TE DECLARO CULPABLE. PARTE 2
Shikamaru miró con preocupación al hombre de blanco parado delante del Jarrón de los Sellos Lunares, sorprendido por cómo había aparecido delante de él y Choza sin haber entrado por ninguna zona a la cueva debajo del agua.
Choza y Shikamaru habían tenido que caminar un tramo del río antes de llegar a una sorprendente bifurcación que los dirigía, de alguna forma, a un túnel de agua al interior del río. Con todo lo que existía, desde gente resucitada hasta seres místicos, Shikamaru ya no se sentía asombrado de ver nada de lo que podía catalogar como "mágico". Se sorprendería realmente el día que Temari le dijera que aceptaba tener otro bebé, y hasta que ese día llegara, cualquier cosa le pasaba por arriba de la cabeza.
Volviendo a su recuento de acciones, ambos caminaron por todo ese camino de agua hasta llegar a una zona en la que inevitablemente se empaparon, cubiertos alrededor por chorros de agua que caían de las paredes de la cueva que comenzó a formarse sobre ellos. Sus pasos fueron apresurados por la adrenalina al ver el final del túnel, donde si bien no había tanta luz, les iba a dar espacio para respirar. Ambos pasaron la última pared de agua antes de ser recibidos por una enorme habitación cuadrada, de techos tan altos que Shikamaru apenas podía ver los adornos de pintura dorada a los bordes. Las paredes eran de mármol de color azul verdoso oscuro con detalles dorados, y cuatro grandes pilares se alzaban sosteniendo el techo sobre un pequeño y cuadrado altar sin ningún objeto decorativo o línea divisoria. Tan al alcance de la mano como peligroso, que al instante en el que vieron a aquel sujeto delante del objetivo, su mejor reacción fue ponerse en posición de defensa.
Shikamaru no estaba en su cien por ciento seguro, dejando su perfecto noventa y nueve por ciento seguro a que este hombre no era Urashiki, tanto porque el aura que emitía no era pasada, como porque los observaba atentamente con las manos limpias, sin un arma y lejos de presentar una actitud lista para el ataque. El hombre parado delante de ellos únicamente estaba observándolos, como si les hubiese esperado todo el tiempo.
―No quiero suponer que eres enemigo ―comentó Shikamaru con su típico tono burlón, el que siempre acostumbró a usar cuando vacilaba a alguno de sus enemigos. Si bien no era algo del todo adecuado, siempre le había servido para destruir la armadura de confianza que tenían todos sobre sí mismos.
―Entonces no lo hagas. Los humanos son expertos en clasificar antes de intentar conocer ―dijo aquel hombre dando media vuelta y rodeando el altar.
Shikamaru le siguió los pasos, literalmente. Rodeó a Choza imitando la caminata del hombre blanco, siguiéndolo a donde quiera que iba. Aquel sujeto solamente se sentó junto al altar en el piso, mirando a Shikamaru que se había quedado de pie frente a él.
― ¿Hay que sacar una especie de solicitud para acercarme al jarrón, o solamente estas de visita turística? ―preguntó Shikamaru aun en su postura despreocupada.
El hombre solamente hundió el rostro entre los hombros y alzó una ceja con aburrimiento.
―Yo no soy nadie para detener lo que vienes a hacer ―respondió con total calma.
Shikamaru apretó la boca en una línea delgada echando los labios al frente, mostrándose completamente desinteresado del hombre, aunque no fuera realmente así.
― ¿Todos los Outsutsukis son así de raros? ―preguntó Shiakamaru.
―Depende del ángulo en el que lo veas… Y también de qué rama provenga el Otsutsuki en cuestión ―comentó el hombre con un tono de diversión―. Digo, al menos yo, que no soy parte de la rama principal, puedo decirte que soy un Otsutsuki en el nivel más normal que encontrarás. Convivir con humanos me ha permitido obtener sus características de comportamiento, así que no revelo mucho de mis atributos Otsutsuki.
Aquel hombre soltó una leve risa sin gracia. Shikamaru analizó el cuerpo del hombre notando que había partes ocultas de él detrás de algún genjutsu o transformación física, puesto que la ventana ilusoria alrededor de su cuerpo era notoriamente inestable. Podía notar ligeros cambios de color en un aura que asemejaba la imagen del calor en el desierto, pues ondas de alguna energía rodeaban al sujeto, y en partes pequeñas se notaba algún pequeño matiz más oscuro o un agregado asimétrico.
―Otsutsuki Hisaoichi, un placer.
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FLASHBACK
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―No le dio tiempo suficiente ―comentó Sasuke finalizando su relato y partiendo el trozo de tarta que tenía delante.
No le disgustaba el sabor, pero se había dado cuenta, de forma inquietante, que comenzaba a consumir más dulces y postres desde que había llegado a esa otra realidad.
―Debe haber sido difícil recuperarse de eso ―comentó Sakura mirando a Sasuke.
Él se encogió de hombros.
―A Naruto le costó hablarme después de eso. Estaba algo preocupado porque su tiempo de respuesta fue más lento de lo habitual. Creyó que yo estaba, de alguna manera, decepcionado o enojado ―explicó Sasuke.
Ambos estaban sentados en una terraza de una pequeña cafetería que quedaba cerca del centro de Konoha. Habían regresado de la mansión Hokage luego de haber hablado un poco con Kakashi sobre el asunto de Sasuke y la misión que venía, pero se habían separado alrededor de cinco horas dentro del mismo edificio porque Sakura tuvo que ir a atender su propio trabajo mientras Sasuke se quedaba con Kakashi. Pasado ese tiempo, ambos habían decido cenar algo antes de volver al departamento de la pelirrosa, realmente agotados como para querer ponerse a cocinar por su cuenta.
― ¿Te sientes seguro con haber revelado toda esa información? ―preguntó Sakura de la nada.
Sasuke enarcó una ceja y la miró curioso.
― ¿Porqué? ―preguntó confundido― ¿Hay algo que Kakashi no me haya dicho?
― ¡No, no! ―exclamó Sakura negando con un exagerado movimiento de cabeza.
Su cabello se balanceó de lado a lado con gracia, y Sasuke tuvo que reprimir las ganas de colocarlo detrás de sus orejas como acostumbraba a hacerlo desde que se casaron.
―Es sólo que estoy preocupada por ello ―comentó en voz baja acercándose un poco hacia Sasuke con cautela.
Sasuke frunció el ceño.
Podía entender perfectamente la preocupación de Sakura, pues en algún punto, él la había sentido también. Había estado hablando con Kakashi mucho tiempo antes de comenzar a revelarle información personal, y gracias a que habían profundizado un poco la confianza mutua, Sasuke decidió revelarle muchos secretos y puntos débiles que tenía para que pudieran enfrentarse al Sasuke de esta realidad.
Había soltado mucha información valiosa. Desde recuerdos de la infancia que sólo Naruto y Sakura sabían, memorias perturbadoras y tristes que aun podían descolocarlo notablemente, puntos débiles de ninjutsu y taijutsu que tendrían más posibilidad de penetrar su gran arsenal de poder. Datos familiares, historia de su vida, cosas que nadie sabía, inclusive que tenían que ver sobre temas de su pasado que, Sasuke sabía, influyeron en considerable medida en la existencia de Sarada como su hija y una Uchiha, desde el punto de vista del actual patriarca de los Uchiha. Habló de todo lo que sabía que podía dañarlo, y esperaba que fuera útil. Era su única forma de devolverles el favor que le hacían de ayudarle a volver a su realidad.
―Es algo inquietante para mí el saber que hay mucha información acerca de cómo derribarte ―comentó Sakura en voz baja.
Sasuke se acercó hacia la mesa para estar cerca de ella y escucharle, entendiendo que en la calle debían ser discretos en cuanto a su identidad. Recordatorio, siempre debía ser Shin a ojos de los demás.
―No por nuestro Sasuke, sino por ti ―explicó Sakura.
Sasuke la miró con una sonrisa.
―Tranquila, no usarán nada en mi contra ―le susurró con seguridad. Sakura le miró atenta―. Todo lo que pueden usar contra tu Sasuke, no pueden usarlo contra mí, porque les di datos de un Sasuke que no progresó como yo.
Sakura sabía la diferencia abismal que había entre ambos Sasuke, pero estaría mintiendo si dijera que le había calmado un poco escuchar esa especie de consuelo. No podía ponerlos en una comparación acertada hasta ver todo el potencial que este Sasuke presumía tener, y eso esperaba verlo, pero no en una situación que lo requiriera por el desespero.
―La verdad es que me da miedo ver qué tan peligroso puede ser el Sasuke de esta realidad con el nivel de locura mental que tiene ―confesó Sakura bajando la mirada hacia su plato vacío.
Se mantuvieron en silencio un rato. Sasuke se había alejado un poco de la mesa, atrayendo la atención de Sakura, quien inmediatamente levantó la vista hacia él. Abrió los ojos con sorpresa cuando vio la expresión de desconcierto que adornaba el rostro del inexpresivo Uchiha.
― ¿Tan desquiciado me veo? ―preguntó Sasuke.
Sasuke aseguraba que la carcajada de Sakura le dio mil años más de vida.
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FIN DEL FLASHBACK
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Sasuke apresuró el paso cuando le cruzó por la cabeza la idea de que, si no agilizaba su participación y el avance de su misión, jamás podría volver a escuchar a su esposa reír. Ni a ella, ni a Sarada.
Ambas tenían la misma risa, exactamente la misma, y Sasuke sabía que ellas se habían dado cuenta de cómo él se quedaba embelesado viéndolas y escuchándolas cuando entraban en una conversación tan divertida que las metía en un inexplicable estado de risas del cual no salían por muchos minutos, ambas retorciéndose sobre la mesa o los sillones mientras continuaban la plática.
Aunque él no fuera de los que participaba activamente en sus conversaciones o se daba el lujo de carcajearse, de vez en cuando se había reído cuando alguna de las dos excedía su muestra de risa ocasionando algún ruido chistoso por parte de su cuerpo o su respiración, lo que llevaba a los tres a burlarse durante el resto del día de ese pequeño suceso.
Esos pequeños momentos no quería perderlos. Eran tan pocos los que tenía retenidos en su mente, que Sasuke rogaba a cualquier Dios existente, que le diera el poder suficiente para volver a su propia realidad y arreglar todo. Quería seguir riéndose junto a ellas muchos años más, y el estar muriendo lentamente en esa realidad, lo estaba alejando de esa visión.
―Sigue su camino aun, no parece tener intenciones de detenerse ―comentó Neji quien corría a su lado.
Eran cerca de las seis y media de la mañana, ambos no habían detenido su paso desde que dejaron a Sakura con Urayashi y Hiashi. Llevaban un buen tiempo contra Urashiki, pues Neji aseguraba que se encontraban cada vez más cerca de él, aunque fuese por unos cuantos metros. En esa situación, Sasuke agradecía cualquier tipo de ventaja sobre el Otsutsuki.
― ¿Cuánto crees que tardemos en acercarnos a su perímetro de peligro? ―preguntó Sasuke volteando a ver a Neji a la derecha.
―Por lo menos una hora. Se está alentando ―comentó Neji frunciendo el ceño―. ¡Ja! Supongo que los más poderosos también se cansan.
En el momento en el que dijo eso, Sasuke cayó abruptamente de rodillas deslizándose sobre la tierra hasta quedar sobre su costado sin brazo. Neji tuvo que detenerse de inmediato y corrió de vuelta, deshaciendo el uso del Byakugan de forma inconsciente.
― ¡Sasuke! ―exclamó realmente sorprendido.
Sí, él sabía que Sasuke no estaba en ningún proceso de recuperación tras la última recaída que tuvo antes de desmayarse por la noche, pero tampoco esperaba un acelerado curso de desgaste.
Se arrodilló a su lado tomando su brazo completo, analizando el estado físico del azabache tomando en cuenta el constante sudor que surcaba su frente desde horas atrás, un extraño moretón pequeño formado en la barbilla del lado izquierdo (por la caída, lo más probable), los ojos cerrados con fuerza y una fuerte respiración.
―No ahora ―murmuró Sasuke con una queja notable en su voz.
―Sasuke ―llamó Neji―. No puedo llevarte ante Urashiki en esa forma.
―Pero tenemos que detenerlo ―dijo Sasuke rápidamente, abriendo los ojos de golpe y revelando el sharingan activado. Neji frunció el ceño ante esto―. No puede llegar al Raikage, si lo termina controlando, va a encontrar a todos los bijus. Debemos evitar que tenga a Kurama, él es el más poderoso.
― ¿Kurama? ―preguntó Neji. Las cosas comenzaron a unirse en su cabeza poco a poco hasta que entendió― El Kyubi. Sasuke, sé que te preocupa mucho eso, pero eres una presa entregada en bandeja de plata si nos acercamos.
― Lo sé ―susurró mirando al piso donde estaba recostado―. Lo sé, Neji, lo sé. Pero nadie puede hacerle frente más que yo.
Neji sopesó las palabras colocando a todo ninja poderoso existente (y vivo) en una línea mental. Los Kages actuales gozaban de poder, era innegable, pero en comparación con una versión joven de Naruto, ellos no representaban ni siquiera una décima parte de lo que Naruto haría con su poder contenido completamente. Los ninjas como él, rangos jonins, cabezas de clanes, aunque poderosos, eran descartados como formidables peleadores frente a Urashiki, desconociendo totalmente al enemigo.
Y entonces algo se encendió en la mente de Neji. El segundo plan.
―Sasuke ―llamó volteándolo a ver y apretando su brazo. Sasuke se quejó ante esto― ¿Qué tan lejos estamos del Kyubi?
Sasuke se giró sobre su espalda y miró al cielo antes de ver a Neji. Cuando captó una breve señal en la mirada del Hyuga, entendió a donde iba todo.
―Está al sur, a día y medio con descanso nocturno ―contestó Sasuke señalando la ubicación con un gesto de cabeza.
Neji activó el byakugan y apuntó su mirada hacia la dirección de Urashiki, observando cómo este alejarse a una velocidad muy baja.
―Bien, iremos por el Kyubi. Tendremos que confiar en que el Raikage sepa aguantarle la batalla ―dijo Neji pasando un brazo por debajo de la espalda de Sasuke y el otro por debajo de las rodillas, usando toda su fuerza para cargar el cuerpo contra su pecho.
Sasuke emitió un par de quejas cuando fue apretado contra el torso de Neji, pero tenía pocas ganas de expresar su descontento ante lo que ocurría. Y no iba a hacerlo, sabía que era necesario que Neji le ayudara desde aquí, porque esa caída no había significado exactamente que necesitaba un descanso pequeño. Ya no podía mantenerse de pie por su cuenta, había desafiado mucho a su propia resistencia y su cuerpo le estaba cobrando el indebido esfuerzo.
― ¿Qué vas a-
―No hables. Nos vamos a buscar al Kyubi ―regañó Neji, dando media vuelta y corriendo en la dirección fijada.
― ¿Está cerca? ―preguntó con voz grave, recostándose como podía sobre el borde del respaldo del acolchado sillón negro. La garganta le ardía, estaba entendiendo que el té no le había servido para nada.
―Raikage, debería de irse a recostar a dormir ―comentó Darui sentado en el escritorio de la oficina principal, escribiendo los últimos dos informes que quedaban de una misión pequeña en la que había participado apenas horas atrás dentro de la aldea―. Y sí, está cerca. No sabemos quién es, pero han concluido en que se trata de otro Otsutsuki.
El Raikage A suspiró cansado, fijando su mirada en la ventana detrás del escritorio de Darui.
―No quiero pedírselo como una orden, Lord Raikage ―comentó Darui levantando su sombrero de Raikage, mirando de reojo al gran hombre viejo delante de él.
A observó a Darui con molestia, detestando cómo querían mantenerlo fuera del evidente problema sin miramientos. Aunque no compartían más el poder como Raikage, y (en teoría) A estaba completamente descartado como alguien de confianza para todo el consejo del gobierno de la aldea, y desafortunadamente, ante su pueblo había quedado desacreditado desde hacía muchos años, Darui constantemente acudía a él por un consejo o apoyo en algún desarrollo que se tuviera pendiente, tanto estratégico como político, pues A había sido un Raikage indiscutiblemente inmiscuido en toda la variedad de temas que el mundo ninja podía aportar. Para Darui, la opinión y aporte del hombre al que siguió, protegió, y del que aprendió, significaba un gran espacio a considerar sobre su siguiente decisión.
―No puedes mantenerme fuera de todo cuando están volviendo los Otsutsuki ―dijo A con un gruñido―. Lo sabes mejor que nadie.
―Sí, lo sé ―comentó Darui colocando la pluma a un lado y cruzando los brazos. Se echó sobre el respaldo y enarcó una ceja al Raikage―, pero no quiero problemas con las otras aldeas, y usted es una bomba de tiempo, Lord A.
A, en otro tiempo, se hubiese sentido no solo ofendido, sino terriblemente enojado por esa declaración; pero luego de tanto daño que había provocado, y su actual mala fama, comprendía que Darui lo quería lejos de los problemas. No por menospreciarlo, sino por protegerlo.
― ¿Qué hay del Hokage? ¿Ha hecho alguna declaración al respecto? ―preguntó A queriendo cambiar el tema― Normalmente, Konoha suele ser quien está al tanto de cada problema en el mundo, en especial con los Otsutsukis.
―El Hokage envió un mensaje asegurando que no tiene información alguna de lo que ocurre ―comentó Darui―, pero que vendrá alguien importante a la aldea a darnos un mensaje. Presumiblemente, un ninja ―desenroscó los brazos y se puso de pie, impulsando la silla hacia un lado con ambas manos―. El Hokage espera que seamos comprensivos y hospitalarios.
―Me suena a que, quien viene, no es de nuestro agrado ―dijo A mirando las acciones de Darui.
―Puede que no ―dijo Darui de acuerdo, metiendo las manos en los bolsillos de su pantalón y mirando hacia la ventana de su oficina―, pero si nos pidieron eso, es porque es importante escucharlo. Así que… esperaré.
― ¿Hay algún motivo por el que todos tengan "ichi" al final? ―preguntó Shikamaru recibiendo el pequeño vaso de manos de Hisaoichi.
―Realmente no, es tradición familiar. La cultura Otsutsuki nos influencia tanto a llevar ese, por decirlo, sufijo ―respondió el hombre pasándole un vaso a Choza.
Los tres hombres estaban sentados en un tapete a un lado del altar, con Hisaoichi de frente a los dos ninjas de Konoha. Les había ofrecido un sake muy leve en cuando se mostró libre de intenciones malas, así que Shikamaru aceptó por ambos sin ninguna objeción de por medio.
―Entonces, ¿cuánto tiempo dices que le queda a Sasuke? ―preguntó Shikamaru.
Hisaoichi se enderezó mientras contaba con los dedos de una mano, manteniendo la otra ocupada con su propio vaso de sake.
―Si no estoy mal en mis cálculos, y teniendo en cuenta que el Uchiha ya lleva mucho tiempo fuera de su propia realidad, diría que, a lo mucho, dos meses de vida ―respondió llevándose lentamente el vaso a la boca, deteniéndolo sobre su labio inferior antes de aportar―. Aunque su estado actual apunta a que quedará inactivo en unas pocas semanas. Está muy débil.
Shikamaru analizó el dato en su mente mientras lo veía beber. Aunque ellos no tenían conocimiento abierto sobre su real tiempo de estadía que llevaba Sasuke en esa realidad, por el nivel de confianza que ya tenía con Sakura, Kakashi y Neji, Shikamaru había asumido rápidamente que la misión actual llevaba tiempo de haber sido empezada, por lo que entendió que él y sus compañeros se incluían apenas como una especie de segunda fase del plan. La tercera era la complicada, pues, hasta donde sabía, Sasuke iría tras el Kyubi buscando su ayuda. Talvez sería un aliado eventual, pero lo habían dejado al final de todo el plan porque, precisamente, necesitaban gente de confianza que rodeara al Uchiha frente a Kurama, con el fin de que el biju no se viera cegado por su furia y escuchara lo que se le tenía que solicitar. Si Sasuke fuera solo, probablemente habría sido devorado por Kurama antes de haber emitido un simple "hola".
―Sabemos que el estado de Sasuke puede empeorar ―comentó Shikamaru volteando a ver a Hisaoichi―. ¿Hay alguna forma de aminorar el efecto? ¿O alentarlo? Al menos hasta que regresemos a la aldea.
Hisaoichi negó.
―Lamentablemente no. El curso del Uchiha en esta realidad es irreversible ―respondió con calma―. ¿Para qué quiere el jarrón?
―Tenemos que ponerlo a salvo en Konoha ―comentó Choza mirando a Hisaoichi y dejando su vaso vacío sobre el tapete―. No lograremos hacer mucho para nosotros con todo lo que estamos recolectando, pero pensamos mantenerlo fuera del alcance de Urashiki.
―Y es una buena estrategia. Urashiki es un joven con tanto poder, pero tan desenfrenado ―comentó Hisaoichi con un suspiro, bajando el vaso hasta colocarlo entre sus piernas cruzadas―. No sé en qué fallé en criarlo.
Shikamaru enarcó una ceja y se inclinó sobre su torso levemente.
― ¿Es tu hijo?
Hisaoichi asintió con una leve sonrisa.
―Mi único hijo, así que no dejé tantos locos regados por el universo ―comentó con una oscura diversión, riéndose un poco antes de volver a beber sake.
Choza se removió en su lugar cruzando los brazos, mirando hacia el piso y quedándose pensativo. Shikamaru le miró atento, conociendo al hombre lo suficiente como para saber que estaba sopesando ciertas acciones en su mente.
―Sé que será difícil de responder ―dijo Choza incómodo. Hisaoichi y él se miraron―, pero ¿podrías decirnos cómo podemos derrotar a tu hijo? ¿O al menos hacerle frente?
Hisaoichi bajó la cabeza y torció la boca, mirando a ambos ninjas con una expresión dura.
―Lamento decir que no puedo hacerlo. No sé cómo pararlo ―respondió con pena―. Los Otsutsukis más poderosos guardan secretos para los que somos de los niveles más bajos entre nuestras filas. Ellos comparten poderes, técnicas, planes, movimientos, que todos los demás Otsutsukis jamás llegaremos a conocer.
Ambos ninjas mostraron su descontento con un fuerte suspiro, pero se mantuvieron atentos al hombre, pues su postura indicaba que aún no acababa su respuesta.
―Urashiki es uno de los más poderosos de nuestro clan. No por nada fue elegido por Momoshiki y Kinshiki para ser su aliado en la captura de los bijus ―contó Hisaoichi. Levantó la cabeza y miró hacia el techo del lugar, pero su mente estaba en otro lado―. Desde pequeño, Urashiki fue siempre poderoso, hábil e inteligente, sabía cómo obtener lo que quería, y cómo quitarle a los demás lo que deseaba. Por eso es que se hizo acreedor de esa caña con la que roba el chakra, él mismo la obtuvo al explotar todo su potencial. Y eso, claro, lo ha llevado a ser la cabeza del plan de recuperar a los bijus.
― ¿Hay más detrás de todo el plan? ―preguntó Shikamaru con incertidumbre.
Hisaoichi bajó la cabeza y miró al Nara.
― ¿Conocen a Kara? ―preguntó con curiosidad, frunciendo el ceño.
Choza enarcó las cejas.
― ¿A quién? ―preguntó.
Hisaoichi abrió los ojos con sorpresa y lentamente se puso de pie, caminando hacia el jarrón.
―Nadie. Supongo que en esta realidad aun no aparecerán ―comentó Hisaoichi con calma.
Shikamaru y Choza se pusieron de pie de la misma forma, pero Shikamaru se acercó a él y se colocó a su lado.
― ¿De quienes estás hablando? ―preguntó con seriedad― Si es algo que nos será perjudicial, es mejor que nos adviertas.
―No es mi papel, hombre Nara ―dijo Hisaoichi dándose la vuelta y mirándolo―. Y no sé qué papel cumplirán en esta realidad. En la de Sasuke serán un problema, pero eso es porque las circunstancias allá fueron diferentes. No sé cómo funcione todo aquí en el futuro, así que no puedo ponerte bajo aviso, y tenerlos toda su vida gastando recursos y estando alerta, por algo que no sé cuándo, ni cómo, ni siquiera si va a pasar o no.
Shikamaru en algún punto quiso refutar, pero como parte de las cabezas de Konoha, el escuchar "gastar recursos" realmente le hizo dudar. No es que les faltaran, pero tampoco podían despilfarrar el capital de la aldea en algo incierto. Y Shikamaru jamás esperó a lo desconocido, él siempre se aseguraba antes de realizar cualquier movimiento.
―Bien, ahí tienes un punto ―afirmó Shikamaru cruzándose de brazos―. Una última consulta, porque sé que ya te piensas ir.
Hisaoichi sonrió y asintió.
Choza se acercó por un lado hacia el altar, enfocando su total atención en el jarrón sin prestarle nada a los dos a su derecha.
― ¿Qué hacías aquí antes de que llegáramos?
Hisaoichi volteó a ver a Choza cuando este tomaba el jarrón y lo colocaba entre sus brazos con cuidado, envolviéndolo por la parte inferior con un saco de lana que cargaba en su cinturón.
―Sólo saludaba a los niños. Ellos merecen visitas de vez en cuando ―dijo inclinándose de lado―. Los niños son importantes en esta vida, después de todo. Si no fuera por ellos, no habría motivo alguno por el cuál mejorar el mundo cada día.
Hisaoichi dio media vuelta y caminó alejándose de los dos ninjas.
―Saluden de mi parte a Urayashi, y díganle que se cuide, por favor ―dijo el hombre con calma―. Por cierto, si quieren saber más cosas del plan de los Otsutsuki, hablando de los más poderosos, Urayashi les puede decir mucho.
Levantó la mano en un gesto de despedida y desapareció al ser cubierto por las sombras lejos del jarrón, envuelto rápidamente por ellas y silenciando sus pasos detrás, sin darles oportunidad a preguntar nada al finalizar su último comentario.
Shikamaru y Choza observaron el lugar un momento antes de observarse entre ambos.
Neji no quería creer que los seguían específicamente a ellos, pero llevaba alrededor de una hora de viaje ininterrumpido, y las personas que él alcanzaba a ver con el byakugan a su alrededor, seguían exactamente el mismo curso que él con el moribundo Sasuke en brazos.
No habían pasado desapercibidos unos ninjas que habían viajado un gran tramo desde la aldea hasta el bosque, él los había visto durante la noche cuando estos cruzaban la frontera hacia Kumogakure, y se preguntó si había alguna misión pendiente con esa aldea, o Kakashi estaba moviendo las piezas sin avisarles. Con Sasuke inconsciente, Neji no quería alertar a su equipo, pues sus posibilidades de hacer algo coherente mientras él dormía eran pocas. Hiashi y Urayashi eran muy lengua floja, pues fácil se les podía salir información; uno por ser el niño, el otro porque ya era mayor y, desde que dejó de laborar como ninja, se le había hecho divertido ir por la vida haciendo chisme. Así que los había descartado desde el inicio. A Sakura no quería alertarla, y ahora que Sasuke no estaba consciente del todo, menos iba a ponerlo sobre aviso conociendo que podría saltarse a la batalla sin importarle su estado.
Aunque los identificara bien como ninjas de Konoha, Neji estaba realmente preocupado del hecho de que los habían estado rodeando "discretamente" (porque él realmente dudaba que lo hubieran hecho tomando en cuenta que ÉL ERA UN HYUGA y por ende debían tener un extremo cuidado que no habían mostrado), porque esto no parecía una obra meramente orquestada por Kakashi para, si no protegerlos, vigilarlos. El plan estaba en torno a no decirle nada a nadie, por lo que aliados menores como chunins o algunos jonins estaban descartados de aparecer como un apoyo. Los pocos aliados que habían contemplado fuera de Konoha era gente de rangos increíblemente altos y que sabían que podían ser confiables, pero sólo llegarían a ellos cuando fuese necesario.
Con muchas preguntas dándole vueltas en un remolino en la mente, Neji intentó enfocarse en el camino porque estaba esforzándose mucho más para llegar a Kurama, y no quería tropezar o sucumbir al agotamiento. Pero aun con eso bien fijo en su mente, no podía evitar darse cuenta de que muchos de esos ninjas que había visto pasar eran conocidos de su hijo, y la vaga idea de cruzarse con Naoki en el campo le preocupaba. Primero, porque no quería involucrar a su hijo en todo el problema si llegaban a cruzarse con Urashiki; segundo, porque tampoco quería imaginar que su hijo dejaría sola a Ohara fallando en su responsabilidad.
El Kyubi no estaba lejos, pero Neji estaba muy desesperado por llegar pronto. Ya no veía a Urashiki.
―Está mal.
Sakura giró la cabeza hacia Urayashi, notando la cara de preocupación que tenía el niño y cómo su ceño se levantaba hacia ella.
―Supuse que no pasaría tan fácil luego de lo de a noche ―murmuró Sakura mirando al niño con desanimo―. ¿Al menos sabes si va consciente?
―No lo está. Papá Neji debe estarlo cargando ―explicó Urayashi―. Pero se desviaron de rumbo. No sé a dónde van.
Sakura suspiró y apretó los labios, molesta por la situación. Dio vuelta del lugar detrás de una gran piedra donde estaban ocultos de una parte del camino, yendo directamente hacia donde Hiashi y Urayashi estaban sentados con un mapa entre ellos.
Si el plan hubiese seguido según lo planeado, Sakura, Hiashi y Urayashi habrían llegado directamente a Kumogakure para encontrarse con Sasuke y Neji, esperando estar ya lejos del peligro de la llegada de Urashiki a la aldea. Pero ahora que Urayashi le había informado que ambos se habían desviado, era porque claramente habían encontrado un objetivo más importante, y ella debía moverse de acuerdo a sus pasos.
No podía definir en dónde estaba Urashiki, Hiashi ya había intentado identificarlo a la distancia, pero no habían dado con él. Urayashi no sabía dónde estaba, y ella no conocía ninguna forma de rastreo, así que estaban varados antes de los límites que Sasuke y Neji habían fijado tras el último avistamiento del enemigo.
Siendo ese el caso, Sakura pensó que lo adecuado sería informar a Kakashi sobre la situación y mantener una actualización de las otras misiones activas. A partir de los datos que le dieran, ella podía poner prioridad para moverse.
A su parecer, Shikamaru ya debería haber acabado su misión. De Temari y Lee no podía dar una declaración segura, la misión extra de Temari se había acordado completamente a escondidas de Sasuke, y Sakura no conocía lo suficiente a la rubia como para saber qué tanta influencia suya había podido meter para conseguir el objetivo.
― ¿Qué tal va todo con Lady Tsunade? ―preguntó Sakura a Urayashi, volteando a verlo cuando él se acomodó en el piso. Él la miró desde su lugar.
―Llevan días explorando las cuevas, pero no creo que hayan encontrado nada. No he sentido que se alteren ―dijo Urayashi con calma―. Kiba y Shizune han estado explorando. Me pregunto qué encontraron que los está haciendo ir por todo el pueblo.
Sakura arqueó una ceja con interés. Kiba y Shizune eran quienes tenían una de las misiones de mayor información, mientras que los demás solamente se estaban enfocando en la recolección o protección de objetos. Esperaba que estuviesen consiguiendo todo lo que necesitaban, pues tenían que asegurar que no habían perdido objetivos solo porque la gente aún temía a Konoha por lo de la guerra.
Entendía bien que muchos civiles pensaban que estaba bien mantener ocultos objetos de valor o poder, creyentes de que esto les aseguraba, sino un futuro lleno de riquezas, una protección de todas las demás aldeas, protección que, claramente, no se daba de esa forma. Había pasado antes, ya muchos años atrás, que gente perteneciente a pueblos pequeños, no querían colaborar con ninjas durante sus misiones, amenazando o chantajeando con objetos de sumo valor ninja que habían sido tomados por ellos. Sakura recordó una ocasión en la que ella había tenido que pedir informes en un pueblo pequeño para poder proseguir con su camino, y la habían amenazado con revelar su misión al enemigo si ella no compraba un paquete de kunais que habían pertenecido al difunto Hokage Minato. Sakura hizo informe de esto rápidamente, deteniendo al chantajista y a gran parte de la comunidad del pueblo, ocurrido todo tras que Kakashi mandó a hacer una investigación completa al lugar y descubrió muchas armas de Konoha que eran usadas para trueque.
Sakura no quería pensar mucho en ello, pero le preocupaba que Kiba y Shizune fuesen descubiertos y puestos bajo la misma situación. No quería que más problemas externos afectaran a la aldea.
― ¿Haremos algo? ―preguntó Hiashi poniéndose de pie.
Sakura asintió.
―Volveremos al camino hacia Kumogakure ―contestó la pelirrosa con las manos sobre la cadera―. No podemos hacerle frente a Urashiki, pero tengo dos opciones: Si Neji y Sasuke se desviaron de la dirección hacia Urashiki, podría significar que él ya no va para la aldea y por ello priorizaron otra dirección. La otra opción es que, al llegar ahí, puede que Urashiki esté presente. No podemos hacerle frente, pero podemos ayudar a evacuar a la gente si es necesario.
―Eso sí podemos hacerlo sin miedo ―dijo Urayashi poniéndose de pie y tomando el mapa, extendiéndolo frente a su cara con la mitad del papel arrastrando por el piso―. Pero sí está Urashiki, sí, hay que tener muuucho miedo.
Sakura sonrió.
―Al menos facilitaremos la zona para Sasuke y Neji si es que estos tienen que enfrentarse a Urashiki. No tendrán civiles que proteger, podrán moverse sin miedo ―opinó Hiashi mirando a Sakura. Ella asintió.
―Exactamente. No podemos apoyarlos en batalla, pero podemos mantener a la gente a salvo ―dijo ella mirando al hombre mayor―. Además de que, puede que lo esté pensando mal, o parezca incorrecto, pero ayudará a que Kumogakure confíe un poco más en Konoha.
―Ciertamente, eso es algo que necesitamos para esta misión ―comentó Hiashi con seriedad, cruzándose de brazos.
― ¿De qué se trata esto? ―preguntó Neji con enojo, mirando a los ocho ninjas de Konoha que lo rodeaban a él y Sasuke.
―Ordenes de Konoha, Hyuga Neji, debe acompañarnos ―dijo uno de los ninjas detrás de una máscara lisa completamente negra y con la sección de los ojos cubierta por un panel liso de mica negra.
Neji conocía bien a esta unidad de ninjas, eran seleccionados de la élite de estudiantes entre los genins, chunins y jonins, separándolos para un grupo especial que no conocía realmente. Neji no entendía la división implementada para los nuevos ejércitos ninja, pues a los veteranos les habían separado de este grupo, por lo que las nuevas leyes ninja u obligaciones legales no les afectaban. En especial a los antiguos participantes de la guerra, por lo que él solamente se enteraba de poca de esta información gracias a Naoki, cuando el niño estuvo cursando los exámenes de promoción a chunin.
― Estoy en una misión diplomática de Konoha, no entiendo por qué me quieren de vuelta ―comentó Neji con fingida calma, esperando desviar la atención de todos sobre Sasuke, a quien apenas había logrado poner bajo un genjutsu haciéndolo pasar por Shin de nuevo.
Neji no era muy hábil en los genjutsus, pero al menos podía mantener una imagen sencilla sobre Sasuke hasta resolver el asunto.
―Tenemos ordenes de detenerlo por el motivo de Traición a la Aldea de la Hoja―comentó uno de los ninjas dando un paso adelante.
― ¡¿Traición?! ―preguntó con confusión. Apretó a Sasuke contra su cuerpo y frunció el ceño― ¡¿De qué están hablando?!
―Colaboración con Sasuke Uchiha para su infiltración y estancia en Konoha ―respondió otro―, así como poner en riesgo la seguridad de Lord Hokage llevando a Sasuke Uchiha ante su presencia.
Las palabras se habían ido de su cabeza, el ingenio poco le estaba dando para poder hablar. Sabía que en algún punto iban a revelar la existencia del Sasuke de la otra realidad, pero el que la hubiesen descubierto parecía algo completamente ilógico. No había gente que pudiese sospechar algo, habían estado trabajando de una forma tan sigilosa que hasta los ANBUS habrían celado en su tiempo cuando eran la mejor división ninja.
Además de que tenían a los contactos adecuados para mantener el silencio, ninjas que no sacrificarían la misión por algo de poder, ni siquiera por la desconfianza que podrían tener a Sasuke.
Cómo habían llegado entonces a esa situación, Neji estaba ansioso por saberlo.
― ¿Cómo me pueden asegurar que Lord Hokage les ha enviado? ―preguntó con incertidumbre.
No creía que Kakashi…
―No tenemos órdenes directas de Lord Hokage. Son órdenes del actual jefe de la División Jonin Dieciséis, quien actúa bajo completa aprobación de Lord Hokage―contestó el primero que había hablado y estaba parado delante de él.
― ¿Y quién es ese jefe al cual debo de ir a pedirle una aclaración? ―preguntó Neji con disgusto.
No era que no respetara los rangos, pero dentro de la aldea, era bien sabido, que él y sus compañeros de generación tenían, gracias a Kakashi, una especie de inmunidad contra otros cargos altos cuando se trataba de ordenes no dadas directamente por el Hokage. Si Kakashi no daba la orden de ir a buscarles, o que alguien les sustituyera en una misión, y en la más extrema de las situaciones, que les dejara fuera de alguna misión, Neji y sus amigos tenían todo el derecho de ignorar la orden de cualquier persona y seguir adelante con sus propios objetivos.
Pero no pudo usar este razonamiento correctamente cuando observó a un joven aterrizar entre los otros ninjas tras salir del camino rocoso que tenían a un lado. No hizo falta que se quitara la máscara o hablara, Neji reconocía perfectamente el cuerpo, el porte, los pequeños detalles que los padres percibían mejor que sus propios hijos, y eso lo dejó paralizado.
― ¿Naoki? ―exclamó en un suspiro.
Naoki se quitó la máscara colocándola en la bolsa de su pantalón estilo chándal, parte del uniforme de su equipo. A diferencia de los demás, Naoki tenía colocada una bandana dorada debajo de su bandana ninja, lo que señalaba el tipo de rango entre sus compañeros, quienes solo portaban la bandana ninja con el actual característico color negro.
Se acercó pocos pasos hacia su padre, cruzándose de brazos en el acto y mirando hacia lo que Neji cargaba. Se detuvo y levantó la mirada a él.
―Buen genjutsu para alguien que no lo suele usar ―comentó Naoki.
―Naoki, ¿qué significa esto? ―cuestionó Neji con una expresión furiosa― ¿Qué haces fuera de la Aldea? Deberías haberte quedado con Ohara.
―Oh, papá, no debes de preocuparte ―dijo el joven descruzando los brazos y colocándolos en su cadera, cerrando los ojos a inclinando el cuerpo a un lado―. Dársela a Kakashi con un pretexto fue muy fácil.
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FLASHBACK
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Cuando la puerta se abrió y reveló al cansado y desgastado Hokage, Naoki no le dio chance alguno de hablar, entregándole al instante a la niña rubia que iba igual de dormida que el peliplata, y luego le aventó la mochila que contenía las cosas para cuidarla.
Kakashi, con los reflejos ninjas bien afinados pero la consciencia en un estado de "procesando", recibió a la niña, pero dejó caer la pequeña maleta, mirando con parpadeos pesados hacia Naoki.
―Cuídala, tío Kakashi. Un amigo mío me requiere de apoyo para una misión y su mensaje me llegó tarde. Volveré pronto, no te preocupes ―dijo Naoki con rapidez mientras se alejaba de la casa.
Apenas puso un pie en la calle, se echó a correr para no darle tiempo al peliplata de reaccionar, y este último solo lo observó alejarse hasta perderse de su vista.
Kakashi podía jurar que vio una especie de maleta detrás de la espalda de Naoki, asumiendo que llevaba muchos suministros si iba de apoyo a una misión. Pero realmente no sabía a qué misión se refería ni a cuál amigo, no estaba al tanto de todas las misiones asignadas, de eso se encargaban los secretarios de archivo.
Con un ojo completamente cerrado, miró a la niña rubia que parpadeaba completamente cansada, cayendo sobre su hombro con poca sutileza.
Kakashi dio media vuelta y pateó la maleta al interior de la casa, entrando y cerrando con el pie.
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FIN DEL FLASHBACK
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― ¡¿Te aprovechaste de tu tío?! ―preguntó Neji con incredulidad.
―No me… aproveché ―dijo Naoki abriendo un ojo y mirando a un lado pensativo―. Pero si le hubiera dicho mis verdaderas intenciones, probablemente me hubiese detenido.
― ¿Y cuáles son tus verdaderas intenciones?, ¿eh? ―preguntó Neji molesto― ¿Acusarme de traición por algo que no está pasando?
― ¿De verdad crees que me voy a tragar eso sabiendo que él ―señaló a sus brazos― es Sasuke Uchiha? El criminal más buscado de Konoha.
Dio un paso a Neji y lo señaló.
― ¡Y tú lo estás ayudando! ―acusó con un gruñido. Llevó su mano hacia su cadera y sacó un kunai, apuntando hacia Neji― No sé qué demonios está pasando, pero el simple hecho de saber que mi padre está ayudando al Uchiha a infiltrarse a la aldea y conseguir algo, me da suficientes motivos para ponerlo en mi lista negra.
Neji bajó lentamente a Sasuke al piso, colocando la mitad de su cuerpo extendida y manteniendo el torso levantado, apoyándolo sobre su rodilla y su mano para sostenerlo mientras mantenía la otra mano libre dirigida hacia Naoki.
―Naoki, estas entendiendo todo mal ―se apresuró Neji, debía evitar, a toda costa, llegar a una pelea―. No es lo que crees, este no es el Sasuke Uchiha que conoces.
Naoki enarcó una ceja.
―Mira, papá, puede que hayan luchado contra una cosa divina, algo del otro mundo, un buen de realidades, cosas cósmicas, o lo que quieras. Pero en esta realidad, la que vino después de mí, no he presenciado nada de eso. Así que, lo siento, pero no creo que haya algo que puedas decir o hacer para convencerme ―sentenció el joven con seguridad.
Neji debía pensar bien en cómo persuadir a su hijo. Después de todo, él era quien lo había educado y entrenado para ser de mente impenetrable.
― ¿A quién habré mandado? ―se preguntó Kakashi en voz baja recordando que Naoki había dicho que iba a "apoyar" a su amigo en el campo.
Estaba mirando con aburrimiento hacia un punto incierto en su oficina mientras su pierna derecha rebotaba para divertir a la niña sentada en ella.
―Y Pato Azul le dijo a Pato Amarillo: "¡Son mis nueve manzanas!" ―decía Ohara con el cuento de cartón entre sus manos. La niña se detuvo un momento y frunció el ceño, haciendo un puchero mientras veía algo en el libro―. Alto, ¿por qué hay un pato azul que come manzanas? ¡Los patos no viven abajo del agua!
Kakashi enarcó ambas cejas con desespero y miró cómo Ohara le miraba interrogante.
Otra hora de explicaciones científicas inventadas de un niñero inexperto.
I'M BACK *baila in mexican* HOLA
UFF, que difícil estuvo encontrar el momento para subir el capítulo. Desaparecí un ratote, no inventen :'v
Estoy en las últimas dos materias para titularme, y la escuela dijo "No amiga, tu vete a trabajar todo el día y la noche". No saquen render completo, amigos, saquen render por partes o va a tardar un milenio en salir su animación xD
Jajaja, bueno, luego del pequeño consejo, aquí está el capítulo. Espero que les haya gustado. Lo sentí, la verdad, muy por sobre la profundidad con la que escribí los anteriores, pero me pareció que llegué al punto.
Espero se encuentren todos bien. Muchas gracias por leer, por seguir la historia, por sus comentarios.
Y sobre si lo voy a publicar en wattpad... probablemente lo haga cuando termine el fanfic. La verdad es que no tenía planeado subirlo ahí, pero no me cuesta nada ni me molesta, así que, talvez cuando acabe el fanfic (o cuando acaben mis clases, lo que ocurra primero) subiré la historia a Wattpad. De hecho tengo un perfil con una historia concluida (a las otras les di cuello, jaja). Se los comparto, es ATELY7. Probablemente me anime a subir la historia a wattpad cuando acabe mis clases, que será en unas cuatro semanas. Con suerte, la estaré compartiendo también ahí :3
¡Y sin más, de nuevo, espero les haya gustado! Nos vemos en el siguiente capítulo
Ana Kogane Holt
