EL IMPERTURBABLE ANFITRIÓN


Naoki dejó caer el kunai al piso y desprendió el pergamino de su espalda, apresurándose a extenderlo debajo de él contra el piso. Neji abrió los ojos con sorpresa, mirando centímetro a centímetro la tela extendida sobre la tierra, analizando rápidamente de qué se trataba.

―Tomaste el pergamino de Tenten ―murmuró dejando salir el poco aire que tenían sus pulmones.

―Mamá sabe que no lo hago como ofensa ―respondió Naoki con seguridad, mordiéndose el pulgar y pasándolo sobre la tela.

Neji retiró su atención del joven para ver a Sasuke, ignorando el jutsu de invocación y las múltiples armas que se desplegaron alrededor de Naoki. Pasó sobre el inconsciente ninja y le cubrió el cuerpo con su propia capa, colocándolo en el piso con cuidado y asegurando sus cosas a un lado.

Al enderezarse delante de Sasuke, Neji puso su propio cuerpo de lado contra la defensa de ninjas que respaldaban a Naoki. Observó cada una de las armas que Naoki colocaba a su alrededor. No necesitaba su byakugan activo para detectar los hilos de chakra que se desprendían de los dedos y las palmas de Naoki, todos uniendo los mangos de cada arma que podía ser lanzada en trayectorias directas. Las de cuerpo a cuerpo no entendía cómo las manejaría su hijo, pero con todo lo que le había sido revelado, Neji no dudaba que incluso tuviese algún pacto con algún ser para invocación.

―Así que me has mentido ―dijo Neji con seriedad, enderezándose y levantando la barbilla.

Naoki enarcó una ceja.

―Nada que tu no hayas hecho recientemente, papá ―contestó en niño con desdén.

Neji torció la boca.

―En otras circunstancias, te habría castigado por responderme de esa forma ―afirmó Neji llevando una pierna al frente y levantando los brazos en posición de ataque.

Naoki apretó la boca, dándose cuenta, con molestia, de cómo su padre iría hasta los límites más evidentes para poner a salvo al Uchiha. Enderezó sus manos y las colocó debajo de su cuerpo con las rodillas flexionadas, echando el torso sobre su rodilla izquierda.

―Lamento que no sea así, papá ―murmuró Naoki.

―Ocho trigramas ―susurró Neji. Naoki se aventó contra él con los brazos extendidos― ¡Palma del Vacío!


Sakura encabezaba al grupo llevando a Urayashi sobre su espalda. A su lado, Hiashi corría un metro detrás de ella con el byakugan activo. La zona rocosa que estaban atravesando apenas tenía piso del cual aferrarse, pues estaban sobre la zona rocosa cercana al clima invernal. No había grandes terrenos de nieve, pues esta se derretía rápidamente; aun con eso, el piso estaba resbaloso y había agua por todos lados, así que Sakura había propuesto avanzar lo más rápido que se pudiera a través de este terreno para no hallar complicaciones en caso de que tuvieran que avanzar.

Había enviado a Katsuyu a hablar con Tsunade poniéndola al tanto de toda la información que tenían, con lo poco informado que tenían acerca de Sasuke y Neji a través de lo que Urayashi percibía. Estaba bien mantener informada a su maestra, ya que, ante cualquier imprevisto, la orden era que ella fuese la primera en volver a la aldea con Kakashi.

―Al llegar a la aldea no estará Urashiki ―comentó Urayashi atrayendo la atención de Sakura.

Ella lo miró de reojo un segundo antes de volverá concentrarse en el camino. Hiashi llegó a su lado y miró al niño.

― ¿Lo logras ver? ―preguntó Hiashi.

―No está ahí, solo lo sé ―respondió Urayashi volteándolo a ver―. No sé en dónde esta, pero sé que en la aldea no.

―Parece que solo juega para espantarnos ―dijo Sakura con incertidumbre.

―No no ―se apresuró a decir Urayashi atrayendo la atención de ambos―. Urashiki no es tan listo, actúa con muuuuuucho impulso. Así que dudo que todo esto que estamos haciendo sea resultado de un plan orquestado por él.

Sakura suspiró.

―Espero tengas toda la razón.


―Pero no se pueden mover ―comentó Tsunade mirando una a una las caras plasmadas en la pared de la cueva.

Ibiki se acercó a la boca de la cueva con una libreta en mano, con Yamato detrás de él, quien iba recolectando algunos objetos en una bolsa de lona.

―Son ciento cuarenta y dos rostros, noventa de ellos muestran un cuerpo completo ―comentó Ibiki.

Tsunade volteó la mirada a la entrada, donde ninjas de Konoha enviados por Kakashi entraban con carretas grandes de minería y material para retirar piedra de las cuevas.

Apenas había recibido el mensaje de Sakura directo de Katsuyu, Tsunade envió el mensaje a Kakashi con ayuda de Katsuyu y Pakkun, quienes fueron increíblemente eficientes en el momento requerido. Apenas Kakashi había recibió el mensaje, había movilizado sigilosamente a un grupo completo de ninjas expertos para comenzar a remover los cuerpos de los Zetsus de las cuevas.

Los cuerpos no estaban de ninguna forma activos, por lo que suponían que Urashiki tendría que ver en ello si cobraran vida de la nada. Pero Tsunade no quería descartar ningún posible resurgimiento del ejercito de estos seres, por lo que prefirió asegurar la estadía de estos en los laboratorios subterráneos de la aldea, donde podrían mantenerlos en completo aislamiento ante cualquier situación.

Sasuke había sido muy específico con las instrucciones de dónde hallarlos y el manejo que debía seguirse sobre si se quería llegar a una interacción con los cuerpos. Muchos de ellos estaban compuestos completamente de madera, otros eran Zetsus petrificados, pero la minoría contenía cuerpos con piel y huesos, por lo que él no había dudado que esos podían reaccionar más rápidamente a un impulso de cobrar vida.

"Intenten no generar ninguna fuente de energía que ellos puedan obtener, en especial el chakra. Tendrán que mantener sus niveles bajos si quieren evitar algún desastre", había dicho el Uchiha mientras les explicaba el plan.

―Yamato, quiero que trasladen todos los cuerpos por detrás de la aldea ―ordenó Tsunade al ninja, quien asintió silencioso hacia ella sin dejar de ver el bolso de recolección―. No quiero que la aldea se alerte al verlos. Han pasado muchos años, y revivir el recuerdo uno de los horrores de la guerra generará confusión en la mente de los aldeanos y los ninjas que llegaron después de la guerra. Así que mantengan perfil bajo.

―Sí, Lady Tsunade ―respondió Yamato saliendo de la cueva para dar instrucciones de forma inmediata a los ninjas que estaban por partir a Konoha.

―Me encargaré del manejo de los Zetsus a la aldea. Mantendré a todos los enterados bajo completo silencio ―dijo Ibiki a Tsunade, dando media vuelta hacia ella para mantener la conversación―. Tengo entendido que no quieren que involucre a las divisiones especiales porque Naoki Hyuga está enlistado en ellas.

―Así es ―respondió Tsunade―. No es por nada en especial, Neji solo quiere protegerlo de cualquier problema que pueda recaer sobre él si la existencia de Sasuke es revelada.

―Lo entiendo ―comentó Ibiki―. Bien, volveré a la aldea entonces. Mantendré esto en total secreto.


Naoki caería de espaldas al piso, pero su reacción inmediata le permitió poner las palmas contra el suelo para dar un leve impulso y regresarlo sobre sus pies. Al enderezarse, levantó rápidamente una palma para detener a sus compañeros que estaban listos para atacar a Neji. Todos lo voltearon a ver, pero él jamás despegó la mirada de su padre.

―Nadie lo puede tocar ―dijo Naoki a sus subordinados―. Busquen al resto del equipo, y deténganlos. Sin peleas, sin ataques, ni daños, los quiero a todos a salvo… Y, siendo realistas ―se encogió de hombros―, no hay mucho que podamos hacer contra veteranos de guerra, así que mantengan su distancia y regrésenlos a la aldea de forma pacífica.

Los ninjas se miraron unos a los otros inseguros de dejar a Naoki, pero cuando un líder daba una orden, debía acatarse. Fuera de que tuviesen decisiones propias por su propia moral, ellos debían mantenerse a distancia cuando se trataba de esta clase de asuntos.

A-ho-ra ―ordenó Naoki.

Todos se dispersaron dejando a Naoki solo con Neji y Sasuke.

Neji los percibió alejándose a todas las direcciones, evidentemente hacia sus amigos. ¿Cómo habían obtenido la información de los demás? Es lo que se preguntaba Neji. Nadie más que Kakashi sabía de la ubicación de cada grupo, por lo que era imposible que Naoki hubiese obtenido la información de su propia boca.

Aunque solo estuviese Naoki, Neji sabía que no podía dejar solo a Sasuke en ese estado tan indefenso, así que debía pelear alrededor de él para siempre tener al alcance entrar en su defensa ante cualquier amenaza.

Levantó la cabeza y miró a su hijo.

―Naoki, no voy a pelear contigo ―cerró sus manos en puños, pero no deshizo su pose de batalla.

Naoki enarcó una ceja.

― ¿De verdad, papá? ―preguntó con seriedad. Dio un paso detrás colocando su lado izquierdo contra Neji― Creí que respetabas el código ninja. Después de todo, ¿no se supone que los Hyuga son muy estrictos con él?

―No tiene nada que ver la familia con el código ninja ―contestó Neji con serenidad.

Sabía que el principal punto a descolocar en Naoki para ganarle, era hacerle creer que se había desinteresado de él. Era cruel, pero cuando Neji se mostraba serio o molesto con Naoki, el niño de inmediato se inquietaba, puesto que mucho miedo surgía de él al ser un niño adoptado.

Había muchos niños en la academia que habían crecido en el mundo después de la guerra, además de que sus padres eran civiles y no conocían los horrores de la misma, por lo que su realidad y conocimiento de las emociones generadas de ese evento, distaban mucho de los de los niños que habían nacido, de alguna forma, "conocedores" de los horrores de esta. Niños como Naoki, que si bien, no sabía quiénes eran sus verdaderos padres, había llegado a brazos de Neji, un ninja que vivió los horribles resultados de la guerra empezando por la muerte de su padre. Naoki conoció mucho de la historia detrás, los años de tensión desde que empezó la búsqueda y captura de Naruto por los enemigos que aparecían constantemente, y lo que ocurrió hasta el fatídico campo de batalla donde todas las aldeas se unieron.

Este tipo de separación provocaba que el primer tipo de niños creyera que el segundo tipo de niños tenían algo… mal. Estos niños se volvieron problemáticos, jugando con las emociones de los niños que sabían de la guerra por diferentes factores: que perdieron familia, se quedaron solos o sin nada, que pagaban por lo que otros habían perdido en aquel entonces. El bullying dentro de la academia de Konoha fue uno de los muchos escándalos que inundaron el mundo ninja, puesto que todas las aldeas sufrían esta situación al no saber cómo comunicar el respeto que se debía tener por las personas más involucradas a los años trágicos.

Naoki fue víctima de este bullying mucho tiempo de niño, siendo molestado por el hecho de ser huérfano y adoptado, y le llenaron la cabeza de dudas a un niño que no las había tenido jamás. Naoki sabía que Neji lo amaba incondicionalmente, su padre se encargó de hacerle ver esto, y que jamás iba a marcar una diferencia entre lo que era ser un hijo de sangre de un hijo adoptado, puesto que, para Neji, Naoki era su familia de la misma y más fuerte forma.

Por eso mismo, cuando Neji escuchó llorar a Naoki cuando este tenía apenas siete años, encerrado en su habitación luego de haber ido por él a la Academia, y tras enterarse del tipo de trato que sufría su hijo, supo que cualquier cosa, emoción o palabra que hicieran creer a Naoki que Neji no lo quería, sería el golpe más duro que iba a recibir en toda su vida.

Y, desafortunadamente, Neji tenía que poner esto en práctica en ese momento, odiándose inmensamente por tener esa maldita idea en la cabeza… Pero era por el bien del futuro que los aguardaba. Por el bien de Naoki.

―Naoki, apártate del camino ―advirtió de la forma más fría que podía expresarse, y juró que la última vez que se escuchó hablar así, fue cuando Hinata y él eran niños, y él la despreciaba.

Naoki creyó no mostrar ninguna reacción, pero el ligero tirón que dio la comisura de su boca fue el indicio más sutil y suficiente para Neji.

―Bueno, pues yo sí voy a pelear contra ti si es necesario. No dejaré que ensucies a la aldea con esta traición ―respondió Naoki.

Con apenas segundos entre la acción del joven y la reacción de Neji, el pergamino de Tenten fue desplegado delante de Naoki, y las grandes letras que adornaron el lugar antes de la explosión, impulsaron a Neji a moverse del camino hacia el piso justo cuando una enorme bola de masa con púas pasaba sobre él rápidamente.

De no haber movido la cabeza, hubiese estrellado su cuerpo contra la tierra donde ahora rodaba la bola causando un enorme hueco en el camino, con un estruendoso y desagradable ruido.

Pero fue demasiado lento, pensó Neji mirando la bola detrás de él y Sasuke. No ataca a matar. No me dañará. No puede.

Volvió su vista a Naoki justo cuando él sacaba un kusari fundo*, adivinando que buscaría utilizarlo para inmovilizarlo. Era una táctica MUY inútil, y Neji no lograba entender por qué Naoki lo atacaba de una forma que, en realidad, no era nada efectiva. No había emociones involucradas, porque Naoki jamás se dejaba llevar por ellas cuando se trataba de trabajo, eso era claro. Era una personal más racional que, aunque tuvieran que ver sentimientos, siempre ponía por delante el deber de su trabajo y la misión común de Konoha, así que Neji podía adivinar que Naoki no atacaba de esa forma por querer evitar lastimarlo.

Extrañado porque su movimiento corporal no era acorde a con su manera de pelear y desenvolverse, conociendo esto de haber sido uno de los principales entrenadores de Naoki en su niñez, Neji activó su byakugan y analizó el cuerpo de su hijo, notando unas extrañas líneas que subían desde la tierra hasta sus pies, envolviendo sus extremidades y apretando en puntos estratégicos.

Como una marioneta…

Una de…

― ¡Será mejor que te muevas, Hyuga!

Con un suspiro de espanto, Neji volteó de inmediato detrás de él sorprendido, y gracias a la sombra en el piso, dirigió su mirada hacia el cielo para ver a su apoyo flotando sobre los tres ninjas de Konoha.

― ¡Llévate a Sasuke ahora, ganaré tiempo!

Mientras Neji se apresuraba a actuar (aún muy confundido con la aparición del apoyo), Gaara movió la arena alrededor de Naoki para envolverlo cada vez más y más en ella, imposibilitando que intentara ir detrás de sus compañeros.

Neji tomó a Sasuke en brazos abrazando su torso con fuerza. Sasuke estaba con los brazos lánguidos sobre su estómago y la cabeza le colgaba de forma inestable, así que Neji intentó apretarlo lo más que pudo contra su hombro para evitar lastimarle el cuerpo. Estaba demasiado débil, y lo que menos quería era empeorar su situación. Las cosas fueron echadas sobre su espalda siendo sujetadas por el hombro contrario al que servía de almohada para Sasuke, y con la posición más segura que encontró, Neji echó carrera de nuevo a su objetivo inicial, pasando sin titubear a un lado de Naoki sin darle una doble mirada.

Naoki, por el contrario, se retorció lo mejor que pudo dentro de una gran masa de arena que lo envolvía cada vez más fuerte, cubriendo su cuerpo y aprisionándolo para evitar su huida. Miró de reojo a Neji hasta que lo perdió de la periferia, volviendo entonces su atención al Kazekage.

Gaara miró al niño debajo de él con una fría seriedad, deteniendo la arena una vez que supo que no había forma posible de que se liberase por su propia mano. Miró hacia donde Neji había desaparecido y luego alrededor, esperando ver a algún aliado del niño. Pero, por lo que veía, ninguno estaba cerca, lo cual era un alivio. No quería dejar más gente petrificada en medio de la nada, con uno era más que suficiente.

Naoki no sabía cómo dirigirse hacia Gaara y exigir que le soltara. En todos los aspectos conocidos, era su superior y un modelo a seguir, y por su propia educación no quería ni se sentía capaz de reclamarle por ello. Si el Kazekage estaba apoyando a Neji, había algo que no encajaba. ¿Se trataba de un complot contra Konoha?

No.

No creía eso, sonaba estúpido.

―Bien, ¿cómo quieres hacer esto? ―preguntó Gaara cruzándose de brazos. Naoki, boquiabierto, lo miraba casi sin parpadear― ¿Dejarás que te explique la situación o actuarás por impulso de nuevo? Si eliges la última, te informo que me veré en la obligación de aprisionarte hasta que el Hokage me indique que te suelte.

Naoki se pasó la lengua por los labios.


Veinte minutos, solo veinte minutos habían pasado desde la asistencia de Gaara, y Neji estaba corriendo tanto como podía.

Sasuke había parpadeado un par de veces indicando que estaba consciente, pero Neji asumía que él había pensado que su viaje no se había interrumpido en ningún momento, razón por la que había vuelto a dormir sin preguntar. Eso estaba bien, pues si Sasuke se enteraba de que Naoki estaba al tanto de todo, estaba seguro de que comenzaría a titubear acerca de sus próximos movimientos.

Había muchas preguntas que inundaban la cabeza de Neji, y algunas de ellas estaban comenzando a resolverse con el riel de recuerdos y certezas que le cruzaban la mente, por lo que solamente quería obtener una confirmación directa de su hijo. No estaba contento, no con todo lo ocurrido ni con lo que probablemente le informarían, pero, de alguna forma, un orgullo con calma le cruzó el pecho como una onda, dándole un poco de impulso para apretar con más seguridad a Sasuke y seguir el camino.

Pero con ello, estaba más nervioso.


Kiba observó con atención a los dos aldeanos que lo acompañaban en el bar del pueblo, escuchando con un falso interés como hablaban del local de inciensos y tés que habían cerrado las mujeres mayores del pueblo por celos, comentando cómo las jóvenes muchachas que lo atendían se habían tenido que ir del pueblo porque las señoras las llamaban "incitadoras".

Estaba lejos de estar interesado en el relato, pero Kiba había encontrado muy informativo el hecho de que, aquellas señoras quejumbrosas, eran las cabezas de las familias en el pueblo. Aunque, si bien, no eran ninjas ni mucho menos algún tipo de guerrero básico, ellas comandaban a todo habitante del lugar, pues eran poseedoras de armas muy importantes. Armas que, Kiba aseguraba, Sasuke iba a querer tener en custodia.

Para suerte de ambos, Shizune había logrado crear un vínculo con estas mujeres en poco tiempo, compartiendo muchas tardes de comidas y cenas con bailes en las que solamente compartían chismes entre ellas. Shizune había sido hábil sacando la información, pues no sospechaban nada de ella, creyéndola una simple mujer que buscaba lo mejor para su joven familiar, y por eso acompañaba al "tranquilo Kiba" en su decisión de mudarse.

Ambos habían tenido que cambiar su estilo para esconderse, Kiba borrando su maquillaje del clan, peinando su cabello con fijador y usando pupilentes de color para ocultar su obvia ascendencia. Shizune, por otro lado, había pintado su cabello de tono naranja y vestía de forma muy cubierta, dándole un aspecto aun mayor al que tenía. Esto los ayudaba con la idea de que ella era su tía.

Así que, con todo su teatro armado, ambos habían logrado recopilar la información básica para que Konoha realizara un movimiento para confiscar y poner bajo seguridad todas esas armas.

Kiba solo esperaba ordenes de Shikamaru, quien sería el que iría a través de los grupos juntándolos hasta llegar con el equipo de Sasuke a Kumogakure, así que él y Shizune solamente debían seguir aparentando el tan elaborado asunto. No le molestaba, hacerse tonto en un trabajo en una tienda nada visitada había sido lo que les había dado ingreso a ambos, Estar así durante hasta la llegada de Shikamaru no le quitaba nada.

― ¡OH, y esa debo contártela, Kiba! ―dijo Jun alzando su vaso al aire.

Kaiba sonrió lo más genuinamente que pudo.


El tiempo había pasado, Neji no podía decir cuánto realmente, pues apenas había logrado abrir los ojos dentro de la gran cueva, sumergido de la mitad de la parte trasera de su cuerpo debajo de un agua extremadamente fría. Creía que había estado mucho tiempo inconsciente en ese ambiente porque su cuerpo no reaccionaba con temblores al agua helada, pero sí podía sentir la tensión en sus músculos al doblar sus extremidades.

Torció la boca y cerró los ojos mientras ponía todo su esfuerzo en ponerse de pie, quejándose audiblemente al sentir sus huesos tronar y liberarse. No quiso ponerse de pie de inmediato, curvándose sobre su costado izquierdo y colocando su mano derecha sobre la rodilla derecha para tener un apoyo.

El ambiente, a diferencia del agua, era cálido, por lo que el contraste al moverse se sintió como un golpe. Sus pies iban a resentir todo el cambio, era seguro.

Entreabrió los ojos buscando alrededor de él algo que le indicara con exactitud donde se encontraba, pero la gran cola de pelaje naranja que estaba delante de él rodeándolo, le dejó bien claro que su destino no estaba lejos.

Con un lento movimiento de cabeza, Neji llevó su atención hacia el zorro que estaba sentado a su lado con la mirada al centro entre sus patas, donde parecía atento a algo.

―Kyubi ―susurró Neji en llamado.

El Zorro de las Nueve Colas volvió su mirada lentamente a Neji, pero no más de unos pocos segundos antes de regresarla a su primer objetivo.

― ¿De dónde lo sacaste, Hyuga? ―preguntó el Kyubi con voz tranquila.

Neji observó el entero cuerpo del Kyubi cubierto por distintos sellos en tinta sobre su piel. Algunos brillaban en colores, otros simplemente expedían un aura color verde neón, pero el resto eran simples tatuajes sobre el frondoso pelaje de la bestia.

Se puso de pie con rapidez, sin alejar su mirada del Kyubi mientras caminaba para rodear el costado izquierdo de la bestia. Notaba las pequeñas heridas en la mandíbula de este, unas largas líneas donde el pelaje no crecía. Iban desde la mandíbula izquierda hasta la barbilla al otro lado del rostro, y una zona quemada cerca de su ojo izquierdo también era notable.

― ¿No dejaste que te curaran aquel entonces? ―preguntó Neji.

―No era de mi especial interés cuando tenía a Sasuke a mi alcance ―dijo el Kyubi con calma.

Cuando Neji llegó al frente del Kyubi, miró que, entre las colas, en el piso al igual que estuvo él, Sasuke se encontraba recostado inconsciente pero tranquilo. A primera vista notaba que mucha de su situación había cambiado, su piel tenía más color, su respiración era más marcada y fuerte, lo que indicaba que respiraba de forma adecuada. Inclusive se podía ver en los parpados, los cuales habían perdido las arrugas en las comisuras y las sienes, las cuales se acumularon conforme habían pasado los días como si indicaran cansancio.

― ¿Lo curaste? ―preguntó Neji sorprendido.

El Kyubi por fin alejó su atención de Sasuke para ponerla sobre Neji, borrando su semblante en guardia e incluso inclinándose un poco hacia él.

―Está muy débil. Su cuerpo apenas acepta algo del chakra que le paso, es como si lo repeliera ―explicó el Kyubi entrecerrando los ojos―. Y sé que este sujeto no es el Sasuke que conocemos, así que he probado métodos menos… convencionales, para hacerle mejorar.

El Kyubi se enderezó mientras Neji se acercaba a Sasuke, alejando sus colas alrededor para darles espacio.

―Aun así, no parece servir de mucho, y la curación será lenta ―dijo el Kyubi.

Neji se acuclilló a la altura de Sasuke y le miró atento, revisando si no tenía alguna herida de la que preocuparse.

―Bueno, te doy las gracias por ayudarlo. Nuestro ninja médico nos hizo el favor de quedarse atrás y no podía curarlo yo ―comentó Neji. Miró al Kyubi sobre el hombro, y este le devolvió la mirada.

―Mientras despierta, creo que merezco una explicación acerca de su presencia en este lugar.

El Kyubi se puso de pie, poniendo en evidencia su grandeza de tamaño mientras se alejaba de Neji a paso agigantados y pesados. Neji lo miró curioso, preguntándose hacia donde se dirigía.

―Deja al Uchiha ahí, no le va a pasar nada. Este lugar no es ninguno de fácil acceso ―dijo Kyubi sin voltear a verlo.

Neji miró a Sasuke de reojo por última vez, seguro de lo que decía el Kyubi, pero inevitablemente nervioso. Con un encogimiento de hombros, se dio la vuelta y siguió al zorro.


― ¡¿Cómo que no está aquí?! ―preguntó Sakura con sorpresa.

Darui negó con un gesto de cabeza y torciendo la boca. Colocó sus manos en la cadera y miró apenado a Sakura.

―No sabía que Neji Hyuga sería quien vendría a la aldea ―comentó Darui―. De ser así, creo que le hubiésemos dado entrada y anuncio tan pronto como estuviera cerca de nosotros.

La expresión de preocupación en el rostro de Sakura atrajo la atención de Hiashi, quien le miró sabiendo que, a ella, como la encargada de la misión por eliminación, le correspondía elegir entre salir a buscar a Sasuke y Neji o quedarse en la aldea para comunicar la advertencia.

Sí, el primer plan era ir a la aldea a preparar todo para la llegada de Neji y Sasuke, pero se habían atrasado un día y medio tras que se habían cruzado con unos ninjas de Konoha que intentaron detenerlos. No les habían representado un gran problema, lo difícil había ocurrido cuando querían dejarlos en una zona segura. No sabían porqué habían sido atacados, ni siquiera ubicaban a los ninjas, por lo que Sakura y Hiashi querían ponerlos a salvo y luego preguntarle a Kakashi qué pasaba.

Cuando por fin pudieron ubicar a los ninjas en una zona segura (o lo más segura que pudieron encontrar), volvieron a tomar rumbo hacia su destino, yendo lo más rápido que podían con el cansancio de no haber descansado durante una noche entera para acortar el tiempo de viaje, pensando que compensarían lo que habían perdido.

Sakura había supuesto que Neji y Sasuke probablemente habrían llegado el mismo día que ellos con unas horas o minutos de anticipación, sabiendo bien que ambos eran mucho más rápidos que demasiados ninjas en el planeta, pero la reciente noticia de manos del Raikage le comprobó que estaba equivocada.

Y con ello, muy espantada.

Urayashi había dejado de dar actualizaciones de ambos hace mucho tiempo, argumentando que ya no podía sentirlos por ninguna parte. El niño supo de inmediato que Sakura entraría en estado de crisis si simplemente le decía que ya no tenía ni idea del paradero de esos dos, por lo que se apresuró a argumentar que, "lo más seguro", era que habían ocultado sus chakras.

Sakura se había calmado lo suficiente, pero la reciente noticia solo la alteraba todo lo que Urayashi había tratado de evitar.

Urayashi miró a Darui, quien le dirigía la mirada con evidente curiosidad. No esperaba pasar desapercibido, siendo un completo papel en blanco junto a tanta gente humana que tenía distintos colores de piel y cabello. Él era TOTALMENTE de un solo color con una ligera diferencia de tonalidades entre su pelo y ojos, pero la demás gente a su alrededor tenía evidentes cambios en tonos de ropa, piel, ojos, hasta las pestañas. Era claro que destacaba.

― ¿Un Otsutsuki? ―preguntó Darui.

El niño asintió.

―Urayashi Otsutsuki ―se presentó el niño―. Soy bueno.

Darui sonrió de lado.

―Sé que eres bueno. Es fácil de percibir, por eso no pregunté ―dijo Darui con una sonrisa completa―. Entren a la aldea, se quedarán en la Oficina del Raikage, ahí estarán seguros de miradas curiosas.

Sakura quería refutar y dar la vuelta, pero su sentido adulto le hizo no reaccionar a sus ganas de ir a buscar a sus amigos. Caminó con un porte de calma detrás del Raikage, con un rostro sereno y la espalda derecha. Aún estaba en territorio "inactivamente enemigo", pues no había ningún tratado de paz entre las aldeas… pero… al menos, podía considerarse un lugar parcialmente seguro gracias a Darui.

Con Hiashi cerca de ella, caminaron juntos al interior de la aldea.


Sentía una necesaria y rara calma cuando comenzó a abrir los ojos, sintiendo, por primera vez, que lo hacía con total ganas de despertar.

Entre lo borroso de su visión y lo limitado de su audición, no captó ningún techo ni ninguna pared en su vista periférica, rodeándolo un total color carmín oscuro. No sabía si era bruma, humo o el tono que daba la iluminación hacia la oscuridad entre su ubicación y un techo lejano, pero Sasuke estaba seguro de que JAMÁS se dio cuenta de cuando entró a ese lugar.

Lograba escuchar un par de voces taponadas por el agua que entraba en sus oídos, pero las palabras eran inentendibles, así que su primer impulso fue ponerse de pie para escuchar claramente.

Se quejó de forma audible, algo que, para su molestia, hacía años que no hacía. Ni siquiera en la batalla contra Momoshiki y Kinshiki había tenido tantas quejas de sus heridas, por lo que le fastidiaba que las actuales fueran por el estado lamentable de su cuerpo que ni siquiera era generado por batalla. Su tiempo en esa realidad le estaba sacando cuenta.

Llevó sus manos hacia sus muslos mientras encorvaba la espalda contra sus piernas, llevando la cabeza entre las rodillas tratando de aceptar su propio peso. En ese proceso notó el agua helada y clara que lo cubría de la mitad del cuerpo, dándose cuenta del piso color ladrillo debajo de él. Aun sin asimilar qué era el lugar en dónde estaba, utilizó toda su renovada energía para poder ponerse finalmente de pie, enfocando mucha atención en cómo sus dolores habían disminuido casi a desaparecer, e incluso se sentía más capaz de respirar y moverse.

Y justo cuando movía sus hombros para sentir de nuevo sus articulaciones, su chakra, en un extraño excelente funcionamiento, le permitió percibir la gran energía desbocada que estaba a poca distancia de él.

Giró rápidamente la cabeza hacia el lugar, y entonces notó a Neji caminando hacia él, con el enorme e imponente Kyubi sentado a pocos metros de distancia, mirándolo con un coraje contenido, pero a la vez, con una muy evidente curiosidad.

Esperando no estarse mostrando débil, Sasuke le mantuvo la mirada al gran zorro hasta que Neji llegó a él y atrajo su atención colocándole la mano sobre el hombro.

― ¿Cómo te sientes? ―preguntó Neji.

Sasuke pasó saliva por primera vez desde que despertó, sintiendo el desagradable dolor que finalmente le dio alivio a su garganta. Tomó aire y estiró el cuello.

―Bien, sorpresivamente ―contestó Sasuke con serenidad. Miró hacia el Kyubi―. Gracias por traernos hasta aquí.

Neji asintió y se dio la vuelta, dándole una leve palmada al hombro a Sasuke para que avanzara a su lado.

Ambos se acercaron hacia el Kyubi, y Sasuke jamás despegó su mirada de él. Cuando lo tuvo a cinco metros, considerablemente cerca en comparación de tamaños, ambos centraron su total atención entre ellos. Neji se sintió evidentemente fuera de ambiente, por lo que se alejó un poco de ellos y se sentó a verlos conversar.

―Quisiera decir que me sorprende ―comenzó el Kyubi con calma―, pero he vivido tanto y visto tantas cosas, que lo único que hay en mi mente es aplastarte con una de mis colas sin importarme en lo más mínimo el motivo de tu aparición en esta realidad. Sin embargo… ―se agachó hacia Sasuke un poco, mostrándole su total interés―, estas aquí por algo, y como me han contado lo apegado que eres al Naruto de tu realidad, realmente estoy intrigado por lo que vienes a pedir.

Sasuke parpadeó una vez, sin responder, pero sin moverse de su lugar.

El Kyubi le devolvía la mirada.

―Igual de insolente ―murmuró el Kyubi.

―Kurama, no vengo a solicitar ningún tipo de ayuda sencilla ―respondió Sasuke con firmeza. El Kyubi se echó hacia atrás ante la mención de su nombre, pues la última persona que le había llamado así había sido el difunto ninja rubio―. Mi único fin en esta misión es recopilar y mantener a salvo tanto poder como sea posible, para alejarlo de Urashiki. Tú y tus hermanos son parte de esa energía.

El Kyubi bufó, cerró los ojos y volvió la cabeza a un lado mientras sus colas se movían de un lado a otro.

―No esperes que interceda por ti y los convenza. Tiene años que no hablo con las demás bestias ―dijo Kurama―. Tenemos poco interés en siquiera cruzarnos, muchos no tienen recuerdos especialmente felices de que nos liberaras cuando te pusiste loco.

Sasuke enarcó una ceja mientras Kurama lo veía de reojo.

―Están muy enojados ―comentó.

Sasuke asintió.

―Comprendo bien eso ―puso su única mano sobre la cadera y apoyó su peso sobre la pierna izquierda―, y no, mi fin no es hacerlos mis aliados. Solamente quiero que estén a salvo. Al menos, si no puedo ponerlos de mi lado, quiero evitar que Urashiki los use del suyo.

―Ese hombre es un dolor de cabeza, ¿eh? ―preguntó Kurama poniendo su atención ahora sobre Sasuke y Neji, intercalando la mirada entre ambos―. ¿Qué tanto han hecho para detenerlo?

Sasuke suspiró.

―Lo suficiente. Aunque hemos mantenido a Naruto al borde. Es uno de sus objetivos, y queremos protegerlo ―contestó Sasuke.

Kurama movió los parpados mostrando una expresión de curiosidad. Su mirada se detuvo en un punto invisible en el agua antes de hablar.

―Hyuga me contó todo ―dijo Kurama con voz baja―. Así que el niño lo logró y se volvió Hokage en tu tiempo.

Sasuke asintió.

―Sí. Él es el Hokage. Y tú sigues con él.

―No esperaba menos ―comentó Kurama mirando a Sasuke de nuevo―. Bueno, si no quieres que ponga a todas las bestias de tu lado, ¿qué es exactamente lo que quieres? No tengo tanto poder como para andarme libre por este mundo. Cualquier idiota con poco cerebro y un poder ocular puede intentar controlarme, es algo que no puedo evitar. Más te vale no estar listo para intentarlo si me niego a tu petición.

Sasuke negó con la cabeza.

―Lo mío es una petición, no una exigencia. Si te niegas a ayudarnos, me marcharé y seguiré con el plan sin ti ―contestó Sasuke. Miró hacia Neji y preguntó―. Kurama, ¿qué se necesita para ser tu jinchuriki?

Neji dio un salto en su lugar y miró a Sasuke con desconcierto. Kurama enarcó una ceja, inclinó la cabeza a un lado y bajó una oreja.

―Mucho chakra, manejo de sellos y un portador lo suficientemente fuerte para recibirme ―respondió Kurama. Frunció el ceño―. ¿Me estas preguntando…?

―En un principio lo planee, pero no puedo mantenerte. Mi cuerpo no está al cien por ciento de sus capacidades, este mundo me está debilitando, y, si muero, no podré asegurar que te sacaré a tiempo de mí antes de que ocurra ―contestó Sasuke volteándolo a ver―. Así que tengo una segunda opción.

Kurama miró a Sasuke con poca confianza, pensando que la otra era una que, para su mala suerte, le haría codearse con Gamabunta.

― ¿Y qué es? ―preguntó queriendo salir de la duda de una vez por todas.

Sasuke parpadeó una vez.

―Hagamos un contrato. Conviértete en mi invocación.


HOLA A TODOS, he vuelto :'v

Disculpen la demora. Finalmente he terminado mi curso y me he titulado, sólo que, por la pandemia, he tenido muchos problemas para realizar los trámites, por lo que me estuve moviendo para trabajar en ello. Aunado, mi PC murió por el disco duro, y estuve sin ella un mes, motivo también por el que no pude subir el capítulo.

Finalmente esta aquí, recién tostado.

Quiero hacer unas aclaraciones:

1) Utilicé la palabra PUPILENTES porque es el nombre popular por donde vivo en México para los lentes de contacto. Como saben, pueden usarse tanto con aumento como de forma estética por el color, pero realmente no sabía cómo llamarlos, ya que recuerdo que en algún lado les dicen Lentillas. Me pareció importante aclararlo para que no se quedaran con la duda de qué fue lo que usó Kiba XD

2) Kusari fundo es un arma que se ve en el anime de Naruto (Kakashi la llegó a usar), que consta de una larga cadena con dos pesas a cada lado.

Espero les haya gustado el capítulo, que lo disfruten mucho, y agradezco su apoyo y por leerlo.

Me alegra mucho poder compartir esta historia con ustedes.

Nos estaremos leyendo en el siguiente capítulo, cuídense mucho.

Nos Vemos :D

Ana Kogane Holt