Advertencia
**Posible contenido gráfico de sangre y violencia.
**Se recomienda discreción.
**Menores no se acerquen...
—Estoy consciente de cómo se dieron las cosas entre nosotros… —Clavando su mirada en los ojos dorados del dios, que, en un momento inesperado, parecían escudriñar profundamente en su mirada; provocando que esa opresión poco a poco se fuera desvaneciéndose. Aspirando aire profundamente, Zeus cerraba sus dedos en puños, hasta dejar que sus nudillos se volvieran blancos—. Sin embargo, te prometo que te compensaré por lo sucedido. Tomaré la responsabilidad; por eso, quiero y te pido, que, a partir de ahora, te conviertas en mi amante.
Zeus miraba como los ojos dorados de Hypnos se abrían de par en par, mientras abría sus labios sin emitir ni un solo sonido. Desviando la mirada, Hypnos parpadeaba con rapidez, a la vez que ambos dejaban que el silencio comenzara a llenar la habitación.
—Dios Zeus… — Rompiendo el silencio, el dios miraba sus temblorosas manos arrugaban entre sus dedos, el dios del sueño agachaba la mirada hacia las mantas que cubrían su cuerpo—. No es necesario… además soy un alfa. Lo sucedido, ya es demasiado perjudicial para usted. Una relación de… amantes, solo empeoraría las cosas…
Casi por mero reflejo, Zeus movía sus pies con una notable rapidez deshaciendo la distancia entre ambos sin dejar de mirar a su aún pálido rostro. Llegando al borde del lecho, el dios encorvaba a la vez que una de sus manos se extendía hacia su rostro, apenas tocando la piel de este, el dios del sueño estremecía su cuerpo, y así en un solo movimiento, se alejaba bruscamente.
Zeus sentía como nuevamente la opresión en su pecho, y junto con una sensación de amargura aparecían e invadían con una despiadada frialdad, en cada rincón de este. Con un movimiento rápido, cerraba sus dedos en sobre su palma, presionando con fuerza y dejándola a caer a su costado.
"¡Mierda!"
Maldiciendo en sus adentros Zeus trataba de recuperar su compostura, entre tanto intentaba relajar las arrugadas facciones de su divino rostro, sin apartar ni un solo segundo su clara mirada de la figura asustado del joven dios.
"¡¿Qué podía esperar?! ¡Es… normal que me tema…! Quizás… hasta me odie…"
Soltando un suspiro sonoro, evitaba que de nuevo ese incómodo silencio se formara, irguiendo su espalda, Zeus movía sus manos hacia la parte trasera de su cuerpo. Sin darse cuenta, este se había quedado inmóvil por un momento, mirando como Hypnos abría sus labios sin dejar de mirarlo y sin pronunciar ni una sola palabra.
—Tu hermano vino a verte. Estuvo preguntando qué sucedió —Hablaba con una notoria y forzada calma, a la vez que sentía como su corazón se aceleraba golpeando su pecho—. La versión oficial, será que fuiste atacado por un intruso, enemigo del Olimpo; así no serás castigado, mucho menos señalado por mi descuido.
Con un movimiento repentino, Zeus volvía su cuerpo y las zancadas no se habían hecho esperar. Nunca sus pasos se habían oído con tanta fuerza; sintiendo como ese molesto eco resonaba en su interior.
Sin titubeos, el dios abría con un notorio rechinido la puerta de los aposentos, para que, en un movimiento rápido y fluido, su cuerpo atravesara el umbral sin prisa, cerrando con un golpe sonoro la puerta detrás de sí. El par de ángeles al mirarlo agachaban la mirada para levantarla casi enseguida.
—Cuando lo visiten, permitan el acceso; a menos que se encuentre Galena en el interior—Deteniendo sus pasos, sin devolverles la mirada, que era adornada con un ceño fruncido, tan profundo que hacía que su par de cejas casi se tocaran—. Por el momento, llamen a Perseo, que vaya a buscarme a mis aposentos.
—Como ordene, mi señor.
Poco a poco sus pasos lo alejaban de los solitarios aposentos, mientras que el silencioso pasillo parecía cada vez más solitario. En su mente, Zeus no dejaba de ver la expresión de Hypnos, que, de un modo u otro, le recordaba a la expresión asustada y llorosa de Metis.
No sabía con certeza lo que vendría.
Él más que nadie conocía el riesgo de tener a un alfa como amante, aun así, ahora él mismo estaba haciendo lo mismo, que personalmente había tachado como prohibido; no obstante; sería demasiado hipócrita de su parte negar que realmente en Hypnos, existía ese algo que lo incitaba y provocaba un abrasador deseo. Ese mismo deseo, que, guiado por su instinto, lo había llevado a buscarlo y violarlo.
Lo había comenzado a desear desde ese momento en que se habían cruzado sus miradas por primera vez; desde aquel momento, en que había rozado su piel, en un patético intento de querer saber, que tan íntima era la relación con Thanatos.
De igual manera, ese molesto momento preciso donde, en plena inconsciencia, se aferraba al cuerpo de Thanatos, dejando que este también lo tomara en sus brazos, renuente a separarse de él. Sin dudas, le provocaba una considerable molestia que no hacía más que arder en su interior y nublar su razón; quería tomar a un Hypnos inconsciente, arrancándolo de los brazos de su hermano, y cubrir su cálido cuerpo con el suyo.
Por su parte, Thanatos dejaba ver cuan valioso era Hypnos para él; mirar cómo se aferraba a su cuerpo herido, presionándolo contra su pecho, pues con una oscura mirada llena de ira y frustración, trataba de aliviar en vano el dolor de aquel vulnerable dios. Dejando en evidencia, entre cada acción por parte del dios de la muerte, que ambos compartían el deseo hacia Hypnos.
"¡Seré yo, quien lo proteja!"
Sus pasos retumbaban con fuerza en las gruesas paredes de sus aposentos.
Caminando de un lado a otro, con las manos detrás de su espalda, Zeus no podía mantener por más tiempo la tranquilidad.
No podía dejar de pensar en aquella desagradable escena que había encontrado, aturdido por un inusual celo, se encontraba desnudo. Frente a él, un ser que con los parpados cerrados con dirección al cielo; había sido despojado de sus vestiduras, que llenas de polvo y sangre, se encontraban hechas jirones a su costado.
En su pálida piel, bañado de pies a cabeza de sudor y marcas de dientes dispersas en cada parte y extremidad de su cuerpo, enfocándose con saña en los enrojecidos e hinchados pezones. Manchas rojizas, y algunas púrpuras, se encontraban empañadas por una serie de rastros de fluidos blanquecinos, secos y ensangrentados. Al igual que un débil y desastre río de sangre entre sus piernas, así como su cuello manchado por su propia sangre [*].
Todo había sucedido demasiado rápido, cuando habría logrado regresar en sí, de ese terrible estado.
Desde que Metis se había encargado de ello nunca había pasado con una situación similar. Con anterioridad y sin excepción alguna, las infusiones le ayudaban a calmar un poco el calor de su interior, mientras tanto, le provocaba un fuerte letargo; que era capaz de dejarlo tendido en su lecho por casi todo un día, en un estado somnoliento y aturdido.
Detestaba la sensación conforme el efecto de esa infusión pasaba, sin embargo, era necesario para evitar incidentes.
No obstante, ahora todo había sido diferente; recordando como aquel fuego era avivado con fuerza, a la vez que su razón se dejaba dominar con facilidad, dejando que su propia consciencia quedara a la deriva en medio de una sofocante oscuridad, y únicamente pudieras ser un mero espectador de lo que su instinto dictaba.
—Dios Zeus, he venido tal y como me ordenó —Una voz masculina atravesaba la colosal puerta, acompañado de un notable sonido metálico—. Yo, Perseo el ángel del exterminio, ¿en qué puedo servirle mi señor?
—Tengo una tarea para ti, Perseo —Rompiendo el silencio el dios movía con cautela sus pies, volviendo su cuerpo hacia la puerta, y así con resonantes pasos; acompañado de un rechinido metálico, acortaba el espacio hacia la entrada—. Quiero que investigues algo de mi interés…
—Por supuesto mi señor, ¿qué desea que investigue?
Zeus miraba fijamente hacia la entrada, con notable seriedad y un ceño fruncido, moviendo con ansiedad sus manos detrás de su espalda, acomodándolas cruzadas una sobre otra; hinchando su pecho, dejaba que el aire se guardara en sus pulmones. De inmediato, la imagen lastimera de Hypnos, lleno de vendajes y con una mirada confundida incrustada en un pálido y asustado rostro, no dejaba de dar vueltas una y otra vez en su cabeza.
—Necesito que averigües que hacía Metis antes y durante mi encierro —Ordenando con una sorprendente firmeza en su voz, mientras a su espalda, sus dedos se retorcían entre ellos—. Cuando lo logres; también averigua que hacia Hypnos antes de su ataque. Y cuando lo hayas logrado, comunícamelo inmediatamente; no obstante, ¿puedo confiar que serás discreto con esto, Perseo?
—Puede dar por hecho —contestando con una increíble solemnidad en su voz, Zeus volvía su mirada hacia el interior de su estancia, mirando como la luz del atardecer se asomaba curiosa en el interior de su habitación—, que mis labios permanecerán sellados, mi señor.
—Disculpe la molestia mi señor —otra voz ronca y gruesa se escuchaba al otro lado de la puerta, y otro crujido metálico se hacía presente—, pero yo, Aquiles le he traído un mensaje de la señorita Metis.
Zeus fruncía el ceño con más fuerza.
Nadie en el Olimpo se atrevía, ni tenía permitido entrar a su templo, mucho menos llegar hacia los alrededores de sus aposentos privados; ni siquiera Metis aun siendo su prometida. Únicamente los ángeles de alto rango tenían acceso a ellos, para estar disponibles a su entero servicio.
Si Metis requería algo, se quedaba de pie en la entrada del templo, esperando la respuesta a los mensajes dejado a los ángeles, algo que indudablemente cambiaría cuando ella se convirtiera en su esposa.
—Retírate Perseo.
—Como ordene mi señor.
El sonido de los pasos del ángel poco a poco se atenuaba hasta desaparecer. Zeus con un movimiento lento, volvía su cuerpo nuevamente hacia la puerta, para fijar su mirada en ella, percibiendo el silencio.
—Habla, Aquiles.
—La señorita Metis, me ha pedido preguntarle, ¿si esta noche le hará una visita?
—Infórmale que no podré verla —contestando, tratando de mantenerse calmado a la vez que tensaba su ya rígido cuerpo—, estaré trabajando en las averiguaciones del ataque a Hypnos.
Sin apartar la mirada del fondo de su estancia, Zeus soltaba un suspiro sonoro entrecerrando sus ojos y ablandando su ceño fruncido, sabía que no tardaría en llegar esa pregunta. Desde el primer momento en que habían dormido juntos, las únicas noches que pasaban separados eran las que se encontraba encerrado por su celo.
No obstante, la situación había dado un giro inesperado. Había sentido el calor del ser de Hypnos, y aunque no recordaba mucho de esos momentos, muy en el fondo sabía que había probado la piel de su cuerpo, se había dejado consumir por la lujuria que el dios le provocaba; sin duda, había quedado bajo el embrujo de ése enigmático dios.
—Como ordene mi señor —la voz del ángel podía percibirse con claridad, al mismo tiempo que percibía el sonido metálico de su Glory—, me retiro.
Sabía que ella no tardaría en buscarlo.
Sabía que ella siempre esperaba pacientemente.
Sabía que no podría poner excusas por siempre.
Sabía que ahora la rechazaba por ese intenso deseo que le provocaba el joven dios.
Sabía que las cosas habían cambiado.
Sabía que ahora no veía futuro a ese compromiso.
Sus oscuros ojos contemplaban como la delgada figura de Metis se acercaba a su posición con una lentitud inusual, a la vez que su rostro se mantenía cabizbajo y aparentemente se mostraba distraída.
Con los brazos cruzados sobre su pecho, Thanatos movía sus pies con un notorio paso sigiloso, ayudando que la distancia entre ambos se acortaba a cada paso dado.
A estar escasos metros de ella, comenzaba a disminuir la velocidad de sus pasos, hasta detenerse por completo.
—Señorita Metis —quebrando el silencio con una falsa amabilidad, el dios de la muerte llamaba a la titánide que, casi de inmediato se sobresaltó sacudiendo su cuerpo, levantando la cabeza en un instante—, no esperaba encontrármela por este lugar.
La titánide soltaba una risita nerviosa, una de sus manos era llevada a su pecho, al mismo tiempo que sus mejillas iban tiñéndose de un rojizo y adorable rubor.
—Thanatos… —respondiendo al mismo que poco a poco recuperaba la compostura—, eso mismo debería decir yo. No esperaba verte en esta parte del Olimpo. ¿Qué te trae por aquí?
En su blanquizco rostro Thanatos dejaba que sus cejas cayeran la igual que sus comisuras, bajando paulatinamente sus negros ojos hasta encontrarse con el pálido color verde del césped.
—Lamento si parezco impertinente, señorita Metis. No obstante, vengo a intentar hablar con el dios Zeus, —pausando sus palabras sin apartar su mirada de los pastizales—, quiero… buscar yo mismo al responsable del ataque hacia mi hermano…
Un momento de silencio llenó el lugar, Thanatos levantando la cabeza con cautela, mantenía la pena en sus ojos, una pena que sólo solapaba la ira que lo quemaba y consumía con voracidad en su interior.
El adorable rubor de Metis iba disminuyendo, a la vez que la tristeza en sus ojos iba apareciendo, dejando ver una apariencia frágil y lamentable.
—Pude enterarme de lo sucedido… de verdad no sabes cuanto lamento que Hypnos fuera atacado de esa manera… —Casi de una manera imperceptible, Thanatos comenzaba a rechinar los dientes, al mismo instante en que un gruñido comenzaba a formarse en lo profundo de su garganta, conteniéndolo con todas sus fuerzas.
"¡Carajo! ¡Él no necesita de esa mierda! ¡Él es un alfa, es superior a ella en todo sentido!"
Cerrando su mano en dos fuertes puños, presionaba con tal fuerza que podía mirar como los nudillos se volvían blancos y pequeñas venas resaltaban de éstas.
—Por esa razón, quiero buscar a ese infeliz…
—Te entiendo, pero Zeus se encargará de todo, debes confiar que encontrará y castigará al culpable.
Cerrando sus labios con fuerza hasta formar una línea recta, Thanatos trataba de mantener una calma que amenazaba por rebasar sus límites. Alzando la mirada, mirabas el semblante de la titánide que poco a poco había perdido todo rastro de tranquilidad, sustituyéndolo por uno de intensidad seriedad.
"Veremos qué información me puedes dar, insignificante beta. Podrías serme de utilidad."
—Confío que el dios Zeus lo hará —Mintiendo fijaba sus ojos en los de Metis, intentando escudriñar lo que sucedía en su mente—. Sólo, que aún no logro concebir que hubo alguien que pudiera infiltrarse en el Olimpo. Nunca se nos mencionó algo similar…
La expresión de Metis permanecía impasible, mientras sus dedos comenzaban nuevamente a arrugar la tela de sus túnicas. Casi de una manera inconsciente, Thanatos podía vislumbrar como sus perfectos dientes mordisqueaban su labio inferior mientras fruncía el ceño.
—Lamento que haya sucedido —Contestado agachando con ligereza la cabeza, Metis conservaba la firmeza de su voz—. Hacía mucho tiempo atrás no habían ocurrido ataque hacia el Olimpo o… o algún otro dios dentro de él. No obstante, parte de la responsabilidad es mía.
—No le entiendo…
—Hypnos me había pedido sugerencias para un lugar apartado de los templos. Decía que tenía que realizar algunos asuntos que tenía pendientes… —respondiendo a la vez que su voz parecía quebrarse mientras continuaba hablando—; le sugerí que podía ir a un claro no muy lejos del templo… y-yo no sabía que lo atacarían…
—…
"¡¿Hypnos pidiendo ayuda a Metis?! ¡¿Qué mierda has estado planeando, Hypnos?!"
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[*]Amm... esta escena me hizo traer viejos recuerdos de un par de OVAS de una historia BL, se llama Maiden Rose. Para las personitas veteranas en el tema del BL, es muy probable que la hayan visto y entiendan la referencia, para quienes no (sé que les gustan este tipo de temas cuestionables; de lo contrario, no estarían leyendo este fanfic), les hago la invitación a verlas y lloremos todos por Hypnos y Taki...
.。:∈-ヽ(・ω・`*)。:∈-ヽ(・ω・`*)。:.。 ✧ ➷ೃ༄*ੈ✩ ✧ ➷ೃ༄*ੈ✩ ✧ ➷ೃ༄*ੈ✩
Holis ( ʘ ᴗ ʘ ✿ )
**¿Qué les pareció el capítulo?
**Realmente espero que les haya gustado,
**De verdad lamento mucho el tiempo de espera de la actualización, pero tuve algunos problemas personales que me tuvieron agobiada, pero afortunadamente ya se resolvieron.
**Además como saben trabajar y estudiar es complicado, pero podemos echarle ganas y hacerlo,
***Noticias de último minuto***
°Esta historia entrará en hiatus, me tomaré tres semanas aproximadamente,
°Motivo del hiatus:
He estado hablando de un one shot de Poseidón x Hades, pues a partir de esta semana comenzaré a trabajar en ello, y se publicará el trabajo para avanzar en mis proyectos,
°El one shot será apegado al clásico, así que esperen con calma,
°No es por darles spoilers, pero... preparen pañuelos ,
***Fin del reporte***
**Pronto subiré un fanfic que dejé en hiatus por algunos años, es una muy buena historia y en ella tenemos a Artemisa como protagonista...
...
...
...
Próximamente...
**De mi parte es todo, espero les haya gustado el capítulo, pues vamos casi a la mitad...
**Nos vemos en el siguiente capítulo,
Bye, bye
