«Días de escuela»

[Feliz cumpleaños, Chia]

Taiora [Taichi Yagami x Sora Takenouchi] 2023

Por: Lightkey27/ Key Kirishima Lockser

N/A: ¡Hola! Estoy muy feliz por haber escrito mi primera historia Taiora, nunca me había animado porque la verdad creo que hay autores con más amor a la pareja y mejores historias y pues no sentía que mi historia fuera nada del otro mundo, ni siquiera del Mundo Digital, pero al final me animé para regalar mi primer fic Taiora a Chia Moon quien cumplió el pasado 9 de noviembre y como no tenía esta historia lista me dio algo de vergüenza felicitarla (Es porque me había propuesto escribirle una historia) la verdad es que tomé inspiración de algunas imágenes de parejas en pinterest y también la época, pero luego tuve que buscar los prompts de este año de la Taiora Week y si hago continuación, pues este sería mi aporte de este año, si el tema les parece que es invierno, no estarían del todo equivocados.

En este caso tomé el tema de "Días de escuela" para empezar y sin querer lo combiné con "Primer beso" xD creo que de escribir otro capítulo también combinaré los prompts.

Sin más que decir que ¡Feliz cumpleaños, Chia! Espero que disfruten esta historia nwn

Como siempre disculpen los errores gramaticales, de tiempo y cualquier dificultad que tengan para entender la lectura debido a mi falta de habilidad lingüística, espero seguir mejorando.

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Hacía tanto frío que podía sentir su trasero congelado y eso que estaba sentado.

El invierno había llegado y no era extraño que las actividades al aire libre de los clubes deportivos fueran suspendidas, a diferencia de otras escuelas, las reglas de la secundaria Odaiba fueron cambiadas el año pasado gracias a la nueva presidenta estudiantil, Mimi Tachikawa, quien dijo en una práctica invernal de las porristas , citando sus palabras,

"Casi muero de neumonía por entrenar a temperaturas tan bajas"

Sin embargo, una aclaración hecha por el vicepresidente estudiantil, Yamato Ishida, indicada en el informe oficial como la razón principal fue:

"El frío es malo para la piel, especialmente la del tipo seca y mantenerla humectada mientras se realizan eventos a la intemperie es difícil"

Por increíble que parezca se habían reducido los casos de labios resecos y todos los estudiantes, de alguna manera, le agradecen a la actual dirigente estudiantil el haber cambiado las reglas, aunque fuera para un vanidoso beneficio, porque condujo a algo bueno.

Pero una de las pocas excepciones que se encontraban en el plantel estudiantil era cierto moreno de cabello desordenado, quien ahora con el tiempo libre que tenía no sabía cómo utilizarlo, por lo que se encontraba aburrido echado en su escritorio jugando con un lápiz en su boca, soltó una fuerte exhalación, pero su acompañante, cierto rubio, ni siquiera se inmutó.

Indignado, el capitán del club de fútbol hizo una mala imitación de aclaración de garganta, pero nuevamente fue ignorado.

Frustrado, trató de exhalar fuertemente mientras aclaraba su garganta otra vez, lo que acabó en un accidental ataque de tos.

Yamato rodó los ojos y finalmente cedió a escuchar a su molesto, pero buen amigo, Taichi Yagami.

—¿Qué demonios te sucede? —el vicepresidente era muy alabado, y a veces compadecido, por su paciencia, especialmente la que le tenía a su compañera de política, cierta castaña de ojos miel, sin embargo, a diferencia de ella a quien podía callar a besos y quizás hasta desquitarse de manera especial luego de terminada la jornada escolar, con su amigo su paciencia era escasa, casi nula, y lo único que le provocaba el noventa y nueve por ciento de las veces era callarlo a golpes.

Pero hoy había optado por la paz, aunque no lo pareciera.

—¿Por qué Mimi tuvo que cancelar las prácticas de los clubes? —preguntó el Yagami con los brazos detrás de su cabeza, el aburrimiento lo estaba matando.

—Existe la democracia en esta escuela y eras el único que se opuso, supongo que no todos son fanáticos de entrenar hasta morir—explicó con calma y sarcasmo el Ishida mientras continuaba escribiendo en su cuaderno.

—No puedo creer que todo el equipo se pusiera en mi contra —repuso Taichi quien había cambiado su postura para tener el respaldar de la silla de frente mientras él mantenía las piernas abiertas y se balanceaba.

—Los argumentos de Mimi no fueron tan descabellados /—Todo porque Mimi los fue a visitar en su antiguo uniforme de porrista —

El silencio reinó en la sala, dos pensamientos habían sido expuestos, pero uno podría traer graves consecuencias a la presidenta estudiantil.

—¡¿Ella qué?! —el lápiz que sujetaba el rubio hizo un sonido indicando que estaba a punto de romperse.

—¿No lo sabías? —cuestionó Taichi con incredulidad e inocencia ignorando el no tan disimulado enojo de Yamato—Mimi sabía de mi fuerte oposición a ese ridículo plan y nos visitó poco antes de la votación. Llevaba su viejo uniforme, ya sabes, ese que cambiaron porque no dejaba mucho a la imaginación y resaltaba el pecho de las chicas y además la minifalda…

—¡Ya entendí!

¡Crack!

El inocente lápiz finalmente había cedido y ahora habían dos mitades en el escritorio donde alguna vez llegó a cumplir su único propósito en este mundo, escribir.

Yamato se levantó con exasperación y se dispuso a salir del salón.

—¿A dónde vas? —preguntó el moreno.

—Voy a buscar a Mimi —respondió entre dientes el Ishida y salió a paso apresurado por el pasillo de la escuela.

Taichi no quiso perseguirlo y no entendía muy bien qué estaba sucediendo por lo que optó seguir balanceándose en la silla, de repente un ¡Pop! hizo eco en el cerebro del deportista lo que casi lo hace perder el equilibrio.

—¡Sora debe tener dulces! —ilusionado con aquella idea apiló en la mochila de su amigo todo lo que Yamato había dejado desordenado en su escritorio y fue en busca de la pelirroja, ella de seguro sabía qué hacer en aquellas horas libres. Y sin más dilación se puso en marcha, no tenía más pertenencias que aquel simple lápiz.

Mientras tanto en el salón de economía para el hogar se encontraban dos chicas charlando amenamente.

—¡Sora! ¡No tenía que no te gustara el invierno! —declaró impresionada la Tachikawa mientras servía un poco de té —Es decir creí que lo de la piel reseca era un disgusto en general —añadió mientras tomaba asiento.

—Bueno, no es que lo odie —confesó la pelirroja mientras tomaba un sorbo de té —, pero las flores no se llevan bien con el invierno y el club tiene que cesar por toda la temporada, ya que no podemos usar de manera ilimitada las flores de reserva —comentó un tanto disgustada, cuando el otoño daba paso a la nueva estación, la vida de la presidenta del club de Ikebana se tornaba un tanto gris, es por eso que en aquella ocasión se encontraba haciendo uso de la cocina del colegio y por coincidencia se encontró con su amiga quien al parecer también necesitaba un tiempo a solas.

Las vacaciones habían comenzado, pero los presidentes de los clubes debían hacer visitas frecuentes al colegio para notificar cualquier suceso fuera de lo normal, así como el consejo estudiantil debía estar presente para aprovechar los días y hacer inventario de los útiles en mal estado y redactar un informe al director de la secundaria.

—De cualquier forma debería pensar en algo que hacer para el invierno —comentó Mimi con un dedo sobre su mentón — quizás pueda hablar con el dueño de la pista de patinaje, creo que sería una buena idea, además de una excusa perfecta para tomarme de la mano con Yamato en público, tienen descuentos para parejas —confesó sonrojada con dos manos sobre sus mejillas. Sora también se sonrojó por pensar en cierto moreno al cual le gustaría invitar.

—Parece que te agrada la idea Sora-chan —dijo Mimi con picardía.

—Y-Yo no, es decir, claro que me agrada la idea —confesó —, es solo que no sé si deba invitar a Taichi. Este año ha sido muy caótico para el club de fútbol y ha estado más ocupado de lo normal.

—Y que lo digas —agregó Mimi —, ese testarudo me ha costado varias desveladas, es tan despreocupado con todo, pero cuando quiero recortar el presupuesto de su club se vuelve un contador, experto en debates con argumentos sólidos y difícil de vencer.

Sora no pudo evitar sonreír ante la descripción de Taichi, pero era cierto, el chico normalmente es relajado, sin embargo, son pocas las cosas que lo sacan de aquella línea canónica de despreocupación.

El club de fútbol es una de ellas.

—Creo que sería una buena idea si lo invitaras —declaró Mimi tomando su taza de té —, necesitas distraerte estos días y quien sabe, puedes fingir ser mala patinando y dejarlo que te ayude, quizás despiertes su lado romántico.

—¿Necesitas realizar otro cambio al club de Taichi? —indagó Sora con una sonrisa.

—¡Y necesito que lo distraigas!—suplicó Mimi entre lágrimas y un gesto de súplica.

—No creo que esa sea la forma, es decir, en algún momento se enterará —respondió la Takenouchi.

—Sí, pero prefiero que se entere estando contigo que por su cuenta, lo de distraer a los otros miembros del club con mis piernas no fue fácil —confesó la Tachikawa.

—¿Ya le comentaste a Yamato? —cuestionó Sora con cierta preocupación.

—¡No! —contestó Mimi aterrada — Yamato piensa que fue su buen redactado informe lo que hizo que todos excepto Taichi votaran a favor de la suspensión de actividades, no quiero que su orgullo se vea afectado.

—Incluso si eso significa mentirle.

—¡Lo estoy protegiendo! Además es una mentira blanca, no creo que Yamato se moleste por ello, es decir, fue por una buena causa ¿No?

—Si me tienes que preguntar, no suenas tan segura —dijo Sora comienzo una de las galletas que había en la bandeja.

—¿Crees que hice mal? —consultó Mimi pensando mejor sobre su acción.

—Creo que deberías hablar con Yamato, no creo a ningún chico le agrade que su novia se exponga de esa forma sin saber de ello —aconsejó la pelirroja.

—Supongo que tienes razón—Mimi le envió un mensaje a Yamato indicando su ubicación y agregando que debían conversar sobre algo — y también creo que debes invitar a Taichi —añadió sonriente tras haber enviado su mensaje —, creo que ustedes podrían encontrar su razón para amar el invierno juntos, incluso hasta con una guerra de nieve o una tarde de patinaje, puede volverse una tradición ¿Qué dices?

—Supongo que también tienes razón —concordó Sora —, a veces me pregunto qué pasa por la mente de Taichi Yagami.

—Probablemente en su mente hay un balón de fútbol con mucho espacio para rodar —bromeó la de ojos color miel, haciendo reír a su amiga —, pero creo que todos estamos de acuerdo en que eres una persona especial para él, deberías ser más directa y tener más confianza, de seguro eres correspondida, solo que con Taichi hay que ser más directos, no capta ninguna indirecta.

—¿Algún hombre lo hace? —bromeó Sora riendo con Mimi.

De repente la puerta del salón se abrió y el vicepresidente estudiantil se adentró al lugar, se disculpó con Sora y tiró de la mano de Mimi dejando a la pelirroja sola en la habitación.

De seguro ya se enteró pensó la pelirroja mientras bebía de su té.

Las palabras de Mimi dejaron a la chica reflexionando sobre la mejor forma de invitar a Taichi Yagami a una cita, sin que piense en ello como una salida de amigos.

Y como si lo hubiera llamado con sus pensamientos, el Yagami hizo acto de aparición en el salón donde ella se encontraba, no pudo evitar sonrojarse, verlo tan despreocupado y sin tener la mínima de idea que hace algunos momentos estaba pensando en él, le parecía muy de novela fantasiosa.

—¿Sora? —cuando abrió sus ojos el chico estaba frente a ella mirándola con cierta preocupación —¿Estás bien? Llevo un rato llamándote y no respondías —antes que ella pudiera decir algo el chico acercó su frente comparando las temperaturas —No tienes fiebre —confirmó.

—E-Estoy bien Taichi —dijo alejándolo con su mano —¿Qué te trae por aquí? ¿Ya terminaste de ayudar a Yamato?

Cierto, eso es lo que se supone que debía estar haciendo en lugar de quejarse con el rubio.

—De seguro te la pasaste lamentándote por el invierno —declaró Sora con una sonrisa de la que no era consciente.

Pero había acertado.

—Es muy aburrido —se quejó el Yagami —, prefiero comer dulces contigo, eso hace el invierno más llevadero, me gusta estar contigo —comentó sonriente haciendo sonrojar a la chica.

—No digas cosas así —le regañó Sora, dejando a Taichi desconcertado —Podría mal interpretarse.

—¿Qué hay para mal interpretar? —cuestionó con curiosidad —Dije que me gusta estar contigo, no hay nada de malo.

—Se puede malinterpretar p-porque —el rostro de la chica se había tornado de un carmesí potente y por alguna razón estaba muy avergonzada, quizás ella era la única que malinterpreta todo y aquello la hacía sentir como una tonta.

De repente sintió que una mano sujetaba su rostro con delicadeza y no pudo evitar encontrarse con la mirada de Taichi, su cabello desordenado y sus ojos oscuros lo hacía realmente atractivo para ella en ese instante.

—Sora ¿Qué sucede? —preguntó con una voz grave que ella no recordaba haber escuchado antes, no estaba lista para decir todo lo que albergaba en su corazón, intentó empujar con ambas manos al chico, pero se encontró con un fuerte y resistente torso y con unos prominentes pectorales, aquello no ayudaba para nada con sus emociones.

—N-No es nada, cuando digo que se puede malinterpretar es porque esas son cosas que las parejas dicen y nosotros no…

—Entonces sé mi novia —el impacto de aquellas palabras hizo que la chica dejara de acariciar, es decir, dejara de forcejear con el capitán y lo mirara directamente a los ojos.

—¿Qué? —estaba estupefacta ante la declaración del chico —¿De qué hablas?

—Quiero decir todo lo que siento por ti sin que sientas que se puede malinterpretar—la seriedad con la que lo dijo no era propia de él.

¿A esto se refería Mimi cuando dijo que ella era especial para Taichi?

—Siendo mi novia, no tienes que pensar en un significado oculto en mis palabras —dijo con una sonrisa —, porque son exclusivas para ti —añadió con una evidente felicidad.

—¿P-Pero qué? —Sora no podía creer lo que estaba ocurriendo en aquel momento ¿De verdad había llegado a ese punto? El despistado Taichi estaba diciendo todo lo que sus inseguridades le habían hecho creer que jamás sucedería.

Viéndolo bien, solo era así de serio con cosas que le importaran como el fútbol y…

Ella.

—¡Oh Taichi! —sin más ganas de discutir se lanzó a rodearlo con sus brazos acto que el chico correspondió envolviendo su cintura con suavidad.

—Lamento haber tardado tanto —comentó antes de besarla.

Lo último que Sora pensó que podría pasar en los aburridos días de escuela en invierno era que aclararía su situación romántica con el chico del cual había desarrollado fuertes sentimientos.

Tras terminar su beso Taichi abrazó a Sora y colocó su pelirroja cabeza en su pecho mientras miraba el paisaje nevado en la ventana. Acababa de encontrar una razón para amar el invierno, rodear a Sora con sus brazos y sentir su calor lo confortaba mucho, lo hacía sentir bien.

—Solo para aclarar, dijiste que sí quieres ser mi novia ¿cierto? —Una carcajada resonó en el salón.

—Eres un tonto —respondió ella, dándole un golpecito en su pecho —pero, sí—le confirmó.

—Bueno, a partir de ahora soy tú tonto, por siempre —una vez más se abrazaron para disfrutar del momento y del inicio de su romance sin lugar a malinterpretaciones.

De repente la puerta del salón se abrió y una pareja entró al salón.

—¡Oh Sora! Creí que te habías…ido —comentó una despeinada Mimi mientras miraba la posición en la que estaban los nuevos tortolitos —¡Sí!

—¿Entonces ustedes…?—preguntó Mimi para confirmar la situación.

—Sí, Mimi —respondió Sora — estamos juntos —una sonrisa se formó en el rostro de Sora Takenouchi.

Mimi saltó de alegría abrazando a Yamato por la emoción.

—Ya era hora, idiota —dijo el rubio, también con un desordenado cabello, a modo de felicitación al moreno.

—Por cierto, veo que pudiste hablar con Mimi —comentó el moreno, pero a diferencia de Sora, Taichi no notó el rubor que se formó en los rostros de los líderes del consejo estudiantil, por lo que intervino.

—Taichi, será mejor que vayamos a casa —Mimi agradeció internamente a su amiga mientras recogía sus pertenencias a la velocidad de la luz y salía del lugar de la mano con Yamato.

—¡Hey! ¡Ni siquiera se despidieron! —bufó el moreno, Sora encontraba tierna la ingenuidad de su ahora novio, realmente tenía cabeza para pocas cosas.

—Vamos Taichi —le llamó Sora tomando su mano mientras el chico atendía a su llamado y cargaba el bolso de la pelirroja.

—¿A dónde vamos? —preguntó el chico.

—¿Has escuchado que la pista de patinaje tendrá descuentos especiales? —el Yagami por fin lo había entendido.

—Suena bien —comentó dándole un beso a Sora antes de salir a su primera cita.

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¡Gracias por leer! -Key