Sexto mes de gobierno de Yoshimune

Barrio Shirakabe, distrito Kanda.

Una chica de entre 15 y 20 años caminaba tambaleándose por una calle del distrito Kanda. Eran eso de las diez u once de la noche donde buena parte de negocios, tiendas y casas estaban cerradas mientras solamente la chica seguía caminando como si estuviera mareada o ebria ignorando o a sabiendas del entorno a su alrededor.

La chica presuntamente borracha era una joven de estatura media, poseyendo una complexión delgada. Tenía el cabello castaño anaranjado que le llegaba hasta el cuello y ojos dorados. Su indumentaria era una chaqueta verde oscuro, con un vestido más claro por debajo y tenis deportivos.

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Chica borracha

Mitsuna Kashiwa

Apariencia física parecida a Kyoko Sasagawa de Katekyo Hitman Reborn

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La chica castaña llamada Mitsuna estaba caminando torpemente hasta que se topó con una de esas tienditas de barrio donde a las afueras del lugar estaba un oficial de policía o doshin jugandole a una maquina de arcade. El hombre que se supone que era un representante de la ley y del orden, posiblemente oficial de Minamimachi (Sur de Edo City) estaba presionando sin parar los botones con su mano derecha mientras que con su izquierda movía sin parar la palanca cerca de los botones.

El oficial paró brevemente su acción mientras veía la pantalla del arcade, ya había superado los niveles del juego por lo que ahora debía enfrentarse al reto más dificil, o sea, el jefe final.

-El siguiente competidor: El Rugal... Ora vergazo, tengo tanta experiencia con ese cabrón. ¡A huevo que le voy a ganar!

Luego de unos segundos finalmente el oficial decidió jugar con todas sus energías contra el jefe final.

-¡Vamos equipo contra el pinche Rugal!... ¡Ay, hijo de tu puta madre!... ¡Aléjate de mí, puto!... ¡Ah, pinche mono superpoderoso, pues!... Te crees la gran verga, puto, ¡Ven y pelea como hombre!... ¡AAAAHHHH!... ¡A la verga!... ¡Hazte para allá, cabrón, hazte para allá!... ¡UUUUYYY PUTO!... ¡TENÍAS QUE ESTAR TODO OVERPOWER, CABRÓN!

Era el fin del primer round.

-Bueno le he bajado solo un poco pero yo se que le ganaré en el segundo round... ¡Ey, bastardo, eso no se vale!... ¡ESO ES TRAMPA, MALDITO! ¡¿QUÉ ESTÁS HACIENDO PUES?!... ¡Aléjate!... Pinche Rugal pendejo... ¡AAAAHHHH MALDICIÓN!... ¡CHINGAS A TU MADRE!

Era el fin del segundo round por lo que el último personaje que le quedaba era una mujer.

-Ja, voy usar las tetas... ¡¿Que pedo, cuate?! ¡¿Que pedo con eso, pues?!... ¡AAAAHHHH!... A la verga... ¡HIJO DE TU PUTA MADRE, HIJO DE LA VERGA!

Era el fin del último round, había perdido de manera estrepitosa ante el jefe final.

-Chinga la madre, ahorita vas a ver como te voy a partir la madre- El doshin de Minamimachi buscaba entre sus ropas si tenía otra moneda pero en eso se le acercó la dueña de la tienda.

-Señor oficial, ¿Aún sigue jugando?

-Es que salí temprano del trabajo y quería matar el rato pero es lo mismo de siempre, ¡No puedo ganarle a Rugal!

-Sabe usted bien que nadie, absolutamente nadie le gana al Rugal. Ya, apague rápido que voy a cerrar.

-Está bien- El oficial apagó el arcade y decidió salir de la tienda mientras que la señora aprovechaba para enjuagar la acera donde estaba la tienda con agua y jabón pero de repente paró su acción ya que estaba divisando a una persona conocida a la distancia.

Era la joven castaña que iba en estado de ebriedad hacia donde estaba la señora que al parecer la conocía desde antes.

-Ah, Mitsuna, ¿bebiste otra vez, niña? Un día el alcohol te matará.

La mencionada comenzó a enfadarse como si las palabras que más parecían una advertencia le fueran lo más molesto que había escuchado a lo largo de su vida.

-¡Cállese, vieja fea! ¡Déjeme en paz!- La joven emprendió su camino contra la dueña de la tienda como si quisiera empujarla pero la mujer envolvió a la joven con tal de evitarse una caída con ella.

-Oh, fíjate, niñita. ¡Ten cuidado!

La joven siguió de largo aunque con algo de mala gana dejando a la dueña de la tienda y al oficial que estaban muy extrañados pues la joven en sí tenía la apariencia de una adolescente.

-Doña Ryoko, ¿Quién es esa chica?

-Es Mitsuna, la borracha del barrio. Trabaja sirviendo tragos en la taberna Toyoshima. Dicen que bebe tanto que cada noche se acaba casi dos litros.

-Todavía se ve joven.

-Sí. No tiene ni viente. Supuestamente viene de buena familia, pero si sigue así, arruinará su vida.

-Una lástima, la verdad.

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Calle Nabecho...

Luego de haber caminado varias calles, la joven borracha llamada Mitsuna se quedó parada como estatua al ver una casa de dos pisos, presumible un negocio de entre tantos en la calle, básicamente una tienda de empeños o compraventa en el dicho popular.

CASA DE CAMBIO KASHIWA

La joven al ver el anuncio del local se dio vuelta como si no quisiera verlo, como si algo no le agradara de ese lugar. De hecho, la joven estaba cubriendo su boca a la par que unas lagrimas le estaban traicionando pero no quería causar alboroto con su llanto.

Mitsuna se puso de espaldas para alejarse lo antes posible de la casa de empeños pero de pronto retornó a la casa como si estuviese sintiendo una o más presencias. Caminó lentamente hasta dar con el callejón adjunto a su hogar donde un grupo de sombras estaban llevando garrafones grandes de gasolina alrededor del lado trasero de la casa, echaban el contenido a las paredes y al suelo y como punto final, uno de los extraños sujetos tiró un cigarrillo encendido hacia la gasolina derramada desatando el fuego que comenzaba a expandirse.

La joven ebria horrorizada al ver como las llamas comenzaban a rodear lentamente la fachada trasera de la vivienda, comenzó a tocar la puerta como timbrar muchas veces a la par que gritaba desesperadamente a los que vivían ahí.

-¡Fuego! ¡Señor Kashiwa! ¡Fuego!- La joven castaña no dejaba de tocar la puerta pero si los puños no fueron lo suficiente usaba la cabeza contra la puerta en un intento desesperado de salvar a quienes vivían ahí.

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SOBAKASU- MARY AND JUDE

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Dai kirai datta sobakasu o chotto

hito nadeshite tameiki o hitotsu

Hevii kyuu no koi wa migoto ni

kakuzatou to issho ni toketa

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Maeyori mo motto yaseta mune ni chotto

chikuu to sasaru toge ga itai

Hoshi uranai mo ate ni naranai wa

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Motto tooku made...

issho ni yuketara...

¡NEE!

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Ureshikute sore dake de...

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Omoide wa itsumo kirei dakedo

Sore dake ja onaka ga suku no

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Hontou wa setsunai yoru nano ni

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Doushite kashira?

ano hito no namida mo omoidasenai no

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Omoidasenai no...

¡Woooooooooooh!

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ABARENBO SHOGUN NIKKO-CHAN

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HOY PRESENTAMOS:

EL CHICO EN LLAMAS Y LA CHICA QUE ARDE

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Era el sexto mes de gobierno de Yoshimune, la cual estaba sentada en el sofá real viendo uno de sus animes favoritos junto con sus gatitos, Sukehachi y Osono cuando de pronto la programación fue interrumpida por un incendio que se estaba efectuando en el distrito Kanda, uno de los tres distritos que protegían los Nikogumi.

Sukehachi aprovechó para ver de cerca el mapa del distrito por medio del Google Maps de su celular.

-Sukehachi, ¿Dónde es el incendio?- Preguntó la joven reina que estaba viendo detenidamente la noticia del incendio.

-Parece que es desde la calle Nabe hasta la calle Shirakabe, en el distrito Kanda.

La pelirrosa estaba con una cara seria al ver lo que estaba pasando

-Justamente en el territorio que protege Kotaro y sus hombres, con este van siete incendios desde el mes pasado. Esto es demasiado pero aún así confío en ellos porque a pesar de todo, ellos no dudan en acabar con el incendio.

-Eso es verdad, su majestad- dijo Osono que estaba sobre el regazo de la shogun.

Yoshimune a sabiendas de que las personas quienes veía como su familia lograrían acabar con otro siniestro dentro de una serie de incendios que ocurrieron desde mediados del mes anterior, decidió cambiar de canal para buscar algo de su interés ya que habían muchos canales que ver hasta dar con uno en especifico, exactamente con un hombre de cabellera negra y barba larga, un bastón grande y viejo de madera y vestimenta arrugada y sucia a las de un fraile.

-Dentro de los horrores cotidianos, el día de hoy presentamos... - El hombre sonriendo de una manera maléfica mostró frente a la cámara lo que parecía ser una billetera llena de tarjetas y dinero, posiblemente la suya- Ahí le va esta carterita para ver que dice... Yo la vive... Primero... ¡Jajajajajajajajajaja!

-Definitivamente esto es mejor que cualquier porquería de Eugenio Derbez y por nada del mundo no me pienso perder el especial de Halloween de Dos Pobres Ronin vs 5 Nights at Freddy´s esta noche, Sukehachi, ¿Que hora es?

-Estamos a una hora y media de que estrene el especial.

-Entonces estoy a tiempo... Apuesto a que antes o después de treinta minutos, Kotaro y sus hombres apagarán el incendio y todo volverá a estar tranquilo.

-Tiene razón, su majestad. Como ellos dicen, son los mejores en lo que hacen- Dijo la gatita negra quien estaba comiendo un paquete de botanas.

Sukehachi y Osono estaban sentados al lado de Yoshimune que disfrutaba de una lata de cerveza Duff en la mano, era obvio que el hermano menor de Nico, al igual que ella, jamás defraudaba ahora que era el jefe de bomberos del distrito Kanda quien era otro distrito a proteger de los Nicogumi aparte de esperar pacientemente el especial del día de brujas de uno de sus programas favoritos.

Pero ignoraban algo...

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Un camión rojo imponente estaba llegando a toda velocidad hasta parar en la primera calle y posteriormente un grupo de hombres vestidos de ropa hipermeable negro con franjas rojas brillantes en el pecho y brazos se bajaron del vehículo con armas de todo tipo en sus manos y se lanzaron al ataque, eso mientras que uno de ellos alzaba lo que parecía un estandarte con una lampara roja de papel con las siglas hiragana en vertical にこ組

Los hombres liderados por el hermano menor de la Jefe de Brigada, Kotaro Yazawa, estaban corriendo desesperadamente hasta dar con el lugar del incendio, en ese caso, una casa de empeños o compraventa. Los jóvenes estaban listos para atender la emergencia pero justamente frente a ellos estaba un camión negro estacionado y hombres vestidos de blanco con una gran cruz roja sobre el pecho.

Era otro grupo de bomberos que estaba trabajando en el distrito, los Caballeros Templarios, liderados por un joven de entre 20 y 25, tenía el pelo corto blanco y ojos azul pálido, con un mechón de pelo pintado de rojo. Vestía una camiseta de color claro y unos pantalones vaqueros.

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Líder de los Caballeros Templarios

Danjo Okubo

Parecido físico a Polka Shinoyama de Dead Mount Dead Play

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El hombre peliblanco apareció frente a los Nikogumi de Kanda como si los estuviera interrumpiendo o interfiriendo su camino.

-Lo siento, Nikogumi. Eso déjennoslo a nosotros, los Caballeros Templarios.

-¡No tan deprisa, Okubo!- Gritó el joven pelinegro que lideraba al grupo que trataba de entrar- ¡Kanda es terreno de Nikogumi! ¡Pasaremos!

Líder de los Nikogumi en Kanda

Kotaro Yazawa

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Cuando el pelinegro comenzó a discutir con el líder de los caballeros templarios, se interpuso un joven de entre 18 y 20 años, de cabello corto rojo y gafas blancas con lentes de color verde lima. El joven usaba un gakuran de color verde marino claro abierto.

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Segundo al mando de los Caballeros Templarios

Hachiro Yamazaki

Parecido físico a Kusuo Saiki de Saiki Kusuo no Psi-nan.

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-¡Silencio! Si quieren pasar, ¡pelearán a muerte con nosotros!- Dijo con tono severo el joven presuntamente segundo al mando de los Caballeros Templarios.

Aquello hizo que los miembros del Nikogumi comenzaran a molestarse.

-¡Maldición, capitán! ¡Últimamente solo estorban!

-¡Ya no podemos más! ¡Acabemos con esto!- Uno de los hombres se iba a enfrentar contra los Templarios pero en eso intervino su capitán como líder- ¡Capitán!

-¡Eh, cálmate!- El menor de los Yazawa encaró al líder de los Templarios- Okubo, mientras hacemos esto, el fuego sigue ardiendo. Hay heridos que nos necesitan. Por favor, déjenos pasar.

-¡Por favor!- Decían repetidamente los hombres quienes no debían perder tiempo discutiendo contra el otro escuadrón de bomberos.

-Lo siento, Torazo. Ya es muy tarde- El peliblanco sonrió de lado, como fuera un gesto simple de superioridad hacia el muchacho.

-¿Qué dices?

-¡Capitán!

-¡Maldición!

-¡Esos bastardos lo hicieron otra vez!

-¡Capitán, mire!

-¡¿Qué demonios?!- Tanto Kotaro y sus demás hombres quedaron sin palabras cuando encima del techo de la casa afectada estaba un hombre vestido de blanco como los templarios alzando y moviendo lo que parecía ser una enorme cruz cristiana, posiblemente el matoi o insignia de los Templarios.

No era la primera vez, ya eran siete donde ese nuevo grupo de bomberos como designado para el distrito Kanda estaban primero que ellos como si ellos tuvieran que adivinar donde ocurriría un siniestro y daban rápidamente con él.

Okubo caminó lentamente hasta poner una mano al hombro de un impotente Kotaro que no entendía desde hace un mes, que diablos estaba pasando y el por qué de su mala racha.

-Lo siento, Torazo, pero una vez más los Caballeros Templarios estamos a cargo, ¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!- El peliblanco como sus demás hombres explotaron en risas como si estuvieran burlándose del menor Yazawa y su grupo quienes solamente estaban en silencio y no podían hacer nada.

Era común que cuando se trataba de los incendios, grupos de bomberos se competían por quien llegaba primero, si el hombre que portaba la insignia de su escuadrón se subía al techo moviendo y alzando su matoi era para dos cosas: Órdenes visuales de entrar de una vez y por todas; y dar por sentado que al llegar primero lograron ser los ganadores y como tal, era el escuadrón que se encargaba de acabar con el desastre.

En pocas palabras, los Caballeros Templarios, al llegar primero al lugar del siniestro, por derecho debían apagar el incendio mientras que los demás escuadrones al ser los perdedores debían volver a casa hasta que se produjera otro incendio.

Kotaro y sus hombres estaban sin hacer nada, ya con esto era el septimo incendio que no lograron atender y en menos de casi dos meses, por lo que daba a entender que estaban pasando por una notable mala racha.

-Malditos Templarios...- El joven pelinegro apretaba los puños y dientes llenos de ira al no poder hacer nada.

Ninguno de ellos avisó a Nikogoro de la situación que pasaban por la vergüenza y la decepción, ¿Hasta cuando iban a tener eso?

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Mientras tanto, en la sala real...

Yoshimune como sus dos gatos guardianes estaban sentados en el sofá real viendo otro programa con tal de terminar la noche viendo el especial de Halloween de Dos Pobres Ronin vs 5 Nights at Freddy´s cuando de pronto el celular de Sukehachi sonó y el gatito blanco no dudó en tomar su telefono.

-¿Qué pasa Sukehachi?

-Fue tal como lo dijo, su majestad. El incendio que ocurrió en la calle Nabecho está bajo control.

-¿Que lugar fue afectado?

-Solamente una casa de empeños fue afectada. Compraventas Kashiwa.

-Y es igual como lo dijo usted, acabaron con el siniestro en menos de media hora y justamente están dando los comerciales- Decía Osono que seguía comiendo otra bolsa de papitas.

-Me alegro mucho de que Kotaro lo haya logrado.

-Mi señora, ¿Luego de que terminemos de ver el especial se irá al cuarto real?- Preguntó la gatita negra luego de comer una papita.

-No, Osono. dormiremos en el sofá.

-Sus palabras son órdenes, su majestad.

-¿Por qué pienso que mañana el señor Kano se va a enojar como los mil demonios?

-Shhh... Cállate, Sukehachi. Ya terminaron los comerciales.

-Ya voy- El gato blanco dejó su móvil tirado en el sofá y se sentó al lado de su señora mientras ésta con lata de cerveza en mano y un paquete grande de botanas recostado a su lado, estaba esperando con ansias el mencionado especial de Halloween de uno de sus programas favoritos aunque para eso debía ver lo suficiente con tal de disfrutar su anhelado especial.

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A la mañana siguiente...

Una chica rubia caminaba saltando de un solo pie, cargaba sobre su hombro lo que parecía ser una katana envainada. Su indumentaria era una camiseta negra con el logo de un rayo, unas bermudas amarillas y unas sandalias. La joven miraba de un lado a otro disfrutando de la vista que le ofrecía el distrito Kanda, estaba caminando en el barrio Shirakabe mientras no paraba de cantar...

Akai yūhi ni...

Sasurai nagara...

Shinda yatsura ni...

Komori...

¡Komori uta!

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Doko de hateyo to...

Dare ga naku...

Shiranu takoku no...

Semi ga...

¡Semi ga naku!

-Inazuma Candy...

-¿Eh? ¿Quién es?

En eso la raijin se volteó dando con una persona de su misma estatura, usaba un sombrero ancho en forma de tapa, una capa negra que envolvía todo su cuerpo. La joven comenzó a fruncir un poco el ceño como si no fuera la primera vez que se topara con el individuo.

-Eres el tipo que se la pasó insistiendo por una pelea la semana pasada, ¿Cómo es que te llamas?

-Soy Kawabei Takegawa- Sonó una voz ronca de aquel individuo encapotado.

-Takegawa-san, ¿Qué quieres?

-Como siempre, insisto en enfrentarme contigo, León Dorado.

-Oye, si continúas con ese rollo, créeme que te mataré aquí mismo. No me gusta derramar sangre ante mucha gente.

-¿Y si no lo dejo? ¿Vas a desenvainar o lo hago yo?

La rubia calló unos segundos.

-Dime, ¿eres un hombre bueno? ¿O eres malo?

El extraño hombre llamado Kawabei ahora calló unos segundos

-A veces bueno... a veces malo.

-Las dos cosas, ¿Eh?- La chica sonrió algo traviesa- Quisiera jugar contigo pero tengo que irme a ver a un viejo amigo.

-¿Un viejo amigo? ¿Quién es ese viejo amigo?

-No es de tu incumbencia, Takegawa-san.

-Oh, vamos. Solamente es para saber aunque sea un poquito de tí, León Dorado.

La rubia suspiró pesadamente.

-Iré a la estación Nikogumi.

-¿Te refieres a los bomberos de este distrito?

-Para serte más especifica, me refiero a Torazo.

-¿El hermano del demonio de Mujina?

-Exacto.

Hubo un silencio entre la rubia y el encapuchado.

-Hablando de Torazo, ¿Sabías que desde hace tres o dos meses ocurre una disputa entre los Nikogumi y los Caballeros Templarios?

-¿Disputa? ¿Caballeros Templarios?

-Así es. Hace como tres meses, un nuevo grupo de bomberos llamados los Caballeros Templarios, liderados por un tal Danjo Okubo fueron designados a proteger el distrito Kanda junto con los Nikogumi. En estos últimos dos meses hubieron siete incendios.

-Pff, eso no me sorprende. Recientemente, la reina Mierdamune reestructuró a todos los hikeshi y los unió en un Cuerpo Nacional o algo así, ya sabes, todos con todos, ricos con pobres y esas cosas. Los Nikogumi ahora protegen tres o cuatro distritos incluyendo a Kanda, es por derecho y por ley que ellos deben atender las emergencias de su territorio, ¿No?

-Así es, el Nikogumi protege al distrito Kanda... Bueno, protegía.

-¿Qué?

-Desde que Danjo Okubo y sus bomberos aparecieron, acabaron con tres incendios en su primer mes y luego vinieron otros siete en los últimos dos meses. Todos esos incendios fueron controlados por los Caballeros Templarios, no hubo incendio que no fuera controlado por Okubo y sus hombres. Los Nikogumi desde ese entonces tienen una racha de mierda y muchos hikeshi dejaron a Torazo. Si la situación sigue así como así, los Nikogumi en este distrito están acabados, Torazo quedará solo y sin nada.

-¿Nikogoro sabe de eso?

-Hay rumores que dicen que Nikogoro es de la peor calaña, muchas de ellas están comenzando a salir a la luz por medio de chismes y rumores.

-¿Rumores? ¿Cómo cuales?

-Se dice que Nikogoro hace cinco años... Borracha y enojada golpeó y violó a una niña en el distrito Tamaki, ya sabes, donde viven los gatos mágicos, aparte de que supuestamente fue una destajadora de gatos mágicos y es muy odiada en ese distrito por muchos crímenes que hizo allá. Ni el hermanito, Torazo, no es una santa paloma. Dos personas así son de la misma calaña y nadie daría ni dos pedazos de mierda aunque sea para trabajar honradamente para ellos.

-Pero eso no responde a mi pregunta, ¿Nikogoro sabe de eso?

-Creo que no y como te lo dije, a alguien de su calaña no le darían dos pedazos de mierda. Ya muchos hikeshi renunciaron al Nikogumi, buena parte de ellos se unieron a los bomberos del distrito Tamaki y al parecer les van muy bien.

-Ya veo. Muchas gracias por el contexto, Takegawa-san.

-Y bien, ¿Cuando será nuestro duelo?

-Para serte sincera, con lo que me dijiste de Torazo creo que estaré muy ocupada en estos días. Soy muy conocida de Nikogoro por lo que de alguna manera ayudaré a Torazo aunque tenga que lidiar con una piedra en el camino.

-Ja, no te culpo. Todos tenemos a alguien que nos jode en vez en cuando.

-Pero de alguna manera seguimos adelante. Así es la vida.

-Hasta entonces, Inazuma Candy...- El hombre encapuchado se dio vuelta y se fue confundiéndose entre el tumulto de gente que transitaba por las calles del Barrio Shirokabe.

La raijin sin más decidió reanudar su camino, saltando de un solo pie con la katana sobre el hombro a la par que entonaba otra canción de su repertorio.

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Estación de bomberos Nikogumi

Calle 23 del barrio Shirakabe.

Candy estaba haciendo acto de presencia mientras frente a ella estaban tres jóvenes que estaban limpiando sus hachas. Los tres jóvenes estaban usando una camiseta blanca y una sudadera deportiva negra, posiblemente la ropa de entrenamiento que usaban los Nikogumi.

-Monji, Yajuro, Shimakichi

Los tres mencionados alzaron la vista.

-Candy-san, ¿Volviste?

-¿Qué haces aquí en la estación?

La raijin comenzó a sonreír en grande mientras los tres jóvenes no paraban de quedarse impresionados.

-Nah, solamente quería ver como estaba mi querido Torazo, ¿Acaso extrañaban a esta rubia sexy?

Los tres jóvenes retornaron a su labor de limpiar sus armas pero la rubia aquello como una gran oportunidad para sentarse sobre uno de ellos haciendo que el pobre joven quedara algo incomodo al ver como Candy lo usó como una silla. La rubia en menos de nada tomó una de las hachas que portaban los otros dos reclutas.

-¡Esa cosa es interesante! Sálvame del tedio. Anda, Monji, préstamelo.

El mencionado como Monji le arrebató el hacha a la rubia que hizo un gesto chistoso de enojo.

-¡Ey, dame eso! Esto es como nuestra vida.

-¡No seas malo, Monji-chan! Dámelo.

-No...

-Si no es contigo, ¡Entonces con Yajuro-chan!- Ahora le quitó el hacha al otro muchacho que comenzó a enojarse estilo anime.

-¡Oye! ¡Dame mi hacha!

-¡Ya, ya!

-¡Que no! ¡Regrésamelo!

-¡Ya, no pasa nada!

Yajuro y Candy comenzaron a discutir sobre el hacha, Monji estaba con una gota de sudor y Shimakichi llevaba la peor parte pues estaba rojo como un tomate al sentir como Candy frotaba su trasero sobre su entrepierna llegando a un punto donde lentamente ya se estaba haciendo duro aunque como dice un viejo dicho, nada es eterno en el mundo.

-¡YA CÁLLENSE! ¡SILENCIO!- Se escuchó un grito que venía desde el segundo piso de la estación ya que era como un pequeño complejo residencial de tres pisos.

Uno de los hombres se puso de pie mientras se disculpaba en voz alta hacia su jefe.

-¡Disculpe, capitán!

-Pobre Capitán... Está de malas... Como siempre.

Candy seguía sentada en el pobre Shimakichi cuya alma ya se estaba yendose de su cuerpo ante tanta incomodidad aunque tampoco no era tan mala después de todo (Ustedes entienden a que me refiero).

-Chicos, ¿Qué le pasa a Torazo? ¿Que lo enojó o qué?- Preguntó la rubia notando las caras largas de sus dos viejos amigos.

-Seguro que el capitán está enojado por los recientes incendios en el distrito. Ya es el séptimo incendio donde no hicimos nada.

"Entonces es cierto lo que dijo Takegawa"

La raijin ya estaba dándose de cuenta por el rostro algo alicaído de sus amigos sobre la dificil situación que estaban atravesando desde hace casi dos meses. Candy devolvió el hacha a Yajuro mientras miraba el paisaje que le brindaba las afueras de la estación.

-Vamos, chicos, ¿Que se le puede hacer? Tengo entendido que a lo corrido de estos seis meses, el templo hizo tres ferias. Era de esperarse que hubiera tantos incendios, así es siempre en las festividades. Lo que está pasando en estos momentos no es culpa de Torazo ni de ustedes.

-Nah, lo que dices es pura superstición, Candy-san.

-Entonces, Yajuro, ¿Por qué dicen que no han hecho nada?

El mencionado Yajuro miró a su amigo Monji el cual terminó de limpiar el filo de su arma.

-Monji...

-Sí. No sé si lo sabes, Candy-ya, pero... Estos dos meses son lo peor que estamos pasando, hubieron siete incendios en el distrito, ¿Y que crees? Cada vez que queremos atender una emergencia, esos Caballeros Templarios siempre están primero que nosotros.

-¿Caballeros Templarios?

-Es un nuevo grupo de bomberos que llegó al distrito como hace tres meses y desde entonces ellos nos ganan en todo. No hay incendio que podamos apagar porque ese sujeto, Danjo Okubo y sus hombres se interponen en todo y siempre se hacen cargo. Tal vez eso le preocupa al Capitán.

-Y no solo eso, ahora somos muy pocos porque luego del cuarto incendio, muchos comenzaron a renunciar y se unieron al Clan Tamaki... Y mira que Nikogoro odia a los gatos mágicos.

-Sobre eso, Monji, ¿No le han dicho nada a ella o sabe al respecto?- Preguntó la raijin.

-La última vez que íbamos a visitar a nuestros nakamas de Mujina, la señorita Cocoro estaba a cargo de la estación pues se dice que desde hace tres o dos meses que Nikogoro se fue del distrito o de la capital y no ha vuelto desde entonces.

-Y justamente cuando el capitán la está pasando muy mal, ¿Qué es lo que le pasa a ella?

-Vamos, Yajuro, cuando Nikogoro se va a cualquier parte no sorprende a nadie. Cuando se trata de Tamakinokami y su mujer, se pone de malas y se va a emborracharse o irse de putas. Apuesto a que está en Yoshiwara disfrutando con las putas hasta que se dice que tiene una kanokari (Novia de alquiler).

-¿Pero tres meses?- Decía Candy- Yo conozco a Nikogoro desde siempre y si ella va a mi territorio estaría unos días pero tres meses es mucho. Es obvio que está fuera de la capital.

-Como sea, Candy-ya, ¿Hasta cuando tendremos esta suerte tan perra que tenemos? El capitán no puede hacer y Nikogoro no pone la cara. Si seguimos así este será nuestro fin.

-Si, vomitaste la verdad, amigo.

-No se preocupen, amigos... Los ayudaré, si me es preciso enviaré a ese Okubo al infierno.

-¿Qué dijiste Candy-ya?

-¡Inazuma-san! ¿Entonces nos vas a ayudar?

-¿Vas a usar a tu guerrilla?

La rubia calló unos segundos.

-Puede que en ocasiones les haya jodido la vida pero a pesar de ello, Nikogoro, Torazo y cualquier persona que me caen bien, los quiero mucho. No les prometo nada pero ya se me ocurrirá algo para saber que rayos está pasando y así terminar con esto de una vez por todas.

"Regreso a Edo y de alguna manera me impresionas, Shogun... Cada vez que haces algo bueno, terminas creando un problema... ¿Cómo le harás para ayudar a Kotaro? Pero ni creas que te dejaré paso libre, no por algo quiero joderte la vida, las veces que sean necesarias hasta lograr mi sueño"