HAY QUE APARENTAR QUE NOS ENTENDEMOS


Sasuke contuvo el aliento y Sai soltó una risa amarga.

―Nuestro hijo murió ―comentó Sai. Se encogió de hombros haciendo un puchero―. Supongo que no era el momento.

Sasuke se removió en su asiento mirando a Sai con lastima.

― ¿No quisieron volver a intentarlo? ―preguntó.

Sai negó picando su postre sin gana.

―Mi esposa… exesposa y yo decidimos no intentarlo de nuevo. No sé, fueee… parte de que tampoco era una muy buena época para la relación. Perdimos al bebé cuando nació, yo tenía muchas misiones luego de ello porque la aldea no andaba en un buen estado militar, muchos ataques, ella no quería la compañía de nadie y también trabajaba fuera de la aldea ―soltó un suspiro pesado―. Aahh, bueno, nos eclipsamos mucho en nuestros propios mundos para no pensar en el bebé que no tuvimos y eso nos condujo a darnos cuenta de cuánto nos descuidamos. Decidimos detener todo alejándonos porque, a final de cuentas, queriendo tener nuestro espacio lejos del verdadero problema, nos estresábamos sabiendo que el otro estaba ahí. Divorciarnos fue como liberarnos el uno del otro, del saber que el otro estaba mal y no podíamos darnos ningún remedio mutuo.

Sasuke asintió. Jamás imaginó que Sai podía ser tan profundo de una forma realista acerca de un aspecto demasiado serio en la vida de una pareja. Ino había sido una joven entusiasta en la juventud, siempre partidaria del compartir amor y ánimos. Muy extraña fue la ocasión en la que la rubia se vino abajo, pero en esos momentos siempre tuvo a Sakura, a su equipo y a Sai. Sasuke lo sabía, aunque no estuviera en la aldea siempre sabía qué pasaba porque Sakura se lo contaba. Era una parte de su plan de redimirse pensando como todos estuvieron en un momento al pendiente de él, sentía que le tocaba tomar ese papel.

En este mundo todo era al revés. Parecía que todos tenían la más mínima razón para no cruzarse ni involucrarse, y si ya estaban en eso, algo lo arruinaba.

― Desde entonces me dedico completamente a trabajar en misiones lejos de la aldea a lugares prohibidos por turistas. No quiero que nadie se involucre conmigo de nuevo de esa forma ―comentó Sai dejando a un lado su plato vacío y sus cubiertos.

Sasuke sonrió de lado.

― ¿Y Naoki?

Sai soltó una carcajada, esta vez sincera.

―Ese niño es un caso especial ―contestó sonriente―. Cuando Neji lo adoptó yo andaba por la aldea. Neji tenía muchos problemas las primeras tres semanas para que el niño se acostumbrara a él, así que pasaba noches enteras sin dormir. Cuando le visité para informarle de una misión que requería de su presencia, él estaba terriblemente golpeado por el cansancio. Sin bañar, sin dormir, estresado. Yo me quedé a cuidar de Naoki una semana mientras Neji tenía que ir a la misión.

Sasuke se imaginó a Sai cuidando de un bebé con toda la naturalidad del mundo. No le había tocado verlo cuidar a Inojin, así que no podía decir a ciencia cierta si en su realidad había sido un buen padre. Aunque bien, en comparación de su relación padre e hijo con la relación que él tenía con Sarada, Sai se llevaba un múltiplo indefinido de puntos a favor.

―Ahora me toca preguntar a mí ―dijo Sai con una sonrisa. Se enderezó y se puso de pie lentamente―. Pero creo que puedes contarme acerca de tu vida en camino a la oficina del Hokage, ¿te parece?

Sasuke asintió y se puso de pie. Tomó los trastes desechables de la comida y los echó en un basurero en el camino hacia la avenida principal que llevaba de la entrada de Konoha a la mansión Hokage.

Alineado a la derecha de Sai, Sasuke le siguió el paso en un tranquilo silencio que duró tan sólo pocos minutos antes de que el hombre pálido hablara.

―Entonces, dime, ¿qué te trae a la aldea? ―preguntó con calma.

La mente de Sasuke trabajó en una respuesta aún más rápido de lo que trabajaba creando planes con Naruto en plena batalla.

―De visita y a conocer más la aldea. Sakura sólo me enviaba fotos a mi pueblo, y cuando quise visitar la aldea ocurrió la batalla contra aquel hombre al que llamaban Pain ―explicó Sasuke recordando viejas historias que Naruto y Sakura le habían contado cuando había vuelto a la aldea en su realidad.

Sai torció la boca.

― ¿Invasión de Pain? ―dijo Sai pensativo. Abrió los ojos como si le hubiese impactado el recordar el evento y volteó a Sasuke― ¡Recuerdo eso! Yo no me encontraba en la aldea aquel entonces, así que me es un poco difícil relacionar nombre con evento

― ¿Estabas fuera de la aldea? ―preguntó Sasuke curioso.

―Sí, trabajando. Estábamos siguiendo una pista importante de un fugitivo ―explicó Sai.

― ¿Estábamos? ―preguntó curioso.

―Sí, Yamato-san y yo estábamos trabajando juntos aquel entonces. Yamato-san es un antiguo compañero de Anbu, ¿sabes qué es eso? ―preguntó Sai con sumo interés en explicarle a Sasuke sobre los anbu, pero Sasuke quería pasar de detalles.

―Algo así. Sakura nos explicó de ello a mí y a unos primos cuando nos envió una foto de su nuevo equipo. Salías tú ―señaló Sasuke―. ¿A qué fugitivo perseguían? ¿Alguien huyó de la aldea durante el ataque?

―No, el fugitivo que buscamos lleva años fuera. De seguro le conoces, todo el mundo está de cabeza por dar con él. Se llama Sasuke Uchiha, él mató al héroe de Konoha ―respondió con frialdad.

Sasuke sintió que le agregaban otro cubo de hielo a la cubeta de agua que la vida le iba echando cada día desde que apareció en ese lugar.

―Ah sí, Sakura lo comentó cuando éramos niños… ¿Qué ocurre con él? ¿Saben dónde está? ―preguntó lo más inocente que pudo. Sai era alguien inteligente, sabía que en algún momento vería a través de su genjutsu, sólo hacía falta darle la oportunidad, así que Sasuke debía actuar sobre la confianza para apartar a Sai de cualquier posible duda o incomodidad que sintiera acerca de él.

―No, no hemos dado con su escondite ―explicó Sai con una voz pesada. Sonaba derrotado―. Llevamos años buscándole y no damos con nada. Hemos ido a todos los lugares posibles donde pudo haber estado, inclusive dimos con un lugar que creemos que era de los Uchiha cuando… ¿existían?

La forma en la que Sai lo decía hacía que a Sasuke le hirviera la sangre.

―Como sea, no encontramos nada más que ADN de Itachi Uchiha y Sasuke Uchiha. Suponemos que fue ahí donde mató a su hermano.

Sasuke detuvo su andar y miró al piso pensativo. Nadie en la aldea sabía cómo había acabado finalmente la historia de odio entre él y su hermano, sólo sabían que él lo había matado. Jamás indagaron más profundo en el tema buscando detalles, a partir de Sai y el resto de sus compañeros, todos mantuvieron respeto por esa parte de su historia y no le preguntaron nada. Sakura, Naruto y Kakashi eran los únicos que sabían cómo se había dado el gran clímax de su ansiado propósito infantil, y claramente no dejó a ninguno de los cuatro felices. Exceptuando a Orochimaru que tenía la boca más que cerrada, Sasuke sabía que sus amigos no dirían nada.

Una gota fría resbaló por su frente.

Orochimaru.


Sai quería jugar al despistado por un rato más. Este Sasuke era muy diferente al que Neji le había contado un par de años atrás, y sentía muy fuerte que el chakra de esta persona estaba… limpio.

Todos compartían la sensación de que el chakra de Sasuke Uchiha podía distinguirse por la agresiva fuerza que liberaba y se podía percibir. Su energía era negativa, pesada, oscura. Estaban de acuerdo en que podían comparar energías gracias a que conocieron a Naruto y su chakra era increíblemente fuerte pero cálido, te generaba un impulso de emoción y calma apenas lo percibías. Compartías con ese chakra, hacías un enlace familiar y te unías a él. Con Sasuke, su chakra te invadía y consumía, te dejaba vacío y te metía en un ambiente de desolación y odio. Con ese chakra sólo podías percibir tu final más cerca que al borde de un barranco con el Diez Colas listo para devorarte justo cuando te lanzaras.

Haammm, Sai no consideraba que exageraba, pero Ino siempre se lo dijo cuando eran pareja, así que no pudo evitar recordar sus regaños cuando hizo la comparación.

El comentario acerca de los Uchiha había sido completamente intencional. Sai quería saber cómo se descolocaba este Sasuke, quería saber si sufría tanto como el que Neji conocía. Neji aprovechó mucho sus encuentros con Sasuke para taladrarle la mente y lograr hacer que se rindiera ante la verdad de ser el más buscado del mundo, y de él había aprendido a meterse en la mente de la gente con comentarios acerca de su vida. Siendo alguien muy superficial, Sai siempre se enfocaba en los aspectos externos de las personas para presionarlas y destruirlas, así que cuando Neji le habló de las técnicas que implicaban ataques a lo personal de la otra persona, Sai comenzó a investigar más sobre sus objetivos en cada misión. Indagaba en sus vidas y personalidades antes de tener el primer encuentro, y como Sasuke era un objetivo diario, tuvo que reunir tanta información como pudo, inclusive sacándole información a Kakashi tras retarse a una batalla. Sai peleó con todo con tal de obtener datos útiles, así que ahora los quería aprovechar.

Pero este Sasuke no había reaccionado como él esperaba.

Su chakra estaba limpio de toda negatividad, sus reacciones eran diferentes a las esperadas ante la mención de su pasado. Aún faltaba un paso.

Cuando llegaron a la oficina del Hokage, con Sasuke muchos pasos atrás y Sai aun actuando como que él sabía que venía con Shin Haruno, Sakura bajaba las escaleras de la entrada con varios papeles debajo del brazo derecho. Cuando la pelirrosa divisó a ambos, bajó con más velocidad las escaleras y se acercó apretando las manos. Estaba nerviosa.

―Sai, te estaba buscando ―dijo Sakura con rapidez.

―Sí, lo sé ―dijo Sai acercándose a Sakura. La abrazó del cuello y la apegó a él con cariño. Sasuke se exaltó―. Yo también te extra-

Una mano le tomó del antebrazo y le apretó con fuerza obligándole a soltar a la pelirrosa. Volteó lento a ver a Sasuke sobre su hombro jalándole, con una expresión de fastidio más grande que la de Tsunade cuando le quitaban el alcohol.

Se alejó de Sakura y sonrió a Sasuke.

―Oh, Shin. Disculpa, no te recodaba aquí ―se burló. Sakura frunció el ceño a Sai.

Sasuke no supo que decir. Había actuado por impulso.

―Sai, hey ―llamó Sakura pero fue ignorada.

―Aunque, bueno, prefiero reconocerte más como Sasuke que como Shin.

Sasuke y Sakura se paralizaron en sus lugares.

El rostro de Sai se volvió sombrío. En un abrir y cerrar de ojos, Sai tomó a Sasuke del cuello y colocó un kunai contra su cuello presionando en la manzana de adán. Sasuke detuvo su respiración un segundo entendiendo qué pasaba, lo había tomado desprevenido.

― ¡Sai, suéltalo! ―-ordenó Sakura soltando las hojas y apretando los puños.

― ¿Qué hace Sasuke Uchiha en la aldea yendo libremente por la ciudad con Neji y Naoki? ―preguntó Sai a Sakura con seriedad― ¿¡Qué hace aquí?! ¡¿De nuevo sus sentimientos los traicionaron, eh, Sakura?!

Sakura apretó los dientes. No quería lastimar a Sai, pero por como se comportaba, estaba muy cerca de dejarse llevar y ponerle un alto. Estos ataques de reacción de él ocurrían mucho desde…

― ¡Sai! ―exclamó una mujer desde las escaleras―. ¡Suelta a ese chico!

Sai quedó frío en su lugar cuando Ino le dirigió la palabra desde las escaleras. Sasuke observó entonces como Sai quedaba indefenso ante él, pero frente a Ino no iba a evidenciarse. Seguía siendo Shin Haruno, así que debía ocultarse. Se alejó lentamente de Sai logrando que este le soltara sin quitarle la vista a la mujer rubia.

Una vez que se alejó, Sasuke miró a la mejor amiga de Sakura. A diferencia de la de su realidad, esta Ino se había cortado el cabello a la altura del hombro y aun así lo tenía recogido con pasadores a la base del cuello. El fleco seguía existiendo en el mismo lugar de siempre cubriendo su cara. Su ropa era ligeramente diferente, exceptuando únicamente en que la blusa era larga y cubría su cuerpo hasta perderse debajo de la larga falda que era la misma que él le conocía. Los ojos de Ino, por primera vez desde que Sasuke la conocía, estaban apagados y tristes aunque su emoción fuera enojo.

Ino bajó las escaleras con rapidez hacia ellos.

― ¿Estas bien, Shin? ―preguntó Ino con preocupación.

Sasuke asintió casi robóticamente.

―S-Sí. Todo bien.

Sai se alejó de ellos apenas Ino creó un círculo entre los cuatro. Sasuke le siguió con la mirada.

―Tengo que ver a Lord Hokage. Permiso ―dijo Sai sin dejar que nadie le dijera nada. Desapareció en un borrón tan rápido que Sasuke creía que había igualado su velocidad.

Ino soltó un suspiro y volvió su atención a Sasuke.

―Disculpa mi intromisión. Debía hacer algo antes de que se nos fuera de las manos ―comentó la rubia con calma―. Debes estar extrañado porque se me tu nombre, Sakura me dijo quién eras y que estabas en la aldea ―extendió la mano y se señaló con la palma sobre el pecho―. Soy Ino Yamanaka, estaré en la aldea un tiempo y me iré en pocos días por mi trabajo. Si necesitas algo puedes decírmelo, y cuando regreses a tu pueblo y necesites llevarte algo contigo, ten la confianza de buscarme para conseguirlo.

El negocio por delante, Ino-puerca, pensó Sakura con una sonrisa divertida.

―Gracias. Lo tendré en cuenta ―contestó Sasuke con una sonrisa.

Ino asintió y se volvió a Sakura.

―Tengo que irme a mi casa a clasificar el resto de las flores que pediste. Buscaré más de tus ingredientes para hacer el combustible, pero no te aseguro que aparezcan. Sabes que hay sequía donde los conseguimos, así que la producción está pasando por una etapa difícil ―comentó Ino poniendo sus manos en sus caderas.

―No te preocupes. Consigue lo que puedas, y si no hay más de los ingredientes, vuelve y crearemos un sustituto ―dijo Sakura en un tono bajo―. Habrá que buscar alternativas.

―Mejor prevenirnos, Sakura ―le dijo Ino―. Me voy, volveré mañana en la mañana para seguir con la investigación ―dio media vuelta y caminó a la salida moviendo la mano en el aire―. Nos vemos Sakura. ¡Fue un placer Shin!

Sasuke asintió en la dirección de Ino justo cuando Sakura se agachó a tomar los papeles que había dejado caer. Se volvió a verla y se agachó con ella tomando papeles con su única mano libre.

― ¿Sai debía saberlo? ―preguntó Sasuke con cautela. Sakura tomó unos papeles que él le tendió.

―Sí. Ya tenía planeado decírselo, es el único que nos puede ayudar con todo lo que ocurre con tu viaje a este tiempo ―contestó. Ambos se pusieron de pie, Sasuke tomando la mano de Sakura para ayudarle―. Sai es discreto y ha viajado mucho por el mundo en misiones especiales. Creo que tiene una mejor idea que cualquier otro sobre lo que le estamos por revelar.

Sasuke confió en sus palabras, después de todo ella lo conocía mejor que él.

―Si tú lo dices ―comentó.

Sakura torció la boca hacia Sasuke queriendo entender su comportamiento. Este Sasuke era muy… flexible.

― ¿A dónde fuiste con Neji? ―preguntó dándose la vuelta hacia las escaleras siendo seguida por el azabache.

―Ah… mi genjutsu fue una simple cobija para él. Se dio cuenta de inmediato quién soy.

Sakura se giró abruptamente en su lugar y le miró aterrada.

― ¡¿Él-

―Tranquila ―dijo Sasuke con rapidez tomándola de los hombros. Le dio una leve risa y la estrujó con poca fuerza―. Neji sabe todo y entiende. Estuvimos hablando mucho rato y está al tanto de mi situación. Me ocultará de todos y de Naoki. Podemos confiar en Neji.

El alma de Sakura volvió a su cuerpo no solo por la gran aclaración, sino por el extraño efecto tranquilizante que le generaron las manos de ese Sasuke sobre ella. Fue como si la entendiera, la conociera, y supiera que y en dónde dar verbal y físicamente para ponerla en un estado despreocupado. Un fugaz pensamiento cruzó su mente, sintiendo que la Sakura del tiempo de ese Sasuke, la aparente "Sakura real", estaba en buenas manos con ese Uchiha.

Asintió a Sasuke.

―Ahora hay que arreglar todo con Sai ―dijo Sasuke subiendo de nuevo los escalones y pasando de largo a Sakura―. Creo que tiene más preguntas que las que ya me venía haciendo.


En cuando Sakura anunció su llegada y ella y Sasuke cruzaron la puerta, Sasuke reparó desde el marco de la puerta la mirada paralizada de Sai sobre él.

Miró a Kakashi acusador y cerró la puerta con lentitud, intercalando su atención entre los tres en la oficina. Sakura ya estaba situada a la derecha de la oficina junto al escritorio de Kakashi mientras Sai estaba a la izquierda frente al escritorio. Kakashi, con las manos entrelazadas debajo de su barbilla y recargado en el escritorio, miraba a Sai con pena.

― ¿Qué pasa? ―preguntó Sasuke de inmediato.

Kakashi suspiró.

―Ya le he contado todo a Sai ―explicó el peliplata―. Todo. Sasu-

―Eres de otra realidad ―se apresuró a afirmar Sai. Parecía que intentaba creérselo―. Una donde Naruto está vivo.

Sasuke asintió titubeante. Las afirmaciones de ese tipo sólo llevaban al descontrol.

―Sai-

― ¿Yo estoy vivo en tu realidad? ―le interrumpió Sai acercándose un paso― ¿Trabajo en algo? ¿Sigo siendo ninja?

Sasuke retrocedió un paso.

―Sí. Tienes el mismo rango que aquí, sólo que trabajas dentro de la aldea y para Naruto.

―Naruto es Hokage ―afirmó con rapidez dando otro paso adelante y levantando las manos. La mirada de Sai casi parecía desquiciada―. Eso quiere decir que todos están bien, todos estamos bien ahí. Todos tenemos vidas diferentes, todos, ¿verdad? Siempre cambian las cosas en cualquier realidad con un pequeño factor alterado, son leyes, eso debe pasar, ¿sí pasa? ¿Pasa en tu realidad?

Sakura se preocupó al notar como Sai se removía cada vez más acercándose a Sasuke, como si deseara que mágicamente el Uchiha le teletransportara a esa realidad.

―Sí Sai, todo eso pasa ―le contestó Sasuke con calma. Quería transmitirle a Sai seguridad sobre sus dudas para tranquilizarlo, y no lo lograría apartándose los mismos pasos que el pálido se acercaba.

―Entonces ―Sai titubeó. La pregunta pasó a través de su garganta como una cura ardiente, un jarabe ácido, una medicina irritante―, entonces… ¿Te-Tengo familia?

Sasuke miró a Sai con una sonrisa de tristeza. Sai tembló.

―Sí. Estas casado con Ino y tienen un hijo. Inojin Yamanaka. Eres Sai Yamanaka y tu e Ino son las cabezas del clan.

Sai se derrumbó.