Las clases se reanudaron después de comer. Hermione se dirigió a su clase de Pociones mientras que Harry y Ron al no haber conseguido suficiente nota en los TIMOS, la habían abandonado.

Ambos chicos decidieron pasar el rato junto a Neville en uno de los corredores del castillo. Sentados en un pedestal, observaban como los niños de primer y segundo año correteaban histéricos sin comprender todo lo que se avecinaba. Mientras reían, Neville les entregó pipas encantadas.

Ron sonrió ante eso. Su amigo siempre había sido bueno en Herbología y ahora estaba invirtiendo su talento en desarrollar nuevas plantas fumables. El chico ya había experimentado estas plantas con los gemelos en el pasado y reía mientras fumaba de la pipa.

Harry lo hacía también pero mantenía una destreza que impresionaba a los otros. Parecía saber cómo lidiar con el humo a la perfección. Haber visto a Vernón y sus puros estaba ayudando mucho. Los tres sonreían mientras comentaban todo lo que se avecinaba.

—Es increíble esto, Nev—masculló Weasley—¿Dónde lo conseguiste?

El chico sonrió mientras recordaba cuando en su tercer año, todos los Gryffindor habían fumado hierbas mágicas en el dormitorio. Era uno de los pocos recuerdos felices que tenía del colegio. Ahora se estaba haciendo más amigo de Harry y su magia le respondía mejor.

—Mi abuela me regaló nuevas plantas para el jardín…se está convirtiendo en una trampa mortal—dijo sonriendo—Tentácula Venenosa, Lazo del diablo…Especies exóticas. Una de ellas causa relajación…la probé con Hannah cuando vino a verme este verano. Le enseñé mi nueva varita—dijo riéndose.

Ron escupió aire a borbotones antes de decir—¿Tú nueva varita? ¿Cómo interpretamos eso Nev? —el chico también sonreí descaradamente— ¿Es Abbott buena?

La timidez volvió y dijo—Bueno…yo soy un caballero…Hannah no es de esas…

El pelirrojo le pegó un codazo a Harry. Ambos se miraron y sonrieron. Ron se lo hizo saber todo diciendo.

—¡Hannah no es de esas! —fue una mala imitación y pronto se vio interrumpida cuando Harry dijo—Venga ya…—no quería revelar demasiado ya que antaño había visto el coño de la rubia.

—¿Cómo la chupa? —le dijo Ron queriendo saberlo. Neville se puso rojo y dijo—Cuando hablaba de mi varita me refería a está…—sacó una nueva varita. La otra se partió en el Departamento. Ollivander la vendió.

El pelirrojo añadió—Debió ser de las últimas…Ollivander desapareció hace días.

Harry tragó saliva con temor—Tendremos que cuidar nuestras armas—agarrando la suya con precaución—¿Has follado? —le indicó de nuevo a Neville, mientras reía. Ron le siguió el royo de nuevo—¿La chupa bien? Abbott tiene pinta de golosa… Venga, amigo. No te juzgaremos si has tenido un gatillazo…hay hembras demasiado buenas.

Neville contratacó diciendo—¿Recuerdas a Fleur en cuarto año? ¡Pedazo de zorrilla!

—Sí…Increíble. Pero era una veela, es injusto—adelantó el niño que vivió. Ron recordó brevemente el momento en el que había hallado a la francesa atada y dispuesta. Desde aquel día sus sentimientos de fidelidad se habían esfumado. Quería disfrutar de la vida y no atarse a Hermione.

—Fleur está buena…muy buena…—miró a sus dos amigos y dijo—Pero se va a casar con mi hermano. Así que nada de pajearos…—miró a ambos. Harry se defendió sonriendo—Tranquilo amigo…él tiene a Hannah

Neville fue a maldecirlo pero en cambio dijo—¿Qué te parecería si os preguntase como folla Hermione?

Harry se encogió de hombros. Nunca había catado a su tetona mejor amigo, había estado bien servido desde que llegó al Mundo Mágico. Muchas hembras querían su rabo y él había contentado a casi todas las que estaban a su alcance.

—Pues…es buena. Muy buena—recordó momentos pasados—Pero no todo es el polvo, Nev. La compatibilidad es importante. Herms está demasiado enfrascada en sus estudios, se olvida de la vida—Ron tuvo un momento de serenidad y dijo—Buscamos cosas distintas. Es hora de dejarla ir un poco, aunque este pillada.

—¿Pillada? —Neville rió ante eso. Claramente el pelirrojo veía a la bruja como una vagina portátil que estaba enamorada de él.

—Sí, Nev. Hermione puede ser mandona, diabladamente inteligente, una enferma de las normas…pero al final es una chica de dieciséis años. Necesita un guía firme. Y es muy cansado. Para mantenerla satisfecha hay que dejarse los riñones—indicó a sabiendas de que cuando la chica necesitaba relajarse era insaciable—¿Qué dices tú? —le pasó la pregunta a Harry.

—Hermione está buena y cuando se arregla puede ser hasta atractiva. Pero solo la veo como una prima…lejana—se excusó diciendo—es casi familia. Sin embargo, Nev…todos sabemos que puede ser algo insufrible.

El chico suspiró levantando humo. Al menos está hierba no desvelaba todos los secretos íntimos. Si no, está charla se hubiese convertido en algo sumamente peligroso. Ron instó a su amigo a abrirse.

—¿Y tú, que tal con Bones? —indicó Ron—Mirá sé qué piensas que no acepto tú relación pero…verdaderamente siempre quise verte como a un hermano. Y si te casarás con Gin, pues…

—Nunca pensé eso Ron—le dijo el pelinegro ajustándose las gafas—Gin y yo somos buenos amigos. Es guapa, y juega quidditch…pero nada más. —miró a ambos chicos y les dijo—Se que no quieren verlo, pero hay muchas posibilidades de que Voldemort acabe conmigo. Si eso pasase no me gustaría que murieseis inútilmente.

—¿Y si es al revés? —cuestionó Neville.

—Si ganas serás el próximo Dumbledore—le dijo Ron—Probablemente acabes en el Wizengamot presidiendo juicios o algo del estilo…además tendrás las fortunas de Sirius y de tus padres. Tendrás que ir a reuniones de puristas…Ginny no encajaría en ese ámbito.

—Ni en ese ni en ninguno…A Ginny le gustas verdaderamente pero también le atrae la fama—dijo Neville—Acaso no la visteis el año pasado en el quidditch. Se pasaba el día provocando a los rivales. Es mejor así, Harry. Además Ginny está con Dean.

Harry se estremeció ya que pensaba que era una mentira de la pelirroja para defenderse de las acusaciones de Susan y Daphne. Su novia era particularmente vehemente en eso, consideraba que Ginny se pasaba el día tirando de él como si fuese una cuerda. Salía de la ducha sin secarse y semidesnuda, practicaba con él…parecía querer llamar su atención. Susan estaba convencida de ello y Daphne parecía alimentar la creencia durante su estancia en la Madriguera. Ambas chicas habían hecho un frente de contención durante los últimos días.

Ron asqueado dijo—¿Con el niño pijo ese? ¿Qué le ve?

—¿Qué le ves tú a Parvati?

Harry sonrió y dijo—Su trasero. Tiene que ser una experta cabalgando—soñando despierto. Ron le dio la razón asintiendo—Debiste verlo…fue una bacanal. Las agujetas me están matando y fue hace dos horas.

—Solo pensáis en sexo—asqueado Neville dijo—Por eso no comprendéis lo mío con Hannah.

—¿Te la follas o no? Los paseos por el bosque están bien pero las tías necesitan leche…para el cutis. Y las estudiosas para las cervicales…el sexo las relaja.

El chico respondió a su amigo pelirrojo exasperado—¿Las cervicales y el coño? ¿Comparten nervios? —claramente su amigo no tenía idea de anatomía humana, algo que no se enseñaba en Hogwarts. Harry sonrió y dijo—Venga va, Nev…no te burles del pobre y cuéntanos. ¿Qué hace? ¿Goza?

—Ella se pone una túnica negra, se riza y tiñe el pelo y jugamos a que es una mortífaga…

—Que viciosilla—dijo Ron sonrojándose ante su imaginación pecaminosa. Harry tosió de la risa mientras Neville se dejaba de bromas y decía— Hannah es una bomba sexual. Lo que pasa que entre su timidez y lo que le paso a su familia está…algo cohibida. Recibe mucha atención de idiotas indeseados. Antes de que su familia fuese atacada…solía mamármela. Incluso con mi abuela delante. Se ponía bajo la mesa y tragaba sin parar. También hemos follado algún par de veces…

—¿Encima o debajo? —interrogó Harry con curiosidad. Ron siguió eso diciendo—¿Gozaba como una perra?

—Ella debajo y sí, Ron…gemía mucho. Era una chillona. Ahora está mucho más apagada…me la come pero no le pone entusiasmo.

Harry retrocedió en el tema de conversaciones y comenzaron con otros temas más estúpidos. Pociones aún no había comenzado así que no tenían prisa por abandonar el pasillo concurrido. Cuando la alerta de clases sonará, el pasillo se llenaría de gente y Hermione y otros irían a Pociones. Ellos se marcharían al dormitorio.

Mientras sus amigos disparaban maleficios al azar, pensó en Abbott. Había perdido a media familia en unos días. Su familia era rica y de sangre pura aunque amistosa con muggles. Similar a los Weasley pero con más dinero. Los Abbott eran reproductores natos y así lo atestiguaba el cuerpo de Hannah. Tetas grandes, trasero graso y de gruesas nalgas. Buena cadera. Cara hermosa y lista para mamar. Ciertamente no tenía la figura más sexy pero era una bomba lista para ser sometida. Ese era el error de Neville, Hannah era una zorra no una princesita.

—Ey mirá esa de quinto—señaló Ron—Está buena…lástima que sea una serpiente—lanzó un destello que asustó a la chica. Neville dijo—Es la hermana de Greengrass—el pelirrojo tragó saliva mientras Harry reía.

Por desgracia fueron silenciados por la profesora McGonagall que se acercaba a ellos enfadada. Con una mirada y un movimiento de varita, las tres pipas desaparecieron. Harry se acercó a la mujer que parecía sumamente decepcionada de ellos.

—¿Potter que hace aquí? ¿Y en ese estado?

Miró a sus compañeros y comprendió que llevaban minutos fumando. Quizás su percepción estaba algo atrofiada.

—Profesora eran solo unas plantas que Neville quería mostrarnos. Sus propiedades desestresantes son excelentes—dijo intentando parecer serio. La mujer simplemente dijo—No vi plantas. Ahora Señor Potter he de decir que me sorprende que esté aquí…Pociones debe estar a punto de empezar.

—No me inscribí. No me dio la nota, profesora.

—No quería ser auror—sentenció la mujer—El profesor Slughorn tolera peores notas en sus alumnos de lo que el profesor Snape toleraba. Estoy segura de que estará dispuesto a darte clase Potter…—avergonzada dijo—Llevé a Weasley con usted, ambos compartís nota así que podéis entrar en esa clase.

Sin querer contradecir a la profesora, ambos chicos dejaron a Neville solo. Ron protestaba mientras decía—¿Por qué has tenido que decir que vaya yo? No quiero dar Pociones…deberíamos entrenar para el quidditch. Quiero ser guardián.

—Yo no lo ofrecí Ron…—cortó Harry—Slughorn es al menos agradable…igual aprendemos algo de él.

Caminaron por los pasillos deseando no llegar demasiado tarde. El pelirrojo se quejó continuamente.

—Tú madre era buena en Pociones…tú lo llevas en los genes. Pero tan solo Fred y George fueron buenos en esto…ciertamente estoy condenado. Te acompañare hoy pero nunca más.

—No creo que a McGonagall le agradé eso—Ron se calló brutalmente y luego dijo—Estaremos rodeados de serpientes…muy pocos consiguieron pasar Pociones con notas decentes.

Atravesaron la puerta del aula de Pociones para ver al profesor Slughorn observando detenidamente a todos los presentes. Entre estos, Harry distinguió a Ernie, Hermione, Padma y Parvati…el resto eran Slytherins. El anciano hombre los observó e ilusionado dijo.

—Harry amigo mío…te esperaba. Casi pensé que no venías—parecía jovial.

—Traje a un amigo, señor—respetuosamente introduciendo a Ron en la sala. El pelirrojo miró al hombre sonriente y dijo—Señor yo…soy un desastre…no vago ni para crear vino. Debería irme. No pinto nada en esta clase.

El hombre se le acercó y le dio un pequeño abrazo ante de decir con una sonrisa en la cara—Tonterías, hijo. Los amigos de Harry son mis amigos. Ahora sentaos y comencemos la clase.

Slughorn caminó de vuelta a una mesa donde había varios frascos humeantes. Sin embargo su camino se detuvo cuando Harry volvió a hablar—No tenemos materiales señor. Ni libros.

Con desprecio, el profesor rápidamente les ordenó que agarrasen lo que pudieran del armario. Allí debía de haber multitud de cosas sin valor. Ambos chicos agarraron todos los ingredientes posibles y luego observaron dos libros de sexto año. Uno de ellos estaba bastante roído, el otro era un ejemplar nuevo. Ambos chicos se observaron y en un alarde de humildad, Harry cogió el viejo. Tenía el dinero, además de que sabía lo mucho que molestaba a Ron tener cosas usadas.

Una vez sentados cerca, de una sonriente Hermione atendieron a la perorata del hombre. Harry escuchó atentamente mientras Slughorn de pie comenzaba a orar. No introdujo el tema ni nada, pero parecía entusiasmado por ver el nivel de sus estudiantes.

—¿Alguien me puede decir que es está poción? —usó un cazo para moverla y todos vieron que el brebaje era espeso y amarronado. Harry miró a Ron. El pelirrojo alzó la mano y dijo.

—Multijugos—Slughorn asintió contento y dijo—Sí. Sabe horrible en mi humilde opinión pero es sumamente efectiva. Mucho más que los encantamientos desilusionadores. Ahora he de decir que el multijugos puede ser erradicado con su respectivo antídoto o mediante encantamientos metabolizantes—dijo sonriendo—¿Está?

Un pequeño humo se elevó y Harry juró que tuvo sueño por unos momentos. Hermione dijo—Filtro de muertos en vida. Deja dormido a la persona en una sueño tan profundo que parece muerta.

Slughorn sonrió y dijo—En efecto, Señoría Granger…—la miró de arriba abajo y dijo—¿es usted familia del pocionista que descubrió la poción de memoria? Se me parece a él—la chica negó a lo que el profesor se vio algo decepcionado al comprender que su apellido era muggle.

—¿Y está? —sacó otro frasco e inmediatamente todos se sonrojaron en la habitación. Hermione olfateó el aire y dijo—Amortentia. La poción de amor más poderosa del mundo.

Slughorn la corrigió al decir—Incorrecto, Señorita Granger…la poción no crea amor solo una obsesión enfermiza. Crímenes horrendos se han hecho bajo está poción. Una sobredosis puede ser letal. Nos atrae con las cosas que más nos gustan, su aroma penetra en nuestros corazones y nos muestra nuestros deseos más profundos. Ahora que tal una demostración…acérquese—Hermione se acercó y Slughorn la instruyó.

—Huelo a pergamino nuevo, pasta dental…césped cortado…al aroma de la mantequilla frita—la chica se sonrojó ante eso. Los Slytherin sonreían mientras murmuraban entre ellos el significado de eso. Al parecer la sangre sucia era una comilona de grasas. Harry en cambio supo lo que significaba claramente…era el olor que desprendía Ron cuando comía mucho.

—¿Qué tal más demostraciones? —preguntó Slughorn disfrutando del corte de sus alumnos al desvelar sus más profundas añoranzas. Harry escuchó los deseos de alguno más hasta que llegó su turno.

Se adelantó al recipiente y olió el aroma afrutado de la poción. Tras olfatearlo dijo—Huelo a…chocolate…un aroma floral—reconoció el aroma de Susan entre la multitud de olores que se le venían a la mente—, huelo a fuego recién encendido junto a un suculento desayuno…—la madriguera reconoció—y huelo a…a —no reconoció ese olor inmediatamente—diría champagne o algo similar.

Slughorn sonrió ante eso mientras murmuraba—Muy elocuente…Tú madre pudo oler en su día ozono de encantamientos y aroma de gatos…—con pesar dijo—Solía hacerlo en mis primeras clases. Tú padre en cambio túnicas de quidditch…—sonrió—aroma a flores. Nunca específico cuales.

Curioso dijo—¿Cuáles olió Sirius Black? —sentía curiosidad. El profesor en voz baja dijo—chocolate, sangre y fuego. El pequeño Black compartía un cierto aprecio por la destrucción al igual que su prima mayor—levantó la voz y dijo—Ahora por último…Señorita Greengrass diga a que le huele la Amortentia y acabemos esto.

La llevó el tarro a la chica y está olió aquello sin prestar atención al resto de mortales. Secamente dijo—Talco de bebe…hierbabuena y…—olfateó bien y dijo—parece horchata—mintió claramente. Olía a algo que había olido en la casa de los Weasley. La mezcla del aroma de Bones con el semen de Potter. Asqueada mintió sobre eso.

Slughorn sonrió y se atusó el bigote. Al contrario que con Snape, ahora había un ritmo alegre y común en Pociones algo que agradecieron Ron y Harry al instante. El profesor contempló a sus alumnos y dijo—Bien…la pregunta es la siguiente. ¿Y este? —sacó un pequeño brebaje dorado confinado en un diminuto bote.

Malfoy levantó la cabeza y dijo—Suerte líquida.

Harry observó al idiota. No le sorprendía que tuviese conocimientos avanzados en Pociones, después de todo Snape le lamía el culo en las clases. Slughorn impresionado anotó su observación y dijo.

—Así es, muchacho. Felix Felicis, suerte liquida. Sí te la bebes, notarás que una fuerza externa te guia y todo saldrá a pedir de boca. La usé dos días y fueron excelentes…

Sonriendo dijo—¿Quizás pueda robarla? Así ganaré a Voldemort—Ron rio bajo la mirada enfadada de Hermione.

—Bien quien consiga realizar a la perfección un brebaje singular como "el Filtro de muertos en vida" se ganará está botella. Aunque debo advertirles, jóvenes expertos…durante mis años solo un estudiante consiguió realizarla con suficiente éxito como para ganarse. Manos a la obra.

Harry inmediatamente prendió el caldero y comenzó a seguir las instrucciones que había en el libro. Sin la presión excesiva, Ron y él se estaban acercando al nivel de otros alumnos más experimentados. Sonrió al ver que Hermione tenía el cabello mucho más agitado por los vapores mágicos. Su amigo le susurraba cosas mientras troceaba las colas de rata.

—¿Suerte líquida? ¿Para qué la usarías? —dijo sonriendo—Solo imagínate…la imagen del espejo de Oesed hecha realidad.

Harry sonrió y dijo—Probablemente te haga cumplir tus sueños, al menos en lo que dura un día…Más difícil es que cumpla los míos—al ver que Ron tomaba conciencia, le replicó—¡Voldemort muerto, sería excelente! Si me da suerte, la agradecería. ¿Hermione?

La mujer los mandó a callar mientras troceaba y echaba ingredientes a gran velocidad. No parecía prestar atención a nadie, solo a su poción. Slughorn se paseaba evaluando rápidamente pero sin meterse en el procesos.

—Señor Nott, vacié ese fluido…—estaba horrorizado.

Harry leyó un paso de su libro pero contempló una caligrafía extraordinariamente fina adornando los márgenes. Instrucciones que se contradecían. Decidió arriesgarse y siguió las nuevas para ver el efecto. En apenas unos minutos, superó a Hermione en color. La chica observó inquieta eso y dijo.

—Pone cortar, no aplastar.

—Sale más jugo así…—señalizó Harry quien veía que era cierto.

Ron observó a Hermione y dijo—Está usando instrucciones diferentes Herms…Mirá—le señaló el libro garabateado de Harry. La morena alarmada dijo—¿Y si es igual que el de Ginny?

El pelirrojo rodó los ojos—Es el libro de algún flojo que no usaba pergaminos para tomar apuntes…nada raro. ¿Pone algo de su propietario?

—Es propiedad del Príncipe Mestizo—señalizó Harry leyendo la contraportada. Hermione lanzó un Revelio pero no funcionó. Evidentemente era un libro normal. Angustiada por verse superada, la bruja comenzó a elaborar pociones a una velocidad peligrosa. Si un cabello caía podría estropearlo todo. A mitad de clase, su poción estaba tan adelantada que no tenía miedo de relajarse. Ciertamente sería el mejor. Observó cómo Malfoy parecía sumamente concentrado y como Daphne se regodeaba con todos. Claramente su poción era superior al resto de su casa.

La rubia fue a agarrar un ingrediente cuando estudió a ojo la poción de Harry. Alarmada observó el fluido que ya había perdido el color y se estaba volviendo transparente como el agua. Por instinto le susurró.

—¿Cómo? ¿Cómo? …es imposible.

Ron sonrió—Ya no eres tan lista…

Granger observó a la aparente indisciplinada rubia y le dijo—No es mejor que nosotras. Solo hace trampas.

Daphne observó el libro y vio que tenía anotaciones. Sonriendo le dijo—Mejor que tú, desde luego que sí…Conseguiré el resultado pronto—observó delicadamente la página de la poción en el libro de Harry intentando entender cada detalle. Algunos eran ilegibles desde su posición—Harry…—captó su interés—¿Me ayudas a remover? es que con mi pelo me es difícil…si se cae podríamos morir —el chico se lo creyó y la acompañó al lugar de su poción.

Rápidamente ambos corrigieron el líquido lo suficiente como para que Daphne obtuviese una poción cercana a la suya. Harry impresionado le dijo—¿No era para remover?

—No seas idiota Potter…Suerte por un día. El sueño de cualquier estudiante.

—No creo que con eso consigas que Hermione acepte su lugar a tus pies.

La bruja rio para sus adentros mientras murmuraba—Necesito suerte en otros proyectos personales…

—Cuidar de tu hermana, evitar que acabe con Malfoy…—fue diciendo Harry sabiendo que aquello sería lo más peligroso.

—Encontrar un buen marido… ¿Conoces a alguien así?

Sin prestar demasiada atención a la bruja, le cuestionó—¿Qué es lo que buscas?

—Cosillas. Pocas cosas en realidad…

Ambos se miraron a los ojos brevemente. Harry estudió el resplandor zafiro de la chica mientras pensaba en todo a su alrededor, en todo lo que ocurría y no conocía. Distraído, Slughorn se les acercó y dijo.

—Fascinante, Señorita Greengrass…muy fascinante. Ciertamente el aspecto externo es el adecuado. Tendremos que hacerle la prueba del pétalo para comprobar si serviría…—vio a Harry y le dijo—¿Qué haces aquí Harry?

Tartamudeó sin saber que decir para no parecer idiota. Daphne rápidamente entregó una carta notificada y sonriendo falsamente añadió—Le comentaba a Harry que el director Dumbledore desea vernos a las diez en su despacho…Deberá de mostrarme el camino—miró a Harry—yo he sido una buena alumna estos años y no me he metido en ningún problema.

Sonriendo, el profesor dijo—¿Albus y vosotros? Se me ha adelantado el muy…Verás, Harry antes de que me fuese del castillo solía concertar reuniones con alumnos aventajados…talentosos por así decirlo. Me gustaría que asistieses. Además son galas…tendrás que llevar a chicas.

Asintió y dijo—Seguramente nos veamos allí profesor…vendré con mis mejores galas. —No quería causar mala impresión en el anciano. Daphne le sonrió dulcemente mientras agarrándole la mano matizó.

—Es un caballero…me ha ayudado a mover la poción… ¡Imaginase si llegó a tragar el humo o a tocar mi pelo! —fingía horror. Slughorn observó el pelo despeinado de Hermione y le dio la razón. A ojos de Harry era una manipuladora nata. Se abstuvo de comentar nada, mientras leía el sobre de Dumbledore.

Slughorn miró a todos y sacando un tarro de pétalos procedió a ver cuál poción no destruiría el pétalo. Normalmente los ingredientes y el calor provocaban que se autoincendiase pero las que se realizaban a la perfección ignoraban ese efecto. Tras varios intentos, tanto la de Daphne como la de Harry fueron las únicas. Felicitó a Hermione por su desempeño, probablemente habría valido en cualquier botica pero la perfección no era la suya.

Tras eso entregó dos frascos de suerte líquida. Harry guardó el suyo inmediatamente mientras Daphne miraba el suyo con cautela. Slughorn sonrió mientras observaba un reloj antiguo.

—Bueno es la hora…Usadla bien. Es delito usarla para méritos académicos así que…no la lieis. No quiero tener a Albus persiguiéndome…—la chica bajó la cabeza en señal de aceptación mientras se marchaba rápidamente.

Hermione antes de que Harry se marchase dijo—¿Entregarás el libro? Harry es peligroso…

—¿Qué dices? —dijo Ron cansado—No irás a montar otro jaleó como con la saeta de fuego. Es solo un libro con apuntes. Es el mejor de la clase Herms…estás celosa…

La chica se abstuvo de pelear y desvió la confrontación—¿Qué me dices de Greengrass? Si no hubiese zorreado contigo no habría conseguido el premio.

Ron confrontó a Hermione diciéndole—Acepta que es mejor, Herms. No pasa nada…

Harry secundó a su amigo diciendo—Necesitaba ayuda para remover su poción…

—¡Es manca! ¡Harry por favor no seas ingenuo! Esa busca algo contigo…

—Sí. Que la lleve de pareja al baile de Slughorn—sonrió descaradamente—Para su desgracia tengo ya una invitada pensada…

—No cambiará nada…estará allí Harry—miró a Daphne con odio y dijo—Esa solo te buscá por ambición personal. ¿Para qué quiere el Felix? Es una ricachona, lo tiene todo.

Ron se abstuvo de comentar nada sino que esperó a que Harry dijese—Salvar a su hermana de Malfoy—el pelirrojo tembló de asco—o encontrar una pareja potencial…

—¡Tú eres esa pareja! ¡Despierta Harry! —Hermione chillaba mientras discutía—Hablaré con Gin…entre el libro y esto…te estás volviendo estúpido.

Contratacó diciendo—¿Y tú? ¿Para qué querías el Felix?

La bruja enfadada no dijo nada sino que se marchó caminando. Ron miró a Harry suspirando. Ambos se miraron lentamente mientras el pelirrojo dijo—Iré con ella…Lavender y Parvati me están dejando seco…En Transformaciones me hizo una cubana—dijo riendo—Si me las encuentro no se…pero mientras tanto a por todas.

Harry sonrió a su amigo y le dijo—Ve con Hermione a cenar…yo cenaré en las cocinas. Luego te contaré lo de Dumbledore—su amigo asintió mientras se marchaba a intentar perseguir a la bruja. Harry vagueó por el colegio antes de dirigirse al pasillo donde se encontraba la gárgola que daba acceso a la torre del director.

Frente a la estatua, Daphne intentaba entrar en vano. Repetía contraseñas sin sentido pero la estatua no se quitaba de en medio. Harry se tocó la cicatriz al ver que llevaba el collar que Narcissa le regaló. La bruja no parecía afectada por eso. Llevaba un uniforme de Slytherin bastante corto. Parecía buscar algo de él y lo estaba consiguiendo. La belleza de la bruja era suficiente como para levantar su pene.

—¡Potter! ¿Cómo hago que está cosa se mueva?

Harry se acercó a la gárgola y dijo—Caramelos de limón—la estatua se deslizó dejando ver las escaleras de caracol. Ambos se aproximaron hasta llegar al despacho donde el anciano director estudiaba una gran torrente llena de líquidos cristalinos. Harry reconoció todo eso. Recuerdos.

Albus observó a ambos y sonriendo dijo—Tenemos mucho de qué hablar…Siéntense.