A la mañana siguiente, Harry se despertó tenso. Le dolían las articulaciones y todos los músculos de su cuerpo, mucho más que tras un partido de quidditch. La peor tensión estaba en su entrepierna, ya que su miembro llevaba bastante tiempo tenso entre las nalgas de su pelirroja.
Se levantó y escupió algo de sabor desagradable. Le dio una arcada breve pero pudo aguantarse. Miró debajo de las sábanas y comprobó que Susan estaba pegada a él, semidesnuda y abrazada. Ambos compartían calor de una manera más sensual que otra cosa. La miró brevemente y la chica sin siquiera mirarlo dijo.
—¿Ya te despertaste? —Harry abrió los ojos, pensaba que estaba aún dormida—Venga. Hay que desayunar. Tenemos que ir al Callejón Diagon. Hoy llegan los TIMOS—desprendiendo alegría.
La chica se levantó y comenzó a peinarse y maquillarse. Fue directa al baño de la casa mientras que Harry aprovechó el tiempo para ordenar un poco la habitación antes de asearse. Esperó a que Susan terminase de ducharse en el pasillo, pero fue confrontado por Ginny en bragas.
—¡Harry! —su expresión de sorpresa le recordó aquellos momentos en los que huía de él—No necesitas esperar para ducharte. Podemos hacerlo juntos—se bajó un tirante del sujetador haciendo que el chico mirase su escote.
Por desgracia no llegó a más la conversación ya que Susan salió en toalla del lugar y simplemente dijo—Venga, Harry…tenemos que ver cuantas clases compartimos este año—Ginny la miró con odio mientras el chico entraba en el baño. Bones sonrió dulcemente a la pequeña Gin mientras apretaba la toalla para comprimir sus mamas. Inclinó la cabeza y le dijo a la chica.
—¿No te enseñó tu madre a no quitarle los novios a las demás?
—¿Y a ti? —contestó a la defensiva causando un impacto en Susan que bajó la mirada y cerrando los puños dijo—¿Crees acaso…que puedes hacer algo, niñata?
Ginny sonrió al ver que la chica la estaba amenazando. Era su oportunidad de meter cizaña y romper el frágil lazo que unía a Harry con aquella huérfana. Era por fin su momento de acabar con la "otra" pelirroja. Susan era claramente más hábil en la magia, con más riquezas, mejor físico y más manejable. Pero Ginny sabía que Harry no necesitaba una gatita a la que acariciar los fines de semana sino una leona a la que intentar domar.
Se comunicó con la tetona y dijo—Preguntale a él…después de todo yo sí he conocido los alcances reales de su polla—le indicó sonriendo al ver que Susan la miraba con algo de horror. La pelirroja dudó por unos momentos antes de mirar a su contrincante y decirle a sabiendas.
—No me costaría nada volverlo loco—la miró a los ojos y dijo—Y tú lo sabes…así que dejame en paz—abandonó el rellano yendo directamente a vestirse. Harry desde dentro del baño, había oído todo y optó por no meterse en esos asuntos. Una vez salió del baño, fue a su cuarto y allí comprobó que Susan seguía vistiéndose lentamente de espaldas a la puerta.
Parte de sus pechos sobresalían por los lados. Harry ignoró aquello y simplemente se centró en cómo el cabello de la chica caía por su blanco cuello. Por otro lado, su trasero ya estaba tapado por una túnica negra. Lo observó brevemente para luego vestirse en silencio. Tras estar ambos vestidos, bajaron a la cocina y comprobaron que Hermione y Daphne se encontraban discutiendo mientras Ron y Ginny comían sin mucha preocupación.
—¿Por qué discutís? —preguntó curioso Harry mientras se sentaba.
Su mejor amigo respondió diciendo—TIMOS…discuten sobre si es útil sacar uno en Historia de la Magia—sonriendo Harry frunció el ceño y dijo—Apenas rellené un rollo de pergamino.
—Demasiado para lo que Binns tiene para ofrecer—dijo Gin haciendo la pelota al mago que adoraba. Susan la contradijo diciendo—Historia de la magia es importante para los puestos del Ministerio.
Ron paró de comer y dijo—¿Crees que ellas van a estar en el Ministerio? —miró a ambas chicas con decepción. Hermione en cambio se pronunció—¿Qué tiene de malo Ronald? Es un puesto muy digno…formar parte del poder político del Reino Unido e intentar cambiar las cosas
Bufando cual víbora, Daphne dijo—Para alguien de su nivel…puede que sea importante.
—¿Nivel?
—Alguien que no saca la máxima nota en Defensa no debería tener sueños de ser Ministra—hizo callar a Hermione a la vez que miraba al cielo en busca de señal de lechuzas. Ron quiso contestar pero permaneció callado sabiendo que era mejor no discutir con aquellas chicas.
Todos desayunaron entre charlas ociosas hasta que Molly les advirtió diciendo—Los TIMOS han llegado…los pájaros han sobrepasado las protecciones—la mujer podía sentirlo y en poco tiempo las lechuzas ministeriales aterrizaron sobre las múltiples sillas de la Madriguera. Excepto Ginny comenzaron a abrir sus cartas y observando los resultados.
Daphne observó su nombre en un sobre a lo que Susan sonrió diciendo—Tía Amelia debe de saber tu situación—la rubia miró a la otra chica con desdén y dijo—Creo que Dumbledore debe estar atento a todas las situaciones de sus alumnos—minimizó el papel de la tía de Susan, provocando que está mirase a la rubia dubitativa.
—¿Cómo ha ido? —cuestionó Ginny.
Su hermano dijo—Menos Historia, Adivinación, Pociones y Herbología—miró a su madre y dijo—Lo esperable—está lo miró pero no dijo nada, refrenando las ganas de gritarle.
Harry tragó saliva y dijo—Igual menos Herbología.
—Al menos podrás hacerle compañía a Neville. ¿Y tú, Herms?
La chica entregó su carta y Ron. El chico abrió los ojos entregándoselo a Harry. El papel recorrió el comedor todos impresionados. Ron cuestionó—¿Cuáles dejarás?
La chica extrañada preguntó—¿Por qué dejar alguna? Puedo llevarlas todas.
Asustado dijo—¡Cuando tendrás tiempo para mí!
—Lo sacaré—dijo la morena excusándose.
—Hermione ya no quedan giratiempos…se destruyeron—sentenció Harry sabiendo lo que su amiga era capaz con tal de dar múltiples clases. No pensaba que pudiese de nuevo jugar con el tiempo.
Daphne escuchó aquello e iracunda dijo—¿Giratiempo? Por eso estabas en todas parte en tercer año…Humillándome. ¡McGonagall no debería darte privilegios solo por ser una pelota!
—¡Soy la mejor!
—Observa, Morgana—dijo burlona la rubia entregándole su papel—Todas con Extraordinario.
Hermione dijo entre dientes al ver que efectivamente tenía razón—No te imagino sacando plantas de la tierra…ensuciándote las uñas.
—Ni yo a ti aprendiendo Encantamientos de ama de casa—dijo riéndose al ver lo fácil que era meterse debajo de la piel de la morena. Molly se ofendió ligeramente ante el comentario y alzando la varita dijo.
—¿Algo en contra de esos encantamientos? —ambas chicas observaron cómo la madura usando la varita comenzaba a ordenar todo lo que ocupaba las paredes. Los platos y vasos se apilaron, los cubiertos se ordenaron, todo se limpió e incluso las sillas con sus ocupantes volvieron a sus sitios respectivos.
Ginny y Ron miraron a su madre impresionados mientras Hermione preguntó—¿Qué Encantamiento es ese? No lo he leído.
—Si lees a Gilderoy Lockhart—matizó la rubia causando una risita en Susan. La pelirroja añadió—Es un encantamiento de orden…se necesita claridad mental para hacerlo. Ordena las cosas según los pensamientos del lanzador. Puede incluso restaurar objetos.
—La buena esposa. Capítulo diez…Órdenes del esposo—dijo Daphne ganándose un aplauso de Susan y Molly. Ron miró a Hermione y dijo—Me decepcionas Herms…te están superando.
Molly evitó la pelea al decir—Esos libros son de otra época Ron…es normal que Hermione no se los haya leído.
La chica respondió—¿Señora Weasley…los tiene por ahí? —la mujer asintió pero rápidamente empujó a los chicos a la chimenea.
Era tarde y tenían que hacer compras. Ron y Ginny fueron primeros, seguidos por Daphne. Molly se sumergió también en las llamas esmeraldas. Hermione agarró polvos flu y mirando a Harry y Susan cuestionó.
—Sue… ¿Esos libros son…? ¿Importantes?
La pelirroja dijo rápidamente—Son solo consejos para conquistar a un hombre…algunos encantamientos para el hogar, para la cama…Nada determinante. No dejes que Daphne se crea superior. —la morena abandonó el lugar dejando a Harry y Susan. Ambos se metieron en la chimenea juntos. Apenas cabían, pero la bruja se apretó más de la cuenta dejando al chico algo incomodo por la cercanía de sus pechos. Harry la agarró de las nalgas para luego decirle.
—¿Cómo te ha ido?
—Nos veremos en Encantamientos…y en algunos más. Pociones, Historia de la Magia y Cuidado de Criaturas Mágicas las he suspendido. El resto bien.
—Bien—sentenció Harry—Diga la palabras.
Interrogante, la bruja dijo—¿Por qué tú no?
—Si quieres acabar en cualquier lado, perfecto—la bruja agarró el polvo y se dispuso a decir las palabras mientras decía—La casa ya está limpia pero tía Amelia me deja quedarme aquí. ¿No te parece perfecto?
Harry palpó más las nalgas apretándola más y dijo—Un sueño—la chica le besó y dijo el lugar. Ambos llegaron al Callejón Diagon ganándose una mirada de muerte de Ginny. La chica pelirroja fijó sus ojos a su enemiga y eso amilanó a Harry. Soltó el cuerpo de Susan y se enderezó esperando alguna orden.
Molly rápidamente dijo—Iré a por vuestros libros, dejadme las listas—todos se lo entregaron a excepción de Daphne que dijo—Iré con usted…si no le importa—La Señora Weasley obvio aquello e ilusionado guio a la rubia a los lugares indicados para comprar túnicas y libros.
El resto se miraron entre sí. El niño que vivió miró a sus amigos y dijo—¿Fortescue? —usualmente solían entretenerse por el Callejón en lo que la Señora Weasley terminaba sus compras. Está vez, era diferente. El Callejón parecía haber vuelto a la Edad Media. Muchos negocios estaban cerrados, las tiendas estaban tapiadas o cerradas a cal y canto. Pocas personas se veían caminando.
Observaron que la heladería estaba destruida y con una pintada simulando la marca tenebrosa. La pintura era sangre. Harry observó aquello y dijo—¿Qué ha sucedido aquí? ¿Dónde está todo el mundo? —durante su tiempo en el mundo muggle no se había enterado de cómo el terror había inundado el mundo mágico.
Ron dijo con tristeza—Fortescue fue asesinado hace días…El resto bueno…muchos huyeron.
—Desde lo de mí casa y lo de Hannah…—dijo Susan—Supongo que los aurores no hacen un gran trabajo—con algo de enfado matizó—Lo de la gente es increíble. Prefieren huir antes que enfrentarlo.
Ginny sonriendo dijo—Al menos la tienda de los gemelos sigue en funcionamiento—dirigió su mirada al único escaparate con luces de todo lo que se dividía. Todos observaron cómo los gemelos eran la única luz en todo el lugar. Tenían resplandores dorados y rojizos e incluso luces mágicas anunciando sus productos.
—¡Ha llegado el circo! —dijo Hermione sonriendo al ver aquello.
—¿Qué es un circo? —preguntó en voz baja a Harry el pelirrojo. Obvió eso y sin responderle, todos se dirigieron dentro de la tienda de Fred y George.
Allí observaron cómo el lugar era una enorme tienda repleta de estanterías. Además el negocio parecía prosperar ya que había escaleras que daban a otras estancias. Los gemelos habían aprovechado el temor y habían expandido su negocio comprando otras tiendas. Ahora era un centro comercial del vicio y de la broma. Cada uno comenzó a mirar las diferentes zonas del lugar mientras buscaban a los gemelos para poder conversar.
Hermione fue observándolo todo junto a él. Quedaron impresionados con cada lugar mientras toqueteaban todo lo que veían. La morena repetía con admiración cada utensilio aunque criticaba las extrañas manías de los gemelos.
—Hay que admitir que son geniales pero igual…algo extremos—observó el paquete de medicamentos para escapar de clases. Turrones, pastillas y otras gominolas que causaban enfermedades—¿Cómo los harían?
—Has escuchado eso, hermanito.
—Sí, George.
—La señorita Granger no sabe aún como conservar efectos de pociones indefinidamente—fingiendo tristeza dijo—Una lástima, Fred. No sabe ejecutar un simple encantamiento de éxtasis.
—Se nos ha quedado anticuada—dijo riendo uno de los gemelos—Desde que sale con Ro Ro está más…
—Tonta—repitieron ambos riéndose.
La morena sonrió aunque frunció el ceño ante un encantamiento desconocido. Llevaba días siendo insultada continuamente. Todos parecían conocer más magia que ella sin siquiera estudiar un mínimo. Harry curioso observó un gran tonel con polvo negro, pólvora, razonó. Asustado preguntó.
—¿Qué es?
—Polvo de oscuridad instantánea. Lo tirás y se apaga todo…tus ojos hacen BOOM—riéndose de ambos chicos—Útil…la Orden y el Ministerio lo está usando para sus ataques.
Razonando, Hermione dijo—¡Harry! Son mayores de edad. Deben saber más sobre lo que ocurre.
—¿Por qué está todo desierto? —preguntó el mago.
Fred y George observaron la bulliciosa tienda y mirando a ambos se callaron. Uno de los gemelos levitó un objeto y lo colocó cerca de ellos. Tras esto, uno de ellos comenzó una diatriba. El otro se entretenía observando cómo se hinchaban los senos de Hermione y como estudiantes de todos los cursos enseñaban sus pechos con tal de obtener un descuento.
—¿Qué es eso?
—Un zumbador…no hemos conseguido replicarlo en un solo hechizo—dijo Fred.
—Crea un zumbido…tras unos cuantos usos explota—con temor miró el aparto—No lo hemos perfeccionado mucho.
—¡Que ocurrió! —indicó fríamente Hermione.
—Verás…tras lo del Ministerio. Casi todos los mortífagos fueron atrapados. Fudge dimitió. Madame Bones ahora es la manda más…ella comenzó a cazar a los infiltrados. Eso hizo que…
—Intentasen matarla a ella, a los Abbot…Explotaran un puente. Atacasen el callejón Diagon. Fortescue murió…Ollivander está desaparecido. El resto decidió cerrar o permitir que los delincuentes campen a sus anchas. Los aurores patrullan a diario pero muchas tiendas se han convertido en escondites.
Hermione dijo—¿No es peligroso? Vosotros sois de la Orden.
Fred sonrió diciendo—Comenzamos una campaña propia para ayudar contra el que no debe ser nombrado—Harry y Hermione temblaron un poco mientras los gemelos los llevaban a otra estancia de la tienda. Allí había multitud de piezas de ropa. Capas, sombreros, escobas, varitas.
Harry agarró un sombrero y dijo—¿Ropa? Al menos las varitas son útiles.
—No es solo ropa—George matizó—Pensamos que tras lo del Mapa, aprenderías a confiar en lo desconocido—le tendió un sombrero a Hermione para que se lo pusiese—Llevan encantamientos de escudo contra maldiciones. Están siendo muy útiles para los aurores…compruébalo—lanzó una maldición negra que desapareció al acercarse a la bruja morena.
Hermione dijo—Si es capaz de parar eso…servirá para muchas—asombrada de la pieza de magia que los gemelos habían conseguido crear.
—¿Alguien me ilumina? ¿Qué era esa maldición?
—Destructor de huesos—apuntó Fred—Muy común con los mortífagos. Los que quedan escondidos o son ricos o son letales. Algunos son muy cobardes. Y otros son estúpidos. Luego hay otras…
Con temor Hermione dijo—¿Bellatrix?
Fred dijo—Se dedica a campar a sus anchas por Gran Bretaña…en lo que los aurores llegan ya ha abatido a veinte muggles. Crea destrozos…hay quien dice que se esconde en Knockturn. A veces da vueltas. Mató a Fortescue.
—Por un helado—dijo George—No quiso darle de chocolate negro. Es un buen motivo para matar—riéndose—Pero para su caso tenemos algo más fuerte. Verás hemos comprobado tras los desastres en Hogwarts que lo único capaz de hacer que la gente supere sus miedos es la risa…o el sexo. Cuando sientes placer no hay problemas. Así que nos decidimos a crear unos productos sexuales.
Hermione se sonrojó al ver cómo Ginny se escondía un frasco de algo que no parecía perfume. Susan en cambio observaba los botes y monitoreaba las conversaciones. Allí había látigos, esposas, cuerdas e incluso una sección de muñecas encantadas con apariencias variadas.
—Espero que no te moleste Harry pero tomamos inspiración de Cho para crear a la asiática—indicó enseñándole una muñeca que era similar a su primer amor. Harry tocó los senos de la muñeca hinchable y comprobó que era similar a la carne e incluso estaba caliente. El resto de las muñecas era una variedad de hembras…blancas y rubias, negras, indias. Tras esto había varias que simulaban los cuerpos de algunas mortífagas.
—No sé si esto es muy ético—dijo Hermione al ver los cuerpos simulados de Bellatrix y Narcissa Malfoy. A pesar de ser muñecas hinchables eran bastante similares. También había muñecas con los cuerpos de Gemma Farley, Tracey Davis y Pansy Parkinson—No sé si está ayudara al problema. No creo que estén muy contestas con ser la fantasía erótica de los pajilleros del mundo mágico.
—Al menos no les tendrán miedo—dijo Fred mientras observaba a Ron mirar a la muñeca de Pansy con ansía.
—No sé si es una buena idea o una estupidez—dijo Harry mientras observaba los cuerpos de aquellas zorras.
George observó una cosa y dijo—Gin Gin…hay que pagar. Estás cogiendo pociones de amor. No serás esa clase de chicas, ¿verdad?
—Odiaríamos que nuestra hermana tuviese que usar magia para ligar.
Ginny se retractó y simplemente salió bufando del lugar. A pesar de ello Hermione notó como había conseguido robar un bote. Curiosa, siguió a la chica fuera de la tienda. Harry en cambio caminó tras Ron quien cargaba con dos muñecas hinchables encogidas. Le preguntó ansioso por conocer la respuesta.
—¿Dos? Si tienes a Hermione…
El chico se sonrojó y dijo—Ella tiene que estudiar, y otras obligaciones. Ya no lo hace con tanta pasión. Así que esto…es para mis momentos de aburrimientos. Siempre he tenido ganas de desquitarme de Malfoy…imaginate. Podré correrme en la cara de su madre…bueno de esto—enseñó el trozo de plástico a su amigo.
—Susan… ¿Tú que llevas?
La chica sonriendo dijo—Algunos dulces para saltarme Astronomía…prefiero dormir que ver estrellas—Ron admiró a la chica y dijo—Ostias…esperadme—corrió a por kit de pastillas sangrantes. Una vez el pelirrojo abandonó la escena, Susan acercó su bolsa a Harry y dijo—Mirá lo que llevó…—le dejó inspeccionar la bolsa y Harry acabó empalmado terriblemente—El tren…nos vamos a divertir allí. Sin una serpiente molestándonos.
Ambos llegaron a la salida donde Fred sonriente cobró a la chica. Esperaron a que llegará Ron. Fred sonriendo dijo—Diez galeones. Hermanito no pensé que necesitarás más incentivos.
—Soy vuestro hermano.
—Doce—riéndose.
El pelirrojo refunfuñó y le dio las monedas de oro pero su hermano le devolvió seis. Fred le rascó la cabeza y dijo—No te pases mucho…el tejido no aguantará muchas embestidas duras.
Salieron de la tienda solo para comprobar cómo Molly y Daphne conversaban con una mujer de aspecto frío. Harry miró a Ron y ambos llegaron a la misma conclusión. Narcissa Malfoy parecía haber mejorado su apariencia desde el juicio de Lucius. Ahora era más una divorciada que una viuda. Sus túnicas eran negras y ocultaban gran parte de su cuerpo. Tan solo sus piernas centelleaban por fuera de las gruesas telas.
—Daphne…hija mía. Vuelve al redil. Tú madre está preocupada por ti—Narcissa hacía bien su papel mientras intentaba mirar a Molly fijamente—Usted sabe lo doloroso que es para una madre perder a un hijo, ¿verdad? Compadézcase de Alexandra. Ella puede ofrecer mucho oro—como si eso solucionase cualquier problema.
Molly no se dejó convencer y dijo—¿Por qué se fue en primer lugar?
Daphne rápidamente dijo—No voy a volver para que concertéis un matrimonio con algún imbécil de sangre pura. Los pocos que quedan solteros o son idiotas o no se les levanta—dijo con sorna.
Narcissa sonrió y dijo—Draco estará encantado de tener dos hermanas de esposas cuando consiga la casa Black…Podrás cuidar de la pequeña Astoria. ¿No era eso lo que querías, cariño?
Antes de que hablase Daphne, Susan alzó la voz y dijo—Debería saber que la casa Black está aún en manos de su primogénito—no se atrevía a decir la verdad sobre Sirius en público. A pesar de que su tía dirigía el Ministerio, Black aún no había sido exonerado.
Narcissa fijó sus ojos en los chicos de detrás enfocando a la tetona pelirroja. Sonriendo verdaderamente dijo—Me temo que mi primo es un fugitivo…así que es cuestión de tiempo que lo atrapen. Si alguien lo estuviese acogiendo…sería una gran noticia en el Mundo Mágico.
—Su hermana también—Narcissa no captó eso y Harry dijo—Si alguien la estuviese acogiendo sería una gran desgracia para los Malfoy.
—Mi hermana ha estado en Azkaban por más de una década…no es muy escrupulosa con los sitios en donde vivir. Podría estar en cualquier lado—simplemente justificándose—Ahora Daphne…ven—seria como nunca—Tú madre estará decepcionada si te ve con traidores a la sangre.
Molly no se dejó amedrentar y dijo alzando su varita—Le invitó a irse, Señora Malfoy.
La rubia observó la amenaza y simplemente dijo—Daphne estoy segura de que tú y tu madre—sonriendo—encontrarán a un esposo digno de su apellido y capaz de dar buenos momentos. No todos los sangre pura son malos, ¿verdad? —miró a los Weasley y a Susan—Incluso algunos están bien dotados.
Susan se enrojeció y Hermione miró hacia abajo delatando la pasión que experimentaban con sus parejas. Ron hizo alarde ello, ganándose una colleja por parte de Ginny. Molly simplemente intentó dialogar.
—Un matrimonio no se construye solo por dinero o por…tener un pene descomunal Señora Malfoy. Se requiere tiempo y amor para que se convierta en algo maravilloso. Luego vienen los hijos—dijo sonriendo. Narcissa siguió su sonrisa y dijo distraídamente mientras rizaba su cabello rubio con un dedo—El problema, querida es que no todos pueden tener amor. Los magos sangre pura son limitados y ella se merece lo mejor. Su estatus lo merece. No puede quedarse con migajas—mirando despectivamente al hijo Weasley.
—¿Usted también lo merecía? —ciñó Harry—¿Lucius era lo mejor que tenía a disposición?
Narcissa sonrió dulcemente y dijo—Pues sí. Como Black estaba por encima del resto de idiotas de Slytherin y dentro de los sangre pura estábamos en la cúspide, estábamos orgullosos de ese modo de vida y lo seguimos estando. Un orgullo que todos ustedes tiran por la ventana—todos los presentes ultrajaban la sangre que portaban—En cuanto a lo segundo debo decir que Lucius no era lo mejor que me merecía. Como bien decía mi amada tía Walburga…" Lo único para una Black es otro Black". El problema era que yo era la pequeña…la destinada a casarse con Sirius era Andy—la familiaridad asustó a Harry y a Molly— y luego pasó a Bella.
Susan impresionada dijo—¿Estás a favor del incesto?
—Es un mal necesario a veces. Además querida—miró a Susan a los ojos—si hubieses visto de lo que era capaz mi primo con tú edad, estarías de acuerdo conmigo en que su rabo merecía la pene—al ver los ojos abiertos de la chica, sonrió victoriosa—la pena—riéndose por el cambio de letra.
Harry se adelantó y dijo—¿Había otros que merecían la pena?
La rubia ciñó su mirada y se fijó en el rayo que adornaba su frente, tras eso pasó a sus ojos. Hizo una mueca que afeó su rostro y luego dijo rápidamente—Siempre los hay…Señor Potter…siempre los hay. Una cicatriz, unos pechos o un gran pene…rasgos físicos banales. A veces cometemos el error de creernos especiales cuando lo especial no es nuestro sino de nuestra sangre, de nuestro linaje.
Harry comprendió de inmediato a que se refería la Señora Malfoy. A pesar del buen uso de la palabra, estaba claro que pensaba que lo único que lo hacía especial era su conexión con Voldemort. La cicatriz que enlazaba sus mentes y gracias a la cual había conseguido algunas capacidades del Señor Oscuro. Se quedó en silencio sabiendo de buena mano que la Señora Malfoy poseía la suficiente verborrea como para darle la vuelta a las situaciones.
La mujer miró hacia abajo, contemplándolos como si fuesen hormiguitas en su pie. Sonriendo condescendientemente miró a todos y sonrió. La única a la que guardó algo de respeto fue a Daphne. Ambas rubias se observaron por minutos.
—Estar con los Weasley te ha hecho ganar unos kilos—sonriéndole a Molly descaradamente—Ahora tienes unas adorables mejillas.
—Vienen muy delgadas—dijo la Señora Weasley como si hablase con una amiga. Harry sospechaba que a pesar de no llevarse bien, ambas mujeres no deseaban pelearse y se mantenían neutrales. A diferencia de Lucius y Arthur, las esposas tenían la capacidad de no explotar.
—Sí—matizó Narcissa—Antes los hombres se encandilaban con unas buenas tetas o un buen rostro. Ahora el gusto masculino se ha volatilizado, cualquier niña estúpida piensa que puede competir en igualdad de condiciones solo por tener traseros o pechos descomunales.
—Muy cierto—fijó Molly—Aunque hay que destacar que muchas de las familias antiguas tenían esos rasgos en sus venas—claramente defendiendo su propia figura extremadamente tetona.
—La magia aflora en los mejores cuerpos querida…—dijo la rubia dejando cortada a su némesis pelirroja—Algunos son hechos para criar y otros para exhibir. Simplemente. Daphne querida… ¿Qué prefieres? ¿Un royo de tela con el que hilar ocho suéteres o un vestido de coleccionaste que haga deslumbrar a tu esposo?
La chica se quedó expectante sabiendo que cualquier contestación la haría quedar mal. Ahora mismo deseaba que cualquier cosa ocurriese. Por suerte, un grito hizo que la conversación se perdiese.
Un iracundo Draco iba sangrando del brazo mientras se aproximaba a ellos. Parecía sumamente enfadado de que Daphne acompañase a los traidores a la sangre. El hijo de los Malfoy los observaba con odio. Sus prendas seguían siendo de la misma calidad pero llevaba un trozo de tela cubriendo su brazo. Narcissa cuestionó.
—¿Qué ha sucedido?
—Madame Malkin. Me puso un alfiler en el sitio equivocado. Me hizo sangre al cogerme la manga—indicó fríamente—Es una inútil.
Su madre le dio la razón brevemente antes de decir con animosidad—Draco, tenemos prisa. Despídete de tus amigos—se dio la vuelta para ocultar su sonrisa descarada. El chico escupió al suelo.
—¡Antes moriré que ser amigo de sangre sucia y traidores a la sangre! ¡Bones! Pensé que te advertimos el año pasado. Tú y tu amiguita rubia ya pagasteis las consecuencias y aun así prefieren seguir manchándose que comprometerse con hombres de verdad—su mirada se fue a Hermione—Una sangre sucia…aún no he averiguado donde vives Granger pero te aseguró que tú madre será la próxima muggle en las noticias. Vaya vaya…Weasley…—su mirada se dirigió a Ginny—¿ya no eres la novia de Potter? Incluso a ese idiota le importa la sangre. Eres una inútil Weasley pero quizás seas útil para dar hijos como la vaca de tu madre.
Molly alzó su varita dispuesta a maldecirla pero un encantamiento punzante de Narcissa hizo que todos vacilasen. La dama miró decepcionada a su hijo—¡No queremos peleas, Draco!
—¡Metieron a papa entre rejas!
—Tú padre falló…si hubiese sido más inteligente no estaría entre rejas—se relajó Narcissa—Además pronto saldrá.
—¿Confía poco en la integridad de Azkaban? —dijo Molly mirando fijamente a la dama Malfoy.
Carcajeó—Confió más en que tú familia vuelva al redil que de la seguridad de esa choza. Ya ha sido violada varias veces…el Señor Tenebroso lo hará pronto—Narcissa parecía tener al menos algo de su voluntad y poder atada en ese sentido.
Draco rápidamente observó a todos en especial los enormes pechos de Hermione y mirando a Daphne dijo—Os veré en la escuela…y a ti—alzó la mano entregándole algo—tu hermana pregunta porque la abandonaste. Incendio. —la prenda de ropa que le había entregado se prendió fuego quemando las manos de la chica rubia por momentos.
Antes de irse, Malfoy observó lo que Ron llevaba en una bolsa. Lívido de furia al comprobar que se trataba de mercancía inspirada en su familia, específicamente su madre desnuda. Alzó la varita y dijo—Se acabó Weasley—lanzó una maldición negra que casi conectá con Ron. Únicamente fue salvado por la aparición repentina de Tonks que frenó el hechizo.
La auror observó al pequeño Malfoy y lo reprendió—Tienes suerte de no estar marcado y ser menor de edad. Por menos hay gente en Azkaban—señaló la bruja. Hermione curiosa preguntó—¿Qué era?
—Una maldición perforante…habría quebrado el pecho de Ron. Sus costillas se habrían fragmentado y habrían destruido su corazón—todos tragaron saliva de miedo mientras Malfoy huía hacia las zonas oscuras del Mundo Mágico.
Narcissa rápidamente observó aquello y supo que debía intervenir. Se acercó a la metamorfomaga y dijo—¿Alguna infracción por parte de mí hijo?
—Una maldición letal. ¿Dónde la aprendió?
Excusándose dijo—Mi esposo, posiblemente—la respuesta era tan pasota que Nymphadora dejó de prestar atención. La mujer quiso meterse más con ella y dijo—Alguna noticia, ¿sobrina?
El cabello de la chica se enrojeció de furia. Observó a la mujer y comprobó que gracias a sus poderes, sus apariencias eran totalmente distintas. Tonks llevaba el pelo corto y rojizo, pantalones vaqueros y portaba una camisa masculina con la chapa de auror. Era una ropa masculina a todos los niveles. Su tía por otra parte iba cerrada, fría pero sin dejar de lado la feminidad.
Tonks decidió complacerla y afirmó—Stan está en Azkaban. Y Karkarov apareció muerto hace unos días. Apuntan a suicidio.
Narcissa cerró los ojos y dijo—Igor siempre fue un idiota. Debió volver con el Señor Oscuro—tras eso afirmó lentamente—Dale recuerdos a Andy de mí parte…pronto haremos una cena familiar—la mujer se fue lentamente siguiendo a su hijo.
Tonks recuperó su cabello normal y dijo—Sí. Cuando tú y Bellatrix estéis en Azkaban.
Mientras las chicas intercambiaban palabras con Tonks. Harry le dijo a Ron—Viste lo de Malfoy.
—¿El corte en el brazo? —el pelirrojo dijo—Un alfiler no hace sangre o duele tanto. ¿Un Diffindo mal realizado?
Harry expuso su teoría—Quizás no esté acostumbrado a la Marca Tenebrosa—el chico miró a su amigo. Esté no parecía muy convencido. A decir verdad, nadie conocía como funcionaba la Marca. Curioso, se avecinaron a perseguir a Malfoy y a su madre. Daphne al ver aquello se escabulló lentamente tras los chicos.
