Abrió sus ojos, encontrándose con el techo de la cabaña y, por la tenue luz, notó que estaba anocheciendo. Aún seguía cansada y es que, en su condición, era imposible no estarlo. Su embarazado estaba avanzado, de hecho, la anciana Kaede le había advertido que, era muy probable, que en pocos meses ocurriera el nacimiento

Se sentó, acariciando su barriga mientras una nostálgica sonrisa se formaba en sus labios

Hoy es noche buena

Pensó, mientras las imágenes de su madre, Sota y su abuelo, adornando la casa, pasaban por su mente. Era la segunda navidad que pasaba lejos de ellos, sin embargo, ésta vez, no se encontraba triste por su distancia, si no, por un acontecimiento vivido hacía varios años atrás

- Se acerca... otro aniversario - una lágrima rebelde intentó escapar - Si hubiera... sabido que sería la última, te hubiera abrazado con más fuerzas

Años atrás

La noche era silenciosa en su hogar, todo lo contrario a lo que se percibía a su alrededor y en la ciudad en general. No se saludó con sus padres, ya que su madre, debido a su mal humor, decidió irse a dormir temprano y su padre, producto del arduo trabajo diario, estaba dormido en su silla, Sota y el abuelo se habían ido a pasar la noche en otro lugar

- Feliz navidad - pronunció su padre, sonriendo tenuemente

- Feliz navidad, papá - le dedicó una triste sonrisa, para luego subir a su habitación, para finalizar la noche entre lágrimas

El día siguiente, 25 de Diciembre, tuvo todos los condimentos para ser memorable. A pesar del nuevo mal humor de su madre, su padre recibió la llamada de su hermana, con una invitación especial para ir a almorzar a su casa. Su madre se negó rotundamente, sin embargo, ella aceptó gustosa, por lo que, tomaron sus cosas y partieron al hogar de su tía, en dónde pasaron la tarde entre charlas, recuerdos, risas y sonrisas, como hacía mucho tiempo que no ocurría. Al atardecer, regresaron a su casa, sin tener idea de lo que sucedería horas después

El infierno se desató esa misma noche, cuando, la enfermedad que, desde que ella tenía conciencia, sufría su padre, lo atacó nuevamente, provocando que aquella falta de aire que lo ahogaba, estrujara su garganta a tal punto, que debió salir al patio trasero, en busca de alivio

Insistencias, súplicas e imploras, no fueron suficientes para que el hombre entrara en razón y aceptara atención médica, por el contrario, a modo de respuesta, contundente fue su amenaza

- Si llaman a una ambulancia, me iré

El auto estaba en la puerta, listo para usarse y los antecedentes ya le daban la razón, por lo que la jovencita decidió no insistir más. Ingresó a la casa, sentándose en el comedor, atragantándose con su propia frustración

Las horas pasaban y el sonido de su padre retumbaba en sus oídos, sin embargo, se sentía atada de pies y manos. Trató de mantener su mente calma y buscar la mejor solución. Se puso de pie, saliendo nuevamente y arrodillándose frente a él

- Ve a dormir - pronunció sin voz

- No... me quedaré allí - señaló el interior - Prométeme que irás a buscarme cuando te sientas mejor

Él asintió, ella sonrió levemente e ingresó a la casa, lanzando un colchón en el suelo, en donde, se quedo dormida

A las 05:00 AM, el grito de su madre, pronunciando su nombre, la despertó repentinamente. La miró, sin siquiera comprender lo que sucedía y oyó sólo dos palabras

- Tú padre

Fue suficiente para que, en menos de cinco segundos, se pusiera de pie y corriera en su dirección. Lo primero que divisó fueron sus dos piernas extendidas, salió, encontrándose con el hombre acostado, con sus brazos abiertos y sus ojos cerrados. No lo dudó, se lanzó a su lado, tomando sus manos, repitiendo su nombre y colocando su mano sobre su pecho, el cual estaba duro como una roca, trató de oír su respiración, pero nada sucedió. No supo cuantos segundos pasaron, sin embargo, tuvo la suficiente conciencia para colocar sus dos dedos en su cuello, corroborando que no tenía pulso y, fue allí, cuando colocó su cabeza en su pecho, afirmando lo que ya sabia, él... su padre... se había ido para siempre

- Desde esa noche, las navidades nunca fueron las mismas - susurró, secando sus lágrimas

En ese momento, la puerta se abrió, mientras el peliplata se asomaba

- Kagome, ¿ya despertaste?

- Inuyasha - sonrió - ¿Dónde estabas?

- Abrígate... quiero que vengas conmigo

- ¿He? - lo miró confundida - ¿Qué sucede?

- Sólo sígueme

- De acuerdo

Se puso de pie, buscando su abrigo de piel, el cual había fabricado un día que Inuyasha había cazado a un gran animal para la cena. Cuando estuvo lista, ambos salieron de la cabaña en dirección del bosque

El firmamento iluminaba la noche, haciendo que el frio fuera mucho más soportable

- ¿Recuerdas el año pasado, cuando me hablaste de aquella cosa que se festeja en tu época? - preguntó, mientras caminaban

- ¿Te refieres a navidad?

- Eso... bueno, la otra vez no tuve tiempo de regalarte nada, fue por eso que, este año, traté de hacer las cosas bien

- ¿De que hablas?

Llegaron al árbol sagrado, al mismo tiempo en que los ojos castaños de la joven se abrían ampliamente ante aquella vista

- I...Inuyasha... ¿Tú... hiciste eso? - colocó ambas manos en su boca

El árbol se encontraba completamente iluminado, como si de pequeñas luces se trataran, las cuales parpadeaban coordinadamente

- Recuerdo que me dijiste que le colocaban pelotas de colores y esos artefactos que brillan

- Luces

- Si eso, bueno... no logré conseguir piedras de colores, por lo que le pedí ayuda a Shippo... el fue quién me ayudó a recolectar a las luciérnagas... luego Sango roció el árbol con una especie de agua que, según ella, les gusta mucho, así se quedarían un rato comiendo

- Inuyasha - sus ojos se habían llenado de lágrimas - Tú... hiciste todo esto, ¿por mi?

- Bu... bueno - se sonrojó - Si... ¿está mal? Sólo... quería regalarte algo similar a lo que tenías en tu casa

- Es... es maravilloso - lo abrazó fuertemente, hundiendo su rostro en su pecho - Muchas gracias, Inuyasha

Él sonrió, correspondiendo su abrazo. Ella volteó, aún entre los brazos de su esposo, quien comenzó a acariciar su barriga, mientras contemplaban el árbol

Es verdad... desde aquella noche, la navidad nunca volverá a ser la misma... tal vez no pueda cambiar el pasado, ni deje de extrañar a mi padre, pero...

Acarició tiernamente las manos del joven y su panza

Mi niña... porque si, estoy segura que será una niña... ella, ella podrá vivir estas noches especiales con una inmensa alegría, porque con Inuyasha, nos encargaremos de que eso suceda

Pensó, mientras colocó su mirada en el cielo, detrás del árbol, en dónde se elevaba el brillo de una gran estrella, una, en la que, quizás, se encontraba su padre, observando aquella escena, con una sonrisa en el rostro y sus ojos verdes llenos de amor


Antes que nada, quizás algunos se pregunten, ¿por qué narrar este tipo de historia? Bueno, porque es mi historia. Si, el suceso que recuerda Kagome, es exactamente lo que yo viví hace 10 años atrás, con mi padre y la manera en la que dejó este mundo

Como mencioné arriba, se cumplen 10 años de ese suceso y me siento más que preparada para canalizar mi dolor a través de lo que amo, que es escribir. Fue por ello que, en lugar de escribir un fic rosa, decidí que Kagome expresara mis emociones :)

Me quedo con la reflexión final, ya que, en el fic Kagome esta en la dulce espera, sin embargo, yo ya tengo a un niño grandecito (no tanto, pero ya entiende jaja) y, como dije, no puedo cambiar el pasado y nunca dejará de doler, pero puedo vivir estas fechas con mucho amor y una sonrisa en el rostro de mi niño

Para finalizar, les comento que este fic participa de las dinámicas #FantasiaInuvernal de la página Mundo Fanfics Inuyasha y Ranma y la dinámica navideña, de las páginas unidas

Franimoonlight

Kayla - Fanfics de Inuyasha

Cin-Fanfics

RosTai Fanfics InuKag

La perla de Shikon

¡Muchas gracias por leerme y espero que haya sido de su agrado! :)