CONTADOR
No se arriesgó en ningún momento. Apenas tocaron el interior de la mansión Raikage, Sasuke sacó un kunai y se posicionó detrás del otro Sasuke, colocando la fina punta del arma a la altura del coxis, pues no dudaba en dejar terriblemente herido a su oponente si este se atrevía a volverse en su contra.
Ambos caminaron a la misma velocidad y sin intercambiar palabra. El otro Sasuke iba caminando recto y de forma muy elegante, y eso molestaba a Sasuke porque era una forma muy segura de presentarse, además de que… bueno… él caminaba así.
―No llegaremos tan rápido con tus amigos ―comentó el otro Sasuke con tono de aburrimiento―. Así que, ¿por qué no me cuentas qué pasó en tu realidad? ¿Qué hizo que te volvieras tan desafortunadamente inútil?
Sasuke mantuvo su atención sobre el cuello del otro, en silencio, pues no pensaba revelar nada de información de su vida privada. Había tantas cosas que cruzaban su cabeza, cosas que él imaginaba que el otro Sasuke podría interpretar y usar en su contra, todas ellas en base a su realidad. Había datos dentro de su biografía, que, si bien eran minúsculos e innecesarios en su propio mundo, en este podría significar un cambio radical en el pensamiento de alguien. Y eso comenzaba desde la idea de "tengo un ingreso fijo" hasta "mi casa". Eso dejaba a la imaginación muuuuchas cosas que harían saber al otro Sasuke lo suficiente para volverse una molestia.
Él mismo admitía que ya había revelado demasiada información al quererle poner un alto verbal cuando estaban fuera de la mansión Raikage, así que no podía seguir jugando a la confianza ciega mientras tenía a su inmaduro al lado. Estaba siendo demasiado abierto, y eso era una dificultad en ese mundo. Se encontraba harto de cuán profundo logró afectándole la convivencia con los demás, pues su actitud había cambiado, y su pared de defensa era incluso más baja de lo que él querría tenerla, hasta con sus enemigos.
Todo ese cambio había empezado desde que se dio cuenta de que estaba rindiéndose a los dulces tanto como jamás había gustado, esa fue su primera alarma. Los cambios que esa realidad estaban generando en él eran muy graves, pues hacían mella en su propia cordura y forma de actuar. Eso era una debilidad dentro de la misión, y no podía permitirse titubear de una forma tan mediocre.
―Oh, vamos. No tienes nada útil para mí ―lo miró por sobre su hombro intentando no torcerse tanto, consciente de que la punta del arma seguía en un lugar muy peligroso―. Sé que eso es lo que piensas. Después de todo, soy tú.
―No somos del todo el mismo ser ―comentó Sasuke―. Tienes los brazos de Orochimaru. Yo no tuve que recurrir a ese tipo de acciones desesperadas para sobrevivir.
Sasuke rodó los ojos.
―Al menos tuve buena suerte y tengo dos ―se burló―. Pero eres hábil con un brazo, debo reconocerlo.
―Es muy atrevido de tu parte el aparecerte de forma tan casual queriendo configurar una especie de "oferta de paz" ―comentó Sasuke presionando más el arma―. No hay mucho a lo que puedas jugar en estas condiciones. Y tomando en cuenta tu historial en esta vida, tienes contadas cada una de tus opciones, y en varias ya estoy incluido para negártelas.
El otro Sasuke torció la boca con molestia.
―Convivir conmigo es más difícil de lo que creí ―murmuró.
Sasuke pasó un dedo por el mango del arma. Al menos conmigo mismo puedo mantener una pared, pensó Sasuke.
―Volveré a la aldea junto con Rock Lee. Choza, Temari, necesito que lleven a toda esta gente a la Aldea de la Arena ―indicaba Shikamaru colocado delante de todo el grupo. Miró hacia Sakura en brazos de Lee―. Lleven a Sakura con ustedes a esa aldea. Aquí hay una probabilidad muy grande de que Urashiki ataque la Aldea de la Hoja en busca de Sasuke o la tortuga del tiempo, por lo que es mejor dejar a Sakura fuera de ella. Es el único ninja médico que puede manejar una crisis de heridos si se nos presenta alguna durante un enfrentamiento contra Urashiki, sin mencionar que no sabemos en qué puede acabar la pelea de Sasuke contra el otro Sasuke. Así que minimicemos nuestras desventajas asegurando a la gente más fuerte e importante junto a los protegidos en la Aldea de la Arena.
― ¿Y esperas que nos quedemos a la expectativa mientras atacan Konoha? ―preguntó Temari con incertidumbre, mirando a Shikamaru fijamente― Te recuerdo que nuestra hija se encuentra en la ahí.
―Lo sé ―respondió Shikamaru mirando a Temari―. Iré a avisar a Kakashi de los avances que hicieron acá en cuanto a los planes. Los secretarios que estuvieron de testigos y para registrar toda la plática de Sasuke están en el grupo que va a la Aldea de la Arena, en el camino me informarán de todo lo que se decidió, y yo partiré a Konoha para preparar los planes de evacuación de emergencia. Mientras tanto, ustedes se quedarán en Sunagakure porque es poco probable que Urashiki busque algo ahí, además de que el lago está oculto, por lo que no irá por él. Todos los objetivos fueron asegurados ya y solamente queda proceder con nuestro plan para llevar a Urashiki a la pelea final, y Kakashi debe estar al tanto por si es que el plan termina trasladándose a nuestra aldea. La sola presencia de Sasuke propicia eso y no debe ser minimizada esa amenaza, así que nos dividiremos una vez que arribemos al País del Fuego.
― ¿Cómo lograremos movernos sin alterar a todo el mundo? ―preguntó Choza cruzándose de brazos― Queríamos minimizar el impacto para no generar pánico; pero con la llegada de toda esta gente, solamente alteraremos a quien se nos cruce.
Shikamaru pasó su mirada hacia los evacuados, haciendo un paneo para ver de lado a lado del inmenso grupo hasta los puntos más invisibles de cabezas al fondo. La población era increíblemente gigante, y claro que no pasaría desapercibido, pero tampoco podían arriesgarse a salvar a unos pocos en la protección y dejar al resto a la suerte del desastre.
Las opciones para mantener el orden y la paz siempre habían rallado en provocar más problemas que soluciones desde la junta de Kages que había dejado en claro la poca confianza entre las alianzas, y eso había significado que el trabajo de todos se había complicado también, pues ya no podían ir a investigar, realizar misiones o visitar países sin que estuvieran bajo el constante ojo vigilante de las autoridades. Cualquier pequeña alteración en tu comportamiento significaba para otro una declaración de guerra.
Por eso Shikamaru ya no se preocupaba por tratar de hacer pasar la situación por más inocente de lo que realmente era, decidiendo arriesgarse por la sencilla razón de que había aprendido a aplicar la famosa frase "es más fácil pedir perdón que pedir permiso". En un mundo donde las mentes estaban más cerradas que las fronteras, el proteger al prójimo era un lujo, y Shikamaru no quería que ninguna vida pareciera canjeable para cualquier cabeza dura.
Si iba a levantar alarmas llevando refugiados a Sunagakure, haría que sonaran con fuerza con tal de mantener en silencio cualquier queja.
―Si Sasuke termina yendo a pie, llegará poco después que yo a Konoha ―explicó Shikamaru―. Tienen ninjas entre esta gente, así que podrán defenderse en caso de que intenten hacerles algo ―comentó mirando a Choza―. Yo me iré con Rock Lee hacia la ubicación de Kiba, luego a la aldea, interceptaremos a Sasuke y partiremos a la batalla final. Es lo mejor que podemos hacer mientras todos ustedes se mantienen a salvo en Suna.
Sí podía poner niveles a la categoría de "Sentimientos de tristeza, rencor a odio profundo", siendo el vivo ejemplo de toda esa descripción aunado con un poco de inmadurez, así que en segundos ubicaba dónde colocar a Sarada cuando hacía un berrinche, a un ninja cuando buscaba venganza, y a un enemigo cuando verdaderamente estaba enojado con él.
Pero el golpe que Gaara había soltado contra el otro Sasuke en cuando lo vio entrar, estaba completamente fuera de cualquier escala que pudiera clasificar con toda su experiencia en uso.
No había faltado ni un segundo más de reacción para que Darui y Tsunade tomaran a Gaara por los brazos y el torso y le jalaran lejos del Sasuke "malo" (como le habían llamado antes), mientras Sasuke (el bueno) sujetaba a su similar contra el piso con el brazo del susanoo expandido desde su lado derecho con su único brazo alzado en el centro de la energía morada, con la katana desenvainada y en forma vertical al cuello del otro Sasuke para evitar su posible respuesta contra el pelirrojo.
Con la adrenalina y el desconcierto corriendo por su cerebro, Sasuke miró a Gaara sin abandonar el centro que lo alejaba del otro Sasuke, observando con atención cómo la ira de este no se disipaba de su rostro ni disminuía en lo más mínimo. Parecía como si le hubiese vuelto a poseer el indomable espíritu irritado del Shukaku. Sasuke recordó el miedo que le recorrió la piel la primera vez que vio a Gaara transformado en el shukaku, aun cuando ni siquiera era una forma completa, y la misma vibra de aquel entonces le recorrió desde la punta de los dedos hasta la quijada, lo que lo hizo tragar saliva con fuerza y dificultad.
― ¡ERES UN MALDITO DESCARADO! ¡MATASTE A MI MEJOR AMIGO! ―gritaba Gaara― ¡NADA ME IMPIDE MATARTE AHORA, PONTE DE PIE!
Para fortuna de todos, no había sacado la arena de la calabaza junto a su cadera, por lo que corrían un riesgo menos de que una pelea sorpresa destruyera la torre en donde estaban.
― ¡Gaara, reacciona! ―gritó Tsunade con fuerza, atravesándose en la vista del pelirrojo que sólo enfocaba al azabache― ¡Gaara!
Neji, con toda la calma del mundo que pudo acumular en él, se acercó hacia ambos Sasuke pero sólo puso atención al de la realidad alternativa, queriendo ignorar al otro Sasuke porque se sentía capaz de reaccionar como Gaara si le prestaba demasiada atención a su presencia.
― ¿Creíste que era buena idea? ―preguntó Neji manteniendo un tono neutral.
―Quiere hacer una alianza ―contestó Sasuke. El aura del susanoo le movía el cabello por la cara en direcciones aleatorias, y su sharingan estaba activo, brillando debajo del manto de los huesos semitransparentes de la bestia―. Tengo que intentarlo todo.
Neji cerró los ojos y asintió.
―Y entiendes que no podemos simplemente dejar pasar esto por alto, ¿verdad? ―pregunto el Hyuga.
Sasuke asintió sin titubear.
―Entonces déjanos manejarlo.
Fue arrojado contra el piso con una cinta de ojos marcada con sellos. Lo habían encerrado en una camisa de fuerza, tenía grilletes gigantes en los tobillos para no poder moverlos, y las rodillas las tenía sujetas a dos esposas extrañas que jamás había visto y que, si doblaba la pierna a noventa grados, enterraban unas grandes agujas en sus costados para evitar que se moviera. La finalidad era que no escapara, y ya se había expuesto a entregarse a esto desde que no le contestó el golpe a Gaara.
Y Sasuke, parado a unos metros del Sasuke detenido, pensaba en ello dándole vueltas. ¿Por qué no le había respondido a Gaara y había llevado todo a una pelea? Era estúpido y astuto, adivinando sin problema que el Sasuke malo no iba a arriesgarse a entrar a una pelea que, si bien él no tenía desventaja en la misma, no había motivo de ser. Además, entrar tan pacifico a una zona donde había un digno rival (sí, él mismo) no era tan inteligente ni lógico.
Gaara había sido sentado en la silla más apartada de la sala, donde se mantenía increíblemente calmado para el arrebato que había mostrado. Cruzado de brazos, ojos fríos contra un punto invisible en el aire, expresión impertérrita, estático; sólo el subir y bajar de su pecho indicaba que estaba vivo, porque de lo contrario, cualquiera podría decir que era una escultura del Kazekage.
Darui y Neji estaban hasta el frente de las sillas, sentados justo a los lados del Sasuke en el piso. Detrás, entre ellos y Gaara, Tsunade y Hiashi estaban sentados separados, listos para detener a Gaara si volvía a reaccionar de la forma que había hecho anteriormente. Era mera precaución, pues sabían que el pelirrojo ya había regresado en sí y estaba consciente de que no estuvo bien su acción.
―Desafortunado verte vivo ―comentó Darui al Sasuke detenido―. Desafortunado tener que mantenerte así. Dame un motivo para pensar de otra forma.
Sasuke miró al detenido rodar sobre su cuerpo para estar boca arriba.
―Urashiki fue a buscarme ―respondió. Sasuke estaba sorprendido de que no estuviera haciendo una muestra de rebeldía o egocentrismo para hacerlo―. Quería que me uniera a él para deshacerse de ustedes.
― ¿Y qué ha sido lo que te invitó a no hacerlo? ―preguntó esta vez Neji en su tono diplomático que todos los Hyuga aprendían.
―Me quiere usar de herramienta, no soy tonto. Intentará usarme y luego deshacerse de mí. Y si ya esta tan desesperado para pedir mi ayuda, es porque no puede enfrentarlos solo. Y no soy marioneta de nadie ―dijo el Sasuke "malo".
Sasuke, recargado contra la puerta de la habitación, sintió cómo una ceja mental le temblaba en un tic cuando escuchó eso, sabiendo que la mitad de su trayecto en su juventud hasta la guerra, fue una persona completamente manipulada por varios marionetistas.
― ¿Y eso de qué nos sirve a nosotros? ¿Esperas que te protejamos? ―preguntó Darui echándose al frente y colocando sus codos sobre las rodillas.
―No. En todo caso, ustedes me necesitan ahora ―se burló Sasuke. Inclinó la cabeza a un lado mientras acomodaba su cuerpo para girar de nuevo, incomodo en el piso y con el peligro de las agujas en las rodillas―. Si quieren detener a Urashiki, necesitan a su único posible aliado de su lado. Ustedes saben que me es posible detener lo que sea que ese sujeto invoque de su lado o intente usar. Pero me encuentro limitado.
― ¿Por tus brazos? ―preguntó Tsunade por primera vez, en su tono médico.
Sasuke la miró desde su lugar, recordando que ese acento médico lo tenía Sakura, y en ocasiones llegaba a escucharlo cuando le daba clases a Sarada sobre algo relacionado con el entrenamiento médico y sus casos en misiones que lo involucraban. Era un acento que en su momento admiró muchísimo por la forma en la que su mujer se transformaba en una completa profesional, dejando atrás su papel de madre dulce y esposa nerviosa, pasando a ser una completa líder con toda la seguridad de que haría las cosas bien.
Y, bueno, a la Sakura de esta realidad le faltaba ese acento, por lo que lo extrañaba inconscientemente.
―No, porque estamos dos Sasukes en esta realidad ―respondió desde el piso el otro Sasuke―. Sé que te estas muriendo ―se dirigió a su igual―. Sé que sientes cómo tu cuerpo se desgasta, cómo te come la energía en segundos un movimiento insignificante. Siento todo lo que tu sientes porque no deberías estar aquí. Yo también me estoy muriendo. Y sé que por mucho que deseen que yo esté muerto, no dejarán al otro Sasuke llegar a ese límite si significa que Urashiki se quedará como peligro latente en esta realidad.
―Y tiene razón ―comentó Gaara.
Todos voltearon a verlo cuando él por fin enfocó a su enemigo en el piso, pero este no se movió.
―No condenaré a esta realidad a tener a otro psicópata como tú. Así que serás nuestra herramienta para esta misión, y luego te mataremos.
Mientras el Sasuke en el piso soltaba un bufido, el Sasuke al fondo de la habitación entrecerraba los ojos algo descolocado por la decisión que se estaba tomando y nadie parecía refutar. No estaba a gusto escuchando el odio que le profesaban y la muerte que le querían imponer a como diera lugar. Pero entendía todo ello, y por eso se limitó a esconder su molestia.
―Ningún plan va a cambiar ―dijo Sasuke alejándose de la puerta y caminando hasta ponerse al lado del prisionero―. Solamente que ahora iremos diferentes. Iré únicamente con Sasuke y Neji hacia Konoha. Me reuniré con Kakashi para recibir todo lo recolectado y tomar la tortuga, y de ahí al punto de encuentro. Todos los demás que se han marchado en los barcos abandonarán la misión: eso incluye a Sakura, Shikamaru, Temari, Rock Lee, Choza, y a Kiba y Shizune en cuando los encontremos. Se quedarán donde Gaara indique, el resto seguiremos con el plan.
― ¿Su presencia no lo cambia todo? ―preguntó Hiashi con vacilación― Es, literalmente, el único factor que podría alterar todos los planes.
―No si yo no lo dejo ―comentó Sasuke mirando al otro en el piso, aunque este no le podía ver―. Si yo me lastimo, él se lastima. Mientras convivamos en una misma realidad, ambos somos elementos elegibles a eliminar sin que afecte a la historia. Urayashi me lo explicó, si yo me quedo y su Sasuke muere ―levantó la mirada hacia los cinco presentes―, yo me transformaré en este Sasuke. Adoptaré su vida, su historia y su persona. Yo desapareceré definitivamente. Pero mientras estemos en la misma realidad, los dos estamos en iguales condiciones de morir por nuestro propio desgaste. Y si se atreve a hacer algo… me conoce: haré lo que sea para detenernos a ambos.
Se hincó a la altura de Sasuke y le jaló del brazo para levantarlo, recordando las esposas de las rodillas, y que si se las enterraba él podría llegar a sentir el daño.
―Lo que sea, inclusive si significa que los dos Sasukes deben desaparecer ―comentó el azabache.
El Uchiha en el piso sonrió.
―No esperaba menos.
Con su único brazo jaló con fuerza al Sasuke detenido, enviándolo contra él para que se recargara mientras se movían. No quería seguir perdiendo el tiempo en ceremonias inútiles para determinar planes o sentencias, debían ponerse en acción. Así que, lo que quisieran comentarle, tendría que ser en el camino.
― ¿Estarás de nuestro lado? ―preguntó Sasuke al otro.
―Hasta que Urashiki se vaya junto contigo. Y desapareceré ―contestó. Sasuke asumió que el Sasuke "malo" debió percibir la agitación de los demás, pues volteó ligeramente la cabeza a los kages y los Hyuga―. ¿Qué? ¿Creyeron que me quedaría a despedirme de mi otro yo y esperaría a que me detuvieran? Si piensan así, que decepcionante crecimiento han tenido.
―Estamos conscientes de que no planeas quedarte a largo plazo con nosotros, si eso significa tu derrota ―comentó Tsunade echándose al frente de la silla y recargándose con su mano del respaldo.
―Hablan como si de verdad tuvieran una oportunidad contra mí ―contestó Sasuke a Tsunade con mucha burla en su voz.
―Somos consciente de nuestras limitaciones contigo en cuanto a poder ―dijo Tsunade―. Pero eso no nos impide poner todo para detenerte.
―Lo cual es lógicamente estúpido ―comentó el Sasuke "bueno" tratando de detener las conversaciones vacías que comenzaban a alzarse en la sala por el mero gusto de enfrentarse―. No acepto más contratiempos, la presencia de este Sasuke ya ha atrasado mucho el plan. Shikamaru ya debe estar en marcha con todos los demás, movámonos nosotros de inmediato. Neji, vámonos.
― ¿Crees que nos quedaremos tranquilos dejándolos ir solos a ambos? ―preguntó Darui en desacuerdo poniéndose de pie, siendo motivado por la furia de volver a ver a su Sasuke― Lo último que ahora tenemos es calma. Antes pudo ser más fácil porque nos has generado confianza, pero con este sujeto dentro de la misión, nada nos asegura estar protegidos contra ustedes.
―Él es mi responsabilidad desde ahora ―indicó Sasuke señalando al Sasuke "malo"―, y seré el primero en eliminarlo si intenta algo, pueden tener eso por seguro.
― ¿Lo eliminarás a pesar de que te puedes morir de igual forma en cuando él se vaya? ―preguntó Tsunade con burla.
―Si eso mantiene su realidad a salvo ―contestó Sasuke―. Ustedes ya perdieron mucho, y mi realidad puede perder más si dejo que este Sasuke y Urashiki se muevan por su cuenta. Así que pueden tener la seguridad de que no dejaré que nada de eso ocurra. Lo aseguro como mano derecha del Séptimo Hokage, y su mejor amigo.
―No lo uses en vano ―comentó Gaara. Sasuke elevó la mirada a él, observando su pose de brazos cruzados y la cabeza gacha―. No uses esos títulos en vano.
Se quedaron todos callados. No había conversación que continuar, como discusión que cerrar, por lo que Sasuke asumió que podía marcharse de una vez por todas.
Tomó al otro Sasuke por el pecho y le echó al frente de él, usando su hombro para sostenerlo mientras deshacía las esposas en las rodillas con su mano. Era algo difícil hacer toda la maniobra de liberación él solo y con una mano, pero su cuerpo estaba reaccionando a años de experiencia de vivir en esas condiciones, por lo que pronto se convirtió en un soporte sólido mientras el cuerpo del detenido se tambaleaba a su lado.
Durante el proceso sintió las miradas de todos los demás sobre él, consciente de que estaban atentos a que el Sasuke "malo" (se estaba cansando de esas etiquetas) tomara la oportunidad de estar libre para atacarlos. Pero en contra del pronóstico incorrecto de ellos, ambos Sasuke sólo se enderezaron uno frente al otro dirigiéndose la cara. Sasuke no iba a quitarle el resto de las esposas hasta que estuvieran fuera de la aldea, para mantener un poco de la ligera seguridad que los demás tenían sobre la pequeña prisión impuesta sobre su enemigo, y eso le ayudaría también a la credibilidad de su palabra de tomar la responsabilidad de las acciones de su contraparte.
―Pueden perder la poca confianza que tienen en mí, no tengo forma de arreglar eso ―comentó Sasuke mirando a sus compañeros―. Pero si Kakashi confía en mí como para seguir mis pasos y venir hasta aquí a darles la cara, les pido que respeten la poca autoridad que me ha permitido tener para ser un representante de su fe en el plan, y continuar para acabar con toda esta locura. Con ello les estoy pidiendo que sólo, por esta ocasión, se abstengan de discutir cosas que no son relevantes para la misión. El objetivo es que Urashiki y yo nos vayamos de esta realidad, y no se está llevando a cabo gracias a que nos detenemos siempre en puntos de ningún interés.
Pasó su mirada hacia Gaara.
―No importa cuánto les hable de Naruto, él está muerto ―pasó su mirada a Tsunade―. Ni cuanto me esfuerce por su confianza, no me la darán ―se volvió a Darui―. O que haga todo lo posible por idear un plan que los mantenga a todos felices, siempre hallaran un fallo ―terminó con su mirada en Hiashi―. Sigo siendo Sasuke, y eso para ustedes es una maldición. Y no puedo permitir que sea un tope en el plan. Así que abstengámonos de buscar los "Y si" de una historia irreversible. Tengo que irme ya, o ambas realidades estarán condenadas.
Aunque hubo un silencio para nada tenso o incomodo tras la declaración de Sasuke, cuando Hiashi se levantó, una nube invisible de pena se disolvió del ambiente mientras todos lo veían caminar lentamente hacia los dos Sasuke. El detenido ni se inmutó a su cercanía, pero el Sasuke de la otra realidad recibió casi con asombro la mano del Hyuga sobre su hombro, abriendo un poco más los ojos de lo que habían estado, y mirando hacia el anciano con curiosidad.
―Y nadie puede contradecir eso por mucho que queramos ―comentó Hiashi con pesar, apretando los dedos en su lugar―. Discúlpanos, Sasuke. Es sólo que… en seis meses ya ha cambiado mucho de nuestras vidas al saber que todo pudo ser diferente por un pequeño factor, y ese factor resultaste ser tú. Es algo difícil para todos nosotros no querer indagar en todo lo que representas en tu realidad, mientras más nos quebrantamos y dificultamos la nuestra. No pido que lo entiendas, pero yo perdí a mis dos hijas luego de la Guerra, y perdí a la aldea que tantos años fue mi hogar y seguro. Es complicado… ―bajó la mirada― creer que en la tuya todos somos más felices que aquí… Pero hay que asimilarlo.
Para Sasuke, las palabras de Hiashi cayeron como pesas sobre cascaras de huevo, no siendo capaz de imaginar un mundo donde Sarada no existiera, Sakura no hubiese sido su esposa y Naruto estuviese muerto. Aunque lo estuviera viviendo desde un punto de vista externo, Sasuke era consciente de que aun podía volver a su vida y olvidarse de que existía esta. Bueno, se estaba mintiendo a sí mismo, olvidar una experiencia así no era posible, pero podía vivir su propia realidad y disfrutarla sabiendo que era el mejor resultado, sin miedo a que cambiara siendo él y Naruto los seguros de la preservación de la misma.
Asintió hacia Hiashi incapaz de decir algo, zanjando el asunto.
―Así como Sasuke se hace responsable del otro Sasuke, yo me haré responsable del Sasuke de la otra realidad ―dijo Hiashi en voz alta y diplomática, dando media vuelta hacia los Kages y su sobrino―. Cualquier cosa que ocurra con ellos, es mi responsabilidad.
― Ey, Hiashi ―reclamó Sasuke, preocupado por lo que insinuaba esa declaración.
Quiso dar un paso al frente, pero la mano del anciano sobre su hombro lo detuvo. Ambos se miraron.
―Déjame esto, Sasuke ―le dijo Hiashi con una sonrisa de confianza―. Este anciano aún tiene trucos ninja, déjalo usarlos.
Estaban apenas a pocos metros de la salida, caminando a paso rápido, pero sin trotar, con la mirada de Darui sobre sus espaldas.
Sasuke iba tenso, no solo por el genjutsu aplicado a él y al otro Sasuke, sino por el genjutsu extra que estaba enfocando en una zona lejana. Tenía que cubrirse, iba con su aspecto de Shin Haruno, mientras que al Sasuke "malo" le habían puesto un aspecto de aldeano, por lo que era llamado, por mera decisión para no olvidar el nombre, Fugaku.
Ninguno de los dos Sasuke parecía cómodo con la idea, pero el de la otra realidad entendía que era por protegerse ambos, mientras que el "malo" se quejaba sin opción a que le hicieran caso.
Sasuke miró de reojo a su homologo, caminando a su lado. Tenía puesto el sello en los ojos, por lo que no podía usar el sharingan, y por eso había tenido que ser el Sasuke "bueno" quien se encargara de la ilusión sobre ambos. Neji, al otro lado del Sasuke detenido, caminaba con los brazos cruzados y la mirada fija en el frente. Él cargaba con la mayoría del equipaje para apoyar a Sasuke en dejarle conservar sus fuerzas para la técnica ilusoria, así que el paso que llevaban estaba medianamente reducido por eso; gracias a su experiencia, resistencia y fuerza, Neji podía seguirles el paso dando solamente uno que otro traspié leve para poder adelantar a su lugar.
Sasuke no tenía duda de que ahora podían caminar con más calma hacia la salida, ignorando el único factor que los podría llevar a ser regresados y detenidos a todos dentro de la aldea. Estaba jugando con fuego, pero tenía que usar todas sus cartas y hacer hasta lo impensable para salir de la zona de jurisdicción de la aldea. Entendía que el país del rayo era en su mayoría controlado por ellos, pero tenía la pequeña esperanza de que, una vez alejados, les fuera difícil alcanzarlos a nivel militar. Una vez fuera del país, Sasuke se sentiría en calma de moverse.
Molesto por esta situación, Sasuke miró de reojo a "Fugaku", quien pasaba por aldeano de cabello azabache corto, casi rapado, piel bronceada, ojos cafés oscuros y complexión delgada, caminando en relativa calma al lado de "Shin".
―Ni creas que pasé por alto lo que hiciste ―comentó Sasuke como amenaza, usando el tono más envenenado que podía aplicar en sus palabras―. Si me marcho de aquí, ten por seguro que les dejaré todo lo que necesiten para detenerte.
Sasuke sabía que Neji entendía lo que estaba ocurriendo, y le agradeció infinitamente mantenerse en un estado neutro y como si el otro Sasuke no estuviera con ellos.
"Fugaku" soltó una carcajada baja, cerrando los ojos y adelantando pocos pasos a ambos ninjas de la hoja.
―Será mejor que les des consejos verdaderamente buenos ―se burló el Uchiha detenido.
Sasuke y Neji miraron con pena de reojo hacia la parte superior de la pared que rodeaba la aldea, enfocando sus vistas por un par de segundos en el mismo punto antes de regresarlas hacia el frente. El punto donde Sasuke estaba enfocado la otra ilusión de una pared lisa y plana.
―Resultó ser más fácil de lo que recordaba ―"Fugaku" se burló en un suspiro y con una sonrisa socarrona.
Los tres le dieron la espalda al cuerpo de A, colgado de varios hilos y armas de filo de la pared de su aldea, sangrante, ojos en blanco, con una expresión de sufrimiento y pánico en su rostro que dejó su muerte.
…
Sasuke echó su cuerpo hacia adelante mientras se acomodaba en la silla del comedor, viendo a Sakura caminar por la casa con cosas entre las manos.
Estaban acomodando algunas habitaciones, puesto que Sasuke y Sarada querían comenzar una especie de rutina de meditación, pero sólo había tres cuartos disponibles en la casa, de las cuales dos eran de descanso (respectivamente el cuarto de los padres y el de la hija) y una la oficina de Sasuke y Sakura.
No habían querido deshacerse de la última porque los tres entendían la importancia de tener un cuarto de trabajo en la casa donde guardaran todos los documentos oficiales de sus misiones o encargos, así que la única solución que Sakura había encontrado, era acomodar tantas cosas como se pudieran de la sala a los demás cuartos.
Así que ella y Sasuke habían estado toda la mañana clasificando los objetos de su hogar para saber cuáles se irían a qué cuartos.
Las revistas, libros, objetos de papelería y algunos adornos florales habían sido separados para el cuarto de Sarada, pero Sakura la dejaría elegir dónde poner cada objeto, así que todo se colocó en una caja junto a la puerta de su cuarto.
Sasuke había elegido mover objetos como cajas pequeñas y canastas a su cuarto, y los adornos como plantas y esculturas fueron hacia la oficina. Sakura puso algunas cosas decorativas en una caja para llevárselas a su oficina, creyendo que se verían bien en su trabajo.
Un par de horas más tarde, Sasuke se había pasado a sentar en el comedor habiendo hecho ya su parte. Sakura, por otro lado, estaba considerando algunas cosas que eran adornos y quería regalar, así que aun separaba entre cosas de su habitación y de la sala.
Sasuke pasó su mirada al tapete de la sala.
― ¿Qué es eso? ―preguntó Sasuke señalando a una caja larga recargada contra los pies del sillón de dos plazas.
Sakura se detuvo en el pasillo hacia los cuartos y volteó su mirada hacia lo que el azabache le indicaba.
― ¡Oh! Es un vestido que mandé a hacer hace como cinco años ―comentó la pelirrosa sin ponerle atención.
― ¿Alguna ocasión en especial? ―preguntó Sasuke poniéndose de pie y caminando hacia la caja.
Se agachó a la altura de la misma y abrió el paquete, mirando un vestido perfectamente doblado de color azul marino, con detalles en rallas blancas y un cinto cruzado en la cintura de color rojo carmesí.
― Los colores del clan ―murmuró intrigado.
―Sarada insistió en que fueran esos colores ―comentó Sakura regresando hacia el pasillo, dirigiéndose a su habitación― ¡Ella también tenía uno! ¡Pero eso fue cuando tenía siete años, ya no le queda!
Sasuke pasó sus dedos por la cinta carmesí con suavidad, apreciando el trabajo bien hecho. Quien haya sido el costurero, era realmente dedicado, no había ni un hilo fuera ni patrón disparejo.
― ¿Cuál fue la ocasión? ―preguntó Sasuke cuando vio a la pelirrosa regresar a la sala.
Sasuke se levantó junto con la caja y la sostuvo contra su torso, sintiendo la esquina del paquete contra las costillas, pero nada doloroso.
―Hubo un evento especial en la academia en el que las madres debían ir a hablar, desde su punto de vista, sobre lo que es ser parte de una familia de ninjas o sobre tener un hijo aspirante a ninja ―explicó Sakura mientras iba hacia la cocina a dejar un par de cajas pequeñas―. Ino, Hinata, Temari, Karui y yo conversamos sobre el evento, y pensamos que sería lindo representar a nuestros clanes con la ropa. Mandamos a hacer vestidos con los colores de nuestros clanes, mientras nuestros hijos llevaron prendas similares, pero con el símbolo de la familia en la espalda.
Sasuke intercaló la vista entre Sakura y el vestido, pues una pequeña idea se había formulado en su cabeza.
No tenía mucho que había vuelto a la aldea, y su siguiente misión tampoco estaba muy lejana, por lo que había tratado de reducir pendientes del hogar tanto como pudiera haciéndolos los primeros días, así que los siguientes los tenía libres. Había querido emparejar esos días de pequeñas vacaciones con Sarada para entrenar juntos, pero la joven había tenido que asistir a una misión de último momento, por lo que la pareja Uchiha tuvo que posponer los planes de paseos que habían preparado.
Pero ahora, Sasuke estaba viendo un nuevo panorama.
Durante su época de pareja informal (que si bien, todos les llamaban novios porque ni él ni Sakura etiquetaron la relación), ambos habían compartido momentos juntos únicamente bajo las condiciones de misiones ninja. Citas, tal cual eran conocidas, jamás se habían suscitado, y en lo referente a regalos ocasionales, presentes especiales, fechas importantes y todo lo relacionado con alimentar la relación, jamás fue dado entre ambos. Naruto muy pocas ocasiones invitó a Sasuke a hacer un regalo especial para Sakura, compartiéndole sus propias ideas acerca de las relaciones en base a su experiencia con Hinata, pero el rubio jamás fue directo a atacar la forma de relación de sus amigos; en cambio, él entendía por qué la dirigían a un punto muy silencioso pero seguro de sus vidas, entendiendo que sus formas de transmitirse sus emociones y sentimientos eran algo que jamás nadie iba a poder asimilar.
Sakura ya no era la niña emocional y superficial de doce años que hizo girar su mundo y metas alrededor del azabache, y ahora, con su madurez y experiencia, había formado un plan perfecto y reacción indicada para expresar lo que sentía, y gracias a ello podía llegar a todos los que quisiera sin interpretar un dialogo revolucionario sobre el amor. Todo eso había funcionado con el Uchiha en poco tiempo.
Por su lado, Sasuke había aprendido a aceptar de sí mismo todas las emociones que podrían parecer reprimidas en su clan, pero que eran, en realidad, el principal combustible de sus vidas. El amor, la lealtad, la fraternidad, los lazos, tuvo que construir todo desde cero cuando volvió a la vida de Sakura, y ambos empezaron una nueva etapa de compañeros de misión a pesar de los sentimientos de la pelirrosa por él. Fueron subiendo desde el primer escalón como debieron hacerlo cuando fueron asignados al equipo siete, su primer día en la presentación, cuando dijeron por primera vez sus metas. En aquel entonces, muy bloqueados por la insensatez e ignorancia adolescente. Ahora, motivados por la idea de proteger a todos y protegerse mutuamente, aprender de ellos y enseñar a los demás. Por ello le fue más fácil a Sasuke comenzar a transmitir sus propios sentimientos hacia Sakura en pequeñas situaciones que jamás pensó que soltaría tan fácilmente con nadie. Para él fue como si estuviese encajando en la mujer sin necesidad de armar un rompecabezas el uno en el otro y desechar partes. Hubo un lado de ambos que se tenía que conectar con el del otro, simple y sencillamente porque así estaban construidas las piezas, solamente debían entender cómo unirlas.
Y Sasuke siempre recordaba eso, antes de irse a dormir cuando estaba con su familia en la aldea, porque era como una terapia mental para repetirse y purificar en él la idea de que lo que había elegido de su vida era algo que le recompensó como no lo merecía, pero que estaba agradecido por ello.
Y justo todo ello le venía a la cabeza al ver el vestido. Sakura y él no eran como las demás parejas que salían a tardes de cine, a citas de cenas, planes de compras o simplemente a pasear, pero siempre estaban a gusto con la mera idea de estar en el mismo mundo. Pero Sakura se merecía más, consideraba él, y si como… novios… no le dio lo que podría haber alimentado el poco romanticismo que él podía expresar, ahora que eran esposos y tenían poco tiempo para estar juntos, él intentaría hacerlo mejor.
― ¿Tienes trabajo esta noche? ―le preguntó el hombre caminando hacia la barra de la cocina. Colocó el paquete contra esta y miró a Sakura, hincada contra las alacenas inferiores, acomodando trastes.
―No. Shizune se está encargando de los últimos pacientes porque no requieren atención urgente ―comentó Sakura mientras se ponía de pie dejando unas cacerolas contra la estufa―. No trabajo hasta pasado mañana, pedí el día de mañana para ponerme al corriente con la casa.
Sasuke rodeó la barra de la cocina para entrar, y se detuvo a un lado de la pelirrosa, señalando con un gesto de cabeza al vestido detrás de ellos.
― ¿Aun te queda? ―preguntó.
Sakura enarcó una ceja.
―Puede que sí, ¿por qué? ―preguntó curiosa.
―Vamos a cenar, pasemos la noche en la aldea ―propuso el azabache, viendo con una bien escondida diversión cómo los colores le subían al rostro a su esposa―. Tengo un par de pagos extra por encargos en mi última misión, podemos salir a donde quieras.
Sakura, sin palabras, intercambió la mirada entre el vestido y Sasuke, enarcando una ceja con confusión. Sasuke la miró sin decir nada, esperando una reacción diferente o una respuesta-pregunta.
― ¿Qué te dijo Kakashi? ―preguntó Sakura colocando sus manos sobre su cadera.
Sasuke sonrió al recordar que le había contado a Sakura lo que había pasado con Kakashi cuando este quiso darle sus clases de paternidad (horribles, no las recomendaba), asumiendo que ahora ella creía que había pedido consejos de pareja.
Se acercó a ella y le puso la mano en el codo izquierdo.
―Nada. Esto es de mi parte ―contestó.
Sakura inclinó la cabeza a un lado y sonrió.
―Creeré en ti en esta ocasión ―comentó en broma. Sasuke soltó su típico "hmp" mientras sonreía de vuelta―. Está bien, salgamos esta noche.
…
Sasuke abrió los ojos en medio de la oscuridad, teniendo dificultad para mantenerse despierto. No había sido muy inteligente de su parte el mantener un genjutsu de recuerdos en la mente de Sakura mientras trataba de mantener dos ilusiones físicas sobre él y un externo. Estaba debilitándose a un nivel que no había sentido desde que había llegado. Incluso con la leve ayuda que Kurama estaba dándole con el chakra compartido que le enviaba desde su lugar de descanso, su cuerpo apenas lograba distribuir la suficiente fuerza para impulsarlo a hacer las cosas más básicas como respirar o parpadear. No era sueño, no era cansancio. Se estaba muriendo.
Y hablando de Kurama, recordó justo la violenta ola de impulso que fluyó por cada milímetro de su ser interno, asegurando haber escuchado un rugido de coraje en sus oídos, aunque este no pudiera ser percibido por nadie ajeno a él. Esas ganas tan carnívoras de destrozar al otro Sasuke las sintió como propias, lamentando el sufrimiento tan desgarrador que sentía venir del zorro de nueve colas, que apenas se suprimía porque entendía la situación y lo que era mejor. El Kyubi estaba en una cuerda floja de la desesperación, y parecía que su ser lloraba, su mente soltaba sollozos que compartía con los conectados a él, y su estado debilitado ante la furia era posible de sentir.
Sasuke asimiló este estado mientras miraba la fogata delante de él. A su derecha estaba Neji recostado contra un árbol, dormido completamente porque Sasuke le había pedido que estuviera en las mejores condiciones para los tres, pues no habían pasado ni veinte minutos desde que dejaron la aldea, cuando ambos Sasuke habían caído contra el piso rendidos de dolor. Neji y él habían asumido que se trataba de la cercanía que tenían ambos Uchiha, pues resultaba perjudicial, para la misma realidad, convivir con la misma presencia duplicada, pues, para su forma de verlo, era como cruzar líneas que no debían. Topes sobre topes.
Así que Neji era el apoyo en caso de que ambos volvieran a besar el suelo en segundos.
El otro Sasuke estaba acostado contra el piso junto a la fogata. No sabía si dormido, puesto que había captado que los sentidos de este seguían levantados, pero su pecho y respiración se movían de forma profunda y lenta.
Talvez dormitando, había pensado. Él también había dominado esa técnica para cuando hiciera misiones fuera de la aldea, por lo que sí creía posible al otro Sasuke de hacer lo mismo.
Suspirando, echó la cabeza hacia atrás hasta tocar con el tronco del árbol donde él estaba recargado. Miró al cielo, contando tontamente las estrellas, pero ignorando el número, pues una sola frase se repetía en un ciclo en su cabeza: Ya casi es el fin.
Ansiaba tanto volver a su realidad. Ver a Sakura, a Sarada, a Naruto, hasta a Boruto. Ya estaba sintiéndose a un paso de saltar a su vida de nuevo, y estaba tan relajado como entusiasmado, que de inmediato el ansia y el miedo se apoderaban de él. Pero los estaba dejando asentarse, puesto que, si no asimilaba esas emociones, no estaría lo suficientemente cuerdo para tener la fortaleza de dejar atrás ese mundo caótico.
Urayashi se había ido con Shikamaru y el resto, por lo que Sasuke se sentía un poco solo. El niño era lo más cercano a su realidad que podía pertenecer a esta de igual forma, consentido de la idea de que los Otsutsuki eran una sola realidad contra todas las demás.
Y, bueno, había una pequeña brecha entre él y Neji desde la aparición del otro Sasuke, así que estaba algo aislado de querer conversar.
Pero faltaba poco, tan poco para irse, y aunque él ya saboreaba el abrazo que su familia le daría al volver, aun había algo que quería y necesitaba saber.
Pero estaba temiendo que se perdería la respuesta, pues la única persona que podía dársela, estaba inconsciente en un barco hacia el país del fuego, y estaba soñando con los recuerdos de un hombre que no era de ella, y de una vida que no pudo tener.
Continuaban el viaje. Ambos Sasuke apenas y podían seguir el paso que deseaban, así que Neji se paró entre ambos y los sujetaba del codo como mera precaución.
Neji sentía una sensación de frustración y desespero que le había nacido cuando vio como los dos Sasuke no podían convivir completamente en tranquilidad con su cercanía. Estaba consciente de los daños y peligros recientemente presentados a la misión por la inclusión del segundo Uchiha, pero estaba, en mil sentidos, más apurado con la idea de que pronto todo volvería a la normalidad en cuando por fin derrotaran a Urashiki.
Puede que jamás lo hubiese declarado delante de nadie, siendo Naoki el único consciente de esta característica de su padre, pero Neji siempre había sido poseedor de un instinto que le advertía cuando algo estaba por terminar. No era visible, no podía explicarlo, simplemente pasaba, y con ello, él estaba más alerta que nunca. Y tener a dos cuerpos escuálidos de personas semiconscientes entre sus brazos solamente sumaba preocupación a su estado actual.
Durante el trayecto que llevaban, había intentado mantener el máximo silencio entre los tres para no generar ninguna clase de conversación innecesaria. Estaba, en extremo, disgustado con la idea de compartir el mismo espacio y aire que el Sasuke de su realidad, pero la forma en la que ambos estaban ignorando la presencia del otro era de admirarse. Estaban poniendo un control increíble sobre la situación para no matarse, Neji por el mero gusto de desquitarse del tipo que le arruinó la vida, y el otro Sasuke simplemente por las ganas de reafirmar que era el ser más poderoso sobre la tierra, eliminando a uno de los tantos que se alzaba como los ninjas más fuertes.
El Sasuke de la otra realidad había estado más ausente que de costumbre, y eso le causaba ruido ante su avanzada e íntima convivencia desarrollada desde que lo descubrió cubierto como Shin Haruno hasta cuando estuvieron fuera del escondite de Kurama. No quería creer que habían creado una pared invisible, entendiendo, por la situación, que también evitaban hablar delante del otro Sasuke por todo lo mencionado anteriormente. Mientras menos información se le proporcionara, pocas posibilidades había de que tuviera elementos para atacarlos.
Esa clase de control pocas veces podían llevarlo a cabo, puesto que los sujetos como Sasuke obtenían datos muy importantes de las situaciones más tontas en las que se encontraban, así que las evasiones de información eran difíciles de lograrse.
Pero tenían otro Sasuke, y a Neji, que no era tonto, así que estaban logrando establecer el límite.
― ¿Quieren otro descanso? ―preguntó Neji soltándolos mientras ambos se enderezaban al mismo tiempo y volvían a retomar un paso firme.
Ambos Sasuke negaron con un gesto de cabeza.
― ¿Quieren comer algo? ―preguntó de nuevo. Ambos negaron―. Continuemos, enton-
Ni bien dijo eso, ambos Sasuke se inclinaron hacia lados contrarios y cayeron sobre sus caderas. El Sasuke de otra realidad cayó sobre todo su costado izquierdo porque no tuvo un brazo para apoyarse, mientras el otro apenas logró sostenerse con ambos brazos antes de caer hacia atrás.
Neji tomó aire y se pasó una mano por la barbilla, pensando en cómo le haría para lograr llegar a Konoha con los tres completos.
Los tres.
Dejó que la brisa marina agitara suavemente su cabello, echando los pequeños mechones alrededor de sus hombros hacia su espalda. Su fleco volaba despejando su frente, dejando que su mirada viajera estuviera a la vista de todos.
No estaba rodeada por muchos en la cubierta, la mayoría de los habitantes de Kumogakure estaban en los pisos inferiores en todos los barcos que desfilaban por el mar hacia el País del Fuego; así que, a su consideración, estaba sola. Sus amigos estaban en los demás niveles atendiendo a los pasajeros, dándoles instrucciones para cuando arribaran, para poder llevar un ordenado viaje hacia el País del Viento.
Ella había despertado apenas media hora atrás. Junto a ella estaba Urayashi, sentado con las piernas extendidas y abiertas, pues entre ellas estaban sus muñecas, y las estaba peinando. Rock Lee había estado junto a ambos, pero había sido llamado para ayudar con la difusión de las indicaciones, así que los había dejado con comida y agua mientras volvía. Sakura entendía que no podían atenderla como una tripulante especial solamente porque fue ingresada al navío en estado indispuesto, pues tampoco lo estaba por una condición como "noqueada en batalla" o "inconsciente por heridas".
El genjutsu de Sasuke se había desvanecido tan rápido como la envolvió. Al despertar estaba abrumada por el movimiento de lado a lado en el barco, sintiendo que el cielo azul sobre ella era irreal, y que todo lo que había pasado, desde su primer encuentro con el Uchiha de la otra realidad, no le cabía en el razonamiento. Era como si hubiese estado trabajando en su hogar en sus documentos y de la nada la hubiesen llevado a un barco en medio del océano, borrando todo lo que habían vivido juntos desde la oficina de Kakashi hasta la oficina del Raikage.
Y se sentía mal. Fue notificada de que Sasuke había dejado al grupo para dirigirse a la aldea de Konoha con Neji y el otro Sasuke, buscando alejar al Sasuke enemigo de los demás por precaución de que este se volviera aún más loco de lo que ya estaba, y decidiera acabar con todos los evacuados.
Ella estaba silenciosamente desesperada.
Luego del lapso de visiones que tuvo por el genjutsu, que entendió en segundos que eran memorias del Sasuke de la otra realidad, miles de preguntas vinieron a ella, unas ganas ardientes de abrazarlo y jamás dejarlo ir, de pedirle, rogarle, que la llevara con él cuando volviera. Pero la realidad le decía que si hacía eso, la otra Sakura saldría a defender su lugar como esposa, que ella estaría ahí esperando a Sasuke con los brazos abiertos, y por lo tanto, sus propios deseos no tenían lugar en cualquier batalla que quisiera tomar para cambiar eso. Y le dolía. Estaba triste y feliz, lo primero por saber que no podía tener ese futuro perfecto, lo segundo porque sabía que, en alguna vida, sí lo tenía. Pero no podía vivirlo, así que quería aferrarse a ese Sasuke bueno y reformado lo más que pudiera antes de tener que despedirse.
En primer lugar, tenía que controlar su arranque de ira ante la idea de que el otro Sasuke estaba presente. No iba a negar que se bloqueaba mentalmente cada que pensaba en la existencia de este, pero creía que ahora podía manejar mejor su estado porque era consciente de que debía mantener la cabeza fría para que la misión terminara a tiempo y de forma exitosa. Además, pensaba que ella podría ser de gran utilidad si se le permitía mantenerse cerca del área donde encerrarían a Urashiki con Sasuke para mantener la pelea. Si bien, no iba a exponerse dentro de la misma área, ella y otros ninjas tenían la capacidad de darle ayuda a Sasuke aunque fuese a distancia, y si era necesario, ella ingresaría a la zona para mantener sobre el Uchiha un control de salud. Pero eso sólo si era meramente necesario, sabiendo que Sasuke, en cierta medida, tenía una forma personal de curarse y mantenerse en buen estado en batalla. Talvez la otra Sakura le había enseñado un poco de ello.
Shikamaru llegó caminando por un pasillo a la derecha de Sakura, sosteniendo entre sus manos dos grandes pilas de papeles que parecían ser listas de nombres desde el ángulo en el que ella los veía. Este se acercó a Sakura y sonrió al verla despierta.
― ¿Ya estas mejor? ―preguntó el hombre, agachándose a su altura.
Urayashi tomó una de sus muñecas y la sujetó de la cabeza, haciéndola asentir al mismo tiempo que él hacia Shikamaru.
―Cuerda es suficiente ―respondió Sakura mirándolo―. Shikamaru, tengo una petición.
―Lo cual, asumo, involucra a Sasuke ―comentó él. Sakura enarcó una ceja―. No leo mentes, sólo deduzco. Y soy un genio, así que suelo tener la razón.
―Bien. Entonces creeré que ya has ponderado la situación y me dejarás hacerlo que quiero ―dijo la pelirrosa.
Shikamaru torció la boca y se sentó en el piso con las piernas extendidas, recargándose en el mismo lugar que Sakura y quedando a su lado.
―Lo dices como si fuera cosa sencilla ―comentó el hombre. Tomó aire y luego suspiró con fuerza―. Sé que le has estado ocultando cosas a Sasuke, y que estas ya comenzaron a generarle dudas a él ―sintió cómo la mirada asustada de la mujer se pasaba a él, por lo que continuó para calmarla―. Neji me lo dijo. Sasuke estuvo muy pensativo durante todo el camino desde que vieron a Kurama hasta Kumogakure. Nada que no sea algo que involucre a la gente a la que ama, pone a pensar a Sasuke de una forma tan obsesiva sobre algún tema. Y, a juzgar por lo que sabemos de él, Naruto no lo desestabiliza tanto como su familia… ―volteó a verla―, la actual. Su esposa y su hija, respectivamente.
― ¿Y crees que lo mío le quita el sueño? Porque me parece ridículo sacar esa conclusión tomando en cuenta lo maduro y profesional que es él ―se quejó Sakura.
―No diría que le quita el sueño como tú dices, pero al menos lo descoloca lo suficiente como para distraerlo ―contestó Shikamaru―. Piénsalo de esta forma: Sasuke vino a parar a una realidad donde siguió su camino en la venganza y provocó un daño enorme al mundo. Este mundo no tiene nada de lo que el suyo sí, y todo ello radica en la unión. Ese Sasuke de otra realidad ya está acostumbrado a llegar a una casa donde lo recibirán con amor, a compartir comidas con sus amigos por el mero gusto de encontrarse luego del trabajo, a realizar misiones lejos de su hogar porque sabe que tiene el apoyo incondicional de una alianza mundial. Y llegó a un territorio donde no tiene familia, donde la única persona que confiaba en él está muerta, donde la mujer que él ama lo detesta, y donde no hay alianza ninja a la que acudir. No tiene un hogar aquí, lo que representa allá no es importante acá, porque, quieras o no, todos levantamos defensas en cuando lo vimos, a pesar de reconocer que no era el mismo Sasuke, porque algo que todos, incluida tú, debemos admitir, es que el Sasuke que viene de la otra realidad tiene mucha paz y luz en su energía. Algo que nuestro Sasuke ni por asomo muestra.
Una ola del mar rompió contra el barco. El ruido del ambiente, el agua moviéndose alrededor de los navíos, salpicando con suavidad, se mantuvo entre ellos unos segundos.
―Entiendo que estés ocultándole a Sasuke cosas por miedo a que se dé la vuelta y se vaya, porque sé que él representa todo lo que la Sakura de tu adolescencia siempre quiso tener. No estoy diciendo que aún no lo hagas ni que sea infantil, en cambio, es una muestra de cómo tus sentimientos evolucionaron y puedes marcar una diferencia entre lo que quieres y lo que no, así como estas respetando que él no se puede quedar para seguirte en tu sueño. Pero tienes que ser consciente de que él también tiene curiosidad y dudas, y así como tú le has preguntado de su vida, y él te ha dejado conocerlo para alimentar tus ansias, deberías dejarlo explorar un poco de tú historia ―comentó Shikamaru. Unió sus manos entre sus rodillas―. Ese Sasuke es diferente, y siento que no te rechazará como tanto temes. Inclusive con todas las trabas que les hemos puesto, dime, ¿has visto que se haya cerrado a propuestas o presentaciones? Es muy abierto a recibir, demasiado, tanto como jamás lo hizo cuando fuimos compañeros. Y eso sólo me ha hecho entender que Sasuke está aprendiendo qué hay en esta realidad que puede mejorar en la suya, así que no veo motivos por los que deberíamos prohibirle ese conocimiento. Siento que, si hay una realidad en la que todos hemos sido felices, deberíamos ayudarlo a protegerla a como dé lugar, inclusive si significa la desaparición de la nuestra.
Echó la cabeza hacia atrás y miró al cielo, donde las nubes pequeñas apenas lograban formar cúmulos para generar un poco de sombra.
―No sabes cuántas veces pensé que daría todo, hasta la vida semi estable que tengo ahora, porque Naruto y Sasuke hubiesen acabado en el mejor termino posible y hubiesen regresado juntos a la aldea. Porque siempre ando haciendo operaciones mentales, meditando lo que pasó, buscando soluciones mejores para algo actualmente irreparable, y sé que pudo haber un mejor resultado ―bajó la cabeza y miró a Sakura, quien miraba al piso pensativa―. Te dejaré hacer lo que quieres hacer, pero tienes que dejar de esconderte de él, y tienes darle un verdadero motivo para regresar a su hogar a quedarse para siempre en los brazos de su esposa. No entendemos la relación que tienen allá, pero se sobreentiende que se aman, y si en esta realidad no pudo ser, Sakura, intenta defender la vida en la que sí fuiste feliz. Porque algún día irás al mismo lugar, y tendrás lo que te mereces. Así que vuelve a juntar tus valores, moral y tu motivación a seguir adelante como lo has estado haciendo todos estos años, y completa esta misión por el bien mental de ambos.
― ¿Y crees que tengo esa capacidad aun después de lo que hice? ―preguntó Sakura con pena, pues Shikamaru era de los más cercanos a ella que había vivido los horrores que desencadenó la pelirrosa en su peor época.
― Sé que es una carga muy grande, pero eres el ninja más fuerte que conocemos que puede cargar con eso y presumir que le pueden echar más ―contestó él―. Siempre llevaste triple, tratando de entender a Naruto, tratando de entender a Sasuke, y tratando de entender al mundo, pero jamás te cargaste a ti. La única vez que te tomaste en cuenta fue cuando hiciste tu entrenamiento con Tsunade, y eso es algo que ella comenta mucho con Kakashi, porque ambos están preocupados por ti en todos los sentidos. Eres fuerte, Sakura, pero perdiste hace ya mucho tiempo todo lo que te impulsaba a mejorar: Sasuke y Naruto. Ahora, intenta mejorar por ti, en memoria del Naruto que se fue, y del Sasuke que pudo ser y tenemos la oportunidad de conocer, aunque sea por poco tiempo.
― Si ella no te lo dijo fue por algo ―comentó Kurama, con las patas delanteras cruzadas delante de él y con la cabeza descansando en ellas.
Sasuke, sentado con las piernas debajo de su cuerpo, con el agua del piso apenas llegándole a la mitad de las rodillas. Miraba hacia arriba para hacer contacto visual con el zorro.
―Cuando volví a la aldea se veía estresada. Sarada me dijo que era por el trabajo, pero ahora que lo mencionas, creo que puede haber otro motivo ―comentó Sasuke cruzándose de brazos.
Llevaban alrededor de veinte minutos hablando sobre la última vez que Sasuke había ido a su casa (antes del accidente del viaje en el tiempo), y tratando de resolver algunas dudas del azabache acerca de su familia, a la cual recientemente estaba integrándose de forma correcta.
Era un tema para matar el tiempo, puesto que Sasuke se encontraba apenas en la consciencia en ese momento.
― ¿Neji sigue cargándote? ―preguntó Kurama con un deje de diversión.
Sasuke torció la boca.
―Sí.
No tenía mucho rato que él y su otro yo habían caído casi inconscientes durante el viaje después del puente en la zona nevada, por lo que Neji había tenido que llevarlos cargando. A él lo tenía sobre el hombro, sujetado con una cobija delgada para mantenerlo abrigado y protegido. Al otro Sasuke, para diversión de Kurama, lo traía arrastrando por el piso jalándolo de la capa, con poco interés.
―Se nota que hay un favorito ―comentó Kurama con burla cuando se dieron cuenta.
Para mantenerse tranquilo con su deplorable estado, Sasuke había decidido entrar a su inconsciente y mantener una plática con el zorro, con la finalidad de emparejarse un poco y lograr una leve sintonía para cuando llegara el momento de la batalla final. Ambos sabían que participarían codo a codo para ganarle a Urashiki, era casi por eliminación que Sasuke necesitaba a Kurama, así que iba a hacerlo que siempre veía a Naruto haciendo en su propia realidad.
Y qué mejor que el chisme, que el zorro no conocía, para empezar una conversación.
―Oi, ¿puedo preguntarte algo? ―dijo Sasuke a Kurama. Este movió las orejas arriba y abajo en afirmación― ¿Cómo es que Naruto lograba conocerte? ¿Qué tenía que decir para que hablaras con él?
―Hmmm… usualmente era él quien empezaba a decir cosas aleatorias acerca de la amistad y del trabajo en equipo. Algunas veces me decía que yo estaba entre sus mejores compañeros de pelea, que éramos un dúo, cosas así. Todo era salido de que yo lo odiaba, lo enfocaba como el receptor de todo lo que yo resentía de los humanos, que solo me veían como una herramienta ―contestó Kurama. Cerró los ojos―. Ese niño se la pasaba hablando, inclusive venía a decirme a mí lo que pensaba de tu viaje de crecimiento.
― ¿Mi viaje de crecimiento? ―preguntó Sasuke. Pensó por un segundo en esto, rodando los ojos de un lado a otro mientras su mente le traía recuerdos de varias épocas en las que estuvo fuera de su hogar― ¿Cuándo me sacaron de la cárcel?
―No, eso no lo vivimos nosotros. Cuando te fuiste de Konoha la primera vez ―contestó Kurama―. Luego de que te fuiste y Naruto entrenó con Jiraiya, hubo cierta maduración en cuanto al tema de tu partida y traición a Konoha. Si bien, todos querían verte como el malo, Naruto entendía que estabas cegado por la idea de que matar a tu hermano te traería de vuelta el honor y orgullo que le habían arrebatado a tu familia, y que eso aliviaría tu dolor de la pérdida. Naruto sabía que debía dejarte entender por tu cuenta que ese camino que tomabas jamás iba a llenar el vaso, sino que te iba a dejar sediento de más, pero llegó un punto en el que supo que, para traerte de vuelta a la aldea, debía soltarte y dejarte hacer cosas, aunque fuesen malas. Puede parecer que Naruto no tuviese motivación alguna en detener tu rescate, pero yo vi el enfoque real en el que fijó el rehacer su lazo.
Kurama abrió los ojos queriendo ver qué emociones surcaban el rostro del Uchiha. Estos datos que estaba revelando, habían sido, por mucho tiempo, un exclusivo secreto entre Naruto y él, pues era quien recibía todos los pensamientos y agitaciones emocionales del rubio cuando los sentía. La conexión de ambos hizo que se desenvolvieran más fácil las traducciones sin palabras, y por eso Kurama dejó a Naruto actuar como quisiese cuando comenzó a darse cuenta de muchas situaciones que no podía manejar.
―Naruto tomó tu rescate de una forma profesional. Aunque fue poco tiempo hasta que empezó la guerra, él basó el detenerte y traerte a Konoha bajo meros puntos legales: que estabas causando problemas, asesinatos, asalto a las aldeas y tu interrupción a la Cumbre Kage. Siempre apoyaba el hecho de que tu no eras una persona mala, aunque los demás creyeran lo contrario, pero si debía de tener una justificación válida ante alguien de poder, para evitar que te detuvieran ellos y se lo dejaran a él, iba a usar siempre la valiosa creencia de que él era el único que podía detenerte, y quien debía detenerte. Así que, cuando empezó a ponderar todo esto para llegar a ti de la forma correcta, yo estaba detrás.
― ¿Te pidió consejos?
―No, me preguntaba más sobre mí ―contestó Kurama―. Algo que Naruto jamás hace con sus amistades es tratar de comparar las relaciones. No va a hablar con nadie acerca de otro de sus amigos, siempre se guarda eso para solucionarlo con esa persona. Es parte de su respeto a la privacidad y a su propia vida. Al contrario, conmigo intentaba entender cómo empatizar. Era un caso similar al tuyo, Naruto tanteaba las preguntas que debía de hacer y los temas para abordar para evitar generar en el otro más rechazo a la idea de fraternizar.
―Nunca fue especialmente cauteloso con las palabras, pero su honestidad sincera y buena siempre hizo que pudiera bajar la guardia ―comentó Sasuke.
Kurama afirmó con una sonrisa.
―Ese era mi Naruto. Y siempre me preguntó qué me gustaba, qué no, mi historia, cómo los humanos me hicieron daño, y si hubo alguno que fuera bueno. Él intentó usar eso para ser mejor persona para mí y conmigo, e hizo que los demás me vieran como algo bueno, no como un monstruo ―comentó Kurama―. Sé que estás buscando cómo tratar de entrar en mí para poder unirme contigo, pero creo que es innecesario. El simple hecho de que seas de otra dimensión, seas bueno y estés mano a mano con Naruto, me trae paz.
Kurama se puso de pie, dio media vuelta y caminó lentamente hacia su "trono". Sasuke se quedó en su lugar y le miró alejarse.
―Ya perdí a dos seres importantes para mí. No dejaré que sigan pasando esas situaciones en otras realidades, así que ten por seguro que podré leer cualquier indicación que me des en silencio cuando estemos en la batalla ―Kurama se echó en su asiento de forma elegante, luciendo sus nueve colas alrededor mientras inclinaba la cabeza―. ¿Alguna vez Naruto te habló de una promesa que le hice antes de la batalla que lo mataría?
Sasuke negó con un gesto de cabeza, mirando con intriga al zorro.
―Esperando el mejor escenario en el que volvías a la aldea, me hizo prometerle que, si él moría en batalla luego de que te rescatara, me mantuviera siempre a tu lado ―contó Kurama―. Me dijo que te romperías, que yo sería el único que podría compartir ese dolor contigo y superarlo juntos. Creo que él sentía que ambos podríamos ser similares en algún sentido, que firmemente mantenía la idea de que podíamos ser la mejor compañía el uno del otro. Ahorita, en esta situación, me parece que entiendo un poco su decisión.
Sasuke bajó la cabeza y sonrió. Claro, el rubio tonto haría eso. Era algo que él podía afirmar.
―Así que no flaquees ante Urashiki. Me tienes detrás.
Sasuke le miró con seguridad y convicción, poniéndose de pie.
―Lo sé. Gracias.
El cielo estaba gris cuando por fin arribaron a Konoha. Parecía amenaza de lluvia, pero no había nada del ambiente húmedo que normalmente se sentía en el aire cuando esto iba a ocurrir, así que se había retirado la capa.
Neji y los dos Sasuke iban despiertos y en buen estado, esto luego de que el primero compartiera su chakra con el Sasuke "Shin". Sasuke compartió su propio chakra con el Sasuke "Fugaku", pues entendía que el Hyuga estuviera tan reacio a seguir ayudando a su enemigo, y no lo iba a forzar a hacerlo. Tampoco es que lo hubiese alimentado de una cantidad escandalosamente alta, así que no estaba preocupado de que se pudiera parar. Tenía lo suficiente para moverse al mismo paso que él. Además, estaba protegiendo la reserva que tenía para realizar los genjutsus de aspecto, así que iba con cuidado con el enlace de chakra.
Lo que los detuvo a pocos metros de la entrada, fue la presencia de Shikamaru junto con Kakashi, uno al lado del otro, con las manos dentro de los bolsillos de los pantalones, y acompañados (aunque ocultos) de veinte ninjas de élite.
Sasuke supo que era porque lo acompañaba el Sasuke "Fugaku", así que no iba a pedirles que bajaran la guardia. Suponía que se habían enterado del viaje compartido de los Uchiha por Urayashi, quien era el que solía saber al instante cualquier situación, así que Shikamaru había armado el plan perfecto de bienvenida para el traidor, el viajero del tiempo y el ojiperla.
Pero sentía la hostilidad del Hokage. Aunque Kakashi y él hubiesen estado en unos términos medianamente tensos al inicio de todo, lo que sentía ahora era una increíble pared de rechazo, no sólo hacia el otro Sasuke, sino también hacia él, y lo descolocaba un poco de la zona segura que había creado con sus actuales aliados.
Avanzaron lentamente hasta Kakashi, quien no miró hacia el otro Sasuke, manteniendo su mirada sobre el primero.
―No puedo creer que lo hayas traído ―comentó el peliplata con frialdad. Sasuke le devolvió el estado con un rostro sin emociones.
―No fue cuestión de hacerte un daño. Va a colaborar con nosotros. Te contaré todo cuando estemos ocultos de la población.
Kakashi no era tonto, los disfraces de Shin y el aldeano Fugaku podían engañar a cualquiera, pero él era capaz de ver la similitud de aspectos de estos con antiguos conocidos de Sasuke, y el hecho de ver meros rasgos familiares en el Sasuke detrás de "Shin", era desagradable.
―El traidor se quedará en una celda vigilado, y quiero que le retires el apoyo de chakra que le estas dando ―ordenó Kakashi. Sasuke asintió―. Quiero recibir toda la información de ti. A él no quiero verlo.
Sasuke dio media vuelta hacia "Fugaku", quien no se movió ni un centímetro.
―Ya escuchaste.
―Me encargaré de él ―comentó Shikamaru―. Neji, acompáñame a encerrarlo.
Sasuke soltó el enlace de chakra que compartía con el otro, y ese cayó de rodillas y luego de cara al piso, desmayándose en el acto. El genjutsu debía mantenerlo, así que se concentró en su persona para dejarlo puesto al menos hasta que Sasuke "Fugaku" estuviera escondido en la prisión, y Sasuke "Shin" en la oficina con Kakashi.
Kakashi y Sasuke esperaron a que Neji tomara en brazos a "Fugaku" para llevarlo hacia el interior de la aldea, con Shikamaru a su lado. Dos ninjas se acercaron por cada lado de ellos y los escoltaron.
―Esos ninjas mantendrán el genjutsu. Puedes soltarlo ―comentó Kakashi.
Sasuke esperó a ver las señas de manos que hacían los mencionados para poder olvidarse de esa ilusión, estando seguro una vez que vio a estos conectar sus brazos sobre el Sasuke inconsciente, asegurando un sólido genjutsu.
El peso retirado de sus hombros fue muy grande, así que le costó menos concentrarse en su propio genjutsu. Volvió su mirada a Kakashi, quien comenzó a caminar hacia la calle opuesta a la que Shikamaru y Neji tomaron.
Sasuke lo siguió hacia la mansión Hokage en silencio.
El aire había abandonado sus pulmones en segundos cuando identificó las caras.
Sin color, con rostros de miedo y tristeza, y llenos de heridas limpiadas y tratadas, pero sin motivo de sanar. Sasuke sólo podía unirse al dolor del perro que lloraba a los pies de los cuerpos de Kiba y Shizune, recostados sobre dos camillas médicas altas en el centro de la oficina de Kakashi, siendo cubiertos hasta el pecho por sábanas blancas que casi igualaban el tono muerto de sus pieles.
Kakashi, sentado en su silla en el escritorio, mantenía los ojos cerrados y los dedos entrelazados delante de su rostro.
― ¿Cuándo pasó? ―preguntó Sasuke con un hilo de voz.
Kakashi abrió los ojos y miró con pena a sus dos perdidos camaradas.
―Durante la misión. Amigos que Kiba hizo en el pueblo los trajeron ―contestó el Hokage―. Urashiki los atacó ―dirigió su mirada a la mujer―. Shizune murió enterrada en los escombros de la casa donde vivían, recibió el impacto directo del ataque.
Pasó su mirada hacia Kiba, soltando un suspiro.
―Kiba se quedó a enfrentar a Urashiki para darle tiempo a los pobladores de escapar. No pudo dar mucho antes de que lo matara.
Sasuke rodeó los cuerpos, pasando detrás de Akamaru, quien tenía la cabeza gacha y la cola rodeándole el cuerpo, mientras recargaba su costado contra la camilla de su difunto compañero.
―No pudieron detener a Urashiki de tomar las armas.
Sasuke no despegó la vista de los cuerpos, ignorando lo que Kakashi le decía. No podía asimilarlo, de cualquier forma, era como si ver el cuerpo de esos dos lo hubiese desconectado en automático de ese momento.
No conocía mucho a Kiba, en ninguna de las dos realidades, y era algo que le pesaba. En la suya porque no sabía si podía intentarlo al no saber si volvería a verlo, regañándose por no haberlo hecho en el momento en el que estuvo ahí. Y en esta, porque con poco de conocerse, una confianza ciega que le dio el hombre canino a él, y aun con la incertidumbre del odio que había dejado el otro Sasuke, Kiba había muerto por cumplir la misión que le encomendó.
Había miles de formas de despreció que Sasuke sentía dentro de él, pero lo primero que corría desde la punta de sus pies hasta la de cada cabello, era una ira destructiva, un revivir del rencor y los deseos de venganza que se habían quedado sepultados en su inmadurez mental y los escombros de una mente cerrada. Como si le hubiesen vuelto a dar el poder ilimitado que le nubló la vista y controló cada articulación de su cuerpo, llevándolo por el camino de la acción inconsciente, errática y errónea. Y temía, porque estaba perdiéndose de nuevo en ese Sasuke que sabía que vivía en él, listo para volver a explotar y deshacerse de quien fuera por proteger y vengar lo suyo.
Y podía escuchar al otro Sasuke, riéndose desde la celda, burlándose del intercambio que estaban transmitiéndose por el espacio entre ellos.
―Urashiki tomó las armas, y los habitantes del pueblo pudieron darme la información que necesitaba, en especial las matriarcas ―comentó Kakashi poniéndose de pie del escritorio.
Volteó a ver a Sasuke, quien aún estaba ido mirando a Shizune y Kiba. Kakashi entendía el shock, le ocurrió cuando le entregaron los cuerpos de sus ninjas, pero necesitaba al Uchiha en ese momento más que nunca, así que iba a ser egoísta e iba a traer a Sasuke a la tierra.
Le tomó del hombro con fuerza, moviéndolo sin cuidado hacia él y haciéndolo reaccionar de forma brusca. Sasuke volteó con una mirada colérica hacia Kakashi, y este último frunció el ceño cuando un sharingan y el brillante rinnegan lo recibieron con fiereza. Apretó la boca debajo de la máscara.
―No me mires así ―dijo con fuerza. No era petición, era orden.
Sasuke parpadeó y abrió los ojos tanto como podía, sintiendo de pronto una desconexión entre lo que había sentido un segundo atrás y el razonamiento que lo golpeó con las palabras de Kakashi. Puede que hayan sido palabras simples, pero esa sencilla frase era suficiente para que se diera cuenta de a dónde estaba yendo.
Tragó saliva como si fuera piedra. Le dolió la garganta. Carraspeó. Bajó la mirada y cerró con fuerza los ojos, sintiendo cómo sus estos dejaban de emitir la energía palpitante en sus parpados y lagrimales, enviándole una descarga dolorosa hacia su cuello y coronilla. Sintió que podía escuchar de nuevo, y que con una bofetada de aire había vuelto a la tierra.
Elevó la cabeza a un lado para ver hacia los cuerpos de sus compañeros, y soltó un profundo suspiro de lamento.
―Creí que estábamos completamente seguros del control sobre las cosas en nuestro mundo, pero veo que estaba equivocado ―comentó Kakashi. Sasuke le miró con incertidumbre, frunciendo el ceño con miedo.
― ¿Qué armas se llevó Urashiki? ―preguntó presuroso.
Kakashi se paró recto y de frente a él.
―Tomó las espadas de los Siete Espadachines Ninja de la Niebla.
¡POR FIN ACTUALICÉ! Sí me pase, una disculpa :c
¡HOLA A TODOS! Espero se encuentren bien. Lamento haber demorado con el capítulo, estuve muy ocupada porque, gracias al cielo, he tenido trabajo UwU, entonces me fue algo dificil centrarme en el capítulo cuando estaba trabajando, Y ENCIMA CON SHINGEKI NO KYOJIN. Damas y caballeros, no puedo, me mata ese anime, me mata. Me encanta como va XD
Además de que andaba planeando otro fanfic que pienso publicar luego de este, y quería aterrizar la idea antes de que desapareciera. Por ello me tomó bastante tiempo.
Como "compensación" de lo tardado que fue publicar este capítulo, lo he hecho más largo que los demás, esperando darles un rato más de lectura :) y, por supuesto, más Sasusaku que el anime aun no nos da :c
¡Espero les guste el capítulo! Les agradezco tanto por seguir aquí, por leer, comentar, darle "favorito". Me alegra tanto que les guste la historia, y espero esté llenando sus espectativas.
Estamos a poco de terminar este fanfic, y creo que lo extenderé talvez dos capítulos para que tengan un epílogo adecuado XD
Trataré de publicar el siguiente pronto. El rato que se va a llevar Shingeki en traer la segunda parte del anime, me ayudará a concentarme de nuevo en el universo ninja, jajaja.
Sin más, cuidense mucho, mantenganse saludables y tengan un bonito inicio de abril.
¡Nos vemos! :D
Ana Kogane Holt
