La juventud es una mentira. No es más que el mal.

Ustedes que se regocijan en la juventud, perpetuamente se engañan a sí mismos y a los que los rodean. Percibes todo acerca de la realidad que te rodea en una forma positiva. Incluso si cometes un error que amenaza la vida, todavía te sería visto como una prueba de tu juventud grabada en una sola página de tus recuerdos.

Te voy a dar un ejemplo. Si estas personas incursionaran en actos delictivos como el robo o disturbios en masa, seria llamado "indiscreción juvenil". Si no logran pasar un examen, ellos afirman que la escuela no es sólo un lugar para estudiar. Siempre y cuando se encuentren en la cara de la "juventud", van a estar exhibiendo una distorsión de las creencias comunes o las normas sociales.

Bajo su discreción, mentiras, secretos, crímenes e incluso el fracaso no son más que la sal de la juventud. Y en sus formas corruptas, descubren algo peculiar en el fracaso. Llegan a la conclusión de que mientras sus propios fracasos sean generalmente una parte de saborear la juventud, los fallos de los demás deben ser derribados con tan sólo fracasos y nada más.

Si el fallo podría ser visto como una prueba de la juventud, ¿no sería extraño el no tener en cuenta que para hacer amigos sería como experimentar el apogeo de tu juventud? Por supuesto, ellos no reconocerían.

Esto equivale a la nada. Todo esto no es más que el resultado de su oportunismo. Por lo tanto, es una farsa. Lleno de mentiras, engaños, secretos y fraude que debe ser condenado.

Ellos son malos.

Hachiman leía la hoja de papel que tenía esa extraña nota y recordó que esa primera frase la había mencionado antes en Roanapur, de forma que llegó a la conclusión que el escribió eso antes de ser secuestrado. Sin poder contener su risa, se río con amargura, al parecer lo que Balaika le dio en ese informe era verdad. Él era un joven con un pensamiento podrido, esa nota y todo lo que había leído en sus antiguos cuadernos demostraban como era su forma de ser.

Era enero, aún el invierno se sentía y Hachiman se dio cuenta que desapareció a mediados de septiembre de Japón y volvió a prácticamente la primera semana de enero. Solo estuvo casi 4 meses lejos de su familia, pero él había perdido el sentido del tiempo, en su mundo fue solo meses los que estuvo lejos, pero para él, el tiempo jugó una broma macabra haciéndolo parecer menos tiempo del que pensaba o talvez era la adrenalina de Roanapur. Por la amnesia que tenía su familia le soltaba poco a poco información, el intentaba actuar como lo describía el documento de Balaika y al parecer así era él, así era Hachiman. Dentro de su habitación existían un montón de libros que comenzó a leer para empezar a recuperar sus recuerdos. Pero no fluían, solo tenía la información que Balaika le dio, así que, con el pretexto de tener un cuerpo sano y así una mente sana, salía a hacer ejercicio y con el tiempo ingreso a un gimnasio de boxeo, donde entrenaba su cuerpo y descargaba su furia contenida por no poder recordar. Aunque eso le extraño a su familia ya que al parecer en el pasado no hacía mucho ejercicio. Y al Hachiman del pasado le daba igual eso o no tenía muchas habilidades sociales. Pronto se dio cuenta que no debió escoger ese gimnasio en específico, una mujer que parecía estar en los veinte años, lo observaba con atención mientras hacía ejercicio desde una de las oficinas del gimnasio, esa oficina tenía grandes ventanas, y ella no disimulaba nada su mirada fija en él y Hachiman sintió la sensación de peligro. Luego un día en el gimnasio intentaron intimidarlo, pero gracias a su experiencia les dio una paliza y aprendieron a respetarlo. Actualmente varios del gimnasio iniciaron una especie de sequito de Hachiman.

−Hachiman-sempai, tenemos pronto un enfrentamiento con un gimnasio rival, debe acompañarnos, inclusive el mismo Akihiko, está de acuerdo −rogó un chico en la pequeña multitud de chicos que rodeaban a Hachiman, este simplemente bebía agua de manera relajada, descansando de su entrenamiento.

−No es oportuno, aún soy nuevo −explicó Hachiman con Hachiman.

−Pero peleas como profesional, salvajemente −rogó otro chico de la pequeña multitud.

−Dejen de molestar, si "Hachiman-sempai" es una gallina que podemos hacer −con mofa un hombre alto rubio y musculoso habló.

−Buen intento Akihiko, pero debo presentar una evaluación para reingresar a mi escuela, así que no podrá ser, pero después de eso los apoyaré −comentó Hachiman.

−Está bien, pero si te retractas volveremos a pelear y esta vez ganaré, recuerda es una promesa −Akihiko afirmó con una sonrisa.

−Ok, me voy a mi casa −mencionó marchándose del lugar Hachiman.

Cuando llegó a su casa Hachiman se bañó rápidamente y entró a su habitación a cambiarse, pero estaba perdido en sus pensamientos sentado en la cama sin moverse.

/Pensamiento de Hachiman

Hachiman empezó a entrenar en un gimnasio de boxeo, pero pronto quisieron intimidarlo un tipo rubio, alto y musculoso con otros. Hachiman con una sonrisa los enfrentó.

−Oye mocoso, porque vienes a entrenar aquí, este lugar es de hombres −Akihiko atacó mordazmente.

−Bueno eso explicaría porque estoy aquí, pero que hacen unas mierdas como ustedes aquí, el basurero está afuera −con cinismo Hachiman los retó.

−Hijo de puta, te voy a matar −se precipitaba el rubio hacia Hachiman, pero otro chico lo detuvo.

−Akihiko-sempai, nosotros nos encargaremos de este asunto.

−Está bien si quieren que me vaya, peleen todos conmigo hasta su querido "Akihiko sempai", cerca hay un parque desocupado, en diez minutos si ganan me voy, sino me quedo y dejan de joder con su mierda −convocó Hachiman.

−Está bien, yo mismo llamaré a la ambulancia que te recogerá −anunció Akihiko.

Todos llegaron al parque y ninguno iba a usar armas, solo era una batalla cuerpo a cuerpo, uno contra quince, Hachiman con una mirada podrida, se quitó su camiseta, mostrando una serie de cicatrices en su tonificado cuerpo y comenzó la pelea, intentaron rodear a Hachiman, pero con rapidez se movía a través de los huecos y espacios que había, dando golpes certeros que mandaban al suelo, luego como si de una sé de sangre se apoderará de Hachiman, atacó como una bestia salvaje, la energía que emanaba asustó a los pocos que quedaban de pie huyendo del lugar, el único que quedo de pie fue Akihiko que temblando sus piernas por instinto intentó enfrentar a un enloquecido Hachiman que le asestó múltiples golpes tumbándolo al suelo, muy mareado por los golpes Akihiko vio desde el suelo once de los chicos que lo acompañaban noqueados.

−Bien "Akihiko-sempai" te rindes o ¿no? −preguntó Hachiman acercándose a Akihiko, y desde ahí el vio que Hachiman tenía una mirada ida y profunda, era la mirada de las mil yardas.

−Me rindo, por favor cálmate, desde ahora te trataré con respeto quien se meta contigo lo golpearé, por favor ayúdame a llevar al gimnasio a mis amigos. −con un miedo instintivo Akihiko rogó.

−Eso es bueno, ahora ayudemos a tus amigos, al menos los que no corrieron como ratas ¿te parece? – habló con aburrimiento Hachiman porque notó que eso fue planeado.

Hachiman vio a lejos como una chica de ojos marrones y cabello castaño corto, ondulado y rizado con el uniforme de la escuela secundaria Kaihin Sougou, se escondía estúpidamente detrás de un árbol, si lo del informe de Balaika era correcto, por esa jodida perra, fue ignorado en secundaria, aunque eso ya no importaba, era raro verla.

−Oye, no es que me importe, pero la estúpida que se escondió inútilmente detrás de ese árbol ¿la conoces? −Akihiko preguntó en voz alta y Kaori Orimoto escucho atentamente.

−Para nada, debe ser una perra estúpida que se asustó de nuestra pelea, igual no me importa −comentó mordazmente Hachiman monótonamente.

−Ya veo, dude porque se quedó mirándote, pero seguro nunca conocerías una mujer así de estúpida, porque quedarse mirando una pelea así es peligroso −mencionó con burla Akihiko.

−Lo que sea, ahora tu lleva cinco, yo llevó estos seis −Hachiman habló echándose en un hombro tres chicos y en el otro, tres chicos más como si fueran bultos, sujetándolos con las chaquetas de ellos como cuerdas

−Espera no puedo cargar ese peso cómo tú −mencionó a Akihiko.

−No puedes, que lamentable – se burló Hachiman cargándolos como si nada, eso provocó que Akihiko hiciera lo mismo, comenzando una especie de competencia por quien llega más rápido.

La única que quedó enojada en ese parque fue Orimoto.

Al llegar al gimnasio, vio que habían preparado ya unas camillas y Akihiko le susurró "la jefa quiere verte, ve a la oficina". Ya Hachiman lo había sospechado antes esa rara mujer planeó esa pelea. Cuando entro a la oficina pudo observar mejor a la mujer, tenía cabello rubio y ojos azules, su rostro era bonito, vestía ropa ajusta y su aura era peligrosa.

−Buenas tardes Hikigaya, o quieres que te llame hache o hachi, por cierto, me llamo Charlotte− saludo con voz alegre la mujer, apenas dijo eso Hachiman se puso serio.

−Eres demasiado directa, ¿qué quieres de mí? Si es porque entré a tu área pagaré lo que debo y no volveré.

− ¡Que serio! No es por lo que piensas, yo ayude a Balaika a limpiar esa organización de pacotilla que te secuestro, por supuesto hubo un trato por medio, y en ese trato Balaika aceptó que pueda usarte cuando te necesite, por eso hice esa pelea para medir tu potencial, y al parecer los rumores no mentían acerca de "hache". – explicó la mujer.

−Balaika no mencionó eso cuando me envió.

−Obvio, ella es una tramposa, pero si no crees en mi palabra ¿Qué te parece si hablas con ella?

−Estaría bien.

En ese instante Charlotte llamó por celular y por unos minutos habló en ruso, luego le paso el teléfono a Hachiman.

− ¿Señorita Balaika? – indagó Hachiman

−Hache ¿Qué tal tu hogar?, cumplí con lo que querías− con calma habló Balaika.

−No me informaste de que iba a encontrar esta situación− Hachiman mencionó.

−Me olvide de detalles, tú sabes que en este mundo se hacen las cosas con alianzas, tratos o armas, igual la organización de Charlotte es muy buena, no tienes de que quejarte, ellos te protegerán a ti y a tu familia desde que les sirvas, ¿o acaso creías que tu huella por el bajo mundo se podía olvidar de la noche a la mañana? Si pensaste eso, es muy estúpido, para eso tendrías que cambiar tu rostro, tu identidad y ocultar tu familia. Esto es lo más sensato cuidaras tu familia desde cerca −aclaró Balaika.

−Fui estúpidamente ingenuo ¿no? −murmuró para sí mismo Hachiman, pero Balaika lo escuchó.

−Ahora eres un hombre Hachiman, debes cumplir con tu deber, adiós− mencionó Balaika antes de colgar.

−Que conversación tan tensa, toma una cerveza mientras hablamos del trabajo− Charlotte sonrió fríamente colocando una cerveza en manos de Hachiman.

Por otro lado, comenzó una extraña amistad con Akihiko y los chicos a los cuales golpeó.

/Fin pensamiento de Hachiman

−Creo que son masoquistas esos idiotas −murmuró Hachiman.

− ¿Quién es masoquista, hermano? – preguntó Komachi apareciendo en la puerta de habitación.

−Unos tipos estúpidos que conocí, por cierto, Komachi, ¿puedo saber porque abriste la puerta sin tocar? – con calma habló Hachiman.

−No es obvio, me preocupé porque te demoraste mucho bañándote y fuiste directo a tu habitación pensé que algo paso.

−No me paso nada, estaba cansado de entrenar, gracias por preocuparte, pero de todas formas estoy prácticamente desnudo, solo cubierto por una toalla, por mucha confianza que exista entre nosotros pudiste verme totalmente desnudo, esa no es una imagen mental que quiero tengas de mi− reprendió con ternura Hachiman, mientras Komachi inflaba sus mejillas enojada.

−Lo hice porque estoy preocupada, tonto hermano… hay algo que he querido preguntarte desde que llegaste a casa de nuevo ¿quién te hizo esas cicatrices? Las tienes en todo el cuerpo en especial esa enorme línea que atraviesa todo tu pecho− indago Komachi con mirada llorosa.

−La grande me la hizo uno de los tipos que me secuestró, las pequeñas no recuerdo−respondió Hachiman sabiendo que las pequeñas las tuvo en las misiones que tuvo en su tiempo en Roanapur.

−Hermano, ¿esas personas querían matarte? −preguntó angustiada Komachi.

−Probablemente, pero no pienses en eso, ya regrese y nunca desapareceré, no te angusties hermanita yo te protegeré− mencionó Hachiman acariciando suavemente la cabeza de Komachi.

− ¡Estúpido hermano! − gritó Komachi saliendo corriendo de la habitación.

Los días pasaron y Hachiman presentó el examen de reingreso a la Escuela secundaria Soubu, cuando salió después de terminar de presentarla prueba vio en el pasillo una profesora que lo miraba con escrutinio, pero Hachiman simplemente paso de ella, caminó a la salida y pudo sentir que esa mujer quería hablar con él, pero no lo hizo.