Sumario: "Ackerman es peligroso. No hay que atravesarse en su camino" es lo que por lo bajo murmuraban todos en el instituto. Y Moblit estaba seguro que todos pensaban así, incluso ella.
Lo que nunca empezó
Capítulo 01: Moblit
El ambiente era normal en el instituto de Eldia.
Normal, claro está, con las murmuraciones alrededor de algunos estudiantes como Ackerman Levi, quien sin desearlo sacaba suspiros de amor y terror al mismo tiempo.
—A mí sí me encantaría estar temblando entre sus brazos, así sea de miedo.— dijo descaradamente una rubia de ojos verdes, haciendo arquear una ceja a Hanji.
Moblit se encogió de hombros, negando silenciosamente por aquella incoherencia dicha por la muchacha.
Hormonas alteradas, murmuró entre dientes él, al momento que elevaba una plegaria de agradecimiento porque Hanji no sufre de aquello.
El joven, centro de atención de aquellos mal dismulados murmullos, estaba con una expresión de irritación, aunque aquello no era anormal en él. Pareciera que odiara a todos por igual. Sin embargo, pareció tener un especial énfasis en querer asesinar con su mirada a Zöe y compañía. Ella le sonrió en silencioso saludo, sin afectarse por su mal humor.
Levi soltó un chasquido entre dientes, aquel gesto se confundía entre una amenaza silenciosa o una extraña respuesta de saludo.
Nifa llegó, casi tropezando con Levi, quien logró sostenerla del brazo con cierta brusquedad. Aquello la hizo sonrojarse y murmurar unas nerviosas disculpas.
Levi continuó su camino mientras Nifa entregaba su bebida caliente a Moblit (leche con mucha nata y un toque de canela) con sus mejillas sonrojadas, el brillo en su mirada, una de las pocas personas a quien en nada le afectaba haber sido tocada (así sea por accidente) por Ackerman Levi. El interés de ella estaba enfocado en otra persona.
Pero...
Moblit tomó la bebida y se la ofreció a Hanji, pues seguramente ella no tuvo tiempo de desayunar.
El rojo se mantenía en el rostro de la pelirroja, asintiendo ante las palabras del rubio, cediendo ante la petición de Moblit.
—Por favor, Hanji-san— dijo Nifa, sonriendo hacia la líder del club de Biología.
Hanji dudó unos instantes y al final aceptó, abrazando a Nifa por su generosidad.
—Lo siento por tantas molestias.— indicó Hanji en el oído de la pelirroja, quien asintió levemente.
—No es tu culpa— murmuró la pelirroja en respuesta.
De ahí Hanji se despidió de sus dos compañeros de club yendo a su propio curso en el tercer piso.
Moblit suspiró profundamente al verla partir.
—Gracias, Nifa.— le dijo mientras le ayudaba a llevar sus libros. —Eres una gran amiga.
Los ojos de ella dejaron de brillar.
Amores no correspondidos. Era una típica situación entre los estudiantes.
En clases, Smith-sensei empezó a hablar sobre el viaje de integración del Instituto Eldia en el cual todos los alumnos tendrán la oportunidad de conocer a los superiores. El año anterior fue una campada en el bosque de Shingashina.
Moblit no asistió debido a que no tenía cómo solventar aquellos gastos adicionales, pero en ese segundo año se esforzó para mantener sus notas impecables, requisito indispensable para su beca, y un trabajo de medio tiempo en un local de repuestos mecánicos, lo que le permitió ahorrar todo un año para tener esa oportunidad de oro.
El viaje a las nevadas era el momento preciso, se dijo Moblit, aprisionando un puño en clara señal de decisión.
Le declararía su amor a Hanji-san.
Escuchó brevemente la clase, notando que era un tema que dominaba perfectamente, así que no tendrá problema alguno en no prestar la debida atención y empezó a anotar en una hoja, a la mitad del cuaderno, su plan para la cita perfecta.
Smith-sensei dijo que iba a ir a esquiar. Así que hará bastante frío.
Llevará leche con nata y canela en un envase térmico, para que se mantenga caliente.
Un abrigo para envolverla. Y así al disimulo podrá abrazarla.
Unos guantes adicionales para tener oportunidad de tomarla de la mano.
Y con mucha suerte verán juntos el atardecer y podrá...
Moblit sonreía para sí mismo, sus mejillas enrojeciendo de emoción anticipada.
En el transcurso de los días Moblit iba tachando la lista conforme iba consiguiendo los objetos para su evento, aunque en ocasiones se le complicaba demasiado. Por ejemplo, las manos de Hanji para los guantes, no quería que le quedaran pequeños o le apretaran. Así mismo, muy grandes no la abrigarían adecuadamente.
En el almuerzo, siendo muy osado, Moblit hizo que Hanji levantara la mano, y él creyó que los dioses estaban de su lado apoyando su plan porque ella se distrajo con un fuerte ruido en el otro extremo del comedor. Algo sobre Levi y unas bandejas derramadas, Moblit no prestó mucha atención.
—No te vayas, por favor.— Moblit se atrevió a decir mientras medía la mano de Hanji contra la de él. Sintió su rostro completamente rojo y no tuvo valor para observarla.
Él imaginaba que ella estaría nerviosa y confundida. Y Moblit rogaba a todas las divinidades que Hanji vaya entendiendo y aceptando sus sentimientos, así será más sencillo en su confesión y ella podrá responderle adecuadamente.
Hanji se levantó abruptamente y huyó de la cafetería. Con nerviosismo, Moblit escaneó el lugar, notando como Mike levantaba el desastre que Levi había provocado, el susodicho ni aparecía en su rango de visión. Nifa lo miraba con un notable sonrojo en las mejillas, haciendo que Moblit sintiera calor en las propias. Petra se acercó a ayudar a Mike quien agradeció con un gesto. Nanaba pasaba cerca de Mike y él la detuvo, negando con la cabeza.
Aquello debió ser una señal, quizá sutil para Moblit, probablemente más directa para otros, pero el ser humano tiene una asombrosa capacidad de ver solo lo que quiere ver. Como en alguna ocasión una sabia persona mencionó "La esencia de lo que vemos y lo que realmente es son dos cosas completamente distintas."
En los siguientes días Nifa pareció analizarlo (o juzgarlo, quizá) con la mirada. El acontecimientos de la cafetería fue fácilmente olvidado, en especial por la cara de pocos amigos que Levi tenía. Bueno, no es que haya sido Sonrisas Amables, pero sí se cargaba un aura sombrío y tenso que fácilmente contagiaba a todos.
Eso incluía a Hanji, quien le esquivaba la mirada y apenas sonreía.
O también puede ser por los exámenes.
O la integración estudiantil.
No, esperen, esto último más bien ayudaría a relajar a todos.
Y con algo de suerte, creía a ciegas Moblit, las amistades podrían evolucionar a un afecto de pareja. A veces sonreía para sí mismo con la idea de entrelazar sus dedos con los de Hanji. Van a tener que aprender a disimular en los pasillos, aunque la diferencia de edad entre los dos es mínima.
Y el más anhelado día para Moblit finalmente llegó. Con su maleta un poco grande, con todo lo que tenía preparado, sus apuntes, sus planes y sus expectativas altas, como la de toda persona que se enamora por primera vez.
El trayecto hacia las montañas fue relativamente tranquilo, aunque no le agradó que los separaran por cursos, porque se supone que era un viaje de integración, así que debieron ir mezclados. Bueno, Nifa no era mala compañera de asiento y lo ayudó cuando se le empezaron a tapar los oídos conforme iban subiendo más hacia las montañas, dándole un chicle con sabor a sandía. Moblit se sintió comprometido a compartir un poco de leche caliente con nata, observando un brillo en los ojos de su compañera de viaje que lo hizo sonreír.
Ya en las cabañas se separaron al fin en grupos para que pudieran integrarse. Pero al parecer la integración correspondía separar a los muchachos de las féminas.
Bueno, no es tan grave, pensó para sí mismo Moblit. Así podría conocer a más personas interesantes, como el castaño alborotador de primer año al cual se acercó porque dijo que Hanji-san era su prima.
No es que Moblit buscara aprovecharse de la situación. Bueno, tal vez solo un poquito, y de verdad guiará al muchacho a aprender un poco de autocontrol, porque era bastante impulsivo y cedía fácilmente a las burlas de sus compañeros.
Moblit iba a intervenir pero Levi se le adelantó y le dio un coscorrón al alborotador junto al otro que lo estaba molestando.
De pronto, y bastante sigilosa, Mikasa atacó a Levi con una patada en la espinilla, su rostro enrojecido de lo que parecía rabia.
—Si tú puedes, yo también.— pareció acusar ella.
Levi, al parecer, le valía un comino que la muchacha era menor y estaba dispuesto a devolverle su ataque. Por suerte Hanji apareció y sostuvo a Mikasa que estaba a nada de lanzarse contra Levi.
—Mikasa... Íbamos a tener una plática.— le recordó Hanji.
—No me gusta que golpee a Eren.— refunfuñó la otra.
Hanji miró a Eren y luego volvió sus ojos hacia Levi.
—Pero los hombres así se entienden, a punta de golpes... ¿Verdad, chicos?
Eren de inmediato asintió, dándole la razón.
—¡Así es, prima!— dijo Eren con orgullo, mirando con una burlesca sonrisa hacia su compañero de coscorrón. —Además, cualquier herida, mi padre que es doctor puede curarla con facilidad. Ya está acostumbrado...— lo último lo dijo murmurando más para sí mismo.
Hanji sonrió.
—Nos vemos luego, primo.— respondió Hanji, llevándose a una dócil Mikasa en claro contraste a su etapa de guerrera que mostraba en un inicio.
—¿De verdad? Hanji-san— decía ella mirando a Eren. —Yo sí quiero...
—Lo sé, lo sé. Así que por ello debo instruirte...— dijo Hanji, su voz perdiéndose en los pasillos.
—Maldito bastardo.— refunfuñó Jean.
—Te lavaré el hocico con jabón.— amenazó Levi, provocando que Eren sonriera más burlón, pero el castaño no se iba a escapar de la mirada asesina del mayor. —Y a ti te abriré la cabeza para lavarte el cerebro con cloro.
Con la mayor naturalidad del mundo Levi agarró del abrigo a Eren y se lo llevó hacia otra cabaña.
Moblit suspiró.
Con lo complicada que es la personalidad de Eren y con lo buscapleitos que fácilmente se lo ve que es, mejor no va a llegar a Hanji a través de su primo. Pero con esta pequeña migaja de información ya iba a buscar conocer más del árbol genealógico de Hanji.
Sabía que era hija de farmacéuticos con un éxito económico grande. Además Eren mencionó a su padre doctor, es obvia la relación familiar que está en involucrada un negocio en común.
Sintió una mirada tensa sobre él y notó que era el muchacho con el cual Eren había estado peleando.
—Oe... senpai... ¿Vas a ser mi guía en este viaje?—preguntó Jean con apatía.
—Uh...— dudó unos segundos Moblit. No entendía por qué un muchacho de primer año quería pasar tiempo con él.
—Tenemos algo en común...— agregó Jean. —...aunque parece que yo me di cuenta primero.
Moblit se rascó la cabeza en señal de confusión.
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En la tarde pasaron buenos momentos armando juegos al aire libre como peleas de bolas de nieve. Levi parecía haberla agarrado especialmente contra Eren, diciendo que debe aprender a defenderse antes de querer defender a otro.
Mike le reprochó la agresividad contra el castaño quien defendía a Levi y su forma de ser.
Armin, el muchacho de primer año que se apegó a Mike, le dijo que así era su amigo. Cuando se le metía algo el mundo podrá arder y él no cambiará de parecer.
Jean le lanzó bolas de nieve a Eren pero al parecer porque le divertía verlo tan ofuscado como un niño al que le quieren quitar su paleta.
Mientras en el lado de las chicas algunas se apuntaron para ir a esquiar bajo la supervisión de los profesores y los guardabosques, indicando dónde habían puntos de refugio estratégicos por si tienen golpes de frío y se encuentran alejados a las cabañas.
Hanji le enseñaba a Mikasa cómo moverse entre los obstáculos que, según ella, eran sencillos para iniciar, pero ante los ojos de Moblit Hanji parecía una experta. Quizá en el futuro sea deportista olímpica representando a Japón y él irá a apoyarla fervientemente.
En un futuro podría contarle a sus retoños cómo se volvió a enamorar más de ella al verla esquiando en las montañas, con su cabello atado a una fuerte coleta, riendo y deslizándose con gracia entre la nieve, levantando aire helado a su alrededor.
Momentos después, Moblit se distrajo con Jean que se cansó de molestar a Eren y se puso a armar muñecos de nieve. Era un muchacho bastante agradable cuando no andaba con cara de amargado.
Moblit armó dos grandes muñecos de nieve, en representación de él y Hanji. En su mente Moblit estaba buscando la oportunidad de ir con Hanji, quizá a la hora de la cena, y ponerse al día de lo que han vivido. Luego, salir a ver las estrellas en la despejada noche, él podría darle los guantes, entrelazar sus dedos con los de ella y confesar sus sentimientos.
Entonces Hanji le dirá...
Un fuerte ruido se escuchó mientras los guardias hacían que todos salieran de la nieve y entraran a las cabañas.
—Suele suceder... No hay qué temer.— dijo uno de los guías. —Las cabañas están ubicadas estratégicamente y no seremos afectados.
Moblit vio ante sus ojos cómo los muñecos de nieve quedaban totalmente destrozados ante la avalancha.
Erwin empezó a reunir a los alumnos y empezó a pasar lista.
—Falta Hanji.— dijo preocupado, mirando las grandes capas de nieve frente a las cabañas. Al poco murmuró que también Levi estaba ausente y aquello, en vez de alterarlo, pareció calmarlo más.
Sonó un teléfono y uno de los guías respondió de inmediato.
—Uhm... Sí, es correcto. No deben arriesgarse aún. ¿No tienen energía eléctrica?— repitió lo último el hombre. —Ah... entonces en el armario hay cobijas gruesas y en el bodegón de la derecha un generador de energia. Les puede durar perfectamente ocho horas en alta potencia y doce en moderada. Úsenlo sabiamente
Luego cerró la llamada y se dirigió a Erwin.
—Hay dos jóvenes atrapados en la sección noroeste. Nada grave, afortunadamente.
Moblit escuchaba las explicaciones del hombre y empezó a respirar con agitación.
—¿No deberíamos ir por ellos?— preguntó con ansiedad. —Pueden estar en peligro...
El hombre miró al adolescente y le colocó una mano en el hombro.
—He crecido en estas montañas, muchacho. Lo idóneo en esta zona es esperar que la nieve se compacte. En la noche se complica la visibilidad y las cabañas de emergencia cuentan con energía y alimentos. No están en verdadero peligro.
Erwin asintió, conforme con el reporte.
—Bien... será mejor que los demás merienden temprano y se mantengan a resguardo, lejos de las pistas de nieve. —replicó en voz alta y autoritaria. —No quiero que absurdamente se pongan en peligro.
Moblit no podía creer con la simpleza que todos parecieron asumir la situación. Se dirigió a Eren y le murmuró con verdadera preocupación.
—¿No estás preocupado por tu prima?
Eren lo miró como si a Moblit le hubiera salido una segunda cabeza.
—¿Por qué estaría preocupado por Hanji-san?— preguntó extrañado. —Está con Levi-senpai. Nada malo le ocurrirá.
Algo dentro de Moblit decía que justamente ese era el verdadero problema. No sabía cómo justificar a sus imaginarios hijos que su madre pasara toda una noche con un agresivo muchacho con cara de querer matar al primero que se le cruce en su camino.
El paladar se le hizo amargo al imaginar otro escenario.
Levi, heredero de las empresa de insumos quirúrgicos Ackerman, obligaba a Hanji a ser su pareja. Entonces Hanji, con la mirada llorosa le dirá a Moblit que lo de ellos nunca podrá ser. Se casará obligada por la poderosa empresa Ackerman para fusionar los negocios familiares, pero llamará a su primer hijo Moblit, en honor a su amor que no pudo ser en ese mundo.
Quizá en otra vida...
Nifa se acercó a Moblit y le colocó un grueso abrigo encima mientras le colocaba un caramelo de miel en la boca.
—Chupa con cuidado.— dijo ella, con una mirada triste. —No te vayas a ahogar.
Moblit asintió, mientras sus ojos brillantes con lágrimas no derramadas se volvían a su compañera.
—Levi-san... está con Hanji-san.
La muchacha suspiró profundamente, preguntándose si Moblit era consciente de sus palabras.
Continuará...
