Emm pvo
Anoche había tenido que darme una ducha fría, porque mi querida prometida quería hablar y encima había herido mi ego al decirme que no era su tipo. Suspiré, ni siquiera estaba despierto aún, de un momento a otro el despertador de Rose comenzó a sonar, miré el reloj de mi mesilla, las 6:30 am, ¿qué hacía esta mujer caliente como el infierno levantándose a esta hora? ¡Era sábado por todos Los Santos! Decidí que no iba a dejar que se levantara de la cama.
-¡Emmett!-se quejó, creía que seguía dormido, me acarició la cara y removió un poco mi brazo.-Necesito salir.-rió.
Afiance mi agarre-¿Qué tienes que hacer tan temprano un sábado?
-Empiezo mi rutina. Hago un poco de ejercicio.
-Eso explica tu cuerpo de infarto.-Sonreí.-A mi se me ocurre una mejor forma para empezar tu mañana.
-¿Ah si?-Preguntó.
-Si, nena. Sexo.-Me froté contra ella.
-Oh Emmett.-Sonó insegura.
-Es excelente cardio.-Mordí suavemente su cuello. Gimió pasando su mano por mi cabeza.
-Emmett...-me miró, y es que era jodidamente hermosa.-¿Nuestro matrimonio va a basarse en el sexo?-preguntó inocente.
-¿No?-pregunté divertido, ella rió y me pegó en el pecho.-Dejémoslo en que...¿será una parte importante?-reí y ella no pudo evitarlo también.-Entonces, ¿qué dices?
-Tú ganas.-Se acostó otra vez. Yo sonreí y la besé.
Y poco a poco me coloqué sobre ella. Me deshice de su camiseta y le bajé las bragas. Y seguí besándola, recorriendo su cuerpo con mi boca y mis manos.
-Hmmm.-Ronroneó ella perdida en mis caricias, estaba haciendo un buen trabajo.-¿Has dormido así porque lo tenías planeado?-alzó la ceja divertida. Y es que había dormido desnudo, principalmente porque ya nos habíamos acostado y no tenía sentido mostrar pudor, y bueno, porque negarlo esperaba tener algo de acción en la mañana.
-Tiene muchos beneficios en la salud.-dije serio.-Es en serio, lo leí en las noticias.-Ella rió y me acercó a ella. Sonreí y volví a concentrarme en su cuerpo de diosa del Olimpo.
Cuando hice que se corriera un par de veces con ayuda de mi lengua y dedos, decidí penetrarla. No sin antes colocarme un condón.
-Oh Emmett.-Gemía a medida que incrementaba el ritmo de mis embestidas.
-Oh Rose, eso es nena. Grita mi nombre.-Gruñí sin detenerme.
-Oh.-gimió de nuevo clavando sus uñas en mi espalda, eso dolió pero joder, también me excito como la mierda.-¡Emmett!-chilló cuando se corrió. No paré, seguí hasta que me fui tras ella. Lo hicimos un par de veces más, nunca había estado con una mujer que me encendiese tanto.
-Qué buena manera de empezar la mañana.-repetí aún dentro de ella.-¿Sigues pensando en tus ejercicios?
Ella estaba agitada.-No sé ni que horas son.-Jadeó.
Yo reí y la besé de nuevo, antes de salirme de ella.-¿Entonces?
-¡Al diablo el gym!-Gimió.-Voy a dormir un poco más.-Bostezó.
Yo reí y la abracé por detrás. Nos quedamos dormidos así.
Me desperté después de un par de horas, Rose seguía dormida, estaba desparramada en la almohada con la boca entreabierta y con una expresión de paz en la cara, parecía un ángel, hasta que habría la boca a veces. Nunca había tenido tanto feeling con una chica. Comenzó a removerse, enrollándose la sábana en el proceso. Era increíble.
En eso su teléfono sonó. Haciendo que por fin ella se despertara. Se estiró y lo cogió. Lo revisó. Pude alcanzar a ver que se trataba de un recordatorio.
-¡Maldición!-Salió espantada de la cama y corrió hacia el armario.
-¿Rose?-pregunté aún en la cama.-¿Qué pasó?
-¿Qué que pasó? Tú, ¡manipulador!-me señaló molesta.-¡Tengo una reunión en 20 minutos, y ni siquiera estoy vestida! ¡Dios!
-Nena no será para tanto, llama a tu cliente y dile de retrasarlo.
-¡¿Estás loco?!-me miró como si me hubiera salido una tercera cabeza.-¡Necesito demostrar seriedad, Emmett!-Dijo mientras se ponía unas bragas y sostén. Ambos de encaje. Se veía muy sexy.
Luego cogió un vestido color vino. Era un vestido corto y ajustado. Yo fruncí el ceño. Iba demasiado sensual para mi gusto.
-¿Vas para una cita o a trabajar?-Fruncí el ceño y comencé a vestirme yo también.
-¿Qué?-Preguntó confundida mientras se sentaba en el tocador y se maquillaba y arreglaba su cabello.
-Pues eso.-fruncí el ceño.-Que si vas a usar más encantos que tu cerebro.
-Lo último que quiero ahora es aguantar tus celos.-dijo molesta mientras se paraba e iba a buscar sus zapatos. Cogió unos tacones de aguja.- Me voy.
-¿No vas a comer nada?-dije yendo tras ella.
-¡Iré a un Starbucks!-chilló mientras recogía sus cosas.
-¡Oye! Iré a dejarte.
-No es necesario.-Bajó las escaleras prácticamente corriendo. Yo la seguí.
-¿No me das mi beso de despedida?-Pregunté inocentemente mientras la tomaba del brazo.
-Has tenido suficientes besos por hoy. Sobrevivirás.-Dijo divertida y salió de mi apartamento. Suspiré, y es que esa mujer me tenía hechizado ya.
No sabía cuánto tiempo iba a tardar así que decidí comer algo y llamar a mis mejores amigos, no hablaba con ellos desde lo de Rachel, tenía que contarles muchas cosas.
-Entonces...¿Rachel era Rosalie?-preguntó Sam divertido.
-No, la cosa no es esa, hermano.-dijo Edward.-¿Te has dado cuenta de esto? ¡El destino os había unido, bro!
Yo reí.-La vida me ha sonreído, hermano. -Suspiré. -Estoy agradecido con ese acuerdo que han hecho nuestros padres, no podría haber pedido una mejor mujer.
-¿No me digas que en serio te has enamorado?-Preguntó incrédulo Sam.
Me encogí de hombros.-Te puedo asegurar que al menos en el sexo nos entendemos muy bien. Tenemos una química increíble.
-Y eso para ti ya suma al menos hasta el 80% de todo.-Sam rodó los ojos. Edward rió.
-No es tan así...-dije tratando de excusarme. Mi miraron raro.-Quiero decir, que es una mujer inteligente, testaruda y da a entender que es una fría sin corazón, pero voy a sacar esa armadura que se pone de mujer independiente.-sonreí con suficiencia.
-Ya está.-insistió Sam.-También lo ves como un reto ¿no?
-Uno que voy a ganar por supuesto.-Dije como algo obvio.-Es que hermano, si la vieras y la conocieras me entenderías.-Suspiré.
-¿Y si ella no se enamora de ti?-Preguntó Edward.
-Eso es imposible.-Bufé.- Como no amar a el gran Emmett Cullen.-Sonreí con superioridad.
-Si, fanfarrón.-Rodó los ojos Sam.-Sigue siendo una posibilidad, aunque sea muy remota, según tú.
-Pues no.-sonreí con socarronería.-Porque ya veo atisbos de ternura en ella.-sonreí. De repente mi teléfono sonó. Era mi madre.
-Hola mamá.-saludé.-¿Qué tal va todo?
-Bien cielo.-rió.-¿Como va todo con Rosalie? Sé que se está quedando contigo.-canturreó.-Lilian me lo dijo ayer y bueno aún sigues vivo...así que tiene que ir bien ¿no?
-Nos estamos conociendo, má.-sonreí y me aguanté la risa debido a los gestos obscenos que Edward andaba haciendo.
-¿Me dejarás ir a verlos? O mejor, ¿Por qué no venís a comer?
-Claro mamá, hablaré con mi novia. Y te llamo para confirmar, ya sabes. Ella pasa muy ocupada.
-Entiendo, cielo. Y ves... Tú también deberías de ocuparte de la compañía para que le proyectes una imagen más madura a ella.
Yo suspiré. Tal vez mamá tenía razón.-Ok mamá, lo pensaré. Adiós.-Colgué.
Pasaron un par de horas, los chicos y yo seguimos pasando el rato, aprovechamos para poner un partido de football que andaban pasando en la tv. Se nos pasó tan rápido el tiempo que no me percaté de cuando sonó el timbre. Me levanté sonriente y fui a abrir.
-Buenas tardes, nena.-me acerqué a besarla.-¿Cómo estuvo el trabajo hoy?-reí al ver lo cargada que andaba. Mis amigos se habían asomado a ver desde el sofá.
Ella me vio mal y me entregó sus cosas. Incluyendo su bolso.-Ha ido bien, pero cómo ves tengo trabajo acumulado.-Se deshizo de su abrigo y hasta ese momento fue consciente de que dos pares de ojos curiosos la recorrían de pies a cabeza. Ella intercaló una mirada entre ellos y yo. Noté su incomodidad.
-Nena, ellos son Sam y Edward. Chicos, ella es mi Rosalie.-Sonreí orgulloso.
-Umm hola.-Sonrió educada.-Un placer. -Y como ellos seguían sin decir nada. Rosalie continuó.-Bueno, estaré arriba.
-Oigan, ¿qué falta de modales es esa, par de idiotas?-Fruncí el ceño, ellos seguían atónitos viendo como ella se perdía en las habitaciones de arriba.-Les estoy hablando.-me quejé poniendo las cosas de Rose en un mueble.
-Dios... Emmett. ¿Ella era tu prometida?-Preguntó Sam.-Parece una jodida súper modelo.
-Ajá.-sonreí con superioridad.-Es una diosa ¿Han visto?- ambos seguían embobados.
-Eres un bastardo con suerte.-dijo Edward.-Lo que daría por apretar ese trasero.-suspiró.
-Eh.-advertí.-Es solo mío. Y lo será en un par de meses ante la ley.
-Pues ella tampoco está muy emocionada, que se diga.-repitió Edward divertido.
-Ahora vengo, no hagan nada.-advertí. Subí las escaleras en busca de Rose.
-Hola, nena.-sonreí al verla, estaba sentada en la cama con un chongo y su pijama de seda con un montón de papeleo y su ordenador entre las piernas. Además llevaba unas gafas, que la hacían verse más sexy.-Siento lo de los idiotas de allá abajo.-me senté en el borde de la cama.
-Descuida.-Hizo un gesto con la mano restándole importancia.-Hombres.-Dijo para sí misma pero la escuché.-No pasa nada.-Siguió tecleando en su laptop.
-¿Qué haces?-Pregunté curioso viendo la pantalla.
-Adelanto un poco el trabajo. ¿Ves?-Me mostró. Estaba redactando lo que parecía un documento legal.
-Ah... Si. Es para el caso.
-Ajá. Esta semana tengo la defensa ante la corte.-Guardó el documento y quitó la portátil de su regazo.
-Oh. Me gustaría verte en acción.-Aparté el cabello de su cuello y lo besé.
Ella rió nerviosa.-Para.
-No.-Negué y seguí con lo que estaba haciendo, hasta que su celular sonó. Ella me apartó y lo cogió.
Cuando vio la pantalla su bello rostro se iluminó y se dibujó una hermosa sonrisa en su cara.
-¿Qué sucede?-Inquirí curioso.
Ella negó.-Nada.-Luego vio la hora y se levantó de la cama.-No dejes solo a tus amigos.-Sonrió y se metió al baño.
Yo suspiré y bajé las escaleras. Mis amigos estaban bromeando entre ellos.
-Oye, ¿se enfadó con nosotros?-Preguntó Sam.
-No, simplemente está adelantando su trabajo.-Me senté en el sofá.
-¿Y a que dices que se dedica?-Preguntó Sam.
-Abogada, igual que tú.
-¡Cielos!-Dijo sorprendido.-Me gustaría topármela...-Yo lo vi mal.-En corte amigo, no pienses mal.-Rió y le saqué el dedo.
-Oye, Emmett ahora que lo pienso bien... Rosalie me parece familiar. Creo que ya la he visto antes-Dijo pensativo Edward.
-Y...¿eso?-pregunté curioso.-¿Por qué?-me senté de nuevo con ellos.
-Pues tal vez del trabajo o de instagram, no lo sé.-frunció el ceño.
De un momento a otro Rose volvió a bajar, estaba increíble con un vestido largo negro.
-¿Vas de fiesta nena?-dije divertido comiéndomela con los ojos, y que decir de mis amigos, que andaban igual o peor que yo.
-Oye, Rosalie, Emmett me ha comentado que somos colegas.-sonrió Sam.
-¿En serio?-dijo Rose sonriendo, la tomé de la cintura.
-Si.-Sonrió el moreno.-Justo ahora estoy demandando a Smith's Association.
-¡¿Qué?!-Exclamó sorprendida.-¡Qué irónico!-Rió.-Pues yo estoy de su lado .-Dijo divertida.
-¿Estamos hablando del mismo caso?-Inquirió mi moreno amigo con una sonrisa de lado. ¿Acaso estaba coqueteando con mi Rose? Fruncí el ceño.
-No lo sé.-Contestó divertida.-Esa compañía tiene varias demandas pendientes.-Contestó.-Oh. Bella ya está aquí-sonrió viendo la pantalla de su celular. Yo fruncí aún más el ceño.
-Se puede saber ¿adónde vas con Bella otra vez?-Pregunté molesto, ella se soltó de mi agarre para ponerse su abrigo.
-Iremos a Broadway. Leah tiene su gran noche ahora. Entonces Bella y yo iremos a apoyarla.
-Espera...-Intervino Edward.-¿Estás hablando de Bella Swan?-Preguntó sorprendido.
-Si, ¿La conoces?-Preguntó ella con una sonrisa.
-¡¿Bromeas?! Admiro su trabajo. Dile que su último corto fue increíble y que yo, Edward Masen le mando saludos y que espero que algún día podamos trabajar juntos en algún proyecto.
Rosalie sonrió divertida y tanto Sam como yo lo vimos raro. Pero era tan chistoso ver a Edward así en modo fan desesperado. Nos aguantamos la risa con Sam.
-Seguro.-sonrió Rose.-Adiós, chicos.-se despidió.-Le diré eso a Bella y Sam, nos veremos en la corte.-rió.
-¿Me das un beso?-pedí divertido.-mientras pasaba mis manos por su cuerpo.
-Uno solo.-dijo divertida.-¡Emmett!-se quejó.-No quiero llegar tarde.
-Está bien, ten cuidado.-cerré la puerta sonriendo. Me giré para mirar a mis amigos.-No coquetees más con ella.-señalé a Sam molesto, él rió.-Y tú, ¿Conoces a esa Bella acaso?
-Sé quien es pero conozco más su trabajo.
-¿Y qué es lo que hace?-Pregunté volviendo a mi asiento.
-Es pintora, guionista, productora y directora de cine indie.-A Edward le brillaban los ojos cuando hablaba de ella.-Lo que hace es arte, hermano. Hemos coincidido en algunos festivales.-Y es que mi amigo era compositor y escritor.-Y ha sido ahí dónde me había parecido ver a Rosalie. Casi siempre la acompaña.
-Entonces son bastante unidas.-Señaló Sam.
Demasiado para mi gusto. Pensé.
-Pueden juzgarlo por ustedes mismos.-Nos pasó su celular y vimos en pantalla el perfil de instagram de Bella.
Había muchas fotos de sus proyectos, de ella, fotos de Rose...¡espera! ¿Por qué había fotos de Rose? ¿Así?
-¿También es fotógrafa?-dije irónico al ver fotos de Rose, con muy poca ropa, y sugerentes así como los años 20, elegantemente maquillada y con un cigarro, mientras se tapaba con la sábana.
-Pues bueno, todo se mueve en el mismo medio.-sonrió divertido.-¿Por qué lo preguntas? ¿Insinúas que tienen algo?-dijo divertido.
-Pues no lo sé.-dije molesto.-Rose me ha asegurado que solo son amigas pero... no sé que pensar.
-¡Quieto ahí!-dijo Sam. Se paró en otra foto bastante sugerente de una mujer, era morena y estaba bastante buena tenía que admitir.
-Ella es Leah Clearwater.-dijo Edward.-La del musical, trabaja en Broadway.
-Es jodidamente caliente.-apuntó Sam.
-¿Y Emily?-dije divertido.
-Con ella las cosas cada vez van peor.-suspiró.-Así que no me lo recuerdes.
-¿Vas a divorciarte?-pregunté.
-Creo que sí. Sería lo mejor para todos.
-¿Y que hay con Sam jr?-Preguntó preocupado Edward. Y es que Sam y Emily tenían un pequeño d años.
Sam se encogió de hombros.-Supongo que será una custodia compartida. La verdad no quiero pensar en eso ahora.
Mientras tanto yo seguía escudriñando la cuenta de esa tal Bella Swan.
Encontré un clip que llamó mi atención, era una especie de estudio de ¿pole dance? Una chica rubia y esbelta estaba haciendo piruetas muy hábilmente en el tubo. ¿Acaso era Rose? No podía ver muy bien su cara porque llevaba puesto un antifaz. Aunque esos carnosos labios y ese trasero eran inconfundibles. Juraría que era ella.
-Oye viejo, ¿por qué esa cara?-Preguntó curioso Sam. Le pasé el teléfono.
-¿Acaso, es...?-Yo sonreí satisfecho. Esta mujer me seguía sorprendiendo. Edward también se sumó a ver.
-Creo que tendré que hacer unas modificaciones en nuestra habitación.-Sonreí.-Bueno, ya vieron suficiente.-Les arrebaté el celular y continué curioseando hasta que me topé con una foto donde Bella estaba besando a mi Rosalie.
-¡¿Qué carajos...?! ¡No, no, no! ¡Lo sabía, maldita sea!-Grité enojado.
Sam me quitó el teléfono.-Ohhh.-Dijo divertido Sam.-Esto es ardiente.
Edward le quitó su teléfono y preguntó.-¿Cuál es el escándalo? Solo es Bella besando a su novia.-Dijo tranquilo como si fuera algo natural.-A mi se me hace sexy.
-Y a mí.-Acordó Sam.
-¡Voy a casarme con Rosalie pronto y continuará poniéndome el cuerno con ella! ¿Acaso no ven la magnitud del problema? Algo me decía que no me fiara de ella, ¡se los dije! Mi intuición no falla. ¡Carajo!-Exploté.
-¿Terminaste? Bien.-Dijo Edward con sarcasmo.-Sr. Intuición creí que tu matrimonio era con Rosalie no con Kate Denali.
-¿Ah?-Lo vi confundido.
-Lee la etiqueta y ahórrate el drama.-Me pasó el teléfono.
-Oh.
Sam no aguantó más y estalló en una sonora carcajada, seguido de Edward.-Emmett, como siempre, la reina del drama.-Chilló Sam y continuó riendo. Yo los fulminé a ambos con la mirada. Ok, lo admito algunas veces sobre actuaba. Pero no lea daría la razón.
-¿Por qué no revisas la cuenta de Rosalie?-Preguntó Edward divertido.- Así también encuentras más indicios o algo.
-Lo haría pero la tiene privada.
-¿No ha aceptado tu solicitud?-Preguntó Sam aguantándose la risa.
Yo lo vi mal.-Esperaba que ella me siguiera antes.
En eso mi teléfono sonó. Era Rosalie. En seguida contesté:
-Hola mi amor.
-Emm...-La comunicación sonaba entrecortada.-Batería... Bella...dormir... Chicas... Mañana
-Mi amor, no te entiendo.-Me moví por la estancia pero solo escuchaba las mismas palabras hasta que se cortó la llamada.
-¿Hola? ¿Hola?
-¿Sucede algo?-Preguntó curioso Edward.
Llamé de nuevo a Rosalie pero su teléfono estaba apagado. Maldición. Volví a intentarlo.
-No entendí lo que me dijo Rose. La señal estaba mala.
-¿Nada?-Preguntó esta vez Sam.
-Nada.-suspiré.-¿Y si le ha pasado algo?-dije nervioso.
-¡Eres un paranoico!-dijo Edward.-¿Qué te ha dicho?
-Solo entendí, Bella, batería, noche, mañana y chicas.-dije.
-Ah, pues puedes estar tranquilo.-dijo Ed.-Dijo que no tiene batería, que se quedará con Bella y las chicas esta noche, y que hasta mañana.
-¿Voy a por ella?-pregunté.
-¿No estás exagerándolo todo?-dijo Ed.-Podíamos quedarnos a dormir. O ver una película.
-No tengo más camas.-dije dándome de hombros.-Solo la mía y antes de que me preguntéis por qué, así Rosalie, dormiría en nuestra cama sin excusas.
-Estás loco.-dijo Sam riendo.-¿No estás forzando mucho las cosas?
-No... Únicamente estoy asegurando mi herencia.-Dije con superioridad.
-Seguro.-Respondió Edward divertido.
-Bien, vamos a disfrutar que aún estoy soltero.-Los animé.-Vamos a un bar o a un strip club.
-Si, me apetece un lap dance.-Sonrió Edward.-¿Qué dices Sam?
-Está bien.-Acordó.
Y sin más nos dirigimos a uno de los centros nocturnos más exclusivos de la ciudad.-Adelante, pidan lo que quieran. Corre por mi cuenta.-Aseguré y nos sentamos en la zona vip.
Estuvimos hasta altas horas de la madrugada, bebiendo, disfrutando y pasándolo bien, yo me convencí de instalar una barra en la habitación.
Unas cuantas chicas se me insinuaron pero sorprendentemente las rechacé pensando en Rose.
