Tras que Daphne y Fleur se fugasen, todos en la sala observaron temerosos la Madriguera. Dumbledore se había marchado hacía minutos pero al ambiente tenso seguía en la sala. El lugar estaba dividido entre personas que desconfiaban de las intenciones de las intenciones de Greengrass y otros que la veían como una pobre adolescente reprimida por sus lazos familiares.
—Sigue siendo sospechoso—dijo Ginny—Aparece cerca de tú casa—apuntando a Harry—Y logra lanzar un Cruciatus al primer intento…y bastante efectivo. Incapacitó a Flegggrrr—dijo riéndose—Parece que tu nueva novia no es tan buena en Defensa, Bill.
El hermano mayor se pasó la mano por su cabello largo pelirrojo y añadió—¿Os enseñaron la maldición Cruciatus? —sospechando. Todos asintieron a lo que el chico preocupado dijo—Me preocupa más el conjuro meteorológico que lanzó. Es de un curso superior. No debería siquiera conocer ese encanto.
Todos lo observaron impasibles hasta que Harry preguntó—¿Es algo oscuro?
—No—dijo Molly—Se usaba para garantizar buenas cosechas en invierno. Pero…durante la guerra contra Grindelwand se usó para asesinar a personas en escobas…Puedes invocar cualquier clima.
—¿Similar al conjuro del techo del Gran Comedor?
—No. Eso solo muestra el clima pero no es real…El rayo que vimos hace un rato sí lo era.
Ron observó a su mejor amigo y a su novia. Ambos estaban taciturnos respecto a Daphne. En un alarde de valentía, el pelirrojo habló y dijo.
—Creo que no deberíamos culparla…Dumbledore no se lo tomó tan mal. Y seamos sinceros…atacó en una situación de peligro. Fleur iba a matarla. Nosotros también hicimos cosas letales en el Departamento de Misterios.
Harry le dio la razón recordando el episodio. Susan simplemente dijo—Mi tía debería ser alertada de estas sospechas. Si los Greengrass son mortífagos eso significaría una fuente de oro alternativa para el que no debe ser nombrado.
—Oro le sobra—dijo Bill con conocimiento—Gringotts notifica cada traspaso de divisas. Últimamente hemos visto comportamientos anómalos en la bóveda de los Malfoy y de otras familias.
Molly preguntó—¿Qué están haciendo los Malfoy? Sin Lucius no deberían ser capaces de maniobrar mucho—el patriarca de la familia había sido encarcelado junto a todos los mortífagos en el Ministerio a excepción de Bellatrix. Tan solo quedaban personas de familias oscuras que no participaron en el ataque o espías.
El hijo mayor miró a Susan y dijo—Narcissa Malfoy suele venir al banco todos los días. Saca grandes sumas de oro…a veces los traspasa a otras cuentas…en general mortífagos o sangre pura. No sabemos de dónde ha sacado tanto oro. La bóveda de Malfoy no parece bajar a pesar de eso. ¿Alguna información del Ministerio?
La pelirroja notó las miradas en ella y dubitativa dijo—Mi tía no deja que nadie entre en la casa. Estuvimos cuidando a Sirius así que únicamente Tonks, Kingsley y otros miembros de la Orden entraban. La tía no se entromete con los asuntos de los duendes. Parece querer llevar la guerra a dentro del Ministerio. Está purgando a la gente sospechosa.
—Umbridge—razonó Ron.
—Tiene a gente que la protege—secundó Susan—Quizás debamos investigar de donde sale el oro de Narcissa Malfoy. Nunca me pareció una persona muy austera.
Molly dijo—Siempre ha sido una engreída. Ahora que su marido está en la cárcel y sus inversiones están paralizadas…no dudó que hará lo que sea para llevar el mismo nivel de vida.
—Un nivel que es difícil de mantener—dijo Hermione—En el Mundial de quidditch llevaba colgantes de plata duende y esmeraldas. Sus vestidos también eran de alta costura.
—Quizás ahorre en Draco y le compre ropa de segunda mano—riendo el pelirrojo. Harry rió también y dijo—Igual puedes prestarle dinero, Señora Weasley.
La madura sonrió y dijo—Espero que no os dejeís llevar por vuestra antipatía. Si alguien está necesitado siempre será bien acogido en casa de un Weasley—miró a Hermione y está le tendió a Harry un vaso con té. El chico lo bebió rápidamente y adormilado dijo—Creo que me acostaré. ¿Vienes Sue?
La pelirroja lo agarró del brazo y se lo llevó hasta su cuarto. Ron por el contrario observó a Hermione y dijo—Vamos nosotros a nuestro cuarto—la chica dijo en cambio—Ve tú. Luego iré yo que está noche tenemos noche de chicas con Ginny.
Algo contrariado, subió las escaleras tortuosas de la Madriguera hasta llegar a su cuarto. Abrió la puerta y encontró algo increíble frente a él. Olió la habitación extrañado por los olores en ella. Había algo que le hizo empalmarse instintivamente. No sabía que era, pero supuso que se debía a lo que había frente a él.
Había una mujer desnuda y atada en su cama. Frente a él, había una Hermione mucho más atractiva que la que minutos antes había visto. Era clavada a la que conocía pero podía notar sus diferencias. Aun así, se acercó y tocó el trasero de la joven. Palpó el culo y vio señales inequívocas de actividad anterior. Había huellas en esas nalgas perfectas.
La emoción en su pecho aumentaba conforme más se acercaba y tocaba a la chica. Una sensación extrañamente similar. Un fuego que se encendía en su pecho y bajaba para pulsar su pene. Una polla que ya había salido de la túnica y ahora se movía e incluso había llegado a golpear la carne a su lado. Notó los fluidos que escapaban de la concha, un torrente iba discurriendo manchando sus sabanas.
Metió los dedos separando aquellos labios y luego los lamió. El sabor y el olor eran iguales a los de Hermione pero la sensación aumentaba. Él era un Weasley, nunca había sido bueno con el sexo oral a pesar de practicarlo a veces. Sabía que esa sensación no era natural. Lo sospechaba bastante. Era un impulso visceral que le decía lo que debía hacer con la chica que tenía a su lado. Decidió lo obvio. A pesar de estar actualmente en una relación con Hermione, no había dudado en ponerlo los cuernos con dos de sus amiga. Por lo que esto, ni siquiera contaría en su consciencia. Sería algo así como follar a las Patil.
—Empezaré lento—advirtió a la chica frente a él. La joven intentó hablar pero Ron la silenció cuando su polla apretó contra el orificio equivocado. Su miembro comenzó a internarse en el ano.
Un agujero seco y sin dilatar pero que poco a poco iba amoldándose al gigantesco grosor del falo Weasley. Gruñidos de dolor escaparon de la boca de la chica pero las ataduras impedían que se resistiera más de lo normal. Poco a poco todo el miembro entró y el pelirrojo aprovechó la inserción para visualizar el paraíso frente a él.
Nunca había conseguido profanar ese hoyo en Hermione. Su novia jamás le había dejado hacerlo así. Había abusado ferozmente de su coño e incluso de su boca. La había hecho tragar semen y atragantarse con su rabo. Su vulva había sufrido sus embestidas mientras ella se apoyaba en la cama, en el baño de los prefectos e incluso se la había follado frente a todos durante algún partido de quidditch. Pero nunca había conseguido esto. Sospechaba dentro de él, que la mujer a la que penetraba no era Hermione. Pequeños detalles le decían que no era su novia.
Pero físicamente eran clavadas e incluso parecía mejor. Era un espectáculo visual para él. Encima estaba atada y húmeda. Se dejaba hacer, como Hermione. Ella también era una sumisa bajo su mandato. No había diferencias en eso. Mientras observaba notó como el ano de la joven se rebelaba y comenzaba a apretar para desalojarlo. Por desgracia, su pene no era un desecho…apretar no lo sacaría. Quizás haría que entrase algo fluido y blanco dentro.
Los gemidos bajos y los quejidos resonaban en el cuarto. Un lugar pequeño, que ahora estaba todavía más apretado. Cuando venía Harry, el lugar encogía y Ron a menudo se frustraba por el poco espacio, ya que eso incentivaba su desorden. Ahora, bendecía a su amigo. Con tan poca espacio, podría someter a Hermione más fácilmente. Encima tenía el morbo de que alguien lo viese. Si cualquiera entrase, lo veía sodomizando a su novia.
Embistió un poco al notar como el ano se iba abriendo. La bruja ya se había acostumbrado a su miembro y algo le decía que debía seguir perforando aquel culo. Hermione no destacaba mucho en esa área. El mago, consideraba los cuartos traseros de la chica como un complemento. Un lugar preparado específicamente para que sus embestidas fuesen frenadas pero nunca algo digno de devoción. Está vez era diferente. Sus hermosos pechos estaban a la par que sus nalgas. Hermione parecía haber sufrido una metamorfosis. Todos sus rasgos habían mejorado más de la cuenta.
Cuando se percató de ello, su pene tembló. Habitualmente le costaba mantener el ritmo con su novia, la cual solía ser insaciable en la cama. Pero esto, le hacía dudar. Ahora su polla era poca cosa para semejante hembra. Necesitaba imponerse. La estaba sodomizando pero aun así, aun así no era suficiente. Dio más impulso a su follada hasta que los gritos se impusieron. El placer hizo que temblase e incluso su coño normalmente cerrado se empezó a abrir como los pétalos de una flor.
Dejó ver el lugar más profundo y oscuro a la vez que un manantial fluía mojando las sábanas. El sudor de ambos cuerpos los hacía brillar y Ron se preguntaba si este podía ser el mejor polvo de su historia. Extrañamente no había estrés o agresividad en el acto. Era solo él, penetrando un ano. Un ano capaz de ir engullendo su pene poco a poco y que hacía gozar a la dueña. El chico relajó sus embestidas y simplemente fue entrando y saliendo a buen ritmo. Ya no sonaba como antes pero Hermione gemía mucho más. Las ataduras le estaban infligiendo marcas en las muñecas pero no pensaba quitárselas. Así era más erótico, además desconfiaba profundamente de lo que opinaría su novia de esta agresión.
Para su desgracia, parte de su mundo se vino abajo cuando una voz particular se escuchó en la habitación. Una acento que si bien le provocaba erecciones continuamente no deseaba escuchar y menos en este acto.
—Ggonnn…Ggonnn —los gemidos de la chica comenzaron a sonar así. El pelirrojo frenó sus actividades y levantó la vista para ver cómo el cuerpo que antaño reflejaba fielmente a Hermione mutó. Sus pechos se encogieron y estilizaron, su cadera se afinó, su torso se esculpió sin pizca de grasa. El cabello se alisó y extendió para luego cambiar al tono rubio mágico de la bruja francesa. Comprendió que tenía su polla dentro del culo de Fleur Delacour. De la bruja con la que su hermano mayor se iba a casar.
Una zorrita que antaño le había levantado su pene múltiples veces pero ahora no debía hacerlo. Estaba comprometida con su hermano y él…tenía su pene atorado dentro del ano. La había hecho gozar durante unos minutos y ni siquiera se había quejado.
Quiso sacarlo entero y retroceder pero cuando lo iba a sacar, Fleur arrimó más su trasero. La bruja se lo ofrecía en bandeja mientras con sus músculos abría sus nalgas para mostrar aquel hoyo rosado roto por su gruesa polla. Su miembro se indignó ante la simple idea de retroceder. Era un Weasley. No habría mucha diferencia entre él y Bill.
Le agarró los hombros para ajustar su postura, al tiempo que notó como la temperatura corporal de la bruja se elevaba. El calor que desprendía hacía que el sudor se evaporase poco a poco dejando su blanca piel como si viniese de una sauna pero al mismo tiempo se veía resplandeciente por los diminutos cristales de sal. La saboreó brevemente y eso le excitó más. Era como si estuviese follando a un ser sobrenatural. Una sirena que se había sometido a su rabo pensó Ron. La diferencia era que las veela, eran sexuales por naturaleza y conforme su miembro entraba, la decisión de Fleur y su fidelidad se iba quemando. Ahora solo importaba el sexo, en su mente.
—Más. Más—gemía la bruja al mismo tiempo que Ron iba llegando a sitios inexplorados. Viniéndose arriba, el mago preguntó—¿Es más gruesa que la de Bill? —sabía de antemano que los penes de sus hermanos eran similares al suyo. No muy largos pero gruesos como bates de golpeador.
—Oui Oui Beaucoup—indicó entre gemidos. Por desgracia, el mago no entendió nada y siguió azotando sus nalgas al tiempo que la embestía. El ano se amoldaba a él y lo apretaba mucho más. Llegado el momento de terminar, Ron dijo—¿Dónde lo quieres? —sabía que no debía correrse dentro de ningún agujero. Al fin y al cabo, era la prometida de su hermano pero bueno. Si ella lo quería dentro, él no iba a achantarse.
La rubia sollozando dijo—Atggas no—Ron rápidamente salió del ano de la chica despertando algún sonidito de impresión. Comprobó a ojo lo abierto que había quedado aquel trasero. Sonriendo para sí mismo, observó a la bruja y lo mojada que estaba ya. Se situó de cara a ella, con su polla apuntando a sus labios. Ahora podía ver que en efecto, Fleur estaba en su punto álgido y miraba su pene con ambición. Decidida a terminar la faena. No hizo falta ninguna indicación ya que la bruja por instinto comenzó a felar. Y lo hacía realmente bien.
Era diferente a lo que había experimentado. No tenía la urgencia de Lavender o la monotonía de otras chicas. Normalmente, nadie se la mamaba al final, eso era tan solo el paso previo para que comenzase la faena. Ahora era al revés y lo disfruto bastante más. Fleur era un diosa y parecía que su éxtasis aumentaba en función del macho que la poseía. Conforme Ron gemía y prodigaba caricias, ella se esforzaba más y más. Debido al increíble placer que le prodigaba usando únicamente sus labios, le toqueteó la cabeza y dijo.
—Buena mascota—mientras le peinaba el cabello y eliminaba la saliva que goteaba y otros fluidos de su hermoso rostro. Eso provocó una reacción en cadena, sin siquiera tocarla la bruja abrió mucho los ojos y su garganta se expandió pero ningún sonido salió. Comprobó por un momento su pene, golpeándolo contra la mejilla. No había sido una garganta profunda.
Lo siguiente que vino fue una luz rosa que envolvió el cuerpo de la bruja y calcinó las cuerdas. Ron temió por su miembro pero cuando la luz lo golpeó, el chico sintió un orgasmo intenso pero sin expulsar gota. Ahora que Fleur tenía las extremidades libres se posicionó mejor y utilizó sus manos para acariciar los huevos del brujo. No duró ni un minuto más.
—Joder…Gracias a Dios que te encontré…eres la mejor.
—¿La númeggo uno?
El chico asintió mientras derramaba su semilla dentro de los labios ansiosos de la veela. Incluso tras la corrida, la bruja siguió chupando el rabo hasta que avergonzada se retiró corriendo y mirando a Ron dijo.
—Ni una palabra. Ha estado bien peggo…no se volvegga a repetig.
Ron miró su miembro mustió y como se divisaba el ano abierto de la bruja y sonriendo dijo para sí mismo—Eso lo veremos, zorra—no le importó mucho que fuese su cuñada. Ese poder, esa luz que le había brindado un orgasmo sin necesidad de correrse, era de mucha utilidad. Se durmió intentando no pensar en lo que había hecho y sus sueños se dirigieron a Hermione en lugar de a Fleur. Hermione atada y tomándolo por el trasero. Sería fantástico.
