Disclaimer: Crepúsculo es de Stephenie Meyer, la historia de LyricalKris, la traducción es mía con el debido permiso de la autora.

Disclaimer: Twilight belongs to Stephenie Meyer, this story is from LyricalKris, I'm just translating with the permission of the author.

Grupo en Facebook: Tradúceme un Fic


―"Es la época más maravillosa del año" ―cantó Edward, con las manos en las caderas mientras retrocedía para admirar su obra.

Era el fin de semana de Acción de Gracias. El pavo ya no estaba y habían sobrevivido ilesos al Viernes Negro. Era sábado y hora de adornar los pasillos.

Por suerte para él y su relativamente nuevo espíritu navideño, la hermana de Edward, Alice, y su madre estaban muy interesadas en la temporada navideña. Estaban tan ansiosas como él, y este fin de semana estaba reservado cada año para convertir la casa en la que crecieron en un paraíso invernal. Estos últimos años, su madre y su hermana estuvieron emocionadas por tener su espíritu navideño y, lo que es más importante, su altura a bordo para cumplir sus órdenes.

»"Es la época más maravillosa del año" ―finalizó, sosteniendo la última nota con las manos abiertas.

―Jesús, ahora sé por qué los hospitales se llenan los fines de semana festivos. ―Emmett entró en la sala, tirándose en el sofá y mirando a su hermano―. Estoy contemplando la violencia en este momento.

―¿Por qué estás gritando ahora? Es después del Día de Acción de Gracias.

―Pero todavía no es diciembre. ―Emmett se encorvó, apoyando su cabeza en el respaldo del sofá―. ¿Alguna vez has considerado que estás arruinando mi espíritu navideño? Quiero decir, me encanta la Navidad. Sabes que me encanta la Navidad, pero me tienes avergonzado con los villancicos.

La sonrisa de Edward decayó. Inclinó la cabeza, considerando las palabras de su hermano. Era cierto: Emmett siempre era como un niño grande en Navidad.

―Ese es un punto bastante decente.

Emmett levantó la cabeza y su gran sonrisa le dijo a Edward que sabía que había ganado.

―Genial, pero dejaré que me compenses.

―Vaya, eres generoso.

―Lo sé.

―¿Qué deseas?

―Hermano. Te lo ruego. Las personas casadas como yo tenemos que vivir indirectamente a través de personas solteras como tú. Por favor. Aprende a rebotar correctamente.

Edward parpadeó, su rostro era una máscara de inocencia.

―¿Quieres jugar baloncesto?

Su hermano lo ignoró.

―Ya es bastante malo que estés rodeado de algunas de las personas más atractivas del planeta y que casi nunca te metas con ellas. Pero el rebote... Ya sabes, es bueno para ambos. Apuesta por el sexo fácil. No solo porque, oye, el sexo es fantástico, sino que la hace sentir hermosa otra vez. ¿Sabes a qué me refiero? Es como... psicología.

Edward soltó una risita.

―Eras muy magnánimo antes de conocer a Rosalie, ¿no?

―Oye, hombre, nunca tuve ninguna queja. Bueno. Al menos no sobre el sexo. ―Emmett agitó las cejas―. Pero en serio, terminar una relación siempre jode con tu cabeza, siempre. Tienes el poder de mostrarle a esta mujer que ella realmente es deseable, y su ex es un idiota por no reconocer lo que desperdició. Es psicología ―dijo de nuevo―. Ninguno de los dos necesita hacer cosas dulces. Quiero decir, joder, Edward. ¿La llevaste a una segunda cita y tomaste su mano?

La comisura de la boca de Edward se torció. Él y Bella habían ido al cine el miércoles. La energía entre ellos fue tan extraña y eléctrica. No tenía ni idea de qué trató la película, ya que todo el tiempo lo pasó resistiendo el impulso de tocarla, solo tocarla. Cedió a mitad de la película y entrelazó sus dedos. Su hermano no entendía qué podía tener de bueno tomar la mano de alguien.

―¿Alguna vez has considerado que este es el tipo de rebote que necesito? ―Edward se sentó en el sofá con un cojín de espacio entre Emmett, agitando una mano hacia el techo―. Hollywood es tan jodidamente raro, hombre. Muchas relaciones, mi relación, tenía más que ver con el poder y el éxito... el estatus. No lo sé. Es intenso estar asociado, incluso tangencialmente, con todo eso. Tal vez necesito algo que sea dulce. Tal vez yo necesito recordar lo agradable que es simplemente tomar la mano de alguien. Conectar con alguien.

Emmett gruñó, su nariz se arrugó como si oliera algo asqueroso, pero asintió.

―Yo... supongo que puedo entender eso. ―Parecía pensativo―. La cuestión es que hay que tener cuidado.

Edward podría haber dicho que no necesitaba protección para tomar la mano de alguien, pero la seriedad en el rostro de su hermano lo hizo detenerse.

―¿Qué quieres decir?

―Lo bueno de un verdadero rebote es que generalmente no es complicado. Entras... y entras, y entras. ―Emmett hizo un gesto lascivo con las caderas y Edward puso los ojos en blanco―. Y luego, te vas. Tal vez recibas una llamada para otro acostón tiempo después, pero no es, ya sabes, íntimo. Llegas a conocer a una persona lo suficientemente bien como para emocionarte al tomarle la mano... eso es desarrollar sentimientos. Y eso está bien, sabes. Pero recién estás saliendo de algo. Ella recién está saliendo de algo. Hermano, ni siquiera vives aquí.

Edward tuvo que admitir que era un punto justo.