La mañana llegó nuevamente junto con el sonido de su despertador, sin embargo, el nuevo día traía algo diferente
Kagome
Se sentó rápidamente, tomando su celular e ingresando a su Instagram, completamente decidido. Buscó la foto de Kikyo y, posteriormente, el perfil de la chica, para luego tocar el tan ansiado botón de "seguir" al cual le había huido el día anterior. Lanzó su celular a la cama, como si tuviese miedo de lo que pudiese suceder
- ¡Keh! - se quejó - ¡¿Qué demonios me sucede?! - se levantó, buscando su ropa para dirigirse a la ducha - Ni siquiera la conozco... y tampoco quiero hacerlo
Repitió la misma rutina de todos los días y, cuando estuvo listo, tomó sus cosas y salió de su departamento, rumbo a la estación de trenes
¿Subirá hoy?
Meneo la cabeza, enojándose interiormente por aquellos pensamientos que lo sacaban de su eje, sin embargo, en el fondo, realmente quería volver a verla. Llegó a destino en el mismo momento en que el vehículo estacionaba y, sin más, subió. Tuvo mala suerte, ya que, esa mañana, el vagón se encontraba completamente lleno
Maldición... aún si subiera... no podría acercarme
No podía evitarlo, nuevamente se vio obligado a reprocharse mentalmente ante aquellos pensamientos, desviándolos directamente a la rutina que lo esperaba el día de hoy, sin embargo, no logró escapar al sentir aquella vibración del móvil, la cual interrumpió brevemente su música
Su estabilidad tembló al desbloquear la pantalla y encontrarse con aquella notificación
Kagome Higurashi ha comenzado a seguirte también
La mujer se encontraba haciendo el desayuno de la familia, como todas las mañanas antes de irse al trabajo
- Kagome - volteó, al escuchar el ruido de la silla correrse - ¿Qué haces despierta a esta hora? aún no son las 06:00
- Lo sé - sonrió - Me iré más temprano, pronto tengo un examen muy importante y necesito estudiar
- De acuerdo - le devolvió la sonrisa, mientras volteaba y le servía su desayuno - Lo necesitaras, tendrás un día muy largo
- Lo sé - tomó la taza de té - ¿El autobús vendrá a recoger a Sota? ¿Quieres que lo despierte?
- No te preocupes - se sentó al frente de ella - Rin pasará por él de camino a su entrevista
- ¿La llamaron? - sonrió ampliamente
- Así es... anoche, a última hora, la jefa de recursos humanos le dijo que Kagura quería verla a primera hora
- Mamá... eso es una gran noticia... las dos sabemos como ayudaría a Rin ese empleo
- Si, hija - extendió su brazo, tomando su mano - Y hablando de empleos - su semblante cambió - No quiero que te exijas demasiado... entiendo que intentas aliviarme, pero no será bueno para tu salud a largo plazo
- ¿Lo dices por el hospital? - apretó su agarre - No tienes que preocuparte por eso, fue mi elección, además, la paga es bastante buena, teniendo en cuenta que son sólo unas pasantías
- Pero...
- Madre, estaré bien - intentaba transmitirle seguridad
- De acuerdo - asintió
Ambas mujeres tomaron su desayuno, recogieron sus cosas y se dirigieron a la estación de trenes. Subieron al vagón, el cual estaba bastante aliviado, debido al horario y se mantuvieron charlando durante los siguientes 20 minutos
- Bueno, aquí me bajo - se puso de pie - Te veré a la noche, mamá
- Mucha suerte hija - sonrió
Descendió y comenzó a caminar en dirección de su universidad, no sin antes tomar su celular y desbloquear la pantalla
- ¡¿Qué?! - murmuró, deteniéndose repentinamente
Inuyasha Taisho ha comenzado a seguirte
Sus ojos castaños, ahora casi negros, se mantenían fijos en aquel mensaje, mientras su mente intentaba descifrar si era real o estaba confundiendo las cosas. Lo bloqueó nuevamente y siguió su camino, con aquella expresión absorta y sus pensamientos nublados
- ¿Cómo hizo para encontrar mi perfil? - susurró - ¿Sota le habrá dicho mi nombre?
Como si su cerebro le respondiera de manera automática, la secuencia de la tarde anterior, en la que su compañera les tomaba una foto, paso de inmediato a primer plano
¿La foto de Kikyo? ¿Me habrá encontrado ahí?
- Pero... ¿por qué? es decir, ¿para que...?
Antes de darse cuenta, se encontró con las escaleras de la gran institución y las subió de manera automática. Ingresó al enorme campus lleno de vida silvestre, aunque no de demasiados estudiantes, debido al horario
- Inuyasha Taisho - repitió
- Vaya... por un momento pensé que mis ojos me estaban traicionando
- ¿He? - volteó ante aquella conocida voz - ¿Koga?
- ¡Hola Kagome! - la abrazó, provocando que se sonrojara inmediatamente - Lamento haber desaparecido - murmuró contra su oído - Pero, tu sabes, el entrenamiento para los intercolegiales, nos tiene muy ocupados
- Bu... bueno, si, eso creo - correspondió su abrazo
Koga y ella se conocían desde la secundaria y la conexión entre ellos había sido notoria desde el principio, sin embargo, ninguno de los dos había avanzado demasiado, tal vez por inseguridad, tal vez por no sentirse preparados para una relación seria, sin embargo, eso no quitaba que la tensión emocional hubiera ido en aumento, a medida que pasaba el tiempo
- Y dime, ¿qué te trae por aquí tan temprano?
- Ya lo sabes... los estudios - miró hacia un costado, tratando de esconder el calor que sentía en sus mejillas
- Oye - la tomó de las manos, obligándolo a mirarlo - Te prometo que pasaremos más tiempo juntos cuando toda esta locura termine
- ¿De verdad? - fue lo único que pudo pronunciar
- Así es - sonrió - Además, hay una fiesta a la que quiero llevarte
- ¿Una fiesta?
- Si, pero ya debo irme, Naraku me está esperando - se acercó, besando la comisura de sus labios, provocando que su pecho ardiera - ¡Te escribiré! - gritó, mientras se alejaba
- De... de acuerdo
¡Maldición! ¿Por qué me pone tan nerviosa?
Se quejó mentalmente, mientras retomaba su rumbo hacia la biblioteca. Una vez allí, se sentó en una de las mesas y abrió su móvil
- Inuyasha - murmuró, al encontrarse nuevamente con aquella notificación - ¿Qué debo hacer?
Miró fijamente el botón de "seguir también" el suficiente tiempo como para dejar que su mano se guiara sola hasta tocar la pantalla en aquella zona, dándole el permiso al peliplata, de formar parte de sus seguidores
¡Ya Kagome! Pareces tonta poniéndote tan nerviosa por un desconocido..
Suspiró, tomando uno de sus libros y abriéndolo en la página pendiente para estudiar
Llegó a la facultad y, nuevamente, se encontró con su mejor amigo esperándolo
- Coqueto - sonrió - ¿Qué te sucede? Una momia tiene más movilidad que tú - se burló, al ver la manera rígida en la que se desplazaba
- Cállate - respondió, pasando a su lado, mientras él lo seguía
Miroku estaba en lo cierto, la manera de caminar de Inuyasha era inusual y sólo el sabía el motivo: su estado de shock aún no se había disipado
- Oye, Inuyasha - sin obtener respuesta, ambos ingresaron al salón, en donde cada uno se sentó en su respectivo lugar - Me estas preocupando, ¿Qué sucede?
- No es nada - respondió seriamente, cuando, en realidad, un torbellino de emociones lo estaba atravesando
Antes de que el joven pudiera realizar otra pregunta, el maestro Totosai ingresó, para comenzar con su clase teórica
Unas dos horas más tarde, ambos se encontraban en el campus, disfrutando de su descanso, esperando para su siguiente materia
- Ahora si, coqueto, ¿podrías decirme que sucede?
Meditó internamente si comentar sobre este asunto o no, sin embargo, decidió ceder a su necesidad de oír una opinión ajena
- Hay una chica - murmuró
- ¿Qué? - abrió ampliamente sus ojos - ¿Escuché bien?
- Si - respondió de mala gana - Pero, no es nada
- ¿Cómo que no es nada? Inuyasha Taisho, el hombre que pone primero a cualquier cosa antes que a las mujeres
- Oye - entrecerró sus ojos - Ya sabes el porque
- Lo sé, lo sé, esa chica te rompió el corazón, pero ya pasaron dos años de eso y te has interesado por alguien más - sonrió sinceramente - Dime, ¿se trata de Kikyo?
- No - meneo la cabeza
- De acuerdo, tienes toda mi atención - giró, mirándolo fijamente - Cuéntame todos los detalles
Como un niño buscando ayuda de su hermano mayor, tomó su celular y buscó el perfil de la morena, entregándole el móvil, al mismo tiempo en que el castaño se sorprendía aún más
- Pero si es Kagome
- ¿Qué? - lo miró - ¿La conoces?
- Esta es la chica que Yuca prometió presentarme - rio
- ¿La que te dejo plantado? - arqueó una ceja
- Exacto - guiñó su ojo - Al parecer, Yuca le dijo que era una cita a ciegas y es una verdadera lastima, porque es una señorita muy... - se calló, al notar la mirada de fuego de su mejor amigo - De acuerdo, no diré nada sólo porque es muy extraño que alguien haya llamado tu atención - le devolvió el aparato - ¿Cuando hablaste con ella?
- Aún no lo he hecho
- Deber ser una broma - se puso de pie, totalmente incrédulo - Estas pensando en una mujer con la que ni siquiera has hablado...
- Bueno, sólo cruzamos una mirada
- Inuyasha - se cruzó de brazos - Me preocupas, no actúas como un joven de tu edad... deberías salir, tener sexo con ella, con Kikyo, con quién sea
- ¡Deja de decir tonterías! - gritó - No me interesa tener una vida como la tuya
- Es una lástima - suspiró, sentándose nuevamente - La pasarías mejor - ambos permanecieron en silencio durante un momento - Y, ¿qué planeas hacer?
- Nada - se encogió de hombros - No tengo tiempo para eso
- Inuyasha...
- Y más te vale que a ti ni se te ocurra tener sexo, la noche anterior a el intercolegial, si arruinas la competencia... - desvió el tema
- Descuida - hizo un ademán con su mano - Veré a Ayame en estos días y supongo que será suficiente
- ¿Hasta cuando piensas jugar con esa chica?
- ¿Quién dijo que estoy jugando mi querido amigo?
- Miroku...
- Sólo será hasta que encuentre a alguien especial... alguien que me haga olvidar de la belleza de las mujeres - respondió, dramáticamente - Ah, me había olvidado de decirte, me invitó a la fiesta de tu hermano
- ¿Qué? - se sorprendió notablemente - ¿A la fiesta de la firma?
- Así es... al parecer, tu cuñada Kagura llevará a sus dos asistentes y Ayame es una de ellas, pero la consigna este año, es ir con una pareja, sin importar si en realidad lo son
¿De eso querrá hablarme Sesshomaru?
Pensó, desviando su mirada al suelo
- Asique, si planeas asistir, te recomiendo que apresures las cosas con esa chica
- Invitaré a Kikyo
- ¿Qué? - separó ligeramente sus labios
- Es la única mujer a la que llevaría a un evento como ese
- Eso avivará sus ilusiones, ¿lo sabes? - se mostró ligeramente preocupado
- Yo no voy a ilusionarla en vano
- Pero, esa chica...
- Miroku, sólo es alguien a quien no conozco -tomó su mochila, comenzando a caminar en dirección del salón de clases - Ven, o llegaremos tarde, el descanso termino - caminó unos metros, sin embargo, se detuvo, volteando - Aún así, no te acerques a Kagome
- De acuerdo - sonrió, tomando sus cosas y siguiéndolo
Inuyasha Taisho, ¿a quién tratas de engañar?
El reloj marcó las 13:30, encontrando a la morena saliendo de la facultad, con destino a la escuela primaria, en la que a las 14:00 debía retirar a su hermano
- Kagome - volteó ante la voz de su amiga
- Sango - sonrió - ¿Qué haces? No logré verte en todo el día
- Si, fue una larga mañana - suspiró - Koga me dijo que viniste temprano
- Si, tenía que ponerme al día con los estudios - sonrió - Ahora iré a buscar a Sota y después al hospital
- ¿Quieres que te envíe a Koga? - se burló - Me dijo que había muchas cosas que quería hablar contigo
- ¿De verdad? - se sorprendió - Pues, parece que yo no soy su prioridad en estos momentos
- Oye, ya sabes como son los deportistas - palmeó su hombro - Lo sé, porque me sucede lo mismo... no pienso en otra cosa que no sea el intercolegial
- Oye, debes estar tranquila - la abrazó - Te irá genial, al igual que a nosotras
- Eso espero - dejó salir una minúscula parte de su frustración, en un pequeño suspiro
- ¿A donde irás ahora?
- A entrenar - sonrió - El gimnasio que está cerca de casa es un buen lugar a esta hora
- Muchachas - ambas voltearon ante aquella conocida voz - ¿Hay espacio para alguien más?
- Naraku - sonrió la morena - Claro, ven... - miró hacia atrás - ¿Koga no viene contigo?
- Bueno... él decidió quedarse un rato más
- Entiendo - respondió, con un dejo de melancolía en su voz
- Querida - miró a Sango - ¿Te molesta si te acompaño a entrenar hoy?
- No, para nada - sonrió
- De acuerdo - le devolvió la sonrisa - Será bueno tener una grata compañía
- Bueno - intervino Kagome, sonriendo pícaramente - Aquí los dejo - se acercó a su amiga, abrazándola nuevamente - Luego me cuentas - susurró en su oído
- ¡Kag! - le reprochó por lo bajo, mientras la empujaba sutilmente
Los jóvenes tomaron caminos separados. Ella tomó el tren, el cual venia bastante repleto, sin embargo, logró conseguir una asiento, tomó su celular y, sin dudar, ingresó al perfil del peliplata, observándo detenidamente sus fotos
Es... muy lindo
Pensó, pasando todas y cada una de las primeras fotos posteadas, sin embargo, bloqueó el celular luego de sentirse una tonta, suspirando por alguien que no conocía
Unos veinte minutos después, se bajó en la estación, dirigiéndose a la primaria, en la cual ingresó rápidamente. Llegó al gimnasio, notando que aún estaban en clases
- Vaya, parece que llegué temprano
- ¿Kagome Higurashi?
Volteó rápidamente al oír su nombre, al mismo tiempo en que pecho se detuvo y sus mejillas ardieron, al encontrarse con aquella mirada dorada, que la observaba fijamente, luego de haberla llamado con aquella profunda y suave voz
Extra: La entrevista
- Muchas gracias por traerme, Rin - sonrió el niño, mientras subía las escaleras
- No tienes nada que agradecerme - sonrió, tiernamente, esperando a que ingresara
Con aquel favor finalizado, tomó un taxi, en dirección al edificio en el que, su futura jefa, estaría esperándola para la entrevista más importante de sus últimos años. Luego de unos minutos de viaje, llegó a un imponente edificio de varios pisos de altura, ni siquiera logró distinguir cuantos tenía en realidad, ya que su visión se limitaba muy por debajo de, lo que parecía, ser su verdadera extensión. Destilaba modernidad por cada poro o ventana que lo componía y, evidentemente, la empresa era más millonaria de lo que pensó en primera instancia
Ingresó, encontrándose con un hall bastante amplio, en donde había una especie de molinetes, por donde la gente entraba y salia, en dirección a los diferentes ascensores que conectaban cada piso de la estructura
Se acercó al elevador indicado, el cual estaba un poco apartado de los demás, ya que era el que conectaba directamente con la oficina de la mujer. Ingresó, oprimiendo el único botón dorado del lugar y luchando con su estabilidad, al sentir como comenzaba a ascender
Kamisama... esto es... demasiado para mi
La puerta se abrió, dejando ver otro amplio espacio, en que sólo se encontraba un escritorio mediano, colocado al lado de una puerta de roble doble hoja y unos sillones en el otro extremo de la habitación, separados por una mesa de un fino cristal. En la silla detrás del escritorio, una jovencita, de pelo medio rojizo y ojos verdes, tecleaba sin parar, frente a la pantalla de su ordenador
- Buen día, señorita - se acercó tímidamente - La señora Kagura...
- Te está esperando, lo sé - respondió, sin desviar la mirada del aparato - Pasa y espérala dentro, fue una orden directa de ella, asique no la cuestiones
- Pero no...
- Sin cuestionamientos - pronunció, seriamente - Mi nombre es Ayame y, si quedas seleccionada, tu escritorio será colocado al otro extremo de la puerta - la miró - La señora se encuentra con tanto trabajo, que una sola asistente ya no es suficiente
Es... demasiada información, ni siquiera la he visto
- De acuerdo - fue lo único que logró pronunciar, para luego ingresar a la oficina
Sus ojos castaños se dilataron, al encontrarse con el gran ventanal que se extendía en el mismo lugar en el que debería haberse encontrado una pared completa, juraría que podía observar medio Tokio desde ella. La oficina estaba completamente iluminada por la luz natural de la mañana, haciendo que sus muebles negros, algunos forrados en cuero del mismo color, realzaran su belleza. Miró a un costado, encontrándose con otro juego de sillones, mucho más grandes que el de la recepción
- Es un sueño - murmuró, observándo la alfombra blanca, la cual estaba bordada con dos enormes iniciales, K Y S, en un negro brillante. Pasó su mirada por el perfecto y ordenado escritorio, en dónde lo que más resaltaba, era una foto de la mujer, abrazada a un hombre de larga cabellera plateada y mirada de oro penetrante
- ¿Será su esposo? - susurró, mirando fijamente al hombre
En ese momento, la puerta se abrió y ella volteó, encontrándose, en vivo y en directo, con los ojos dorados que reflejaba la fotografía
- Eres Rin, ¿verdad? - preguntó, sin siquiera saludarla
- Eh... s...si
- Siéntate - ordenó, pasando a su lado - Hablarás conmigo, Sesshomaru Taisho
Bueno, capítulo largo e intenso jajaja me entusiasmé de más con esta historia, perdón por eso
¿Saben cual es una de las cosas que más amo de los Fanfics? El poder jugar con los roles y shipps de los personajes jajaja
¿Qué les pareció este capítulo? Los leo :)
