Al día siguiente, el ambiente seguía caldeado. Las chicas habían dejado de odiarse y sorpresivamente competían por la atención, volviendo loco a todos los habitantes. Mientras Susan ayudaba a Molly o jugaba ajedrez mágico con Harry o Ron, Daphne opinaba con el Señor Weasley sobre política y documentaba todos los asesinatos.

Parecían estar esperando a que llegase Hermione para comenzar el enfrentamiento. Cuando el día llegó, todos miraban a las chicas con anticipación. La chica llegó acompañada por el hijo mayor de los Weasley que lucía un aspecto que desilusionó a su madre.

Bill no llevaba túnicas de mago sino camisas rotas y pantalones deshilachados. Parecía que no se había cambiado de ropa desde la última batalla con los mortífagos. Llevaba una tarjeta de identificación de Gringotts y dos argollas en su oído. El pelo lo llevaba corto y despeinado. El mayor de los pelirrojos era similar a los gemelos, larguirucho y fornido. Junto a él iba otra mujer que hizo que todos la mirasen y la sala se iluminó rápidamente.

Una rubia escultural estaba colgando de su brazo. Su apariencia recordaba a un ángel e incluso su simple estancia en la habitación hizo que todos la mirasen embobados. Todos reconocieron ese efecto, lo habían sentido en su cuarto año. Era una veela. Una criatura humanoide pero que poseía magia sexual y atraía a magos indefensos. Harry se percató de que la chica parecía ser algo más joven que Bill, tenía el pelo lacio pero formando ondas y reflejaba mucha luz. No era un rubio pálido como el de Malfoy o Daphne sino hebras doradas que contrastaban con la blanca piel de la joven. Ninguna roncha, barrillo o grano mancillaban esa piel y todo su cuerpo pedía a gritos una cosa. Una cosa que Harry y Ron trataron de ocultar rápidamente aunque sin mucha suerte.

Ron tragó saliva y preguntó curioso—¿Fleur?

La había reconocido y era normal. Después del espectáculo en su cuarto año, el chico tenía pesadillas con la rubia. Pesadillas hermosas pero pesadillas al fin y al cabo.

La joven le miró sonriendo y dijo—Oh…Gon, Haggy…—a pesar de su intento, su pronunciación de la r era extraña e incluso levantó una sonrisa en Ginny—que gusto de volver a veros…Gabrielle os extraña mucho pero pronto volvegá a vegos.

—¿Por qué? —preguntó curioso Harry. Había salvado a la hermana pequeña de Fleur en el lago pero no era una hazaña increíble. Dumbledore lo hubiese solucionado con un simple hechizo.

La joven risueña alzó su mano y todas las mujeres temblaron al ver en un dedo un gran anillo con un W grabada a fuego. Era un anillo barato pero representaba algo que hizo que Molly temblase. La joven dijo.

—William y yo nos vamos a casagg…pggonto.

Ginny alzó la mirada furiosa con su hermano y dijo—¿Cuándo pensabas contárnoslo?

—Pero…Con todo lo que está pasando. No sería mejor, ¿retrasarla? —dijo Molly con tristeza en la voz—Quiero decir. Estoy muy contenta pero es algo apresurado…lleváis muy poco.

Fleur sonrió, besó a su novio y este sonriendo como un bobo dijo—Mama… tú y papa os fugasteis en la otra guerra.

—Yo estaba…—miró la panza de Fleur con curiosidad y dijo—Nada nada. Habrá que hablarlo con Dumbledore para preparar la boda.

La rubia matizó—¿Qué tiene que ver el digector de Hogwarts con nosotros?

Ginny y Molly la miraron sorprendidas a lo que la madre espetó—La casa está protegida contra los mortífagos…pero en una boda. Con muchos invitados…necesitamos mucha más protección. El director puede encargarse de eso.

Fleur y Bill se miraron y dijeron—Podemos haceglo nosotros.

—¿Sabes algo de protecciones o solo eres una cara bonita? —cuestionó Ginny.

—¡Gin! —riñó Bill—Fleur no solo es traductora…también me ayuda a quitar maldiciones de tumbas y ayuda a la orden.

Molly miró lo contento que estaba su hijo y dijo a regañadientes—Bueno…si sois felices…supongo que no puedo decir nada. Fleur eres invitada cuando quieras a la casa.

—Gracias Señogga Weasley—dijo la chica—Ya nos vamos.

—Weasley—le dijo Hermione intentando que lo pronunciase mejor pero en vano.

Ginny fue más rápida y dijo—No os vayáis…vamos a organizar un torneíto de duelo en el patio…quizás quieras participar—intentando aparentar normalidad pero con un deje de odio en la voz.

—Ginny…somos adultos. Sería algo injusto.

—Mejor—dijo Hermione—Podemos aprender de dos miembros de la orden. Es fabuloso, Harry.

El chico se encogió de hombros dudando y dijo—En realidad es por una apuesta entre ellas—señaló a Daphne y Susan. Fleur las miró brevemente y con una gran sonrisa dijo—Vaya vaya…Haggy es un galán.

—Harry—dijo Ron intentando que cogiese la pronunciación pero en vano. No se le quitaba el acento francés.

Las chicas se dirigieron al patio acompañadas por Bill. La Señora Weasley caminaba detrás nerviosa mientras observaba como la mirada azulada de Fleur se había ceñido a Daphne. Molly le dijo a la chica.

—¿Por qué la mirás tanto?

—Se paggece a mi hermana—sonriendo levemente pero con intenciones algo siniestras que la mujer supo reconocer. Era una mentira que nadie cuestionó.

—No le hagas daño. Órdenes de arriba—dejando en claro que era asunto de la orden y de Dumbledore. Fleur simplemente caminó hacia delante sin prestarle atención a la madura pelirroja.

Una vez todos atravesaron la puerta que comunicaba con el patio exterior vieron algo impresionante. Tras el huerto y cerca del lago donde se refrescaban en verano, Bill había usado magia para crear una jaula. O así era como Harry lo veía con la diferencia de que sus límites eran etéreos…La magia repelía ataques mágicos pero permitía que los objetos pasaran. El lugar se expandía en todas las direcciones hasta ocupar un terreno mayor que el de cualquier campo de duelo tradicional.

Una vez diseñado, todos los presentes observaron cómo el lugar se mantenía estable sin que Bill tuviese que hacer trabajo extra con la varita. Una hazaña mágica que sorprendió a todos salvo a Hermione y a los mayores. El mayor de la familia sonrió a su esposa y animó a todos.

—¿Quién comienza?

Molly insegura de esto dijo—Que tal, vosotros dos—animó a su hijo y a su futura nuera. Eso les ayudará más—la madura tenía razón. Ver a dos adultos sin duda influiría en cómo los adolescentes pelearían. La rubia dejó su túnica revelando unas mallas azules y negras que le hacían un culo delicioso, así como un top que apenas contenía sus pechos. Irónicamente no eran mayores que los de la mayoría. Tan solo Ginny los tenía más pequeños que la veela pero los de Fleur eran etéreos. Se mantenían sin esfuerzo y eran perfectamente simétricos además de mantenerse en un estado puro. Podía intuirse el tacto a simple vista.

Bill en una esquina observó cómo su novia se situaba dentro del cuadrilátero. Una vez allí esperó hasta que la rubia sonriendo y extendiendo su efecto veela dijo—Primeggo, la ggeverencia foggmal…propia de los duelos—Ginny simplemente se llevó las manos a los oídos, odiando la pronunciación de la r.

Mientras la mujer se exponía en posición de perrito, Ron abrió los ojos ya que tenía una vista directa de esa maravilla. Bill en cambio interrumpió eso alzando su varita—Desmaius.

La luz roja se precipitó a gran velocidad pero Fleur simplemente la recibió sin problemas. No parecía haber tenido un gran efecto en ella. Ginny, quien había recibido en sus propias carnes aturdidores durante la batalla del Departamento de Misterios dijo.

—¡Como lo ha hecho!

Hermione dijo mirando a Ron y Harry—Es como Hagrid…su sangre mágica la protege contra hechizos menores como ese.

—Una criatura—masculló Greengrass mientras observaba iracunda como la veela impresionaba a todos y como parecía observarla con mucho odio.

Los hechizos y maldiciones iban y venían entre ellos, ninguno dispuesto a hacerse daño hasta que Fleur decidió pasar a la ofensiva. Las maldiciones si parecían afectar a la veela y pronto comenzó a tomárselo en serio. Bill decidió seguir lanzando encantamientos obstaculizadores que no sorprendieron a nadie. Maldición de piernas de gelatina, maldición de pies danzantes…etc. Un sinfín de magia de primer o segundo curso de Hogwarts que conseguían mantener a la bruja entretenida mientras el pelirrojo preparaba el embrujo final.

Un relámpago voló hacia el cielo para luego caer en varios puntos del campo de batalla. Fleur impresionada se refugió bajo un escudo que poco pudo hacer. La electricidad mágica arruinó su peinado pero no consiguió hacerle nada grave debido al escudo. Intentando sorprender, la bruja dijo.

—Avis—un puñado de pájaros aparecieron y rodearon a la bruja defendiéndola de maldiciones. Ron habiendo experimentado el ataque de Hermione con esa transformación dijo.

—No es para tanto son solo canarios.

Molly al ver los pájaros dijo—No son canarios…puedes invocar cualquier ave que conozcas igual que el Serpensortia—el pelirrojo vio asombrado aquello y miró las aves fijamente para luego decir—¿Qué son?

—Ya lo verás—dijo Hermione anticipando lo que ocurriría. En efecto, los pájaros atacaron a Bill pero en vez de picotearlo se estrellaron y explotaron dejando agujeros en el suelo. Levantaron tierra y escombros que hirieron a Bill brevemente. Con gracia, la bruja alzó su varita y una corriente de fuego se alzó hacia el mago.

Bill simplemente conjuró una losa que frenó las llamas. Harry en cambio, se fijó en cómo la roca comenzaba a estar al rojo vivo. Los materiales parecían a punto de fundirse o fragmentarse. Habiéndolo experimentado con un Colacuerno húngaro, sabía que era mala idea protegerse sin atacar.

La rubia se iba acercando cada vez más provocando que la roca se calentase más hasta que se fragmento y acabó consumida por el torrente mágico. Bill al verse acorralado invocó viento desviando el fuego hacia su dueña algo que no era buena idea. Las veela eran criaturas ígneas, su naturaleza las ligaba al calor, al sexo…al fuego. Fleur recibió las llamas sin protegerse. Las mujeres abrieron los ojos pero comprobaron que la rubia seguía avanzando y que lejos de quemarse, el fuego comenzaba a perfilar aún más sus rasgos femeninos. Harry Ron abrieron los ojos al ver cómo sus caderas engrosaban, sus piernas se estilizaban y sus nalgas aumentaban de tamaño. Sus pechos crecieron brevemente al igual que su cabello perdió color para asemejarse al tono cristalino de Daphne.

Bill rápidamente supo que no tenía mucho tiempo—Expelliarmus—el encantamiento le arrancó la varita a su novia pero no la necesitaba. En su estado, bastó un gesto de sus manos para que más fuego mágico saliese y persiguiese al chico. Esté simplemente dijo—Aguamenti—el agua apagó a la bruja regresando su cuerpo a las proporciones normales.

Ron afirmó—Quizás por eso quemaron a Juana de Arco—riéndose junto a Harry.

Su hermano mayor simplemente dijo entre risas cortadas—Nunca hay que fiarse de una mujer cuando está caliente—Fleur le lanzó una pequeña maldición a la entrepierna que por poco dio en el blanco. La rubia orgullosa de su actuación bramó—¿LA SIGUIENTE?

Todos observaron impasibles pero instantáneamente Harry se levantó deseoso de probarse a sí mismo. El joven mago sabía que era su destino acabar con Voldemort y ciertamente el duelo sería una pieza importante. Seguía estando a años luz de los mejores duelistas que había visto pero comenzaba a aprender sus técnicas. Situándose en un extremo esperó a que alguien se atreviese. Nadie lo hizo en primera instancia hasta que Hermione avanzó.

La castaña se hizo una coleta y sacó la varita de una funda que llevaba en el antebrazo. Poniéndose en posición, Harry hizo lo que había visto hacer a Voldemort años antes.

—Primero, Hermione la reverencia formal—Harry la suya y esperó impasible a ver a la bruja hacerla. El problema era que sus pechos no soportaban la gravedad y estuvieron cerca de arruinar la blusa que llevaba.

Sonrojada, la bruja recobró la compostura aunque podía notar como los ojos de Ron se iban al pan. Las chicas conversaban entre ellas junto a Molly. La madura simplemente decía—Por eso las duelistas femeninas usan corses.

La mente de Harry voló a la imagen de Bellatrix y en efecto, solía ir vestida con túnicas negras andrajosas junto a un corse. Ciertamente era una buena idea aunque tenía poca movilidad en el torso. Atrapado en sus pensamientos, casi fue golpeado con un desarmador. Sabía que este combate iba a ser duro así que decidió practicar y tomarse su tiempo.

Tras varios intercambios erráticos de maldiciones leves, comenzó el duelo de verdad. Hermione obviamente conocía más hechizos y se hizo notar cuando le acertó con un conjuro de ceguera. Una venda cubrió sus ojos y no pudo quitársela. Atrapado en la oscuridad hizo lo que mejor pensaba. Apuntó su varita a sí mismo y lanzó con cuidado un encantamiento de corte. La venda fue destruida y le dejo ver algo.

Antes de que se pudiese dar cuenta, Hermione había animado a los duendes de jardín y estos se dirigían hacia él, armados con picos…En un intento de defenderse decidió destruirlos. Varios Reductos consiguieron destruir las estatuillas, pero aun así no fue suficiente. Hermione seguía atacando usando transformaciones y luego atacando con maldiciones leves. Costaba tiempo y esfuerzo defenderse de todo, además de dejar ventanas para un posible ataque.

El problema de las transformaciones era que cansaba. Quizás a magos como Dumbledore no, pero en una bruja estudiante sí. Harry aprovechó la vista de sus pechos agitándose más con cada respiración para predecir su momento. Cuando Hermione se detuvo a recobrar la respiración, llegó su momento. Destruyó las transfiguraciones usando maldiciones contundentes o simplemente calcinándolas. Cuando la chica se quiso dar cuenta, el duelo había regresado al punto inicial solo que ahora no tenía la ventaja.

En un intento de copiar a Fleur, la morena invocó llamas y las azuzó para que creciesen y fueran tras de Harry. El mago aprovechó la cercanía al estanque de los Weasley y levantó una tromba de agua que apagó el fuego y dejó ver los melones mojados de la bruja. El vapor se arremolinó alrededor de Hermione siendo dirigido por Harry. La joven no tenía suficiente poder para alejarlo y agobiada optó por apuntar al azar y lanzar un maleficio inmovilizador. Harry lo reflejó y terminó el duelo rápidamente.

La bruja sin percatarse de que sus pezones eran más que visibles dijo—¡Como hiciste eso! ¡Conseguiste elevar agua y dirigirla y luego…el vapor!

El mago recordó la pelea de Dumbledore hace pocas semanas y escueto dijo—Dumbledore lo hizo…solo que más agua y fue más poderoso. No pude mantener el agua líquida.

—Sigue siendo alucinante—dijo la chica alegre. Ron simplemente se adelantó sacando su arma y dijo—A ver qué tal conmigo Potter…Reducto—la maldición fue esquivada por ambos y Hermione le gritó.

—Ronald…hay gente dentro.

—Una pelea no da una segunda oportunidad Herms—apuntó a Harry—Reducto—impactó contra la pared de la jaula mágica que resistió sin problemas. Su amigo sonrió y dijo—Echaba de manos esto, Ron… ¿Cómo en el Ministerio?

El chico se puso blanco y dijo—Como en el Ministerio—no dándose por acobardado dijo de nuevo—Bombarda—la explosión lanzó a Harry varios metros pero no le hizo daño. El pelirrojo quería una lucha seria pero tampoco causar daño gratuito a su amigo. Sus maleficios eran contundentes y Harry estuvo seguro de que podría matar si se lo propusiese.

Reincorporándose, Harry atacó. Levitó pequeños peñascos y les lanzó la maldición flagrante. A pesar de su aspecto normal, emitían el mismo calor que los metales al rojo vivo. Cuando Ron quiso esquivarlos se quemó brevemente.

—Reducto. Confringo. Expulso—las maldiciones hicieron sus efectos pero ninguna dio de lleno algo que se agradeció ya que ocasionarían heridas mortales.

Harry rápidamente observó a Fleur de reojo quien se lamía los labios ante la demostración de poder gratuito. Sonriendo lanzó llamas embrujadas que rápidamente rodearon al pelirrojo. Ron iracundo al no poder cruzarlas ni apagarlas dijo.

—¡Pretender ganar con trucos baratos! —giró la varita y las llamas que antes eran peligrosas se volvieron dóciles. El niño que vivió observó aquello con temor, su mejor amigo cruzaba el fuego sin siquiera sentir calor.

—¿Cómo…—Ron sonrió pero Hermione desde fuera de la batalla dijo—Es el encantamiento que usaban las brujas en el medievo. Las llamas solo causan cosquillas pero no queman.

—Decían que daba placer si se exponía en el clítoggis—dijo Fleur incomodando a todas las chicas presentes.

—Petrificus totales—la maldición petrificante golpeó un brazo de Harry dejándole inmóvil. Por suerte, el conjuro no había sido lanzado correctamente y por ello, el duelo siguió. Sabiendo que no podía eliminar la maldición decidió hacer uso de un encanto médico para limitar su molestia—Ferula—el brazo ya no estorbó más.

El chico no se dio por satisfecho y dijo—Reducto—Harry atacó con lo mismo y la explosión las mando a los dos lejos. Instantáneamente, ambos lanzaron un Expelliarmus. Los haces rojos chocaron y se unieron pero Harry tenía más control de aquel hechizo. En poco tiempo venció a su amigo y le devolvió la varita.

—Ron ha sido asombroso—dijo Hermione—ese poder y lo del fuego. ¿Cómo te acordaste de eso? Vimos ese hechizo en tercer año.

—Herm para…—la chica lo abrazaba y aunque era algo excitante, el pelirrojo apenas podía respirar. Sus melones impedían que el aire pasase. Por desgracia, los duelos no acababan ahí. Molly deseaba que esto pasase y sufrió más cuando su nueva "hija" adoptiva se adentró en la jaula junto a Daphne.

Había pasado algunas horas compartiendo momentos domésticos con Susan y verla pelear frente a una Slytherin le causaba algo de miedo. A diferencia de los chicos o de Bill, estas dos conocían ampliamente de duelo. Una era la sobrina de Amelia Bones mientras que la otra era de una familia de sangre pura que probablemente estuviese metida en asuntos de magia oscura. A pesar de que Cyrus Greengrass, mientras estuvo vivo, negaba que su familia fuese oscura, Molly lo sabía bien. Todos los sangre pura eran entrenados en magia oscura. Incluso los Weasley o los Prewett se habían casado con los Black y habían tenido que usar ese tipo de magia en algún momento de su historia.

Ambas chicas hicieron su reverencia antes de adoptar poses de duelo. En un ágil movimiento, Susan lanzó ascuas que fueron absorbidas por la rubia. El intercambio siguió varias veces hasta que en vez de simples ascuas, brotó un gran fuego que se dirigió hacia la Slytherin. La bruja sorprendida, lanzó algún tipo de escudo que absorbió el calor dejando tan solo humo negro envolviéndolo todo.

—Ventus—un soplo de aire despejó el camino solo para ver una maldición venir volando hacia la pelirroja. La esquivó y lanzó otra. Los intercambios no eran frenéticos. Esa era la diferencia con los duelos anteriores, ninguna pretendía herir a la otra y el duelo se volvía tedioso.

—Senpersortia—una enorme culebra brotó y fue hacia Susan. Está abrió los ojos y simplemente apuntó a la serpiente y la elevó hasta lanzársela a su adversaria. Daphne gritó cuando la serpiente le mordió el muslo dejando un pequeño rastro de veneno. Conforme pasaba el tiempo, el muslo comenzaba a ponerse de un tono rojo y vibraba.

Molly simplemente dijo—¡Por dios parad ya! ¡Esto no es bueno para su muslo!

—No pienso dejarme vencer por un tejón—dijo Daphne—No se preocupé por mí, Señora Weasley. Pronto tendrá alguien a quien cuidar—se protegió y simplemente alzó la varita. Un rayo cayó golpeando la tierra y dejando un cráter. Susan asustada se protegió con todo lo que pudo.

—Bombarda Maxima—el estallido rompió las protecciones en mil pedazos y lanzó a la bruja hasta casi salir de la jaula. Apuntó la varita y dijo—Expelliarmus—desarmó a Susan dando por terminado el duelo. Ginny aplaudió eso al igual que Hermione pero seriamente Ron dijo.

—¿Viste eso? ¿El rayo?

Harry asintió y dijo—El mismo hechizo que Bill usó… ¿Cómo pudo aprenderlo con solo verlo una vez? —impresionado de lo que la rubia había logrado.

—Se aprende en séptimo año…incluso algunos de séptimo no pueden hacerlo—dijo Bill observando de cerca a la rubia que estaba ayudando a la pelirroja a levantarse y hablando con ella amablemente—¿Cómo lo aprendió?

Molly tragando saliva dijo—Creo que tiene varios maestros nuevos. Dumbledore debería saber esto—yendo al flu rápidamente. Fleur en cambio dijo agriada—Daffy…tú y yo…Entre mujegg y mujegg.

La rubia miró a la veela vacilante—¿Susan no es una mujer?

Fleur simplemente la atacó rápidamente—Depulso—la bruja fue arrojada hasta chocar con un tronco de árbol. Un simple hechizo de la bruja rompió la protección mágica de Bill. La chica intentó huir corriendo pero fue detenida por un encantamiento que le ató las piernas.

—Diffindo—un corte se abrió entre las cuerdas conjuradas y Daphne pudo levantarse.

—¿Cggees que es gracioso, veggdad? ¿Cggees que es gggacioso? ¡Un monstgguo! ¡Así me llamabas junto a tus amiguitos…! ¡Cggeías que me olvidaggía! —apuntó la varita y un torrente de llamas mágicas voló calcinando parte de la túnica de la bruja que apenas se contuvo. Reflejó algo del calor pero eso solo hizo que la ya hermosa Fleur se convirtiese en un bombón sexual—Miggate…—con un simple encanto Daphne fue cubierta de granos supurantes—ahogga egges como deberggas ser…un veggdadero monstruo. ¡Tanto te gusta tú sangre! ¡Lo veremos! —un rayo dorado golpeó a la bruja convaleciente y está comenzó a escupir sangre por todos sus orificios. La bruja se desangraba lentamente en una intensa tortura aunque curiosamente no consiguió matarla. Parecía que Fleur solo quería darle una lección, algo dura.

Daphne corrió sangrando y estampó a Fleur llenando su ropa de fluido rojo. La veela no supo qué hacer y simplemente proyectó su magia hacia afuera. Una gran llama rosada envolvió a ambas provocando que Daphne comenzase a chillar de dolor. La bruja clavó sus uñas arrancando sangre a Fleur antes de salir despedida por los aires. Sangrando por todos lado y con la ropa y el pelo destrozados, pidió disculpas a todos.

Todos intervinieron para proteger a Daphne de la iracunda veela que simplemente gritaba—Cggeíste que no me daggía cuenta…Tú y tus amigos. Maldijisteis a Gabby. Madame Maxime me configgmó que fue vuestra culpa. Tal vez Dumbledogge sea tibio contigo pero yo no—fue silenciada cuando un conjuro rojo impactó y Fleur cayó de rodillas gritando de dolor.

Susan y Hermione observaron a la veela sollozante y supieron de qué se trataba—Daphne pará—dijo la morena—El Cruciatus no es la solución…

—Pará Daphne…—dijo Susan.

La rubia no detuvo la maldición hasta que cayó rendida por la pérdida de sangre. Consternados, Harry llevó a la bruja rubia dentro para que Molly la tratase mientras los demás calmaban a Fleur. El mago dejó a la bruja en su cuarto y tras varias curas de Molly, la chica estuvo sola por fin. Una vez allí, aulló de dolor y maldijo a la veela mientras al mismo tiempo miraba sus uñas teñidas de sangre de Fleur.

—Geminio—el hechizo multiplicó el fluido rojo hasta que ocupó todo un tarro. La bruja lo guardó cuidadosamente mientras cerraba los ojos y se maldecía a sí misma. Nada estaba funcionando y ahora tenía otra enemiga. Una enemiga que necesitaba ser tratada cuanto antes.