no lo consigo. Pero estoy ensayando para mejorar mis interpretaciones y tener uno muy pronto. Ser secundario o de reserva es un entrenamiento muy bueno. Cuando estaba en la compañía que trabajaba con los pokémon, casi lo consigo.

—¿En serio?

—¡Sí! Mi compañero iba a ser un Mightyena que rescataba a una princesa, que era la actriz más aclamada por el teatro en esos tiempos: Una linda Torchic. * Al final decidieron que no tenía química con él y quedé como secundaria. Pero estoy cerca, estoy segura.

Ash comenzaba a sentir genuina curiosidad del motivo por el que Serena había abandonado el entrenamiento pokémon, pero decidió que preguntaría después, en esos instantes, solo quería oírla.

—Y ese día tenemos que celebrar, ¿verdad?

—¿Sí…? ¡Eh, sí!, ¡claro! —su ofrecimiento la deja anonadada unos segundos—. Y por eso te invitaré algo. ¿Qué quieres hacer? Estoy preparada para todo.

—No tienes que hacerlo.

—¡Quiero hacerlo! Las flores en el escenario significan mucho para un artista y mejora todavía más cuando también se trata de ti.

—Tú siempre me has apoyado, igual iba a hacerlo yo.

—Sigue siendo especial, aunque digas que no.

Serena se ve realmente bonita esa tarde, como si alguien hubiese pulsado un botón que activaba la felicidad instantánea y la expresaba de todas las formas que podía: en su manera de dirigirse a él, de verlo y de querer regalarle un buen día. Ash lo piensa un poco antes de mirarla con una expresión burlona y un poco expectante en sus ojos castaños.

—Si insistes: quiero jugar Laser Tag.

Casi se ríe al verla indignada. Era condenadamente obvia.

—Te estaba bromeando. No quiero que arrugues ese vestido.

—No, está bien. Pero mi puntería es horrible.

—Y la mía es muy buena. No tienes que preocuparte por nada.

Serena cruza los brazos sobre el pecho y lo mira desafiante, aunque es evidente que por dentro es una gelatina de terror. Le causa ansiedad jugar ese tipo de juegos.

—Bueno… ¿estás seguro?

—Seguro.

—No te haré caso si te arrepientes a última hora.

—No, no lo haré.

—¿De verdad?

—De verdad.

—Estoy a punto de llamar a un taxi.

—Llámalo.

—Si perdemos por mi culpa no escucharé ninguna de tus quejas y te haré pagar.

—Te prometo que no me quejaré.

—Hecho, pero te lo advertí.

—¡Bien! ¡No me lo quiero perder!

Serena oculta su rostro desilusionado detrás de un mechón de pelo mientras tantea el interior de su bolso. Sus dos horas arreglándose se iban al diablo.

Pero valió la pena, hacer una actividad cargada de adrenalina a su lado se sintió como vivir una aventura juntos otra vez.

La despedida es más un recordatorio de que se volverán a ver.

Ash decide que es momento de buscar a sus demás amigos. No podrá ver a Serena en un tiempo, pero se encarga de que cada florista local de la zona donde se presentara prepare un ramo para ella. Sabe que las noches de estreno generalmente son agitadas y angustiantes para los artistas, no le gustaría que ella se quedara sin ramo. Era su forma de recordarle que admiraba su dedicación y arduo trabajo.

Aunque no puede evitar sentirse preocupado por ella. Las decisiones que ha tomado han sido extrañas, como si su encuentro en Ecruteak la hubiera cambiado por completo. Desvió el rumbo, se ve radiante, pero sus palabras siguen mostrando insatisfacción consigo misma.

¿Hacía bien en apoyarla en algo que no la hacía tan feliz como ella parecía querer hacerle creer?


Notas:

- Princesa Torchic*: Esta historia es referencia al manga Pokémon Chamo-Chamo Pretty.