Los personajes de Saint Seiya no me pertenecen, son propiedad de Masami Kurumada. Los personajes extras sus nombre apariencia y personalidad sí son de mi pertenencia (no son ni adoptables ni prestables), así como la trama y demás componentes del fanfic. Fic protegido por SC, INDA y DMCA. Disfruten el fic.
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En la bañera… Empapado de maldiciones.
Por joder a un burro
En la bañera, Saga de Géminis, ese semidiós, ese símbolo sexual, ese guerrero de noble corazón y loca cabeza, descansaba su cuerpo en la calidez de las aguas que aflojaban sus tensos músculos, y qué músculos… fibrosa anatomía deleitaba a la soledad que le miraba, que tórax, brazos, que muslos, que trasero, que… fibra por aquí, y fibra por allá, con tanta fibra, Saga seguro caía buenísimo para la digestión.
Si no fuera por estos deliciosos y largos baños que le aflojaban el estrés su vida entrenando bajo el terrible sol de Grecia sería un infierno.
Como disfrutaba de estos baños, como amaba su yacusi personal de géminis, y como extrañaba ese yacusi quasi piscina del templo principal, del que ahora disfrutaba la desnuda anatomía de Shion.
Pero siendo honestos su yacusi de Géminis no estaba para nada despreciable, se podía decir en términos de comodidad y funcionalidad que no le pedía nada al del templo principal.
Los baños para el caballero de Géminis eran sagrados, casi que se podría jurar por mero default que bañarse estaba primero en orden de prioridades que defender la casa de géminis. Si un enemigo cruzaba a la hora del baño -corría un chisme entre la orden- Mascara Mortal sería el encargado de detener esa amenaza dado que el santo de géminis absorto en tan sagrada ablución no podía atender sus deber de guardián del tercer templo
Y valla que tenía pretextos de sobra para hacer continuas abluciones.
Pero pecador o no, más parecía signo de agua que de aire.
Sin embargo de todo ese pernicioso chisme –mal intencionado, juraba Saga- el caballero de la tercera casa no anteponía su pool time a su sagrado deber de guardián. Sólo que hasta ahora nadie jamás había osado atacar la casa de Géminis durante uno de sus largos baños.
Por alguna razón gozaba de singular buena suerte, parecía que el universo conspiraba a su favor, pues ni visita de camaradas ni cruce por su templo acontecía en tales deleitantes y húmedos momentos.
"Un día te van a salir escamas" le había dicho –valga la ironía- Afrodita el de piscis. Pero para Saga, el momento de comunión con el agua y la desnudes de su cuerpo bien las valían.
No se cansaba de agradecer su buena suerte. Buena suerte, siempre había sido un imán para ella, incluso en sus días oscuros, todo siempre se acomodaba para que las cosas salieran a su favor y nada interrumpiera sus baños.
Un día cualquiera de compras…
Saga terminaba de hacer las compras cuando Kanon como siempre hacia de las suyas con un pobre burro a quien atizaba con hierba cola de gato, causándole molestas cosquillas y picor al jumento por mera diversión.
- Kanon ya vámonos –la varonil voz del gemelo mayor avisó mientras colocaba la bolsa con víveres dentro de la canasta.
Y cuando Kanon le dio la espada al animal, este se dijo "Va la mía", mandando al gemelo menor de una patada bien dada ahí donde rebotan las caídas, contra Saga, quien ante el choque se fue de frente pisándole la cola a un gato negro, quien contundente y justa mordida propinó al gemelo en un pie haciéndolo saltar en el otro, entre salto y salto, tropezó con un gran caracol de mar que estaba tirado en la calle, el cual partiéndose bajo el peso de semejante semental, le hizo caer bajo el ominoso triangulo de una escalera, cuyo pintor asustado ante el repentino movimiento soltó el balde de pintura negra que fue a caer sobre la vieja gitana que de su casa salía, balde que rebotando brindó severo campanazo a la blanca y anciana cabeza, dotándola de paso de nuevo color, cuya dueña sacudiendo la pintura de sus ojos buscó ávida al culpable de semejante injuria, y encontrando en manos de Saga el balde perpetrador, aprovechose de la postura sumisa del caído para espetar
"¡Te maldigo siete veces!"
Polvos blancos y tres escupitajos roció la anciana sobre el gemelo para desparecer de nuevo dentro de su casa, mientras Saga confundido, aun no sabía bien como había terminado en el suelo, mordido por un gato y maldecido por una vieja.
Angustiado por el dolor y la humillación, se puso en pie un poco atarantado y atarantado como estaba no vio la escalera que tenía aún al frente, empujándola sin querer la hizo caer con todo y su ocupante que fue a aterrizar sobre la tienda de espejos de Doña Dolores.
Trece espejos tuvo que pagar y una reprimenda por parte del esposo de doña Dolores.
- ¿Qué no sabes que da mala suerte romper espejos? –le riño Kanon tan ufano. Como si el mayor fuese él.
Luego de corretear a su hermano hasta el santuario, la tarde transcurrió en calma para los geminianos.
A la mañana siguiente, en los primeros rayos del sol…
El sol brillaba tímido en el horizonte, un nuevo día comenzaba y su bañera lo llamaba en incesante chapoteo, y el gemelo incapaz de desoír ese llamado, despojabase ya feliz de su pijama para entrar en las tibias aguas, cuando cosmos conocido y reputado le llamó con premura.
- Al templo principal.
Decepcionado con un pie casi dentro del agua, hubo de vestir su cuerpo desnudo con la dorada envestidura y subió presuroso en carrera hacia el templo principal.
Corrió por Cáncer donde las máscaras aullaron a su paso, y con semejantes alaridos el caballero de cáncer, que en el baño se encontraba, pudo al fin despanzar del susto, el atorón que su vientre inflaba hace tres días.
El paso por Leo fue recibido con los bufidos y erizada piel de Princesa quien en su particular lenguaje le echaba del templo por primera vez en su vida.
En Virgo, a paso veloz sin perturbar al rubio que meditaba en posición de vaca tendida corrió entre pasillos hasta la salida pero al pasar frente a Shaka este cayó de panza en su loto y tal fue la sorpresa que hubo de abrir los ojos contrariado. ¿Qué mala vibra lo había despertado?
En Libra la balanza perdió el calibre y Dohko quien todavía dormía en su alcoba se levantaría caminando chueco.
En escorpio Saga apenas y saludó a Milo al pasar ya que tenía prisa por cumplir la que fuera su misión del día y regresar lo antes posible a su bañera. Milo quien daba de desayunar a sus escorpiones lo saludó con una sonrisa, que se tornó en un apretón de dientes cuando tres pinchazos atesonaron su alma, y su corazón lleno de sentimiento por la agresión de sus hijitos derramo lágrimas.
En Sagitario como obra de espíritus chocarreros la armadura de Sagitario lo persiguió hasta la salida a pesar que Aioros corría en pijama tras ella exigiendo a su armadura se detuviera, para evitar el flechazo que por poco y le centra a Saga en ese rincón sagrado.
En capricornio no notó turbación alguna ya que caballero y armadura se encontraban en misión desde hacía dos días y pasó raudo sin notar como el cristal que protegía la legendaria estatua de Athena que inmortalizaba la entrega de Excálibur se estrellaba y la espada que sostenía en la mano caía clavándose en la partes nobles del guerrero a quien la ofrendaba.
Al pasar por acuario tardó una eternidad ya que las constantes caídas no lo dejaban avanzar.
- Saga ya lárgate de la casa, me duele la cabeza, y esos veinte minutos que llevas gritando y cayendo no me ayudan –dijo el caballero de los hielos saliendo a su encuentro en pijama y con una bolsa de hielos en la cabeza.
- Eso intento pero… ¡Aah! –ni bien se ponía de pie volvía a caer –¡Es tu maldita casa que en lugar de piso tiene hielo!
Ofendido el francés, con una ejecución de aurora la ayudó a salir de aquel entuerto, disparo que dejándole una gruesa capa de hielo en la espalda, lo envió a medio camino hacia piscis. Ahorradas esas escaleras, Saga siguió corriendo.
El gemelo subió en veloz carrera hasta llegar al templo de los peces donde al salir divisó a su guardián, ya ocupado atendiendo sus rosales y le saludó en medio de su carrera. El gesto fue respondido con una gentil sonrisa y el ondear de su elegante mano. El sueco hermoso le vio perderse escaleras arriba hasta desaparecer, y cuando volteó de nuevo a ver el rosal que atendía, descubrió con horror que tenía plaga.
- ¡¿Y este chahuistle?!... ¡Si estos bichos ni siquiera son autóctonos de Grecia!
Shion dio su encomienda a Saga y este partió de nuevo escaleras abajo para cumplir su misión y volver pronto a casa, pues su bañera lo esperaba.
Shion lo vio irse y se dirigió al interior del templo. Subía el último escalón del segundo piso, cuando cual escena del Titanic, hubo de pisar la bastilla de su túnica para rodar en reversa por la larga escalera, salvándose de una contusión craneal gracias a su yelmo elegante, que ahora como casco de motociclista, lucia severas abolladuras y ralladuras.
- Dioses… tendré que llevárselo a Mu… Ay mi espalda…
Santuario, 2:12pm…
A su regreso pasado el mediodía, Saga entraba por Aries y escuchando sonido proveniente del taller, decidió pasar a saludar a Mu.
Tocando la puerta abierta del taller se anunció –¿Interrumpo?
- Saga, hola, pasa buenas tardes.
- Buenas tardes. ¿Qué haciendo? ¿Nuevas armaduras que reparar?
- No, esta vez es el yelmo del maestro.
Saga lo vio y se sorprendió.
- ¿¡Acaso se peleó con alguien?! –preguntó alarmado.
- No. Parece que tuvo un pequeño accidente.
- Esto… no luce pequeño. Quedó terrible. ¿Cómo terminó así?
- Pues creo que se cayó por las escaleras.
- ¡¿Y está bien?!
- Sí, sólo un poco adolorido, pero bien. Aunque… no comprendo, estos golpes parecen demasiado para una simple caída.
- ¿No nos estará ocultando algo? –preguntó el gemelo preocupado pues, Shion era como un padre para los dorados, pero en especial para él ya que Shion había casi criado a los gemelos.
- Lo mismo me pregunté yo, pero en la fuente nos dijeron que estaba bien, solo con unos cuantos moretones más que ninguna otra cosa. Pero sí, el daño del yelmo es exagerado.
- ¿Y puedes dejarlo como antes?
- ¡Claro! Con mis herramientas puedo reparar lo que sea. –dijo el tibetano apuntando a la mesa donde hermosas herramientas grabadas con florituras en oro y plata estaban extendidas en orden absoluto.
- ¡Oh las legendarias herramientas de Altair y Buril! ¡¿Puedo echarles un vistazo?! –preguntó con emoción.
- ¡Claro!
Saga se acercó y miraba todas con autentico interés, algunas sólo las miraba pero otras las tomaba de la mesa y las examinaba a fondo.
- Muy interesantes… Y solo tú sabes manejarlas, la verdad yo no sabría qué hacer con esto. Eres todo un maestro y un artista Mu.
- No es para tanto –dijo el ariano rascando su cabeza un tanto apenado.
- No, es verdad. No sé qué haríamos en esta orden sin ti.
- Gracias
- Bueno, no te interrumpo más solo quería saludarte.
- Gracias por pasar a saludar.
- Deberías visitarme en Géminis, te voy a invitar a comer, ¿Qué tal mañana?
- Acepto tu invitación, muy amable.
- Es un hecho, prepararé Papoutzakia.
- No me lo perderé.
- Entonces nos vemos a las… 3:00pm ¿te parece?
- Está bien.
- Bueno, suerte con el yelmo.
- Gracias.
Saga venía subiendo por las escaleras hacía tauro, y sintió que le gruñeron las tripas, tenía ansias de llegar a comer a su casa pero seguro el huev… el flojo de Kanon no había preparado ni agua caliente. Que mal… venía tan cansado, sería genial solo llegar a comer pero… que remedio, tendría que ponerse a cocinar algo. Tal vez… sólo pediría una piza, pero… ¡30 minutos! Él ya se moría de hambre.
Al entrar a Tauro, un aroma exquisito llegó hasta sus fosas nasales y era tan intenso que hasta sus papilas gustativas se encendieron con el puro aroma. Sin poder evitar la curiosidad se introdujo en la casa, hacia la parte privada y pidiendo permiso vía cosmos, se introdujo hasta la cocina.
Ahí los olores eran absolutamente gloriosos. La fama como cocinero de Aldebarán era conocida en todo en el santuario, se decía que tenía magia en las manos, cualquier alimento que cayera en ellas sería trasformado en un manjar de dioses por sus habilidades culinarias.
Saga se asomó a un lado del gran toro (ya que asomarse por sobre sus hombros era imposible) y vio como unas tiras de carne de res eran sazonadas con verduras y una salsa llamativa de oscuro color. Los doraditos de la carne la hacían lucir apetitosa y el jugo que soltaban los vegetales parecían decir "cómeme".
En ese momento las tripas le gruñeron al gemelo otra vez y Aldebarán soltó la carcajada.
- ¡¿Tienes hambre verdad?! ¡Esas tripas rugen como dragón!
Saga se apenó un poco pero asintió.
- ¡Ya es tarde! ¡No me digas que no has comido nada!
Saga simplemente negó con la cabeza y una sonrisa apenada.
- ¡Pues, yo te invito a comer! ¿No tienes nada más que hacer ahora o sí?
- No, pero que pena.
- La pena no te llenará el estómago. ¡Anda, siéntate, enseguida te sirvo!
- No, al menos déjame ayudar.
- Este bien. Saca dos platos de aquella lacena… los cubiertos están en ese cajón.
Saga así lo hizo y preparó la mesa mientras Aldebarán servía los platos y dos vasos llenos de un delicioso jugo de maracuyá.
Cuando Saga probó el primer bocado sintió que tocaba la gloria. Era como echarse un pedazo de cielo a la boca y con el hambre que traía todo le supo cómo una bendición de los Dioses.
Tiempo despues ambos guardianes reposaban echados en el respaldo de la silla con la panza llena y una de sus manos en ella.
Aldebarán limpiaba sus dientes con un palillo y Saga se dejaba llevar por esa paz que sobreviene luego de llenar la panza hambrienta con un manjar. Ni siquiera tenía prisa por llegar a su casa a darse su baño pues la regla era clara desde niños "Nada de piscinas luego de comer pesado" así que se tomaría su tiempo.
Ambos comenzaron a platicar tan amenamente que trascurrió una hora más antes que Saga se retirara por fin a su casa.
Saga al llegar a Géminis se dirigió a su baño y despojándose de todo, en la plena intimidad de su yacusi, donde esplendido "paisaje" no era cubierto por manto o toalla alguna, se disponía a meter un pie en el agua cuando escuchó un horrible crujir, y despues el sonido inconfundible de una draga. Algo se dragaba, algo estaba pasando.
Rodeó el yacusi hasta dar con la fuente del sonido. En donde estaba el desagüe del yacusi se formaba un remolino que apurado y vertiginoso se tragaba toda el agua.
-¡¿Qué?! ¡No!
Se metió al agua tratando de evitar la catástrofe pero no pudo, su poder de caballero dorado poco podía con un desperfecto de plomería. Cuando el agua se hubo escapado toda, Saga pudo ver la enorme grieta que se abría justo al lado del resumidero del cual la rejilla estaba movida, sacada de su lugar por la piedra saltada.
- ¡¿Pero cómo pasó esto?!... ¡Kanon! ¡¿Qué le hiciste a la bañera?!
- ¿De qué hablas? –se escuchó por allá en algún lugar de la enorme casa de géminis. Kanon no tenía ni idea de qué le hablaba Saga.
Momentos despues ambos gemelos revisaban el daño.
- Saga esto es cosa de plomeros y albañiles, mirada nada más esta grieta, y mira –dijo moviendo la rejilla y alumbrando con el celular –la tubería está rota. Me temo hermano que nos quedaremos sin yacusi por un tiempo.
- ¡NOOOOOOO!
Al día siguiente.
Patriarca, Dohko en calidad de metiche y ambos gemelos, escuchaban al maestro constructor.
- Esto saldrá algo caro, hablamos de mármol y una estructura patrimonio de la humanidad, no podemos horadar más, habrá que remover con cuidado bloque por bloque y arreglar casi artesanalmente todo, pero nos llevará tiempo. Y… miren, contando las piezas de mármol que hay que remplazar, la tubería especial, la mano de obra y los materiales de juntura especiales, estamos hablando de… unos diez mil euros, puede ser más.
- ¡¿Qué?! ¡Pero si sólo es una tubería rota!
- Señor Saga, es un edificio antig-
- ¡Soy Kanon!
- Perdón, señor Kanon, como le decía es un edificio antiguo, no podemos hacerle modificaciones así como así, es un trabajo minucioso, además requiere de materiales costosos.
- Pero la señorita Kido no va a querer pagar.
- Ya me dio luz verde para arreglarlo Kanon. –dijo el Patriarca.
Ambos gemelos se sorprendieron.
- Le llamé a Tokio y dijo que no había problema, y que quería que su Santuario se mantuviera en excelentes condiciones.
- Maestro… y ¿ya le dijo en cuánto va a salir?
- No…
- Con razón.
- Pero me dio luz verde y tengo que aprovechar eso. Así que maestro Kosis, por favor, inicie todo. ¿En cuánto tiempo quedará reparado?
- Cálculo que… en unos dos meses.
- ¡Dos meses!
- Ya lo dije, es un trabajo minucioso.
- ¡¿Y cómo me voy a bañar en ese tiempo?!
- Saga la regadera está en perfecto estado –le dijo Shion en tono serio.
- Pero… mi tiempo de calidad en el yacusi.
- Son sólo dos meses hijo, puedes vivir con eso. Muchas gracias maestro pueden comenzar a repararlo.
- Si Gran Maestro Shion.
Dohko y Shion se dieron la vuelta y subieron hacia la casa de Libra mientras Saga estaba en shock y su hermano lo llevaba a su cuarto a reposar el shock en calidad de bulto. –Saga más vale que salgas del Shock pronto porque a las tres viene Mu a comer con nosotros y yo no sé cocinar Papoutzakia.
Mientras subían Shion notó que Dohko caminaba chueco.
- ¿Y a ti que te pasa amigo mío?
- No lo sé desde hace dos días que estoy así… quizá visite al quiropráctico.
- Deberías.
- ¿Y tú? ¿Dónde dejaste tu yelmo?
- Se lo llevé a reparar a Mu, pero no me lo ha traído.
- ¿Reparar?
- Se aboyo un poco.
- ¿Cómo?
- Pues es que…
Esa noche…
Un cosmos pedía permiso para pasar. Era Saga. Dohko lo recibió y el gemelo con un rostro lleno de desesperación, le pidió, le rogó, le suplicó que lo dejara usar su yacusi, pues aunque se había bañado a pura regadera, sus músculos estaban muy tensos.
Dohko viendo la desesperación del muchacho aceptó advirtiéndole que sólo lo dejaría usarlo esa única vez, y que no lo quería ver ahí a diario.
Saga aceptó y finalmente obtuvo su importantísimo tiempo de calidad en el yacusi.
Al día siguiente…
Shura había llegado muy de madrugada de su misión y como buen camarada Saga que hacia guardia lo había invitado a comer por la tarde a su casa para que el español tuviera tiempo de echar una siestecita. Costumbre muy española.
El capricornio bajó a la hora indicada con sus cubiertos ya que no se hallaba con otros, en especial su cuchillo y le hincó el diente con emoción a la comida que Saga había preparado, todo había estado delicioso por supuesto y despues de la comida y una amena charla, este volvió a su templo.
Pero iba por escorpión cuando sintió que algo ebullía en su interior algo que lo urgía a usar la velocidad de la luz, algo que de no haber sido atendido a tiempo, habría dejado un camino de horror por el resto de las escaleras. Apenas ingresó al baño y se sentó en la taza del baño, la cascada emanó desde lo profundo.
¡¿Cómo era posible?! ¡Todo había estado delicioso e higiénicamente cocinado!
Ese mismo día por la tarde Saga había subido a visitar a Aioros. Desde su regreso a la vida, Saga había no sólo pedido perdón mil y un veces a su amigo, en quien no sólo encontró perdón y comprensión, sino que para su sorpresa esa amistad tan hermosa que habían sostenido en la infancia y adolescencia, parecía seguir intacta. Por esa razón le visitaba a menudo, quería recobrar esa cercanía del pasado. Así que se dio un tiempo y por ahí de las cinco de la tarde subió a ver a su amigo.
Lo encontró sacándole brillo a su armadura, la cual en su forma de efige se mantenía estática dejándose consentir.
- ¿Te puedo ayudar?
- ¡Saga, bienvenido!
Ambos se dieron un abrazo y volvieron su vista a la armadura.
- No me caería mal una mano. Apenas llevo poco más de la mitad y… fiu… -dijo pasándose el brazo por la frente. –Vaya que ya me cansé.
- Permíteme –dijo Saga quitándole la franela y el spray para pulir metales -¿qué tanto falta?
- Pues los cuartos traseros, todo lo demás está listo, incluidas las alas, y mira que son lo más difícil.
- Pues entonces toma esa silla y déjame terminar mientras platicamos.
- Saga… te lo acepto –dijo el arquero que ya estaba muy cansado. Las alas eran un suplicio pluma por pluma…
Ambos muchachos iniciaron una plática amena, mientras Saga se afanaba puliendo la armadura.
- ¡Por cierto! –dijo animado el gemelo -¿Qué le pasó la última vez? ¿Por qué me estaba correteando? Desde que volviste a la vida creí que la armadura se había quedado quieta.
- Y así fue, la verdad no sé qué pasó ese día. Supongo que se acostumbró a andar de traviesa –dijo el arquero a modo de broma y continuaron platicando de otros temas mientras Saga terminaba con el trabajo.
Luego de hora y media de pulir y pulir, la armadura estaba lista, y Aioros lo invitó a tomar un tentempié junto a sendos vasos de agua ya que entre el calor y la pulida Saga bebía como camello en el desierto. Platicaron hasta que cayó la noche y luego el geminiano se retiró a su casa deseándole buenas noches.
Al día siguiente…
En el coliseo por la mañana, Aioria, en ropa de entrenamiento, inspeccionaba los entrenamientos mientras las habas se le cocían por ir a ver a Marin, pero… no podía dejar el coliseo sólo, ese día un superior debía supervisar a los demás.
Saga que desde su regreso se había afanado en obtener el perdón del muchacho hacia esfuerzos titánicos por recobrar la confianza que Aioria le tenía de niño y al parecer lo estaba logrando. El de Leo, consiente que no había sido totalmente la culpa de Saga y ante los ruegos de Aioros le había permitido a Saga acercarse poco a poco y comenzar de nuevo. Saga se desvivía por compensar al muchacho así que solía hacerle favores o ayudarle en lo que necesitara.
Y ese día tenía una cara de urgido demasiado evidente para el mayor.
- ¿Necesitas un relevo?
- Saga. ¿Qué haces aquí? Hoy no te toca supervisar los entrenamientos.
- Sólo bajé para curiosear.
- Entiendo.
Ambos se quedaron un rato en silencio. Saga notó como Aioria se descuidaba y de cuando en cuando dirigía su mirada lejos de la zona de entrenamiento, y hacia allá, lontananza, donde una cabellera roja ondeaba al viento y cuya delicada y llamativa silueta ponía al León como gatito de dos meses.
- ¿Por qué no… vas a saludar a Marin?
Aioria se sonrojó al sentirse descubierto –Claro que no, estoy de guardia en los entrenamientos.
- Yo podría relevarte.
-… -Aioria lo pensó -¿Lo dices en serio?
- Sí. No tengo más nada que hacer.
- Pero… hoy me toca a mí… si Shion se entera-
- Entonces hagamos que no se entere ¿quién le va a decir? ¿Los de plata? Todos nos respetan demasiado para ir con chismes, y lo que importa es que un dorado supervise. Así que ve. Yo me encargo.
- ¿Harías eso por mí?
- Claro –dijo sonriendo –De ese modo me deberás una –bromeó.
El joven sonrió y afirmó –te debo una –y salió a toda prisa a encontrarse con aquella que era capaz de convertir al fiero felino en un minino consentido.
Saga sonrió e imponente en su armadura se encargó de supervisar los entrenamientos de esa mañana.
Al medio día, con el horrible calor de Grecia Saga volvía a su casa cuando se encontró con Mascara Mortal en su casa quien sonrió al verlo entrar.
- Mascara de la muerte, que sorpresa, ¿a qué debo el honor?
- Te venía a buscar para invitarte a ti y a Kanon unas cervezas bien frías, pero como no encontré a ninguno en la casa ya me iba.
- Pues qué bueno que llegué. Vengo muerto de calor… Y Kanon no está tuvo que ir a Rodorio por unas cosas que hacían falta.
- Entonces él se lo pierde. Anda, subamos a mi casa, tengo cervezas heladas a reventar, y mucha botana.
- No es una invitación que me tengas que hacer dos veces.
Ambos caballeros subieron y mientras Mascara Mortal traía las cervezas del refrigerador, Saga admiraba unos rostros. ¿Cómo era que a Angello le gustaba tener esto en casa? Tuvo la osadía de tocar a una de ellas que se veía tan seca que parecía hecha de roca pero esta al ser tocada gritó horriblemente.
Saga echó un salto hacia atrás mientras Mascara Mortal que llegaba con las cervezas se tiraba una carcajada.
- No tocar amigo, no tocar.
- Vaya Angello… cómo vives con esto. Yo no dormiría. Es aterrador…
- Diferimos en nuestra apreciación del arte mi buen Saga.
- Yo no podría llamar a esto arte.
- La diferencia es que yo sí tengo buen gusto y tú no. Toma –dijo ofreciéndole una cerveza bien fría.
Saga bebió un largo trago y suspiró –Ah… esto me hacía falta. En el coliseo está haciendo un calor de los mil diablos.
- ¿Y qué hacías tú ahí? No te tocaba hoy.
- Le hice un favor a un amigo.
Mascara Mortal sólo se encogió de hombros e invitó a Saga a sentarse en su sala donde comenzaron a platicar y botanear.
Despues de un rato ameno, cuando el ocaso se dibujaba en el horizonte, Saga se despedía de Mascará Mortal y bajaba a su casa dónde Kanon nada más verlo llegar le reclamó que había tenido que hacer el esfuerzo de cocinar para él mismo y que esa clase de desconsideraciones a su fraternal personal no podía pasarlas por alto. Saga suspiró y ya que sólo había botaneado comenzó a cocinar algo para los dos pues pronto llegaría la hora de la cena. Pero descubrió que le faltaba un ingrediente.
- Caray nos falta tomillo.
- A esta hora ya cerraron la semillería de Rodorio.
- Aún es temprano.
- La semillería cierra a las cinco de la tarde y ya no abre hasta el día siguiente.
- Mmm entonces tendré que preguntarle a un compañero si tiene
Vía cosmos Saga se comunicó con todos y el único en tener el tomillo en su alacena fue Milo. Milo ofreció llevarlo despues que terminara de bañarse pero como Saga ya tenía hambre dijo que no se molestara y que él mismo subiría a escorpio por la especia.
Cuando llegó, Milo le dio permiso de entrar vía cosmos ya que se estaba bañando y vía cosmos le dio instrucciones de donde buscar en la cocina.
Saga buscaba pero no entendía bien las instrucciones de Milo así que abría una puerta tras otra. En una de esas, desesperado, abrió una de las puertas de abajo y una gran bolsa negra se le vino encima. Al no poder atraparla a tiempo el contenido de esta cayó al piso y cuando Saga comenzó a recoger lo regado se llevó una sorpresa, eran puros condones.
- ¡Por Athena! ¡¿Para qué quiere Milo tantos condones?!... ¡Mejor que se lo enmique!
El gemelo comenzó a recoger todos los condones y los devolvió a la bolsa, conforme recogía más se sorprendía. Los había de todo tipo, con textura, con intensificador de placer, con figuritas, fluorescentes, ¡incluso con sabores!
- Ni que fueran chicles, Dioses...
Saga terminó de recoger todo, anudó la bolsa y la metió donde estaba esta vez de forma que no se cayera de nuevo si Milo abría la puerta. Cerró la puerta y siguió buscando.
Entonces un Milo envuelto en toalla se acercó a la cocina.
- ¿Todavía no encuentras el tomillo? –dijo con una sonrisa -¡Eres un despistado Saga! Te dije la primera puerta de la izquierda a la derecha de la huevera junto el segundo cajón de enfrente.
Saga se lo quedó viendo como si estuviera loco, pero Milo en su caos encontró de inmediato el bote de la especia y se lo entregó con una sonrisa –aquí la tienes.
- Gracias.
Saga bajó y comenzó a cocinar la cena.
Al día siguiente…
Saga se levantó muy temprano como de costumbre en el santuario y se dio un buen regaderazo, pero… sentía la añoranza de sus baños diarios en su yacusi, le estaba entrando la ansiedad, quizá un té con propiedades tranquilizantes lo ayudaría y sabía a quién recurrir para eso.
Ni bien terminó de desayunar, subió hasta piscis en busca de una buena taza de té, o una infusión para los nervios, Afro era un maestro de la herbolaria y seguro sabría que recetarle.
- Necesitas un buen té nervino.
- ¿Te nervino?
- Así se llama, es una combinación de plantas que ayuda a combatir los nervios y la ansiedad. Pero tengo que prepararlo. Ven ayúdame.
Ambos se dirigieron a una especie de enorme quiosco antiguo redondo que estaba bien equipado para hacer las veces de vivero.
- Necesito hojas de varias plantas de aquí, son nueve en total.
Afrodita tomó un cuenco de porcelana y con unas tijeras especiales comenzó a cortar con cuidado, la cantidad de hojas necesarias de cada planta, mientras tanto Saga se maravillaba de las especies de plantas y deliciosos olores que se desprendían del lugar. Así que mientras Afrodita cortaba unas hojas de aquí y otras de allá, él se puso a curiosear cada planta. Tocaba y olfateaba, algunas de esas plantas olían realmente bien, relajaban con sólo su aroma.
- ¿Son geniales no?
- ¿Mn?
- Las plantas, las personas hoy en día subestiman sus cualidades medicinales y las cambian por químicos sintéticos que hacen más mal que bien.
- Oh sí. Esta huele delicioso, me relaja con sólo olfatearla. ¿Qué es?
Afrodita soltó una risilla –Saga todo mundo la conoce es manzanilla.
- ¿Manzanilla? ¿Esta es la manzanilla?
- ¿Nunca habías visto una?
- No. Creí que eran margaritas.
- Las margaritas son mucho más grandes. Deberías pasearte más por mi jardín y aprender un poco de plantas.
- Sería bueno. Ya que estamos aquí por qué no me hablas de las plantas que estas cortando.
- Bien. Mira aquí ya tengo hojas frescas de Azar, Tila, Menta y Plantas de mar. Para comenzar el Azar tiene propiedades de…
Y mientras le explicaba las cualidades de cada planta Saga escuchaba con atención.
Luego de hablarle de las plantas de su té y de otras de las que Saga sintió curiosidad Afro entró en su cocina para poner agua a hervir y preparar el té en su punto, y mientras el agua hervía, tomaba lo recolectado y lo machacaba en un mortero, para luego tomar una parte para el té, y el resto ponerlo en una bolsa de tela que ayudaría a las plantas a secarse sin generar microbios, para que Saga pudiera prepararse el té por al menos una semana.
Mientras tanto había dejado a Saga en una mesa que contaba con una canopia que la protegía del sol en una terraza de piscis.
Saga podía olfatear el hermoso aroma de las rosas que en esa parte no eran venenosas. Su olor era totalmente cautivador, nunca en todas sus misiones por el mundo había olfateado rosas con un aroma más exquisito que el de las rosas de Afrodita. No lo pudo evitar y se acercó a unos rosales, tomó con sumo cuidado las rosas y comenzó a acariciar la suavidad de los pétalos y a deleitarse con el aroma. Este lugar parecía arrancado de los mismísimos campos elíseos. Lo que Afrodita había logrado en ese lugar era increíble. Sin duda el de Piscis era uno de los templos más hermosos de todo el santuario.
Cuando Afro salía de la casa con taza y tetera en una bandeja, sonrió al ver a Saga acuclillado junto a un rosal, con los ojos cerrados y dejándose deleitar por las bondades de la madre naturaleza. ¿Quién diría que el rudo caballero de géminis sí era capaz de esa sensibilidad?
- Ya está el té. –anunció el sueco.
Saga se levantó y se dirigió a la mesa. Afrodita sirvió el té en la taza y se la ofreció a Saga, el primer sorbo lo hizo sonreír, el sabor era glorioso, tenía la cantidad exacta de miel y la temperatura perfecta.
Platicaron un poco mientras Saga bebía su té y cuando hubo terminado se sentía mucho mejor.
- Afro eres un genio, ya me siento mucho mejor, deberías sacar tu propia marca de tés, te harías millonario.
- Quizá, pero me temo que soy muy egoísta con mis recetas secretas como para entregarlas al mundo. Son como mi tesoro.
- Pues este té de verdad es un tesoro. Ojala tuviera de esto en mi casa, no pasaría tanta ansiedad.
- Previendo eso… Toma, lo preparé para ti –dijo el sueco entregándole la bolsa de tela blanca –es el mismo preparado de plantas, mantenlo en un lugar fresco, esta tela ayuda a que las plantas se vayan secando de manera natural sin generar hongos, sólo agrega una cucharada sopera a una taza de agua hirviendo y espera diez minutos. Esto debería de durarte una semana tomándolo por la maña y por la noche. Te ayudará a dormir bien.
Saga tomó la bolsa con ambas manos, como si fuera un tesoro. ¿Lo había hecho para él? Todavía no entendía como todos en el santuario tenían a Afrodita por un ser cruel y desalmado cuando de verdad el pisciano tenía un corazón muy considerado con sus seres queridos. Él lo sabía mejor que nadie.
- Lo… ¿lo hiciste solo para mí?
- Pues ¿Para quién más?–dijo desconcertado.
Saga se levantó de su silla y fue a abrazar al pisciano tomándolo por sorpresa.
- ¡Gracias! ¡Valoro mucho esta clase de detalles! –la verdad estar sin su yacusi lo volvía loco.
- Ya… no es para tanto –dijo el de piscis encerrado en el abrazo y sorprendido por la actitud del gemelo. Vaya que le urgía su yacusi.
Afrodita quería mucho a Saga, él había protegido a Saga, había sido su mano derecha en la época más oscura, había sido su guardián, su único amigo, su única familia, para Afro Saga era como su hermano mayor, cual si fuera de sangre… ¡Ah pero que no se le fuera ocurrir a Saga pedirle prestado su yacusi porque todo tenía un límite!
Y Afro al igual que Camus y Shaka eran muy celosos y escrupulosos con sus cosas, y el yacusi, la lavadora, la cama y sus objetos personales eran sagrados para estos tres. Nadie salvo ellos mismos tenían permiso de usarlos.
Y sí, a regañadientes Afro podía dejar a alguien pasar a su baño a usar la taza, porque bueno, era una necesidad fisiológica. ¡Pero su yacusi era otra cosa!
Saga ya lo sabía de sobra así que ni por la mente le pasó pedirle prestado su yacusi porque sabía que eso sería un rotundo no.
Tres días después…
El clima estaba en su apogeo terrible, terrible en verdad esa mañana habían amanecido a veinticuatro grados tempranito por la mañana y para el medio día estaban a treinta y ocho Saga sentía que se derretiría en breve.
¿Qué hacer? ¿Quién le prestaría su yacusi? Necesitaba del yacusi más fresco del santuario.
Camus no se lo iba a prestar, pero Camus no estaba, así que de contrabando se metió a la casa de Acuario que sin guardián estaba un poco más templada pero igualmente muy fresca, y llenando a tope el hermoso yacusi, entró para sumergirse en sus cristalinas aguas.
Luego de su baño se molestó en dejar todo muy limpio tal cual estaba y consumado el asalto al yacusi de Acuario salió sin dejar rastro.
Una semana después…
El patriarca se encontraba en medio de una importante exigente y secreta reunión. Cosas malas estaban pasando en el santuario y sus guardianes ya no lo podían soportar.
Se hizo un consenso dorado para discutir la situación y ni Saga ni Kanon fueron invitados. La situación y las quejas eran graves, cada casa adolecía de un problema y los templos estaban patas arriba.
En Tauro toda la comida se echaba a perder de un día para otro, incluso los enlatados y los congelados. Todo estaba enlamado, hasta las latas de metal y no había comida que llegara que no terminara podrida.
En Aries a Mu se le habían roto varias de sus herramientas sagradas con las que reparaba las armaduras, y las que no se rompieron se llenaron totalmente de óxido amenazando con romperse al primer golpeteo, incluso su martillo favorito, uno de los más fuertes se partió en tres piezas cuando reparaba un guantelete. Estaba desconsolado, aunque Shion trataba de animarlo diciéndole que él sabía reparar las herramientas y dónde conseguir otro martillo, pero Mu no se consolaba pues ese martillo había sido su compañero de mil reparaciones, y eso era algo irremplazable….
Milo estaba estupefacto, todos sus condones se habían vuelto chicle, derretidos o rotos, estaban inservibles, poniéndolo en la riesgosa situación de convertirse en padre por error, y por más que buscaba en las farmacias, ya de Rodorio, ya de Atenas, habían faltantes, grandes faltantes. Incluso un día el hombre que estaba delante de el en la fila acababa de comprar uno, y Milo pensó que por fin conseguiría condón, pero la dependienta le había dicho que ese hombre se había llevado el último, el griego fue tras él para comprárselo al doble, pero al salir, ya no lo vio. Por esa razón el pobre Milo estaba viviendo una angustiante etapa de celibato.
Shura estaba desconcertado, toda la cuchillería de Capricornio había perdido filo, no había ni un solo cuchillo que cortara nada, además para hacer todo más extraño, sus navajas de rasurar, sus tijeras, sus cuters para manualidades, todo, todo lo que debiera tener filo, lo había perdido, a tal grado que una cuchara sopera se podría considerar más filosa que su propia Excálibur. Y qué decir de su estatua, toda su simbología arruinada, lo que representaba el apoyo de Athena ahora representaba desprecio. Y del feo…
En piscis todas las plantas se habían marchitado y las plagas abundaban en el jardín, las rosas, sus plantas medicinales, sus árboles frutales, sus flores exóticas, su pequeño invernadero, su pequeña atrapa moscas, planta carnívora importada, las cempasúchil del día de muertos, sus plantas de Té, todo, todo estaba marchito y pese al veneno de las rosas, lo único vivo ahí eran las plagas. Afrodita al igual que Mu estaba desconsolado. Mascara tratando de darle ánimos le había comprado un cactus en maceta, pero en el camino se había puesto a platicar con Saga un rato y para cuando llego a piscis, la planta estaba podrida. Claro que Afrodita podría generar un nuevo jardín en un dos por tres, pero con esas malditas plagas más tardaría en hacerlo que estas en tragarlo. Y para su desgracia con todas sus plantas muertas no podía fabricar repelentes naturales.
Otro que había estado a punto de caer en la locura días despues de Afrodita, fue el propio Máscara Mortal. Pues descubrió una mañana que todos sus rostros dolientes se habían transformado en sonrientes mascaras venecianas, las paredes oscuras se habían vuelto de un blanco brillante y relucían como mármol de carrara resaltando el colorido de las máscaras, la casa de Cáncer era todo arte y color, ahora la gente no tenía miedo entrar, ahora, la casa de Cáncer se había convertido en una especie de atracción veneciana que todo mundo quería visitar.
Y las desgracias no terminaban ahí. Aioros había perdido todas sus flechas, y Athena se las estaba cobrando, no conforme con eso, la armadura de Sagitario parecía caballo desbocado, corriendo por toda la casa y ni siquiera se dejaba vestir por Aioros, corría de aquí para allá y ya le había propinado de coces al arquero que mejor se había mudado a vivir a Leo.
En Leo las cosas no estaban nada bien. La casa se había llenado de gatos sarnosos y sucios que además pretendían preñar a Princesa, la cual corría lejos de esos gatos pervertidos, o de las hembras que trataban de darle una paliza. La gata ahora vivía contagiada de pulgas y encerrada en la habitación de Aioria y este se la pasaba echando a los gatos de su templo pero no terminaba de echar a cinco cuando entraban diez. Y por alguna extraña razón Marin no le hablaba, lo evitaba como si él también tuviera la sarna y no le daba explicaciones.
En Acuario hacía un calor de los mil diablos, a Camus se le había echado a perder el refrigerador, el ventilador y el aire acondicionado de paquete que había comprado en medio de su desesperación. Y por más que encendía su cosmos para congelar la casa, más tardaba en congelarla que está en derretirse. El jarrón central parecía "descompuesto" pues nada de aire helado derramaba. Había en su desesperación hecho que lo revisara un reparador de congeladores pero nada, ese enorme jarrón era mágico, no eléctrico. Era, sin explicación alguna, la casa más caliente de todo el santuario. Camus se sentía como oso polar en medio del Ecuador.
En Virgo, Shaka no tenía paz pues había comenzado a perder cabello cada que se bañaba en su yacusi, y eso le generaba mucho estrés, estrés que le hacía perder más cabello, todo un círculo vicioso. Además su cabello no sólo se caía al más mínimo roce de mano o cepillo sino que el que le quedaba estaba seco, sin brillo, era una maraña. Avon estaba sin stock para surtirle su shampoo, y de hecho no pudo encontrar shampoo especializado en ningún lado, ya ni siquiera shampo barato, por lo cual habíase visto obligado a lavarse con jabón en polvo para ropa, lo cual deterioraba más el estado de su cabello.
Y Dohko había despertado un día para descubrir horrorizado que el efecto del Misopethamenos se había ido al carajo. Ya no era el joven chino de atractivas facciones, era prácticamente el clon de Yoda, su piel amoratada, su baja estatura y ahora tenía más achaques de los que había tenido nunca.
Los dorados estaban desesperados y ahí reunidos, en el anonimato, Shion tomó la palabra.
- Esto es muy extraño, parece obra de maldición. Mis caballeros ¿hay alguna cosa que hayan hecho, algún pecado?
- Maestro si esto fuera el castigo de algún pecado hace mucho que habríamos pagado, nadie aquí es un santo –admitió Mascara Mortal desesperado. –Esto no es castigo, es crueldad ¡Debería ver mi casa!
- Ya la vi hijo y la verdad quedó muy bonita. Hasta deberías cobrar la entrada todo mundo ha subido a visitarla.
- ¡Maestro no se burle de mi dolor!
- Pero hijo si no me burlo, lo digo en serio.
- ¡Paredes blancas, rostros sonrientes y coloridos!... ¡Eso no es un hogar! ¡Yo no puedo vivir ahí! –dijo en medio de desesperado llanto.
- Bueno bueno, por favor muchacho tranquilízate, para eso estamos aquí, para buscar una solución. Muchachos, hay algo que me intriga mucho ¿por qué no quisieron llamar a Kanon y a Saga?
- Porque hemos llegado a la conclusión de que ellos son los culpables.
- ¿Cómo llegaste a esa conclusión Shura?
- Maestro hemos estado platicando y nos dimos cuenta que todas estas desgracias pasaron justo un día despues que Saga nos visitó o pasó tiempo con nosotros.
- Pudo ser una coincidencia.
- ¡No! –dijeron al unísono.
- Bueno entonces explíquenme.
- Verá comenzó con Aldebarán aquel día que….
Luego de cotejar historias y coincidencias hasta Shion estaba seguro que Saga y Kanon eran los talismanes de mal augurio porque él mismo se había dado tremendo zapotazo luego de haber hablado con Saga. Pero… ¿cómo podían Saga y Kanon estar atrayendo estas maldiciones?
El oráculo de Delfos podría darles respuestas. No… estaban vetados de ahí… Caray.
Bueno había una buena pitonisa en Cabo Sunion quizá deberían mandarla llamar.
Palacio del patriarca, salón B, ala C, reunión secreta…
La mujer aspiraba con avidez unos vapores extraños que salían de su caldero y luego de unos momentos en que más que entrar en transe parecía estar a punto de caer en la epilepsia, los ojos de la mujer se pusieron en blanco y clavó esa blanca mirada en los dorados que la miraban expectantes. Unos ruidos guturales comenzaron a escapar de su boca. Estaba por hablar ¡Al fin la verdad sería revelada! ¡Y…!
- A… A… A…
- ¿A? –preguntaron los dorados y el patriarca ávidos de conocer la respuesta
- A… Agua… -pidió levantando su índice y regresando sus ojos a sus cuencas.
- Ah… -dijo con fastidio el español mientras le pasaba un vaso de agua.
La mujer bebió medio vaso y dijo –Gracias, la marihuana seca mucho la garganta. Ok… veamos –dijo comenzando a pasar frente a cada caballero, a algunos les tocaba la cabeza, a otros los jalaba hacia ella que era bajita para verles a los ojos, a otros más los tomaba del mentón examinando su cara, y a otros les revisaba las palmas de las manos. –Síp, lo que pensé. Patriarca Shion, tus muchachos están siendo víctimas de una maldición gitana.
- ¿Estás segura Ciclopea?
- Claro Gran Patriarca Shion. Y esto lo ocasionaron los gemelos de Géminis, el mayor en particular. Él –dijo con voz profunda clavando su brujil mirada en el patriarca al que se acercaba poco a poco haciéndolo retroceder mientras le contaba el ominoso descubrimiento gesticulando dramáticamente con manos y brazos –fue maldecido en su última visita a Rodorio por un gato negro agraviado, un caracol de mar roto, el triángulo de una escalera, y sobre todo por una vieja gitana que lo escupió y maldijo siete veces y lo roseó con polvo de siete panteones y ceniza de muerto. Le lanzó la maldición septia de los romaní, y desde el inició esta maldición surtió efecto lanzando al joven por un vórtice de eventos desafortunados que multiplicaron su mala suerte, al quebrar trece espejos. –dijo la mujer que entre tanto drama ya había arrinconado a Shion contra una columna.
- Y… ¿Y Kanon?
- Ese sólo tiene la maldición de un burro enojado.
- Impresionante señora –dijo Aioros –y todo esto lo sabe con aspirar esos humos sagrados.
La mujer que miraba al arrinconado patriarca volteó a ver al muchacho y contestó –No, es que yo estaba comprando unas canastas en el mercado el día que eso pasó, y lo vi todo.
- ¡¿Qué?! –le dijo Dohko ofuscado –¡¿Y el caldero y ese humo qué?!
- Ah, es mi dosis diaria de tranquilizante, sufro reumas y la marihuana además de recreativa es medicinal. Como me mandaron llamar tan temprano no tuve mucho tiempo de fumarme mi dosis matutina así que me la traje para hacerlo aquí.
- ¡Un momento! ¡¿Nos cobró setecientos euros por pasarnos un chisme?! –preguntó irritado el español.
- Ustedes querían información y ya la tienen, trabajo es trabajo.
- ¡Pe-pe-pero! –Shura tenía un tic en el ojo tan profundo como el que le provocara Shaka en la batalla contra Hades.
- Tranquilo Shura –le dijo Shion resignado –como sea ahora sabemos lo que pasó. Y dinos Ciclopea, hay forma de curar a mis gemelos.
- A Kanon sí, será más fácil.
- ¿Y Saga?
- Hay varias opciones. A Kanon con que siete burros lo agarren a patadas bastara. Pero Saga será más complicado.
Si Kanon era el fácil ya no sabían si era mejor dejar a Saga con su maldición.
- ¿Y las doce casas? –preguntó angustiado Aldebarán.
- Si no limpiamos primero a los gemelos será inútil limpiar las doce casas.
- ¿Qué hay que hacer con Saga?
- Pues… -se dijo pensando en las opciones –una forma es lograr que la anciana le otorgue su perdón y retire ella misma la maldición, pero Amadea es muy amargada y rencorosa, no creo que lo haga, pero pueden tratar de comprar su perdón, quizá con algo que la complazca. Otra forma es lanzando a Saga en la caldera de un volcán activo, el fuego de la Gran Madre lo purifica todo. Pero no creo que saquen ni armadura ni huesos. También podríamos hacer un ritual de sacrificio y limpiarlo siete veces siete lunas con siete ramos de pirul cada vez. Pero eso nos da un total de cuarenta y nueve meses de espera y creo que ni la maldición le duraría tanto, además que para entonces seguro el santuario se viene abajo.
Dorados y Patriarca veían cada vez con más congoja a la bruja pitia.
- O podríamos limpiarlo con dos huevos.
- ¿Sólo dos? –preguntó Aioria.
- Sí
- ¡Eso suena muy bien! –dijo Milo.
- Pero de hombre.
- ¿Cómo?
- Sí, si un familiar varón está dispuesto a sacrificar sus testículos por él, con eso bastaría.
- Este… Je –dijo el italiano sudando frio –que… que lastima, no nos… une la sangre.
- No es necesario que sea familia de Sangre, la familia de crianza servirá igual.
La bruja los miró expectante y dispuesta a ayudar, con una sonrisa amable miró a ver quién daba un paso al frente para ofrecer sus hue… es decir su ayuda.
- Eh… Otra solución por favor –pidió Aioros.
- ¡Aquiles los hubiera dado por Patroclo! –dijo escandalizada al ver tal falta de camaradería –Pero que egoístas son los jóvenes de hoy en día. Muy bien, veamos que otros contra hechizos conozco… -dijo poniendo una mano en su mentón y mirando al techo del salón donde se encontraban. –Podemos bañarlo en la sangre de una virgen.
- Er… otra solución por favor.
- Pues –dijo ella viendo a la bola de muchachos que la miraban expectantes -¡Él, ese chico –dijo acercándose a Shaka y tomando suavemente sus mejillas –estos ojos pueden ser la solución, estos ojos pueden purificar la maldición!
Todo mundo se animó.
- ¡Muy bien Shaka, si yo siempre supe que serías una bendición! –le dijo Milo emocionado.
- Sí –dijo Aioria muy animado –sólo tiene que mirar a Saga y con la pureza celestial de su mirada romperá la maldición.
- ¿Y… qué tiene que ver que lo mire? –preguntó extrañada la mujer desconcertando a todos.
- Pero usted lo acaba de decir señora Pitia.
- Yo dije que los ojos de este joven son otra gran solución pero no tiene que ver con que mire a su compañero, así cualquiera quita una maldición…
- ¿Entonces…?
- Saga deberá ingerir los ojos de este joven.
- ¡¿Cómo dice?! –exclamaron los presentes alarmados. Hasta Shaka abrió los ojos del susto.
- ¿Que no han oído de las tribus Maori que devoraban a sus enemigos para absorber su poder? Es lo mismo, este joven tiene un nivel impresionante de santidad, y en sus ojos radica la luz de la pureza. El ingerir las partes de otro ser te brindará sus poderes. Si Saga se come sus ojos quedará curado. Mmm los recomiendo en caldo, para que le puedan pasar, porque crudos no creo, pero la cocción no arruinará su poder.
- Señora pitia, creo que preferimos escuchar más opciones.
- Ah… es que ya se me están acabando las opciones, no puedo creer que ninguna les acabe de calzar aún. Pues… no hay remedio. Si no pueden con las que les he dado deberán molestar a la señora Hécate, sólo ella como la Diosa hechicera podrá ayudarlos.
- ¿Llamar a Hécate?
- Así es Patriarca Shion. Si yo pudiera les sacaría miles de euros y hasta un ojo de la cara por hacerle la limpieza, pero no tengo el poder que se necesita para romper esta maldición y como bruja honesta pues no puedo ofrecerme a hacer este trabajo si va más allá de mi competencia.
Todos parpadearon varias veces antes la peculiar honestidad de la bruja.
- Bi… Bien. Gracias por tu asesoría pitia.
- Te diría "de nada" Gran Patriarca, pero son setecientos euros.
- Oh sí... -Shion fue al pequeño altarcito de Athena y de detrás de la estatua sacó la cartera de las emergencias y pagó a la bruja. –Aquí tienes.
- Que Athena te lo multiplique Gran Patriarca –dijo ella llevando el dinero a su frene y luego a su boca –y espero que lo haga porque… -la mujer dirigió su mirada a los caballeros dorados y dijo –con estos chamacos a los que llamas hijos, lo vas a necesitar. Me retiro, si me necesitan de nuevo llámenme.
- Dohko por favor escóltala y que Misty la lleva hasta su casa.
- Ay ese bombón francés… No te hubieras molestado Patriarca Shion yo puedo volver sola pero… ay una es mujer delicada e indefensa, sí mejor que me escolte un caballero jiji –dijo ella coqueta emocionada y sonrojada como adolecente enamorada.
Shion le sonrió con amabilidad y luego se agachó para para susurrarle al anciano Dohko –y dile a Misty que por ningún motivo se le ocurra escoltarla solo. Que se lleve a Shaina.
-Ok… Mi querida señora vamos –dijo el galante aunque ancianito y chaparrito Dohko escoltándola fuera del palacio del patriarca.
- Bueno –dijo Shion luego de un suspiro –Llamar a Hécate es un problema, como simple humano tratar con ella es como hacer tratos con un genio, siempre te puede dar un revés en lo que pediste. Si fuéramos brujos nos ayudaría porque los considera sus hijos, pero nosotros no pertenecemos a su ramo profesional. Así que será nuestro último recurso, por ahora que creo que intentaremos las opciones que Ciclopea nos dio.
Shaka muy alarmado dio dos pasos atrás.
- No Shaka no te vamos a sacar los ojos. Me refiero a las opciones que sean viables.
- ¡Su ilustrísima ninguna de esa opciones eran viables!
- Sí hay una Shura. La bruja pitia dijo que quizá si convencemos a la gitana Amadea ella misma le retire la maldición a Saga.
- ¿Seguro maestro Shion? Si es la gitana cascarrabias que creo que es que creo estará muy difícil convencerla. De seguro nos termina echando otra maldición.
- Es nuestra mejor opción hasta ahora Aioros y no perdemos nada. A menos que alguno de ustedes esté dispuesto a sacrificar su virilidad por Saga y el santuario.
- Eh… ¡Visitarla claro, es una excelente opción! ¡Hasta yo me ofrezco a hacerlo!
- Iré yo –dijo Afrodita con un suspiro de resignación.
- ¿Seguro?
- Sí Shura, veremos qué puedo hacer. No podemos dejar a Saga así… No tanto por él que aunque lo aprecio mucho, nos está jodiendo demasiado a todos. Perece que la idea de esta maldición es que Saga termine rechazado por todos y no encuentre lugar para ser feliz, porque con esa mala suerte que pega, en ningún lugar de este mundo tendrá cabida.
- Tiene bastante lógica –dijo Camus –si lo analizamos, es mucho más cruel a que él sufriera la mala surte en su persona. En estas condiciones terminaría solo y errando por el mundo.
- Exacto. Por eso… iré a verla ahora mismo.
- ¿Ahora?
- Es mejor no perder más tiempo.
- Bien hijo buena suerte.
Los doraros y el patriarca lo vieron partir deseando que tuviera suerte.
Por la tarde, salón de sus juntas secretas, Palacio del Patriarca…
- ¡¿Cómo qué no?! –le reñía Milo a todo pulmón -¿¡No se supone que fuiste a ver qué era lo que ella quería!?
- ¡Me hizo una propuesta que tuve que rechazar Milo!
- ¡¿Pero… pero cómo la rechazas si te había dado ya la solución?!... ¿O no te la dio?
- Sí, se ofreció a quitarle a Saga la maldición y hasta a echarme a mí la bendición de los siete machos para que fuera rico y poderoso.
- ¡¿Entonces?! ¡¿Cómo fuiste tan idiota para negarte?!
- ¿Pues qué quería? –preguntó Camus.
- Quería una cita conmigo.
- Afrodita por Dios ¿tanto lio por eso? –le riñó Aioria
Y Milo secundó - ¡¿Qué no estás dispuesto a hacer sacrificios por el santuario?! ¡Ya antes te has sacrificado por Saga! ¿Por qué ahora no?
- Escucha bien escorpión rijoso y acémila –dijo encarando a Milo –Yo estaba dispuesto a hacer el "Sacrificio", pensaba en llevarle su ramo de flores por mucho que me pesaran mis bellas rosas en manos de esa bruja, llevarla por una que otra compra, a pasear por la plaza y fingir ante mí mismo que estaba teniendo una cita con mi abuelita, para llevarla a la alameda y a cenar, casi estaba cerrado el trato cuando se me ocurrió preguntar por las "letras pequeñas del contrato"… Y resulta que la muy pervertida quería cita con final feliz. Yo he hecho muchos PERO MUCHOS sacrificios por Saga y por este Santuario pero… TODO TIENE UN LIMITE, y esto va más allá de lo que yo puedo hacer, así que si tanto hablas del sacrificio ¡¿Por qué no te ofreces TÚ como uno Milo?! ¡Si tanto te gusta picar con la cola!
- Tranquilos muchachos –exigió Shion, que más que exigencia era suplica, ya le dolía la cabeza. –Afrodita hijo y… ¿no intentaste negociar?
- Patriarca, hasta el cansancio, pero esa mujer vulgar y parafilica no entiende razones. Por poco y me echa otra maldición a mí. Me corrió de su casa y me dijo que si no me maldecía era para darme tiempo a pensar su propuesta, y que…. –el caballero se puso rojo del coraje y la pena de nada más recordar.
- ¿Qué Afro? –preguntó preocupado Shion.
- Que si se me ocurría volver a venir… fuera para venirme en ella o me iba a echar la maldición Gitana.
- ¿La misma que trae Saga?
- No Aioros es la que te deja impotente de por vida.
- Oh… -dijeron todos mirando al piso con congoja y miedo.
- Milo –dijo Aioria desencajado –¿por qué no vas tú? a lo mejor y tú puedas…
Milo que se creía un alma caritativa que cada que andaba de rijoso de verdad creía que hacia labor social y servicio a las damas pensó en darle… ser…. vi… cio a… ¡Pero no! Es que… e-e-eeso era para servicio público de la juventud. Claro que la anciana tenía derecho a… ¡Pero él… yy-yy-yyyy…. ¡¿Y cómo?!
Cuando Milo se percató, desde aries hasta el patriarca lo miraban de forma inquisitiva, hasta el propio Shaka lo veía con ojos muy abiertos casi haciendo viscos. Todos esperaban que en Milo sugiera el héroe que esta cruzada necesitaba.
- Pues… yo…
- Milo –dijo Aioria muy estoico –tu siempre dices que un caballero jamás le niega sus servicios a una dama necesitada.
- Que los hombres fueron creados para complacer a la mujer –secundó Camus.
- Que un hombre que no le da uso a su… mejor amigo para servir, no sirve para vivir –siguió Aldebarán.
- Que tu atractivo masculino fue un regalo de los Dioses a las humanas y debe estar siempre disponible y al servicio del placer femenino. –le recordó Shura.
- Y que en tiempos de guerra cualquier hoyo es trinchera –finalizó Mascara Mortal.
Milo se sintió acorralado por su propia filosofía. Debía cumplir con el santuario… Pero… ¡Pero es que una cosa era cumplir con el santuario y otra muy diferente cumplirle a esa vieja!
- Hijo –dijo Shion tocando su hombro, con su mejor faceta de mamá chantajista –Tu eres ahora el campeón que este santuario necesita.
- Por Athena –le dijo Aioros y todos comenzaron a secundar.
- Sí, por la Diosa.
- Milo tenemos fe en ti.
- Pero… -dijo el octavo guardián con duda.
- A menos –dijo Shura –que quieras que esta maldición continúe lo que te arrastrará a uno de solo dos caminos. O te vuelves monje en todo tu celibato por falta de condones, o nos traes a la casa de Escorpio a una señora de Andreatos y a un Milito Junior con demanda de paternidad y manutención.
Milo sintió que un escalofrió violento lo recorrió al oír "demanda de paternidad" ¡No!.. Por el santuario ¡Debía sacrificarse!
- Uffff –respiró hondo y levantando la vista con determinación aseguró – Lo haré… ¡Por el santuario y Athena!
-¡Por Athena! –lo secundaron, aunque Athena no tenía nada que ver en esto, pero le siguieron la corriente para que no se le desinflara el ánimo.
Esa noche de vuelta en el santuario…
- Afrodita hijo ¿tienes de tu jarabe sin estrés?
- Sí señor.
- Tráele un poco a Milo y… un antidepresivo de la fuente.
- En seguida.
- No es posible –decía Milo entre llanto y rabia -¡Pero quién se cree esa mujer para haberme… haberme… rechazado! ¡Nunca una mujer me había dicho que no! ¡En mi cara!
- Bueno cada mujer tiene sus gustos... Tal vez sólo no eras su tipo Milo. –decía palmeando su espalda.
- ¡¿Qué no soy su tipo?! ¡Esa frase gramatical no existe Mu! ¡No… no… no tiene lógica, desafía las leyes de la física!
- Hijo perdona que sea tan directo pero… ¿intentaste seducirla?
- Patriarca claro, esto ya no era por el santuario era por honor. Le confieso que llevaba rato aguantándome el asco nomás de verla, pero… Cuando me dijo que sus estándares eran muy altos y que una mujer con ese cuerpo de modelo que ella tenía sólo se merecía lo mejor y yo no llenaba ni la mitad de sus expectativas ¡Una llama de orgullo se inflamó en mí! ¡Yo le demostraría, se lo demostraría! ¡Que nadie rechaza a un escorpión de constelación pura, nadie, y menos a mí, el poderoso y sensual Milo de escorpio! Usé todas mis tácticas de seducción ¡Todas! ¡Si nada más me faltó encuerarme!
- ¡¿Y por qué no lo hiciste?! –le reclamó desesperado Dohko pues cada día caminaba más chueco y el bastón ya no le servía.
- ¡Porque no me dejó! Ya estaba yo en puros calzones cuando me tiró mi ropa a la cara y dijo que ella no comía hamburguesa ni escorpión asado, que ella puro salmón sueco ahumado y a las finas yerbas, para cuidar su figura, y que le mandáramos al de la otra vez o no habría trato.
- Caray –dijo Aioros –si ya se encaprichó con Afrodita no va a querer a ninguno de los restantes ochenta y siete. Siendo honestos no tenemos nada mejor que ofrecerle. –Milo lo miró con ojos acuosos y Aioros corrigió –¡No, no, me refiero a que… ya… ya sabes, eso de su fama de ser el más hermoso de los ochenta y ocho, es sólo un decir, claro que eso no es cierto!
Milo volvió el rostro hacia su klenex cotonelle, y se sonó los muchos mocos que su llanto le acumuló.
- ¡¿Y si le mandamos al patriarca?!
- ¡Mascara de la Muerte! –le riñeron todos.
- Perdón, es que… era una opción…. Oigan… ¡Enviemos a Shaka! ¡Es virgen, si es pervertida le va a interesar!
- Mejor sáquenme los ojos.
- ¡Shaka –dijo MM conmovido –gracias, no esperaba menos!
- Es sarcasmo Mascara Mortal –reclamó el rubio ofendido.
- Shaka no des esperanzas cuando no vayas a cumplir –le riñó el italiano.
- Ah… qué haré… Quizá podamos ofrecerle alguna otra cosa que le interese, dinero tal vez.
- ¿Tú crees Shion?
- Es otro de los grandes intereses de la humanidad. Mañana enviaré a Jabu a hablar con ella e investigar qué otra cosa puede querer.
Al día siguiente...
- ¿Cómo?
- Así es su santidad, Amadea se niega a tratar con cualquiera de nosotros, dice que si tanto le interesa vaya usted en persona a hablar con ella porque no va a tolerar que la traten como a una plebeya sin importancia.
- ¿Eso dijo?
- Bueno… lo último no lo dijo ella lo dije yo.
- Jabu…
- Patriarca es lo mismo sólo hice una adaptación del dialogo original, pero adecuado para su santidad.
- Jabu dime de una buena vez que dijo.
- Yo…
- Jabu –exigió.
- Ok, que quede claro que fueron sus palabras. Resulta que….
"¿Quién se han creído que son mamarrachos en cacharos de aluminio!? ¿Por qué te mandan a ti caballero de estaño?
Soy un caballero de bro-
¡Me da igual papanatas con un cuerno! ¿Porque no viene el Patriarca a hablar conmigo? ¿Su Santidad pierde la santidad al venir a ver a una sucia gitana? ¡Ve y dile a ese patriarca de pacotilla que si quiere negociar venga él en persona a pedírmelo! Seguro que le da miedo ensuciarse la bastilla de su túnica en esta casa vieja y pobre. Pero no me importa cuántos collares de oro le cuelguen en el cuello ¡o si él mismo tiene su propia armadura de oro! ¡Forrado en oro o vestido en cueros me da igual! ¡Que él se presente en mi casa y hable conmigo en persona si tanto le interesa!
Pero señora yo no puedo-
¡Ahora ve y díselo o si no yo misma voy a enterrarte ese ridículo cuerno que traes en el casco por donde mejor me parezca que te cabe!"
Ante esto el unicornio salió expelido de la casa antes que la bruja gitana cumpliera su amenaza. Y por eso…
- Y eso fue lo que pasó…
- Ya veo –Shion cerró los ojos y sobó su tabique. Ya había oído de esa gitana y nunca había oído nada bueno… Esto sería más difícil de lo que pensaban. Shion suspiró –Está bien Jabu, gracias, puedes retirarte.
- Sí su santidad.
*…*…*…*…*
Hola hola, aquí yo otra vez con un nuevo fic, esta vez dedicado a los gemelos de Géminis. Espero les guste mucho, sobre todo a los fans de Saga y Kanon.
Quiero agradecer a todos los que siguieron y leyeron mi último fanfic Reunión Olímpica Anual.
Nyan-mx: ¡SEEEE! Me alegra que te gustara la ROA. Es que creo que los Olímpicos son latinos y no se han dado cuenta, o son los clásicos malinchistas que dicen que son europeos pero nacieron en Tlanepantla XDXDXD. Porque sus comportamientos son de familia mexicana o latina. Pues fíjate que Athena si se las presintió por eso trató de irse primero que nadie pero, Hades y Perséfone tenían que hacer su anuncio cayera quien cayera, así que aunque se hubiera ido más temprano de todos modos le toca. ¡Me alegra que entendieras todas las referencias, es que la vida en sí es un gran meme XD! Y Hades pues ahora tiene que enderezar su vida, pensar, replantearse todo, ver nuevos horizontes. Y respecto a los marinas y espectros heridos, pues es que a eso se arriesgan por el trabajo que tienen, la idea es proteger a su Dios, pero nadie nunca dijo que sólo protegerlo de otros humanos XD. Son guaruras a fin de cuentas. Pero tanto Hades como Pose los metieron a un buen hospital, ambos con sueldo pago, Hades por generoso, y Pose porque cuando le lastiman a sus pollos le sale lo mamá gallina (pero hasta que ve bien maltrechos a sus "pequeños miserables"). Y sí esto de la maldición de los sapuris fue en honor del nuevo manga sping off de Tsunakan Suda (con la bendición de don Kuru) Rerise of Poseidon, donde ahora le toca a don Pose proteger la Tierra y claro que va a necesitar a Kanon, Hades le va a hacer el paro de resucitar a sus guerreros para que peleen por la protección de la Tierra contra Némesis. ¡Al fin Poseidón va a tener sus cinco merecidos minutos de fama como Dios primordial Olímpico que también debe proteger la Tierra! Apenas va un volumen, en japonés, espero pronto lo publiquen en español para que los fans lo disfruten. Y pues Lucho es muy honesto aunque nadie lo crea, y le preocupa su amigo Hades, así que claro que va a estar pendiente de él, llevándole obsequios e invitándolo a salir (que vamos a ver si quiere, ya ves cómo le fue cuando lo fue a visitar en mi fic La Vida en el Santuario). Necesitan vacaciones, todos, no nada más Hades, pero si me sigues (perdón es que fanfiction no me avisa de nada) te tiene que llegar la notificación de cuando suba los nuevos caps de La Vida. Sí, mira eso mismo que mencionas es lo que más me gusta del Shion Clásico, su mirada afilada, así también se la describo yo. Y es que sí, es que tiene como un ángulo, un filo, un no sé qué que impacta, como debe hacerlo un Patriarca, en cambio en Lost Canvas se le ve inocente, y creo que Toei la jugo muy bien en este aspecto diferenciando la profundidad de la mirada de un Shion de auténticos 18 años a uno de más de 200 y un patriarcado y la crianza de una nueva generación a su espalda. Y en cuanto a los guerreros y el salón de amenidades llama mucho la atención pero, como le dijo Afrodita a Athena en mi otro fanfic "querida, tus guerreros son de manutención elevada" o sea que pagan impuestos, así que en México… ¡Capaz que te cae el SAT y te cobra tenencia por cada uno, ya ves que esos hijos de la #%& nada más ven que muerden! Y como son artículos de lujo. Oh sí, Mu, Afrodita y Saga de Santia Sho…. Dan muchas ganas de invadir el santuario, y mínimo perjudicar a esas tres casas jajajaja. Deseo te guste este nuevo fanfic y me comentas qué te parece los problemas en los que Kanon mete a Saga, de una forma o de otra ese muchacho es la semilla del mal jajaja.
