Discleimer: El mundo Harry Potter es de su autora. Sólo son míos Lennah y algunos personajes más, así como el fic en sí

Agradecimientos: a ti: mi editora, mi Slytherin y mi contable. GRACIAS


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- Lo lamento un montón, Hagrid. - Al llegar a la Cabaña, el semigigante le había abierto la puerta con una sonrisa, en la que se leía que acababa de destacarse un peso de encima.

- Tranquila. Sólo… sólo pensé que no vendrías… que tendrías algún problema. - Añadió rápidamente al darse cuenta de lo mal que había soñado la primera parte de su frase.

Ella levantó la cabeza de los cordones de sus botas, los cuales llevaba rato apretando.

- ¿Cómo no iba a venir? - Hagrid alzó los hombros y siguió mirando a su compañera. Era extraño ver una mujer con un vestido y botas de montaña, pero la ocasión lo requería. Ir por el bosque con zapatitos no era lo más adecuado, por más planos que fueran.

Terminó la tarea de atar las botas, se puso un jersey y tomó un pequeño macuto donde llevaba unos botellines, agua, un par de paños que Hagrid le había dado y unas manzanas del frutero que había visto en el frutero de Hagrid.

- ¿Preparada? - Ella asintió, él cogió un farolillo y emprendieron la marcha.

El grupo de Thestrals no estaba muy lejos de la entrada del bosque que Hagrid les había hecho coger. Estaban en un claro cercano a un pequeño riachuelo que habían formado las últimas lluvias.

A Lennah le fascinaban las criaturas mágicas y éstas en concreto le hacían pensar en las mil y una forma que podía tomar la magia para hacerse invisible a los ojos muggle.

Al detenerse delante de ellos, el macho de la manada se puso en alerta. Su pelaje se erizó y sus alas se irguieron mostrando su desconfianza con los recién llegados. Fue un macho de menor tamaño y más joven quien se les acercó. Olió el aire más cercano a Hagrid y pareció alegrarse. Se acercó al semigigante.

- Tenebrus, amigo. - El Thestral se dejó tocar y rascar detrás de las orejas y eso pareció relajar al macho alfa quien se acercó lo suficiente para notar el aroma de Hagrid. - Profesora … Lennah… él es Tenebrus y el de ahí, Dark. El macho de la manada. - Ella asintió y se acercó con cautela a Dark. Se detuvo a un par de pasos de él y esperó. Hagrid también esperaba. Esa primera reacción sería la que les permitiría saber si podrían o no ayudar a la Thestral embarazada. Unos segundos llenos de tensión, hasta que el macho simplemente se giró y pareció ignorar a la humana. - No te considera un peligro. - Tradució Hagrid.

- Nunca me había alegrado tanto esa descripción de mi misma. - Sonrió ella. Al girarse a ver a Hagrid, vio a Tenebrus acercarse mucho. Dudó, hasta que el animal puso la cabeza a su altura. Lennah alzó la mano y dejó que el animal oliera su aroma, hasta que el propio Thestral eliminó la distancia y se apoyó en la mano de la morena.

Era suave. Lleno de huesos, pero su pelaje era tan suave. Sonrió. Era muy difícil que un Thestral se dejara tocar de esa manera. Hagrid había hecho un muy buen trabajo con esa manada.

- Hagrid. - El semigigante se acercó. - Toma de mi macuto las dos manzanas y déjalas en las piedras más cercanas al rió. Necesitamos que se acerquen animales y que me entretengan a estos dos machos y, si puede ser a esa hembra que no deja sola a la Thestral embarazada.

El semigigante hizo lo que pidió y ella se intentó acercar a la Thestral embarazada, pero tal y como había previsto había una hembra (probablemente la mayor del grupo) que se lo impidió.

Esperó pacientemente a que la hembra mayor se acostumbrara a ella y a que Hagrid terminara de poner las manzanas y volviera con ella. Ese grupo de Thestrals estaba muy a gusto con el semigigante y eso le ayudaría mucho.

Cinco minutos después un roedor fue el primero en acercarse a una de las manzanas y Dark fue el primero en comer. Y ella pudo acercarse algo más a la Thestral.

- ¿Les has puesto nombre a todos? - Hagrid seguía a su lado esperando para poder acercarse junto a Lennah al grupo de hembras.

- Si. Ellas son: Negerin, Zinji, Negur y Dubh. Negrin es la hembra de mayor edad y Negur la embarazada. - Mientras hablaban, algunos roedores se habían acercado y no habían tenido el mejor de los finales. Ir hablando entre ellos e ir nombrando los animales, hacían que estos se acostumbraran más rápidamente a Lennah. Pronto Negrin se apartó de Negur y Lennah aprovechó para acercarse tranquilamente a Negur y mostrarle la palma de su mano. - Lo de las manzanas ha sido una muy buena idea. - Tener el visto bueno de Hagrid le hizo sonreír. Mientras había sido alumna de Hogwarts, se había pasado muchos días hablando con él y aprendiendo los detalles que los libros no explicaban de las criaturas mágicas y que el semigigante sabía por propia experiencia.

- Gracias. - Negur olió a Lennah y se acercó tímidamente. Fue Lennah quien terminó de acercarse a la Thestral, que pareció cómoda ante este acercamiento. - Hola pequeña… - Hagrid se dió cuenta que el tono de voz, su modulación y su trato había cambiado. Probablemente, para Lennah, ahora mismo solamente existía Negur y ella misma. - Vamos a ver… ¿Cuéntame qué te pasa, pequeña? - Puso una mano en la cara del Thestral y otra en su barriga, que rapidamente se vio tapada por el ala derecha. Y ahí conectaron. Ahí se dió cuenta que Hagrid tenía razón, algo no iba bien en ese embarazo. Palpó con cuidado la hinchada barriga e intentó discernir qué de lo que notaba era líquido y que no.

- ¿Notas algo? - De refilon vió a Hagrid lidiar con Negrin y como esta se quedaba un paso atrás viendo la tranquilidad con la que se dejaba acariciar Negur.

- ¿Puedes alcanzarme el boletín con líquido verde, por favor? - Un segundo más tarde el botellín llegaba rodando por el suelo. Sonrió al ver la eficacia con la que trabajaban y manteniendo a las Thestral separadas. Se tomó el líquido. Tan pronto el líquido llegó a su estómago, sus sentidos se agudizaron, lo que le permitió oír dos corazones latiendo Negur. - Tres… - Miró sorprendidisima a los ojos de Negur y vió como ella le confirmaba sus sospechas. Le sonrió y dándole una caricia más en el hocico, se apartó y se fue hacia Hagrid.

- ¿Y bien? - Lo malo de esa poción, era que un solo susurro humano se triplicaba por tres, así que que Hagrid hablara en un tono de voz normal, hizo que se mareara por un segundo.

- En susurros, por favor. - Se tomó la cabeza entre ambas manos y Hagrid comprendió qué era esa poción.

- Lo siento. - Susurró. Ella sonrió con culpabilidad y cuando vió pasar a Negrin por su lado, miró a los ojos al semigigante.

- Lleva mellizos. - La boca de Hagrid se abrió un palmo y miró alternativamente a la Thestral y a Lennah, para confirmar algo que era prácticamente imposible.

- Pe… pe.. per… ¿Cómo? - Se había olvidado de susurrar, pero Lennah sabía que eso iba a ser inevitable, así que se había preparado y sentado en una roca cercana.

- No lo sé. Pero este embarazo será muy complicado. No hay registros de que los Thestrals puedan tener embarazos múltiples, así que… mejor ir controlando. Los latidos se notaban consistentes y fuertes, y ella parece saber que hay algo anómalo en su situación … Negrín también y por eso la sobreprotege… En mi opinión, Negué parece estar sana, pero… Me preocupa que el peso de ambas criaturas pueda afectar en los próximos meses. Un embarazo de Thestral suele durar unos 11 meses, y ella debe estar en el cuarto o quinto mes… Los embarazos múltiples suelen adelantarse en cuanto al parto… - En ese momento hablaba más para ella que para Hagrid, pero él no perdía apunte de lo que Lennah decía. - …y las crías suelen ser más pequeñas y frágiles en las primeras horas… Sería interesante estar cerca cuando esto pase… - Volvió a fijar la vista en Hagrid y le sonrió.- Y, sí, tendremos que ir controlando su salud. Tu más que yo… Negrin te tiene en alta estima, ella y Dark. Te respetan como a uno más de la manda y tienes mejor horario que yo para irte acercando a distintas horas. - Hagrid pareció orgulloso de oír esas palabras en boca de la profesora de Criaturas Mágicas.

- Vamos a la cabaña, te haré un té y veremos cómo nos podemos organizar.

- Mejor. La poción está haciendo que huela algo realmente nauseabundo y oír el crujir de los huesos del cervatillo que se está comiendo Negur no me ayuda a tener el estómago en condiciones.

Al llegar a la Cabaña, sus sentidos seguían alterados, por suerte era de noche y solo se oían los ruidos de los profesores caminando por los pasillos del Castillo. Hagrid había procurado susurrar y hacer el menor ruido posible, pero el hornillo se le resistía y el improperio que soltó, hizo que Lennah se mareara y se tuviera que agarrar al marco de la puerta para no caer.

- ¡Merlin! Lo lamento… yo… me olvidé. - Ella sonrió para sacarle importancia.

- Creo que sólo durará una media hora más. - Se acercó al sofá de debajo de la ventana y se sentó. - Si Negur lleva a cabo este embarazo, será el primer embarazo múltiple de un Thestral registrado. - Y como si la propia frase le hubiera hecho pensar en algo, miró a Hagrid que ya había conseguido hacer hervir la tetera. - ¿Me dejarías registrarlo? - El semigigante se volteó y la miró extrañado.

.-¿Por qué me lo preguntas?

- Son tu manada. - La respuesta le parecía tan obvia, pero Hagrid parecía tan sorprendido que decidió argumentar.- Tu les cuidas y enseñas. Son tu manada. Tú deberías elegir.

- Oh. No suelen pedirme permiso. Pero sí, registralo. Eso ayudará a otros Thestrals, ¿Verdad? - Lennah asintió y miró por la ventana mientras Hagrid servía un par de tazas de té.

Desde donde estaba podía ver parte de los jardines de Hogwarts y una de sus entradas. Todo parecía tranquilo. Todos los alumnos, sino la gran mayoría, deberían estar en sus habitaciones o salas comunes, por eso le sorprendió ver una pequeña puerta abrirse. Se fijó bien. Sus sentidos aún estaban alterados por lo que le fue fácil ver a Dumbledore con un acompañante. Hacían gestos de despedirse. La poción empezaba a perder sus efectos y no conseguía oír la conversación con nitidez, pero sí pudo fijarse en que ambos parecían tensos. Dumboledore acompañó al individuo hasta un montículo y ahí, el mago desapareció.

- ¿Tomas azúcar? - Hagrid la hizo volver a la realidad.

- Sí, por favor. Con el té, sí. - Sonrió casi con culpabilidad, mientras el semigigante ponía delante de ella el azucarero.

- ¿Qué te tenía tan absorta?- Dijo mirando él también por la ventana.

- Dumbledore tenía compañía. No parecía estar muy cómodo

- ¿Compañía? ¿Un hombre? - Lennah asintió. - ¿Rubio?

- ¿Le conoces? - La pregunta de la morena había salido precipitadamente y cualquiera podría haberse preguntado porque necesitaba la respuesta con tanta urgencia, pero Hagrid no pareció darse cuenta. Chasqueó la lengua a modo de disgusto.

- Es Malfoy. Trabaja para el Ministerio y lleva tiempo buscándole las cosquillas al Director. No me gusta. No me gusta nada.