Tras lo ocurrido con Ginny, Harry se había planteado varias alternativas. Sabía que tenía que ir a la reunión de Slughorn pero no tenía muchas ganas de ir, ni tan siquiera de tener que invitar a alguien. Recordaba los sin sudores que pasó en el baile de Navidad y no quería regresar a esos momentos.
Lo peor no era eso, sino tener que ver a Ron. El pobre chico no había sido invitado y se mostraba receloso a sabiendas de que ninguno de sus amigos lo invitaría. Ginny iría con Dean y Hermione no pensaba invitar al pelirrojo. Lo más lógico en su posición sería invitar a Susan pero tenía serias dudas.
Si bien ambos habían echado un gran polvo, la chica se mostraba más extraña que de costumbre. Acaparaba su presencia y cada vez que estaba cerca de ella, notaba un ardor en su cicatriz. Un ardor que desaparecía cuando follaban. Cuestionó eso a Hermione y la bruja simplemente dijo que eran pociones de amor.
Mientras meditaba en la sala común, le cuestionó a Hermione.
—¿A quién llevarás?
—Ya tengo pareja—sentenció la bruja morena mientras se peinaba elegantemente—No voy a decirte quien es. Lo veréis cuando venga a recogerme.
Ron con histeria murmuró—¿Gryffindor? Herms en serio no tenías por qué hacerlo…puedo ir contigo para que evites hacer el tonto.
—Ve con Lav Lav… ¿ah no? Ni siquiera está invitada.
El pelirrojo se sonrojó furiosamente mientras murmuraba—¡Y que! Slughorn es un elitista que solo invita a gente famosa…no necesito estar allí—ambos sabían que el pelirrojo tenía algo de celos pero no lo decía.
—Ron…Ginny también va—intentó apaciguar a su amigo para evitar que explote.
—No solo famosos…personas con cerebro—dijo Hermione con un enfado ya muy claro en su voz—Harry…yo…Ginny…
Ron decidió entrar a la confrontación y murmuró—Greengrass… ¿No decías que era una usurpadora de notas? ¿Qué estaba ligando con Harry solo para superarte en Pociones? —la morena se mordió los labios y dijo—Daphne tiene buenas notas…es lista por eso va a por Harry.
El chico bajó la mirada, algo que Harry notó. Quiso intervenir pero Ron se retiró derrotado mientras murmuraba para sí mismo—¿Quién iría a por Ron Weasley? ¿Es eso, no? —reía para sí mismo mientras se iba caminando lentamente a dormitorio—No me despiertes cuando termine la velada…—murmuró mirando a Harry de reojo.
Harry y Hermione se miraron entre ellos por minutos. La morena se veía entristecida mientras el niño que vivió murmuraba enfadado.
—¡A que ha venido eso! ¡Sabes que Ron odia eso!
—Pensé que me pediría de ir a la fiesta…ya sabes—furiosa dijo—Ahora tendré que aguantar a Cormac toda la noche.
—¿McLaggen? —Harry retrocedió asustado—¿No estaba Malfoy libre? Hermione eres tontísima.
El susodicho bajaba las escaleras como si descendiese del Olimpo, nada más llegar agarró a Hermione de la cadera y le plantó un beso sin consentimiento. Harry observaba aquello con algo de lástima por su amiga. La bruja se mantenía sonriendo falsamente mientras el hombre murmuraba.
—Ves Potter…algunas si saben ver los verdaderos talentos en el quidditch…—El hombre le agarró más el culo a la chica y decía—Tranquila chica…no solo soy bueno de guardián…también tengo un buen bate—rió provocando una risa falsa en Harry—Puedo ser sutil, tranquila—le dio un azote antes de obligarla a marcharse.
La chica a duras penas dijo—Nos vemos abajo—más bien era una súplica que Harry supo que tenía cumplir. Si bien aguantar a sus dos amigos peleados era un coñazo, la situación se estaba volviendo insostenible.
El niño que vivió se pasó la mano por el cabello mientras murmuraba con pesar—¿A quién invito yo ahora? Solo quedan veinte minutos—se estaba quedando sin personas pero en el vacío supo cuál era la mejor situación. No podía enfadar a Susan, ni tampoco entrar en un enfrentamiento con Daphne por culpa de Dumbledore. Además la crueldad demostrada por Bones con Ginny, le hacía plantearse otros problemas.
Bajó las escaleras rápidamente antes de usar el mapa y chocar con una niña gruesa que había dejado caer una balanza metálica. Vio el símbolo de la serpiente y le ayudó a recogerla antes de marcharse a la Torre de Ravenclaw. En pocos minutos, llegó a la fiesta de Slughorn acompañado de Luna Lovegood. La extravagancia de la bruja provocaba que incluso vistiendo informal tuviese algo de glamour. El suficiente como para no desencajar con la mayoría.
La cena fue algo liviana. Slughorn le molestaba de vez en cuando para presentarle a personajes importantes dentro del Ministerio. Se movía incomodo en esos círculos, no le gustaba tratar con personas importantes, algo en lo que se diferenciaba con Susan. La pelirroja había llegado a la fiesta como compañía de Daphne, algo que le heló la sangre por momentos.
Decidió intervenir, adelantándose hacía su pelirroja—¿Qué haces aquí? No sabía que Slughorn te había invitado…como no estás en Pociones suponía que…
La bruja añadió—Slughorn no me invitó. Tras la reunión en el tren fui algo distante con él…pero Daphne me preguntó y accedí encantada.
—¿Daphne? —masculló extrañado por la familiaridad.
Susan asintió—Sí, es algo simpática cuando la conoces…—Harry sabía que era verdad aunque no estaba seguro de que la simpatía de la bruja rubia fuese desinteresada. Daphne era una serpiente hábil y no dudaba de sus propias ambiciones que por ahora desconocía. Dumbledore confiaba en ella pero no comprendía el porqué.
—¿Y porque yo no? —sonó como Ron pero no le importó. No comprendía porque había accedido a ir con la rubia y no le había dicho nada.
Susan se mordió el labio sonriendo y dijo—¿Celoso, cariño? Pensé que no te importaría que dos chicas…atractivas…estuviesen juntas, charlando, comiendo…
Harry tosió para devolverse al mundo mortal y masculló—Me parece bien que vayas con ella…solo mantente segura. Y no te dejes guiar a lugares extraños con ella—la pelirroja rió mientras murmuraba algo que no pudo escuchar—Pero ¿Por qué no me preguntaste?
—¿Y tú a mí? —respondió la bruja—Debiste preguntarme a mí, no al revés. Yo soy la dama de sangre pura.
Esa contestación hizo que Harry se detuviese un momento. Sabía de antemano la riqueza y el estatus sanguíneo de la bruja pero casi nunca se lo había dicho en serio de esta forma. Era algo más bien de risas. Parecía que el tiempo con la rubia la estaba afectando bastante. Lo dejó pasar ya que en cierta manera habían sido sus propios miedos los que le habían impedido invitarla.
Bebió más vino mientras conversaba con la chica alegremente. Hermione llegó acalorada y agobiada con ellos. Cormac no dejaba de perseguirla y magrearla en cada oportunidad, algo que la incomodaba bastante.
—Que tío más pesado…dios. Ahora te entiendo Harry. ¿Cómo me deshago de él?
Harry le dijo—Marchate y busca a Ron…igual te perdona—Hermione murmuró—Ya estará con Lav Lav o con Parvati…en mi cama—hizo una mueca de asco ante eso.
Susan simplemente dijo—Haz que te odie…avergüénzalo…—el muchacho se acercó a ellos peligrosamente y Hermione en un alarde de estupidez, agarró a Harry y lo besó profundamente frente a todos.
Harry tosió parte del alcohol que había ingerido. Le habían metido la lengua demasiado para su gusto. Las brujas no solían hacer besos tan profundos y eso le sentó mal. Cormac al ver eso, intervino esgrimiendo su varita para enfrentarse al niño que vivió.
—¡Como te atreves…! Pienso vencerte en duelo formal aquí y ahora. Cuando te gané…tendré a Bones y Granger para mí—tocó un pecho de Hermione seductoramente. Harry retrocedió asustado, no quería armar líos aquí. Susan se llevó la mano al colgante que llevaba el cuello. Un colgante que reaccionaba y le metía ideas ahora sobre Hermione, sobre ese beso robado a traición. Sobre Luna llevándose a su novio al baile. Merecían un castigo ejemplar.
McLaggen asintió sacando su varita y diciendo—ATACA O MUERE, POTTER. —lanzó una maldición que ni siquiera acertó en el mago.
Una luz grisácea se precipitó sobre ese idiota dejándole en el suelo y noqueado. Slughorn observó con aprensión como Daphne había levantado su varita y dejado inconsciente al pobre hombre. Agobiado, murmuró.
—¿Qué era eso? No es un simple Desmaius, Señorita Greengrass.
La bruja se encogió de hombros diciendo—Estaba molestando a sus invitados y a mí pareja…era lógica que interviniese, señor.
—¿Qué era? —sentenció preocupado el hombre mientras despertaba al idiota de McLaggen—Una maldición anestésica…nada del otro mundo.
Susan sonrió al ver eso, al igual que Harry. Hermione en cambio le dijo a Harry en voz baja—Te dije que es malvada…esa maldición puede ser letal…imaginate que le pará el nervio del corazón.
Harry murmuró para consternación de la bruja—No sería una gran pérdida. McLaggen se levantó aturdido y sin recordar casi nada. Nada más ver a Hermione, fue a por ella pero la bruja se marchó corriendo.
—Debería enfrentarla y no huir…no es muy Gryffindor eso—masculló Susan. Daphne simplemente murmuró—Granger solo sabe devorar libros…no entiendo cómo ha estado tanto tiempo contigo Harry…sin someterse, me refiero. Los magos poderosos siempre tienen harenes.
—¿Dumbledore?
Susan tosió de risa y dijo—McGonagall ya está mayor para eso, supongo…—la rubia sonrió también y dijo—Pero qué me dices de la Profesora Sinistra y Vector…o de Madame Rosmerta.
Harry decidió no meterse en este tema y simplemente dijo—Un harem es demasiada responsabilidad…más aun sabiendo que no se si viviré para ver el final de la guerra. Por ahora me conformó con Sue…—le dio un beso en los labios algo que hinchó el pecho de la bruja más aún. Daphne simplemente dijo—Probablemente el Ministerio te obligue a casarte el año que viene…para conseguir el oro suficiente para costear la guerra.
Susan matizó eso y dijo—Es posible que ni siquiera la tía pueda parar esa medida, Harry.
—¿Por qué? —cuestionó el mago algo irritado por siempre estar en medio y no saber nada.
Daphne se rascó la cabeza mientras decía—El Señor Tenebroso tiene a sus siervos…estos le procuran el suficiente dinero como para que si por casualidad vence…la economía mágica no se deteriore y el Ministerio siga en funcionamiento. Madame Bones propuso hace días que las familias sangre pura hagan lo mismo, mantengan con algo de interés al Ministerio para así poder entrenar más aurores.
Asintió de acuerdo con eso y dijo—Me parece correcto. Pero ¿Qué pinto yo en esto?
Susan habló diciendo—No puedes recibir la herencia de la familia si no eres mayor de edad…y en el caso de ser de más de una se necesitaría un matrimonio al menos. Y tú eres heredero también de la casa Black…
—Que posee más dinero que la de Potter—indicó fríamente Daphne—Además sería un golpe duro para los seguidores de Voldemort. Si la magia de los Black te reconociese como heredero podrías incautar la bóveda de Bellatrix y de Narcissa Malfoy.
—¿Por qué no lo ha hecho Sirius? —indicó Harry con curiosidad. Susan tragó saliva y dijo—Nunca fue reconocido oficialmente heredero…acabó en Azkaban antes de que su padre falleciese. Tampoco se casó ni puede tener hijos y sigue siendo un asesino.
—Amelia debería haberse encargado de eso—indicó fríamente Harry, aunque la bruja pelirroja se encogió de hombros diciendo—No es tan sencillo. La mitad del Wizengamot quieren darle el beso.
Daphne arrugó la nariz diciendo—En cualquier caso, la casa Black requiere que se desvirgué a una dama en la cama del antiguo Lord Black…para que la herencia pasé mágicamente.
Susan añadió—Preguntaré a Sirius en vacaciones ya apenas queda tiempo.
Mientras todos intercambiaban charlas ociosas y bebían vino y whisky de fuego, el conserje Filch entró cargando con un muchacho alto y de pelo descolorido y sucio. Harry y Daphne se miraron a sabiendas de que era Malfoy. El muchacho estaba muy desmejorado y su cabello dejaba entrever mucho estrés. Su cuerpo también había perdido peso.
Sus espionajes habían sido en vano. Dobby solo le había dicho que el chico Malfoy andaba por los pasillos, iba a clases, comía y se marchaba a la sala de los menesteres. Eso preocupaba a Harry pero no sabía a donde accedía, después de todo la sala seguía siendo un misterio.
—Intentaba colarse profesor—añadió el conserje. Slughorn observó al muchacho con algo de desagrado. Espero por momentos hasta que Draco murmuró con odio—Intentaba colarme. Contento, squib…—Filch miraba al chico con odio deseando de castigarla.
Para su suerte, Snape caminó levemente por la puerta e indicó—Draco…conmigo. No le molestará más Horace.
—Para nada, para nada…quedate si quieres Severus—le pasó la mano por el hombro mientras murmuraba sin pudor—La verdad que el chico ha sacado las peores actitudes de sus padres. Una pena que la sangre de los Black no hiciese milagros con ese chico.
El hombre, movió su túnica ondulante al tiempo que murmuraba secamente—Desde luego…la estupidez de Lucius y la falsa sensación de importancia que todos los Black tienen.
—Y que lo digas—masculló el profesor atusándose el mostacho—Te lo dejo a ti, Severus…
El hombre más similar a un vampiro, salvo por su tez amarillenta, agarró a Draco con brusquedad y se lo llevó fuera del aula donde organizaban la fiesta. Harry rápidamente siguió a Snape ganándose severos gritos por parte de todas las chicas.
Sabía que Hermione lo veía como un paranoico pues consideraba a Malfoy tan inofensivo como un estudiante musculoso de una escuela primaria. Susan si bien comprendía el poder económico que Narcissa estaba consiguiendo, no veía ninguna influencia entre eso y las actividades que Malfoy llevaba a cabo tan secretamente. Pasados unos minutos, todas esperaron amargamente a que Harry regresase.
—Esto es una obsesión…igual que ese maldito libro—cuestionó Hermione harta de las actitudes extrañas de Harry. Luna quien sorbía lentamente un zumo de sangre, añadió.
—Quizás sea como el de Ginny el primer año—se ganó una reprimenda por parte de Hermione y una mirada fija de Daphne. La rubia parecía saber más de la cuenta. Susan por otro lado tenía los puños mientras intentaba controlar todo lo que venía a su mente, todas las imágenes de su novio con Hermione o Luna. Era extraño como esas imágenes nunca mostraban a la Slytherin en una posición similar.
Harry por otro lado siguió al profesor Snape hasta un pasillo, donde esté encaró a Draco. El muchacho no parecía amedrentado a pesar de la mirada enfadada de Snape. El antiguo profesor de Pociones fingió algo de suavidad y dijo.
—Dejame ayudarte…ambos servimos al Señor Tenebroso con devoción
—No dejaré que tomes la gloria Snape—murmuró.
—No busco la gloria solo agradar al Señor Tenebroso…se encuentra inquieto por tus fallos continuos…Lo ocurrido con la Señorita Bell fue algo desafortunado—dijo haciéndole ver que sabía sus planes. Malfoy atemorizado masculló.
—Nadie me pilló no hay pruebas contra mí…Y la zorra está bien.
—Gracias a Potter—el odio en su voz se hizo notar. Malfoy compartió el gusto por ese sonido pero siguió diciendo lo mismo—Él me eligió, confió en mí. No le fallaré, si le fallo me matará… ¿entiendes? Tenemos un plan, no fallará. Créeme, Snape.
—No te enfrentas a un viejo cualquier…es Albus Dumbledore. El mago más poderoso en el último siglo—declaró Snape convencido.
—Solo es un viejo tonto…ni siquiera pudo ver mi mente cuando me tuvo delante. Pude bloquear su sonda—declaró entusiasmado Draco. Snape susurró orgulloso—Parece que tu tía es una mejor profesora que yo—la alegría se esfumó diciendo—Puede que Dumbledore no se atreva a romper tu mente pero el Ministerio no…En la anterior guerra, Moody fue capaz de dejar parapléjico a Wilkes únicamente usando Legeremancia. Hice el Juramento Inquebrantable por ti…
Temblando, declaró Malfoy—No intentes asustarme. Solo buscas gloria, mi tía tiene razón contigo. Cumpliré mi labor y seré la mano derecha del Señor Oscuro…por encima de ti y por encima de mi padre. Apartate mestizo.
Snape se quedó quieto observando cómo el niño simplemente huía de sus consejos. Derramó una pequeña lágrima por el futuro que le esperaba. Se fue caminando de vuelta a su despacho. Harry por el contrario necesitaba saber más cosas sobre ese juramento, sus sospechas eran ciertas pero necesitaba resultados. Necesitaba neutralizar a Malfoy.
Volvió a la fiesta solo para ver a Daphne sonriéndole. Eso levantó una barrera de sospecha en él. La miró observando su belleza, mientras preguntaba.
—¿Y las demás?
—Decidieron irse tras que McLaggen intentase ligar con Hermione de nuevo…Susan acompañó a Neville a ver a Abbott—declaró sin piedad—Ahora, ¿nos vamos a ver al viejo?
Ambos tenían que ir a ver a Dumbledore para contemplar un recuerdo del director sobre Voldemort. Harry ya había visto muchos pero Daphne únicamente era llamada en situaciones especiales. Esa debía de ser una de ellas, al parecer el director director confiaba en que ella fuese importante.
