Rose pvo
-Señorita Hale.-uno de los médicos que me había atendido minutos antes trataba de hacerme entrar en razón.-Necesita descansar. Ha pasado por un shock muy grande.
-Agradezco su preocupación doctor.-dije simplemente.-Pero lo que necesito es saber dónde está mi prometido. Soy abogada ¿sabe? Y una muy buena. No pueden engañarme.
-Señorita Hale.-de repente se escuchó la voz de uno de los policías.-Su prometido se encuentra en las dependencias de la comisaría.
-¡¿Lo han detenido?!-dije sorprendida.-Debe llevarme a verlo.
-Señorita Hale.-volvió a insistir.
-Soy abogada y no voy a permitir que el Señor Cullen pase la noche en prisión siendo inocente. Tiene derechos inquebrantables que usted, oficial, debería conocer al pie de la letra.-dije tajante. El policía me miró y suspiró molesto antes de llevarme hasta donde se encontraba Emmett.
-¿Rose? ¿Qué haces aquí?-Preguntó sorprendido poniéndose de pie y agarrándose de los barrotes.-¿Cómo te sientes? No deberías estar aquí.
-Oh Emmett. Tú eres el que no debería estar aquí.-Me acerqué y tomé su mano.
-El bueno para nada del gerente del hotel me consiguió un abogado que habla muy poco nuestro idioma y como imaginarás no les entiendo una mierda a estos malditos franceses.-Dijo enfadado.- Salvo que según todos aquí yo soy el culpable.
Cómo lo supuse el pobre estaba muy desorientado. No hablaba absolutamente nada de francés y el abogado que le habían asignado tampoco dominaba nuestro idioma. Así que yo misma tendría que encargarme de que lo sacaran de ahí.
-Por eso no te preocupes. Haré que te liberen hoy mismo.-Aseguré.
-Nena eso no es importante. Lo que yo quiero es que tú estés a salvo. Si quieres, puedo ordenarle al gerente que...
-¡Ni loca regresaré a ese hotel!-Exclamé escandalizada.-Royce aún sigue suelto y Carlisle tampoco se quedará de brazos cruzados al enterarse del deceso de...-Cerré los ojos un momento.-Lo que quiero decir-Volví a verlo.-Es que estaré más segura aquí en la comisaría. Además, déjame hacer mi trabajo.
Emmett me veía sorprendido y en silencio. Seguramente con mil preguntas y comentarios rondando en su cabeza.
-Como tú digas, nena.-Iba a acariciar mi rostro con una de sus manos pero me alejé antes de que lo hiciera.
Los policías aún estaban procesando la escena del crimen y verificando las pruebas. Por supuesto yo también tuve que dar mi declaración contando los horribles sucesos que habían acontecido.
-Señorita Hale.-uno de los oficiales me ofreció un café.-Puede retirarse.
-No voy a irme hasta que el señor Cullen salga del arresto injusto en el que se encuentra.
-No puede hacer nada más.-dijo simplemente. Justo en ese momento bufé molesta. Probablemente si fuera un hombre no me hubiera dicho eso.
-No sabe de lo que soy capaz.-fui a hablar con el inspector que llevaba el caso. Me aseguró que aunque a simple viste las pruebas incriminaban a Emmett sus huellas no estaban en el arma homicida. Así que lo soltarían sin cargos. Hice un par de llamadas para asegurarme y acelerar el papeleo y poder irnos de ahí de una vez.
-Rose.-sonrió al verme llegar con un policía que iba a sacarlo de ahí.
-Te han sacado en libertad sin cargos.-dije revisando el caso.-Aunque si vamos a juicio tendrás que declarar en la corte.-me crucé de brazos.
-Gracias, nena.
Cuando íbamos de regreso, él permaneció en silencio durante todo el camino.
-¿Cómo... Cómo te encuentras?-Tomó mi mano.
Yo simplemente me encogí de hombros. Pude notar que Emmett estaba realmente incómodo con todo lo que había pasado.
-Gracias por llegar y salvarme.-Apreté su mano viendo
Volvió a verme consternado. -Jamás me perdonaré lo que te hicieron.-Suspiró.- De ahora en adelante aunque no estés de acuerdo tendrás seguridad contigo las 24 horas del día.-Apuntó.-No puedes andar sola con tanto loco suelto por ahí. No permitiré que te hagan daño otra vez.
-Creo que esta vez si voy a darte la razón.-dije sin más dándome de hombros. Vi como Emmett se acercó con cuidado. Quería abrazarme pero le daba miedo como fuera a reaccionar yo.
-No pasa nada ¿si?-dije simplemente mientras me acurrucaba en su fuerte pecho sintiéndome protegida y segura por primera vez en la noche.-Eres tú.
-Yo nunca te haría daño, Rose.-suspiró dejando un beso en mi cabello.-No eres consciente de lo que significas para mi.
-Podías haber muerto ahí dentro, Emm.-dije asustada. Y Justo en ese momento, ahí estaba. Me derrumbé.
-Oh nena. Tenía que hacer algo. Tú eres mucho más importante para mí.-Estuvo consolándome un largo rato mientras yo me encontraba entre sus brazos.-Te amo más que a mi propia vida.
Cuando me sentí mejor fui a darme un baño para relajarme.
Más tarde fui a acostarme y Emmett no estaba seguro si acompañarme. Lo notaba indeciso. Incluso había tomado una sábana y un par de almohadas.
-No tienes por qué dormir ahí.-Volví a ver el sofá cama de la habitación donde el pensaba acomodarse.-Puedes quedarte conmigo.
-¿Estás segura, amor?-Yo asentí.
Él se acercó a mí despacio. Yo traté de sonreír, aunque fallando en el intento.
-Oye nena de verdad... si quieres duermo en el sofá.-dijo incómodo. Yo negué rápidamente.
-No de verdad, Emm.-suspiré.-Ven, no quiero dormir sola.
-Está bien.-dijo acomodándose en la cama. -¿Crees que vas a poder dormir?
-Me he tomado una pastilla.-él me miró alzando una ceja.-Me la ha recetado el doctor antes, Emm.-dije divertida antes de acurrucarme en la cama.
Emmett Pov
Habíamos pasado un día de locos. No había descansado en todo el día. Y seguía sin poder conciliar el sueño. Era una mierda la verdad todo lo que pasó. Debía permanecer alerta.
Tener a Rose entre mis brazos me hacía sentir tranquilo. Porque mientras estuviera conmigo no permitiría que algo así fuera a sucederle de nuevo. Haría lo mejor para protegerla. Costara lo que costara.
Volví a ver a Rose. Era una mujer maravillosa en todos los sentidos. No merecía ser víctima de sucesos como los ocurridos.
Era increíble lo fuerte y lo frágil que podía ser mi chica a la vez. En la comisaría me había dejado alucinado. Había mantenido la compostura. La forma en que abordó todo lo de mi detención pese a que un momento atrás había sufrido en mano de esos imbéciles. Era admirable. Pero luego me recordaba lo frágil que podía ser al derrumbarse en la forma en que lo hizo cuando nos quedamos solos. Al verla así juré protegerla incluso con mi vida. La amaba demasiado no podía fallarle de nuevo.
De un momento a otro sentí que Rose comenzó a removerse. Parecía que estaba teniendo una pesadilla. Inmediatamente la desperté e intenté calmarla.
-¡Ah!-mi chica gritó al despertarse. Su grito fue de dolor, tenía miedo, había sufrido y yo me castigaba por no poder haber hecho más. Me había jurado protegerla de todo y de todos.
-Rose.-llamé su atención, ella enfocó su vista en mi.-Estabas teniendo una pesadilla.
-Ajá.-suspiró y se incorporó para tomar algo de agua.-Emm.
-¿Qué ocurre?-pregunté con cuidado.
-Tengo miedo.-dijo simplemente y ahí vi que Rosalie finalmente me estaba demostrando que me quería. Nunca, si no sintiera algo por mí se hubiera abierto de esa manera.
-Ya lo sé.-sonreí mientras dejaba un beso en sus cabellos.-Hay seguridad en la puerta, mi amor. Además, yo estoy aquí contigo ¿si? No dejaré que te pase nada.
Finalmente Rose decidió aumentar su dosis de calmantes. Solo así pudo volver a dormir tranquila. Me dolía verla así en ese estado.
Momentos más tarde, mi teléfono comenzó a sonar. Era mi madre. Me levanté con cuidado de la cama.
-¿Emmett? ¿Hijo? ¿Cómo estás? Me enteré en las noticias, tu primo...
-Lo sé mamá. Y se lo tuvo bien merecido.
-¡Emmett Cullen! No puedo ser cierto que tú... Tú...-Mamá estaba titubeando.
-Descuida madre. No fui yo quien le disparó. Si eso es lo que te preocupa. Aún así me alegra saber que ese malnacido está muerto.-Admití.
-¡Hijo!-Chilló escandalizada.-No hables así, por favor. No está bien desearle el mal a nadie. Menos a tu familia.
-¿Familia? ¿Acaso tú sabes lo que ese pedazo de imbécil estaba haciendo cuando yo llegué?-Exclamé furioso.
.-Estaba abusando de mi novia, mamá. De mi Rose.
-¡Oh Dios mío!-mamá gritó completamente en shock.-Emmett hijo, eso es una acusación muy grave.
-¿No me crees?-dije indignado.-¡Mamá yo mismo lo vi con mis propios ojos!
-Ay Dios mío, hijo.-sollozó.-Pobre Rose.-de repente se quedó en silencio.-¿Cómo está ella? ¿Dónde estás?
-Está conmigo.-suspiré.-Casi me arrestan pero ella me ha sacado de la comisaría. Ahora está descansando.-bufé mientras me sentaba en la terraza.
-Lo lamento mucho, hijo. Pobre chica.-Exclamó preocupada y se quedó en silencio por un momento.-¿Y qué pasará ahora?
-Nos quedaremos unos días acá.-Aseguré.-Tengo que pensar cómo vamos a lidiar con Royce y Carlisle ahora.
-Carlisle está devastado con la noticia.-Suspiró mamá.-Era su único hijo.
-Mamá por favor, deja de tener compasión por seres tan despreciables como ellos.-Pedí molesto.
-Por favor, Emmett.-dijo triste.-Es tu familia al fin y al cabo.-suspiró.
-En eso te equivocas, madre.-dije cortante.-Mi familia eres tú y Rose. Y no voy a permitir que nadie les haga nada. Nunca más.
-Ay hijo.-suspiró.
-De hecho.-No la dejé continuar.-Creo que también deberías tener seguridad en casa. Siempre estás tú sola desde que papá no está. Alguien que quiera hacernos daño podría pensar en hacértelo a ti.
-Emmett hijo.-dijo sorprendida.-¿No estarás exagerando? ¿Seguridad yo?
-¡Mamá no lo entiendes! Han tratado de violar a Rose de nuevo.-dije explotando de rabia.
-¿De... de nuevo?-preguntó asustada.
-Mira, tengo que colgar. Y te suplico que no te opongas a las medidas que voy a tomar a partir de ahora. Cuídate, má.-Colgué y me quedó un rato en la terraza.
Luego regresé a la habitación y me acosté al lado de mi chica. Esperando poder dormir un poco mientras amancecía.
Rose pvo
-¿Emm?-pregunté desorientada cuando desperté y no lo veía por ningún sitio.-¿Emmett?-volví a preguntar mientras me incorporaba en la cama. De repente sonó la puerta. Alguien estaba entrando en la habitación. Inmediatamente me asusté y me puse en alerta.
-Nena.-era la voz de Emmett así que me tranquilicé un poco.-He ido a comprar el desayuno.-dijo sonriendo mientras entraba en la habitación.-Buenos días linda.-llegó hasta mí dejando el desayuno a los pies de la cama y se acercó a darme un beso. Instintivamente aparté la cara.
Emmett suspiró y únicamente me acarició el cabello antes de sentarse dónde había dejado el desayuno.
-¿Cómo estás?-Preguntó visiblemente preocupado. Además lucía bastante cansado. Sus ojeras eran una clara señal de que no había dormido nada. Él tampoco merecía estar pasando por esto.
-Mejor.-dije simplemente. Traté de sonreír pero se quedó en una mueca. Emmett obviamente lo notó.
-Oye nena.-suspiró.-No tienes que fingir conmigo ¿si? Verás puedo tratar de entender por lo que estás pasando y quiero que seas sincera. Puedes contar conmigo para lo que necesites.
-Lo sé.-le miré y sonreí mientras acariciaba su cara.-Gracias, Emm. Por todo lo que has hecho. No sé qué habría hecho sin ti.
El apretó sus puños y frunció el ceño.-No tienes por qué darlas. Es por mi culpa y gracias a la maldita familia que tengo que estamos así.-Expresó con rabia mientras se ponía de pie.
-Emmett.-Tomé su brazo.-Solo somos víctimas aquí.-Traté de hacerlo entender.-Tú me salvaste.-Le recordé.
-Debí ser más precavido desde el principio.-Dijo con pesar.-No puedo perderte, nena.-Acarició mi rostro.-Jamás me lo perdonaría.-Luego se agachó buscando mi mirada.-De ahora en adelante no estarás sola nunca. Tendremos seguridad. Y si no estoy contigo, necesitaré saber dónde estás en cada momento, ¿De acuerdo?
Al parecer hasta aquí llegaba mi libertad. Seguramente esta nueva rutina me acabaría sofocando. Pero por el momento era algo necesario.
-De acuerdo.-dije en un susurro mientras apretaba el agarre de nuestras manos.-¿Emm?-le llamé.
-¿Qué ocurre, amor?-se sentó junto a mi. Momento que aproveché para acurrucarme en su pecho.
-Quiero volver a casa.-dije simplemente.
-¿Quieres que avise a tus padres?-preguntó confundido. Yo sonreí mientras alzaba la mirada para mirarlo. Simplemente negué.
-Quiero volver a casa. Contigo.-sonreí.-En Nueva York.-dije para que entendiera que ese apartamento de Manhattan se había convertido inevitablemente en nuestro hogar.
-Lo que tú digas, nena.-Emmett fue a preparar el equipaje mientras tomaba mi desayuno.
Cuando estábamos en el aeropuerto había un par de periodistas queriendo indagar sobre lo sucedido pero gracias a la seguridad no tuvimos mayores problemas.
Emmett se mantuvo a mi lado haciéndome sentir segura.
Durante el vuelo pude notar a Emmett un poco más relajado. Tanto que incluso tomó una siesta y yo decidí dormir un poco también.
Me desperté justo antes de aterrizar. Sonreí al ver a Emmett, que aún seguía dormido.
-Emm.-le llamé con delicadeza.-Ya vamos a aterrizar. Despierta.-él abrió los ojos y al verme sonrió mientras tomaba mi mano y dejaba un beso en el dorso de mi mano.
-Ya estamos en casa.-dijo divertido. Yo asentí sonriendo.-¿Qué harás cuando se enteren tus padres?-preguntó preocupado. Yo me di de hombros. Cuando salimos del avión un hombre muy amable trajo nuestro equipaje y nos condujo a la salida para llegar al coche que nos llevaría a casa. Lo que no me esperaba era que hubiera tanta prensa.
Al instante nos abordaron con muchas preguntas y todos queriendo llamar nuestra atención al mismo tiempo. Me sentía tan abrumada de no ser porque Emmett me llevaba rodeada con su brazo me habría desvanecido justo ahí.
Él se veía realmente enfadado ante el acoso de los periodistas. Incluso le ordenó a sus hombres que se encargaran de ellos y nos despejaran el paso.
Finalmente pudimos ingresar al coche y alejarnos de todo ese caos.
-¿Estás bien?-Tomó mi mano.
Yo asentí.-Creí que iba a desmayarme en cualquier momento.-Admití.
Pasó con cuidado uno de sus brazos sobre mis hombros.-Debí romper sus cámaras, ¿no crees?
-No debes ser tan violento.-Repliqué.-Al fin y al cabo solo estaban haciendo su trabajo.
Emmett resopló. No estaba de acuerdo con mi comentario. -¿Cómo está tu brazo?-pregunté para cambiar de tema.
-Estoy bien nena.-dijo más tranquilo.-Solo ha sido un rasguño.
-Emmett, no seas así...-dije preocupada.
-Amor.-sonrió dejando un beso en mi cabeza.-Estoy bien ¿si? No fue nada.
De repente mi teléfono comenzó a sonar. Suspiré y lo miré. Era mi madre. Decidí colgar. Más tarde la llamaría.
-¿Estás bien?-Emmett me preguntó preocupado.
Emmett me hacía la misma pregunta cada oportunidad que tenía. Entendía que todo lo pasó, para él también había supuesto un trauma pero esto ya se estaba volviendo agotador escuchar lo mismo una y otra vez.
Simplemente suspiré y asentí.-Ya no te preocupes, ¿si?
-Está bien. Si quieres yo puedo hablar con tus padres.-Puso su pesada mano en mi muslo dándome un apretón.-Perdón.-Se disculpó apenado quitándola inmediatamente.
-No es necesario.-Contesté.-Yo hablaré con ellos.
-De acuerdo.-dijo simplemente mostrándome apoyo.
-¿Crees que podemos cenar Five Guys?-pregunté de repente.
-¿Quieres una hamburguesa?-rio divertido. Yo asentí poniendo un puchero.
-Pues una hamburguesa será.-dijo eso y le dio la dirección al chofer antes de llegar al departamento para coger la cena para llevar.
-Hoy quiero olvidarme de todo.-suspiré.-Mañana será otro día. Y ya veremos cómo lidiar con todo este desastre.
-¿No vas a llamar a tu madre?-preguntó.
-No.-me di de hombros.-Está acostumbrada a que no se lo coja.-dije simplemente.-Soy una mujer ocupada.
-Nena.-tomó mi mano llamando mi atención.-Debe de estar preocupada.
-Ok.-Me rendí ante la insistencia de Emmett.-Le llamaré después de comer.
Comimos en el sofá frente al televisor. Emmett había puesto uno de sus programas sobre autos. Estaba totalmente concentrado en eso hasta que escuchamos que llamaban a la puerta.
Emmett suspiró al recibir una llamada.-Dejenla pasar.-Contestó de mala gana.
-¿Quién es?-Pregunté mientras me limpiaba con una servilleta.
No le dio tiempo a responder ya que una Bella histérica entró en la sala y se sentó en el sillón junto a mi.-¡Rose! ¿Qué ha pasado? ¿Por qué hay dos gorilas enormes custodiando el apartamento como si fueras la reina de Inglaterra?-lo dijo tan seria que me hizo reír.-Oh vamos esto es serio.
-Era necesario, Bella.-Emmett respondió simplemente. Mi amiga se giró molesta a verlo.
-¡Oh!-sorprendida le respondió.-Osea que la estás reteniendo.-bufó molesta.-Tú... eres un maldito controlador.
-Bells...-traté de calmarla.-Emmett no es el verdugo aquí ¿si?
-Oh Dios mío.-gritó sorprendida.-¡Ya te ha lavado el cerebro! Sabía que pasaría.
-¿Acaso no has visto las noticias?-Preguntó de mala gana Emmett.
Bella sacó su teléfono confundida.
-Mientras estaba en París sufrí...Bella volvió a verme.- Sufrimos un ataque.-Me mordí el labio.-Emmett me salvó.
Bella me veía preocupada preguntándome qué había pasado. Emmett decidió dejarnos solas. Le conté todo obviamente y ambas terminamos con lágrimas en los ojos.
-Oh rubia.-Me abrazó.
-Lo sé, lo sé.-bufé.-Solo quiero olvidarlo de una vez.
-Ese maldito de Royce...-dijo mi amiga con asco.
-Ya.-suspiré simplemente.-Emmett estuvo a punto de perder la vida por mí ahí dentro ¿sabes?-de sólo pensarlo se me erizó la piel.-No sé que habría hecho si a él le hubiera pasado algo, Bella.-suspiré sorbiendo por la nariz.
-Y ahí está.-sonrió orgullosa.-Ya sabes lo que sientes por Hulk.-dijo rodando los ojos mientras yo la miraba molesta.
-Tengo claro mis sentimientos hacia 'Hulk' como le llamas.-Puse los ojos y me crucé de brazos. Bella rió.
-Ya no debes de preocuparte ahora. No creo que invadan su fortaleza.
-Carlisle es un hombre poderoso.-Recordé.-No podemos subestimarlo.
-El grandulón también lo es. Y aunque me cueste admitirlo.-Chasqueó.-Parece tener la situación bajo control.-Luego entrecerró los ojos.-En realidad parece que le ha sacado ventaja a su lado más pesado e insoportable de tener todo calculado.-Bufó. Yo reí.
-Odio toda esta situación.-Me quejé.-Sé que esto me acabará asfixiando. Pero también sé qué es necesario. He estado durmiendo con calmantes desde ayer. Soy incapaz de dormir por mis propios medios.-me di de hombros.-Mañana tengo que aparecerme por el bufete y tengo miedo Bella.-me mordí el labio.-Seguramente me reporte enferma.
-Hey.-mi amiga me miró con comprensión.-Sé que tienes miedo pero Emmett ha contratado a esos hombres gigantes que no se van a despegar de ti ni un segundo. No creo que debas preocuparte por eso ¿no crees?
-Ya.-suspiré.-Oye, ¿te quedas un rato?-pregunté con un puchero.
-Si quieres puedo quedarme a dormir también.-Se encogió de hombros.
-No creo que a Emmett le haga ninguna gracia.
-¿Qué? ¿Acaso va a prohibir que duerma contigo ahora?-Preguntó indignada.
-No es eso Bella. Pero aquí no hay camas extras y pues no creo que a Emm le haga gracia dormir en el sofá.
-¿Quién va a dormir en el sofá?-Emmett apareció en la sala curioso.
-Pues Bella quería quedarse a dormir.-dije simplemente dándose de hombros.
-Oh.-dijo sorprendido.-Pues es que solo hay una cama.-se dio de hombros.
-Este apartamento es enorme y ¿solo tienes una cama?-alzó las cejas sorprendida.
-No es algo que te incumba.-dijo molesto.-Aunque si quieres puedes quedarte.-dijo sorprendiéndome por completo.-Podemos ver como arreglárnoslas.
-En ese caso enciende el televisor y pon una película, grandulón.
Emmett alzó una ceja incrédulo ante las órdenes de mi amiga.-¿Se te ofrece algo más?-Preguntó con sarcasmo.
-Palomitas acarameladas, por favor.-Pidió con una sonrisa encantadora Bella.-Oh oh y cerveza.
Emmett la fulminó con la mirada pero luego me volvió a ver a mí y su expresión se suavizó un poco y se marchó a la cocina.
-Es curioso.-Comentó Bella riendo cuando nos quedamos solas de nuevo.-Que pueda darle órdenes a Emmett en su propia casa. Definitivamente hace cualquier cosa por ti.
-Para.-dije divertida mientras me acomodaba en su hombro.
De un momento a otro Emmett llegó con las cosas que Bella le había pedido. Se sentó a mi otro lado y me dio unas gominolas.
-Gracias.-sonreí divertida tomando unas cuantas.
-Por ti lo que sea nena.-sonrió dejando un beso en mi cuello haciéndome reír.
-¡Asco!-dijo Bella llamando la atención.-¿Podéis poner ya la película?-dijo lanzando palomitas en nuestra dirección.
-Ok.-Sonrió Emmett.-Pero yo escojo la película.-Y si Emmett escogió una de Rápido y Furioso para fastidiar a Bella pero lo que no sabía es que esa saga de películas era un guilty pleasure de mi amiga.
Bella rió.-Genial, grandulón.
-Mala suerte si no te gusta, Bells.-Comentó divertido.-Serán más de dos horas.
-¿Bromeas?-Chasqueó.-Sí puede que sea una mala película pero me entretiene.-Se encogió de hombros divertida y Emmett bufó.
Luego de un rato, ya me estaba quedando dormida. Así que mejor decidí irme a la cama.-Me voy a descansar pero procuren no matarse en mi ausencia.
-Seremos ángeles.-dijeron ambos a la vez.-yo reí y negué con la cabeza.
-¿No vas a despedirte de nosotros?-dijo Emmett divertido.
-¡Ni siquiera sé a quién me encontraré a mi lado cuando despierte!-dije divertida.
-Lo echaremos a suertes.-dijo Emmett como un niño pequeño.
-No tengas mal perder ¿si querido?
Emmett Pov
Increíblemente no discutí con Bella en ausencia de Rose. Al contrario habíamos disfrutado de la película haciendo comentarios de vez en cuando.
-Oye, grandulón-Me llamó y yo volví a verla.-El otro día fuiste con Edward a un club donde estuvieron con unas putas.
Yo reí.-¿Acaso estás reclamándome por lo de Edward?
-No idiota.-Rodó los ojos.-Edward y yo nos entendemos. Y te lo mencionaba por Rose. A ella no le hizo nada de gracia.
-¿Se puso celosa?-Sonreí.
-Rose no es una chica celosa. Además sabe muy bien que jamás encontrarás a alguien mejor que ella.-Se encogió de hombros y le dio un largo trago a su cerveza.-Lo que le indignó es que tuvieras a mujeres tan corrientes en tu regazo.
-Esa noche no pasó nada.-bufé algo molesto.-Nunca engañaría a Rose.-Bella me miró alzando una ceja.-¡Oye! Sé que tengo un pasado pero quiero a Rose y nunca le haría daño.
-Ya lo sé.-sonrió.-Créeme que aunque no te soporte sé que Rose también te quiere.
-¿De verdad?-pregunté ilusionado.
-Emmett.-dijo sorprendida.-Te digo como mejor amiga de tu novia que trabajes esa inseguridad tuya. Hay que ser idiota para no ver como te mira Rose.-se dio de hombros.
-¿Qué es eso de que a ti no te molesta que Edward esté con otras personas?
-No tenemos exclusividad.-dijo simplemente.
-Sois raros.-rodó los ojos cuando lo dije.
-No es mi culpa que tengas la cabeza más cerrada que una nuez.-rió mientras terminaba su cerveza.-No voy a perder tiempo explicándotelo.-se dio de hombros.
-¿Y qué te gusta más?-Ella alzó una ceja-¿Las mujeres o los hombres?
-Me gustan las personas en general sin importar su sexo u orientación sexual.
-Pero entonces... ¿Prefieres el sexo con mujeres o con hombres?-Pregunté con curiosidad.
-Definitivamente con mujeres.-Aseguró.-Conocemos mejor nuestro cuerpo.
-Auch. Pobre Edward.-Reí sintiendo pena por mi amigo que no dejaba de hablar de lo genial y caliente que era Bella.-Le has cumplido muchas fantasías.
-Edward ha estado a la altura.-Reconoció.-Debo admitirlo.
-¿Edward es el único hombre con el que has estado?
-No.-Respondió.-He estado con otros tipos antes.
-Y...¿Cuál es tu tipo de hombre?-dije divertido. Ella me miró ¿coqueta?
-¿Por qué?-dijo riéndose.-¿Estás interesado?
-¿Qué?-dije asqueado.-¡No!-suspiré mientras ella reía.
-Tranquilo grandulón. Definitivamente tú no eres mi tipo.-Soltó divertida.-No me van los gorilas ni los pie grande.-Yo rodé los ojos.
-Mejor dime si Rose y tú han tenido algo en algún momento.
-Oh.-rio divertida.-Así que por ahí vas ¿no?
-¿Vas a responderme?-Pregunté impaciente.
-Que te cuente tú novia.-Guiñó.
-¡Oh vamos!-Me quejé.-No puedes dejarme con la duda.-Insistí.
-Pues sí.-Se encogió de hombros.
-No seas cruel, mujer. Suéltalo.
-Ya te respondí.-Dijo como algo obvio.
-¡Espera! ¡¿Eso es un sí?!-Pregunté anonadado.
Ella asintió.-Ajá. Rose tuvo una etapa curiosa.-Sonrió recordando. Y por mi cabeza se cruzaron muchos escenarios al respecto.-De verdad tú si que eres lento, hombre.-Rio haciéndome volver a la realidad.
-¡Oye!-dije molesto.-No puedes ser tan cruel.
-No estoy siendo cruel, grandullón.-rio divertida.-Todo lo contrario ¿no crees?
-No.-bufé.-Porque no me estás contando todo.
-No tengo porque contártelo todo con pelos y señales.-se dio de hombros divertida.-Ya te he dicho lo más importante.-guiñó. Yo alcé una ceja interrogándola.-Pues eso, que Rose en su etapa universitaria tuvo sus momentos de curiosa también.
-Pero...-yo fui a decir algo más cuando ella me interrumpió.
-¡Qué tarde es, Emm! Creo que es hora de dormir.-me molestó fingiendo un bostezo. Yo la miré mal.
-Muy sutil tu forma de evadir el tema.
Ella sonrió.-Ya te conté demasiado. Pregúntale a tu novia. -Se levantó cogiendo las almohadas del sofá.
-¿Qué estás haciendo?
-Estoy acomodándome para dormir.-Respondió con algo de ironía.-Te agradeceré que me dejes una sábana al menos.
-Oye, puedes dormir en la cama.-Me puse de pie.-Yo dormiré en el sofá.-Ella alzó una ceja incrédula.-No me veas así.-Rodé los ojos.-Soy un buen anfitrión.
-De verdad que el estar con Rose te cambia.-dijo visiblemente sorprendida.
-La amo Bella.-suspiré molesto.-¿Tan difícil es que me creas?-ya estaba comenzando a hartarme.
-¡Oye que yo no he dicho que no te crea!-dijo molesta.-Es que como comprenderás, pongo el listón muy alto.-guiñó.-Conozco a Rose desde hace más de 10 años. Es como mi hermana. No quiero que la hagan daño. Es todo.-dijo dándose de hombros.
-Rose es lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo, Bella.-suspiré.-Y de verdad, que no pretendo llevarme mal contigo. Simplemente quiero formar parte de su vida. Y tú eres una parte fundamental. Por más que lo odie.-dije divertido y ella rodó los ojos.
-Tal vez estoy empezando a soportarte.-guiñó divertida.-Qué descanses Emmett.-dijo antes de subir las escaleras.
Yo me acomodé en el sofá y me quité la camiseta. Me quedé dormido.
A la mañana siguiente decidí levantarme temprano para ordenar algo para el desayuno. No tenía idea qué le gustaba a Bella pero le pedí algo liviano como lo que acostumbraba a comer mi chica.
-Hola grandulón.-Apareció Bella en la cocina.-Huele delicioso.
-Buenos días. ¿Y Rose?
-Se quedó hablando con Lilian.-Se metió una fresa a la boca y agarró unas crepas.
-Oh.-dije sorprendido.-¿Le está contando lo que pasó?
-Ya sabes cómo es.-suspiró dándose de hombros mientras se sentaban en uno de los taburetes de la cocina y se servía zumo de naranja.-Le estará quitando importancia para no preocuparles. Aunque obviamente no puede evitarlo porque ha salido en todos los medios.-bufó.
-Buenos días.-de repente vimos a Rose bajar por la escalera sonriente.
-¿Hablaste con tu mamá?-pregunté, ella simplemente asintió restándole importancia.
-¿A dónde vas?-preguntó curiosa al ver que tenía mi maletín en la puerta.
-Tengo que hacer algo en la empresa.-Respondí tomando mi café.-Los socios están inquietos por lo sucedido.-La verdad era que podría perder varios contratos millonarios. Además mi reputación estaba en juego también. Tenía que dar mi declaración al respecto frente a los medios para que me dejaran en paz.
-¿Piensas en hacer una rueda de prensa o algo? ¿Quieres que esté contigo?
Yo negué.-No, descuida. No te preocupes.-Aseguré.
-Oye grandullón.-Bella habló por primera vez desde que había llegado Rose.-Creo que Rose debería estar presente. Así tal vez dan una imagen unida y da mucha más credibilidad que si solo te presentas tú.
-¿Tú qué opinas, nena?-miré a Rose inseguro. La verdad que lo de Bella tenía un punto. Más que nada porque Rose no era cualquier mujer. Era una abogada de prestigio que daría tranquilidad a los socios más inseguros.
-Creo que Bella tiene razón, Emm.-suspiró dándole una sonrisa a su amiga mientras tomaba algo de zumo.
-De acuerdo.-Acepté.-Podrías acompañarme. Pero antes come algo.-Pedí.
Ella se sentó junto a Bella y se quedaron charlando mientras yo hacía un par de llamadas. Finalmente logré cuadrar las cosas con mi equipo de trabajo. Los medios de comunicación más prestigiosos ya habían sido convocados. Luego de mi declaración frente a la prensa tenía que ir al funeral de mi primo pese a que en un principio me había rehusado. Mis asesores habían insistido en que lo hiciera pero yo no quería arrastrar a Rosalie a esto. Debía platicar con ella antes.
-Nena.-la llamé cuando terminé de hablar por teléfono. Ella me miró curiosa.-Necesito preguntarte una cosa.
-¿Qué ocurre?-dijo confusa.-¿Ya has preparado la convocatoria?
-Sí.-suspiré mientras me sentaba junto a ella en la encimera y masajeaba mi cuello.
-Yo voy a irme ya.-dijo Bella de repente.-Esto es algo que tenéis que hablar a solas.-sonrió algo triste.-Además, tengo mucho trabajo.-dijo y se despidió de ambos antes de marcharse.
-¿Qué pasa, Emm?-Rose se acercó a donde yo estaba y sobó mi espalda en un gesto de apoyo.
-Mis asesores insisten en que me presente al funeral...-Volví a verla.-Y también dicen que es buena idea que tú vengas.
Ella apartó la mirada. Era obvio que está propuesta no le vendría en gracia.
-Mira sé qué no está bien hacerlo y entiendo si no quieres acompañarme. Es decir, jamás te obligaría a hacerlo.
Rosalie seguía sin decir nada. Froté con cuidado su espalda esperando algún comentario o reacción de su parte. Ella en respuesta simplemente se encogió y se alejó de mí. Bajándose de la encimera.
-Rose...-la llame antes de que se diera la vuelta. Ella continuó ignorándome.-Nena, por favor...
-¿Por favor qué, Emmett?-dijo molesta cuando se giró.
-Sólo piénsatelo.-dije sin más.
-¿Qué tengo que pensar?-dijo realmente indignada. Y la entendía.-¡Ese imbécil trató de abusar de mi! Y...¿pretendes que me presente a darle el pésame a su padre?-chilló con lágrimas en los ojos.-¡Él cuál te recuerdo que trató de matarme!
-Nena...-La agarré de los brazos sin ejercer presión y busqué su mirada.-Nena, yo sé y te juro que me encargaré de él. Cueste lo que cueste.-Le aseguré. Ella me seguía viendo molesta.-Pero insisten en que eso reafirmaría mi inocencia.
Ella cerró los ojos, suspiró y volvió a verme.-Está bien. Pero no me acercaré a Carlisle.
-Por supuesto.-dije mientras la atraía a mis brazos y dejaba un beso en el tope de su cabeza.-No te pediría eso. Además, la seguridad vendrá con nosotros. Y mi madre estará ahí también.-Ella me miró interrogante.-No permitiré que hagan daño a las mujeres más importantes de mi vida.-le aseguré-Te lo prometo.-Acaricié su rostro.-¿Estás segura de que quieres estar presente en la convocatoria a los medios?-pregunté de nuevo.
-Es lo más indicado.-Suspiró.-Iré a vestirme.-Se separó de mí y subió por las escaleras.
La esperé en la sala un poco inquieto y repasando la declaración que daría. Solo quería acabar con esto de una buena vez. Quería liberar a Rose de todo este foco mediático y escaparnos solo nosotros 2 a algún lado lejos de todo mundo.
-¿Emm?-Rose salió de la habitación bajando las escaleras para llegar hasta a mí.
-¿Qué ocurre, nena?-Tomé sus manos cuando llegó hasta donde yo me encontraba. Estaba preciosa.
-Nada.-suspiró.-Sólo hagámoslo ya. ¿Quieres?
Tras eso tomamos rumbo a la empresa, donde nos esperaban mis asesores y los cargos más altos de la empresa.
-Nena, gracias por acompañarme. No sabes lo que significa para mí.-Tomé su mano y dejé un beso en ella.
-Fuiste tú quién me rescató de ese infierno, Emm.-Acarició mi rostro.-Es lo mínimo que puedo hacer. Demostrarte mi apoyo en todo momento.-Cerré los ojos. La acerqué con cuidado hacia mí y dejé un beso en su cabeza.-Te amo, Rose.-Abrí los ojos y volví a verla.-Te amo.-Repetí. Ella en respuesta me abrazó y yo la estreché contra mi pecho. Nos quedamos un momento así.
-Tú puedes hacerlo, Emm-Me animó al notar mi nerviosismo que había incrementado cuando ví hacía la sala llena que estaba esperándome.
-Buenos días.-saludé al entrar llamando la atención de todo el mundo. Tragué en seco y pensé en todo lo que me jugaba con esto. Pensé en Rose y en todo lo que estábamos construyendo juntos, pronto sería mi mujer y no tenía duda de que era el amor de mi vida. Todos estos horribles acontecimientos nos habían unido más que nunca. Y me había prometido que iba a hacer lo que fuera para protegerla.
Suspiré y traté de relajarme mentalmente. Debía dar una imagen segura y confiada. Tras tomar un trago de agua comencé a hablar.
Expliqué la situación declarando mi inocencia y señalé al verdadero culpable: Royce King. Además, decidí dar el pésame a mi tío públicamente para mostrar unidad en la familia.
Cuando terminé la rueda de prensa busqué a Rose y tomé su mano para salir de ahí. -Lo hiciste muy bien, Emm. Ya tenemos las pruebas que incriminan a Royce. Fue muy oportuno que lo señalaras como culpable.-Comentó mientras íbamos en el auto camino al funeral.
-Lo sé, nena. Esta vez el malnacido no tiene escapatoria.-Fruncí el ceño.-Es cuestión de tiempo que acabemos con él.
-Hay que andar con pies de plomo en esto, Emm.-dijo segura tomando mi mano justo antes de bajar del coche. Ya habíamos llegado al cementerio. Mi mamá fue la primera persona que se acercó a nosotros.
-Oh Rose.-la abrazó.-¿Cómo estás cielo?-dijo preocupada.
-Mejor.-trató de sonreír.-Gracias, Esme.
-Oh.-dijo mientras caminaba junto a ella.-Eres como una hija más para mí, cielo. Puedes contar conmigo.-sobó su espalda como signo de apoyo. Yo sonreí mientras veía la escena. Las dos mujeres más importantes de mi vida iban delante. Pude ver a Carlisle en una esquina. Se le veía desolado, junto a él se encontraba Royce. Bufé. Cuando mi tío se enterase de que él había sido el que había apretado el gatillo ardería Troya.
-¿Qué sucede?-Preguntó Rose.
Y yo hice un gesto con la cabeza. Ambas vieron la escena.
-¡Pero qué rabia!-Exclamó mi madre entre dientes.-Está aquí como si nada.-Hizo referencia al imbécil de Royce.
Noté a Rose tensarse. Rodeé con mi brazo su cuerpo acercándola a mí.-Tranquila mi amor. No volverá a hacerte nada.-Besé su cabeza.
-Lo sé.-dijo suspirando mientras afianzaba su agarre en mí.-Solo.-me miró.-No te separes de mí.
-No lo haré te lo juro.-dije dejando un beso en su cabello.
-Gracia, Emm.-dijo simplemente.
-¡No puedo creerme que tengáis la indecencia de apareceros en el funeral de mi hijo!-Carlisle llegó a nosotros seguido de Royce visiblemente molesto.
Solté a Rose un segundo para sacar de mi chaqueta los reportes policiales que contenían datos sobre las huellas encontradas en el arma.
La seguridad intervino antes de que se acercarán más hacia nosotros.
-Tío.-Dije de mala gana mientras le pasaba el reporte.-No puedo decir que lo lamento. Pero aquí está toda la verdad sobre lo sucedido.
Él me arrebató el sobre de las manos. El imbécil de Royce palideció.
-Carlisle, no tienes por qué creer lo que dicen esos papeles. Él está manipulándote.
Mi tío le hizo caso omiso y bufó molesto mientras revisaba los papeles nerviosos. Hasta que se giró furioso hacia Royce. El imbécil tragó en seco al ver la mirada de Carlisle.
-¡Tú!-rugió furioso señalándolo.-¡Lo hiciste tú!
-Oh venga.-suspiró nervioso.-Carlisle.
-¡Fuera! ¡Vete!
-¡Ella tuvo la culpa!-gritó Royce histérico señalando a Rose. Ella inconscientemente se colocó tras de mí.-¡Por su puta culpa tu hijo está muerto!-siguió acusándola y yo me contuve de estamparle mis puños en su cara porque había presencia de los medios. No me convenía darles más material.
-Si esto resulta ser cierto...-Se giró a verlo.-Juro que te arrepentirás.-Le dijo siniestramente a Royce.
El imbécil salió corriendo. Pero no pudo huir porque el lugar estaba rodeado de policías. Inmediatamente lo capturaron y lo esposaron.
-Si ese maldito piensa que se librará de mi estando en la cárcel... Se equivoca.-Dijo entre dientes Carlisle en tanto se daba la vuelta.
Rose me miró. Estaba asustada y lo entendía.-No dejaré que te pase nada.-susurré en su oído mientras salíamos de ahí escoltados por la seguridad.
-¿Mamá?-la llamé.-¿Te dejamos en casa?-pregunté preocupado.
-Oh.-le restó importancia.-No te preocupes hijo.-sonrió. Después abrazó a Rose.-Yo te aviso en cuanto llegue a casa ¿si?
-Está bien.-suspiré.-Ven aquí, Rose.-pasé mi brazo sobre sus hombros antes de montarnos en el coche rumbo a nuestro apartamento.
Luego cenamos y vimos una película. Rose seguía sin hablar mucho. Más tarde nos fuimos a la cama.
-Nena...-La llamé y ella apartó los ojos un segundo de su laptop.
-Dime.-Volvió a verme.
-¿Tienes mucho trabajo esta semana?
-Tengo un par de casos que están por cerrarse. Quiero tener listo todo antes de la boda.
-Ah es que quería proponerte algo.
Ella se levantó las gafas y yo tomé su mano.-Si te apetecía tomarte una semana y desconectar de todo. Podemos ir adonde tú quieras. -Propuse.-O podemos irnos todo el fin de la semana lejos de la ciudad.-¿Qué dices?
-Verás Emm.-suspiró mordiéndose el labio indecisa.-Me encantaría pero...
-Pero nada, Rose.-dije preocupado.-Necesitas descansar. Has pasado por un shock muy grande nena.-acaricié el dorso de su mano.
-Podemos irnos el fin de semana.-cedió finalmente.-Pero no puedo irme toda la semana, Emm.-se dio de hombros.-Por más que quiera, tengo que dar la cara en la corte esta semana.
-De acuerdo, nena. Como tú desees.
-Ok.-Dejó su laptop en la mesilla así como sus anteojos.-Buenas noches, Emm.-Dijo dejando un beso en mi mejilla antes de acostarse y cubrirse con la sábana. Dándome la espalda.
-Que descanses, nena.- Suspiré y apagué la luz. Me acosté y me quedé viendo el techo por un largo rato. Intentando conciliar el sueño. La verdad es que no podía relajarme aún así Rose estuviera conmigo, el imbécil de Royce estuviera en prisión y Carlisle había esclarecido lo sucedido. No podía bajar la guardia de nuevo.
-¿Rose?-pregunté pasado un rato.
-Mmmmmm.-fue su respuesta.
-¿Estás dormida?-volví a preguntar. Escuché un suspiro de su parte mientras se removía.
-Todavía no.-dijo unos segundos después.
-No puedo dormir nena.-suspiré.
-¿Quieres uno de mis calmantes?-dijo de repente mientras se giraba y se acomodaba en mi pecho.
-No.-dije tras pensármelo.-Déjalo. Descansa nena.-dije tras dejar un beso en su cabeza.
Holaaaa! Nuevo capítulo antes de las Navidades XD Espero que lo disfruten.
Nelita: Hahahaha si, ese ha sido el resumen del capítulo! Me alegra que te haya gustado! Un saludo y espero tu review
Tecupi: ¡Pues ya ves! No ataron muchos cabos :/ No solo Royce anda dando por saco... pero bueno, a ver si Rose&Emm son capaces de salir de esto... ¡Sí, Sam&Leah van poco a poco! A ver que tal se les va dando estar juntos. Sobretodo veremos a la alocada de Leah sentar la cabeza ¿tal vez? Y sí bueno, el culebrón Bella, Edward y Kate no tiene palabras hahaha aunque la rubia ya va sobrando en la ecuación xd
Jupy: Siii, la boda está a la vuelta de la esquina! OMG! Yo creo que Emmett y Rose conseguirán lo que se propongan.
Bueno, ¡Feliz Navidad! Espero que la pasen con sus seres queridos y por favor, cuídense mucho. ¡Nos vemos!
