La alarma resonó en sus oídos, al abrir los ojos vio el techo en el cual estaba su habitación, un joven de cabello castaño claro, casi pálido estaba observando esta una vez abrió los ojos, al hacerlo solo soltó un suspiro y salió de su cama, sin decir nada y fue a su escritorio donde tomó una libreta y empezó a escribir algo, una vez lo hizo, bajó las escaleras de su habitación hasta la cocina la cual estaba vacía, ahí vio un mensaje de su padre.
"Haine, tuve que salir a un viaje de negocios, lamento no estar pero me iré durante un par de meses, te dejo dinero para que compres ingredientes y el refrigerador lleno, cuídate.
Tu padre"
- Lo sé… - Soltó un suspiro. Nuevamente sacó aquella libreta y anotó algo, sin perder el tiempo fue al refrigerador y sacó unos cuantos huevos, preparando un omelette rápido para desayunar, luego de unos minutos, se sentó a comer. – A comer~
Luego de haber terminado su desayuno, se cambió a su uniforme, él estudiaba en Fujimi ya que era la escuela más cercana que tenía, le costó un poco entrar debido a la exigencia en calificaciones pero con su esfuerzo pudo conseguirlo, ya una vez puesto este, cerró la puerta ya que no había nadie de quien despedirse… aunque en realidad si lo hubo.
- Ya me voy, madre. – Hizo una reverencia a un altar donde estaba la foto de una mujer de cabello castaño. – Nos vemos.
Empezó a caminar por los pasillos tranquilos de la ciudad, los pétalos de sakura caían al suelo, era primavera por lo cual daba una vista hermosa, Haine continuó caminando mientras veía a los alrededores y seguía anotando en su libreta, ya entonces vio a otros estudiantes de Fujimi que iban ya sea en grupo o solos, el castaño continuó de esa forma hasta llegar a la entrada.
- Buen día Hayashi-sensei. – En la entrada vio a una mujer adulta de largo cabello rojizo oscuro, ella poseía una figura muy esbelta y sexy que le daba un aura bastante madura.
- Buen día Kiyose-san. – Saludó al castaño. – Espero esta vez no causes problemas… como lo haces siempre. – Se ajustó sus lentes.
- Eso no puedo asegurarlo~ - Canturreó divertido. – La escuela debería ser divertida, solamente le doy la sazón para disfrutar la juventud.
- Lo único que haces es darme más trabajo. – Ella soltó un suspiro. – Solo ve a tu salón…
- Claro sensei, nos vemos. – Se despidió con la mano antes de entrar, nuevamente anotó algo en su libreta.
"Hayashi Kyoko: 15 veces"
Caminó hasta la entrada donde se cambió a sus zapatos de interior, una vez cerrando, varios estudiantes estaban en la entrada igualmente, notó a dos chicas que iban juntas, anotó una vez más en su libreta.
"Ichijou Misuzu: 13 veces"
"Toshimi Miki: 10 veces"
- Ey Kiyose. – Escuchó a un chico saludarlo, volteó a ver encontrando a un rubio.
- Morita. – Los dos chocaron palmas. - ¿Listo para la diversión?
- Claro, y déjame decirte… - Se acercó a susurrarle algo. – Tengo la versión actualizada de la lista de bellezas de Fujimi.
- Oh… déjame verla luego, estoy interesado. – Exhalo humo de la nariz.
- Descuida bro, la veremos luego en los baños, te juro que no acabarás decepcionado. – Así ambos fueron a su salón mientras hablaban de cosas completamente banales, ya entonces llegaron a la entrada.
- ¡Kiyose Haine hace su presencia! – Exclamó a todos, voltearon a verlo pero siendo ya algo habitual, simplemente lo ignoraron.
- De nuevo. – Una chica de cabello rosado y cuerpo escultural se acercó a ella. – Kiyose ¿acaso nunca dejarás de fastidiar?
- ¿Eh? ¿A qué te refieres Takagi? No creo estar molestando a nadie… no aún…
- ¡Entonces tienes intenciones! – Exclamó con irritación, causando que Haine empezara a reír.
- Solo estoy jugando, ese es mi papel como payaso de la clase después de todo.
- Lo único que haces es distraer al resto, será mejor que te controles y no digas alguna estupidez.
- Eso no lo puedo asegurar. – Sacó la lengua a un lado, causando que Takagi se mostrara molesta.
- Eres increíble… - Sin decir nada más, se fue a su asiento.
- Oye Kiyose, no creo que debas seguir molestando a Takagi-san, ya sabes… - Morita le advirtió.
- Solo estoy jugando, no es nada del otro mundo en divertirte con quienes te agradan. – Respondió el castaño con una sonrisa.
- Yo no creo que ese sea el caso… - soltó un gotón de su frente. Sin decir nada más fue a su asiento, y nuevamente anotó en su libreta.
"Takagi Saya: 29 veces"
Las clases empezaron en ese momento, para Haine siempre había un momento en el que intervenía con algún comentario gracioso o fuera de lugar, haciendo que la clase riera, todos excepto Saya quien era más molestada por sus acciones que nadie más. Así entonces llegó el almuerzo y salió junto a Morita.
- Entonces Morita… sobre esa lista…
- Claro, otros chicos quieren ir a verla, vamos juntos ahora… - Fueron de forma discreta al baño para verlo, en el camino pasaron al lado de una hermosa chica de cabello anaranjado, una la cual Morita observó fijamente.
- Yuuki Miku, sigue tan hermosa como siempre… - Suspiró, era obvio que estaba bastante enamorado y como no siendo de las más populares de la escuela.
- Morita, observar de lejos no te llevará a nada. – Comentó Haine.
- Eso lo sé, pero es que es una diosa inalcanzable, un simple mortal como yo no tiene el derecho de estar frente a ella.
- Por cosas como esas, te condenas a ser siempre soltero. – Se burló, ganándose un golpe en el hombro de Morita.
- Eres horrible, y se supone que eres mi amigo. – Soltó lagrimones, dicho eso fueron a revisar la lista donde estaban otros chicos, Morita era la persona de confianza respecto a todas las chicas de Fujimi y quien estaba en la alto en cuanto a belleza, ahí Haine nuevamente anotó en su libreta.
"Yuuki Miku: 20 veces"
Terminando el almuerzo y volviendo a clases, Haine continuó con sus clásicos comentarios que sacaron más de una carcajada y llevaron un regaño de parte de Hayashi que siempre reclamaba a este, al sonar la campana de finales, los alumnos que tenían que ir a sus clubes salían, en cambio él no estaba en ninguno así que se iba directo, ya en ese momento se despidió de Morita y salió de Fujimi, pero no iba directo a su hogar, pasaba por otro sitio antes de ello y que era importante para él.
Caminó por el sur de la escuela donde se veía un tipo de edificio con un arma en el letrero, era un campo de practica para disparo, ahí Haine entró, abriendo la puerta.
- Buenas~
- Oh joven, bienvenido otra vez. – Le recibió un señor de edad ya adulta y apariencia gorda, teniendo una sonrisa. – Veo que vienes a practicar nuevamente ¿no?
- Así es, ya es una costumbre después de todo. – Respondió el castaño, el dueño soltó una risa.
- La verdad que los jóvenes de ahora tienen intereses muy raros, como tú con el hecho de practicar como disparar armas, será mejor que vayas atrás, ella ya se encuentra aquí.
- Ok, gracias por todo viejo. – Así pasó de largo, atravesando una puerta, se veía un campo de disparo con varios blancos que tenían agujeros debido a todas las balas que les han atravesado, justo ahí, sosteniendo una 9mm y apuntando estaba una mujer de tez morena y cabello purpura oscuro la cual disparaba, siempre dando en el centro del blanco o en la cabeza, no fallaba ni una sola, Haine la observó mientras se preparaba, una vez esta terminó, notó su presencia.
- Oh Haine-kun, bienvenido~
- ¿Desde qué horas estás aquí Minami-san? – Preguntó este, ella sonrió de forma seductora.
- ¿Acaso me extrañabas? Un joven como tú realmente no puede aguantar sin verme. – Ella empezó a abrir la cremallera de su chamarra, dejando ver un sostén deportivo por debajo. - ¿Quieres ver?
- Sí claro, ahórrate tus intentos que debo pasar ahora. – Este la ignoró, pasando de largo, causando que la pelipurpura soltara un suspiro.
- ¿No entiendo cómo es que no te avergüenzas a mis intentos de seducción? Eso me frustra ¿sabes?
- No soy como otros hombres que van tras cualquier mujer, soy un payaso pero no un pervertido. – Este sostuvo el arma y al colocarse los cascos que cancelaban el sonido, se puso al frente, apuntando al blanco, en ese momento comenzó a disparar, cada disparo que hacía lograba acercarse mucho al blanco, pero no al punto de precisión como lo era con su compañera, ella observaba fijamente.
- Estás mejorando gradualmente… casi como si hubieras tenido experiencia previa… - Comentó ella por debajo.
- Estoy recién comenzando, pero puede que sea bueno en esto. – Respondió él, claro que Minami tenía sus dudas pero viendo al castaño, simplemente lo dejó pasar.
- Si en el futuro piensas unirte a la fuerza policiaca o al ejército, no tengo dudas de que sobresaldrás, incluso podría recomendarte a la academia si así lo deseas. – Sugirió esta, Haine se lo pensó.
- Lo tendré en mente, aún tengo mucho camino por delante después de todo.
- Es verdad, eres joven y es mejor no tomar decisiones precipitadas, ya que solo tenemos un futuro y lo que decidas, influirá completamente en este. – Comentó ella, ya fue al blanco de al lado para practicar igualmente. - ¿Qué tal una competencia? Quien logre acertar más veces en el blanco, paga las bebidas.
- ¿Acaso me estás retando? Porque no retrocederé ante esto. – Él sonrió de forma confiada, causando que Minami igual se ponga del mismo modo.
- Ya rugiste, verás de lo que es capaz una experta como yo. – Y empezaron su competencia.
Al final Minami acabó ganando por una gran mayoría en comparación a Haine, ella celebró cuando le pagaría la cerveza gratis, causando que este soltara un suspiro, una vez cumplió el trato y que debía irse, se despidió de ella al igual que del dueño del campo de tiro, entonces sacó su libreta.
"Minami Rika: 24 veces"
Caminó de regreso a su casa, el sol se había ocultado por lo que solo las luces nocturnas de las lámparas iluminaban el camino, fue en total silencio hasta que finalmente llegó a la fachada de su hogar, tomando las llaves, abrió la puerta y cerró con candado al entrar, no fue a la cocina directamente a preparar su cena, sino que llegó a su habitación, abriendo la puerta, fue a su escritorio donde dejó la libreta, en ese momento…
*PAM*
Golpeó este con fuerza, se veía frustrado, sujetando su cabeza en aquel momento, Kiyose Haine finalmente dejó aquella fachada por detrás, sollozando por debajo.
- (¿Por qué debo pasar por todo esto? Ya son treinta veces que he vuelto a repetir los mismos acontecimientos… Dios ¿Qué hice para merecer todo esto?) – Su libreta se abrió, ahí tenía escrito todo, cantidad de veces junto a diversos nombres de las personas que ha conocido, listas de armas, municiones y comida y algo… cierto día, dentro de dos semanas señalado en ese momento, ahí tenía escrito: "Día de la pandemia… ellos se levantarán" – (No sé como me vi envuelto en esto, pero… desde entonces, desde aquel día que todo el mundo se fue a la mierda y los muertos se levantan… solo puedo sobrevivir durante un año junto a ellos y siempre muero… por alguna razón vuelvo a regresar en el tiempo a dos semanas antes de que ocurra todo… he repetido este ciclo durante veintinueve veces y no importa que tanto haga, siempre ocurre el mismo resultado… Takashi, Kohta, Rei… Saeko… siempre acabamos muertos…) – Apretó su puño con fuerza, mirando al frente. – Yo… haré las cosas distintas… este intento número treinta será el último… si no logró avanzar más allá del dos mil nueve… me voy a rendir…
Se fue a la cama sin cenar, durmiendo profundamente luego de haber llorado, antes de darse cuenta ya era de día, se levantó cansado, al ir al baño y verse al espejo, tenía los ojos rojos luego de haber llorado, soltó una risa irónica por debajo.
- Solo mírate… derrotado luego de haber vivido el fracaso durante veintinueve ciclos de un año… eso no volverá a suceder jamás, traeré un cambio mayor y no dejaré que el destino vuelva a dirigirse a como son las cosas… haré que todos vivamos en esta ocasión… lo juro por esta bendición que me permite volver en el tiempo…
Bajó las escaleras y se preparó solo un par de sándwiches para salir rápidamente, en ese momento tomó un reproductor de MP3 que funcionaba con energía solar y un par de audífonos que se colocó, con su uniforme, empezó a ir a correr.
"Reproduciendo: Thousand Foot Krutch – War of Change"
Trotó por una vía distinta para no ser visto por algún otro estudiante, ya que su ejercicio era algo que hacía por cuenta propia, aunque era más para condicionar su cuerpo actual al trabajo que está por realizar dentro de dos semanas, cuando ocurra el día X como él mismo ha designado, tenía que estar en la mejor condición física posible si deseaba luchar contra ellos, al menos en cuanto a armas, no tenía problemas pero al estar de cerca, debía de estar preparado. De ese modo continuó trotando cerca de un parque cuando notó una presencia, una cierta chica de largo cabello morado estaba igual ahí, Haine entrecerró los ojos, tenía una mirada melancólica a decir verdad.
- ¿Oh? – Ella volteó a verlo. – No pensé que alguien más estaría trotando por aquí.
- Que puedo decir, igual quiero mantener una figura saludable. – Respondió el castaño con una sonrisa. – No pensé encontrar a la capitana del club de kendo de Fujimi por aquí.
- Así que me conoces… eso quiere decir que eres estudiante igualmente.
- Así es, Kiyose Haine a tus servicios, si necesitas a un payaso, soy el mejor para el trabajo. – Se señaló.
- No gracias, pero es un placer conocerte Kiyose. – Respondió ella, con cada trote que daba, sus grandes pechos rebotaban que solo eran sostenidos por la playera que llevaba. – Esta no es una vía por la cual fueras normalmente al instituto.
- Quise tomar un cambio de aires y veo que eso me trajo un encuentro inesperado, se puede llamar suerte.
- O destino. – Respondió ella con una leve sonrisa. – Esta es mi ruta habitual de trote antes de ir al instituto, ya que era algo que solo conocía yo, no pensé en encontrarme con algún otro estudiante.
- Pues es una gran causalidad. – El castaño soltó una risa. – Creo que no seguiré quitándote el tiempo, me iré por aquí.
- Entendido Kiyose, nos veremos luego. – Ella se despidió mientras fue por otro lado, el castaño sonrió por debajo.
- (Ella nunca cambiará… y eso es lo que me gusta, será mejor que siga preparándome…)
Luego de haber trotado, llegó a Fujimi, saludando a Hayashi en la entrada, fue directo a su salón, justo pasando una escena en camino, viendo a chicos rodeando a otro de complexión gorda.
- Ey otaku, será mejor que nos des el dinero de esta ocasión. – Aquel líder de los matones, Tsunoda tenía un tono amenazador hacia él. – Y que sea bastante.
- Esto, yo… - Él se veía intimidado por los bullys, Haine soltó un suspiro en aquel momento.
- (Esto lo he hecho bastantes veces…) – En ese momento corrió rápidamente hacia esa zona y dio un salto. - ¡Holaaaaaa!
- ¿Qué? – Tsunoda solo sintió la patada que lo hizo caer al suelo de repente. - ¡Que mierda te sucede!
- Solo quería saludar. – Expresó Haine sacando la lengua a un lado. – Tsunoda-kun, no es bueno lo que haces.
- Tú… - El pelirrojo quería hacer algo pero notó que empezaron a llamar la atención cuando varios alumnos veían el alboroto, este solo chasqueó la lengua. – Nos vamos. – Sus sequitos no tuvieron de otra que irse, ya dejando a ellos dos solos.
- Esto… gracias Kiyose-san… - Agradeció el gordito por debajo, el castaño sonrió.
- No es nada Hirano, pero no deberías dejar que te sigan acosando.
- Eso… - Este se rascó la nuca. – Soy pequeño y débil, no tengo la fuerza para sobreponerme ante alguien como lo es Tsunoda-kun… no puedo hacer nada.
- No digas eso. – Haine se acercó a él. – Tienes una fuerza que solo tú conoces pero has estado reteniendo hasta el momento, seguro cuando llegue el momento indicado, podrás salir airoso, eso lo prometo.
- Esto… gracias Kiyose-kun. – Hirano asintió y es que Haine lo sabía, solo era cuestión de tiempo para que él pudiera demostrar toda la habilidad que tiene, antes de ello necesitaba prepararse para ello.
Ya en su salón, todo fue tan normal, solo que le tocaba clase con Shido y no cabe decir como ese profesor realmente le cae mal, porque sabe todo lo que ha hecho debido a los ciclos pasados, necesita encargarse de ese asunto igualmente, él y Tsunoda son personas peligrosas para sus planes, ya movería los hilos por su lado mientras mantiene su aspecto de payaso, al menos por el momento. La clase terminó y fue el almuerzo, Morita le sugirió para ir a comer junto a Imamura que era otro amigo pero él se excusó diciendo que tenía otros planes, estos no se preocupación y tomaron rutas distintas, mientras tanto el castaño seguía con sus movimientos y ahora mismo tenía que ver a alguien más.
En ese momento subió al tejado ya que es el único sitio donde él se encontraría, lo conoce muy bien por sus circunstancias, al subir las escaleras y abrir la puerta, ahí lo vio, observando a través de la reja de seguridad, el castaño soltó un suspiro.
- Himuro. – Este volteó a verlo, cabello castaño desarreglado y ojos del mismo color.
- … Kiyose… - Su rostro estaba demacrado, Himuro Takashi había pasado por una situación sumamente dura para él así que normalmente se saltaba clases.
- Veo que sigues sin ir al salón. – Respondió este, Takashi bajó la mirada.
- Lo siento, pero sigo sin tener las energías… no después de que pasó eso.
- Entiendo que es difícil, Miyamoto no es alguien difícil de olvidar. – Respondió el castaño, eso trajo más depresión a Takashi. – Sé que tuvieron bastante historia juntos y que se habían prometido casarse cuando crecieran, pero la situación cambia cuando menos lo espera.
- ¿Cómo es que ser payaso te hace ser sabio? – Este sonrió de forma irónica. – No sé qué hacer Kiyose… Rei lo era todo para mí, Hisashi igual porque es mi mejor amigo, pero verlos juntos… no es algo que me agrade.
- Puede que aparezca alguien más y de lo cual tu no sabes, pero igual como dije antes, la situación puede cambiar en cualquier momento, no dejes que otras personas como Takagi te digan o controlen de algún modo, quien espera, es recompensado.
- Eso espero… - Takashi sonrió por debajo. – Realmente sabes alegrar a otros.
- Ese es mi trabajo como payaso de la clase, traer sonrisas al resto. – El castaño se dio la vuelta. – Será mejor que vaya a almorzar, se gastarán los panes y recuerda, ignora todo lo que Takagi diga.
- Eso lo sé. – Takashi solo levantó la mamo mientras estaba de espaldas, Haine sabía que la cosa cambiaría cuando llegue el día X y que existen dos posibilidades puesto que las ha observado durante los ciclos que ha pasado, dos chicas siempre se encontraban en las posibilidades de su amigo y esta deseaba observar cual acabaría… y que además buscaría que fuera la definitiva.
La segunda ronda de clases llegó, Kiyose pasó actuando como siempre, cosa que molestaba a Saya, así nuevamente pasó otro día normal, como siempre fue al puesto de disparos a entrenar con Rika, aunque esta vez ella le diría una noticia.
- Escucha Haine-kun, a partir de la próxima semana me iré a una misión, parece que llaman a las fuerzas policiacas para un movimiento en Okinawa, así que no podrás verme, espero me extrañes~ - Exclamó de forma coqueta, el castaño solo soltó un suspiro. – En serio… ¿eres gay? Porque no entiendo como no te excitas conmigo.
- Es que tengo una armadura anti encantos femeninos. – Decidió bromear él. – Ya en serio, buena suerte en tu trabajo y que no tardes en venir.
- Por supuesto, aunque estoy algo preocupada por Shizuka, ya sabes… ella no sabe mantenerse si no estoy ahí, por esa razón quiero darte esto. – En ese momento le lanzó unas llaves. – Son repuestos de mi casa por si alguna vez ella necesita ayuda, quiero que la apoyes.
- Aprecio la confianza, aunque dárselas a un estudiante y que esté a solas con una mujer, parece que me estás ofreciendo a tu amiga. – Rika empezó a reír.
- Te las puedo dar porque sé que eres de confianza y no cualquier hombre que va tras ella, sabrás apoyarla como debe de ser… entonces ¿continuamos?
- Por supuesto. – Asi continuó el entrenamiento de ambos, ese día acabó, Haine al llegar nuevamente anotó en su libreta una vez más y miró las llaves. – Esta es la vez número quince que me ofrece las llaves de su casa… es una ventaja que usaré a mi favor nuevamente… - Dicho eso, fue a la cama, los siguientes días necesitaba continuar con los preparativos.
Haine ha estado trabajando en arreglar las cosas para que el día X no sea tan turbio como ha ocurrido en ocasiones anteriores, si de algo se ha fijado es que sus movimientos llegan a cambiar pequeñas partes del futuro que él conoce, en ciclos anteriores decidió interactuar más con Hayashi, lo que llevó a que ella pudiera sobrevivir respecto a la mordida que obtiene al inicio de todo o incluso de casos como Miku que no acaba en el grupo de Shido ya que él logró convencerla en irse con ellos con base en las interacciones que tuvo los días anteriores, puede hacer una diferencia si se acaba esforzando en todo lo posible.
Haine ha hecho los mayores cambios posibles para llevar un gran número de sobrevivientes al respecto pero de algún modo todo siempre acaba de la misma forma, no sobreviven más de un año, el dos mil nueve es todo lo que tiene y no entiende como es que, a pesar de todas las preparaciones que ha hecho para evitar el mismo destino, este siempre lleva al camino designado una y otra vez, por esa razón se encontraba en la desesperación total y que ese intento, el número treinta, sería el último, si no lo consigue en ese ciclo, lo abandonaría todo…
- Pareces serio. – Comentó Takashi a su lado, el castaño fue sacado de sus pensamientos en ese momento, este soltó una pequeña risa.
- No es nada, solamente pensaba en ciertos escenarios… dime Takashi ¿Qué harías si el mundo se acabara de repente?
- ¿Qué tipo de pregunta es esa? No pensé que fuera filosófico. – Este se burló por debajo.
- Solo lo estoy hablando como una posibilidad y me gustaría saber que respuesta tendrías. – En ese momento Takashi se puso a pensar.
- Lo primero que haría… es ir a buscar a Rei, ella es más importante que nada, si el mundo está a punto de acabarse u ocurre alguna pandemia peligrosa, al menos quiero pasar esos momentos a su lado. – Haine sonrió.
- En serio hombre, eres alguien de una sola chica, si ella lo supiera, cuanto la valoras.
- Eso lo sé, entiendo que Hisashi la valora tanto como yo, él sabrá cuidarla en cambio mi persona solo está aquí como un perdedor… pero quizás deba salir adelante.
- Date tu tiempo y seguro encontrarás la respuesta indicada. – Así Haine se dio la vuelta, en el pasillo encontró a Saya que buscaba hablar con el castaño y al ver a Haine, esta se quedó asombrada. – Si buscas a Himuro, está ahí dentro.
- E-Eso… no es lo que quería saber. – Ella frunció el ceño. – No es que haya venido por Takashi, solo quería tomar algo de aire fresco, es todo. – Haine escondió una risa, ella siempre se ponía a la defensiva cada vez que Takashi llegaba a la ecuación. – Ahora, si no tienes nada más que decir, deja de hacerme perder el tiempo.
- Por supuesto. – Ya estaba por irse pero se detuvo. – Por cierto Takagi, no seas tan duro con él, los chicos pueden ser tan sensibles, así que las palabras rudas no ayudan en nada, solo dile algo que lo pueda animar.
- Eso… lo sé… - Ella confesó por debajo. – Solo vete. – Y así el castaño bajó las escaleras, Saya era alguien muy dura y orgullosa pero no era alguien con malas intenciones, en ciclos anteriores era fácil que ella saliera del caparazón, la situación la hizo crecer como persona y eso causó que Haine tuviera un gran respeto hacia ella, aunque igual se comportaba como niña mimada en ocasiones, no dejó que la situación la destrozara y podía mantener la cabeza fría en los momentos más turbios, era de esperarse del cerebro del grupo.
En su caminata por los pasillos vio al grupo del club de atletismo, eso significaba que estaba Tsunoda y otros más que se creían los mejores, en sí el club de atletismo era el que más logros había traído a Fujimi por eso la mayor parte del presupuesto iba hacia ellos, pero no eran los únicos. La chica de cabello castaño y cuerpo inusualmente sexy iba junto a ellos.
Yuuki Miku, la segunda chica más popular y hermosa de Fujimi, solo por detrás de Saeko, ella es alguien bastante amigable pero igual carga con esos rumores sobre que ella es bastante promiscua y que ha seducido a muchos hombres de la academia, incluido profesores, según sus anteriores ciclos, Haine conoce a la verdadera Yuuki y de lo que ella es capaz y que fortalezas tiene, esos rumores solo han colaborado a darle una fama que ella no merece.
- Tsk, eres tú. – El pelirrojo chasqueó la lengua al ver a Haine.
- Ey Tsunoda-kun ¿Cómo estás amigo? – Decidió actuar y acercarse a él, este solo apartó su brazo.
- No soy tu amigo, aún recuerdo lo que hiciste ayer… tienes suerte de que estemos en los pasillos o sino ya te hubiera hecho algo.
- Que malo~ - Hizo un puchero. - ¿Así tratas a la gente? Pensé que el as de la escuela sería más amable, eso lastima mi corazón. – Su actuación causó que Yuuki soltara una risa por debajo, eso molestó a Tsunoda.
- Solo vámonos Yuuki, no hay que perder el tiempo con este tipo. – Así se fueron, no sin que antes la castaña volteara a verlo y le soltara un guiño, eso podría considerarlo una victoria, sabía que él podría ser un mejor amigo para ella, más de lo que Tsunoda es y que solo la desea por su cuerpo.
- (Tengo que efectuar más encuentros con ella…)
- Kiyose-kun. – Escuchó una voz y encontró a un par de chicas que iban hacia él, Misuzu Ichijou y Toshimi Niki. Según el ranking hecho por Moria, ambas compartían el tercer lugar de bellezas de la escuela y es que son tan amigas que no se separan nunca. – Nos mandó el sensei, es tu turno de recoger las hojas.
- Ok~ ya voy en camino. – Este hizo un saludo y se puso en movimiento, ellas dos le acompañaron.
- Ya que son demasiadas, podríamos ayudar. – Comentó Toshimi, el castaño lo agradeció.
- Oh, que afortunado soy, dejar que dos hermosas chicas me ayuden, no podría estar más en el cielo. – Bromeó, causando que Toshimi se sonrojara.
- Oye Kiyose-kun, ya basta. – Reclamó Misuzu, causando que este soltara una risa por debajo.
- Solo estaba jugando, pero realmente lo agradezco que me ayuden, por ser el payaso parece que no me toman en serio y me dejan todo a mí.
- Eso no es justo en verdad, eres un buen chico. – Toshimi hizo un puchero.
- Me alegra que me vean de esa forma, las dos son realmente amables, no solo entre ustedes, sino igual con los demás.
- Eso es lo normal. – Respondió Misuzu. – Nosotras dos no podemos dejar que nadie cargue con demasiado trabajo, si podemos apoyar a alguien, así será.
- Igual como nos apoyamos entre nosotras. – Toshimi abrazó a su amiga castaña. – Somos inseparables.
- En ese caso, quisiera darles una situación hipotética. – Ambas chicas vieron al castaño con curiosidad. – Digamos que de repente ocurre un desastre, las dos están juntas en aquel momento, llamémoslo un terremoto, el edificio de la escuela está por derrumbarse, justo una parte se cae y digamos que Niki-san está en ese momento y apenas logra sujetarse, solamente Ichijou-san puede salvarla pero el edificio está inestable y podría caerse en cualquier momento ¿la salvarías? – Eso dejó en asombro a la pelinegra.
- Esto, yo…
- Claro que Toshimi-chan me salvaría ¿no es así? – Preguntó la castaña, el silencio de su amiga se hacía más largo. - ¿Toshimi-chan?
- Yo… la verdad estoy dudando, lo cierto es que… vería por mi seguridad primero. – Esta bajó la mirada. – De ser necesario… la abandonaría.
- ¿Toshimi-chan? – Esa respuesta sorprendió a la castaña. - ¿Por qué?
- Lo siento, pero si es una situación de peligro, es normal que vea primero por mi propia seguridad, aunque seamos muy amigas.
- Eso… - Las dos se quedaron calladas, de repente había un ambiente pesado y era lo que Haine deseaba conseguir, solo había esta forma de reafirmar la amistad de ambas… e igual su supervivencia.
- Esto es lo que haría yo. – En ese momento habló él para acabar con el silencio. – No importa la situación o el peligro que hay, si tengo la posibilidad de rescatar o proteger a alguien que me importa, la tomaría, por más pequeña que sea, porque, si bien la vida de uno es importante, las relaciones que has formado con otras personas juegan un gran peso en el consciente de las personas, si la abandonas, puede que ese peso, el saber que dejaste morir a tu mejor amiga acabaría volviéndose una carga pesada, ahora pasemos al escenario B, no la salvas y buscas huir pero a final de cuentas el edificio se derrumba y mueres, siendo una cobarde que no hizo el intento de rescatar a su amiga, así te recordarían.
- No quisiera eso. – Confesó la pelinegra.
- Las dos son muy grandes amigas y no hay nadie en la escuela que no lo sepa, si han llegado hasta donde están es porque nunca han abandonado a la otra y se espera que así sigan, por esa misma razón, incluso en los momentos más complicados, no se abandonen ni digan que dejarían atrás a la otra, muestren la fuerza que las dos pueden tener en el futuro.
- … Jo, como eres tan sabio. – Toshimi hizo un puchero.
- Eso es verdad. – Misuzu soltó una pequeña risa. – Ya no eres tan payaso ante nuestros ojos, pero realmente agradezco que hablaras con nosotras de esta manera, siento que ahora mi amistad con Toshimi-chan es más fuerte que nunca.
- Yo pienso lo mismo. – Sonrió la pelinegra. – Gracias Kiyose-kun, no importa por cuales problemas pasemos ambas, vamos a superarlo juntas.
- Así es. – las dos compartieron una risa, dejando a Haine satisfecho, esperaba que esa plática realmente se haya grabado en ambas para cuando llegue el día X, sus acciones traían cambios y deseaba que fueran para bien, así los tres continuaron caminando para recoger las hojas.
Haine estaba en camino a su hogar luego de haber terminado con las clases, no tenía en sí planes para ir a practicar disparos ya que Rika se había ido a su trabajo, además de que no era necesario en su parte, la experiencia la tenía de sobra y solo lo hacía para congeniar con la policía, ya así salió y empezó a caminar.
- Ey muñeca ¿quieres acompañarnos a salir un rato? – Escuchó algo en un rincón, decidió observar lo que sucedía, así fue que encontró a tres hombres intentando ligar con una chica, siendo esta en cuestión Miku Yuuki. – Seguro podremos divertirnos.
- Esto… no estaría mal, pero…
- Vamos, seguro disfrutarás estando junto a hombres con nosotros. – Eran obvias las intenciones que tenían esos tres, Haine no lo podía dejar pasar, conocía a la verdadera Miku así que fue su momento de actuar.
- ¡Ey Miku-san! – Saludó de repente, dejando confundidos a los tres hombres. – Gracias por esperar, ya podemos irnos.
- ¿Eh? – Ella se encontraba confundida, en cambio los tres chasquearon sus lenguas.
- Ya tenía compañía… vámonos de aquí. – Así estos se fueron, dejándolos solos en ese momento, al asegurarse de que no estaban cerca, soltó la mano de la castaña.
- Parece que se fueron, me debes una. – Levantó el pulgar, Miku no entendía que pasaba, pero al ver que la salvaron de una situación engorrosa, lo agradeció.
- Gracias por ayudarme en ese momento Kiyose-kun.
- Veo que me conoces. – Respondió, ella soltó una pequeña risa.
- Quien no reconocería al payaso de la clase, eres realmente divertido, pero no pensé que igual serías un caballero~
- Lo que sea por una dama. – Hizo una reverencia, ambos compartieron una risa.
- Realmente te lo agradezco, ya me tenían fastidiada.
- Normalmente te encuentras en el grupo de Tsunoda-kun ¿no estaban aquí?
- No… ese bruto prefiere hacer cosas como ir al gimnasio o entrenar… en serio que les presta más atención a sus músculos que a mí. – Soltó un suspiro. – A veces creo que solo me ve como un trofeo para presumir que como una mujer.
- Yo no lo veo de esa forma, realmente creo que eres una chica increíble y con muchos puntos buenos. – Respondió Haine, aquello sorprendió a Yuuki en ese momento la cual sonrió por debajo.
- Gracias… supongo que sabes lo que dicen sobre mí ¿no? Eso de que me gusta seducir a chicos y demás, que tengo mucha experiencia en ese campo pero nada está más alejado de la realidad, yo igual deseo hacer cosas normales como cualquier chica, salir con amigas, ir de compras o ver películas, incluso deseo llevar una relación normal con algún chico que me quiera por lo que soy, no por mi cuerpo, el hecho de juntarme con Tsunoda-kun y sus amigos es un impulso del momento, porque los demás creen que soy inalcanzable, no soy lo que dicen de mostrarme como alguien promiscua y seductora, me he visto obligada a seguirles el juego… pero realmente quiero algo normal.
- Miku-san, eres una gran chica. – Haine empezó a hablar en ese momento. – Los demás no pueden ver los buenos aspectos de ti porque esos rumores, además sumando que eres linda llegan a eclipsarlo todo, pero yo no pienso de esa forma, no soy como los demás, a quien tengo frente a mí es a una chica la cual está expresando lo que desea, no veo a una seductora, veo a alguien sincera que desea llevarme todo por un buen camino, no dejes que otros decidan como debes ser como es el caso de Tsunoda-kun y los demás, solo debes ser tu misma y eso es suficiente, la sinceridad con uno mismo es la mayor muestra de belleza que uno puede tener.
- Kiyose-kun… - Yuuki se sonrojó en ese momento. – Nunca antes me habían dicho esas palabras… no sé que decir pero… creo que lo necesitaba, gracias.
- No es por nada Miku-san, si te sientes agobiada por lo que otros digan, tienes la voz para alzarla y señalarles que están equivocados, y si necesitas ayuda, estoy aquí.
- Realmente eres un chico muy atento y eso me gusta… ¿puedo llamarte por tu nombre?
- Claro, entonces hagamos eso, Yuuki-san.
- Claro… Haine-kun. – Se despidió de ella en ese momento, Haine reconocía que Yuuki posee un valor mucho más allá, en anteriores ciclos, aunque al inicio se dejó bañar por las palabras de Shido y se entregaba a este, pudo ver que ella es más de lo que demuestra en superficie, cuando había decidido salvarla en ciclos pasados, logró conocerla más a fondo y entender el tipo de chica que es, ella merece algo mejor que pudrirse en el grupo de Shido y se aseguraría de ello…
Otro día, quedaba cada vez más poco para llegar al día X, Haine nuevamente salió a trotar, notando como su cuerpo empezaba a formarse cada vez más, ese acondicionamiento le serviría para llegar a estar en la forma correcta para pelear contra ellos. Ya al llegar a clases y pasar otro día normal, esta vez decidió hacer una visita a la enfermería, no le había avisado a la enfermera que posee las llaves de la casa de su amiga, ella tenía el derecho de saberlo, así que fue.
- Marikawa-sensei.
- ¿Sí~? – Ella volteó a ver, una mujer de cabello rubio y cuerpo sumamente voluminoso y se cree, ella realmente estaba muy bendecida ya que el tamaña de su pecho era sumamente abismal en comparación al de otras mujeres, esa era Marikawa Shizuka, la enfermera de la escuela y alguien sumamente popular entre los jóvenes estudiantes por obvias razones. – Oh, Kiyose-kun ¿deseas algo?
- Solo vine a avisar que Rika me dio las llaves de su hogar, confió en que pueda mantener sus pertenencias en orden.
- Oh, es bueno saberlo, realmente Rika confía en ti, ya me había hablado de un joven que entrena con él casi a diario pero no sabía que eras tú, gracias por ser su amigo.
- No es nada, así que si necesita algo para hacer en su hogar, puede avisarme.
- Entiendo, gracias, si deseas, puedes pasar a sentarse, tengo preparado té.
- No sería molestia. – El castaño pasó a la enfermería y se sentó frente al escritorio, Shizuka se levantó para tomar la tetera y empezó a servir el té, no daba crédito que con cada movimiento que ella hacía, sus gigantes pechos rebotaban.
- Aquí tienes. – Dejó la taza frente a él, el castaño la tomó para beber. – Entonces Kiyose-kun ¿Cómo fue que conociste a Rika?
- Fue un día, yo realmente no estaba muy interesado en eso de las armas pero el ver una galería de tiro me hizo entrar la curiosidad y me adentré, ahí la vi y empecé a probarlo, fue complicado al inicio porque el dueño no me lo permitía por ser menor de edad pero ella vio mi caso e intervino, logrando que pudiera practicar, desde entonces hemos sido compañeros de tiro. – Claro que había media mentira en esa explicación, él lo planeó todo para acercarse a la pelimorada.
- Ya veo, yo tampoco entiendo muy bien ese tipo de cosas pero es lo que le gusta, incluso posee muchas armas en su casa, da miedo tocar una.
- Es cuestión de acostumbrarse, yo igual sufría con el retroceso pero me fui adecuando, la practica hace al maestro. – Señaló este. – Así como yo tengo algo en lo cual me estoy especializando, usted lo tiene al poseer conocimientos médicos.
- Eso es verdad, me encanta mi trabajo, deseo asegurarme de que todos estén bien y sanos, eso me trae una sonrisa.
- Es algo que agradecemos. – Haine hizo una pequeña reverencia. – No importa lo que otros digan o incluso si lo hacen de menos, es quien más ha ayudado a otros en ese tipo de cuestiones, así que no piense que no tiene una voz u voto en momentos importantes, su opinión también es tomada en cuenta.
- Jeje, hablas de forma muy sabia, lo aprecio. – Continuaron bebiendo un poco más hasta que Haine ya debía volver, se despidió de Shizuka y entonces avanzó por los pasillos.
- Vamos Hisashi-kun. – Ya entonces vio ahí a dos individuos en concreto, Miyamoto Rei y Hisashi Igou, la primera es justamente la amiga de la infancia de Takashi e igual su primer amor, siendo que en el pasado prometieron estar juntos pero todo cambió al crecer, Takashi nunca hizo nada y eso logró que Rei prefiera estar con Hisashi que igual era un gran amigo de ambos, empezando a salir, ella dejó destrozado a Takashi pero no ha dicho al respecto, en cambio Hisashi sigue pensando en el castaño como su mejor amigo.
- Kiyose. – Hisashi saludó al castaño. - ¿Saliendo de la enfermería?
- Tenía asuntos que tratar, Miyamoto-san. – Saludó igual a la castaña que solo asintió, no eran realmente tan conocidos y el hecho de que Haine se juntara con Takashi le daba cierta inseguridad a ella. – Veo que van juntos.
- Así es. – Respondió el chico. – Rei insiste en que almorcemos juntos, por cierto… - Se acercó a susurrarle algo. - ¿Cómo está Takashi?
- Sigue igual. – Respondió el castaño. – Es complicado hacerlo ir a clases, ya sabes la razón.
- Es cierto… - Soltó un suspiro. – Quisiera hacer algo como su amigo pero sé que solo empeoraría las cosas, por eso estoy contando contigo… sé el apoyo que necesita para que logre levantarse de nuevo, no quiero que se hunda por un desamor, él es fuerte solo que no lo sabe.
- Eso haré. – Respondió Haine, Hisashi sonrió.
- Vamos, o se llenará la cafetería. – Expresó Rei, su novio asintió, se despidió del castaño y ambos se fueron. Haine entendía bien lo buena persona que es, pero lo cierto es que no había salvación, de los veintinueve ciclos que ha pasado, Hisashi nunca pudo sobrevivir en alguno de ellos, como si su destino ya estuviera tallado en piedra que va a morir al inicio del día X, solo podía lamentarlo por Rei pero sabía que Takashi la valora demasiado, ese consuelo consigue que ella se vuelva más fuerte con el paso del tiempo.
Al final las clases terminaron, Hayashi necesitaba ayudar en transportar algo y como Haine era el único, ella no tuvo de otra que pedirle su ayuda, ya entonces ambos fueron a la sala de profesores.
- Solo no hagas alguna tontería Kiyose-san. – Reclamó ella con tono duro, el castaño asintió.
- Descuide sensei, estaré tranquilo como una estatua. – Respondió, aunque claro que para ella no era un signo de garantía. Sin nada más que decir, los dos caminaron, el castaño cargaba una caja con materiales pertenecientes al club de ping pong del cual ella era la consejera, ya al llegar a la sala la cual estaba vacía, le señaló que dejara la caja a un costado.
- Gracias por la ayuda Kiyose-san. – Ella se sentó frente a su escritorio. – Estoy agotada…
- Parece que está muy cansada. – Comentó este, ella desvió la mirada.
- Realmente… estoy agotada no solo del trabajo, de otras cosas igual… he llevado una vida muy monótona desde que tengo recuerdos, no digo que odie el ser profesora, me gusta ver a los alumnos esforzarse por conseguir sus metas en la vida, pero siento que yo no pude aprovechar totalmente lo que pude en mi juventud, me arrepiento de haber dejado fuera varias cosas y son penas que solo puedo ahogar en alcohol… no sé que hago al contarle mis problemas personales a un alumno.
- No diga eso sensei, puede que no entienda demasiado pero parece que ser adulto realmente trae consigo problemas.
- Es verdad, ah… como quisiera salir de esta monotonía.
- Yo no lo veo tan mal. – Comentó a hablar él. – Los detalles más pequeños en la vida incluso pueden ser bastante llamativos y divertidos, o solo porque una persona esté cansada de su rutina no quiere decir que sea una pérdida de tiempo, hablemos por ejemplo del club de ping pong, hasta hace poco usted no sabía nada de ello ¿verdad?
- Claro.
- Se metió a un terreno desconocido pero no dejó que eso la desalentara así que empezó a instruirse dentro de lo posible con las reglas del deporte, aprendió el como funciona y actualmente es una gran consejera, además al estar siempre a primera hora durante la entrada, regañando a los alumnos que tienen mal puesto el uniforme demuestra lo mucho que se preocupa por ellos.
- Eso es… verdad…
- Para usted puede parecer una rutina aburrida pero para nosotros es una gran ayuda, es lo que conforma a un buen profesor que realmente es atento con el resto, y digamos en comparación de… Shido-sensei, usted es realmente buena.
- No es sorpresa que lo saques a conversación. – La profesora soltó una risa por debajo. – Incluso yo creo que Shido-sensei solo está aquí porque posee el poder de su familia, pero no se lo digas a nadie.
- Claro. El punto del cual quiero señalar es que no hay nada de aburrido en lo que hace, hasta creo que es admirable, ha aguantado mis bromas y juegos y nunca me ha castigado tan severamente, creo que es una gran profesora.
- … Vaya, nunca creí que un alumno, más que nada, uno de los problemáticos me daría un sermón. – Hayashi sonrió por debajo. – ya es hora de cerrar, será mejor que vuelvas a salvo a casa.
- Claro, usted también, solo no beba demasiado. – Señaló Haine. – Nos vemos mañana Hayashi-sensei.
- Cuídate Kiyose-san. – Se fue en ese momento, Haine consideraba que la forma en la cual Hayashi fue de las primeras en morir es algo totalmente injusto, ella deseaba hacer un gran trabajo con su vida y en las contadas ocasiones que logró salvarla pudo aprender más de ella, así que en ese intento número treinta, iba a traerlo todo, su conocimiento, sus habilidades, todo lo que posee con tal de salvar a la mayor cantidad de conocidos, para que finalmente llegue a su final…
Haine abrió los ojos y finalmente miró el calendario, era la fecha marcada, el día X finalmente ha llegado, este se puso serio, justo en ese momento tuvo que hacer preparaciones, agarró una chamarra con capucha y se puso los pantalones del uniforme junto a sus zapatillas, tomó su teléfono, le quitó la batería y lo cubrió todo con papel aluminio, igualmente su reproductor de MP3 solar, necesitaba proteger los aparatos electrónicos necesarios de la bomba que destruiría todo medio eléctrico, así lo colocó todo dentro de su mochila y tomó las llaves de la casa de Rika, lo lamentaba por la escuela pero no iba a asistir, no hasta momentos antes del desastre.
- Esta vez… lo cambiaré todo. – Salió de su hogar y se puso en movimiento, Haine tenía una misión y esta vez iba a asegurarse de llegar más allá del dos mil nueve, el intento número treinta del ciclo de muerte ha comenzado.
Ok, nueva historia y vamos con explicaciones ¿por qué HOTD? He visto tantos fanfics de la misma premisa que hablan de solamente seguir la historia, junto a un personaje nuevo, en ocasiones cambiar el rumbo de lo conocido y todos siempre acaban coincidiendo en que su OC se empareja con Saeko, no hay dudas que es la chica más popular pero deseo hacer algo distinto.
Meteré mi estilo y digo que me quiero enfocar mucho más en los personajes, quiero que sus emociones, los traumas y sentimientos que tienen respecto a la situación se manejen de una forma más profunda, voy a minimizar igual el aspecto del ecchi respecto a la historia original pero mantendré la acción y drama, incluso eso lo haga mucho más, siento que darle un toque más humano y que mi personaje sea alguien de ayuda para los demás, sea aquel que puedan confiarle sus problemas y demonios internos, ese será el trabajo de Haine, ser algo así como psicólogo para el grupo que los ayudará cuando estén envueltos en algún problema emocional, de igual modo no hay un emparejamiento decidido para este pero desde ya digo, no será Saeko, no quiero ser igual que los demás así que por ahora es algo indefinido y que abarcaré a lo largo de esta historia, espero les sea de su agrado lo que haré aquí ya que estos proyectos, cuando me propongo a hacerlos, busco exprimirles lo más que se pueda y tengo la historia general en mente, ya deseo saber como saldrá, nos vemos en el próximo cap. Saludos.
