Emmett pvo
Desperté sintiendo el desnudo cuerpo de Rose junto a mí. Esa sensual mujer me estaba volviendo loco. Habíamos estado follando hasta el amanecer. Sentía mi cuerpo laxo y relajado. Y estaba feliz. Nunca una mujer me hacía sentir las cosas que Rose conseguía. De un momento a otro la sentí despertarse.
-Buenos días, Rose.-dije mientras la veía estirarse y acariciaba su espalda.
-Hola Emm.-Dijo volteando su rostro hacia mí. No pude evitarlo y la besé.
-Hmmm.-sonrió cuando nos separamos.-¿Te das cuenta que valió la pena la espera?-Alzó una ceja divertida.
-Tú siempre tienes la razón, mi amor.-Me abracé más a ella, haciéndola reír.
-Emm.-Chilló.-¿Otra vez estás así?-Preguntó curiosa. Y pues la verdad es que estaba duro de nuevo.
-Tú eres la que provoca eso en mí, nena. -La solté y me incorporé para bajar hacia su centro.
-Oh Dios Emm.-Chilló ella agarrándose de la sábana retorciéndose sobre el colchón mientras hacía estragos con ella allá abajo con mi lengua y dedos. Hice que se corriera un par de veces.
Ella gimió agitada.-¿Nunca te cansas?
Yo negué.-Tú tampoco te quedas atrás, nena.-Sonreí pasando una de mis manos sobre su rostro perdiéndome en su belleza.-Sino recuerda lo de anoche.-Y es que ayer fue ella quien tomó la iniciativa de todo. Y yo no podía estar más que complacido de conocer más ese lado de ella.-Tú me vuelves loco, nena.-Admití y la besé otra vez.
-Hmmmmmm.-gimió complacida.-¿Qué hora es?-dijo mirándome de una forma que solo me ponía más caliente.
-Las 8.-dije divertido.-Aún tenemos tiempo antes de bajar al brunch.-sonreí besando y estrujando sus pechos.
-¿Seguro?-gimió.-Mira que quedaría fatal que el invitado de honor llegara tarde.-rió pero su cara cambió a ser una mueca de placer cuando volví a hacer estragos con mis dedos ahí.
-Llegaremos a tiempo, nena.-dije divertido besando su vientre.-No lo dudes.
-Está bien.-rió complacida.-Soy toda tuya Emmett Cullen. Házmelo.- dijo con ese acento británico que me ponía a 100 y se mordió el labio haciendo que toda mi cordura se fuera a la mierda.
-Te tomo la palabra, nena.-Dije mientras me ponía un condón.-Date la vuelta.-Pedí y ella obedeció.
Así que me incliné y comencé a besar su espalda, jugando un poco con los puntos sensibles de ella. Apreté su trasero y froté mi polla un poco ahí haciendo que ella se estremeciera en el proceso.
Agarré sus muñecas con fuerza y bajé hasta su oreja. Haciéndole sentir casi todo mi peso. Le dije lo mucho que la deseaba y me encantaba. En respuesta ella gemía mientras la follaba en esa posición.
Tras eso ambos nos dimos una ducha y bajamos al brunch. Todo estaba impoluto y perfectamente colocado. Hablé con algunos socios y después de eso me volví a la habitación. Rose de seguro estaba en el spa o tomando el sol. Quería relajarse antes de la gran ceremonia de inauguración. Sabía que mi chica estaba lista, aún así entendía su nerviosismo. Era la primera vez que "anunciaríamos" el compromiso.
-Lo sabía.-dije divertido al leer la nota de mi chica en la cama. Literalmente decía que estaba dándose un masaje en la terraza de la habitación. Salí a ver y ahí estaba mi chica disfrutando de un masaje relajante.
-Buenas tardes, Señor Cullen.-saludó amable la masajista.
-Buenas tardes.-sonreí amablemente.-¿Te está tratando bien?-le pregunté divertido a Rose.
-Oh.-dijo Rose, reí al escuchar su voz somnolienta.-Es maravillosa, Emmett.
Le indiqué a la masajista que nos dejara solos.
Rose le dio las gracias encantada.
-¿Ya sabes qué vas a usar esta noche?
Ella se levantó y cogió una bata.-Pronto lo verás.-Dijo guiñándome mientras dio unas palmaditas en mi pecho y entraba de nuevo a nuestra habitación.-Cuéntame, ¿Cómo te fue con los socios?-Preguntó mientras se dirigía al clóset.
-Oh.-dije mientras me sentaba en la cama y me deshacía de la camisa. Hacia demasiado calor para eso.-Ya sabes. La mayoría no desconectan de los negocios ni siquiera estando en un paraíso como este. ¿Cómo pueden pensar en acciones aquí? ¿No les motiva nada más?
-Ay Emm.-Rose se sentó junto a mí y me abrazó por la espalda.-¿Sabes? Papá siempre dice: Siempre es buen momento para negociar, Rose. Sobretodo cuando al qué quieres convencer estar relajado y en desventaja.-la miré incrédulo.-Aprovecha eso. Es el mundo de los tiburones empresariales, Emm.
-Nena.-bufé.-Me duele la cabeza enserio, trato de estar a la altura de mi padre pero es tan difícil... a ti se te da mejor.-tomé sus manos y dejé un beso en cada una.
-He aprendido.-Se encogió de hombros.-¿Sabes lo difícil que es sobresalir en un mundo dominado por hombres? No solo como abogada sino como mujer también.-Aclaró y suspiró.-Tienes que hacerte un lugar cuando estás rodeada de idiotas que te subestiman y piensan que solo eres una cara bonita. En realidad es muy frustrante y lo mismo pasa en el mundo empresarial.-Pasó una de sus manos en mi rostro. Acariciándome.-Tú también aprenderás.
-¿Tú crees?-Pregunté inseguro.
-Claro Emmett. Todo es cuestión de actitud.
-¿Te he dicho ya la increíble mujer que eres?-dije embobado mirándola. Y es que siempre sabía cómo actuar o qué decir.
-¿No lo suficiente?-rió encantada. No pude evitarlo y comencé a darle besos por toda la cara.-¡Para Emm!-seguía riendo y a mí ese sonido no podía hacerme sentir más en casa.
En eso mi teléfono comenzó a sonar. Vi la pantalla era mi madre.
-Hola mami.-Saludé cuando la vi.
-Hola tesoro.-Sonrió.-¿Cómo estás? ¿Cómo va todo?
-Maravilloso, madre. Aquí está Rose conmigo
Ella se acercó para que ambos pudiéramos salir en pantalla.-Hola Esme, ¿Cómo estás?
-Oh Rosalie me da mucho gusto verte con Emmett.-Dijo mi madre encantada.-Se ven tan lindos juntos. Aquella vez los vi en los periódicos.
-Gracias.-rió divertida a las palabras de mi madre.-¿Cómo estás?
-Oh, muy bien.-rió encantada.-Anoche cené con tus padres. Para hablar detalles sobre la boda. Ya sabes, tenemos muchas ganas de contaros.
-Ah vaya.-decidí contestar yo ya que Rose se había quedado sin habla.-Podemos cenar cuando volvamos para hablarlo ¿vale mamá?
-Sí. Por supuesto.-Mamá estaba muy contenta.-Os dejo tendréis que estar muy ocupados. ¡Un beso chicos!
-Adiós, ma.-nos despedimos de ella y Rose se metió al closet.
Al instante recibí otra llamada era de Edward.
-¿Qué pasó, bro?-Saludé a mi amigo mientras me dirigía a la terraza.
-¿Todo bien con la marquesa?-Preguntó divertido.-¿Salió bien tu plan?
-Obvio.-Sonreí con suficiencia.-Oh Ed ha ido de maravilla.-Suspiré.
-Oh vamos cuenta.
-Solo te diré que valió la pena esto de esperar.-Dije emocionado.
-Uhhh. Sucumbió a tus encantos, ¿Eh?
-Naturalmente.-dije confiado.-Bueno, Ed. Te dejo. Tengo que ir a ver si mi chica está lista.
-Ok bro, saluda a la marquesa de mi parte.
Yo rodé los ojos pero era divertido ese apodo.-Claro.
-Nena.-llamé buscando a Rose por todas partes.
-En el baño, nene.-escuché su respuesta y cuando la vi no podía creerlo. Era una completa diosa.
-¿Te gusta?-dijo inocente. Estaba enfundada en un vestido color champán que se abrazaba a su piel a la perfección. Además llevaba el pelo en ondas y sus labios carnosos estaban pintados de un labial color vino que solo me daba ganas de besarla.
-Nena, estás alucinante.-sonreí acercándome a ella y dándole un beso en la mejilla mientras la miraba a través del espejo.-Aunque... te falta algo.-Ella me miró molesta.-No me mires así.-salí del baño y cogí la caja que contenía el collar que había ido a comprar con mi madre un par de días antes de nuestro viaje.-Date la vuelta.-se giró y le coloqué el collar.
-Emmett.-lo miró maravillada en el espejo.-¿Es un rubí de verdad?-En realidad el colgante tenía forma de rosa y la parte roja de la flor estaba hecha de rubí.
-Nena, sé lo mucho que te gustan las joyas.-Sonreí al verla tan feliz.
-Gracias Emmett.-Dijo con una hermosa sonrisa dibujada en su rostro. Se estiró y dejó un beso en mi mejilla. Y luego pasó sus dedos para borrar la marca de sus labios.
-Ahora vístete que no querrás llegar tarde a tu propia inauguración.-Dijo divertida mientras regresaba al clóset a escoger mi ropa.
Me pasó una camisa y una americana de color azul marino. Me ayudó abrocharme la camisa.
-¿Cómo estoy?-dije sonriendo coqueto y posando haciéndola reír.
-Estas muy guapo, nene.-me miró coqueta y se acercó pasando sus brazos tras de mí. Pasé mis brazos por su cintura y bajé un poco para apretar su increíble trasero. Tras eso bajamos a la recepción.
Ya estaban casi todos los invitados y yo realmente estaba nervioso.
-Emmett, relájate.-Dijo acariciando mi mano que tenía agarrada la suya.-¿Podrías soltarme, por favor?-No había sido consciente de que estaba ejerciendo mucha fuerza en mi agarre.-Gracias.
-Perdón nena.-Me disculpé.-No me había fijado.-Dije apenado.-Lo siento.
-Ya, déjalo. Mejor concéntrate en tu breve discurso.-Pidió pasando sus manos sobre mi pecho.-Sé que lo harás excelente.-Me animó ella.
-Gracias Rose.-estaba muy nervioso.-Significa mucho que estés aquí apoyándome.
-Quiero pedir un fuerte aplauso para nuestro invitado de honor. Gracias a su familia este maravilloso proyecto ha salido adelante. Por favor, Señor Cullen suba.-toda la sala comenzó a aplaudir y Rose me miró alentándome.
-Muchas gracias.-sonreí amablemente.-¿Saben? Cada vez que escucho Señor Cullen no puedo evitar pensar en cómo era mi padre. Un hombre tenaz, perseverante y ambicioso. Y, aunque trato de evitarlo no dejo de pensar que nunca seré capaz de remplazarlo. Porque él era único y siempre fue mi héroe. Ahora cuando me surgen dudas sobre cualquier cosa pienso en que habría hecho él. Y me alegro de que me haya dado la oportunidad de continuar con su legado porque papá, estés donde estés te haré sentir orgulloso.-todo el mundo comenzó a aplaudir y pude ver que Rose me miraba emocionada y se limpiaba una lágrima mientras aplaudía.-Además, sé qué también estaría orgulloso de ver a la maravillosa mujer que se convertirá en mi compañera de vida. Rosalie Hale, gracias por aparecer en un momento tan importante.-La llamé para que me acompañara ella caminó hacia donde estaba con ese andar tan elegante hasta llegar a mi lado con una hermosa sonrisa.
Tomé su rostro y la besé. Cuando nos separamos se escucharon los aplausos. La velada continuó y las felicitaciones no tardaron en aparecer y desearnos los mejor.
La prensa también nos abordó haciendo preguntas ahora sobre nuestro compromiso y nuestros planes de boda y esas cosas. Mi pobre Rose estaba un poco abrumada así que dejó que me encargara de eso y ella se fue a tomar aire. Yo sabía que ese tema la agobiaba.
Salí a buscarla ya estaba demorándose. Así que me disculpé y fui a ver donde estaba.
Lo que vi me sorprendió. Hablaba con un hombre de manera agitada. Se la veía molesta.
-¡Que me dejes!-gritó enfadada.
-¿Ocurre algo?-decidí intervenir.
-Oh.-Sonrió el sujeto tratando de restarle importancia.-Solo charlábamos pero Rose está alterada, supongo que es por el clima.-Agregó.
-¿Quién eres?-Pregunté enfadado al ver que Rose estaba incómoda ante la presencia del sujeto.
-Oh qué modales.-Dijo el sujeto.-Perdón por no presentarme antes pero aquí Rosie me conoce muy bien, ¿no es así querida?-Dijo coqueto el tipo y mi chica le fue indiferente.-Soy Royce King II.
-Encantado.-le di la mano a regañadientes de forma educada y me coloqué junto a Rose.
-Ya que tu mujer no pretende presentarnos ya lo haré yo. Soy primo de los duques de Cambridge. Además tengo varias acciones en empresas del país y me gustaría apostar por el mercado internacional.-sacó un cigarrillo y lo encendió.-Me gustaría hacer negocios con usted.-Rose me miró con advertencia.
-Encantado, Royce.-sonreí con cautela.-En otra ocasión podremos hablarlo tranquilamente. Si no le importa, me gustaría celebrar con mi prometida.
Rose Pov
-¿Qué fue todo eso? ¿De dónde lo conoces, Rose?-Preguntó Emmett deshaciéndose de su saco cuando entramos en la habitación.
-Royce es un tipo molesto. -Bufé.-Salimos hace un tiempo.
-Ah de eso se trata.-Dijo entrecerrando los ojos.-¿Cuánto tiempo estuviste con él?
-¿Por qué quieres saber eso?-Me crucé de brazos.-¿Acaso importa?
-Pues si.-Frunció el ceño.-A mi me importa.-Empezó a desabrochar su camisa.
Dios. ¿En serio Emmett estaba celoso? Lo único que me faltaba.
Decidí obviar su pregunta para decirle algo realmente importante.-Solo te pido que no confíes en él, ¿Si? Ha estado metido en muchas cosas turbias en el pasado. Y dudo mucho que haya cambiado.
Emmett se acercó a mí.-No has respondido a mi pregunta.-Me dijo serio.-¿De qué hablaban antes de que yo llegara? ¿Desde hace cuánto lo conoces?
-Esto parece un interrogatorio innecesario.-Me quejé dándome la vuelta mientras yo también comenzaba a quitarme la ropa y me preparaba a dormir.
-Rose.-suspiró agotado y se sentó en la cama mirándome.-Por favor, no me gustó la tensión que había. Estabas muy incómoda y molesta y no me creo que sea solamente porque era tu ex.
-Ya te lo he dicho. Royce no es un tipo legal. Tiene muchos trapicheos. Y además, forma parte de la familia Real británica así que tiene inmunidad ante la ley.-bufé molesta. Recordaba aquellas veces que había utilizado los fondos de La Corona para sus trapicheos con alcohol y drogas.-No quiero que le dejes entrar en la empresa ¿si? Dile que ahora mismo el cupo de inversores esta cubierto. Yo que sé.
-Nena...¿no estarás exagerando?-preguntó cauteloso.-¿Qué te hizo ese malnacido para que reacciones así?-Fruncí el ceño.
Le conté a medias lo que había pasado.-Quería utilizarme para llevar a cabo sus negocios ya sabes saltándose la ley.-Suspiré cansada y cerré los ojos.-Mira Emmett de verdad que no quiero hablar sobre eso.-Pedí y volví a verlo.
Emmett había suavizado levemente su mirada. Se levantó y fue a envolverme en sus fuertes brazos.-Ya no insistiré en el tema.-besó mi cabello.
-Está bien.-sonó amortiguada mi voz en su pecho.-¿Ahora me sueltas? Quiero ir al baño.
-Claro.-Dijo Emmett divertido dándome otro beso y una suave nalgada.
Me encerré en el baño y llené la bañera. Mientras esperaba fui a lavarme la cara. Me vi en el espejo y comencé a llorar cuando los espantosos recuerdos invadieron mi mente.
-Nena, ¿Estás bien?-Emmett tocó la puerta.
Sorbí suavemente.-Quiero relajarme, Emmett.-Contesté de vuelta.
-Sí me necesitas estaré afuera.-Dijo y ya no lo escuché.
No sé cuánto tiempo estuve en la bañera. Cada vez que esos horribles recuerdos volvían a mí. Tenía la necesidad de ducharme. Para no sentir esa sensación de suciedad que me había acompañado durante tanto tiempo. Salí del baño ya con el pijama y el cabello seco. Sonreí. No pude evitarlo, Emmett estaba dormido en la cama. Estaba tan cansado, pobre hombre. Los nervios habían hecho mella en él. Apagué la televisión y me acosté junto a él, lo único que necesitaba era sentirme protegida y entre sus brazos lo hacía.
-¿Rose?-Emm dijo desconcertado.
-Lo siento.-puse un puchero.-¿Me abrazas?-pedí simplemente.
-Claro, nena.-sonrió somnoliento y me abrazó contra su pecho.
Avanzada la noche, pesadillas comenzaron a rondar por mi mente. Esa noche. Una y otra vez se repetía en mi cabeza como una película de terror. Me desperté bañada en sudor y con la respiración agitada.
-¿Rose? ¿Estás bien?-Preguntó Emmett frotándose los ojos.
Yo simplemente me levanté al baño a refrescarme la cara. Cuando regresé Emmett me estaba esperando sentado en la cama con un vaso de agua.
-Nena, ¿Qué ocurre?-Lo tomé de sus manos y bebí un poco.
-Nada.-negué.-Solo fue una pesadilla.
-¿Quieres hablar sobre eso?-Preguntó preocupado. Simplemente le devolví el vaso.
Yo negué y apagué la luz metiéndome de nuevo a la cama.
Emmett lo dejó pasar y fue abrazarme por detrás de nuevo. Yo me removí incómoda soltándome de su agarre. Emmett estaba más dormido que despierto así que no le dio importancia. Siguió roncando y yo ya no pude dormir por el resto de la noche.
Me desperté y decidí ir al baño. Me lavé la cara. No veía a Emmett por ningún lado. Cosa que era extraña. Llamé al servicio de habitaciones y pedí el desayuno a la habitación. Pedí algo para Emmett por si aparecía. Me tomé una aspirina y me relaje escuchando el sonido del exótico mar de México.
-Buenos días nena.-Emmett venía andando hacía a mí. Al parecer había ido a ejercitarse a la playa.
-Hola.-dije simplemente y sonreí.
-¿Me das?-dijo señalando el desayuno.
-También hay cosas para ti.-reí cuando le vi engullirse un croasant.-Sabía que estuvieras donde estuvieras tendrías hambre al llegar.
-¿Estás mejor?-preguntó preocupado sentándose a mi altura. Solo asentí restándole importancia.-Bien. No quieres hablar de ello. Lo entiendo.-se levantó.-Iré a ducharme.-dijo tras darme un beso en la frente.
Suspiré y empecé a empacar mis cosas. La verdad era que quería quedarme más días aquí pero sabiendo de la presencia de Royce en este lugar... Quería estar lo más lejos posible.
Obviamente no le diría más a Emmett no tenía por qué enterarse de eso también.
En eso mi teléfono sonó fui a buscarlo. Finalmente lo encontré.Era Bella
-¿Qué hay rubia? No me digas que ya te arrepentiste.-Dijo divertida riéndose.
Yo rodé los ojos y salí a la terraza.-Aún no me arrepiento pero sabes a ¿quién me encontré aquí?
-¿A uno de tus ex?-Preguntó curiosa.
-No es divertido, Bella.-Me quejé.-Se trata de Royce.
-Oh mierda.-Dijo entre dientes.-¿Qué hace ese mal nacido ahí?-Preguntó enfadada.
-Y..¿yo que quieres que sepa Bella?-dije susurrando nerviosa.-Solo sé que no paró de acosarme en cuanto me vio.
-¿Qué te dijo, Rose?-preguntó Bella con cautela.
-Que era una cazafortunas y que si quería casarme con alguien por dinero que lo hiciera con él. No con un yankee.-suspiré molesta.-No sé que mierda quiere, Bella. Tengo miedo.
-Vale.-suspiró mi amiga.-Está bien. Tranquila ¿Emmett sabe algo?
-Pues solo le he dicho que es una mala persona y...
-¡Es un maldito monstruo!-Me interrumpió ella.
-Lo sé lo único que le he dicho es que no se involucre con él, sinceramente no sé que trama al meterse con Emmett no quiero que le haga daño por mi culpa.
-Y no lo hará ya verás. El grandullón no es tan estúpido no creo que lo sea.
-¿Qué hago Bella?-Pregunté preocupada.-No sé que hacer.
-Ok tranquila, ya pensaremos en algo. No puede meterse contigo de nuevo.
-Nena, ¿Dónde estás?-Era la voz de Emmett.
-La ventaja es que el grandote no se te despega ni un segundo.-Comentó Bella para destensar el ambiente.
-Bueno ya tengo que colgar y por favor no le digas nada a Edward.
Bella chilló indignada pero colgué y regresé a la habitación.
-¿Dónde estabas?-Preguntó Emmett.
-Fui a tomar aire.-Contesté dejando mi celular sobre la mesita de noche.
Emmett entrecerró los ojos.-¿Con quién estabas hablando?
-Con Bella.-Contesté dándome de hombros restándole importancia.
-Ah.-dijo simplemente.-¿Tienes tus cosas?
-¿Ya está? ¿Solo "ah"?-dije alterada.
-Nena.-Emmett me miró sorprendido.-¿Qué te pasa? No he dicho nada ¿y te enfadas? No he dicho nada.
-Ay, Emm lo siento.-me disculpé. Estaba nerviosa y Emmett seguro que lo había notado.
-No pasa nada.-Dijo y yo fui a prepararme mientras él terminaba de arreglar sus cosas.
Durante el viaje al aeropuerto ambos íbamos en silencio. Emmett no dijo ninguna palabra ni yo tampoco.
-¿Por qué estás tan callada?-Preguntó ya cuando íbamos en el avión haciéndome volver a la realidad.
-Solo estoy cansada Emmett. Eso es todo.-Tomé su mano y continúe viendo hacia la ventana hasta que finalmente cerré los ojos y me quedé dormida.
-Nena.-escuché la voz de Emmett susurrarme al oído. Me quité el antifaz.-Buenos días dormilona.-me dio un beso en la mano.
-¿Ya?-dije sorprendida.
-Parece que te dan somnoliencia los aviones.-dijo divertido. Levanté mi mano y acaricié su cara. No me lo perdonaría nunca si por culpa de Royce, Emmett saliera lastimado. El dejó un beso en mi palma.-¿Lista?-asentí.
-Oye.-pregunté algo insegura.-¿Te importa que me quede con Bella esta noche?
Su semblante cambió al instante.-Vamos, tenemos que bajar.-Decidió omitir mi pregunta.
Y yo lo dejé pasar por el momento. Cuando íbamos ya en su auto insistí de nuevo.
-Emmett me quedaré con Bella, si no te importa.
-Claro qué si me importa Rosalie.-Dijo un poco molesto.
-Emmett, por favor.-Pedí.
-No.-Contestó haciéndose a un lado de la calle y apagando el auto.-Al menos me explicas, ¿qué es lo que sucede? -Volvió a verme.-La pasamos tan bien hace un día.-Puso una mano en mi muslo pero yo la aparté.-Y ahora no dejas que te toque.-Bufó.
-No Emmett no es eso.
-Entonces, dime de qué demonios se trata todo esto.
-Solo quiero tiempo. Para pensar. Ya está.-suspiré y tomé su mano.-Por favor. No te lo tomes como algo personal ¿vale? Me he sentido muy a gusto contigo estos días. No tiene nada que ver contigo.
Él suspiró y arrancó de nuevo el auto. Cuando llegamos él bajó las maletas y yo me fui a nuestro cuarto.
-Yo mismo te llevaré a casa de Bella.-Dijo apareciendo a mi lado.
Yo asentí.-Está bien.
Me dio una larga mirada antes de sentarse en la cama. Cómo intentando descifrar algo. Yo decidí no prestarle atención en tanto ordenaba lo que estaba en mi maleta.
-¿Estás segura que todo esto no tiene nada que ver con tu ex?-Preguntó frunciendo el ceño.
-¿A qué te refieres?-Pregunté incrédula ante sus sospechas.
-Pues ¿no hay posibilidad de que tal vez quieras volver a verlo tras el reencuentro en México?
-Desde luego no me lo puedo creer.-dije indignada.-¡Emmett! ¿No te bastó lo que te dije? ¿Enserio?
-Pero...¡Rose!-suspiró.-Es normal que dude no me has querido contar nada de tu vida. No has hablado de tu pasado. Y no te he presionado. Es normal que tenga dudas.
-Confía en mí, ¿De acuerdo?-Tomé sus manos.-Por favor.
Él volvió a verme pensándolo por un instante.-Está bien.-Se rindió y se puso de pie y me envolvió en un abrazo de oso.-Pero regresa pronto, ¿Si? No quiero estar solo.-Me soltó y acarició mi cara con una de sus manos.
-Te lo prometo.-Me estiré y le di un beso en la mejilla.
Emmett pvo
Llevé a Rose a casa de Bella y me volví a mi apartamento. Estaba nervioso. Rose estaba rara y no sabía realmente el por qué. Decidí creer en ella y darle su espacio. Aunque me molestaba que si estaba mal no confiase en mí para hablarlo. En fin suspiré comí algo y me fui a dormir.
Los dos días siguientes le mandé flores a Rose. Ella me mandaba mensajes por WhatsApp agradeciéndome el gesto. No tenía que agradecérmelo, se merecía eso y más. Mi mamá también estuvo preguntándome por ella. Quería que concretásemos la hora para cenar con ella y los padres de Rose. Mientras jugaba una partida al FIFA sonó mi teléfono. Era un mensaje de Rose. Me pedía que fuera a buscarla tras el trabajo. No pude ser más feliz al leerlo.
Me alisté y pasé por ella. La esperé afuera de su edificio mientras estaba apoyado en mi auto cuando unos minutos más tarde cruzó la puerta de cristal. Sonreí al verla a medida que ella se acercaba. No pude evitarlo y la envolví en un abrazo. La había extrañado tanto.
-Hola hermosa.
-Hola Emm.-Compartimos un corto beso y nos metimos de nuevo al auto.
-¿Cómo estás?-Tomé su mano y dejaba un beso en ella mientras iba conduciendo.
-Oh ya sabes. Los casos nunca cesan.-Dijo.-Ahora hablé con tu madre.
-¿En serio?
-Sí, me llamó esta mañana. Bueno en realidad nos está esperando para cenar.
-¿Justo ahora?
-Sí, así que conduce hacia su casa, querido.
Yo bufé. -Pensé que querías verme a mí no precisamente por la cena de mamá.
-No te pongas así que también te extrañé.-dijo simplemente retocándose el maquillaje en el espejo.
-¿Hablas enserio?-pregunté algo molesto.-No lo digas por quedar bien, Rosalie.
-Nene.-rió.-Te extrañé ¿si? Tenía pensado volver a casa hoy. Solo que la llamada de tu mamá me sorprendió esta mañana y bueno, no pude decirle que no.
-Está bien.-dije divertido.-¿Estarán tus padres también?
-Pues exactamente no lo sé. Pero imagino que si.-suspiró.-Tu mamá quería hablar detalles sobre la boda. Ya sabes, lo que nos dijo en México.
-Bueno, a ver qué han pensado.-la miré divertido.-¿Lista?-dije cuando estacioné el coche en la entrada. Salimos del auto y esperamos en la puerta a que alguien nos abriera.
-¡Hijo! ¡Rose!-mamá salió emocionada a recibirnos.-Estáis muy guapos.
-Las 10 horas trabajando no se notan al parecer.-Rose rió divertida abrazándola.
Luego pasamos a la estancia y en efecto ahí también estaban mis suegros. Fuimos a saludarlos.
-¿Y qué tal? ¿Cómo ha estado México?-Preguntó mi suegra.
-Estuvo maravilloso.-Contesté tomando la mano de Rose y viéndola.-La verdad es que me encantó tener a Rose conmigo apoyándome. No hubiera sido lo mismo sin ella.-Admití dejando un beso en su dorso. Una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro.
-Me alegra saber que se estén conociendo mejor.-Su madre nos dedicó una sonrisa sincera.
-Te lo dije Lilian.-Intervino mi madre.-Ya se están enamorando. Tendremos boda más pronto de lo que imaginamos.-Dijo uniendo sus palmas.
-Tampoco apresuraremos las cosas.-Comentó Rose.-¿No es así, Emmett?-Volvió a verme buscando mi apoyo.
-Mientras ustedes siguen conociéndose.-Habló mi suegro.-Con Esme hemos acordado ciertos detalles para la ceremonia.
-¿De qué se trata?-preguntó Rose mientras agradecía al chico del servicio que estaba rellenando su copa.
-Oh.-rió Stefan mirando a su hija.-Por supuesto los inversores tienen que estar invitados, cielo.
-Por supuesto.-bufó.-Vas a usar mi boda para anteponerte al resto de compañías.
-Nena tu padre no quiere decir eso.-Lilian trató de calmar el ambiente.
-Ya.-bufé.-Al menos...¿puedo elegir yo misma los detalles? Ya que os habéis compinchado para casarnos quiero tratarlo como una "boda normal".-dijo haciendo comillas con los dedos.
-¿De verdad quieres?-mi mamá miró a Rose emocionada.
-Bueno, una no se casa todos los días ¿no Emm?-dijo de manera encantadora. Oh ella estaba disfrutando de lo lindo con esto. Iba a hacerme sufrir con los preparativos.
-Nena...tenemos una wedding planner excelente que...-Ella me miró con advertencia.-Aunque si de verdad quieres podemos encargarnos nosotros.-cedí finalmente y mi rubia sonrió abiertamente.
Luego durante la cena hablamos un poco más sobre negocios. Mi suegro aprovechó en darme ciertos consejos.
Con respecto a la boda aún no fijábamos fecha. Pero ya era un enorme paso que Rose haya mostrado interés en hacerse cargo ella misma de los detalles aunque eso significaba que me iba atormentar en el proceso.
Finalmente nos despedimos y nos marchamos a casa. En el camino apenas intercambiamos palabras ya que Rose iba pegada a la pantalla de su celular.
-¿Qué haces?-Pregunté sospechando que debido a la hora no se trataba de cosas laborales... Ya era tarde.
-Nada.-dijo dándose de hombros simplemente mientras seguía mirando su móvil.
-Rose...-volví a insistir cuando me paré en un semáforo.
-¿Qué?-dijo enfadada.-¿Quieres que te enseñe que hago? ¡Estoy revisando mis redes sociales, Emmett! Respeta mi intimidad, por dios.
-Está bien.-dije simplemente.-Lo siento. Perdona. Tienes razón.
Me disculpé. Tal vez me estaba volviendo paranoico. Pero después de que ese tal Royce volviera a aparecer en la vida de Rose estaba muy extraña.
-¿Qué tal con Bella estos días? ¿La habéis pasado bien?-pregunté tranquilo.
-Bella siempre me hace sentir bien.-Contestó alegre. Yo fruncí el ceño. ¿Qué tendría de especial esa Bella.
-Al menos te regresa de buen humor.-Apunté con algo de ironía.-Debo reconocerlo.
-¿Y tú qué has hecho durante mi ausencia?
-Oh.-me encogí de hombros mientras llegábamos a nuestro departamento.-Intentando ponerme al día con lo de la empresa. Pronto inauguraremos otro edificio.-Sonreí.
-Me alegra escuchar que aproveches el tiempo.
-Ya sabes que estoy comprometido con aprender todo lo que pueda sobre la vida de empresario.-Ella rió encantada.
-Ay Emmett.-dijo al bajarse.-Me están matando los tacones.-dijo con un puchero.
-¿Quieres que te lleve en volandas?-dije divertido acercándome a ella para dejar un beso en sus labios.
-¿Puedes?-pidió.-Odio tener que andar descalza.-bufó. No lo dudé más y la alcé en mis brazos.
-Listo.-La bajé cuando estuvimos en nuestra habitación.
Ella se deshizo de sus zapatos y se metió al baño. Yo me quedé sentado en la cama mientras me quitaba la ropa y esperaba que saliera.
Esta vez no tardó mucho venía con el cabello suelto y en su pijama. Dios. Era tan hermosa.
Inmediatamente me puse de pie y me acerqué a ella.-Me encanta tenerte de nuevo en casa.-Reconocí mientras acariciaba su rostro. Ella se estiró para alcanzar mis labios y yo encantado la recibí.-Vamos te espero en la cama.-Me dijo cuando nos separamos. Así que rápidamente fui a lavarme los dientes.
Lo hice lo más rápido que pude y regresé a la cama con ella
-¿Me das cariño?-Pidió con un puchero y yo estaba más que dispuesto sin embargo quería asegurarme que estuviéramos en la misma sintonía.
-¿Quieres que te folle?-Pregunté con cautela.
-Dios que romántico.-Puso los ojos ella irónica.
-Quiero decir...-Esta vez traté de escoger mejor mis palabras.-¿Quieres que te haga mía?
Ella suspiró perdiendo la paciencia.-Quiero que me hagas el amor, Emm.
Ah de eso se trataba. Quería que la mimara. Excelente. Sonreí. Por fin estaba entendiendo.
-Eres hermosa.-dije mientras besaba sus labios y comenzaba a deshacerme de su ropa. Luego su cuello. Su clavícula. Llegué a su ombligo bajando mis manos por su cintura y acariciando sus caderas. Dejé un beso en su bajo vientre pero antes de darle placer seguí adorándola como se merecía. Acaricié sus piernas. Ella estaba perdida en mis caricias y yo encantado de que lo estuviera disfrutando.
-Emm.-Me llamó y subí dejando mi cara a milímetros de la suya.-Yo...te.-suspiró y sonreí. Era adorable. Trataba de expresar sus sentimientos.
-¿Me quieres?-dije divertido dejando un beso en su nariz.
-Tal vez si te estoy cogiendo algo de cariño.-dijo de forma socarrona.
Yo sonreí.-Bueno, eso ya es algo.
Iba replicar pero una vez más bajé hasta su centro para darle placer. Haciendo que gimiera.
-Oh Emm.-Se retorcía de placer.-No te detengas.-Chilló y ya no aguantó más y se corrió.
-Eso es nena.-Fui a besar sus labios. Me deshice de mis boxers y continúe besándola. Ella estaba más que perdida en mis caricias así que aproveché el momento para penetrarla luego de haberme colocado protección.
-Ah Emm.-Chilló ella poniéndome realmente caliente.
-Oh Rose.-Gruñí mientras me introducía en ella.-Estás tan apretada.
-Oh Emm.-Gimió clavando sus uñas en mi espalda.
Ella movió ligeramente su cadera acomodándose y finalmente estuve adentro completo. Entonces comencé lento al principio concentrado en sus reacciones en tanto devoraba su boca y sus senos. Seguí aumentando el ritmo de mis arremetidas.
Ella llegó antes al orgasmo y yo la seguí instantes después.
Me desplomé sobre ella un rato en tanto nos recuperábamos.
Luego me incorporé sobre mis codos para verla. Admirando su belleza-Yo sí te quiero.-Admití.
Ella me miró profundamente y yo me perdí en sus ojos. Levantó su mano para acariciarme el cabello.-Yo...
-No hace falta Rose.-besé su frente.-No necesito que lo digas si aún no te sientes preparada.-sonreí.-Puedo sentirlo aunque no lo digas. Aún.
-Nunca me imaginé que fueras así.-dijo divertida.-¿Es raro no?
-¿El qué?-pregunté abrazándola contra mi pecho. Era tan perfecta la sensación de su cuerpo desnudo contra el mío bajo la sábana.
-No sé.-rió.-Es estúpido, olvídalo.
-Está bien.-reí divertido.-Voy a por agua. ¿Quieres algo?-dije tranquilo mientras me levantaba de la cama.
-Me empiezo a acostumbrar a estar contigo.-dijo simplemente. Me quedé parado en la estancia y me giré mirando en su dirección. Era su equivalente a qué estaba empezando a importarle y a sentir algo por mí.
-Oh vamos no me veas así.-Dijo avergonzada.
-Ok.-dije divertido.-Iré por agua.-Sonreí. Ya se estaba abriendo un poco más conmigo. Y seguiría así hasta que finalmente se enamorara de mí. Solo era cuestión de tiempo. Haría todo lo necesario para que se diera cuenta que yo en verdad la quería.
-Toma nena.-sonreí pasándole el vaso con agua.
-Gracias.-dijo mientras lo tomaba.
-Oye.-dije de repente.-Ibas enserio con eso de organizar nosotros la boda ¿no?-dije mirándola como un corderito.
-Por supuesto.-dijo segura.-Ya que es nuestra boda. Deberíamos ser nosotros quien lo hiciéramos. Tiene que transmitir nuestra esencia, nene.
Pasaron unos días y Rose pasaba muy ocupada. Entre su trabajo y los preparativos de la boda. En los cuales me obligaba a participar casi no hablábamos de otra cosa. Ya no había estado más rara sin embargo no me fiaba de que ese idiota de su ex hubiera aparecido para quedarse.
-Ey Emm.-Edward apareció en mi despacho.-¿Qué haces? ¿Estás muy ocupado?
-Pues estoy mirando iglesias para celebrar mi matrimonio.-dije suspirando molesto.
-¿Acaso eres creyente?-dijo incrédulo.-¿o es Rose? Porque me sorprende que nunca lo hayas mencionado. No te veo mucho yendo a misa, grandullón.-rió divertido.
Yo rodé los ojos.-Lo hacemos por nuestros padres.-Me encogí de hombros.-A ellos les hace ilusión.
-¿No hay vuelta atrás, no?-Preguntó rascándose la nuca. Yo negué y seguí buscando las catedrales-Es que a ver... Jamás pensé que te vería en estas circunstancias.-Rió.-Pero es evidente que la marquesa te tiene agarrado por las pelotas.
Yo fruncí el ceño iba a replicar pero en eso el teléfono de mi oficina sonó. Era mi asistente.-¿Ángela?
-Sr. Cullen su cita para escoger las flores es a las 4:30 pm
-Lo había olvidado. Gracias Ángela.
-¿Ya te vas?-Preguntó sorprendido Edward.
-Tengo que ir a ver lo de las flores con Rose.-Dije apresurado.
Edward rió.-Esto tengo que verlo con mis propios ojos.-Se puso de pie y me acompañó.
Menos mal que la floristería estaba cerca de mi oficina así que para llegar antes decidí que iríamos andando. Cuando llegamos Rose ya estaba ahí, Bella se encontraba con ella y llevaba una cámara. Tal vez mi novia quería tener todo el proceso de la boda documentado y la verdad me parecía adorable.
-Emmett, querido.-sonrió. Cuando llegué a ella me dio un beso en la mejilla y susurró en mi oído.-Llegas tarde.
Miré mi reloj. Las 4:40. Tenía razón, llegaba 10 minutos tarde. Me disculpé con la mirada y ella le restó importancia mientras seguía mirando los arreglos florales.
-¿Y tú Edward? ¿Qué es lo que haces aquí?-Preguntó Bella divertida mientras sacaba algunas fotografías haciendo que mi amigo se sonrojara.
Edward rió nervioso.-Quería ser testigo de este momento.-Contestó divertido.
-No te preocupes.-Le dio unos golpecitos a su cámara.-Tendré mucho material sobre esto.
-Emmett, ¿Podrías dejar de cotillar un poco y concentrarte en las flores, querido?-Me llamó Rose y volví a concentrarme en lo que ella me pedía.-Ya dale su espacio.-Agregó divertida.
-Está bien, mami.-dije divertido.
-¿Elegante y sobrio? o ¿Coqueto y atrevido?-preguntó mi novia mostrándome dos arreglos diferentes.
-¿Hablamos de ti o de las flores?-dije divertido. Ella rió.-Si es sobre ti digo coqueto y atrevido.
Después de elegir las flores Rose sugirió que podríamos ir a casa y cenar los cuatro. Rose y Bella harían la cena y nosotros nos encargaríamos del resto de cosas. La verdad es que tanto Edward como yo éramos pésimos en la cocina.
-Oye, ¿Dónde pusiste el cuadro?-Preguntó Edward recorriendo la estancia con la mirada.
-No vas a verlo aquí.-Contesté y Edward alzó una ceja.-Está en nuestra habitación.-Aclaré.
-Oh. Pensé que lo dejarías aquí.
-No, aquí estará una de las que Bella nos tomará próximamente.
Edward rió.-Claro, había olvidado que ahora también ya eres modelo. ¿Qué sigue luego, Emmett? ¿Bailarín?-Se burló.
-Oh.-bufé.-Déjalo ¿quieres? ¿No puedo hacerme unas fotos con mi novia sin que te burles de mí?
-No para nada, Emm.-rió.-Es simplemente que es gracioso que haya salido de ti la idea de ponerte delante del objetivo.
-Eres odioso.-decidí salir de la sala e ir a la cocina.-¿Necesitáis algo?-dije sonriendo de forma encantadora y viendo a mi Rose que estaba adorable con un moño alto.
-¿Crees poder hacer algo sin que tengamos que ir a urgencias?-dijo Bella divertida picando verduras.
Yo rodé los ojos.-No seas así, Bella.-Intervino mi Rose -Emmett solo quiere ayudar.
-Gracias.-Besé su mejilla y agarré algo de queso ganándome un manotazo por parte de Rose.
-¡Emmett no toques la comida!-Chilló.
Yo hice un puchero y Bella rió.-Tu novio es todo un niño grande.-Dijo divertida y Rose suspiró.
-Perdón nena.-dije algo apenado.-Es que Edward no para de molestarme por la sesión de fotos con Bella.
-Oh venga, nene.-rió Rose mientras Bella escondía una sonrisa.-Toma.-me pasó un pelador.-¿Puedes pelar esta cebolla?
Tras eso seguimos cocinado y luego los cuatro cenamos en la sala.
-Vaya.-dijo Edward.-La pasta está deliciosa, chicas.
-Muchas gracias, guapo.-dijo Bella divertida haciendo sonrojar a mi amigo.
-Bueno Bella.-Edward recuperó la compostura.-¿Tienes ya una idea sobre cómo harás el photoshoot?
-Sii de hecho podríamos empezar en Central Park.-Se encogió de hombros.-Aquí a Rose le hace ilusión además es muy neoyorquino.-Rodó los ojos Bella.
-¿En serio?-Pregunté emocionado.
Ella asintió limpiándose la boca con la servilleta antes de hablar.-Sí.-Contestó tomando mi mano.-Podría ser esta semana. ¿Cómo está tu agenda querido?
Edward se aguantó la risa incluso estuvo a punto de atragantarse.-¿Qué tiene de gracioso, Edward?-Preguntó Bella divertida.
Yo iba a matar a Edward si soltaba algo de información sobre mi pasatiempo favorito mientras estaba en la oficina.
-Nada.-rió cuando le dediqué una mirada asesina.-Solo recordé algo.
-Está bien.-dijo Rose divertida.-¿No es maravilloso?
-Me alegra que te haga tanta ilusión, nena.-sonreí mirándola y ella tomó mi mano y le dio un apretón.
Tras eso recogimos todo y las chicas insistieron en ver una peli.
-¿Aún no os decidís?-Edward llegó a la estancia divertido.
-No.-dijo Rose suspirando.-Bella quiere ver una de miedo.-bufó Rose.
-¿Y a ti no te gustan?-Pregunté curioso.
-Aquí a Rose siempre le han dado miedo.-Contestó divertida su amiga.
-¡Eso no es cierto!-Dijo ella.
Yo reí.-Tranquila, nena. Que Edward también es un gran miedoso.
-¿De verdad?-Preguntó Bella viendo divertida a Edward, mi amigo se sonrojó ligeramente.
-Simplemente no disfrutó sufriendo.-dijo sin más.
-Totalmente de acuerdo.-dijo Rose mirando a Edward.-¿Qué sentido tiene ver una peli que es un momento de relax para estar todo el tiempo en tensión.-bufó.
Bella rió.-Son unos críos. Además...- sonrió divertida.-Si tienen miedo siempre pueden usar el comodín de los achuchones.-le guiñó a Ed y a este casi le da un ataque.
¡Holaaaaa nuevo cap! Espero que os guste. Ha quedado bastante largo así que... Disfrutadlo :)
Nelita: Siiii, parece que ya se están llevando mejor xd ¿Como te imaginas la sesión?
Tecupi: Wow ¡Me encantó este review taaaaan largo! Te inspiraste :) y tengo que darte las gracias porque también me inspiraste a mí sobre lo que pasará con Sam&Leah xd so Gracias. Los papás si son algo pesados pero bueno sus hijos están acostumbrados y en cuanto al trío... maybe? xd
Jupy: ¿Qué te pareció? ¿Les hizo bien el viaje? xd
