LA AUSENCIA ES RIESGOSA


―Podrías enfermarte ―contestó Sasuke parado junto a la manta en la que Urayashi estaba sentado.

Ambos se miraban, pero el niño miraba a Sasuke con más seriedad y molestia.

― ¡Pero quiero comer más! No sabía que la comida para humanos era taaaaaan rica ―comentó Urayashi abrazando el tazón de ramen ya vacío.

―Mira…

Sasuke se acercó a Urayashi y se sentó a su lado sobre la manta, cruzando las piernas y encorvándose un poco para estar a su nivel del rostro.

―Sakura va a hacer la cena más tarde, así que podrías esperar a saber lo que es una comida casera ―dijo sonriente. Urayashi le miró confundido.

― ¿Qué es una comida casera? ―preguntó el niño con confusión.

Sasuke apretó la boca e hizo una expresión cómica y exagerada fingiendo estar pensando la respuesta. Colocó su mano en su barbilla y miró a un lado.

― ¿Mmmmm? ―exclamó― Es una comida hecha en casa por alguien cercano a ti a quien quieres mucho y que también te quiere a ti. Esa clase de comidas se hacen con mucho amor.

― ¿Amor?, ¿es el sentimiento por el que se casan o lloran en los partos? ―preguntó Urayashi poniéndose de pie.

Sasuke abrió los ojos sorprendido e incómodo, encogiéndose en su lugar y poniendo una expresión sombría. La misma expresión que puso cuando Boruto le pidió los ejemplares del Icha Icha Tactics.

― ¿Sabes qué es un parto? ―preguntó Sasuke.

Urayashi asintió con ánimo y puso el plato de ramen junto a los demás que estaban vacíos a su lado. Volvió a su lugar frente a Sasuke y colocó sus manos detrás de su espalda dejando ver su rellenita barriga por la comida.

―Muchos Hyugas siempre han pensado que dar a luz frente a los que nos llaman "sus deidades" significa que la vida del bebé será prospera y siempre vigilada por nosotros ―explicó el niño con entusiasmo―. Aunque me gustaría decirles que no será así, me gusta ver a la gente feliz, así que me quedo callado.

Sasuke enarcó una ceja y apretó la boca en una sonrisa de conformismo. Los sentimientos del pequeño eran muy lindos e inocentes, pero aun así, Sasuke estaba algo conmocionado por la idea de que Urayashi entendiera todo el trabajo real detrás de un nacimiento.

Dejando pasar el tema, Sasuke se puso de pie ante Urayashi y le sonrió lo más calmado que pudo.

―Bien, me gusta como piensas ―dijo el azabache colocando su mano sobre su cadera―. Pero es hora de que vayamos de vuelta con Sakura, ella debe de estar ya en la casa esperándonos.

Urayashi asintió acercándose a los platos vacíos mientras la señora Shiseru les miraba desde las escaleras que ascendían al pueblo.


Con el té entre ellos, Kakashi, Sakura, Sai y Sasuke se sentaron frente a Urayashi, alumbrados todos con unas velas que pusieron alrededor del tatami que cubría el piso. No querían encender las luces, era entrada la madrugada y querían evitar la sospecha de la gente del pueblo sobre ellos. Además de que Sai aún estaba recostado habiendo apenas despertado después de la cena, así que tampoco querían bombardear al joven en sanación con luces deslumbrantes o ruidos estruendosos.

― ¿Puedes explicar… ―dijo Sasuke con voz temblorosa― lo que… acabas de decir?

Urayashi miró con pena al Uchiha. Haber abarcado los temas que ocurrirían con la existencia de Sasuke en ese mundo, siendo de otra línea temporal, había provocado que el equipo de la hoja tuviese una reacción tensa no hacia la realización de que tenían poco tiempo para acabar su misión, sino hacia la presencia de Sasuke detrás de todos.

―Creí que la tortuga te había dicho, papá Sasuke ―dijo Urayashi apenado y bajando la cabeza a sus manos juntas sobre sus rodillas.

― ¡Sabía que habría consecuencias! ―dijo Sasuke tratando de moderar su tono nervioso―. Pero en el futuro, ¡en el futuro soy yo, debería yo de cambiar!

―Es diferente ―explicó Urayashi con voz tenue. Tomó aire hondo y con fuerza antes de suspirar sonoramente y mirar hacia todos. Entonces habló con seriedad―. Los tiempos son diferentes, aunque encuentre su presencia en el exacto momento en el que desapareció, tú, Sasuke, no eres el Sasuke de esta realidad. En este momento están existiendo dos Sasukes con la misma edad e identidad en este espacio-tiempo, y una repetición presencial jamás es buena. Si ustedes se encuentran algún día, por ley, uno debe de morir, y es obligatorio que esa sentencia se cumpla en el momento exacto en el que sus vidas se crucen.

―Pero si uno de ellos muere y el otro se queda en su tiempo… ―empezó Sakura en un susurro mirando al piso.

Urayashi la miró de reojo.

―El otro debe morir también ―terminó Urayashi. Volvió su vista hacia Sasuke―. A partir de este momento estas empezando a morir en esta realidad. Tu cuerpo irá perdiendo su fuerza, dejará de trabajar, empezarás a sentirte cada vez más vacío, pero eso sólo pasará mientras no encuentres al otro Sasuke y lo mates. Pero, si lo haces, estas obligado a quedarte aquí, en esta realidad, ocupando su lugar, y tu realidad finalmente desaparecerá. Te transformarás lentamente en el Sasuke de esta realidad para ocupar su lugar como es debido a las circunstancias que ocurrieron en el pasado.

Sasuke mordió su lengua y apretó la boca mientras su brazo rodeaba su cintura apretándose en un abrazo propio.

―Sentirás como tu realidad deja de existir porque tú irás desapareciendo al mismo tiempo ―continuó Urayashi―. Y el tiempo de tu desaparición puede variar, porque, lo creas o no, en tu realidad ya saben que tu y Boruto han desaparecido. Los tiempos siguen corriendo, la única forma de cambiar todo el trayecto es volviendo en el tiempo. Pero aquí estas en el mismo momento en el que deberías estar en tu realidad, así que no habrá forma de revertir lo que pase aquí a menos que viajes al pasado.

―Pero, pero ―decía Sasuke trabado liberándose de su encerrada posición y caminando hacia el niño.

Sai miró con pena como la desesperación crecía dentro de Sasuke, sintiéndose inútil de no poder levantarse a detenerlo en su camino y reconfortarlo.

―Dices que si yo elimino al Sasuke de esta realidad yo me tengo que quedar a tomar su lugar ―decía Sasuke―. ¿No podría ser a la inversa? ¿No podría ser en mi realidad? ¡¿Salvar la mía?!

Urayashi se puso de pie y se paró recto frente a Sasuke. Debía ser directo para no dejar que la mente del azabache viajara en dudas.

―No. Todo está ocurriendo aquí, estás viviendo aquí. Todo debe ocurrir y solucionarse aquí ―respondió firme el niño―. Tu vida ya empezó a cambiar allá, tu vida empezó a desaparecer. Y dime, ¿realmente te gustaría que él tenga que matarte y tomar tu lugar? ¿Aunque, en teoría, renazcas en tu otro yo, crees que tú estarías viviendo tu vida?

La expresión de Sasuke fue devastadora. La tristeza y el miedo que inundaron su rostro se clavaron como estacas en el corazón de sus tres compañeros, impactados por ser la primera vez que presenciaban al Uchiha tan descompuesto.

― ¡Sas-

Las palabras de Sakura murieron detrás del portazo que dio el Uchiha al salir de la habitación dejando a todos helados.


Sakura fue guiada por los lastimeros sollozos en el balcón trasero, sollozos que buscaban ser silenciados por un brazo contra la boca. La espalda temblorosa de Sasuke se veía detrás del vidrio de la puerta, y su encorvada postura lo hacía más pequeño y vulnerable de lo que realmente era.

Sakura salió haciendo el menor ruido posible, aun así anunciando su presencia en el lugar, pero Sasuke no se detuvo.

El ambiente alrededor no era silencioso, el agua del lago sonaba porque había gente de la pesca trabajando. El aire estaba soplando, los árboles se movían y los arbustos recibían leves golpes del viento. Las luces en todos lados estaban apagadas, la penumbra que gobernaba el ambiente era aun así ligera porque la calma del pueblo durmiente era impresionante. Los tonos azules que Sakura alcanzaba a distinguir sobre las casas a los lados de donde se hospedaban, las calles entre las líneas de hogares, las cosas que la gente dejaba al descubierto como ropa colgada en tendederos o sus vehículos tales como bicicletas o carretas, eran tonos que la hacían resaltar con su vivo rosa de la ropa y el vibrante de su cabello. Pero a su derecha sólo podía distinguir a una temblorosa mancha oscura que rompía con el esquema de la calma.

Con expresión preocupada, se acercó por un lado y lo observó, con los ojos cerrados tratando de retener las lágrimas, pero sus dientes apretaban con fuerza el brazo en una firme mordida. Sakura podía jurar que la garganta la tenía lastimada por aguantar sus quejas, pero siempre había intentado ser un tipo duro. El rasgarse la respiración poco le importaba detrás de sus sentimientos, era débil ante ellos por mucho que todos quisieran negárselo. Y Sakura lo sabía mejor que nadie.

Colocó una mano sobre su espalda con suavidad e hizo círculos lentos mostrándole que estaba ahí para él, aunque ella sintiera que nada podía hacer.

―N-No ―decía Sasuke entre su llanto. Hipaba y el aire apenas le llegaba para hablar― ¡N-No qui-e-ro per-derlas!

Sakura se inclinó un poco hacia él y se relamió los labios antes de hablar con voz dulce.

― ¿Cómo?

Sasuke recostó su cabeza sobre el barandal y siguió llorando, asustado, preocupado. No podía describir nada de sus emociones siendo presa del miedo y el pánico. En ese momento no había nada que decir, solo Sakura podía presenciarle llorar mientras dentro de la casa podían escucharlo e imaginar la escena.

―A mi Sara-da ―dijo de nuevo mirándola apenas de reojo. Su sharingan deslumbró debajo de la oscuridad que los rodeaba y la que él mismo emanaba. El ojo destellaba por las gotas de sus lagrimas―. Y-a… a ti.


Se que es triste, pero había que aclararlo :'c

¡FELIZ Y PROSPERO AÑO NUEVO A TODOS! Espero la pasen súper genial y nos estaremos viendo en el siguiente capítulo continuando con las explicaciones :D

De nuevo, muchas gracias a todos por estar aquí y seguir con la historia.

¡FELICES FIESTAS!

Ana Kogane Holt