NA: Posible último capítulo del año.
Disfruten.
Dipper y Mabel Pines regresan a Gravity Falls tras un año, donde en su primer día se cruzan con un enigmático joven empleado en la Cabaña del Misterio. Su regreso desencadena una nueva serie de intrigas y desafíos, incluyendo la resolución de enigmas tanto recientes como del pasado, mientras buscan descubrir la identidad de Lincoln.
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El diario de Loud
...
La mañana siguiente del regreso de los gemelos, todos, excepto Lincoln, estaban desayunando en el comedor.
—¿Y Lincoln? ¿No va a desayunar con nosotros? —preguntó Mabel, después de tragar lo que estaba comiendo y sin su suéter rosa, mostrando una blusa blanca.
—Él siempre desayuna después de nosotros —explicó Soos, mientras tomaba jugo de naranja.
—¿Por qué? —volvió a preguntar Mabel.
—Ni idea —dijo, encogiéndose de hombros.
—¿Y a todo esto, dónde duerme? —preguntó Dipper, sin su chaqueta azul, tomando jugo para pasarse lo que comía.
—En el sótano —dijo Soos con simpleza, haciendo que Dipper y Mabel se atraganten.
—¡¿QUÉ?! —exclamó Dipper, alterado.
—¡¿En el sótano?! —preguntó Mabel, igual de alterada que su hermano.
—¡Soos, ahí está el laboratorio de tío Ford! —gritó Dipper, alterado y preocupado, mientras se levantaba de la mesa.
—Oye tranquilo viejo —dijo Soos, tomando a Dipper de los hombros, después de haberse levantado de la mesa—. En el sótano hay más que el laboratorio del señor Pines. Aparte, encontramos un cuarto vacío, lo limpiamos y Lincoln se instaló ahí —terminó de explicar Soos, soltando a Dipper, ya calmado.
—Está… bien —dijo Dipper, respirando lentamente para calmarse.
Cuando Dipper se calmó, los cuatro regresaron y terminaron el desayuno. Mientras estaban recogiendo los platos, Lincoln, con sus audífonos puestos y sin su chaqueta blanca, salió de la máquina dispensadora de dulces y se acercó a ellos.
—Buenos días, Dipper, Mabel, señor Alzamirano y futura señora Alzamirano —saludó con voz relajada, mientras de los audífonos salía el sonido de una guitarra eléctrica.
—Buenos días Lincoln —dijo Melody, sonriendo, mientras dejaba un plato en la loza sucia.
Todos le regresaron el saludo, excepto Dipper, que solo alzó la mano en señal de saludo.
Lincoln se sentó en la mesa, lo más seguro para esperar que terminen de recoger los platos, para poder desayunar, mientras se volvía a poner los audífonos y comenzaba a tararear la canción que escuchaba.
—Hay otro lado en mí, que no dejó salir. Está encerrado y yo no lo con…tro…lo. Vete lejos de mí, la bestia está aquí. Siento la ira y yo me des…con…tro…lo. —tarareo Lincoln, haciendo que Dipper lo mire con sospecha.
«¿Acaso trata de decir algo con esa canción?» pensó Dipper, mientras su atención se enfocaba en los ojos amarillos. Desde el fin del verano pasado, le causaba desconfianza todo lo que sea amarillo, que sea triagular y de un solo ojo. En mejores palabras, le desagrada todo lo que se relacione con Bill Cypher.
—Ya puedes desayunar, Lincoln —anunció Melody, dejando el último plato en la loza sucia.
—Gracias —dijo Lincoln, acercándose y entrando en la cocina.
—¿Qué vas a desayunar Lincoln? —preguntó Mabel, quedándose sentada en la mesa para platicar con Lincoln, mientras Dipper se quedaba para no dejar a su hermana sola con Lincoln.
—No lo sé —respondió Lincoln en un tarareo, desde la cocina—. Quizás... —Escucharon el refrigerador abrirse y tras unos segundos a Lincoln decir algo en voz baja, lo suficiente para que no lograran escuchar—. ¿Huevos con tocino?, sí, ¿por qué no? —Escucharon el ruido de sartenes moviéndose y la estufa ser prendida—. Díganme chicos, ¿qué planean hacer hoy? —preguntó Lincoln, con el ruido del chisporroteo del aceite de fondo.
—Visitar el pueblo —contestó Mabel, mientras tomaba un mechón de su cabello suelto y lacio y lo dejaba detrás de su oreja—. Queremos ver cuánto ha cambiado el pueblo en un año —dijo, dando una sonrisa alegre que se escuchaba en su voz—. ¿Y tú Lincoln? ¿Qué planeas hacer hoy? —preguntó sobre el ruido del huevo cayendo al sartén con aceite.
—Iré a la primaria de Gravity Falls —comenzó, deteniéndose un momento para, aparentemente, echarle sal a su desayuno—. Me pagarán por ir y enseñarles a los niños a tocar la guitarra —explicó, mientras se escuchaba el ruido de la estufa al apagarse y de los platos moverse. Tras un minuto, Lincoln salió de la cocina con un plato con huevos y tocino en una mano, y una taza con agua humeante con una cuchara en la otra. Se acercó a ellos, dejó lo que tenía en la mesa y se sentó en una silla.
—¿Sabes tocar guitarra? —preguntó Mabel, un poco emocionada y sorprendida.
—Si —contestó, tomando el café de la mesa, abriéndolo y echando una cucharada a su taza—. Mi… una amiga me enseñó —explicó, mientras alcanzaba la azúcar, echaba dos cucharadas y empezaba a revolver. Después de que el café oscuro haya estado hecho, Lincoln tomó la leche de la mesa y le echó, hasta que el color cambio en negro a un crema claro. Le dio un sorbo y sonrió, con mirada satisfecha.
—¿Qué más sabes tocar? —preguntó Mabel, mientras apoyaba los codos en la mesa y su cabeza en sus manos.
—Veamos... —Hizo una pequeña pausa—. Guitarra, guitarra eléctrica, batería, flauta y piano —contó Lincoln, enumerando con los dedos.
—¡WOW! —exclamó Mabel, bastante emocionada—. ¿En serio sabes tocar tantos instrumentos? ¿Cuánto cobras por enseñar? —preguntó a una gran velocidad, mientras se acercaba a Lincoln.
—Bueno… —dijo, retrocediendo al respaldo de la silla—. Depende qué instrumento quieran aprender y si tienen el instrumento —explicó y Dipper hizo que su hermana regresara a la silla.
—¿Cuál es el más barato y el más caro? —preguntó Dipper, bastante curioso.
Dipper, desde hace unos meses, quería aprender a tocar un instrumento para pasar el tiempo, pero en Piedmont, California, no encontró un instructor barato. Aunque podría pedirles dinero a sus padres, Dipper quería pagarlo con su propio dinero y, aunque ahorraba bastante, entre su presupuesto y el costo, había un considerable abismo de dinero. Y aunque no confiaba del todo en Lincoln, podría dejar su desconfianza a un lado, si eso lo dejaba aprender a tocar un instrumento.
Lincoln se llevó un dedo a la barbilla, después de haber tragado lo que tenía en la boca.
—Si mal no recuerdo…, la guitarra es el más barato: si tú tienes el instrumento, serían diez dólares por clase, pero si no tienes y yo te tengo que prestar, serían quince dólares —explicó, tomando una pausa para comer un poco de su desayuno—. La guitarra eléctrica sería lo más costoso: si tú traes la guitarra eléctrica serían treinta dólares por cada clase, pero si no la traes, sería treinta y cinco dólares —terminó de explicar, a la par que terminaba su desayuno, aunque no se levantó para dejar el plato en la loza sucia, en vez, le dio un sorbo a su café semi-terminado.
—¿Tienes tiempo para enseñar guitarra? —preguntó Dipper, después de pensarlo un minuto.
Dipper sabía que tenía suficiente dinero para pagar varias clases de quince dólares, al menos hasta que sus padres le enviaran la guitarra que tenía en casa (si lograban enviarla a Gravity Falls desde California).
—Sí, tengo tiempo —respondió Lincoln. Se puso de pie para llevar el plato sucio a la losa sucia después de haberse acabado el café de un trago—. ¿De diez o de quince dólares? —cuestionó, después de haber puesto lo que ensució en la losa sucia y regresar a la mesa.
—El de quince —respondió, levantándose de la mesa y, notando que solo estaban ellos dos, empezó a buscar a su hermana con la mirada.
—Bien —fue todo lo que dijo, mientras también se levantaba de la mesa.
—¿Y Mabel? —preguntó Dipper, después de confirmar que ya no estaba en la cocina.
—Se fue mientras explicaba los precios —respondió, encogiéndose de hombros—. Le llegó un mensaje y salió emocionada, creo que estaba murmurando algo de amigas o algo así —aclaró, mientras ambos salían de la cocina y entraban en la sala de estar.
—Ya llegaron sus amigas —gimió Dipper, sentándose en un sofá.
—¿No te agradan sus amigas? —preguntó Lincoln, sentándose en el mismo sofá que se había sentado el día anterior y lo miraba con curiosidad.
—Me agradan —aclaró con apresuró—. Pero cuándo las tres se juntan son…, ¿cómo decirlo?
—Ruidosas —adivino Lincoln con una extraña sonrisa, como si le alegrará y le entristeciera a la vez.
—Si, ¿cómo supiste? —pregunto curioso, aunque con la siempre presente desconfianza que había obtenido desde el verano pasado.
—Lo supuse. —Lincoln sonrió con nostalgia—. Siempre cuando las amigas se juntan habrá caos y desastre —explicó, sonriente y nostálgico, aunque tenía los ojos cerrados y miraba hacia arriba.
—Cierto —susurró.
Ambos se quedaron en silencio, esperando a que Mabel regresará junto a sus amigas.
...
Mabel salió emocionada de la cocina al recibir un mensaje de su amiga Grendha Faruolo, una de sus mejores amigas en Gravity Falls, junto a Candy Chiu. Entró en la sala, se acercó a un sofá y se sentó en él, mientras abría el mensaje de Grendha en su celular.
"¿Estás en la cabaña?"
"Si".
"Yo y Candy vamos para allá".
"¿EN SERIO? Increíble. Les voy a presentar a alguien".
"¿A quién?"
"No te lo diré".
"Estamos a punto de llegar. Sal. A la entrada".
"Ya voy".
Mabel se levantó del sofá y corrió hacia la puerta, desbordando de emoción. Hace diez meses que no veía a sus amigas, aunque tenían videollamadas casi a diario, pero era muy diferente ver a una persona a través de una pantalla, que verla en persona.
Llegó a la puerta de la cabaña, la abrió, salió y se encontró con una chica robusta y una delgada con rasgos asiáticos.
—¡Candy, Grendha!
—¡Mabel!
Las tres chicas se abrazaron, bastante felices de ver a su amiga (y en el caso de Mabel, amigas), después de casi un año de no verse en persona. Se quedaron ahí durante un minuto, abrazadas felices y contentas, pero se separaron al escuchar el ruido ahogado de la conversación de Dipper y Lincoln en la sala.
—Siempre cuando las amigas se juntan habrá caos y desastre —escucharon la voz de Lincoln.
—¿Ese es Lincoln? —preguntó Candy, viendo a Grendha y luego a Mabel.
—¿Lo conocen? —preguntó a su vez Mabel, mientras las tres comenzaban a caminar a la sala de estar.
—Claro —contestó Grendha, con su grave y áspera voz—. Él es bastante conocido en el pueblo. Les enseña música a los niños de la primaria y les toca canciones a los ancianos del asilo —reveló, mientras entraban en la cabaña y se dirigían a la sala de estar.
—¿En serio? ¿Todo eso hacé Lincoln? —preguntó Mabel, sorprendida y alegre de lo que él hacía.
—Si.
—¿Que yo qué? —preguntó Lincoln, volteandose a verlas y deteniéndose al ver a Grendha y Candy—. ¿Grendha? ¿Candy? ¿Qué hacen aquí? —cuestionó, levantándose del sofá y acercándose a las chicas.
—Hola Lincoln —saludo Grendha.
—Hola, venimos a ver a Mabel, ¿y tú? —hablo Candy, sonriéndole a Lincoln.
—Ya veo —tarareó Lincoln—. Pues… yo aquí vivo —dijo, encogiéndose de hombros, provocando una ligera sorpresa en las dos chicas—. Por cierto, Candy ¿cómo vas con la práctica del piano? —preguntó, sacando de la sorpresa a las dos chicas.
—¿Eh? B-bastante bien —contestó, agitando la cabeza para salir de la sorpresa por completo—. He estado practicando desde nuestra última clase —añadió.
—Muy bien —dijo Lincoln, con una sonrisa relajada.
—Entonces de ahí se conocen —musitó Mabel, sonriente porque se habían llevado bien—. Oigan chicas, nomás voy por mi suéter y nos vamos —dijo Mabel, corriendo hacia las escaleras y hacia su habitación.
—¡Si! —gritaron Grendha y Candy al unísono.
Dipper había visto toda la interacción, aún sentado en su sofá. Vio como Lincoln se acercaba y se sentaba de vuelta en el sofá.
«Así que le enseña piano a Candy» pensó Dipper, mirando a Lincoln de reojo.
Mabel bajó después de un minuto, con su suéter rosa oscuro puesto.
—¡Ya estoy lista! —gritó, saltando los últimos tres peldaños de la escalera y acercándose a ellos.
Las tres amigas salieron de la cabaña, planeando ir al centro comercial. Mientras tanto, Dipper y Lincoln permanecieron en silencio durante un minuto, cada uno inmerso en sus propios pensamientos (Lincoln escuchando música y Dipper reflexionando). El silencio cómodo fue interrumpido cuando Lincoln se puso de pie.
—Ahorita vengo —avisó, acercándose a la máquina expendedora, introdujo un código, haciendo que se abriera, entró y la cerró.
Dipper se quedó viendo la máquina expendedora durante unos segundos, recordando cuando descubrió ese pasadizo. Sonrió por el recuerdo. Ese día había sido bastante agitado, con la intervención del gobierno, su escape de su "niñera" junto con Mabel y la posterior revelación de su tío Ford, junto con la historia de sus tíos. Si, ese día había sido bastante ajetreado, pero comparado a los últimos días del verano, ese día fue bastante normal, incluso podría decirse que fue tranquilo.
Sacudió la cabeza para sacar esos pensamientos de la mente. Pensar en los últimos días del verano solo traería amargura, tristeza, enfado, recuerdos de locura y muchos eventos y emociones más. Recargó la cabeza en el respaldo del sofá y suspiró, no sabiendo muy bien qué tipo de suspiro era. Nada de esos eventos hubieran pasado si él no se hubiera quitado la mochila cuando discutió con su hermana.
Todos los eventos posteriores no hubieran pasado. La entrada de Bill a esta dimensión; la captura de su tío Ford; la destrucción de los diarios; su travesía por el pueblo lleno de monstruos; su reencuentro con Wendy, Soos y su último enfrentamiento contra Gideon, antes de entrar a la burbuja de Mabel; la destrucción de Mabelandia; y la confrontación final contra Bill. Todo eso se pudo haber evitado si él no hubiera soltado su mochila, o se hubiera fijado qué mochila tomaba su hermana.
Sus cavilaciones fueron interrumpidas bruscamente cuando alguien sacudió su hombro.
—Dipper —una voz familiar lo llamó desde su izquierda.
Giró su cabeza hacia esa dirección y vio a Lincoln, ya con su chaqueta blanca puesta y una guitarra negra en su espalda.
—¿Qué pasa? —preguntó, después de que su aturdimiento pasara.
—Te estaba diciendo que ya me voy a la primaria —explicó Lincoln, señalando la guitarra negra en su espalda—. Para que le avises a Soos —añadió.
—Está bien, yo le digo —aceptó Dipper.
Lincoln se alejó en dirección a la puerta, la abrió y antes de que saliera de la cabaña, se volteó levemente y lo miró con seriedad en su mirada ámbar.
—Lo que sea que estabas pensando, debes saber que tú no tienes la culpa: tú no controlas lo que ocurre, ni tampoco sabes lo que sucederá. Así que no te culpes por lo que pasó y mejor enfócate en que no vuelva a ocurrir, o que esta vez sea mejor —dijo Lincoln con voz tranquila y melodiosa y, sin darle tiempo a Dipper de responder o decir cualquier cosa, salió de la cabaña, cerrando la puerta trás él.
Dipper se quedó viendo con sorpresa la puerta, incluso después de un minuto de que Lincoln había salido de la cabaña. Cuando pasó el segundo minuto, Dipper sacudió la cabeza, saliendo de la sorpresa. ¿Cómo era posible que Lincoln supiera lo que estaba pensando? El único que podía hacer eso era Bill y se suponía que él ya no existía.
Su tío Ford lo había borrado junto con la memoria de su tío Stan, con el Arma Borra Memoria, pero su tío Stan recuperó la memoria, ¿eso significaba que Bill regresó junto con ella y luego poseyó a Lincoln? Eso era algo que Bill Cypher haría. Aparte, el color extraño de los ojos de Lincoln.
El color amarillo en los ojos no era muy normal en la actualidad, debido a que, a las personas con ojos amarillos se les daba caza en la antigüedad, junto con los de ojos rojos y pelirrojos. Gracias a eso el gen se ha diluido y lo más cercano a esos, son los ojos color miel. Podría haber otra razón, pero Lincoln se veía demasiado sano para tener ictericia.
Bill, aunque arrogante, loco y desquiciado, también era sabio y bastante inteligente. Sabía que si mostrara cualquier señal de ser él, repararían y aplicarían el Arma Borra Memoria en él otra vez. Pero el hecho que Dipper esté sospechando y pensando en esto, podría ser una señal de que estuviera equivocado y qué Lincoln era un chico normal, con ojos amarillos, pero normal.
Dipper volvió a agitar la cabeza, era imposible que Bill regresará, Bill ya no existía.
Dipper se levantó del sofá y, tras unos segundos de indecisión, caminó hacia la máquina dispensadora de dulces, introdujo el código y la máquina se abrió, como si fuese una puerta. Dentro había un largo pasillo de metal que llevaba a un ascensor. Dipper cerró la máquina, cruzó el pasillo con paso ligero, entró en el ascensor y presionó para ir al penúltimo piso.
Mientras el ascensor bajaba al laboratorio de su tío Ford, Dipper se quedó viendo fijamente la puerta, inseguro de lo que estaba haciendo. A su tío Ford no le hubiera gustado que alguien estuviera en su laboratorio, pero existe la posibilidad de que alguien haya estado en su laboratorio. Solo vería si algo falta o está fuera de lugar. Sin contar la posibilidad de que Lincoln sea Bill disfrazado o poseyendo un cuerpo; sería mejor revisar que no falte nada importante o con potencial peligroso.
El ascensor detuvo su descenso con un chirrido metálico, haciendo que Dipper saliera de sus pensamientos. Salió del ascensor y comenzó a revisar si no faltaba algo, revisó cajones, estantes y escritorios, revisándolo solo con la vista, sin tocar nada. Aún no había olvidado El Dado de Caras Infinitas.
Cuándo terminó de revisar y, con alivio, notó que no faltaba nada. Regresó al ascensor y presionó para subir a la cabaña.
—Qué bueno que no falte nada —susurró aliviado.
Se hizo para atrás para recargarse en el muro, pero al recargarse sintió algo bajo su pie. Curioso, se agachó y tomó lo que estaba en el suelo y al verlo se sorprendió un poco. Era un libro gris oscuro, sin nada en la portada y contraportada aparte del título, escrito con letra grande, cursiva y blanca, estaba escrita la palabra "LOUD". Sobre el título habían dos rayones negros, (como si alguien hubiera rayado dos palabras sobre el título.
Dipper, con su mirada fija en el libro, comenzó a sentir una emoción familiar envolver su pecho: la curiosidad, la intriga y el presentimiento de estar frente a un nuevo misterio que descubrir.
El ascensor finalizó su ascenso, Dipper, con el libro en sus manos, salió de él, cruzó el pasillo con largas zancadas y salió de la máquina expendedora; se tomó un segundo para cerrar bien la máquina y, cuando la máquina estuvo cerrada, corrió escaleras arriba, hacia su habitación.
Ya ahí, se lanzó a su cama y abrió la primera página del libro. En la primera página solo había un par de palabras y rayones.
Loud
La vida de * * Loud
Dipper se quedó un poco confundido por la poca información de la primera página, aunque debió suponerlo: siempre la primera página es el título del libro. Sin más, Dipper dió vuelta a la página y comenzó a leer la siguiente, que, en la parte superior de la hoja tenía una frase y un rayón.
La Primera *.
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NA: Primero explicaciones.
(1): No recuerdo dónde lo leí o si es verdad, pero decía que el apellido de Soos era Alzamirano. No recuerdo si en la serie dicen el apellido de Soos, pero Alzamirano me gustó, así que lo dejaré como está.
(2): El fragmento de la canción que tararea Lincoln se llama Monster de la banda Skillet, (muy buena canción por cierto). Ese fragmento es de la versión en español. ¿Qué puedo decir?, me gustó la canción.
(3): La razón por la que Lincoln da más caro las clases de guitarra eléctrica, no es porque sí. Para una clase de estos instrumentos, generalmente, las clases de guitarra eléctricas son más costosas, incluyendo las clases de piano.
(4): En la serie original, nunca se menciona el apellido de Grendha, o si lo hizo, como el caso de Soos, no sabía. Tomé el apellido "Faruolo" de un fanfic de aquí, el fanfic se llama "Gravity Falls Final del Verano: Un Misterio mal Guardado" de "ExiliadodeVega", (muy buen fanfic por cierto). El apellido me gustó y aquí está.
(5): Lo de que la gente que tenía ojos amarillos, rojos o eran pelirrojos, por qué, según, los ojirojos y pelirrojos eran cazados y linchados por ser descendientes de demonios; y los de ojos amarillos porque eran hombres lobo.
(6): La Ictericia es un síntoma que se manifiesta como la coloración amarillenta de la piel, los ojos y las mucosas debido a un exceso de bilirrubina en el cuerpo. La bilirrubina es un pigmento amarillo que se produce durante la descomposición de los glóbulos rojos. Así que Dipper se refería a una condición médica.
Esas son todas las explicaciones, al menos eso creo.
Este capítulo se alargó más de lo esperado, pero aún así, estoy satisfecho con el resultado. Cuando tengo una trama fija, simplemente, las escenas fluyen (algunas de forma natural, otras de forma forzada).
Bueno, como aún no sé responder reviews como J0mas Nagera, lo haré como todos lo hacen.
J0mas Nagera: ¿Sabes? Siempre es grato leer tus reviews, me anima a seguir escribiendo. Al parecer tenemos los mismos gustos de lectura… nah, no creo. Quizás, puede que Lincoln haya escapado de su casa, también puede que lo hayan corrido, o quizás lo busca el gobierno por evadir impuestos, también puede ser que lo busque una albina invidente de doce años para partirle su madre, puede ser, puede ser. Espero tu review, colega.
Mr png: Hmmm, gracias (Hmmm, thanks).
Invitado: Claro.
Untipomásdeinternet: Lo se, ¡pero la esperanza es lo último que se pierde! Cierto, esa historia no tenía pies ni cabeza, pero servía para pasar el tiempo. ¿Quién sabe? Y ya lo hice.
Espero que les haya gustado el capítulo, dejen su review y todo eso. Por cierto, no se acostumbren a ver capítulos largos muy a menudo, escribo en celular, así que es difícil hacerlos largos.
Por cierto, no sé si se notó, pero siento que sé plasmar mejor las emociones negativas que las otras, ¿ustedes qué creen?
Sin más me despido.
PS: Perdón por las faltas de ortografía y todo eso.
