La libertad a veces puede ser asfixiante
El sol no existió el día de hoy. Los edificios parecen gigantes caídos y la oscuridad de este penoso atardecer sombrío, me hace pensar que es el día perfecto para recordarme que mi esposa se alejó de mi hace un año. Trescientos sesenta y cinco días sin su presencia. Sin ver su rostro, sin saber sí existirá aquel bebe, si lo tuvo, sí no lo tuvo, sí lo dio en adopción o sí cometió alguna otra locura. Estos pensamientos atacan mi psiquis una vez al día y ya se volvió una rutina que sobrellevo de la mejor manera posible. Un Uchiha jamás demostrara debilidad o sufrimiento y menos por una Hyuga.
El tiempo se volvió en mi contra y no me molesta, uno más a la lista de enemigos. Pero no puedo negar que este es uno de mis mejores contrincantes, sus movimientos cada vez son más certeros y letales. Mi memoria se unió a él hace unos meses atrás y no pude hacer nada para evitarlo, el recuerdo de su risa, de su dulce aroma de su tersa piel, su mirada que me veía de un modo que nunca descifré. Son las armas predilectas de mi retorcida memoria. El tiempo no se queda atrás, volviendo las horas como espinas, que una vez que entran a mi piel ya no salen. Cada vez se vuelve más difícil luchar contra ellos y últimamente no encuentro motivos para luchar, ni siquiera por mi orgullo. Ella se encargó de arruinarme por completo con aquel maldito y grotesco amor que decía sentir por mí.
¿Sí tanto me amabas por qué no luchaste por mí? ¿Tu amor no fue lo suficientemente fuerte e inmenso como para luchar por mí? Claramente no entiendes nada, nunca me entendiste. Mierda, ni yo me entiendo, lograste hacer de mi un despojo con un solo movimiento de una caricia.
¿Cómo podrías haber luchado por mí sí estaba obstinadamente obsesionado con odiarte? Lo sigo haciendo, sigo odiando cada parte de ti, mil veces con más intensidad que antes. Odio que te hayas ido. Odio que me hayas dejado atrás. Odio despertarme y no tenerte a mi lado. Odio no tener tu cuerpo junto al mío. Odio no escuchar salir de tus labios mi nombre. Aborrezco todas las noches con las que alguna vez me sentí completo contigo. Te necesito de vuelta, necesitas recordar que me perteneces. Nunca vas a dejar de ser mía, necesitas volver a cumplir tu obligación de ser la mujer de Sasuke Uchiha. Tienes el deber de volver con tu esposo.
Los hombres en la mesa se miran con angustia o con inconmensurable alegría, otros murmuran expectantes por cómo esto finalizara. Sasuke solo tiene su mirada fija en el cielo nublado que se ve a través de los ventanales de la oficina. Claramente se aproxima una tormenta.
Bueno, no podemos esperar más - comienza Fugaku a espetar su enojo – Debemos dar por concluido el matrimonio de las familias de Uchiha y Hyuga.
Los detectives que contrate dicen que tienen pistas del paradero de mi hija. Es obvio que ella sigue en Japón y eso permite que pueda mantenerse el enlace de las empresas. Además, no debemos olvidar que ella tiene el heredero de ambas familias. No te olvides del contrato, Fugaku. - la mirada gélida del anciano hombre de ojos perlados no contrastaba con el ceño fruncido y la palidez de su expresión. Era notable la preocupación en Hiashi.
No importa el heredero, no importa el enlace matrimonial sí no está aquí presente tu hija primogénita cumpliendo el deber de esposa. No importa lo que digas, Hiashi. Su ausencia durante un año es constatable y permite la disolución del contrato como de las represalias contra mis empresas.
Sasuke intentaba mantenerse razonable lo mejor posible, sabía que esto era un beneficio irrepetible para su familia. Era prudente dejar que todo termine en esta reunión. Era lo mejor, jamás tendría que volver a transitar por esta situación nunca más, pero...
La existencia de aquel "pero" arruinaría todo a su paso.
No volver a ver a Hyuga era inaudito. Dar por finalizado este asunto significaba romper con todo lo relacionado a ella. Seria libre de mi esposa y ella seria libre de mí. Seria libre, esa libertad que no se merece. Lo único que se merece Hinata Hyuga es sufrir conmigo por el resto de nuestras vidas.
Sufrir juntos.
Ella debe permanecer junto a mi, aunque ya no me ame. Hinata Huyga me pertenece por ley y nadie más debe poseerla. Nadie más que su esposo.
La razón abandonó el cuerpo de Sasuke Uchiha y no parece que volverá pronto.
Ella se comunicó conmigo – comienza murmurando para luego casi gritarlo – mi esposa se comunicó conmigo hace unos días. Me llamó a mi celular y me dijo que nuestro bebe había nacido sano y salvo.
Todos los presentes en la oficina enmudecieron mientras miraban atónito como las palabras salían de la boca del Uchiha menor. Solo uno tenía el semblante relajado y tranquilo.
No me quiso decir el sexo del bebé, pero me dijo que varias veces intentó volver. Que nunca encontró la voluntad para regresar y enfrentarse al juicio moral de las familias principales.
¿Qué estás diciendo, Sasuke? - el padre del azabache no entendía que estaba sucediendo. Él nunca había dicho nada de esto - Hijo, deberías saber el significado de tus palabras. Tu esposa te abandonó y rompió la cláusula del contrato. No importa si ella quiere volver o no. Ella no está aquí. Aquella insulsa mujer ya no pertenece a la familia Uchiha. Ella dejó de ser tu esposa.
Sasuke permaneció con la mirada fija en sus manos, mientras sus puños se cerraban de una forma imprudente. Propicio un golpe a la mesa y su última palabra fue dicha para luego abandonar el lugar.
Hinata Hyuga tiene intenciones de volver. Existe una prueba palpable y es la llamada que realizó a mi celular. Ella sigue siendo mi esposa y así se mantendrá, no importa sí está aquí presente o no. Mi esposa me pertenece y seguirá de tal manera hasta el final.
El hombre de mediana edad que estaba a cargo de la familia Uchiha no podía mantener la calma y su expresión de furia en su rostro, era la prueba de ello. En cambio, el otro hombre al mando de la familia Hyuga, permaneció calmado y con una sonrisa profirió las últimas palabras de la reunión.
Mi hija hizo un buen trabajo con tu hijo. Es obvio que el contrato sigue vigente y así se mantendrá.
Hiashi estaba con la mirada triunfante y a pasos ligeros pero firmes se dirigía al auto que lo esperaba en la entrada de la empresa.
Sasuke pudo escuchar un poco de la reunión, justo la parte en donde el amargado padre de su esposa dijo que tenía pistas de su paradero. Necesitaba saber esas pistas, debía recordarle a su esposa de quien era. Nadie más puede tenerla.
En el auto con ventanas polarizadas que esperaba a Hiashi, se encontraba apoyado el esposo de su hija. O, mejor dicho, el títere de su hija. Por una vez en la vida se sentía orgulloso de lo que Hinata había logrado en tan poco tiempo. Sabía exactamente por qué estaba ahí. Así que, sin mediar palabra el anciano saca de su abrigo una carpeta plegable y se lo acerca. Sasuke lo sujeta firmemente para luego retirarse.
Pasaban las doce de la noche, un hombre en bata con el pelo mojado recorría su departamento en busca de su laptop para luego sentarse en el sofá con la carpeta abierta en la mesa de la sala. Todos los papeles estaban desparramados en la mesa de vidrio. Había una foto de ella con un hombre que le molestaba demasiado. Necesitaba encontrarla lo antes posible para hacerla suya o matarla.
Los más de trescientos días que Sasuke vivió sin la presencia de su esposa no fueron como él esperaba. Después de haber leído la carta el día que abandonó la mansión. No hubo marcha atrás. Lo intentó con todas sus fuerzas. Buscó mujeres, busco llenar su mente de otras actividades. Volcó su cuerpo y alma en el trabajo, pero tarde o temprano volvía a soñar con ella y con el hijo que negó en un inicio. Ella corría por la arena con un vestido blanco y un niño corría detrás ella. Los dos siempre riendo y yo solo los observaba. A veces, era una niña la que corría y gritaba con alegría: papá ayúdame, ayúdame papi. Hinata vestía un jardinero y la seguía con una manguera de agua para mojarla. Todo ocurría en un jardín lleno de diferentes flores llamativas. Los escenarios cambiaban, pero siempre era la misma situación, mi esposa y mis hijos jugando.
Al comienzo, los sueños me dejaban una sensación extraña, pero les restaba importancia. Con el tiempo me costaba despertarme y la sensación era más aguda. Hasta que llegué a sentirme vació cada vez que despertaba de esos sueños, hasta me encontraba pensando en no querer despertarme. Permanecer en ellos por más tiempo. Deseando que fueran reales.
El llanto de un bebe resonaba en toda la habitación, su mama con delicadeza lo alza y le susurra que todo va a estar bien. "Mama siempre estara contigo. Siempre".
La silueta de un hombre alto y de contextura mediana los observaba absorto de todo, no podia creer que aquella mujer hermosa y delicada habia sido la mujer del famoso Sasuke Uchiha. Sus labios se curvaron y tenia la idea de quedarse con esa imagen solo para él.
Hola a todos y todas. Me queda reir y pedirles paciencia. ¿Quien sube un capitulo al año?
EStuve transitando por situaciones dificiles pero no me gusta abandonar historias. Asi que voy a darle amor a mis historias hasta que las finalice. Espero que en este año o el proximo por fin pueda darles el cierre.
Los amo, cuidense y quieran mucho :3
Personajes de Masashi, historia de mi propiedad.
