DEL TEATRO AL ENCUBRIMIENTO, ¿DÓNDE QUEDA EL AMOR?


Shikamaru pisó la rama más alta logrando darse vuelo para ver sobre las copas de los árboles, confirmando que el puente se encontraba cerca de su actual posición. Cinco minutos más andando y tendrían de frente el acantilado que dividía una zona del País del Fuego.

A su derecha estaba Choza Akimichi, siguiéndole el paso tan rápido como podía. Era un señor grande ahora, pero agradecía que sus mejores años de ninja le habían regalado algo de agilidad en su retiro.

"Shikamaru, Choza, irán por el primer objetivo: El Jarrón de los Sellos Lunares ―dijo Sasuke―. Es un objeto valioso, no almacena nada más que chakras puros, estos de Otsutsukis que murieron siendo bebés y niños menores de cinco años. Almas inocentes, ahí cuida del chakra de esos niños para que sean protegidos en su descanso. Almacena mucho chakra, lo necesitamos en nuestro poder. Será fácil llegar a él, conseguirlo es otro asunto."

―No conozco el acantilado, pero según el mapa, el fondo es un río ―explicó Shikamaru a Choza―. Inicia aquí, cruza el País de la Hierba y llega poco antes del País de la Tierra. Es un río muy importante para la vegetación de la Aldea Oculta de la Hierba, así que hay que cuidar no dejar desechos o algo que pueda contaminarlo.

Choza asintió.

―Para bajar tendremos que ingeniárnosla ―dijo Shikamaru―. Hasta donde me informaron, el acantilado es completamente liso. No hay niveles, no hay piedras sueltas, entonces nos costará llegar abajo. No se tampoco qué tan profundo es el río, por lo que habrá que caminar sobre el agua con precaución.

― ¿Qué tanta libertad podemos darnos para tratar de obtener el jarrón? ―preguntó Choza― Entiendo que, aunque son nuestras tierras, tenemos una restricción de trabajo en el área.

Shikamaru miró hacia al piso debajo de ellos debatiendo seriamente qué podían hacer.

Aunque no estaba directamente relacionado con los aspectos del gobierno de Kakashi y cómo afectarían públicamente a la aldea, sabía, gracias a su rango ninja, que muchas precauciones fueron implementadas inclusive dentro del territorio de la Aldea de la Hoja, con el fin de evitar malas miradas de los visitantes. Malas miradas que muchas veces trajeron problemas graves al país, y prefería darse el lujo de evitarlas e ignorarlas mientras se encontraba en hora laboral.

―Hasta donde sé, mucha gente protege esas aguas, así que lo mínimo es la precaución que ya comentamos ―contestó mirando al frente―. Hasta que recibamos otra orden de Sasuke, nuestro objetivo debe obtenerse de forma impecable.


"No hay muchas posibilidades de pasar desapercibido en la Aldea de la Arena, menos para ninjas de la hoja. Sé que causará más sospecha que la embajadora esté ahí, pero eres nuestra única opción confiable―dijo Sasuke mirando a Temari―. No es una misión de recuperación, me gustaría que pusieras más vigilancia en su lugar ―. Sasuke señaló el punto en el mapa―. A donde vas a ir le llaman "Cuenco escondido". Es un pequeño lago con la forma de su nombre. Está cubierto por una extraña zona boscosa que tienen en el País del Viento. Según Urayashi, ese lago tiene propiedades curativas que solamente sirven a los Otsuktsuki, por lo que aunque no nos dé ningún beneficio, creo que nos dará una ventaja sobre Urayashi si le impedimos llegar a él."

Temari observó con sorpresa que el lugar que Sasuke había mencionado, efectivamente, estaba rodeado de una extensa área de bosque de árboles altos pero poco frondosos. No había palmeras ni arbustos, pero era lo suficientemente frondoso como para tapar al interior de este donde, se suponía, debía encontrar la pequeña caverna donde estaba el lago.

Pero antes de poder siquiera irle a buscar, ella debía pasar a un asunto más importante.

― ¡Lee! ―llamó dando media vuelta.

Rock Lee se acercó a ella a paso rápido mientras veía hacia el bosque.

―Dígame, señorita Temari ―dijo Lee con seriedad.

―Tendré que pedirte que te quedes aquí a vigilar el bosque mientras atiendo el otro tema ―le dijo mientras se daba la vuelta y comenzaba su caminata a otro destino.

Lee la observó algo consternado por la decisión, pero no podía decirle nada sabiendo que ella tenía el mando de la misión en esa parte del mundo.

―Cualquier cosa, mándame un águila. Dudo que tengas señal de teléfono ―se burló.

Lee sacó su aparato celular y encendió la pantalla, notando que la rubia estaba en lo correcto. Con una mueca, se dio cuenta de que el juego que Neji y él recientemente habían descargado, no iba a funcionar sin internet.

―Bien ―bufó.


"Probablemente sea el objetivo más difícil, pero es por eso que te elegí a ti ―dijo Sasuke mirando a Ibiki―. Tsunade y Yamato irán contigo. No se arriesguen si hay peligros alrededor. Conseguir los restos de Zetsu siempre ha dado problemas".

Ibiki le daba todo el crédito a Sasuke de la información que le había brindado. Aunque ambos mundos distaban de ser iguales tanto por eventos como por personas, la ubicación de la cueva donde se registraba el mayor número de apariciones de Zetsu, estaba exactamente en el lugar que Sasuke había señalado, con la única diferencia de que no era resguardada por las fuerzas de policía de Konoha. Policía que, ciertamente, Ibiki no imaginaba cómo funcionaba en el actual mundo ninja de Sasuke, tomando en cuenta que en el pasado era lugar de los Uchiha y ahora era comandado por alguien más.

―Quisiera ponerlo en duda, pero todo lo que nos ha dado es real ―comentó Tsunade acercándose a Ibiki―. Debemos apresurarnos aquí si queremos alcanzarlos a tiempo para cuando lleguen con el Raikage.

Ambos miraron a la falda del acantilado, donde unos metros adelante se lograba ver un gran agujero de cueva que los llevaría a un subterráneo abandonado del País del Fuego. Antes habían implementado un sistema de excavación para extraer minerales, pero ese proyecto había estado abandonado desde hacía bastantes años porque la directora del proyecto había renunciado.

―Hay que proceder con cautela, Lady Tsunade ―dijo Yamato acercándose a ambos―. Por lo que nos dijo Sasuke, esta área tiene registros de Zetsu en formas mutadas que no se vieron en la guerra. Formas más peligrosas.

―Formadas de un efecto secundario que se incubó por años bajo tierra ―explicó Tsunade―. No voy a decir que sé de qué hablaba Sasuke, pero puedo imaginarlo. Después de todo, las células de mi abuelo estuvieron involucradas en algún punto de la creación de Zetsu.


"La recolección de la información es importante. Lo que tengo apenas sirve. Es por eso que Kiba, Shizune ―les llamó Sasuke atrayendo su atención―, harán una infiltración. La Aldea Oculta de las Fuentes Termales. Fue un campo de batalla durante la Cuarta Guerra Mundial Shinobi. Aunque se reconstruyeron, muchas cosas fueron ocultas por los habitantes de dicha aldea. Hay que recuperar toda la información robada, pero para ello tendrán que establecerse un par de días ahí e informarse de todos los aspectos de esa aldea. Tienen que fingir que buscan establecerse ahí."

Kiba le sonrió a la mujer detrás de la recepción cuando ella les pidió paciencia mientras preparaban la habitación.

El edificio era de madera, algunas puertas eran de tela, el piso estaba cubierto de tatami una vez que se llegaba a la zona se habitaciones en los pasillos a cada lado de la recepción, y al fondo de cada pasillo había escaleras que los conducían al segundo piso de habitaciones.

Las paredes tenían pocos cuadros decorativos, pero eran lo suficientemente grandes como para mostrar una imagen amigable de la sala de espera y la recepción. Shizune estaba sentada en la sala de espera mirando hacia donde sus ojos captaban una nueva decoración, encantada con que la aldea había retomado su curso de ser una parada turística.

― ¿Va a querer cuartos separados? ―preguntó la recepcionista.

Kiba le miró atento.

―Sí. Mi tía y yo queremos privacidad ―explicó Kiba con una sonrisa astuta.

Aunque Kiba fuese alguien que actuara descontrolado en ocasiones, había demostrado, con el paso de los años, que era muy ágil persuadiendo a la gente, lo que ocupaban en las misiones del estilo que estaba tomando ahora. Su actitud era suficiente para que muchos perdieran el interés en ahondar en su vida privada, la gente quedaba rápidamente encantada por las historias que Kiba se sacaba de la manga y el cómo creaba ambientes fiesteros en pocos segundos.

Así fue como obtuvo reconocimiento en Konoha, logrando cumplir muchas de sus misiones con su sorprendente poder verbal.

― ¿Y están de paso? ―preguntó la joven recepcionista con genuino interés.

Shizune se puso de pie y caminó hacia ambos con una sonrisa maternal.

―Buscamos a donde mudarnos ―explicó con un tono tranquilo―. Estamos visitando aldeas para ver cuál nos agrada más.

―Oh, ya veo ―contestó la chica con una ligera risa―. Pues espero realmente le guste nuestra aldea. Somos un pueblo pacífico y nos gusta mucho recibir invitados. ¡No se decepcionará!

El entusiasmo de la chica era genuino, Kiba lo percibió por su forma tan abierta e inocente de moverse. De ser lo contrario, sus sentidos actuarían. Los Inuzuka eran muy perceptibles.


― ¿Es tiempo suficiente? ―preguntó Hiashi mirando a Sasuke.

Sasuke se volvió sobre su lugar sin apartar la pierna que recargaba sobre una rama alta del árbol a su lado. Miró al hombre y asintió.

―Cuatro días desde que empezó la misión. Temari ya debe estar en Sunagakure. Shikamaru y Choza en el puente. Kiba y Shizune deben estarse registrando en el hotel si no es que ya lo hicieron. Y Tsunade e Ibiki ya deben haber planeado algo para explorar las cuevas con la información que les di ―contestó Sasuke con seriedad. Se alejó de la rama y caminó hacia el grupo―. Nosotros estaremos aquí en el país esta noche para partir mañana temprano hacia la Aldea Escondida entre las Nubes.

―El País del Rayo ―comentó Neji cruzado de brazos y mirando al piso. Movió su vista hacia Sasuke―. ¿Por qué nosotros te acompañamos allá? El Hyuga es uno de los clanes que no es recibido con brazos abiertos en ese lugar.

―Así como son de los clanes menos deseados, son de los más temidos y respetados ―explicó Sasuke caminando hacia él―. Igual que con los Uchiha, por mucho que nos insulten, nos temen. Porque saben que tenemos tanto poder que jamás igualarán. Aunque tengan el rango más alto entre los ninjas, aunque sean kages con años de experiencia, por muchas guerras que hayan pasado, jamás igualarán nuestro poder por el simple hecho de ser un clan. Los clanes incuban poder, conocimientos, y mejoran. El resto de los ninjas deben aprender sobre la marcha a hacerse poderosos y superarse. Pero eso queda con ellos, poco se hereda. Y por ello le temen a los clanes.

Neji arqueó una ceja pensando en sus palabras. No había meditado jamás en el peso que tenía la idea de un clan sobre el mundo ninja. Sabía el peso del apellido sobre una persona, pero no imaginaba el impacto sobre los que lo rodeaban.

Sakura miró a ambos desde el suelo, sentada a un lado de Urayashi quien le contaba cosas aleatorias sobre flores, comida, o cosas que había visto en otras realidades como la de Sasuke, aunque eran cosas irrelevantes.

―Solo he conocido a una persona que ha podido poner cualquier poder por debajo de él sin necesidad de ser de un clan con una habilidad de temer, y ese es Naruto. Pero es otro caso, por eso tengo la certeza de que la presencia de ustedes dos es, por muy lejos, una desventaja ―explicó Sasuke. Colocó su mano sobre la cadera y cerró los ojos―. Además de que en la guerra los Hyuga fueron una parte muy importante, así que les deben algo de reconocimiento y respeto.

Hiashi se encogió de hombros.

―Un representante con poder en la política de Konoha era lo que necesitabas, ¿no es así? ―preguntó Hiashi a Sasuke― Por eso vine.

Sasuke retrocedió en sus pasos y se acercó hacia un espacio de raíces poco alejadas de Sakura, sentándose con poca dificultad cruzando las piernas debajo de él. Neji se acercó hacia el árbol más cercano a él y se recargó en este, mirando hacia su tío y escuchando la conversación con atención.

Aunque él no tenía voz ni voto en la misión una vez que llegaran al País del Rayo, asignado como guardaespaldas de Hiashi, mientras estuvieran en camino a la Aldea de la Nube, Neji era solo su sobrino. Además, su tío aun podía defenderse demasiado bien, así que no le preocupaba mucho el alejarse de él en batalla si fuese necesario.

―No podíamos sacar a Kakashi, y las cabezas de los clanes siempre han tenido un impresionante historial de participación en las decisiones políticas ―explicó Sasuke―. Eres fundamental en la aldea, eres fundamental en la misión. No le traje de adorno.

Neji sonrió divertido por la forma en la que Sasuke se dirigía a Hiashi. Aunque, personalmente, no era muy fan de los tratos personales con sus superiores, que a Sasuke le valiera este "estatus" era entretenido de ver, pues aunque mantuviera un respeto en sus palabras, claramente poco le importaba mantener algo parecido al nivel de temor o adoración que la gente solía tener por los altos rangos. Era como jugar a su suerte con la autoridad.

― ¿Vamos a acampar? ―preguntó Urayashi con una sonrisa emocionada.

Todos le miraron al instante cambiando sus semblantes de serios a sonrientes e interesados. No importaba que tuviese un conocimiento y edades infinitos, Urayashi seguía siendo un niño.

―Así es ―contestó Sasuke.

―Papá Sasuke, ¿armaremos casas de campaña o dormiremos al aire libre? ―preguntó poniéndose sobre sus rodillas y echando su torso sobre los muslos de Sakura, dejando que esta le palmeara la espalda con cariño.

―Dependerá del clima. Creo que lo mejor sería dormir al aire libre. Al final no es temporada de lluvias, así que dudo que tengamos necesidad de usar las casas de campaña hasta que lleguemos al País del Rayo ―explicó.

―Muy bien ―aceptó el niño con un exagerado asentimiento de cabeza―. ¿Vamos a recolectar agua?

Sasuke sonrió y suspiró divertido. Se puso de pie y caminó hacia las pequeñas maletas que habían traído con objetos para el viaje, tomando las cantimploras que colgaban amarradas a las bolsas laterales.

Neji había sugerido que cargaran con varias de ellas por la presencia de Urayashi en el equipo. Era un niño, y aunque no fuera como… uno humano, las necesidades de él eran igual de inoportunas que las de cualquier otro, así que, siguiendo el consejo del joven padre, Sasuke cargó con tantas cantimploras como pudo.

Y haciendo honor a su conocimiento paternal, Neji había atinado a su consejo, pues Urayashi pidió agua cada treinta minutos de caminata. Los demás podían aguantar grandes tramos sin beber un sorbo gracias a su condición ninja, así que tuvieron agua de sobra para el pequeño.

―Sakura, ¿me acompañas por agua? ―preguntó Sasuke. Se volteó en su lugar y miró hacia la pelirrosa y el niño―. Urayashi, quédate aquí con Neji.

Urayashi asintió haciendo un puchero.

―Yo quería ir por el agua ―murmuró molesto.

Neji le sonrió.

― ¿De verdad? ―preguntó con diversión― Creí que querías seguir escuchando acerca de los Hyuga. Pero si no deseas hacerlo más…

Urayashi miró con los ojos abiertos completamente hacia Neji, en segundos atraído por el tema que no habían terminado de platicar. Realmente había mucha historia que aun quería saber.

― ¡SÍ SÍ SÍ! ―gritó el niño poniéndose de pie de su posición en Sakura y salió corriendo hacia donde Neji estaba sentándose― ¡CUENTAME MÁS DE USTEDES!


―Es un niño muy curioso ―comentó Sakura sacando la tercera cantimplora que llenaba de la cascada más cercana que habían encontrado.

Hincada delante del pequeño lago que se hacía frente a la cascada, con cinco cantimploras recargadas en su muslo, ella observaba atenta su tarea con Sasuke parado a su lado. Él estaba entretenido recogiendo el agua directamente de un pequeño chorro que saltaba aparte de la caída de la cascada, disfrutando el tacto de la velocidad de esta en su viaje hacia su brazo.

El lugar era pequeño pero lo suficientemente amplio como para apreciar algunas zonas que lo rodeaban.

Estaba la cascada que era realmente corta, con una elevación de apenas seis metros de alto y cuatro de ancho. La piedra que estaba detrás de ella y la rodeaba un metro a su alrededor era gris, y la vegetación la cubría levemente con flores y pequeños trozos de pasto. Los árboles no daban chance a que se hiciera una gran área de descanso a su alrededor, por lo que las raíces llegaban al lago del cual se alimentaban. Pocas flores eran visibles, pero eran grandes y de color violeta claro, y aparecían en grupos de tres cada pocos metros unas de otras.

Sakura miró hacia las que estaban a los pies de Sasuke, con este evitando pisarlas mientras ponía las cantimploras en el piso detrás de las flores.

―Demasiado curioso, pero me recuerda a Sarada ―explicó Sasuke con una sonrisa nostálgica―. Le gusta saber todo. Absolutamente todo.

―Suena como una chica demasiado informada ―comentó Sakura volteando a verlo―. ¿Qué le gusta saber? ¿Cuáles son sus temas preferidos?

―Pues… ―dijo Sasuke pensativo―, ham. No lo sé, si soy sincero ―se encogió de hombros―. Desafortunadamente no estuve en la infancia de Sarada, y ahora que he estado más seguido en la aldea, ella y yo no convivimos lo suficiente para saber qué es lo que le gusta.

Sakura enarcó una ceja confundida. Hasta ese momento, el Sasuke de la otra realidad le parecía alguien tan preocupado por su vida familiar y social, por sus círculos afectivos, que se le hacía extraño que dijera que, con quien menos contacto tenía, era su hija.

―Pero sí se algo, y es que Sarada, por muy madura que sea, sigue siendo una niña que cree tener derecho de saberlo todo ―explicó Sasuke con una sonrisa divertida.

Se movió desde donde tomaba el agua y caminó hacia Sakura, sentándose con las piernas cruzadas mientras cerraba las cantimploras llenas de agua.

― ¿Por qué lo dices? ¿Te ha exigido información? ―preguntó Sakura realmente interesada.

Sasuke asintió y la miró mientras recordaba aquel suceso.

―Como yo no había visto a Sarada desde que era niña, ella se tomó la libertad de ir a buscarme siguiendo a Naruto cuando él y yo nos íbamos a encontrar para un reporte de misión. Pero ella encontró en la casa una foto mía antigua de cuando estaba con Taka, así que asumió que Karin era algo como mi amante o que era su verdadera madre ―se encogió de hombros―. Lo creyó porque tienen los mismos lentes. Sarada nació en el bosque, y Karin fue quien nos ayudó con el proceso de parto, por eso le regaló ese par apenas se enteró de que tenía problemas de visión. Karin es como la madrina de Sarada.

Sakura abrió los ojos sorprendida.

Un tema que aún no había tocado con Sasuke, y dudaba si debía de ponerlo sobre la mesa, era el actual paradero de sus antiguos amigos. No era algo que, particularmente, a ella le afectara o importara, pero se imaginaba que no le gustaría el resultado de sus acciones en esta actualidad si hablaba por el lado de los que fueron sus aliados en la época de vengador. Si bien no eran muchos, los pocos aliados leales de Sasuke tampoco habían apoyado mucho la firme decisión del azabache de eliminar a Naruto, pues aun antes de la guerra, ya se corría el rumor de que Naruto era el ninja que se convertiría en el salvador del mundo.

Su muerte a manos del rubio no fue decepcionante para el mundo, todos estaban apenados de lo ocurrido. Fue decepcionante para los aliados de Sasuke, quienes jamás imaginaron acompañar al joven a cometer una de las locuras más grandes de aquel momento.

― ¿Te molestó con ello? ―preguntó Sara volviendo a su mente y prestándole atención a Sasuke.

―No, solamente me exigió que le dijera si Karin era algo nuestro, refiriéndose a Sarada y a mí ―contestó Sasuke con calma―. Creía que Sakura no era su verdadera madre. Pasamos por toda una travesía para que ella viera lo conectados que estamos yo y su madre. Ella cree que no amo a Sakura, pero no es mi prioridad hacérselo creer. Es una niña, es normal que piense en cosas así cuando su padre no está en casa ―estiró las piernas delante de él y miró hacia el pequeño lago de la cascada―. Pero sé que comenzará a entender las muestras de amor de nuestra familia conforme pase el tiempo. No somos una familia convencional y aún nos falta aprender demasiado entre nosotros y de nosotros. Después de todo somos Uchihas.

Sakura enarcó una ceja divertida e inclinó la cabeza a un lado.

―Después de todo son Uchihcas ―susurró Sakura.

Sasuke la observó con poca atención. Últimamente, desde que habían partido, ambos habían estado tratándose superficialmente en cuanto a temas más personales, pero lo poco que habían hablado había sido realmente informativo.

Hasta donde ella le había dicho, su vida actual, aunque no fuera diferente a la vida ninja, era más reservada.

Sakura vivía sola, hacía tiempo que su padre habría fallecido y su madre estaba como habitante del hospital, tanto por su edad como las enfermedades que la aquejaban por esos años de vida. Sakura estaba constantemente en el hospital aunque ya no trabajara de doctora, siempre atenta a su única familia.

No le pidió detalles de su trabajo como kunoichi, no le interesaba. Más le aterraba saber qué había hecho, no porque fuese un mal trabajo, realmente no lo era. Las kunoichis eran ninjas que hacían el uso de lo más arriesgado para cumplir su misión, que era entregar sus cuerpos como un arma, por ello eran tan admiradas. Pero Sasuke no quería saber qué había detrás de su trabajo porque… pues… celos. Mejor se los ahorraba para los que andaban de coquetos con la Sakura de su realidad.

Regresando al nuevo registro que él tenía de la Sakura frente a él, ella había laborado poco tiempo de médico ninja, fue apoyo en dos proyectos de la aldea y luego tomó oficialmente su lugar de kunoichi. Kakashi, Sai y ella trabajaron juntos un tiempo en apoyo a las demás aldeas, y Sakura había logrado algunos buenos enlaces faltantes con la Aldea de la Arena; pero cuando comenzaron los problemas políticos entre las aldeas, tuvieron que limitar sus movimientos dentro de otros países para protegerse. La Aldea de la Arena no había cambiado su fuerte convivencia y alianza con Konoha, pero sí habían tenido que acordar un encuentro escaso para que las demás aldeas no sospecharan de ellos o fueran informados de falsas noticias, esto debido a que muchas veces se divulgó por el mundo ninja que Konoha se preparaba para empezar una guerra y conquistar a las demás, y en ese rumor se difundía que Sunagakure era una aliada para la gran invasión. Gaara y Kakashi tuvieron que convocar a una junta con todos los gobernantes del mundo, absolutamente todos, y se televisó el anuncio en el que ambos afirmaban no tener nada que ver con el rumor y que no se planeaba invasión alguna. Lastimosamente, Kakashi tuvo que hacer uso de la memoria de Naruto para afirmar que la aldea quería preservar el pensamiento del difunto ninja, negándose rotundamente a entrar en otra guerra que le quitara la vida a inocentes y grandes ninjas que solo trabajan por la paz del mundo.

Sakura participó en un grupo seleccionado de ninjas que tuvieron que asentarse en otras aldeas para reforzar alianzas, pero poco pudieron hacer en realidad. Ya había una herida abierta en todos, no había forma de cerrarla, así que en contra de todo, Kakashi retiró los esfuerzos de mantener amistad con los vecinos y prefirió proteger su aldea de malicias que se generaban de los chismes.

Poco después, Sakura comenzó a participar en el área de interrogatorios para la misión de captura de Sasuke Uchiha. No tenía permitido trabajar directamente en el área de búsqueda y captura, esto debido a su historial con el azabache perdido, pero ella se había conformado con hacer las preguntas a los sospechosos. No le quitaba su tiempo de trabajo en las misiones fuera de la aldea y le ayudaba como desahogo darles un par de golpes a los detenidos. Sacarles información se había vuelto uno de sus mejores pasatiempos.

― ¿Y te importaría decirme porqué dejaste de ser ninja médico? ―preguntó Sasuke con intriga.

Sakura le miró de reojo con seriedad, sus ojos perdieron brillo y apretó la boca-

―No, realmente. Pero preferiría contártelo cuando estemos en la aldea ―contestó con voz baja.

Sasuke aceptó la respuesta pues no estaba en ninguna posición de exigirle información. Aunque realmente le interesaba saber por qué Sakura había dejado las fuerzas médicas, sabiendo de antemano que era una de sus grandes pasiones desde que eran niños.

― ¿Cómo es que te mantienes comunicada con Ino? ―preguntó Sasuke con real curiosidad. La expresión de Sakura cambió cuando volteó a verlo― Me refiero a que todos en esta realidad parecen no soportarse unos a otros, y con trabajo he visto que interactúen amistosamente. Que tú e Ino se mantengan siendo amigas como antes es… un alivio, ciertamente.

Sakura sonrió cuando él suspiró, percibiendo lo calmado que sonaba con ese hecho.

―En un principio Ino no me abandonó ―comenzó a contar, volteando su mirada hacia la cascada―. Cuando ocurrió lo de Naruto y tú, yo no pude soportar la idea de los acontecimientos, que fuesen reales. Me aislé, dejé de trabajar, no salía para nada. Tuve una depresión muy fuerte. Ino jamás me dejó.

Se apoyó sobre su costado y giró su cuerpo hacia Sasuke, ahora mirándolo a él.

―Yo ni siquiera recibía a mis padres en mi casa, ni a Kakashi-sensei, ni a Sai o siquiera a Hinata, porque ella fue mucho a buscarme ―su voz bajó de volumen. Sasuke enfocó su mirada en las arrugas de la expresión reflejada en su frente―. Ino entró a la fuerza a mi casa, sin preguntar ni hacer comentario alguno. Se quedaba ahí día y noche, me preparaba comida, se sentaba a platicarme cosas, aplicó algunas terapias para que me tranquilizara. Me hizo algo como una rehabilitación, pero muy personal, pues ella sabe cómo soy y qué tanto me afecta las emociones. Ella me reintegró al mundo poco a poco, llevándome con ella a lugares en la aldea, paseábamos, hacíamos compras, a veces íbamos con Sai a hacer algunos mandados, o trabajamos en proyectos hasta que abandoné oficialmente las fuerzas médicas. Luego de ello, Ino me ayudó a integrarme al rango oficial de kunoichi aunque ella no estuviera muy de acuerdo, pero entendió lo que yo quería hacer y me dejó y apoyó. Ella me hace los chequeos médicos y me cuida cada que vuelvo de una misión. O, bueno, lo hacía hasta que se fue de la aldea.

― ¿Por qué se fue? ―preguntó Sasuke con incertidumbre, encogiéndose de hombros― Me contaron levemente los motivos, pero sé que tú sabes la historia desde un enfoque más personal.

Sakura torció la boca.

―La madre de Ino se fue cuando se enteró de que su esposo murió en la guerra, así que Ino se quedó con la florería y su trabajo ninja. Cuando se casó con Sai, ambos no planeaban embarazarse. Aun había secuelas de pequeñas guerras por la Guerra Ninja, así que ambos decidieron esperar. Pero al año ya estaban embarazados ―ella suspiró. A Sasuke no le gustó eso―. Yo traté de estar lo más que pude con ella, porque aún tenía misiones fuera, así que cada que volvía iba a ver su estado y en ocasiones la acompañaba a los chequeos. Cuando llegó el día del nacimiento, Ino y Sai estaban solos en la aldea, todos estábamos de misión. Absolutamente toda la generación estaba fuera de la aldea, así que solo tenían a Kakashi, Yamato, Tsunade y Shizune. Ellos eran los únicos en la aldea para acompañarlos en el nacimiento del bebé.

― ¿Y ya sabían de la situación del bebé en el momento del nacimiento? ―preguntó Sasuke. Ella negó con la cabeza.

―El último chequeo del bebé fue normal, todo se veía bien ―contestó Sakura.

Levantó la cabeza y miró a ambos lados en el bosque. Sasuke supuso que ella estaba alerta, buscando que nadie estuviera husmeando en su plática.

―No hay nadie ―le dijo Sasuke provocando que ella volteara a verlo de golpe―. Estamos solos, no hay más gente aquí.

Sakura asintió y se enderezó sobre sus rodillas, caminando sobre ellas un par de pasos hacia Sasuke. Cuando estuvo a poco de rozar sus pies, ella se detuvo y se hincó correctamente, inclinándose sobre su torso hacia el frente para hablar, de alguna forma, "en privado".

―Lo que te voy a contar no puedes decírselo a nadie. Ni siquiera a Sai ―dijo con firmeza. Sasuke enarcó una ceja y bajó la cabeza con incertidumbre.

― ¿Por qué? ―preguntó frunciendo las cejas.

―Nadie más que Ino, Tsunade, Shizune y yo sabemos esto ―susurró.

―Sakura ―dijo Sasuke con un tono acusador―, si no confías en mí, no me cuentes algo tan personal.

Sakura le miró fijamente a los ojos tras su comentario.

Ella lo sabía, él era completamente sincero en todo momento desde que llegó, y sus interacciones le habían dado bastante credibilidad a su lealtad a la pequeña alianza que tenían. Así que ella no veía nada para desconfiar o hacerle creer ello. De hecho se había abierto a él más de lo que había hecho en mucho tiempo con cualquiera que conocía.

―Confío en ti ―afirmó segura. Sasuke abrió los ojos sorprendido―. Escucha, percibí hace mucho tiempo cuán importante es para ti los cambios que se generaron de tu realidad a esta, y tampoco has hecho algo que sea motivo de desconfianza mía o de Kakashi. Y como sé que tenemos poco tiempo para conocernos, quiero contarte todo.

Las razones estaban de más, Sasuke lo sabía. El motivo era tan simple: ambos se encontraban enfrentando a una persona que jamás creyeron ver en sus vidas. Una Sakura destruida y un Sasuke reformado. Era mejor saberlo todo antes de perder la oportunidad.

―El cordón umbilical se enredó en el cuello del bebé a pocos días de su nacimiento. El parto estaba programado, así que Ino y Sai fueron al hospital para que les ayudaran, pero no había contracciones. Tsunade determinó que el bebé debía de ser sacado cuanto antes ―explicó Sakura―. Era situación de emergencia, y cuando Tsunade le informó a Ino el motivo de muerte del bebé, ella le pidió que no le dijeran a Sai porqué murió su hijo. Tan solo que fuera informado de que el bebé no lo había logrado. Sai se quedó con esa información.

Sasuke frunció el ceño confundido. Entendía bastante que era esencial que los padres fueran informados completamente de cada cosa ocurrida durante el embarazo y el parto, esto para descartar motivos si es que el bebé nacía con complicaciones no previstas. Era una ley médica dar todos los detalles, Sakura lo recalcó mucho cuando le platicaba que asistía a partos riesgosos o de emergencia.

― ¿Por qué no le dijeron a Sai? ―preguntó Sasuke con un tono… extraño.

Sakura le evaluó sin moverse, asimilando la molestia que había expresado con sus palabras.

―Ino se espantó ―contestó en un susurro. Miró hacia la cascada y soltó un fuerte suspiro―. Supongo que en ese momento ella se bloqueó, porque se culpó de la muerte del bebé. Dijo que si ella hubiera estado en reposo todo el tiempo, que si no se hubiera movido o dormido en cualquier posición, probablemente el bebé hubiese estado vivo. Ella creyó que Sai la culparía, y también se sentía culpable de "haberle quitado su hijo a Sai" ―recalcó lo último haciendo el énfasis de las comillas usando las manos.

― ¿Y no intentaste hacerle entrar en razón? ―preguntó Sasuke sorprendido.

―Lo intenté muchas veces ―dijo ella sonriendo con pena―, pero somos cabeza dura. Y cuando se trata de temas paternales, es muy diferente el impacto. Más cuando el bebé que, por naturaleza, se supone que está a salvo dentro de y con su madre, muere precisamente en esa condición. Por eso entiendo que Ino se haya culpado.

Sasuke negó apenado ante esta revelación. Sai, el Sai de esa realidad, se mostraba tan rendido ante la idea de haber perdido a su bebé, completamente convencido de que el resultado después del suceso era culpa de los dos en ese matrimonio, cuando realmente ambos sufrían culparse a ellos mismos. Puede que no se abriera tanto al tema, pero Sasuke había entendido a simple vista lo que los ojos de Sai expresaban, y esa tristeza no se le iba a despejar jamás de la mirada.

―Lamento todo esto ―dijo Sasuke en voz baja―. En mi realidad, Ino y Sai están casados y tienen un hijo. Inojin, un niño con piel pálida como su padre, cabello rubio como su madre y ojos claros. Es un poco insolente e irreverente, igual que Sai, pero no lo hace de mala intención.

Sakura sonrió imaginándose a ese niño. En esencia era como imaginaba que hubiese sido el bebé si hubiera vivido, y eso, de alguna forma, le aliviaba la carga del secreto.

―Son situaciones que a todos nos han llevado a distanciarnos y perder el sentido que tenía ser los Once de Konoha ―dijo Sakura en un murmuro―. Éramos una familia. Ahora no somos nada.

Sasuke pasó saliva con dificultad.


― ¡Ohara! ―llamó Naoki con un grito caminando a través del pasillo hacia el comedor― ¡La comida esta lista, baja ya!

Dando brincos por las escaleras, la niña bajó del segundo piso hacia el primero para encontrarse con su primo. Naoki miró a la pequeña correr hacia él ansiosa por la comida, pues era bien sabido que Naoki cocinaba muy bien. Muchas veces se encargó de hacer grandes comidas para sus equipos en las misiones, y también organizó algunos menús para reuniones o cumpleaños de gente cercana a él. Fama no le faltaba.

― ¡YUPI! Ya tenía mucha hambre ―dijo Ohara brincando hacia una silla en la mesa dentro de la cocina.

Naoki sonrió mirando a la niña.

Era una pequeña de menos de diez años, con cabello rubio oscuro sujetado en dos coletas altas, piel blanca y ojos negros como los de su padre. Era de estatura pequeña y regordeta, pero era simplemente su complexión de infante. Era una niña extrañamente muy activa, siendo un contraste notable de sus serios y tranquilos padres. Ella era la pequeña alegría de la familia.

Naoki estaba a cargo de ella hasta que sus padres volvieran de la misión de Shin, por lo que tuvo que rechazar las misiones que vinieran en ese tiempo para poder quedarse en la aldea con Ohara; así que estaba aprovechando el tiempo para interrogar a todos los ninjas a su cargo para averiguar quién había divulgado información al público días atrás, dado que aun los avances eran increíblemente escasos.

―Oye Naoki ―llamó la niña mientras el joven le servía ensalada en su plato junto al curry―, ¿puedo preguntarte algo?

Naoki asintió con una sonrisa.

―Lo que quieras mientras no sean cosas ninja ―señaló con la cuchara hacia ella―. Recuerda que hay cosas confidenciales.

La niña hizo un puchero y su expresión de tristeza llamó la atención de Naoki.

―Oh, entonces no puedo preguntarte ―murmuró ella tomando el tenedor y comenzando a picotear de la ensalada lo que se quería comer.

Naoki soltó una leve risa y negó con la cabeza.

―Peeeero estamos en confianza, así queeeee… ―miró de broma hacia los lados como buscando a alguien. Se inclinó sobre la mesa hacia Ohara y la niña le miró curiosa―. Responderé lo que quieras.

Ohara, alegre, aplaudió mientras Naoki le guiñaba el ojo. Cuando él se alejó de la mesa a la barra del fregadero para dejar el traste vacío de ensalada, Ohara decidió preguntar.

― ¿Por qué nuestros papás están ayudando a un criminal?

Naoki giró la cabeza sobre su hombro soltando el traste en el fregadero, frunciendo el ceño completamente confundido por la extraña pregunta. Tratando de dar con las palabras adecuadas para sacarle información a una niña pequeña, Naoki dio vuelta y se recargó en el borde del mueble de la cocina para ver a Ohara.

― ¿Cómo? ―preguntó con claro desconcierto― ¿De qué hablas, Ohara?

Ohara puso sus manos sobre la mesa y se hincó en la silla para ver, de alguna forma, más directamente a Naoki.

―Un señor llamado Sasuke visitó a mi papá antes de su misión, y le pidió que mantuviera algo de comunicación con él.

La sangre de Naoki se heló al escuchar el nombre, y sintió como si cada glóbulo rojo y blanco detuviera su andar para quedarse pasmados como él. Ohara lo había dicho con tanta naturalidad que parecía el nombre de un familiar.

― ¿Q-Quién has dicho? ―dijo Naoki con un hilo de voz― Esteee, Ohara, ¿di-dijiste? ―se rascó la oreja y se cruzó de brazos. Los músculos se le marcaban por la tensión. Carraspeó―. Hem, ¿Sasuke?

Ohara asintió segura y con una sonrisa.

El piso se le iba a Naoki.

―Ohara, descríbeme a ese hombre, por favor ―pidió con seriedad.

Ohara se asustó un poco por el repentino cambio de actitud de Naoki, ya habiéndolo visto trabajar en su área y conociéndolo, sabía que esto era algo más grave.

―Tenía pelo rosa y ojos claros. Era alto, pelo largo, y solo traía un brazo ―dijo la niña.

Naoki frunció el ceño y se acercó a la mesa, tomando la silla del otro lado y sentándose frente a Ohara.

― ¿No estas confundiéndolo con Shin Haruno? ―preguntó un poco más calmado. La imaginación de los niños era muy grande, y él era consciente de ello― Es el primo de la señora Sakura.

―No-o. Mi papá dijo: ―dijo cantarina la niña, negando con un efusivo gesto de cabeza. Entonces hizo una imitación de la voz de Shikamaru― "Tienes que seguir disfrazándote así cada que estés en una aldea. Hazte pasar por un médico como Sakura, nadie debe saber que eres Sasuke Uchiha o habrá serios problemas".

Y el mundo le cayó encima.

Naoki se recargó con los brazos abiertos sobre el respaldo de la silla, mirando a un punto indefinido sobre la cabeza de Ohara mientras la información en su cabeza comenzaba a sacar resultados.

Así que el borrón que había visto en Shin no era efecto de su mirada cansada, genuinamente era un genjutsu fallando. Naoki había tenido sus dudas acerca de lo que vio, ya que no había distinguido ningún tipo de chakra en uso cuando estaba cerca de Shin. Inclusive confiaba en que su padre le diría si sintiera algo. Pero si Shikamaru estaba envuelto en proteger a Shin, a un falso Shin, y en esa misión sólo se habían enrolado los mejores ninjas de la aldea para ayudar al pelirrosa, significaba que su padre estaba involucrado en el encubrimiento aún más de lo que él quería creer.

Levantó la mirada hacia la rubia.

―Ohara, ¿quién más puede cuidarte?

Ohara suspiró.

―Que problemático ―murmuró la niña mirando su curry.


―Al llegar las rocas no habrá árbol por el cual saltar. Seguiremos a carrera continua ―comentó Neji a todos.

―No nos ahorrará tiempo ―opinó Sasuke―. Habrá que poner esfuerzo, correr dos días y una noche para poder compensar y estar al mismo tiempo que todos al regreso.

Saltaron al siguiente árbol más alto.

― ¿Vendrán hacia nosotros? ―preguntó Sakura.

Urayashi, sobre la espalda de Sasuke, volteó hacia atrás para ver a Sakura.

―Sí, no pueden arriesgarse a llevar los objetos hacia la aldea, Urashiki podría aparecer ―comentó Sasuke sin detenerse―. Soy el único que le podría dar batalla a Urashiki en caso de que decida venir directo por todos los objetos que buscamos. Podría ahorrarles tiempo para encontrar formas de huir o, en su debido caso, de destruir todo. Es mejor tener controlada la situación del poder que adquiere Urashiki.

―Cuando estemos con el Raikage, ¿qué piensas hacer? ―preguntó Neji.

Sasuke torció la boca.

―Eso lo hablaremos después.

Se detuvieron al llegar al borde del bosque, bajando poco antes de que estuviesen totalmente fuera de los territorios de árboles. Aún era Konoha, pero las zonas de diferente vegetación comenzaban a tomar su lugar.

Sasuke, una vez que dejó a Urayashi en el suelo, hizo un escaneo completo del área, buscando posibles enemigos cercanos y o gente que estuviera transitando, pero afortunadamente solo avistaba animales. Dio media vuelta hacia el grupo que comenzaban a rotar cargas, liberando a Hiashi de las mochilas con provisiones para entregarle a Urayashi. El señor recibió con una sonrisa al niño mientras Sakura tomaba los alimentos.

―Escuchen ―llamó Sasuke a todos logrando que lo miraran. Soltó un suspiro pesado―, me estoy sintiendo increíblemente cansado, creo que es por…

― ¡Te estas muriendo! ―gritó Urayashi con una expresión de susto.

Sasuke apretó la boca.

―Sí, eso… ―suspiró con cara de pocos amigos. Miró hacia Neji―. ¿Podrías… hacerme el favor… deeee…

Neji sonrió ante el nerviosismo de Sasuke.

―Claro. No te preocupes, si debes descansar sólo dime ―comentó Neji acercándose a él.

Sasuke pasó su único brazo sobre el hombro del Hyuga, quien le sujetó con mucha fuerza de la cintura. Apenas con una muy inestable energía, Sasuke se dejó caer sobre el costado de Neji, respirando un poco más acelerado de lo normal.

―No hay que… parar por mi condición ―dijo Sasuke con apenas ganas, el tono de su voz estaba bajando―. Si puedes… Neji… llevarme hasta que al menos lleguemos… a la frontera. El punto de descanso está cerca.

― ¿Estás seguro? ―preguntó Neji con preocupación― Podríamos descansar un poco aquí donde aún estamos cubiertos por bosque ―sugirió.

―No ―contestó Sasuke con seguridad―. Hay que… avanzar… lo peor que podemos hacer frente a un Otsutsuki es darle tiempo, y debemos ir a la misma marcha que los otros, no podemos atrasarnos.

Neji asintió nada convencido de la decisión de Sasuke, pero contra alguien tan experimentado contra el nuevo enemigo, él no pretendía llevarle la reversa a sus decisiones.

―Bien, pero si no te recuperas para mañana, no nos moveremos más ―dijo Sakura con firmeza.

Sasuke torció la boca, pero no pudo hacer nada más que asentir.


Naoki no quiso creer que sería necesario llevar a un equipo, y las situaciones futuras le harían darse cuenta de que no era así; pero, en ese momento, su mente estaba invadida de maldiciones y reclamos que soltaría apenas viera a sus familiares, y repetía cada una de las tácticas, técnicas, reglas y estrategias que habían ideado para la captura de Sasuke Uchiha ya mucho tiempo atrás.

Era de noche, la única luz en la casa era de la luna, la cual atravesaba la ventana abierta de su habitación y le dejaba ver qué preparaba para su viaje. Estaba tratando de ser discreto, quería llevar lo más necesario y lo menos pensado que alguien vería utilizar contra Sasuke. No porque fuera fácil de contrarrestar o inútil contra el Uchiha, sino porque eran cosas que, bien sabía, era imposible que Sasuke conociera. Elementos ninja que se habían creado en meses recientes para los altos rangos, pocos jonins los obtenían por sus posiciones o años de experiencia, y Naoki era de los pocos afortunados en tenerlo gracias al tipo de cargo que ocupaba en la misión más secreta de la aldea.

Además de que saldría de Konoha sin permiso oficial del Hokage, y si alguien le atrapaba, él podría envolver a la aldea en problemas.

No iba a engañar a nadie, estaba sintiéndose traicionado por toda la gente cercana a él. Gente que estaba siempre peleando a su lado, que prometieron vengar al difunto Naruto, ahora estaban abriéndole los brazos a Sasuke y ayudándole a hacer… lo que sea que hubiese ido a hacer. Naoki no iba a retroceder en su misión, y aunque tuviera que pasar sobre el Hokage, sus amigos, su familia y su mismísimo padre, iba a hacer todo lo humanamente posible para detener al Uchiha.

Le había abierto la puerta de su casa, le estaba dando su confianza, y ahora él era parte de que Sasuke se hubiera infiltrado a la aldea sin tope alguno. Naoki se sentía culpable e inútil, preguntándose incluso ahora si su rango de jonin era bien merecido o conscientemente asignado. Estaba en declive con pensamientos mezclados, y eso lo llevaba a tomar, por primera vez en su vida, el pergamino de su madre en la sala.

Lo observó dentro de la vitrina que lo protegía, inerte y delicadamente enrollado, siempre a salvo de todo por el esfuerzo de su padre en mantener lo único que quedaba de ella. Jamás había visto a Tenten usar el pergamino, nadie pudo explicarle de forma adecuada cómo era ella en el campo de batalla, y le aterraba preguntarle a Neji por las innumerables veces que le encontró quebrado sentado delante del pergamino, sosteniendo el anillo de la tumba entre sus manos mientras platicaba con la imperceptible presencia de Tenten.

Para Naoki era su madre no porque Neji se lo quiso imponer, sino porque a través de Neji fue educado por Tenten. Enseñanzas, lecciones tanto académicas como de vida, perseverancia y amistad, todo lo que Neji obtuvo y conoció de Tenten lo usó para el crecimiento de Naoki, y entonces ambos poco a poco asumieron que ella era, de alguna forma, la mamá del niño. Por ello se volvió inevitable que desarrollara un amor de hijo hacia su difunta madre, porque él creía firmemente que Tenten había enviado a Neji a su vida y los había unido como familia al estar ambos tan necesitados de un amor perdido.

Puso la mano sobre la vitrina, aterrado porque la confianza que tenía en su padre estaba tambaleándose en la cuerda floja.

Aferró las uñas al cuadro de bambú superior que tapaba la vitrina, y lo invadió el miedo de que el Hokage estuviera involucrado con la llegada de Sasuke.

Aventó con fuerza la vitrina al piso, contando en su mente a qué aliados podría recurrir para enfrentar a Sasuke en caso de que su familia hubiera traicionado a la aldea.

Se agachó y tomó el pergamino entre sus brazos, disculpándose con su madre porque estaba a punto de cometer una de las locuras más grandes en la vida de un ninja.

Y se enderezó con seguridad echando el pergamino a su espalda, lamentándose porque había decidido hacer lo correcto.

Y si lo correcto era arruinar su reputación como jonin, detener a sus seres amados y evidenciar ante todos la traición de sus superiores a Konoha, Naoki iba a hacer lo que su madre le enseñó, a través de su padre, que siempre se debía hacer.

La voluntad de fuego no estaba para pisotearse.


Sasuke abrió los ojos con cansancio, fijándose que sobre él estaba un cielo estrellado, sin una copa de árbol que lo cubría. Escuchaba el crepitar del fuego sobre la fogata a su derecha, y lo único a su alcance de vista era la cabeza de Neji, quien estaba sentado a un metro de él delante de su saco de dormir.

Movió la cabeza hacia la derecha, mirando a Sakura hincada a su lado y manteniendo una conversación con Neji.

―Pero tuvieron que reducirlos ―dijo Sakura en medio de su conversación―. Era más fácil para tener el equipo controlado.

―Kakashi tomó una decisión extrema al recortarlos ―contestó Neji―. Pero, bueno, supongo que fue la mejor.

Sasuke se quejó cuando intentó elevar su torso, atrayendo al instante la atención de los dos ninjas despiertos.

― ¿Cansado? ―preguntó Neji con una sonrisa.

Sasuke apretó los labios mientras Sakura le ayudaba a enderezarse.

―Más bien adolorido ―contestó. Se inclinó sobre sus piernas para soportar el peso―. Siento como si me hubiesen re-ensamblado.

Sakura soltó una ligera risa.

―Pues casi. Cada uno de tus puntos de chakra en las articulaciones estaba desconectado. Solamente circulaba el chakra por tu torso de forma independiente, en cada brazo y pierna de la misma forma, y en tu cuello a cabeza. Como si todo se desconectara. Tuve que darte de mí chakra ―comentó Sakura. Sasuke la miró―. Vas a tener que ser más cuidadoso con el uso de tu chakra. Si se está agotando con esa rapidez y comienza a actuar así de raro, puede ser perjudicial si nos cruzamos con Urashiki.

Sasuke asintió.

―Urashiki está cerca ―comentó Sasuke enviando su vista hacia Urayashi, quien estaba dormido justo al lado del tío de Neji.

Neji enarcó una ceja y miró al azabache con confusión.

― ¿Lo percibes? ―preguntó de inmediato.

―Sí. Se está acercando pero no a nosotros. Al País del Rayo.

Sasuke levantó la mirada y la dirigió hacia el camino que aun debían seguir. El rinnegan brillaba detrás del mechón de cabello que se echó a un lado con un movimiento de cabeza.

―Habrá que movernos ya ―comentó tenso.

―No estas completamente curado ―dijo Sakura con seriedad, colocando su mano sobre una rodilla de Sasuke para evitar que se moviera.

Sasuke miró hacia la mano de Sakura y luego a ella, con una mirada profesional, sin un rasgo de emoción ante su toque o preocupación.

―A este grado de mi estancia en esta realidad, cualquier mal que se me presente puede ser incurable ―contestó Sasuke con voz firme y fuerte―. Pero no deben preocuparse, soy más poderoso de lo que creen. He atravesado peores situaciones solo, esto no va a detenernos ahora.

―Entonces movámonos cuanto antes ―dijo Neji atrayendo la atención de ambos.

Miraron hacia la dirección de Neji, notando que este tenía activado el byakugan y miraba para la misma dirección a la que Sasuke había señalado. Su rostro estaba completamente tenso, y la quijada se le remarcaba mucho por la presión que ejercía.

―No esta tan lejos de nosotros pero comienzo a perderle de vista. Y va rápido. Si va detrás del Raikage y este último no puede hacerle frente, será mejor que estemos ahí para defender a la aldea ―dijo Neji desactivando el byakugan. Volteó hacia Sasuke―. Adelantémonos tu y yo, que Sakura se quede con Lord Hiashi y Urayashi. El niño podrá hacerle frente a Urashiki si él regresa, y creo que sería más adecuado no arriesgar a Sakura y a mi tío frente a este enemigo ―se hincó a la altura de ambos integrantes del equipo siete y susurró dirigiéndose a la pelirrosa―. Por mucho que Hiashi tenga experiencia en campo y tú, Sakura, seas una de las grandes jonins de Konoha, llevarlos sólo sería una desventaja. Hiashi ya es mayor y tú, lo quieras o no, eres la ninja médico de este equipo. Debes mantenerte atrás para atender cualquier cosa que se nos venga encima a Sasuke y a mí. Yo puedo hacerle frente a Urashiki porque estoy en un nivel comparable al de Sasuke. No el mismo, pero de todos los involucrados en esto soy el mejor, así que será mejor que atendamos esto nosotros dos y tú te pongas en camino a la aldea después. No solo nos dará tiempo de defender a la aldea, sino que tendremos refuerzos frescos en caso de que Sasuke y yo estemos en desventaja.

―Neji tiene razón ―explicó Sasuke mirándola. Ella le observó―. Neji y yo enfrentaremos a Urashiki. En caso de que algo pase, que seamos derrotados, eres la encargada de reunir a todos y llevar los objetos a Konoha con Kakashi. Urayashi sabe todo lo que necesitan para mantener una buena defensa contra Urashiki, así que debes tenerlo siempre cerca.

―Sasuke, hay que irnos ya ―dijo Neji poniéndose de pie―. Este movimiento de Urashiki está fuera de nuestro plan. Si llega antes a la aldea, será peor.

Sasuke asintió. Volvió su mirada hacia Sakura, quien aún les miraba poco convencida del nuevo curso de acción. Y lo entendía, porque lo que percibía en ella era miedo, genuino e inocente miedo.

―Sakura ―llamó con voz suave. Ella le enarcó una ceja mostrándole atención―. Si confiaste en mí para decirme lo de Ino…

Neji se dio la vuelta y se alejó de los dos, dándoles espacio a ambos y adelantándose unos metros en el camino.

―Confía en mí para esto.

Sakura observó la espalda de Neji y luego movió sus ojos al cielo, tomando aire y lamiéndose el labio superior mientras asentía levemente, apretando la lengua entre los dientes mientras volvía a ver a Sasuke.

Este le asintió de regreso en un gesto más lento antes de ponerse de pie.


¡Hola a todos! Espero se encuentren muy bien.

¡POR FIN NUEVO CAPÍTULO! Les agradezco mucho la espera :'3

Últimamente, por causa de la cuarentena que debemos seguir en mi país, es algo difícil poder concentrarse en escribir. Tardé mucho especialmente con este capítulo porque sabía qué quería, pero las palabras no salían y realmente no quería entregarles algo que no me convenciera, más por el hecho de que los capítulos que vienen, a partir de este, se centrarán totalmente en la aparición de Urashiki, los problemas que conlleva que Sasuke haya sido descubierto por Naoki, y, por supuesto, el propio secreto que Naoki le oculta a su padre.

Estoy muy comprometida con el fanfic, eso puedo asegurarlo, porque tengo toda la historia perfectamente planeada y sé a dónde lo voy a llevar, así que si tardo en publicar no teman, no voy a abandonar el fanfic. Solamente necesito retomar inspiración, y que Boruto haya parado transmisión tampoco ayudó xD Las escasas escenas de los Uchiha me ayudan mucho a re-centrarme en sus personajes (;W;).

Y, con eso sobre la mesa, les agradezco mucho que sigan leyendo, apoyando y comentando. Me alegra mucho leer que les gusta y los entretiene al menos un poco. Pondré empeño en actualizar más seguido, en especial ahora que creo que muchos buscamos algo para distraernos de todo lo que esta ocurriendo en el mundo y estar un poco más en calma.

Espero de todo corazón que se encuentren sanos y salvos, que en donde quiera que estén, la situación esté mejorando. Mantengo la esperanza en ello.

Les envío un gran abrazo, cuídense mucho por favor. Nos Vemos :D

Ana Kogane Holt.

NOTA: El título no me cupo completo en la barra del capítulo, por ello sale la mitad xD

NOTA 2: Por cualquier duda, sí, Ohara es hija de Temari y Shikamaru. Es la hija que Shikamaru dijo que quería tener, solo que ella, en esta realidad, es como la que vino en lugar de Shikadai y por muchos años más tarde que él en esta línea temporal.

Fin del comunicado. Se agradece su atención ;3