UN DESEO PARA NAVIDAD
Hacía mucho frio. A pesar de traer su abrigo enorme de bajo costo, el gélido viento invernal le recorría cada fibra de su pequeño cuerpo. Estaba en el aeropuerto, aun así sentía como si estuviera al intemperie.
¿A quién íbamos a engañar?, A Hinata Hyuga le encantaba el invierno, la blancura y pureza del color de la nieve, los arboles invernales y las festividades que se podrían presentarse en esas fechas, pero su estación favorita era la primavera, el olor de las flores al brotar, el aire puro y las familias felices disfrutando de tan hermosa estación. Suspiro cansada al estar esperando al primo del dueño de sus pensamientos. En una mano sostenía un pequeño cartel, con el nombre "Uchiha Shisui "y en la otra tenía su foto. Si bien ya habían conversado por teléfono a distancia, su voz no era nada en comparación a como lucia, un joven apuesto y algo serio. El proyecto en Sudamérica había sido cancelado; las empresas Uchiha ya no necesitaban a un proyectista tan capacitado como Shisui, para dirigirla en tierras lejanas. la orden fue específica para Hinata, recibir a Shisui en el aeropuerto para luego llevarlo a un desayuno con su energúmeno primo y Kakashi.
Hinata buscaba el calor en su bufanda y se permitió perderse en sus pensamientos, recordando la última conversación que había tenido con Konan sobre él…
Uchiha Obito.
Solo habían pasado unos días, pero la conversación se repetía una y otra vez en su mente. No pudiendo creer lo que su querida Konan le había revelado.
-lo que me dices es muy cruel..- soltó con dolor en el pecho y sus ojos picaban.
Konan tomo un poco más de su café, suspirando por recordar el amargo momento y el trágico pasado de su querido amigo.
-es la verdad Hinata…. Hace como 6 años a Obito lo dejaron plantado el dia de su boda…- dijo y frunció el ceño, no conocía muy bien a Rin, pero la odio desde ese día- supongo que aún le afecta.
-pero.. ya ha pasado tanto tiempo… no debería seguir viviendo de una forma tan resentida..
-cuando ella lo dejo….. Obito asumió que todos pretenderían burlarse de él, coloco un muro entre todo lo que le rodea… Ni siquiera a su propia familia ha dejado involucrarse con él, desde ese día… Obito cambio.
Hinata podía sentir, que las palabras de Konan eran pronunciadas con tantas nostalgia; casi nunca podía ver algún rastro de debilidad en ella, pero al hablar del Uchiha, supuso que le dolía mucho como venía viviendo los últimos años.
-Se sumergió en las drogas
-¿Qué..? eso no puede ser verdad- cuestiono, dudando por primera vez de las palabras de ella.
Konan negó, a Hinata le parecía casi imposible tratar de visualizar a un óbito sumido en algún vicio. Si bien lo había visto fumar un par de veces, sus hábitos saludables eran algo que ella siempre admiro, incluso su cuerpo y apariencia no mostraban algún rastro del oscuro pasado que traía.
-Obito vivió días muy oscuros Hinata… esos de los cuales yo también viví… aquellos de los que deseas no despertar….
-Konan-san…
-A veces me preguntaba.. ¿Cómo era que yo podía dormir?. Los últimos meses desee estar muerta para aplacar todo lo negativo. Obito también lo vivió así.. Incluso peor.
El corazón de la frágil peliazul se acongojo y sus ganas de llorar aumentaron.
¿Acaso era verdad?, Obito alguna vez sufrió tanto como lo describía konan.
¿Alguna vez Obito sonrió?
«Debió ser muy doloroso»
-las drogas, alcohol y las peleas que tenía, eran algo diario para él. Obito desea.. él solo desea.. morir…
Cuando la hermosa Konan elevo su mirada, no pudo evitar sorprenderse al encontrar a una Hinata que acaba de derramar una dolorosa lágrima. Ella estaba estupefacta, con la mirada temblorosa, parecía que le dolía demasiado. Al parecer Hinata no notaba que estaba llorando, solo se dio cuenta cuando konan desvió la mirada un poco incomoda.
-lo siento…
-Hinata..
-¿mmm?—respondió mientras se limpia la lagrima
-Sabes.. alguna vez yo estuve perdidamente enamorada del idiota de Obito-se sincero
-Siempre me he preguntado.. ¿Por qué no se quedaron juntos?.. hacen una linda pareja.
-lo sé- soltó- ese Uchiha es jodidamente atractivo y en los demás..-sonrió con picardía- pero yo perdí mi oportunidad con él…
Hinata se sorprendió ante las palabras dichas, con reproche personal.
-No podía dejar mi pasado y seguí en el mismo circulo. Cuando me di cuenta.. cuando supe que había tomado una de las peores decisiones… Obito me miraba diferente..
-¿Diferente..?
-Si, créeme que es muy difícil afrontar esa verdad..
-lo siento mucho.
Hubo un breve silencio que iba y venía entre ambas. Hinata casi había termina su pequeña comida y hablar de sus sentimientos de manera tan abierta, le hizo sentir tan vulnerable. Konan la desnudaba con la mirada.
-¿Qué sientes por Obito?- pregunto con seriedad
Hinata separo los labios de la sorpresa, se sintió intimidada por la incisiva mirada de su amiga, termino por sonrojarse.
«¿Qué siento..?» pensó y su corazón salto.
Konan sonrió con ternura, quizá Obito no estaba tan jodido como creía. Quizá esa tierna joven de cabellos peliazules largos, podía traer la paz y la tranquilidad que su querido amigo tanto necesitaba.
-bueno.. yo.. yo..
-Obito deseo hace mucho morir, para dejar de sufrir… pero ahora.. él solo se ha vuelto en un hombre sin esperanza.. que cree que el poder puede llenar el vacío que esa zorr…- se detuvo- que Rin dejo..
-¿Rin?.. ¿ese es su nombre?
-ni me la menciones..-reprendió- solo puedo decirte una cosa Hinata. Si quieres que Obito note lo que sientes por él.. debes decírselo.
Su sonrojo aumento.
-yo.. yo jamás podría..- su voz sonó nerviosa
-A estas alturas.. dudo que Obito haya notado tus sentimientos..-aclaro- Quizá deberías intentarlo…¿no crees?
-pero..
-¿Qué tienes que perder?... si piensas que él te despedirá, déjame decirte que estas equivocada. Obito es demasiado profesional para despedirte solo por eso… quizá otros lo harían, pero él no. Aunque sea difícil creerlo.. sé que muy en el fondo tú le agradas..
-¿yo.. le agrado?- su corazón se respingo
-si, también valora mucho tu trabajo. Ningún asistente había durado tanto como tú, le has demostrado que eres capaz de soportar, la enorme presión de trabajar con el hombre más rico de Japón..
-Konan-san.. yo no creo que Uchiha-sama sienta algo por mí..- aclaro con vergüenza y desvió la mirada
-bueno.. entonces olvida lo que te dije.. ufff- miro su reloj- será mejor que nos vayamos tenemos mucho trabajo.
-si..
Konan dejo unos billetes en la mesa y tomo la delantera. Ella no dudaba de los sentimientos de Hinata, pero si iba a ayudar, Hinata necesitaba dar el primer paso. Aunque muy en fondo, tenía miedo y mucho. No por Obito, por ella, tenía miedo que Hinata salga lastimada.
.
-Bienvenido a Japón
Shisui Uchiha había arribado a su tierra natal, no fue difícil dar con la asistente de su fastidioso primo. Él tenía ese pequeño don de visualizar a las mujeres a través de su voz; cuando hablo por primera vez con Hinata, supo de inmediato como lucia, aunque grande fue su sorpresa, por esa enorme delantera que tenía, trato de no mirar demás para no lucir como un maldito pervertido. Si bien casi le atino a su rostro angelical, la visualizo un poco más delgada, pero su curvilíneo cuerpo no estaba nada mal.
-Supongo que eres Hinata.
-¡hai!, yo lo llevare al desayuno que tendrá con Uchiha-sama.
Él sonrió con ironía y se apretó el puente de la nariz.
«¿Uchiha-sama?, que estupidez»
Al parecer su primo no había cambiado nada, seguía siendo el mismo imbécil de siempre. Hinata explica hacia donde irían y el no dejo de verla, tenía la seguridad que Obito debió haberle hecho la vida imposible a tan pequeña chica. Sintió un poco de lastima por ella, él conocía lo que su primo era capaz de hacer.
-entonces todo está claro- cuestiono mientras avanzaban a la salida
-si, Obito es un maldito cretino- bramo- quiere tener una maldita reunión ahora. ¡Acabo de llegar maldición!.. ¡¿Acaso no sabe de la zona horaria?!
-yo.. lo siento mucho.. si usted esta muy indispuesto, puedo explicarle su ausencia a Uchiha-sama…
Shisui trato de calmarse. Después de todo, no era la culpa de la frágil asistente; esa fastidiosa reunión, ya Obito se las pagaría.
-¿Dónde está el chofer?.- cuestiono al llegar al estacionamiento y no encontrarlo adentro del lujoso vehículo. si Obito pensaba tenerlo como chofer iba estar muy equivocado.
-Está de vacaciones, no se preocupe… la que conducirá soy yo..
Shisui asintió, Hinata desbloqueo las puertas con el pequeño dispositivo en su mano derecha. Shisui metió sus dos gigantescas maletas en la parte de atrás y luego tomo el lugar como copiloto, sentía que su cabeza iba a explotar, acaba de llegar y ahora tenía una estúpida reunión.
.
-¡oe Kakashi, Obito!- saludo de manera tan coloquial que Obito ni siquiera lo miro.
Le ofendía demasiado que su primo, a pesar de ser su subordinado no demostrara el temor que otros miembros de su familia si lo hacían. Después de tomar asiento en la mesa, Hinata llegaba a toda prisa, puesto que no había encontrado un buen lugar para estacionarse.
-lo siento.. buenos días- saludo y se apresuró en tomar asiento.
-esa es forma de saludar a tu jefe..
Hinata se respingo creyendo tontamente que la incisiva frase era para ella.
-¡bah!... como te atreves a citarme ahora, que acabo de llegar… ¿Acaso no tienes pena de tu querido primo?..- dijo con ironía
-tsk.. Debes dejar de comportarte como un idiota.
-Es un gusto volver a verte Shisui..- soltó kakashi.
-¿Qué dice mi pervertido favorito?...
El peliplateado se atoro con su te, comenzó a toser para reponerse y Obito negó. Hinata se sonrojo y desvió la mirada.
«Que vergüenza»
Shisui soltó una sonora risa, pero no fue ajeno que a la primera persona que kakashi miro, fue a la sonrojada joven delante suyo. Si kakashi tenía intenciones formales con ella definitivamente no estaba quedando bien.
-Bueno hablemos de negocios…- la voz formal del uchiha mayor sonó.
Ni siquiera confiaba en su familia, pero shisui era diferente. Su talento era formidable e incluso al principio lo vio como un claro rival para ocupar la silla donde ahora estaba, pero Shisui era tan jodidamente relajado. Le dio oportunidad en más de un difícil proyecto, quizá con la malicia de verlo fracasar, pero el muy bastardo nunca lo hizo. Siempre sus proyectos tenían la perfección escrita. Sin embargo, hasta él tenía más conciencia que Obito, se negó a continuar el escandaloso proyecto que ponía en peligro a las personas y el ambiente; trato de desviar el proyecto hacia otro rumbo, cuando se enteró que se canceló, nunca se había sentido más aliviado.
Después de casi tres horas de papeles y números, ya estaba a punto de terminar. Ya era casi hora de almuerzo, Hinata tenía mucho que analizar con los datos que había apuntado; además que tenía que preparar la oficina, para que el nuevo miembro para que comience a laborar.
-por último, tenemos que organizar una reunión con una familia muy importante
-¿Qué familia?- cuestiono kakashi
-ni siquiera puedo pronunciar su nombre- se quejó- solo sé que son demasiado conservadores, necesito forjar una sociedad con ellos y pueda acceder a una parte muy importante de Japon.
-ya veo..
-¡Que ambicioso eres!- soltó shisui
-Cierra la boca…- dijo mientras bebía lo último de su té- Hinata
-¡hai!
-te encargaras de eso…. Kakashi también participara.
-¿Qué..? pero yo ni siquiera sé quienes son..
-créeme que te convendrá ser parte de esto.
Kakashi suspiro, después de todo, negocios son negocios.
-bueno.. eso es todo- se puso d pie y comenzó a ordenar los papeles que tenía, en su maletín de cuero- Shisui llévate mi auto, acabo de comprar otro.. y como mi chofer está de vacaciones te servirá más a ti.
-si.. como diga mi primito
Shisui sonreí con cada mirada asesina de Obito, amaba sacarlo quicio.
-entonces nos vemos el lunes..
Hinata le ofreció las llaves a Shisui, para después despedirse de él.
-Bueno, yo también me voy. Que tenga buen día kakashi-san..- dio su reverencia, no había avanzado ni dos pasos cuanto sintió un agarre en su brazo.
-¿ehm?
-Hinata, ¿Quieres ir a almorzar?
Ella lucía un poco confundida por la propuesta.
-no es necesario…
-Es sábado.. no tienes que ir a la oficina.
Él sonrió animándola a ser aceptado, pero ella parecía estar más incomoda.
-¿solo es un almuerzo?
-bueno…yo... esta bien-termino por aceptar con timidez.
El guapo kakashi sonrió, sintiendo que estaba ganando terreno con ella. Quizá tenía una pequeña oportunidad con la bella peliazul. Le extendió el brazo para que se adelantara, ella sonrió ante el gesto de caballerosidad. Ambos se dirigieron hacia el lujoso auto que los aguardaba afuera, un costoso Lamborghini traído de tierras europeas, para el capricho del peliplateado. Hinata no pudo ocultar su sorpresa, al ver la extraña forma en que se abría la puerta, deslizándose hacia arriba, solo habían dos haciendo. Era el auto de un casanova.
-¿Dónde quieres ir a comer?- pregunto una vez dentro del auto.
-Donde usted guste..- respondió, tratando de abrocharse el cinturón.
-Esto va así- dijo mientras de manera bastante atrevida, se deslizaba para acomodar el cinturón. Hinata desvió la mirada muy avergonzada.
Kakashi sonrió encantado por ese notorio sonrojo.
-¿te parece si vamos a kitcho?...- pregunto mientras encendía el auto
La peliazul se sorprendió mucho, kakashi debía estar bromeando.
-pero.. ¿kitcho?.. no es un lugar muy caro..- no quería sonar mal educada, pero ese lugar era costosísimo.
Kakashi sonrió al dulce gesto.
-la comida es deliciosa, vale cada yen…- sonrió- además yo invito..
Ella termino por asentir, no deseaba ser maleducada, pero tenía demasiadas dudas si ir.
-Hinata..
-si.
-deja de tratarme con tanta cordialidad- su mirada estaba puesta en el transito, puesto que ya había encendido el auto.
-lo siento, kakashi-san.
-Eso suena mucho mejor. Cuando me tratas de usted, me siento como un anciano- soltó y ella no pudo evitar sonreír.
Ella tendría que dar una fuerte cantidad de dinero para pagar solo el almuerzo, se tragó su orgullo y tuvo que aceptar. El auto de kakashi era tan hermoso, lujoso y moderno; casi no hacia radio al avanzar o al dar una vuelta en alguna esquina.
Hinata solo miraba por la ventana mientras apretaba su humilde bolso, que estaba entre su regazo. Estaban en una parte muy lujosa de la cuidad, una tienda llamo su atención, solo fue breve la visión pero Hinata capto el detalle del establecimiento. A través de sus grandes ventanales, entre sus escaparates puedo ver unos set exquisitos de acuarelas y pinceles; sintió nostalgia, deseaba tanto volver a pintar. Desde que su vida fue a pique dejo de hacerlo, ese pequeño hobby la hacía sentir especial, porque era lo único que podía sacarle una sonrisa a su madre. Hinata se dio cuenta del trance en el que estaba, sacudió su cabeza; el pasado era solo eso..
Pasado.
Aunque ahora no tenía los gastos que implicaba tener a Hanabi, tenía que ahorrar para seguir avanzando en su carrera y los estudios que deseaba realizar en el extranjero. El peliplateado estaba muy concentrado manejando, pero incluso para él, fue notorio la nostalgia en la temblorosa mirada de ella, cuando paso por cierta tienda que el reconoció.
«¿Qué escondía Hinata?»
Ella parecía una chica normal por fuera, bella y trabajadora, pero su mirada decía muchas cosas, era como si…
«Sufriera en silencio…»
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El lugar era hermoso, con una enorme barra y la luz tenue. El servicio tenía una vestimenta tan pulcra y que hablar de los presentes. Hinata se sintió fuera de lugar, al traer un humilde vestido y no estar tan arreglada, para uno de los restaurantes más caros del mundo.
-tranquila- soltó y puso su mano en su espalda baja.
Hinata se sonrojo, apretó su bolso y elevo la mirada, encontrándose a un sonriente kakashi.
-Créeme que eres la mujer más bella de este lugar.
Los colores al rostro de ella se avivaron, estaba al borde del desmayo con tanta caballerosidad y encanto.
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La comida fue exquisita: Aperitivo, sopa, sashimi, especial salado para ella. kakashi ordeno: Un plato a fuego lento, arroz y encurtidos al vapor. La comida estaba finamente adornada en todo el plato, Hinata no dudo en resaltar el labor del servicio. Ella sabía que el lugar era demasiado exclusivo, con meses de reservación, pero siendo Kakashi Hatake uno de los hombres más influyentes de todo Japón, no fue difícil encontrar una mesa. Los ojos perlas violáceos, no dejaban de mirar el plato con algo de nostalgia, alguna vez su familia también fue influyente, alguna vez comer en lugares así también era algo habitual, casi pudo visualizar a su madre, padre y Hanabi pequeña en la mesa. Esa triste expresión no paso desapercibida para su acompañante, tenía la imperiosa necesidad de tomarle de la mano y decirle que todo estaba bien, pero no lo haría, ya suficiente atrevimiento fue colocar su mano en su espalda.
-¿te gusta..?- pregunto
Ella elevo la mirada lentamente, sonrió al ver la expresión en el rostro de él. No debía estar triste, después de todo Hanabi estaba bien y ella estaba en un lugar bonito.
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El almuerzo termino, pero entre una excusa ¿tienes algo que hacer?, se quedaron durante la tarde recorriendo los diferentes lugares cercanos. Llegaron a un fuente y tuvieron una conversación muy amena, la confianza del peliplateado aumento al ver que Hinata que se abría mas. Ella no solo era hermosa y dulce, también era inteligente con ansias de superación, decente, honesta y otras virtudes que le encontró. Viéndola sentada, sonreír con el simple rol de canela que le había ofrecido se preguntó:
«¿Cómo puede sentirse más cómoda en un lugar sencillo y con un simple rol de canela?»
Pero así era ella.
Simplemente así…
Otro tipo de mujeres no se conformaban con nada, pero la hermosa pelizaul se sentía más cómoda allí, que en lujoso restaurante. Se sintió tan estúpido.
¿Cómo podría impresionarla de una manera tan superficial?
Sonrió y negó. Definitivamente era un imbécil. Alguna vez pensó en sentar cabeza. Alguna vez se enamoró perdidamente de Hanare, pero curiosamente fue ella quien lo dejo. El alma de la hermosa mujer, era más libre que la de kakashi. Era una artista folclórica. Fue un ave que ni siquiera él pudo atrapar. Hasta hace poco recordaba cuando ella decidió decirle que no se casaría con él, herido por su orgullo solo acepto, no iba ser una escena.
-abrázame fuerte kakashi- pidió ella mientras estrujaba su cuerpo y hundía su rostro en su pecho.
Ella pudo sentir el latir acongojado del hombre que le propuso matrimonio.
-¿Por qué..?-pregunto dolido y la abrazo fuerte
-porque cuando nos volvamos a ver….. tu estarás enamorado de otra persona..
Kakashi por primera y única vez se sintió demasiado roto, tan frágil que quería quebrarse en los brazos de ella.
Ahora muchos años después, se encontró con la mujer que iba ser su esposa. Ni siquiera se hablaron, él subió producto de las escaleras eléctricas y ella bajo por estar en las escaleras paralelas. Sus miradas se encontraron, él no dejo verla y ella se atrevió a sonreírle.
Ya no la miraba como antes y eso la lleno de paz.
-Creo que es algo tarde..- dijo ella viendo como la luz de los postes se encendían- muchas gracias por todo..
-Te llevo a tu casa…-sugirió
-no es necsa..
-está de paso mi casa..
-oh!.. está bien.
Kakashi abrió su auto, le pidió a Hinata que lo esperara adentro puesto que hacia demasiado frio. En menos de quince minutos Kakashi regresaba con una bolsa, que coloco en un pequeño lugar dentro de su auto. El auto empezó a avanzar, Hinata se relajó mucho con la música del estero táctil, no tenía mucho que decir, estaba bastante cansada incluso se preguntó ¿cómo es posible que haya invertido tanto tiempo?. En menos de cuarenta minutos Kakashi se estaba estacionándose al frente de la humilde casa de ella. Grande fue su sorpresa de Hinata que luego de despedirse y colocar la llave para entrar, se detuvo ante el llamado de Kakashi, él avanzo rápido con la bolsa que estaba en su auto. Ella no entendía.
-¿Qué pasa Kkakashi-san?
-Compre esto para ti..
Él extendió la pulcra bolsa de papel, ella elevo sus manos a su pecho. Kakashi aprecio el llavero de un gato que colgaba del manojo de llave que tenía.
-pero..
-Estoy seguro que te gustara..
Aun insegura de aceptar el regalo, tomo la bolsa y abrió los ojos por la sorpresa guardada.
-esto es…
-No sabía que te gustara pintar…
Quería cuestionar el regalo, debió costarle carísimo por la marca de las acuarelas, pinturas y pinceles. No paso mucho para que dedujera, que debió haber notado su atención a la tienda de pinturas y lienzos.
¿Acaso era tan obvia?
Quería rechazar el obsequio, pero a la vez no. Ansiaba tanto volver a pintar.
-muchas gracias…- dijo desde el fondo de su corazón y él lo noto- nunca nadie habían hecho esto por mi.. bueno.. con la excepción de mi familia…
-entiendo, espero que alguna vez me retrates…-sugirió y sonrió
-¡por supuesto!¡hare un cuadro especial para ti!..
-Gracias..
-No debió haberse molestado…
-Hinata..
-Si..-sonrió
-¿Te gustaría volver a salir mañana?- pregunto con seriedad mirándola a los ojos
-¿mañana?.. bueno, deseo tomarme un descanso… si quiere enviar la información de la próxima reunión, no tengo ningún problemas en revisarla..
-No hablaba de trabajo.
-¿ehm..? entonces.. ¿Quiere que le ayude en algo?- volvió a cuestionar.
Ella dudaba, a veces kakashi solía pedirle favores para comprar algunas cosas, por pedido de óbito y averiguar datos importantes. Ella lucia tan desinteresada y confundida, era demasiado despistada e inocente.
-Hinata..
…
-Tú me interesas
Esas palabras dichas con la voz ronca y con seriedad la helaron, su cuerpo se inmovilizo y su rostro de sonrojo.
«No podía ser cierto..»
-Me gustaría mucho que nos tratáramos mas… mis intenciones son las mejores contigo.
Ella guardo silencio, bajo la mirada y apretó la asa de la bolsa que tenía.
-Sé que no nos conocemos mucho, pero de verdad me gustaría que nuestra relación sea diferente..
El silencio se hizo presente, Hinata estaba temblorosa por el nerviosismo, Kakashi deseaba una respuesta, pero después de su reacción, su decepción fue grande. Esta aumento cuando vio que Hinata estiraba su brazo, ella le estaba devolviendo su obsequio.
En la cabeza de ella estaba todo tan confuso, se sintió tan tonta por haber aceptado ese almuerzo. No era trabajo, era una cita, como no pudo verlo. También se regañó internamente por haber aceptado el obsequio. No iba permitir que se burlen de ella una vez más. Alguna vez también la deslumbraron y luego le rompieron el corazón.
-Lamento mucho haberlo confundido- regreso con la formalidad y él se sorprendió- No puedo aceptar su obsequio.
-Hinata.
-Kakashi-san me agrada mucho…- se apresuró en decir-. Pero solo es un buen amigo y compañero de trabajo. Lamento mucho que usted haya mal interpretado mis intenciones…yo
-Todo está bien Hinata- soltó y sonrió.
La voz despreocupada la confundió mucho, ¿Kakashi estaba molesto o no?.
-Acéptalo como una ofrenda de amista, sí.
-yo…- soltó con vergüenza.
-No pasa nada…- dijo y se dirigió a su auto- descansa Hinata…
El corazón de ella se acongojo, se sintió tonta al pensar mal de las intenciones de Kakashi. Él no era como los demás, a pesar que sus amigos dijeran lo contrario. Lo supo al ver la decepción plasmada en su rostro y el hilo de tristeza en su voz. El auto arranco haciendo un ventarrón elevando el vestido bajo su abrigo, los ojos perlas no dejaron de ver el auto hasta que desapareció de su vista.
-lo siento mucho Kakashi-san..
.
-¡vamos sal conmigo!.. ya no estas con ese imbécil..- pidió casi con un ruego gracioso.
Shisui estaba recargado en el pulcro escritorio de la bella Konan, ella acomodaba las rosas blancas que le había comprado.
-Sabes perfectamente cuál es mi respuesta-dijo ella con suma elegancia
-Siempre la razón por la que no salieras conmigo, fue ese bastardo. Ahora que estas soltera ¿no puedes aceptarme un café?
-Déjame pensarlo
…
-No
-¡Bah!..-soltó quejándose y ella sonrió.
El simpático Uchiha había quedado encantado con la belleza y personalidad de Konan. Era bella inteligente, con una personalidad arrolladora, pero nunca acepto salir con él. A pesar de conocer el pasado de ella y su primo, eso poco lo importo. Konan valía mil veces la pena que todas esas mujeres con las que se había acostado.
-Sabes perfectamente no que no salgo con niños..
-Solo son unos años ¡por dios!... además soy un hombre… porque no dejas que te lo demuestre..
-¿enserio?- miro con sensualidad- ¿tu?... el niño Uchiha… paso, querido- soltó molestándolo- Ahora no me molestes- fijo su vista en su computadora- recuerda que soy la secretaria de tu primo.. tu jefe…
-¿Y quién trabajara conmigo?
-Konan
El Uchiha mayor hacia su aparición, luciendo un terno a la medida de color azul, de su brazo colgaba una gabardina de color negro.
-Si..-respondió
-Tu seras quien trabaje con Shisui..
-¡¿Que?!- dijo sorprendida
Obito sonrió con superioridad, Konan se las iba a pagar por un último impase en el trabajo, donde termino regañado por ella. Así que la pondría como secretaria de su "Querido primo" que tanto la molestaba.
-Eso me gusta… Muy buenos Días- Dijo con ironía.
-Obito no puedes hacerme esto…- se volvió a quejar.
-Tu ya has trabajado con shisui, Hinata no conoce como él trabaja. Además.. Shisui está muy de acuerdo ¿Verdad?
Shisui sonrió con picardía
-Cuando venga Hinata, le dices que vaya a mi oficina.
-¿Qué puedo decirte…? El destino lo quiso así..- dijo mientras elevaba los hombros, el joven Uchiha.
Obito sonrió y entro a su oficina.
-Esto no puede ser cierto
-Bueno… Señorita secretaria la espero en quinces minutos en mi oficina- le guiño el ojo y se fue muy relajado hacia alla.
-¿Qué paso..?
Hinata llegaba, acaba de ver a Shisui irse y a Konan aplastando demasiado fuerte su pelota anti estrés favorita.
-nada… solo que a tu querido jefe se le ha ocurrido derivarme con su fastidioso primo.
-¡Oh!... Shisui-san parece una buena persona
-si como no...- soltó y se sentó derrotada- por cierto, Obito te necesita.
-Si, acomodo mis cosas y voy.
-i Yo mientras tanto iré con Shisui- dijo fastidiada y resignada.
-Que te vaya bien- La voz de Hinata sonó y sonrió al ver a su amiga ir a la oficina del recién llegado- que rosas tan bellas.
No dudo en resaltar las olorosas flores sobre el escritorio, salió de su ensoñación al darse cuenta que Obito la esperaba. Dejo su abrigo en el armario tras su escritorio, saco su pequeña libreta de apuntes de su bolso y se dirigió hacia la oficina.
-buenos días Uchiha-sama
-¿Te hablo el proveedor del químico chino?
-Si, me dijo que los costos de flete han subido. Le recalque que cubriremos todos los gastos.
-Bien, Hinata hay algo que tengo que mostraste.
-Si..
Ella se acercó más y tomo asiento. Obito saco un folder manila de su maletín y comenzó a buscar algo que parecía importante.
-la familia con la que trataremos es sumamente conservadora, no deja que nadie se acerque a su círculo más íntimo.. toma
El rostro de Hinata palideció al ver el papel en sus manos y reconocer a las personas en ellas.
-son los ōtsutsuki tienen una planta de generación al norte de Japón, son tierras donde no he invertido. Investigando me encontré con esta foto.. ¿Los conoces verdad?
Cuando la mirada negra llego hasta Hinata, se endureció. Ella estaba callada, la mano que sostenía el fino papel estaba temblorosa y su rostro pálido. Sus ojos estaban vidriosos, incluso juro que iba a llorar.
-¿Pasa algo..?-cuestión con el entrecejo
Ella negó y bajo la mirada.
-Hinata.. la persona que está al lado del señor ōtsutsuki es tu padre ¿verdad?.
El corazón de ella latía tan lento, que casi juro que se iba a detener. Sus ojos picaban a gran escala, el aire le faltaba. Su pasado la perseguía. A pesar de ser una foto tomada hace más de diez años, dolía como si fuera ayer. En la fotografía, también estaba una adolescente Hinata posando al frente de su padre junto a él.
-¿Hinata.?
Ella trago profundamente, debía recomponerse. Con los ánimos en el suelo elevo la mirada.
-qui.. quiere que me comunique con ellos ¿verdad?.
-Si.. también me gustaría que me platiques más sobre esa familia. Según escuche siempre tienen un circulo demasiado exclu..
-Uchiha-sama- interrumpió
Él fruncio el ceño, la miro con molestia; puesto que jamas Hinata se había atrevido a interrumpirlo.
-No tengo nada que decir sobre esa familia- dijo con seguridad
Obito pudo sentir algo de enojo en su tono de voz.
-Puedo comunicarme con ellos, pero le agradecería que no me preguntará sobre esta fotografía.
-¿Qué..?¿porque?- cuestiono molesto
Ella aparto la mirada, deslizo el papel colocando la visión de la fotografía boca a bajo y guardo silencio. Desde su posición Obito pudo darse cuenta que ella se mordía el labio inferior, ocultando su mirada como si quisiera llorar.
-esta bi..
Ni siquiera pudo completar, Hinata se puso de pie abruptamente cuando óbito pronuncio las primeras silabas. Salió rápido cabizbaja.
-¿Qué demonios le pasa?...- se pregunto.
Volvió a ver la fotografía, analizando y preguntándose
¿Qué debió haber pasado, para que Hinata reaccionara así?
Guardo la impresa foto en el folder y se dispuso a continuar su atención en su computadora.
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-Tienes que calmarte…
Su respiración era rápida, estaba asustada, molesta y muy trise. Hinata se humedeció el rosto con una toallita tratando de no arruinar su tenue maquillaje. Se miró al espejo.
-Tienes que trabajar- se dijo.
Ella estaba sola, su pasado volvía y no podía desahogarse con el abrazo de su hermana. Sufriría en silencio como ya estaba acostumbrada.
-¿Qué te paso Hinata?- cuestiono Konan con el entrecejo fruncido al verla salir del baño algo desencajada.
-nada… mintió y trato de sonreír.
Para su compañera de trabajo no pasó desapercibido el semblante tan descompuesto de su amiga. Hinata había entrado a la oficina con la luz en su rostro, pero ahora había una lúgubre sombra de tristeza. La dejo de ver, ya más tarde hablaría con ella, ahora tenia que seguir las ordenes de su nuevo jefe.
Hinata tenía mucho miedo, tomo el vaso con agua que tenía al lado, necesitaba calmarse. Sabía como podía llegar a esa familia, ella lo sabía. Solo era trabajo, pero jamás pensó que tenía que volver a tratar con ellos. Su mano siguió temblorosa cuando tomo el teléfono, tenía que hacerlo, era su trabajo; a pesar de ser muy doloroso, debía dejar a un lado sus problemas personales por su trabajo.
Además… ya había pasado mucho tiempo.. ya no debería doler ¿verdad?
A quien engañaba, le dolía aun y lo que ese enfermo le hizo; aún era un tema recurrente en sus pesadillas.
El teléfono comenzó a sonar, tenía que la certeza que a pesar de los años, él no lo hubiera cambiado su número personal. Su corazón latia demasiado rápido, su mano libre estrujaba con fuerza el lapicero que tenía y muy dentro de ella decía..
«Que no conteste… por favor»
-Bueno…-al fin contesto
Escuchar su voz casi le revuelve el estómago, sentía tanta repulsión.
-Bueno..¿Hay alguien allí?-volvió a insistir.
Reunió todo el valor que tenía, debía contestar.
-a..lo- hizo una pausa- ¿Toneri?
Su voz sonó temblorosa, eso era lo que él le ocasionaba, miedo e inseguridad.
¿y el.. la reconoció?
Por supuesto que sí. Era un maldito enfermo.
-¿Cuánto tiempo….?... Hinata
Ella trago grueso y cerró los ojos con dolor. Sus lágrimas resbalaron y el dolor que le ocasiono hace años, se sintió como entonces.
.
La cena ya estaba servida, el olor era tan agradable, pero ella no tenía apetito; trataba de controlar su nerviosismo, jugando con sus dedos debajo de la mesa. Sentir una mirada como la suya, sobre ella; le estrujaba el estómago y hacia hervir sus miedos. Tragaba disimuladamente para mantener su atención en su jefe. Después de unos días se logró concretar una reunión, Hinata conocía muy bien a la familia ōtsutsuki, de alguna forma estuvieron relacionadas hace tanto tiempo. El señor Hamura era un buen hombre, al igual que su hermano Hagoromo el cual había fallecido ya hace un tiempo; pero no todo era perfecto, la matriarca de esa familia Kaguya ōtsutsuki era una mujer dominante y sin escrúpulos, capaz de hacer lo necesario para proteger a su familia, incluso si habían cometido un grave error, tal como le paso a ella.
Su cuerpo comenzó temblar cuando sintió una mano arrastrando a través de su muslo izquierdo. Esos asquerosos dedos se adentraron más, tratando de abarcar su blanquecino muslo. No sabía si la elección del vestido era la correcta, al parecer tenía razón. Ese vestido rojo con tirantes la hacía sentir tan expuesta, Ino siempre le decía:
«No tienes por qué avergonzarte de cómo es tu cuerpo…. Son las personas quienes crean el morbo»
Se sentía avergonzada por el tamaño de su busto, se sintió aún más pequeña cuando sintió su mirada lasciva sobre ella, cuando llego. Cuando sintió que su asquerosa mano iba subiendo la tomo disimulada. Ni Hamura, ni Obito habían notado lo que pasaba, pero tenía tanto miedo y sus ganas de llorar se avivaron. Toneri siguió subiendo, imprimiendo con mas fuerzas, entonces con la mirada temblorosa y vidriosa se atrevió a mirarlo y el…
No la miro y sonrió de lado..
Cuando su dedo pulgar toco su braga, ella se puso de pie abruptamente con un notorio sonrojo. Hamura, su asistente y Obito dirigieron su mirada hasta la nerviosa chica.
¿Qué estaba pasando?
-lo.. lo siento- tartamudeo- me permiten un momento.
Se retiró tratando de mantener la compostura, tomo su bolso y se dirigió rápidamente al baño. Su cuerpo temblaba, su corazón estaba desbocado, se tuvo que concentrar al caminar porque casi tropieza con un mesero. Se sentí sola, desamparada, humillada; allí estaban sus miedos, sus pesadillas.
-Eres un monstro Toneri..- musito
Se vio al espejo, estaba desencajada; no podía llorar, lo notarían.
-porque…- se dijo casi como un consuelo
Se abrazó a si misma tratando de animarse, cerró los ojos amargamente, se sentía tan humillada. Ese bastardo estuvo a punto de tocarla en …
Ni siquiera pudo completarla, aun con las manos temblorosas abrió su pequeña cartera. Saco el poco maquillaje que tenía para retocarse, este se había arruinado, puesto que había estado sudando, producto del pequeño forcejo que hubo bajo la esa. Recordarlo hizo que se le estrujara el estómago, por reflejo se llevó una de sus manos a la boca, corrió hasta uno de los inodoros y vomito lo poco que había comido. Con su otra mano tuvo que apartar su cabello, no debía mancharlo, siguió regurgitando y sus ojos se aguaron, en la mente de ella no sabía si estaba llorando producto del vomitivo acto o por la impotencia de no defenderse. Tomo la palanca del baño y la acciono, el sonido del agua apareció y Hinata se dejó caer en el pulcro piso sin temor a mancharse.
-madre..-musito
Sus intentos por no arruinar su maquillaje fueron en vanos, termino por llorar y agradeció a Ino que le haya colocado un maquillaje muy bueno, que no termino por esparcirse del todo. Tenía que recomponerse, debía de hacerlo, era su…
-Es mi trabajo- se dijo
Se puso de pie, respiro hondo y con poco valor se miró al espejo. Tomo una toallita húmeda y comenzó a limpiarse el hilo negro que dejaron sus lágrimas, un poco de base, polvo y un lápiz color vainilla en la línea de agua fue suficiente. Decidió colocarse un poco de rubor ya que su rostro lucia tan pálido como un papel, se iba a retocar los labios, pero decidió olerse el aliento primero; se la enjuago varias veces.
«Hinata… eres tan hermosa»
Debía controlar sus impulsos. Había escuchado tantas veces halagos hacia ella, pero los de Toneri eran los más macabros. Hasta ese día le daban tanto escalofrió.
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No había dado ni tres pasos, cuando sintió un agarre muy fuerte en el brazo donde llevaba su cartera, su cabello se movió tan repentinamente, que no logro ver a la persona detrás. Sus ojos se abrieron menormente; no supo cuánto tiempo y hacia donde la llevo. No fueron ni dos pasos por el reflejo de retroceder, tratando de alejarse de su agresor, su espalda fue a dar contra la pared y el… mirándola a una mediana distancia, como si disfrutara el miedo que tenía en el rostro. La mano vacía de ella se elevó hasta la altura de su barbilla, empuñada y temblante, su respiración era apagada.
Él dibujo su figura con su mirada sádica.
«Ese vestido rojo era hermoso»
Su mente enferma la miro directamente, una sonrisa de superioridad se dibujó en su rostro pálido. Ella estaba aterrorizada.
-Eres hermosa- dijo con una voz tan sensual y perturbadora.
Incluso el tono de su voz la desnudaba. Hinata miro lentamente a todos lados tratando de encontrar a alguien que la ayudara, estaba en pánico y su cuerpo no respondía.
-Tantos años- se acercó lentamente-… sigues viéndote igual de bella que entonces… Hinata
-¡no me toques!- grito y le palmeo su mano que había tocado un mechón de su cabello
Toneri frunció la mirada, le molestaba tanto que ella aun lo siguiera viendo igual, como si él fuera nada.
-¿Por qué me miras así?- le cuestiono
Al ver el ceño fruncido pero asustado de la joven.
-¿Qué… qui..e..res?- tartamudeo
El la miro fijamente.
-tú ya lo sabes..-ella lloro- ¡a ti!
Ni siquiera ella supo cuánto tiempo paso, todo fue cuestión de segundos su cuerpo estaba entre la pared y el cuerpo delgado pero fornido del Toneri. Él había hundido su mano en el cabello peliazul, la otra estaba rodeando su pequeña cintura y sus labios trataban de hacerse uno con los de ella. Hinata apretó los ojos y apretó los labios, movió su cabeza, coloco sus manos en el abdomen del joven. Todo pareció prestarse para ese momento, nadie paso por el elegante pasillo, un pilar con flores los camuflaba. Sintiéndose débil, los labios de ella se abrieron buscando aire y el metió su lengua dentro de ella; lloro más y dejando a un lado sus miedos e inseguridades lo empujo. Toneri se apartó, excitado por haberle robado un intenso beso a ella, ni siquiera pudo controlar sus impulsos, su mano llego rápidamente hasta un tirante en el vestido de ella, rompiéndolo y fue allí que una jadeante Hinata lo abofeteo. El maquillaje de ella estaba esparcido en parte de su rostro y también estaba en el de él.
Ella guardo silencio, lloro más y se sintió humillada. Toneri regreso su cabeza a la posición original y se sostuvo la mejilla roja.
-estás loco…-dijo con dolor ella
-Por supuesto… enloquecí en día que te conocí… Hinata.
Hinata lo vio con horror, sudo frio cuando vio que el pretendía acercarse, pero..
Un fuerte sonido se escuchó escandalosamente en el pasillo. Hinata reacciono y vio una espalda ancha que estaba enfrente de ella. Su corazón latía fuertemente, vio que su "salvador" tenía una mano empuñada y estaba agitado. Su mirada perla fue a dar a un Toneri en el suelo con el labio roto, entonces ella
Lo reconoció…
- – S A MA- musito entre letras.
Obito la vio de lado, tenía el ceño fruncido y estaba jadeante. El corazón de ella se detuvo por temor, al notar que esa mirada oscura que tanto le gustaba no estaba, en lugar de ella estaba un rojiza que no reconoció.
-¿estás bien..?-pregunto molesto
Ella solo asintió con vergüenza, fue allí donde se dio cuenta que su tirante estaba roto y lloro. Toneri se levantó y Obito lo miro profundamente.
-Dime Hinata..-dijo mirándola a ella- Ahora duermes con tu jefe para conservar tu trabajo
-eres un..- pero no avanzo.
Hinata lo rodeo con sus delgados brazos, hundió su rostro en su espalda. No quería que Obito reaccionara así. Toneri sonrió.
-Si quieres puedo pagarte más…-ironizo- para que me hagas lo mismo que a …
No pudo completar, Obito se zafo del agarre de Hinata y sin pensar en las consecuencias, se abalanzo sobre Toneri. el cual no podía ni acertar un solo golpe. Obito le ensarto unos buenos puñetes en el rostro, hasta que su nariz se rompió, luego lo tomo del cuello contra la pared.
-Ella ¡No quiere! Desgraciado- bufo
Su puño se elevó una vez más, pero no fue a dar al rostro de él; casi se detuvo en el aire. Hinata estaba que lo sostenía. Obito aun furioso, la miro, ella lloraba y estaba temblando, su vestido estaba roto. A pesar de no ser su cumpla, Hinata tenía la mirada gacha, producto de la vergüenza y la humillación.
-por favor…-susurro- no lo haga…-él no la entendía- yo.. yo..- hipeo- yo no quiero verlo como ese día..- entonces lo miro- ¡YO NO QUIERO VOLVER A VER A UCHIHA-SAMA COMO AQUEL DIA!- grito entre lágrimas y un maquillaje corrido.
Él no supo si fue su semblante descompuesto o el dolor en su mirada, pero esos ojos rotos, llorosos, tambaleantes y su mano nerviosa empuñada; fue suficiente para él se detuviera.
-no.. no lo quiero ver como ese día..- volvió a decir con dolor
No paso mucho para él lo entendiera. Hinata no quería verlo como aquel día, donde masacro a Yahiko, aquel día donde casi lo mata a golpes, pero..
«¿Porque?...»
Se preguntó. Su mirada negra se concentró en ella; Hinata seguía llorando de manera tan silenciosa.
-¿Qué está pasando aqui?
Una voz mayor se escuchó. Los involucrados llevaron su mirada hacia el dueño de aquella. Hamura llegaba junto a su secretario, grande fue su sorpresa encontrándose a Toneri, contra el muro elevado por el fuerte agarre de Obito. Entonces lo soltó, Toneri cayo.
El adolorido muchacho se puso de pie, ante las miradas acusatorias de todos; con dificultad se acercó hasta donde su padre. Su rostro se ladeo y su mejilla ardió.
-¡TE LO HE REPETIDO MILES DE VECES, YA OLVIDATE DE ELLA!- le grito con su mano aun temblorosa producto del golpe.
El joven ōtsutsuki vio la cara llena de vergüenza de su padre. Él lo sabía, siempre supo de esa obsesión malsana de su hijo hacia ella, Hinata, su ex prometida y eterno tormento.
-Lo lamento tanto
Hamura dio una reverencia, estaba tan avergonzado. Toneri se sorprendió.
-Debe educar a su hijo-reprendió aun fastidiado
Obito deslizo su saco, lo coloco sobre los hombros de ella. Hinata se ruborizo, se sintió tan protegida al estar bajo la fina tela.
-¡Vámonos Hinata!- dijo
Él sabía que ella aún seguía muy nerviosa, aún estaba en un ligero chock, la tomo de la espalda baja y la ayudo a caminar. Ella se dejó guiar, sintiéndose protegida como nunca y pasaron entre Hamura y Toneri. Todos pudieron sentir el ambiente hostil del lugar.
-¡ey!..- la pareja de detuvo a unos metros- ¿perderás millones por protegerla? ¿Acaso vale tanto la pena?- dijo con sarcasmo.
Obito lo miro. Hinata quiso detenerlo, pero vio que el Uchiha se dirigió lentamente, hasta donde estaba el desequilibrado ōtsutsuki. Ambos estaban cara cara, casi sus alientos chocaban.
-¿millones..?-ironizo y se rio.
Un fuerte puñetazo lo volvió atender al piso, Hamura cerró los ojos con vergüenza.
-Allí están tus millones imbécil- bufo, mientras se acomodaba la ropa.
Hinata miraba con vergüenza desde la distancia, espero que él llegara hasta donde estaba. Su rostro estaba endurecido, su mirada destellaba rabia y cuando sintió su mano en su espalda baja, se sintió protegida.
-vamos..- dijo con su voz segura y ronca.
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Odiaba esos típicos días donde manejaba y todos los semáforos daban rojo; dijo una maldición por ello. Su mirada negra viajo hasta su callada asistente, la cual no lloraba, solo estaba allí… sentada mirando a través de su ventana, buscando abrigo en el fino saco que le puso. Faltaba poco para llegar a su casa, solo doblaba a la esquina. Hinata quería que el viaje fuera más largo, se sentí a salvo en el auto de él. El lujoso Porsche se estaciono en la humilde casa de ella. Obito apago el auto y se apretó el puente de la nariz, había sido una noche fatal.
-Hinat..
-hace años- interrumpió- mi familia fue muy acaudalada..
Obito la miro, Hinata tenía la mirada perdida al frente y se acurrucaba en su saco.
-Mi padre con Hamura-sama eran muy amigos…-prosiguió y trago grueso
El Uchiha presto más atención, al sentir el dolor en su voz.
-Ni siquiera lo conocía… -aclaro- A la edad de 14 años pactaron un compromiso. Yo.. Yo.. Yo solo era una niña, con una enorme carga. Tiempo después de lo conocí..
Ella guardo silencio, sus palabras se trabaron en su garganta.
-Si no quieres decir..
-al principio- interrumpió y seguía sin verlo- Me pareció una buena persona.. en aquel entonces yo estaba enamorada de alguien más..pero..
El Uchiha frunció el ceño, sintiéndose incomodo al escuchar un tema que no le entrometía.
-Un día.. me llevo con engaños a unas de sus casas cerca de un bosque. Él..él..- cerro los ojos y su miedo se revivió- él me dijo que mi padre estaba allí.. Yo le creí, cuando llegue..
-¿Por qué cierras la puerta?
Su corazón comenzó acelerarse y retrocedió. Toneri con una sonrisa torcida se acercó.
-Solo quiero estar a solas contigo…
-pero…-su miedo fue en aumento
-¿Qué tiene de malo Hinata, seremos esposos.. no tiene nada de malo que lo hagamos?
Ella se llevó sus manos a la boca producto del pánico, sus ojos llegaron hasta la puerta de una habitación que estaba abierta. Él se abalanzo sobre ella, pero con agilidad lo esquivo; se encerró en el cuarto y su horror aumento.
-¡Hinata!- grito tras la puerta que había sido cerrada-¡abre la maldita puerta!
En la habitación ella vio fotos pegadas de ella, pero no solo eso; había el perfume que se perdió y una bufando que creyó que había olvidado, en el parque donde solía tejer. Las fotos fue lo que más la estremeció, habían unas sacadas en la escuela, otras en el centro comercial y la más aterradora era una de ella durmiendo.
-no.. no puede ser..- su cuerpo empezó a temblar
La puerta fue empujada y ella entro en pánico.
-abre la puerta Hinata- pidió- no lo ves.. yo.. yo te amo…- ella se horrorizo- ¿Hinata..?..¿Hinata?..¡¿ABRE LA PUTA PUERTA?!
-ni siquiera yo sé cómo logre escapar. Su abuela Kaguya ōtsutsuki.. persuadió a mi padre para evitar la denuncia. Lo amenazó con desacreditarme… sobreprotegía a Toneri- completo.
-¿Su padre lo sabia?
Ella negó
-Hamura-sama siempre fue un buen hombre, tiempo después me pidió perdón por lo que me había hecho. Los años pasaron… mi madre murió.. mi padre quebró… y en su desesperación fue a pedirle ayuda a esa familia. Estaban dispuestos a ayudarlo.. pero..
Ella volvió a guardar silencio y acurrucarse en el saco.
-Kaguya-sama que aún vivía, pidió como condición que me casara con su nieto.
Obito quien escuchaba con atención negó ante la macabra idea. Toneri estaba enfermo.
-mi padre se negó… estábamos tan desesperados que estaba dispuesta a hacerlo, pero… él se volvió a negar. Se vio sin salida…
-Hinata sé que..
-mi padre se suicidó cinco días después de esa reunión. Sabe… a veces me pregunto ¿Qué hubiera pasado si él hubiera aceptado?. Quizá ahora estaría con vida.. Aquí.. conmigo.. pero no.. él decidió irse y dejarme.. Dejarnos- su voz sono con tanta tristeza, su mirada nublada se perdió en un punto inexistente del auto.
-Tú padre a pesar de la muerte trágica-hablo él-.. debe estar en paz, ya que su hija no está casada con un maldito enfermo- soltó con repugnancia
Ella lo vio, Obito la miraba con dureza, quizá tratando de darle un poco de su fuerza.
-Tú padre no quería condenarte una vida miserable, nadie debe estar con alguien con el que no desea estarlo
Había algo más, ella lo supo por el tono de voz del temperamental Uchiha. Él lo decía, no por consolarla, él lo decía por experiencia propia. Quizá fue doloroso enfrentar el abandono de Rin, pero hubiera sido mil veces peor, enfrentar el engaño en una relación basada en la lastima que estaba seguro ella le tenía.
-Yo..¿Quiere pasar?-pregunto y no supo porque
-¿Por qué tendría que hacerlo?-cuestiono
-Me gustaría ofrecerle un poco de café..-dijo despacio
-no creo..
-solo es un café-interrumpió- es una manera de agradecerle lo que hizo por mi..-él la cuestiono con la mirada- por favor…
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Estaba sobre el mullido cojín, el olor que desprendía el café caliente que estaba encima de la mesa ratona lo hizo relajarse. La mirada oscura detallo la humilde casa de ella, era amplia y no tenía muchos muebles. Sonrió al darse cuenta que Hinata vivía sola al igual que él, tomo un poco de café y lo saboreo. No tenía el sabor de los cafés más caros que solía tomar, pero estaba bien para él. Hinata se había ido hace quince minutos, para cambiarse; el uchiha miraba su costoso reloj. Ya debía irse.
-lamento la demora
Hinata hacia su aparición luciendo una cómoda yukata, tomo asiento al otro extremo de la pequeña mesa.
-No importa- respondió- creo que es hora de irme
-¡oh!..-soltó con decepción
Apenas había llegado y Obito ya se estaba yendo.
-Tengo unos roles de canela en..
-Ya es tarde..¿Dónde está mi saco?
Hinata se mordió el labio y ladeo su rostro tratando de ocultar su decepción. Se puso de pie, había olvidado la prenda en una bolsa en su dormitorio. En menos de 2 minutos Hinata se acercaba con una bolsa de papel, a un Obito que la aguardaba en la puerta.
-Muchas gracias por lo de hoy- volvió a decir y le entrego la bolsa.
-Si. Adios..- recibió la bolsa y se dio media vuelta.
-espere
Obito se detuvo, miro de medio lado. Hinata le sostenía la camisa con dos de su dedos. Ella no le daba la mirada.
-¿Qué pasa?-cuestiono
-No se vaya..-pidió, él frunció el ceño-por favor..yo.. yo..
-¿Qué pasa Hinata?
-¿puede quedarse conmigo esta noche?- soltó casi como un arrullo
La vio desviar la mirada a un lado, no hacia falta ser muy inteligente para notar que ella estaba sonrojada.
-¿Qué pretendes?
-yo..yo..
Dos grandes gotas cayeron al piso, Obito se apartó un poco. Hinata estaba llorando, pero de una manera tan rota y desconsolada, pero tan silenciosa.
-por.. por favor-pidió y se acercó despacio- no se vaya..no quiero que se vaya- se aferró a su pecho y hundió su triste rostro en él.
Obito no supo cómo reaccionar, no sabía si abrazarla o apartarla. Hinata lloraba tanto sobre su pecho, que sintió la humedad de sus lágrimas.
«¿Por qué quería su consuelo?»
Los minutos pasaron, el reloj marco dos y media de la mañana. Hinata se había quedado dormida apenas 15 minutos en el viejo sofá. Se cuestionó dejarla allí o llevarla hasta su habitación.
-¡mierda!- se quejo
Alzo el cuerpo de la menuda chica y se dirigió hasta donde creía era su habitación. La coloco con delicadeza sobre el futan. Respiro hondo, tratando de mantener al margen su malhumor, por estar involucrado en una situación que no le competía.
-¡eres patético!- se dijo cuándo coloco la brazada sobre ella. Ya era invierno y las noches en Tokio eran muy frías.
Si tiempo atrás le hubieran dicho que iba estar arropando a su tonta asistente, se hubiera reído mucho. Volvió a ver el rostro de ella, aun tenía el rastro de sus lágrimas en sus mejillas. Sin embargo, lo que más le llamo la atención fue su semblante en paz durmiente, parecía mentira, ya que hasta hace menos de media hora, ella estaba llorando en su pecho a mitad de la sala. Entonces él supo que Hinata a pesar de sonreír siempre, guardaba un gran dolor. Ella sufría, pero la mirada brillante le decía, que ella tenía esperanza de un futuro, que si bien era incierto, tenía la fe que sea mejor. Dejo de verla y se retiró de la habitación.
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La luces se encendieron, adornando las calles y la gente paseaba se apresuraba con la seguridad que sus familia los esperaban. Hinata terminaba de salir del trabajo, para luego dirigirse a un restaurante donde cocinaban un pollo guisado muy delicioso, como pocas veces lo hizo; se animó a comprar algunos dulces y bebidas que ahora si podía darse el gusto de comprar. Estaba muy contenta, el día anterior había comprado algunos lienzos y se había animado a pintar a esa persona que ocupaba sus sentimientos.
«Es muy hermoso encontrar inspiración en las personas que amamos.»
La voz de su madre hizo que detenga su andar, suspiro y se sitio un poco triste por lo sucedido hace poco. El solo hecho de pensar que su amargado jefe la había alzado hasta su cama, la hacía enrojecer la cara y anidar un lindo sentimiento en su corazón. Él no solo la había defendido, también la escucho; en cierta forma le permitió llorara sobre él, la llevo hasta su cama y la arropo. Aunque quizá no la brazo como hubiera querido, estuvo con ella sabiendo perfectamente que él valoraba su tiempo demasiado, le otorgo unas horas a ella y eso la hizo sentir especial. Se llevó una mano hasta al pecho, cerró los ojos y sonrió; aceptando en voz alta lo que sentía.
-Estas enamorada Hinata-susurro y abrió los ojos.
Ella no supo cuando, tampoco como paso; pero lo que sentía era tan real y único como jamás lo había sentido. Quizá era la admiración por el trabajo, sus actos nobles e invisibles y conocerlo más allá del implacable hombre que era, un cumulo de todo, pero siempre llego a la misma conclusión. Estaba enamorada. Se mordió el labio y sonrió con tristeza; se sintió tonta al reconocer lo que para ella era verdad..
«Obito jamás la amaría»
Él era un ser inalcanzable para ella. No era una mujer tan bella como Konan, tampoco tenía una personalidad arrolladora como ella. Konan era la única mujer que Obito miraba de igual a igual.
-para él solo hay dos tipos de mujeres… Konan y la demás- susurro.
Las personas que estaban caminando por la misma vereda, tuvieron que rodear a la triste joven, que aún no era consiente que interrumpía el paso.
-yo..yo.. No importa lo que haga. Solo seguiré siendo yo.
Hinata se atribuyó que solo era una chica, una que tenía una gran esperanza, quizá luchadora, pero no tan fuerte como Konan. Pestañeo varias veces cuando volvió a la realidad, su celular vibraba.
¿Quién la llamaría?
-¡ALO NEECHAN COMO ESTAS!
Hinata sonrió y retomo su camino, si bien la imagen no era clara, podía ver el rostro de su hermana a traves de su celular.
-¡Hanabi…!- respondió con una sonrisa tratando de disimular su tristeza- ¿Dónde está Neji?
-él está durmiendo, te llamo porque será pronto Navidad Hinata.
-Si, pero no es necesario que llames a estas horas… pudiste esperar a una hora apropiada-regaño
-bah!.. no pude esperar . ¡Feliz navidad adelantada Neechan!- grito con alegría
Hinata contuvo las lágrimas. Quizá Obito no la quería, pero Hanabi y Neji sí.
-¿pasaras la navidad en la casa de Ino-chan?
Ella negó y sonrió.
-Ella se ha ido con sus padres a un viaje familiar. Será mejor que vayas a dormir, estoy a punto de tomar un taxi para ir a casa.
-¿un taxi?... vaya, ahora si tienes dinero-se burlo
-Hanabi…-advirtió- ¡Feliz navidad!.. Mañana llamare a Niisan.
-Esta bien, nos vemos Neechan
Su corazón dolió mucho cuando la imagen de su hermana desapareció, guardo su celular en su abrigo. Alzo la mano y un taxi se estaciono; saludo al chofer e indico la dirección, se sintió a gusto en la calidez del auto. La navidad de ella dejo de ser especial cuando su padre se fue.
«Solo es otra fecha mas» pensó y miro a través de la ventana, la nieve caía de a poco tiñendo con su pureza todo el lugar.
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En sus manos tenía tres papeles que aun que tenía que revisar meticulosamente, bebió una vez más del té chino que tanto le gustaba. Su lamparín le daba buena vista de las letras. Obito tenía mas de 30 invitaciones para pasar la navidad, pero para él, eran basura. Aunque estuvo considerando ir a la casa de Kakashi, era uno de los pocos lugares donde se sentía muy a gusto. Él admiraba mucho a Sakumo Hatake, lo respetaba por encima de su propia familia. La navidad solo era un fecha especial para hacer dinero; el consumismo de las personas lo enriquecían a cada año, sus empresas dedicadas a los juguetes y los servicios de decoración, eran un éxito.
-gente estúpida- soltó y sonrió
Para él solo eran ganado con dinero. El timbre de casa sonó, arrastro su cabello y estiro su cuello haciendo ese sonido que tanto le gustaba apareciera.
-¡maldito seas Kakashi!- bufo
Su peliplateado amigo le había asegurado ir por el, para llevarlo a rastras hasta su casa. El timbre volvió a sonar.
-¡Ya voy!- grito
Salió de su casa, llegando directamente a la pequeña puerta de la entrada, que estaba al lado de su enorme reja que rodeaba su enorme mansión.
-Kakashi ya te di..-sus palabras se ahogaron al abrir la puerta- ¿Qué haces aquí..?
Hnata que ni siquiera sabía que rayos estaba haciendo allí. Cuando estuvo en el taxi, antes de llegar a su casa pidió que la llevaran a otro lado. Tenía muchas dudas sobre si ir o no, pero termino por ir, ya que le había comprado un obsequio.
Ella estaba sonrojada, también tenía la seguridad, que la comida que había comprado estaba fría. Aun así, estaba allí.
-Buenas.. noches Uchiha-sama, pasaba por aquí.. y bueno..
-¿pasabas por aquí?-cuestiono y supo que ella mintió.
La vio estruja más las asas de las bolsas que tenía, la vio una vez más y se dio cuenta por primera vez que ella lo miraba, Hinata volteo rápidamente cuando se vio descubierta.
-¿Qué quieres, tengo mucho trabajo?
Ella sintio vergüenza.
-Bueno.. usted no fue el día de hoy a trabajar.. y bueno.. Me pregunte si estaba enfermo.
-¿De verdad?
Ella asintió. Obito sonrió al saber que ella mentía, aunque odiaba que subestimara su inteligencia, no podía juzgarla; tenía la seguridad que ella había venido atraerle algo, seguro por agradecimiento del incidente pasado. Si de verdad ella pensaba que estaba enfermo, entonces solo hubiera llamado.
-Como ves.. Estoy perfectamente.-indico- Estoy muy ocupado, tengo demasiados papeles que revi..
-¡Esta ocupado.. si quiere yo lo puedo ayudar… no tengo ningún problema en hacerlo!- soltó presurosa y decidida
Él frunció el ceño. No hacía falta ser muy inteligente, para darse cuenta que Hinata también pasaría sola la navidad, quizá debería aprovecharse un poco de ella.
Si está dispuesta ayudara ¿Por qué no?.
-¿De verdad quieres hacerlo?
-yo… quiero ayudarlo. Además es mi trabajo-dijo intentando ocultar sus sentimientos- usted me paga por esto
-Bien, entonces adelante.
El corazón de ella se sobresaltó, se sentía aceptada. Él sonrió con malicia, si quería ayudar, entonces que ayude.
En menos de media hora los pocos papeles fueron revisados meticulosamente, también fueron apuntados las acciones a proceder y las observaciones en los contratos, pero Hinata no estaba dispuesta a irse. Ni siquiera ella supo cómo logro que ambos compartieran la pequeña cena que había comprado, se entristeció que Obito no pretendía comer nada especial ese día. Hinata se atrevió a ordenar la mesa, utilizar la vajilla y preparar un té caliente.
-Tienes mucho talento para esto- resalto al ver la mesa servida y acomodada cuidadosamente
-muchas gracias. Me gusta mucho la cocina- se atrevió a resaltar y se sonrojo
-Si, eso es evidente. Bueno… gracias por la comida- lo dijo de manera protocolar.
Ella sonrió cuando lo vio tomar un poco del pollo guisado que había comprado, también lo vio tomar un poco de arroz blanco.
-yo.. yo pensé que pasaría la navidad con Shisui-san- soltó sin querer verse atrevida
Él sonrió.
-Prefiero estar solo a la compañía de este bufon..
-ya veo.
Ambos comieron en silencio. Mientras lo hacían Obito se dio cuenta que Hinata era de buen apetito, ya que estaba seguro que ella había tomado la decisión de ir a verlo a último momento. La comida que había comprado era mucha, suficiente para tres personas. A pesar de no ser de un chef, era bastante sabrosa.
Ya eran casi las 11:50 de la noche, los platos estaban lavados y la mesa limpia. Hinata aún no se había marchado. Ambos estaban bebiendo un licor muy fuerte y fino, estaban a mitad de la sala sentados en el piso ignorando los finos sillones. Todo había empezado ¿Quieres un trago?, ella acepto pensando ingenuamente, que iba ser tan fuerte como una copa de vino y menos de tres shots ya estaba ebria. Obito miraba a su tierna secretaria un poco ida y con las mejillas sonrojada.
-¿Estas muy ebria..?-pregunto
Ella asintió, Obito había bebido el doble que ella y también estaba ebrio.
-lo siento.. yo no bebo muy seguido- se sincero
-Se nota.
-Yo pensé que pasaría la navidad con Konan-san
-¿Por qué pensaste eso?
Esa pregunta la atravesó, se sintió triste y sobre todo celosa. ¿A quién engañaba? quería mucho a Konan, pero a veces se sentía celosa. La presencia de ella en la casa de él le dolía, tenía mucho miedo de encontrarla con Obito; a solas, en una casa tan grande. En los efectos del alcohol, ella acepto internamente que se sintió feliz que ella no haya estado.
-Konan fue a pasar esta fiestas con sus padres…
-entiendo.
-¿No tienes con quien pasar navidad?-pregunto sin darle importancia
Ella negó con tristeza.
-Siempre hemos sido Hanabi y yo, bueno a veces Ino, pero ella se fue con sus padres. Bueno… mi hermana.. ahora esta con Neji Niisan.
-¿no tienes más familiares?
-no.
Él sonrió de lado y bebió hasta la última gota del schots que tenía.
-No deberías estar aquí..-su voz ronca sonó algo severa y su mirada se hizo más oscura.
-yo.. yo vine a agradecerle por lo que hizo por mi… le compre un obsequio
Él ya lo sabía.
-pero cuando revise mis bolsas, me di cuenta que lo debía haber dejado en el taxi- soltó tristemente
-no importa-afirmo- me ayudaste con esos papeles, lo considerare como un regalo
-gracias.. ¿creo que usted hace bonita pareja con Konan-san?
Él la miro un poco extrañado por el atrevimiento, al parecer el alcohol estaba haciendo mella en ella.
-Lo sé – acepto y su corazón de ella dolió-pero lo de nosotros paso hace tanto tiempo.. ahora solo somos buenos amigos
Se sintió estúpido, al darse cuenta que también el alcohol estaba afectándolo; a tal punto que le estaba contando una parte de su vida.
-Mi madre siempre me decía, que si podría ver una estrella en navidad pidiera un deseo- dijo con ilusión
-¿de verdad?- se burló y ella no lo noto
«patético» pensó
-Los últimos años… en Navidad.. nunca he visto un estrella- la decepción se escuchó en su voz
-Que tristeza- se volvió a burlarse
Un hilo incomodidad se posó en él. Su soledad se volvió su mejor compañía y ahora, estaba pasando la víspera de navidad con su asistente. No pudo sentirse más imbécil.
-Sera mejor que te vayas- dijo mientras depositaba el pequeño vaso sobre la mesa y se ponía de pie.
Hinata elevo su mirada, se sintió tan tonta. Obito la invitaba a irse.
-Si.. ya es muy tarde.
Ella se puso de pie y sintió todo el golpe del licor, su cabeza dio vuelta y su mirada se nublo un poco, trastabillo y estuvo a punto de caer, pero unas manos fuertes la sostuvieron de la cintura. Hinata movió su rostro hasta a encontrarse muy cerca de Obito, quien parecía regañarla con la mirada.
-No deberías beber tanto
Ella no dejo de verlo, su mirada perla se conectó con la de él, de forma tan unilateral que se sintió no correspondía. Sus manos seguían ceñidas a su cintura y parte de su cuerpo estaba pegada con él, teniendo la seguridad que no se caería. Obito parecía hablar, pero ella no lo escucho, su corazón latía, solo podio escuchar el sonido de su corazón; sintiendo que el aliento de él chocaba contra sus mejillas.
«¿Qué me está pasando..?»
Hinata se cuestionó, su mirada un poco ida recorrió su rostro y nunca lo había visto tan atractivo. Entonces cerro los ojos e hizo algo que estaba complemente segura que no haría si hubiera estado mejor.
El reloj antiguo comenzó sonar indicando la media noche, ya era navidad. Sus labios rosas con sabor a licor se unieron a los de él, solo fue un roce no correspondido y él indudablemente la soltó despacio para que no se cayera. Los efectos del alcohol quedaron a un lado, cuando vio con decepción la molestia de el en su rostro. Ella se había atrevido a…
Rápidamente se alejó de él, ignorando las otras bolsas que había comprado y solo tomando el pequeño bolso que estaba cerca. Obito solo se quedó parado viendo como ella se iba. Sus ojos se aguaron y olvido su abrigo, su corazón dolía en cada palpitar.
-¿A quién engaño..?¿porque lo hice?- se dijo antes de abandonar la residencia
.
No le gustaba tener que ir hasta el estacionamiento de su edificio, se regañó que le haya dado esas largas vacaciones a su chofer, pero hasta un hombre implacable, sentía que el hombre mayor se lo merecía. Unos pasos temerosos y una fragancia que ya conocía se hizo presente. Obito volteo despacio, al encontrar a una Hinata muy nerviosa que estaba parada muy cerca.
-Uchiha-sama.. yo.. yo quería pedirle disculpa por lo que paso- dijo con vergüenza- ¡UCHIHA-SAMA PORFAVOR PERDONAME!- soltó y dio una reverencia.
Obito la vio con molestia. Hinata lucia arrepentida, pero no le quitaba el desazón de haberlo incomodado. Al día siguiente del incidente, le hizo sentir su molestia por su atrevimiento y se dio cuenta que ella se sentía muy avergonzada y nerviosa por lo que había hecho.
-No importa.. Solo no me lo menciones- soltó con tanta incomodidad, que los ojos de ellas picaron y sintió ese dolor de no ser correspondida.
Ella había sido totalmente rechazada.
-Si… no se preocupe. Tampoco he dicho algo-aclaro
-Bien. ¿Tienes algo más que decir?-pregunto al sentir que ella no quería irse.
Ella negó y se apretó los labios.
«Deberías decírselo… Que tendrías que perder»
Las palabras de Konan comenzaron a sonar en su cabeza, se sentía muy hipócrita al verlo a la cara ocultando lo que sentía. Después de que ella lo beso, aunque si se le podría decir a eso, beso.
-Bueno, si no tienes nada más que decir me reti
-¡Usted me gusta!- lo interrumpió
Obito frunció el ceño al escucharla, Hinata estaba sonrojada y tan nerviosa que estaba apretando el asa de su bolso, con una fuerza innecesaria.
-Creo que me enamore de usted
-¿Qué?- soltó con incomodidad
-Sé que fue un atrevimiento haberlo besado y tampoco espero que usted corres..
-Qué bueno que lo tengas claro- la interrumpió
La mirada oscura y fría la atravesó, Obito la hizo sentir pequeña con la molestia escrita en su frente.
-Y si, fue un atrevimiento lo que hiciste ¿Qué pretendes..?- le pregunto- ¿Qué me enamore de ti por un simple beso? Tsk- ironizo y sonrió de lado
Si Chinata pensaba eso, realmente era estúpida. Él no media sus palabras, pero todos esos dardos le dolía tanto.
-Yo no espero nada de usted..-soltó con tristeza
-tsk.. Realmente es una lastima, sabes. Creo que eres una buena asistente, muy eficiente y me atrevo a decir que en ciertos aspectos, eres mejor que Konan.
Hinata a pesar de sentir vergüenza, abrió menormente los ojos, estaba sorprendida de la afirmación de Obito.
-Pero todo esto…-enfatizo- Me parece muy patético-soltó con dureza- Hay una delgada línea entre lo profesional y lo personal.. y tu la cruzaste.-acuso y el corazón de ella se detuvo- Si quieres renunciar mañana lo aceptare, pero sería una lástima perder a un empleado como tu
Hinata en ese preciso momento, se dio que cuenta que ella tenía un hilo de ilusión. A pesar de ver la realidad, estaba ilusionada y enamorada de la idea. Sin embargo, esta se rompió cuando lo escucho enfatizar, que ella solo era un miembro de su compañía, nada que una..
"Empleada"
"Simple asistente"
-Yo no quiero renunciar- dijo con vergüenza
-No soy una buena persona- afirmo con seguridad y la miro directamente a los ojos
-¿porque?-le cuestión
Obito ahora entendía que no le gustaba de Hinata, era esa estúpida bondad que emanaba y sus esperanzas de encontrarle algo bueno a las personas.
-Kakashi está enamorado de ti- soltó y ella se ruborizo más- Desde hace mucho que no había estado interesado en nadie. Soy su mejor amigo, sé mucho sobre él. Te puedo afirmar que sus intenciones son buenas.
¿Acaso la estaba lanzando a los brazos de su mejor amigo ?
-Quizá deberías dar..
-¡kakashi-san me agrada mucho!-lo interrumpió- pero mis sentimientos no son para él- se sinceró y se animó a mirarlo
Obito sonrió de lado, quién iba a pensar que uno de los hombres más deseados de Japón, estaba siendo rechazado por una simple chica. Lo peor era que esa chica estaba enamorada de él, el hombre más insoportable del mundo. Negó y la volvió a mirar, Hinata lucia tan segura de sus palabras, él pretendía ignorarla..
-Yo no creo que usted sea una mala persona- dijo y él se detuvo pero no la miro- Yo siento que usted se siente muy solo.. al igual que yo.
-¿Quién demonios te crees que eres?- soltó y la vio muy molesto- ¿Tu no sabes nada sobre mi?
-Y tiene razón- afirmo sin quitar la expresión de cariño que tenía- Es un hombre neurótico, con poca paciencia, bastante irritable y muy desconfiado, pero también he conocido esa parte muy amable de usted.. Sé que cuando alguien le importa, es capaz de hacer cualquier cosa por ellos, también disfruta de los atardeceres y le gusta el silencio. Yo me enamore del hombre tras esa mascara de frialdad y poder, me enamore del gran profesional y emprendedor. Me enamore del hombre amable y callado, me enamore de aquel que casi nunca sonríe, pero siempre lo hace en los momentos precisos. Yo me enamore de usted..
Un extraña sensación se hizo presente, la mirada negra que había estado molesta desapareció y ahora solo estaba una buscaba una respuesta en la mirada triste de ella. ¿Por qué las palabras de ella parecían tratar de atravesar, ese muro incontenible que hizo durante tantos años?. Sus palabras llenas de sinceridad, tristeza y cariño lo estaban confundiendo, ella lo vio en su rostro.
-Sabes perfectamente que nunca voy a corresponderte- aseguro aun confundido
-lo sé- dijo y una lagrima traicionara resbalo por su mejilla
-y aun sabiendo que no lo hare.. Que puedes lastimarte en el proceso… ¿pretendes quedarte?
Él la miro con severidad, tratando de que se aleje porque iba a fastidiarlo, pero ella respondio:
-Si.
Continuara….
Lamento la demora, si lo se vengan a mí sus regaños.
Supuestamente este cap. lo iba a colgar el domingo, pero me enferme y bueno ya paso. Son más de 11mil palabras y fue difícil escribirlo.
Gracias por sus estrellitas y comentarios, cuando los leo me siento que puedo seguir escribiendo.
#te amo obito
Los amo.
SkubluePetnia.
