—Perdí con todas las de la ley.
La pequeña risa de Liam fue lo único que rompió el silencio que se había formado en el recóndito balcón del estadio Manalo. Ahí se encontraban los Capitanes, Acerola, Lillie, Elio y Selene.
—Lograste más que nadie, Liam. —Kiawe le puso una mano en el hombro.
Acerola asintió enérgicamente.
—Estuviste a un pelín de derrotar a Scizor. Eso es un logro gigantesco —aseguró.
Liam se rio de nuevo.
—Espero que nuestros representantes sean capaces de derribarlo de una vez por todas.
—¡A él y a Golisopod! —exclamó Elio con fuerza y seguridad—. Confió en el jefe y en los demás.
—Si son ellos tres, Guzma no tiene oportunidad —dijo Selene con una sonrisa apacible.
Una gélida corriente de viento azotó el balcón, haciendo que varios se estremecieran. Mallow tembló de pies a cabeza y luego estornudó con fuerza. Acordaron unánimemente entrar al estadio.
—H-hablando de esos tres… ¿Faltará mucho? —se preguntó Aina con el índice derecho en el mentón.
—Son las 8:54. La página decía que el anuncio sería a las nueve —recordó Chris, viéndose la muñeca.
—Seis minutos realmente pueden ser eternos —suspiró Lana—. Mentiría si dijera que no me está matando la intriga.
—¿Verdad? —rio Mallow—. Hay tantos emparejamientos posibles y todos son interesantísimos.
—Me pregunto a quién se enfrentara Ash. —La aparentemente inofensiva duda de Mina llamó la atención de los presentes—. Es el más solicitado. Todos parecen tener tantas ganas de pelear contra él.
—Va a ser Guzma, de eso no me cabe duda —dijo Lillie—. El destino es curioso. Me permitió a mí cerrar mi historia con Francine, así que este sería un buen momento para ponerle un punto final a su enemistad de años.
—Si Guzma lucha contra el jefe, entonces está completamente acabado —rio Elio con satisfacción—. Estoy esperando ansioso ese resultado.
—Algo me hace creer que será Gladio —se aventuró a decir Selene—. Tienen una rivalidad tan amplia… Aunque no me gustaría que pelearan todavía.
—¿Verdad? —Mallow la señaló—. ¡Sol y luna no deberían conformarse con luchar en semifinales!
—Sería muy dramático que se enfrentaran en la final —asintió Liam con expectativa contenida en el rostro.
—Pero si hablamos de rivalidad amplia, entonces HauHau sería otra opción —dijo Acerola—. HauHau fue el primer rival de Ash en Alola y él de verdad quiere enfrentarlo. ¡Ahora es el momento!
—Con lo mucho que se la pasa hablando de Ash, me sorprendería que Hau se conformara con una simple batalla en semifinales —dijo Lana, divertida.
Escucharon un largo suspiro y, al mismo tiempo, se dieron la vuelta. Kiawe, con la espalda encorvada y los brazos colgando, caminaba desanimado. Al mismo tiempo todos se unieron para darle una palmadita en la espalda.
—Gracias, chicos —dijo con los labios fruncidos.
—¡Pika piiii! —gritaron desde algún lugar a la lejanía.
Pikachu les alzaba una patita, subido en la cima de un sofá. El grito del roedor era la señal que necesitaban para saber que estaba empezando. No lo pensaron mucho antes de apurar el paso para llegar a donde se encontraba el pequeño roedor.
Junto al tipo Eléctrico estaban Rotom, Delia, Mohn, Hobbes y Malvácea. Los adultos estaban sentados en unos sofás puestos estratégicamente alrededor de una pantalla empotrada en lo alto de una pared cercana.
—¿Ya empezó? —preguntó Lillie con curiosidad, sentándose rápidamente a los pies de Delia. La señora Ketchum comenzó a acariciarle el cabello.
—Todavía no, pero está a punto —respondió Rotom.
—… la tormenta que ha azotado Melemele desde el día doce no ha dado señales de amainar. Los expertos del centro meteorológico de Alola no se ponen de acuerdo en cuanto al origen de estas repentinas precipitaciones. La principal hipótesis apunta a que la tormenta fue ocasionada por un Pokémon, aunque aún no se tiene evidencia sólida para respaldarla.
El hombre del clima siguió hablando por medio minuto más antes de que una cortinilla cambiara la escena.
—¡Ahora sí! ¡Empieza! —exclamó Elio, sacando su teléfono y comenzando a grabar.
—¿Por qué grabas? —preguntó Chris con curiosidad.
—Para enseñarle a mis hijos que yo lo vi con mis propios ojos —respondió antes de hacerle una seña para que guardara silencio.
Aunque Chris se calló, no sirvió de mucho. El estadio entero comenzó a murmurar con expectación al ver como el rostro de una de las periodistas del momento aparecía en todas las pantallas del recinto.
—¡Alola, Alola! —Debajo de ella apareció un gráfico con su nombre—. ¡Mi nombre es Gabi Vaitiare! Qué día tan agitado hemos tenido hoy, ¿no es así? ¡Combates tan emocionantes que erizan la piel y encienden el ambiente! Los cuartos de final nos permitieron ver en acción a los ocho mejores entrenadores de la Liga, dejándonos momentos espectaculares que estamos seguros, trascenderán en la historia de las batallas Pokémon.
La imagen de Gabi desapareció para dar paso a una recopilación de los momentos destacados de los cuartos de final. La sucesión de imágenes incluía metraje de cada uno de las batallas, con planos generales para dar una idea de la escala de los combates, así como planos más cerrados que mostraban vívidamente las expresiones de los entrenadores y Pokémon.
—Los cuartos de final también nos dejaron otra cosa; la más importante: ¡a los cuatro entrenadores más fuertes de Alola! —dijo Gabi cuando su rostro volvió a protagonizar la pantalla—. Sé que normalmente es nuestro queridísimo Jeekyo el que realiza el sorteo, pero esta vez es una ocasión un poco más especial. Por eso, señoras y señores, niños y niñas, ¡den la bienvenida a los cuatro semifinalistas!... O bueno, a tres de los cuatro.
La toma cambió para mostrar un plano medio de tres sillas agrupadas a poco más de medio metro la una de la otra, todas ocupadas. En la izquierda se encontraba Hau Mahalo, en el centro Gladio Aether y en la derecha Ash Ketchum. El trío saludó a cámara: Hau con una sonrisa tranquila, Gladio con un ademán sutil y Ash con una sonrisa de oreja a oreja.
—Buenas noches a los tres.
—Un gusto verte, Gabi —dijo Gladio con un pequeño pero notorio gesto de aprecio.
—¡Ha pasado tiempo! —exclamó Ketchum.
—¡Primera vez que hablamos, señorita reportera! Gladio nos ha contado tanto de usted que no veía el día en que pudiera conocerla —contó Mahalo, llevándose las manos detrás de la cabeza.
—¡Cielos! Me halaga muchísimo que piense así, señor Hau.
—Con Hau está bien. No seamos formales, ¡no estamos aquí por la etiqueta! —recordó, riéndose.
—Tiene razón, Hau. ¡Nos encontramos reunidos porque estamos por dar paso a un momento histórico de los combates Pokémon en Alola! ¡Las primeras semifinales que la Liga Pokémon de la región ha visto! —El plano volvió a cambiar para mostrar a Gabi sentada enfrente de los tres. Había una pequeña mesa de madera delante de ella—. De los casi cuatro millones de habitantes que tiene Alola, ustedes se encuentran en la cima; son uno entre un millón. Así que díganme, ¿qué se siente ser parte de los cuatro entrenadores más fuertes de toda la región? ´
Los tres voltearon a verse entre sí para ver quien hablaría. Ash y Gladio estuvieron de acuerdo en que Hau fuera su portavoz.
—Bueno, somos los cuatro mejores solo en teoría —admitió, rascándose una mejilla—. Allá afuera hay entrenadores increíblemente fuertes que no participaron porque no quisieron o porque no pudieron. Sin ir más lejos, Olivia y Hapu perfectamente podrían estar aquí en mi lugar. Lario Hokulani… ¡también Royale Mask!
—Royale Mask. —Gabi sonrió con amplitud—. Ese debe de ser un nombre nostálgico, ¿no es así?
Al mismo tiempo los tres se rieron.
—Un recuerdo que jamás morirá —asintió Gladio—. Aquel Battle Royale fue toda una experiencia. Fue la primera vez que colaboramos por un fin en común y la primera vez que nos apalizaron juntos.
—Visto en retrospectiva se siente como mucho tiempo, pero en realidad pasó… ¡Cielos, el ocho de octubre se cumplieron dos años! —Gabi se vio sorprendida.
—¿Eh? ¡¿Ya dos años?! —Hau abrió los ojos como platos—. ¡Pues ha pasado tiempo! —Se giró hacia Ash—. ¿Shiron ya había nacido?
Ash se lo pensó y, tras unos pocos segundos, negó.
—Nope. Shiron nació el diez.
—Woah…
—Considerando todo el tiempo que ha pasado y lo mucho que han crecido como equipo, ¿dirían que la opinión que tenían de los otros dos ha cambiado? —preguntó Gabi con curiosidad.
Ash y Hau voltearon a ver a Gladio, quien cerró los ojos avergonzado.
—Creo que el mayor cambio viene de parte de Gladio —rio Ash, poniendo una mano sobre el hombro del rubio.
Hau se carcajeó.
—¡Oh, lo que Gladio pensaba de nosotros en aquellas fechas!
Gladio reconocía la mirada inquisitiva en el rostro de Gabi. Quería respuestas, pero no lo presionaría para conseguirlas; eso era lo que le gustaba de ella y por lo mismo le tenía tanto respeto. Ese mismo aprecio era el que siempre lo hacía ceder.
—En aquel entonces ellos no me agradaban. Decir que era grosero sería quedarse corto —contó, llevándose una mano al rostro—. Era innecesariamente violento…
—Yo tampoco era el mayor fan de Gladio —admitió Mahalo—, así que también fui bastante grosero con él.
—¡Por mi parte, yo siempre quise ser amigo de Gladio! —exclamó Ash.
Aether recordó los turbulentos días de antaño y suspiró con resignación. Lo pasado, pasado estaba.
—Formar al equipo S&M fue el primer paso para forjar una verdadera amistad con ellos dos —dijo, poniendo una mano sobre el hombro más cercano de cada uno—. La adversidad, el apoyo y la batalla fue la que nos unió como amigos.
—¡Hermanos! —corrigió Ash—. Hemos pasado por tanto juntos que, para mí, Gladio y Hau son como mis hermanos.
Ni Mahalo ni Aether pudieron contener mucho sus expresiones halagadas y conmovidas, pero lo intentaron. Hau intentó dispersar el ambiente emotivo con una broma.
—Aunque en el caso de ustedes, tarde o temprano van a ser hermanos de verdad —rio.
—¡Un hermano por elección es más importante que un hermano político! —aseguró el azabache.
—¿Crees que a Lillie le guste esa declaración? —preguntó Gladio en un murmuro que todavía fue captado por los microfonos.
Ash se sobresaltó, recorrió el suelo con los ojos y bajó la voz.
—Sí, no creo que tenga problema.
Hau se rio con fuerza. Gabi, como la profesional que era, siguió con la conversación.
—La confianza y el vínculo de hermanos de batalla les debe de haber dado una muy buena idea de las cualidades de cada uno. De ser el caso, ¿cuáles dirían que son las mejores cualidades de cada uno? ¿Qué característica creen que tenga el otro que les permita ganar el torneo?
Aunque se vieron pensativos en un inicio, no tardaron en responder la pregunta. Hau palmeó la espalda de Gladio.
—A mí me da mucho miedo la agudeza de Gladio. Es como si su cabeza estuviera en todo; nada se le pasa, ni siquiera el detalle más pequeño e insignificante. ¡Tiene ojos de depredador! —dijo con un temor actuado.
—Pienso lo mismo. Gladio se da cuenta de cosas de las que ni siquiera tú sabes. No solo eso, sino que recuerda todos los combates que hemos tenido. Es como un robot que se mejora con cada batalla, lo que me parece escalofriante. —Ash fingió un escalofrío.
—Payasos —rio Gladio. Volteó a ver a Hau para cambiar el tema—. Él no lo aparenta porque siempre está sonriendo y moviéndose, pero sabe guardar fuerzas. Es muy precavido, pero es fuerte como un Tauros cuando decide que es la hora. Aunque de todas las cosas que lo hacen fuerte, su mentalidad es lo más peligroso, pues no hay nada más letal que alguien que no teme perder.
—¡Sí, sí! Hau tiene muchísima determinación. ¡Es muy diligente y tenaz! Consigue lo que quiere a toda costa, sin importar cuanto tiempo le tome o quién sea su oponente; él simplemente no se rinde. Luchar contra él es engañoso, porque sientes que ya le hiciste mucho daño pero en realidad no es así.
—¿Tenacidad y diligencia? Suenan como palabras muy cultas para ti, Ash —bromeó Gladio.
—Viviendo con dos enciclopedias en casa es normal que se me peguen algunas cosas —rio Ketchum.
—Que eso no nos distraiga de calificar al rey. —Hau lo señaló—. El mismísimo Ash Ketchum.
—¿El rey?... Eso es un poco…
—¿Por dónde empezar con él? Yo mencionaría su creatividad, porque sé que Gladio va a decir lo otro. —Se cruzó de piernas—. Las cosas más locas que puedas imaginarte; cosas que ni siquiera en tus sueños crees capaces, ese hombre de ahí puede hacerlas realidad. Su cabeza está llena de todo tipo de planes extravagantes que se le ocurren en cuestión de segundos. Lillie incluso tiene un término para ello…
—LocurAsh. Le gusta llamar a las excentricidades de Ash "LocurAsh".
—¡Eso! Gracias, Gladio. Así que sí. La creatividad de Ash lo hace un oponente muy difícil de enfrentar. Muchas de sus tácticas incluso son imitadas por otros entrenadores, como su paseo por rocas o el pararrayos casero.
—¿Así se llaman? —preguntó Ketchum con curiosidad.
—Bueno, no sé. ¡Tú inventaste esas técnicas!
—Nunca había pensado en ponerles nombre… ¡Tengo Lanzatierra!
—Al contrario que tus estrategias, tus nombres no son muy originales —dijo Gladio, tomando la palabra—. Yo voy a mencionar la otra cualidad de la que Hau hablaba: sus instintos.
Gladio movió rápidamente el brazo hacia Ash y este, con toda la naturalidad del mundo, levantó la mano para atraparlo antes de que lo golpeara.
—¿Ves a lo que me refiero?
—Tienes que tener más cuidado, Gladio —lo regañó Ash.
—Sí, lo siento, solo quería demostrar mi punto —se excusó Aether—. El punto es que sus instintos y tiempo de reacción son mejores que los del humano promedio. Ni siquiera personas entrenadas con décadas de experiencia pueden igualársele. Ash es el resultado de convertir a un Pokémon en humano.
—Veo que tienen muy claro cómo funciona cada uno —dijo Gabi con la sonrisa de quien está teniendo el momento de su vida—. También supongo que conocen sus debilidades.
—Lo hacemos, aunque preferiríamos no mencionarlas. —El rostro de Gladio ganó repentina seriedad—. Hay personas ahí afuera que no las conocen.
—Entiendo, entiendo. —Gabi dio un pequeño aplauso—. La triada más famosa de Alola que se dio a conocer por trabajar en equipo ahora se ve en una situación donde cualquiera podría ser su adversario. ¿Tienen algún pensamiento al respecto?
Ash rápidamente volteó hacia sus amigos y levantó los puños.
—¡Vengan por mí! ¡Los estoy esperando! —exclamó con seguridad.
—¡Yo también! ¡Antes lo dije, pero no me tomaron en serio! ¡Yo contra ustedes dos! —Hau se levantó de su asiento de un salto, risueño.
—Sea quien sea, voy a ganar, incluso si son mis hermanos —aseguró Aether con una mirada llena de convicción.
Gabi se rio y asintió.
—Entonces, ¿por qué no pasamos al evento principal?
Sus palabras elevaron por los cielos las expectativas y el ánimo de los entrevistados y de los espectadores. Hau tomó asiento, Ash miró hacia el frente y Gladio se cruzó de brazos.
—Hagámoslo —dijeron los tres al unísono.
De debajo de su asiento, Gabi sacó una pequeña caja cuyo interior era incierto. La colocó sobre la mesa que estaba entre ella y el trío de semifinalistas.
—Aquí tengo una caja y, en su interior, hay cuatro papeles, cada uno con un número —comenzó a explicar—. Dado que el participante Guzma no estuvo dispuesto a participar, el papel sobrante será el suyo. Dicho esto, cada uno de ustedes tomará un papelito de la caja y esperarán hasta que puedan abrirlo al mismo tiempo. ¿Entendido?
Los tres veían con gran deseo y expectativa la caja. Asintieron en silencio.
—Entonces, ¿quién hace los honores?
Se voltearon a ver entre sí, llegando a una resolución en silencio.
—Vamos en orden de edad, del menor al mayor —dijo Gladio, posando la mirada sobre Hau—. Tú primero.
El moreno asintió y frunció ligeramente el ceño. Extendió la mano y la introdujo en la pequeña abertura que había en la cara superior de la caja. Agitó la mano para añadirle todavía más aleatoriedad al asunto y finalmente se decidió. Eligió un papel simplemente porque se había pinchado con una de sus orillas. Sacó la mano con el papel sujetado entre sus dedos.
—El que sigue —dijo Hau, sonriéndole con cierto nerviosismo a sus amigos.
Ash y Gladio, al mismo tiempo, extendieron la mano hacia la caja, chocando ambas extremidades en la abertura. Ambos intercambiaron miradas confundidas hasta que cayeron en cuenta. Con visible nerviosismo, Gladio se apartó.
—Lo siento, sigues tú.
—S-sí… —Ash tragó saliva y vio con fijeza la caja. Introdujo la mano.
Ketchum sintió cada uno de los papeles. Los identificó a los tres y comenzó a palparlos para ver cuál resonaba más con él. Hubo uno en específico que se encontraba en una de las esquinas de la caja, por lo que lo eligió a él. Sacó el papel y lo mantuvo en el centro de su palma.
—Gladio.
Al escuchar a Ash y sentir su mirada y la de Hau, Aether asintió. Metió la mano, tomó el primer papel que tocó y la sacó. De lejos fue el más rápido en elegir, pero no el que se veía menos ansioso.
—Entonces yo sacaré el último papel —dijo Gabi, metiendo la mano y rebuscando en el interior de la caja hasta que lo encontró y lo sacó—. Contamos hasta tres y al mismo tiempo los abrimos, pero no decimos cuál nos tocó, ¿de acuerdo?
Los tres volvieron a asentir.
—Uno… dos… tres… ¡Abran el papel!
Al mismo tiempo los cuatro papelitos se desdoblaron. En la mente de los presentes se quedó grabado a fuego el número que tenían entre manos.
—Bien… —Gabi volvió a doblar el papel y sonrió—. Los dueños de los números que mencione a continuación se tienen que poner de pie, ¿de acuerdo? Recuerden ¡todavía no digan el número que les tocó! —Volvió a recibir un asentimiento general—. Entonces… ¡Número uno y número tres, de pie!
Hau y Gabi se levantaron con presteza de sus asientos, haciendo que todos abrieran con fuerza los ojos. El moreno no permitió que se mostrara, pero por dentro había suspirado con alivio. Uno de sus deseos se había cumplido, así que solo le quedaba rezar porque el otro también lo hiciera.
—¡Aunque no sabemos cuál número le pertenece a cada uno, sabemos que los participantes Hau y Guzma no se enfrentarán, así como Ash y Gladio tampoco lo harán! —Gabi se frotó las manos, muerta por la expectativa y la emoción—. ¡Así que pónganse de pie, número dos y número cuatro!
Azabache y rubio se levantaron.
—Entonces es la hora… ¡Revelen sus números a la cámara!
El estadio entero suspiró al ver a Hau sostener el número uno, a Gabi el número tres, a Ash el número dos y a Gladio el número cuatro. Las miradas de Ketchum y Mahalo no tardaron en encontrarse, mientras que Aether simplemente se le quedó viendo al número que le había tocado con el ceño fruncido.
—¡Esto lo confirma, señoras y señores! —exclamó Gabi con emoción desmedida y una gran sonrisa—. ¡El combate estelar del día de mañana será protagonizado por los participantes Hau Mahalo y Ash Ketchum, mientras que la batalla de pasado mañana será entre los participantes Guzma y Gladio Aether! —Gabi se giró hacia los tres entrenadores—. ¿Tienen algunas palabras para su rival en este momento?
Hau fue el primero en tomar la palabra. Encaró a Ash con el ceño fuertemente fruncido y unos ojos que exudaban determinación.
—Por años he esperado que este día llegara, Ash —declaró. Su voz juguetona había desaparecido por completo—. Tú eres mi objetivo y, me cueste lo que me cueste, voy a derrotarte. ¡Yo voy a ganar!
Ash recibió de frente las palabras y cerró los ojos. Bajó levemente la cabeza y, tras ajustarse la visera de la gorra, la levantó. Su mirada correspondía la pasión y seriedad de Hau. Sus emociones se desbordaban hasta el punto en el que los que las presenciaban por la televisión podían sentirlas.
—He esperado y esperado y esperado. Mi rival; mi amigo… Mi hermano. —Extendió un puño hacia Hau—. ¡Ven a mí con toda tu fuerza! ¡Me aseguraré de recibir de frente el resultado de tu esfuerzo y dedicación!
Incluso tras el intercambio de palabras, ninguno de los dos redujo la intensidad de sus miradas. El segundo deseo de Hau no se había cumplido, pero eso parecía importarle muy poco en ese momento.
—¿Gladio?
La voz de Gabi hizo espabilar a Aether, quien asintió para luego mirar fijamente a la cámara.
—Voy por ti.
—¿Hau…?
—¿… contra Ash?
Serena y Colette estaban sentadas alrededor de una mesa junto a Bonnie y May. Las dos voltearon a verse con gran sorpresa tras presenciar la gran revelación dada segundos antes en la televisión.
May estaba sorbiendo su limonada mediante una pajilla, inclinándose hacia Bonnie cuando vio que la llamaba. La pequeña rubia le murmuró algo al oído que la hizo atragantarse. Tras toser varias veces, la coordinadora bajó la voz y vio con apuro a la niña.
—¡¿Es su ex?!
Blanchet asintió.
—Su amigo está en problemas, Dragón… —murmuró Bo con preocupación.
Ryuki estaba sentado en uno de los múltiples sofás con una expresión complacida. Sue, sentada a su lado, lo hizo rodearla por los hombros con su brazo derecho. Detrás de ellos estaban los secuaces del Dragón de Carmín.
—Es la batalla que el rey ha estado esperando. De corazón espero que este combate pueda darle aquello que tanto ha buscado —dijo con seguridad.
—¿Iremos a apoyarlo, Dragón? —preguntó Po.
—¡Por supuesto! Mi amigo carga con mis sueños y objetivos en este momento. Lo mínimo que puedo hacer es apoyarlo.
Sue dejó salir una risita.
—Los hombres tienen una facilidad extraña para hacer amigos.
Olano la miró y simplemente se rio.
—La rivalidad que comenzó con aquel encuentro por fin encontrará un cierre —dijo Kukui. Estaba sentado en una mesa con todos los demás organizadores de la Liga, entre los que se incluían Wicke, Charles Goodshow y los árbitros.
—No hay mejor manera de probar todo lo que aprendió en el extranjero que esta —sonrió Olivia.
—Ash debe de estar desbordado de la emoción —supuso Red.
Nanu y Hapu miraron en silencio la gran pantalla.
Acerola y Malvácea sentían gran conflicto. Sabían lo mucho que Hau había estado esperando este momento, pero también sabían el gran reto que se le avecinaba. No solo eso, pues el sueño del moreno de enfrentarlo en la gran final también se había visto truncado.
—Ash, hermano… —escucharon murmurar a Lillie con lo que parecía ser preocupación.
La mención de Gladio hizo que todos apartaran ligeramente la atención del combate de Ash y Hau, más no que lo olvidaran. Era Gladio el que podría frenar a Guzma de llegar a la final… Era él quien podía vengar a los que habían caído por su mano.
—Vienen batallas extremadamente complicadas para todos… —murmuró Kiawe—. Vamos, Gladio; Hau. Ustedes pueden.
—Liam, ¿tú crees…?
Sotobosque interrumpió las palabras de Malíe.
—Todo dependerá del corazón de Gladio. Si su alma ha encontrado una resolución, entonces… existe la posibilidad.
Selene cerró los puños con fuerza. Guzma Kiauka, el gran lobo feroz… El que, a todas luces, se sentía como el jefe final.
—Vamos, Gladio…
—¡ESO ES! ¡El jefe destruirá a Gladio! ¡Por fin después de tanto tiempo alguien le dará una lección a ese puto estirado!
Los Skull se habían adueñado de una sección que nadie se atrevía a pisar. El alboroto que estaban provocando era uno que mostraba su alegría por el resultado obtenido. Guzma, quien se encontraba cerca de una máquina expendedora, simplemente veía la emoción con ojos de espectador.
—¡Asegúrese de darle una paliza a ese traidor, jefe!
—Ese cabrón por fin va a tener lo que merece.
—¡Voy a gozar de sus lágrimas de frustración cuando el jefe arrase con él!
—Lágrimas de Aether, la mejor clase de lágrimas.
Francine estaba recargada en la máquina expendedora. Ella no formaba parte del tumulto, pues su mente estaba centrada en repetir lo que Liam había dicho. ¿Sus palabras hacían referencia específica a Gladio o…?
—¿Cómo te sientes, jefe? —le preguntó a Guzma sin pensarlo demasiado.
—Bien. Aplasté a sus queridos líderes, ahora simplemente tengo que destruir a uno de sus héroes —respondió sin pensárselo mucho. Su declaración solo sirvió para agitar más a sus lacayos.
La segunda al mando estaba indecisa. Por un lado le preocupaba que Guzma mostrara tanta indiferencia, pues desde hace años que sabía las ganas que tenía de ponerle las manos encima a Gladio por lo que le había hecho a aquellos secuaces. Por otro lado, casi que le agradaba esa indiferencia que hasta parecía indicar que ya le había perdonado.
Al igual que su líder, Francine también había odiado a Gladio por los asesinatos, pero… ¿realmente habían estado mal? Desde su combate con Lillie, había reflexionado muchísimo y su sentido de la moral parecía haber cambiado al comparar su situación con otras. Todos aquellos a los que Gladio había matado ¿no era incluso peores que los miembros de su familia a los que tanto repudiaba? Había llegado un punto en el que hasta le daba un poco de asco hablarle a algunos de sus secuaces al recordar sus crímenes.
Se preguntó si Guzma también estaría pasando por algo similar… o si simplemente no le importaba en lo absoluto.
Rotom no perdió la oportunidad de buscar encuestas en Artic's —se reusaba a llamarlo Z— sobre los enfrentamientos que iban a presentarse. No tardó mucho en encontrar las más populares y compararlas con las que habían pasado más desapercibidas. Recopiló los datos y tuvo los resultados.
Primer combate: Ash con un 78.4% de los votos.
Segundo combate: Gladio con un 52.9% de los votos.
«Estamos aquí, chicos. Semifinales. Que el mejor entrenador gane».
«El estadio está a punto de encenderse en auténticas llamas».
«Yo no entiendo por qué los dos combate son se desarrollan en el mismo día ¡no puedo esperar todo un día para el siguiente!».
«¿Para darle dramatismo?».
«Es para que cada combate tenga la oportunidad de brillar por sí mismo; para que los combatientes puedan disfrutar del foco de atención exclusivamente al menos por un día».
«Para alargar el evento lol».
«Hau ha crecido tanto desde que inició la liga, pero es que… es que es Ash…».
«Si Lillie pudo hacer todo ese daño, solo puedo imaginarme lo que hará Hau. Quiero creer».
«No dudo que Hau ponga una batalla a la altura, pero está lejos de estar a la altura de su maestro».
«Yo no puedo con la mirada que intercambiaron él y Ash. Estoy segurísima de que entre ellos dos hay algo. Sorry not sorry, Lillie. Al final el bronceado y musculoso se queda con el héroe».
Dex123: ¿Qué diablos está mal contigo?
«Ash va a finales directo, eso se sabe. No sé por qué hay gente que está dudando aquí».
«Ash no va directo a las finales; va directo a la corona. Este torneo es suyo, no hay duda alguna».
«Primero Elio, luego Lillie y ahora Hau… Está derribando a todos los flautistas y representantes de uno por uno. Solo le faltarían Selene y Gladio».
«Si es que Gladio vence a Guzma…».
«No SI, sino CUANDO lo venza. ¿Qué pasa con esa falta de fe?».
«¡ARRIBA MI CAMPEÓN PLATEADO CARAJO!».
«Aquí se acaba la racha de bajas de Guzma. Yo confió en mi campeón plateado».
«Yo quiero apoyar a Gladio, de verdad lo hago, pero la razón me dice que Guzma será el vencedor…».
«Es una bestia. Ha salido de todas sus batallas con resultados aplastantes y apenas ha sudado».
«Gladio estuvo a nada de perder contra Kiawe. Me da a mí que no estará a la altura de Guzma».
«A ver, que Charizard también tenía toda una vida entrenando. Su experiencia y fuerza seguramente eran descomunales».
«Pero estás olvidando lo viejo que era».
«Yo no entiendo esta falta de confianza en Gladio, ¿qué les pasa gente? ¿Ven a alguien fuerte y tan rápido se cambian de bando?».
«Gladio ya lo dijo: va por él. Será mejor que Guzma se ponga a rezar».
Aquí vamos, pensó Rotom. Sea cual sea el resultado, muchos ciclos se cierran aquí y muchos otros inician.
—¡Las batallas que nos esperan son, sin duda, del más alto calibre! ¡Nuestros participantes, los cuatro mejores de Alola, están a punto de entregarnos los mejores combates que esta región haya visto! ¡Sigan sintonizando la Liga de Alola en todos los canales deportivos!
—El consejo se reúne la noche del día de hoy para debatir un tema de suma importancia: —Acerola golpeó la mesa del cuarto de Gladio con una trompeta que había comprado en una tienda de regalos cercana— el combate de nuestro representante, Gladio-chi Aether, contra el enemigo número uno del consejo, Guzma Kiauka.
Sentados alrededor de la mesa estaban también Ash, Rotom, Liam y, por supuesto, Gladio. Lillie y Pikachu observaban todo desde la cama del rubio.
—Creí que con la información que le había proporcionado de antemano sería suficiente —dijo Rotom, viendo de soslayo a Acerola.
—Por lo que nos has contado, han sido datos vitales, pero hay ciertos detalles que pasaste por alto —comentó Liam con seguridad.
Rotom no lo puso en duda. La inteligencia emocional de Liam era mil veces superior a la suya, por lo que, si se trataba de evaluar a una persona, confiaba plenamente en su juicio.
—¿Algo que mencionar, Ash? —preguntó Acerola, tomando por sorpresa al azabache.
—¡A-ah, no! —dijo, sintiendo como todas las miradas se posaban sobre él—. Lo que dijo Rotom es todo lo que yo sé sobre él.
No era del todo cierto. Ash sabía una cosa que ninguno de los presentes sabía, pero no podía ni quería mencionarla. Perfectamente podría no volver a suceder, pero si lo hacía… estaría listo para intervenir.
—Hay un patrón que he notado durante los combates de Guzma. —Liam retomó la palabra—. Está intentando rebajar la reputación de Alola con sus "humillaciones". Con Acerola trató de quebrar la integridad que se le adjudica a los reyes y oficiales de policía de la región.
—Lo logró por un momento —admitió Malíe.
—Aunque no por completo. Acerola logró reponerse y demostrar la dignidad de una reina —dijo Liam para luego señalarse a sí mismo—. Conmigo intentó manchar la reputación de los Capitanes y rebajar a los Movimientos Z, cosa que desafortunadamente consiguió.
—Pero su molestia al final demostró que no estaba para nada contento con el resultado. La gente se centró en lo impresionante que era por lograr algo así en lugar de minimizar a los Movimientos Z —dijo Acerola.
—Sin embargo, el golpe a la moral de la gente de Alola fue fuerte. El orgullo que tiene el pueblo por nosotros es increíblemente alto, por lo que vernos ser derrotados por un entrenador "salido de la nada" seguro fue decepcionante —añadió Sotobosque—. Pero hay unas personas que les traen más orgullo a la gente de Alola: un pequeño grupo muy selecto.
Gladio reflexionó en silencio.
—No me sorprendería que ese fuera su siguiente paso —dijo, cruzándose de brazos—. No puede destruir la Liga literalmente, pero puede desmoralizar al pueblo de Alola… Aunque no sé por cuánto tiempo.
—Seguramente no por mucho, pero sería una gran marca en la historia que el primer Campeón de Alola fuese el líder de una pandilla. —Liam cerró los ojos.
—Pero eso no es lo más importante, Gladio-chi —dijo Acerola, poniendo las manos sobre la mesa y levantándose—. Lo importante aquí es que tú tienes que ganar este combate. No por nosotros, sino por ti. Quieres llegar a la final, ¿verdad?
Al oír esa pregunta, los ojos de Ash y Gladio se encontraron. Aether apartó la mirada y asintió.
—Quiero ganar la Liga.
—¡Entonces primero tienes que superar este combate! Seguramente sea uno de los más difíciles de tu vida, y por eso tenemos que prepararte con todo lo que podamos. Para eso existe esta organización: ¡el consejo de amigos de Gladio-chi!
—Qué popular, hermano —dijo Lillie desde la cama. PIkachu se rio.
El rubio simplemente se rio.
—Entonces partamos de una base inamovible: los Pokémon que Guzma llevará a la batalla. —Liam puso un pequeño cuaderno sobre la mesa.
—Golisopod y Scizor —dedujo Gladio, recibiendo un cuádruple asentimiento.
Estuvieron planeando juntos por casi media hora.
—¡Lo siento, HauHau!
Acerola, con el aliento agitado, llegó hasta el sofá de una de las tantas áreas de descanso del estadio. Ahí estaba Hau, sentado en silencio mientras veía su teléfono celular. Al ver a Malíe, el ceño fruncido de Mahalo desapareció para darle paso a una amplia sonrisa.
—No te preocupes, sé lo mucho que te apasiona el tema de Guzma —rio.
La oficial de policía se sentó al lado del moreno, amohinándose.
—No me "apasiona". Simplemente no quiero que Gladio sienta la misma frustración que Liam y yo —dijo, acercándose más a Hau—. Su historia con Guzma seguramente es más amplia que la mía, por lo que debe de tener muchas emociones encontradas ahora mismo.
Hau pensó en eso. La mala sangre entre Guzma y Gladio podía sentirse simplemente al estar parado entre los dos, por lo que sabía que Acerola posiblemente tenía razón.
—Hablando de historias largas… —Volteó a verla en cuando la escuchó decir eso—. Tú y Ash.
—Yo y Ash… —murmuró, recargándose en el sofá. Volteó a ver a Acerola. Al diablo, pensó y la rodeó con un brazo por los hombros. Vio que no se quejó, por lo que simplemente mantuvo la postura y siguió hablando—. Mentiría si dijera que no me decepciona un poco este resultado. Quería enfrentarlo en la final.
Acerola no volteó a ver a Hau, pues su rostro estaba colorado como un tomate. En su lugar simplemente asintió.
—Me dijiste muchas veces que querías un combate digno de una final.
—Y, desde que me enteré que solo la final sería de seis contra seis, supe que quería enfrentarlo ahí… —suspiró—. Aunque quizás haya sido lo mejor. Si no lo enfrentaba aquí, tal vez no habría podido luchar contra él en absoluto.
—No digas eso, HauHau —pidió Acerola, esta vez mirándolo a la cara sin importarle la coloración de su rostro.
—Es bueno ser realistas, Ace. Guzma y Gladio… tal vez no podría ganarles.
Acerola frunció el ceño y puso las manos sobre las mejillas del moreno.
—Tu fuerza, entrenamiento, capacidad y determinación no palidecen ante las de Ash —aseguró con solemnidad—. Eres fuerte, HauHau, mucho más de lo que piensas. Así que no imagines automáticamente el peor escenario. ¡Piensa en el mejor escenario posible; el escenario que definitivamente va a ocurrir!
Pese a la distorsión de su rostro causada por la presión de las palmas de Acerola, Hau mostró una gran sonrisa. Malíe se rio y alejó las manos.
—Tengo suerte de tenerte aquí, Ace.
—Sí, y yo de tenerte aquí, HauHau.
Se miraron a los ojos por unos momentos y, entonces, Acerola apartó la mirada. La mirada de Hau era tan intensa y determinada que le había sido imposible sostenérsela, aunque no tardó en arrepentirse.
—¿E-entonces… tienes una estrategia? ¡Puedo ayudarte un poco, si quieres!
Hau se lo pensó antes de finalmente asentir.
—Tengo una idea general de los Pokémon que va a usar Ash, pero una segunda opinión no me vendría mal.
—Bueno, tal vez no lo conozco tanto como tú, ¡pero sin duda sé una que otra cosa sobre él!
—¡Entonces a trabajar!
—¡Sí!
El ajetreo de la noche ya se había terminado, lo único que quedaba eran las personas y sus propios pensamientos. Ash era uno de esas personas. Vio a su izquierda, dándose cuenta de que Lillie estaba profundamente dormida. Se quedó mirando fijamente al techo, sintiendo como sus ojos se inundaban de lágrimas.
Su rival no era el Hau Mahalo por el que había velado en silencio durante tantos años, sino que era una persona completamente diferente; quien siempre debió ser.
Su compañero, su amigo…
¡Y pues ya quedó el capítulo! Es corto a comparación de otros interludios, pero no había demasiado que contar y no quería forzarlo XD
Este capítulo lo tengo terminado desde el domingo, pero quería darle un poco de tiempo para publicarlo XD
¡Así que oficialmente arrancamos con las semifinales! ¡Ash vs Hau! ¡Gladio vs Guzma!
Sé que muchos esperaban la gran batalla final entre Ash y Guzma, pero créanme que le tengo mucha confianza a este emparejamiento. Me aseguraré de que últimos tres combates que tenemos por delante sean espectaculares y sumamente memorables. Voy a darlo todo por cumplir con mis propias expectativas ahora que el final está cada vez más cerca.
Que por cierto… ¡Quedan solo nueve capítulos para el final! También me gustaría comentar dos cosillas más:
-Este es el penúltimo interludio que vamos a tener.
-La Liga Pokémon culmina oficialmente en el capítulo 165. ¡Sí, en cinco capítulos más! ¡Así que vamos a disfrutar mucho lo último que nos queda por delante! (Eso sí, lloro de alegría cada vez que recuerdo que no tendré que volver a escribir combates Pokémon nunca más en mi vida).
¡Y creo que eso es todo! Solo me queda adelantarles el título del capítulo 161, que lleva por nombre:
Mi hermano.
¡Ahora sí, nos leemos y Alola! :D
