-Ni los personajes ni la historia me pertenecen en lo absoluto sino que son de la completa autoria de Masashi Kishimoto más la narración y/o pensamientos de nuestros personajes (Sasuke, Sakura y Sarada) son de mi absoluta responsabilidad para la dramatización, sentido y cronologización de la historia :3
A sus trece años no tenía nada de lo que arrepentirse.
Había trabajado incontables veces para poder superar a Itachi y restaurar el pisoteado honor de su Clan, pero sus mejores intentos no habían sido otra cosa que eso: intentos. Inexplicablemente la voluntad de Naruto era mucho más fuerte que la suya, y le permitía al Uzumaki avanzar como Sasuke sentía que no podía hacerlo, sentía estarse estancando en el mismo lugar mientras veía la espalda de Naruto alejarse todavía más.
Luego de haberlo perdido todo—a sus padres, a su Clan y a su hermano que era el responsable de todo—Sasuke se había hecho a la idea de la soledad. Las pesadillas eran constantes, lo malos recuerdos nunca podrían desaparecer, eran la huella dejada por todo lo vivido a los siete años...más pese a todo eso jamás había esperado encontrar afecto y cariño en su equipo. Como Shinobi, sabía que los sentimientos eran el mayor de los problemas y era bueno ocultándolos pero en su corazón…apreciaba mucho a su equipo y eso era lo que más le dolía mientras recorría las solitarias y oscuras calles hacia la salida de la aldea.
Kakashi se había vuelto más que un mentor, más que un maestro, era como una especie de padre para él. Sabía que lo pensaba, podía ser un total vago y pervertido, puede que decenas de cosas más, pero era importante en un punto que Sasuke se atrevía a aceptar, llegando a perder la paciencia pero sabiendo que Kakashi era el único que—en cierto aspecto—podía entender todo lo que había perdido.
Naruto…pues, Naruto era Naruto, sencillamente. Torpe, idiota, con poco sentido de conservación y quizás el Genin o Shinobi que Sasuke hubiera tenido el disgusto de conocer pero…era su mejor amigo. Si, últimamente habían tenido sus muchos enfrentamientos en vista de la aparente superioridad del Uzumaki, pero Sasuke no podía olvidar los buenos momentos vividos con él, los entrenamientos, las discusiones, los golpes, el conseguir ocultar que se burlaba de él ya le resultaba un desafío más que divertido ante las payasadas que el Uzumaki no cesaba de cometer. Pero últimamente esa rivalidad estaba llegando a un punto que le desagradaba demasiado a Sasuke, sentía que volvía a ser el niño de siete años que veía la espalda de su hermano en todo momento, sentía que volvía a ser incapaz de hacer nada y aborrecía la presencia de esa sensación.
Por eso necesitaba irse, debía avanzar, claro que dejarse utilizar por Orochimaru no era de su agrado, y no pensaba hacerlo, pero solo necesitaba saber lo suficiente y entonces haría lo que le placiera hacer. No sería juguete de nadie y eso lo tenía más que claro antes de decidir lo que estaba a nada de hacer. La repentina aparición de alguien, a varios pasos de distancia suyo, lo hizo sorprenderse más no lo demostró. Se trataba de Sakura…
Puede que lo que más lamentase fuera irse y dejar de verla, —claro que no iba admitirlo, pero…-sentía algo por ella, no tenia claro en lo más mínimo que era, pero sentía algo, no era desconfianza, no era recelo, no era odio…era un sentir que despertaba su ira si la veía herida, como había sucedido en el Bosque de la Muerte. Sentía y sabía que debía protegerla, sus propios instintos se lo gritaban cada vez que estaban en una batalla, pero también sabía que ella debía aprender a valerse sola, no podía protegerla para siempre.
La conocía desde hace años. La primera vez en que la había visto había sido antes del asesinato de su Clan a manos de Itachi, siempre en compañía de Ino pero siendo totalmente diferente de la Yamanaka. Los años le habían enseñado una o dos cosas sobre las Kunoichis de su generación: primero, que inexplicablemente se sentían atraídas por él y no tenía ni la más remota idea de porque, y segundo, Sakura era diferente de todas ellas. Recordaba los frustrantes momentos en que Ino lo abrazaba en un intento por sacarle celos a Sakura que, por cierto, jamás actuaba así. Ella reconocía un espacio entre los dos que se valoraba, un silencio que el disfrutaba y del que ella no tenía objeción.
Lo único que Sakura pedía era su presencia, nunca había deseado que él le correspondiera a ese amor que era totalmente sincero de su parte. Recordaba haberla visto y escuchado llorar por él, primero en el País de las Olas y luego en el Bosque de la Muerte, siempre temiendo por él y lo que pudiera pasarle cuando ni siquiera Naruto lo había hecho. Sakura jamás había estado en su contra, lo había aceptado tal y como era, únicamente velando porque fuera feliz. El tiempo como equipo los había hecho cercanos…puede que no tanto para quienes pudieran juzgar desde el exterior, pero Sasuke apreciaba su compañía de una manera extraña e infinita.
Tal vez, si nada de lo que había tenido lugar hubiera sucedido, tal vez si él no tuviera la carga de su Clan sobre sus hombros, tal vez si él pudiera forjar lazos libremente…tal vez podría haber tenido lugar algo entre los dos, un romance o una historia juntos, pero por ahora tal cosa era imposible. Ni siquiera Sasuke sabía cómo ni cuándo pero Sakura se había ganado un lugar importante en su corazón, lo había hecho y por su propio bien era que se marchaba. El recuerdo de saberla en peligro a manos de Gaara seguía latente en su mente, ¿Cómo olvidar que no había podido hacer nada para salvarla?
-Es más de media noche, ¿Qué estás haciendo por aquí?—indagó ocultando su interés.
Sakura, claramente, ya había notado la mochila que él traía en la espalda. No le servía de nada ocultarle su verdad en tales circunstancias, más pese a todo no quería hablar, no podría explicar sus razones a la vez que intentaba evitar que ella lo siguiera. Conocía bien a Sakura y lo persistente que podía ser si se lo proponía.
-Este es el único camino…para salir de la aldea—comentó Sakura sin atreverse a responder la pregunta de Sasuke.
Desde lo sucedido con Orochimaru, el mayor de los temores de Sakura no era sino que las palabras del viperino se cumplieran y evidentemente eso estaba teniendo lugar: Sasuke dejaba la aldea y ella era una inútil que no podía detenerlo. ¿Qué podía hacer, seriamente? No tenía nada que Sasuke quisiera o necesitara para quedarse. Hablando en serio, no había nada que anclara a Sasuke a la aldea…y los recientes enfrentamientos con Naruto, muy subidos de tono, eran una clara muestra de ello.
Naruto había intentado detenerlo, e incluso el propio Kakashi, ¿Qué se supone que ella pudiera hacer?, ¿Qué podría hacer que los demás no hubieran hecho ya?
-Deberías irte a la cama—le indicó Sasuke únicamente, ignorando su presencia.
La pelirosa clavo su mirada inocente en el Uchiha que no hacía sino guardar silencio, no reparando—aparentemente—en ella, y siguiendo con su camino. En cierto modo Sakura se sintió agradecida porque que Sasuke pasara a su lado, pero guardando total silencio al sentir una solitaria lagrima descender por una de sus mejillas. Quería decirle tantas cosas y no podía…
Sasuke pasó junto a Sakura, camuflando perfectamente sus sentimientos. Años de práctica habían rendido sus frutos eficientemente y agradecía aquello porque, de otro modo, no habría conseguido evadir a Sakura y mantenerse sereno por las meras apariencias. Le hubiera encantado decir algo para tranquilizarla, pero su responsabilidad se lo impedía. Era insólito pensar que era, de hecho, esclavo de su propia ambición, pero de hecho era así y era tarde para arrepentirse. Quería creer que—si volvía dentro de unos años—todo seguiría igual: Kakashi sería igual de vago, Naruto igual de idiota y perdedor, y Sakura…quería creer que ella seguiría enamorada de él. Pero era complicado afirmar aquello porque era insólito e inusual que, en años, las cosas no fueran a cambiar, todo siempre estaba en constante cambio y movimiento, eso bien lo sabía él.
Sentía la pesada respiración de Sakura a sus espaldas pese a los pasos que los separaban. No quería ni podía voltear a enfrentarla, si lo hacía cambiaría de parecer y se quedaría…no podía arriesgar a nadie de esa forma.
-¿Por qué Sasuke?—preguntó Sakura en murmulló que él escucho claramente. Dejándose influir por la ira, una ira que nunca era buena consejera, Sakura se giró hacia Sasuke en espera de que este se detuviera y le contestara, pero no fue así, -¿Por qué nunca me dices nada?, ¿Por qué siempre este silencio?—exigió deseando que, al menos, le diera una mísera explicación antes de irse. –Tú jamás compartes nada conmigo…
Hubiera deseado hacerlo.
Confiaba en Sakura ciegamente, podía poner su vida en manos de ella y sabría que ella haría todo lo que fuera necesario, sin dudarlo: porque era inteligente, astuta, leal…pero al mismo tiempo era tremendamente inocente y esto ultimo era lo que había hecho que Sasuke se cautivara de ella más allá de su aparente ternura, su carácter fuerte, estaba un corazón lleno de inocencia e ingenuidad, nobleza y sinceridad, un corazón que no albergaba malos sentimiento hacia nadie, ni siquiera hacia sus enemigos. Hubiera deseado contárselo todo, decirle la carga que llevaba en sus hombros y en su corazón desde hace ya tanto tiempo…pero el miedo lo hacía vulnerable, ella lo hacía vulnerable, su vida que era tan preciada para él y temía que Itachi supiera eso.
-¿Por qué tendría que decirte algo?—la interrumpió Sasuke, apelando a la frialdad e ira en su tono de voz como un método para alejarla. La sintió quedarse inmóvil a su espalda, escuchándolo y esperando a que él hablara, como si aquello fuera suficiente. –No te metas en mis asuntos, no son de tu incumbencia.
Sasuke se había detenido, aun cuando le estuviera dando la espalda y hubieran cierta cantidad de pasos que los separaran, Sakura se consolaba con la idea de que—toda palabra que fuera a emitir, y ya fuera significativa o no—habría de ser escuchada por él. Una triste sonrisa se formó en los labios de la pelirosa, repasando entre sus propios recuerdos. Su relación—si así podía llamarse—con Sasuke, jamás había sido buena en lo absoluto. Desde su primer encuentro él había sido frió y distante con ella, marcando una distancia que Sakura jamás se había atrevido a romper. Los breves instantes en que él estaba a su lado, cuando le hablaba, cuando lo veía tranquilo…todo eso era suficiente para su enamorado e ingenuo corazón, pero no aguantaría dejar de verlo, eso era sencillamente demasiado para ella.
No quería dejarlo ir, quería que le explicara aquello que pasaba por su mente, quería que se quedara, quería entenderlo y ayudarlo a pesar de que él no se lo estaba permitiendo.
-Sé que me odias, desde el principio nunca me has soportado—comentó para sí misma, sin reparar en lo que Sasuke pudiera pensar. En espera de, al menos, una reacción del parte del Uchiha, Sakura levanto la mirada hacia él, -¿Lo recuerdas, cuando nos hicimos Genin y nos asignaron nuestro equipo de tres? Una vez nos quedamos juntos, la primera vez, justo en este lugar—aludió recordando todo al pie de la letra, escuchando como su propia voz se quebraba producto de sus lágrimas. –Fuiste muy grosero conmigo ese día.
Sasuke deseo girar su rostro y enfrentarla, asegurarle que no la odiaba porque ella era la única alma inocente que él había tenido el gusto de conocer, la única luz en su vida cubierta por tinieblas. Recordaba ese fugaz primer momento las palabras precisas de ella, la respuesta que el mismo había dado pero nunca habían tenido el sentido que él había aparentado dar.
-Piénsalo, el hace lo primero que le viene a la mente, pero si tú no tienes padres que te digan que hacer, ¿entonces cómo lo sabrías? Es tan egoísta y berrinchudo, esta tan solo.
Sakura había hablado desde su ingenuidad, desde su ignorancia dando la misma opinión que—cualquiera de su generación—hubiera dado de dientes para afuera sin saber lo que había tenido lugar en la noche, hacía ya tantos años. Sasuke estaba seguro que ella nunca habría hablado así; si hubiera sido consiente de las cosas, pero él mismo no sabía todo lo que había tenido lugar antes de la masacre del Clan Uchiha y si era así, le daba igual. Responderle adecuadamente era lo que más le hubiera gustado hacer, pero no podía por el propio bien de ella.
-No me acuerdo—mintió Sasuke luego de meditar su respuesta y sintiendo el puñal de la culpa en su pecho al sentirla jadear de la sorpresa a su espalda.
No quería mentirle pero debía hacerlo, por su bien.
La respuesta de parte de Sasuke la había decepcionado y entristecido más de lo que ella misma deseaba admitir, pero tampoco era como si eso fuera importante, había tenido lugar hace casi un año, no era tan importante…pero lo era para ella y para su corazón. No dejándose superar, Sakura rió suavemente ante la respuesta, acallando sus propias inquietudes y tormentosos pensamientos.
-Bueno—se rió ella en un afán por ocultar su tristeza y las lágrimas que seguían deslizándose por sus mejillas, -es que fue hace mucho, ¿No?—comento en voz alta para no dejarse llevar por sus propios pensamientos. –Pero, aun así, ese día empezó todo: la historia tuya y mía…y de Naruto, y de Kakashi Sensei.
Escuchando el matiz quebrado de su voz, sabiendo que lloraba a su espalda, aludiendo esos felices momentos pasados, Sasuke se sabía el peor de los seres posibles, odiándose por causarle semejante dolor a la que era la persona más inocente en su vida. Sabía muy bien que, en algún momento, habría de deshacerse de esos recuerdos felices para aguantar todo aquello que fuera puesto en su camino, pero no quería olvidar nada.
-Los cuatro comenzamos con nuestras misiones, fue algo muy duro entonces: cada día era un gran reto, pero más que nada…había mucha diversión—la voz de Sakura se esforzaba por sonar serena pero las lágrimas quebraban sus cuerdas vocales y la hacían respirar agitada. –Se todo lo de tu Clan, Sasuke. En serio—rebeló sin ser capaz de ver la sorpresa que, momentáneamente, cruzo el rostro del Uchiha al escucharla hablar, -pero buscando venganza…no encontraras la felicidad. Compréndelo—intento hacerlo razonar, -ni tú, ni yo…ni nadie.
Solo ciertas personas en Konoha sabían de aquello, ya que muchos de los Genin de su generación eran excluidos de tales temas, pero Sasuke aun así estaba sorprendido de que Sakura tuviera conocimiento de tal suceso y de que ella, en parte, hubiera mantenido la distancia con él por su propia estabilidad emocional. ¿Por qué no decirle todo?, ¿Por qué no hacerle saber sus verdaderas razones para irse y para enfrentar a Itachi? Aunque su corazón lo anhelara, de todas formas no podía hacerlo, nunca se sabía quién estaba escuchando.
Ciertamente él pensaba diferente a lo que ella comentaba, claro, sabía que no se sentiría eufórico ni pleno tras matar a Itachi—era su hermano después de todo—pero esperaba poder garantizar el descanso y la justicia para su Clan y su familia antes de decidirse a empezar de cero, si sobrevivía, claro. Pero su propósito de venganza no podía ser alterado porque llevaba demasiado tiempo con esa idea en la mente y el corazón, años. Ya era demasiado tarde como para desistir.
-Lo sabía—pronuncio en voz alta sabiendo que Sakura le prestaba su total atención, -yo no soy igual a ti. Ya estoy en un sendero en el cual nadie puede seguirme—advirtió dando por zanjado el tema decidido a dejar su pasado atrás para concentrarse en lo que era realmente importante. Su cerebro trabajaba un paso a la vez, deshaciéndose de todo lo demás y concentrándose en lo que él mismo consideraba prioritario, -sé que los cuatro trabajamos juntos, y por un tiempo creí que ese camino podría sustituir el otro…pero al final me he decidido por la venganza: esa siempre ha sido la razón de mi vida—aclaró tanto para Sakura como para sí mismo, determinado a no titubear ni una sola vez. –Yo jamás he sido como tú y como Naruto.
Puede que—más allá de la reciente superioridad—Sasuke tuviera algo más que envidiarle a Naruto, y eso era la ausencia de recuerdos dolorosos que acabaran en dolorosísimas pesadillas, noche tras noche. Naruto compartía la misma soledad que él, la ausencia de sus padres…pero contrario a él, no tenía recuerdos ni momentos con los que cargar y eso lo hacía libre de sus propias culpas.
Sakura a espaldas del Uchiha, negó de manera vehemente ante lo que escuchaba. Claro, nunca podría entender lo suficiente a Sasuke o a Naruto porque ella no tenía una carga que llevar, no tenía que soportar nada a diferencia de ambos y eso era lo que-muchas veces—la hacía sonar tan impulsiva o directa, sin reparar en lo que realmente desease decir.
-No Sasuke, tú no tienes que estar solo—debatió Sakura con esa terquedad que era tanto frustrante como envidiable a los ojos de Sasuke que intentaba buscar una salida, sin girarse a enfrentarla. –Ese día me dijiste lo dolorosa que puede ser la soledad…ahora yo entiendo ese dolor. Tengo una familia y amigos—se expresó Sakura sin reprimir sus lágrimas ni los sollozos que escapan de sus labios, -pero si tu te fueras Sasuke...sería lo mismo para mi…me quedaría tan sola.
Puede que fuera joven, ciertamente, pero había cometido el peor de los errores que un Shinobi podía cometer: traicionarse a sí mismo con sus propios sentimientos. Jamás,-desde que lo había visto por primera vez hacía ya tantos años—jamás había dudado en ser sincera en su actuar…enamorándose completamente, y no se trataba de un amor infantil sino algo de mucho más maduro y sincero. Sus lágrimas eran lo más sincero que hubiera hecho en su vida hasta la fecha porque temía dejar de verlo. Temía no volver a verlo jamás sabiendo quien era Itachi Uchiha.
Sasuke contuvo el suspiro que deseo liberar al escucharla. ¿Por qué se había enamorado de él? Estando Naruto y tantos otros más, ¿Por qué de él?, ¿Qué tenía que ofrecerle? Más allá de lo que todos consideraran pertinentes para una atracción entre ambos, Sasuke ya tenía muy en claro que el amor de Sakura cruzaba lo físico, era un amor devoto hacia él por razones que Sasuke no entendía y que lo torturaba por saberse inmerecedor de tal lazo.
-Este es un nuevo principio, cada uno de nosotros tiene un camino en frente…
Tenía que evadir el deseo de quedarse de la forma que fuera.
Avanzando de manera lenta y pausada, entre sollozos, Sakura mantuvo de todas formas la distancia entre los dos. Ya había admitido, incontables veces, que amaba a Sasuke…hacerlo otra vez y de manera totalmente directa no iba a ser nada menos de lo que ella hubiera estado dispuesta a hacer…era lo único que le quedaba aunque él no fuese a quedarse y aunque no le correspondiera. Ya había disfrutado únicamente de su compañía durante todo ese tiempo, ¿Por qué iba a necesitar ser correspondida? Solo deseaba, de todo corazón, verlo feliz y tranquilo.
-Sasuke, te amo tanto que ya no puedo soportarlo—confesó con la voz totalmente quebrada por las lágrimas, con sus orbes esmeralda cerrados, temiendo ver que ya no estaba o que la observara de manera fría. –Si tú te quedas conmigo, te prometo que no te arrepentirás…cada día será de alegría…yo puedo darte felicidad—prometió con la voz entrecortada. –haré todo por ti Sasuke. Así qué, por favor, ¡Te lo imploro, no te vayas!—suplicó apenas y manteniéndose de pie.
Las antiguas leyendas sobre el amor y un corazón roto por primera vez tenían sentido en su mente, porque sentía que, solo por vivir en la incertidumbre, moriría de tristeza. Sasuke, con más impotencia que nunca en su vida, la escuchaba con el corazón oprimido por sus palabras y sabiendo que, de todas formas, él no podría quedarse ni aceptar lo que ella le pedía. En otras circunstancias quizás…pero no en ese momento ni en la condición bajo la que estaban.
-Hasta te ayudaría con tu venganza, haría lo que fuera por darte felicidad…te lo juró—reconoció Sakura sabiendo muy bien lo que implicaba tal ofrecimiento, más no le importaba, -por favor…quédate conmigo—el silencio de Sasuke era aún peor para ella porque no tenía ni la más mínima idea de que era lo que él estaba pensando, no podía inferir nada ante ese silencio que era entre cómodo e incómodo, —y si no puedes…- tenía que evitar que se fuera…sin importar el precio. Abrió los ojos tras la pesada incertidumbre sabiendo que solo le quedaba una cosa de si por ofrecer. –Llévame contigo entonces.
El Uchiha, pese a darle la espalda, sabía que había llegado el momento de tomar una decisión respecto de Sakura. No podía quedarse en lo absoluto ya que eso haría peligrar a todo su equipo, en especial a ella, no podía llevarla consigo porque eso sería arriesgarla de igual modo o incluso más. Solo le quedaba una cosa por hacer: irse sin voltear atrás ni una sola vez y sabiendo que nadie lo detendría…
Predispuesto a fingir, Sasuke se giró lateralmente a enfrentarla con una sonrisa ladina en su rostro y consiguiendo ocultar su ira al verla llorar por su causa.
-No has cambiado…sigues siendo fastidiosa—crítico Sasuke con autosuficiencia.
Si, tremendamente fastidiosa por meterse en su corazón y hacerlo vulnerable, fastidiosa por intentar llevarlo de vuelta la luz cuando nadie más lo había hecho…y fastidiosa por volverse absolutamente importante para él, por eso era molesta y era fastidiosa…pero era su molestia y eso jamás iba a cambiar. Sabiendo que habría de fingir, tal y como lo estaba haciendo en ese momento, Sasuke se giró y retomo su camino, pero siendo consciente de que ella podría seguirlo al estar consciente y debía hacer algo respecto a eso.
-¡No te vayas!—gritó ella a su espalda tal y como Sasuke predecía que lo haría, -si te vas voy a gritar y...
Siendo ligero y rápido—sin el menor problema—el Uchiha apareció tras la pelirosa que apenas y jadeo sorprendida por su acción…incapaz de girarse pero sabiendo que él estaba tras suyo. Un instante de silencio, acompañado por la brisa nocturna y un par de hojas bailando contra esta, acompañaron el breve momento entre ambos. Sabiendo y eligiendo que este fuera el adiós—tanto definitivo como temporal—Sasuke titubeo una única vez, mordiéndose los labios al desear ser sincero y decirle lo que pensaba realmente, pero considerando pertinente ser más escueto.
-Sakura—pronuncio su nombre de manera lenta, disfrutando de esa sensación por una última vez. –Gracias por todo.
La pelirosa se dejó sobresaltar por las palabras del Uchiha a su espalda, temiendo girarse y enfrentarse a Sasuke como no lo había hecho hasta ese momento, más sus pensamientos se vieron interrumpidos al sentir un seco y directo golpe en su nuca que la hizo adormecer de manera rápida, alcanzando a pronunciar el nombre de quien la había hecho caer en la inconsciencia.
-Sasuke…- murmuro la pelirosa antes de perder el conocimiento.
Sosteniéndola de manera inmediata, Sasuke le impidió caer, observando el ligero ceño fruncido en su rostro, habitualmente sereno y lleno de paz. Cargándola sin el menor esfuerzo, y agradeciendo el lugar en que estaban, Sasuke la tendió sobre la banca, entrelazando una de sus manos con la de ella, brevemente. Tantas cosas que le hubiera gustado decirle, sus motivos, sus aspiraciones, sus verdaderos deseos, sus razones y voluntad para volver algún día o no…pero todo eso debía de ser silenciado por culpa de una responsabilidad a cumplir de su parte. La observo unos breves segundos, intentando memorizar su rostro, si es que volvía a verla otra vez.
Separándose de ella, contra su voluntad, Sasuke siguió su camino y no volvió a mirar atrás.
PD: desde hace ya mucho tiempo quería hacer una historia así y espero poder ser digna de personificar los sentimientos de Sasuke y Sakura como yo creo que fueron :3 gracias a los que vayan a leer o seguir la historia. Intentare ser continua y seguida en esto, lo prometo :3 hasta la próxima
