¿Por qué... me pidió que me fuera?

Pensaba, mientras las jóvenes de la otra universidad, finalizaban su parte de la competencia

- Kagome... - murmuró Ayumi, provocando que la mirara - ¿Qué les sucedió?

- ¿He? ¿Por qué dices eso?

- Tú y Kikyo... tienen la misma expresión... ¿Pasó algo malo?

- Nada... no es nada - desvió la mirada

Las otras chicas, quienes habían entregado sus tarjetas, se posicionaron al lado del equipo

- Van a anunciar a los ganadores - murmuró emocionada, Eri

- No vamos a ganar - respondió Yuca

- Shhhh, no tienes porque ser así

- Chicas - intervino la capitana, mientras ambas daban por finalizados sus murmuros

El presentador anunció el primer lugar. No fueron ellas las ganadoras, sin embargo, quedaron en el segundo puesto, sonriendo y recibiendo sus respectivas medallas, mientras el público las aplaudía. Finalmente, el orador agradeció tanto la participación de los equipos, como la asistencia de familiares y demás, al mismo tiempo en que las chicas dejaban sus arcos y comenzaban a recoger sus cosas

- Les dije que no ganaríamos - se quejó la castaña

- Yuca... tu comentario es muy innecesario - gruñó Ayumi

- Sólo digo la verdad... no tenemos madera para esto

- ¿Estas hablando en serio? - intervino Kagome - ¿Estas diciendo que no somos buenas, sólo porque no ganamos?

- ¿Miento? - colgó su mochila en su hombro

- Yuca - Kikyo le lanzó una fría mirada - Todas estuvimos entrenando muy duro para llegar hasta aquí... hicimos una muy buena competencia, obtuvimos un excelente puntaje, mejor del que pudimos imaginarnos...

- Pero no ganamos

- ¿Sólo el primer lugar va a validar todo nuestro esfuerzo? es decir, para ti, estar en el segundo puesto, es lo mismo que nada, ¿no es así?

- Kikyo... - murmuró Kagome, al observar como la mirada de su compañera, se ensombrecía

- Si vas por la vida con el pensamiento de que, si no ganas todo o no obtienes el primer lugar siempre, tu esfuerzo habrá sido en vano y no habrás aprendido nada en el proceso... la pasaras muy mal, Yuca... lo lamento, pero, tienes que madurar

Comenzó a caminar en dirección a la salida, mientras la morena la seguía y, las demás, se quedaban procesando lo que habían escuchado

- Kikyo, ¿estas bien?

- Si - la miró, sonriendo - ¿Por qué preguntas?

- Bueno... lo que dijiste es muy cierto, pero... no lo sé... es como... si, estuvieras tratando ocultar lo que sientes

- No te preocupes por mi, Kagome... estoy bien

- ¡Hermana! - volteó ante la voz del niño

- Hablamos luego... y, estuviste fantástica - le regaló una última sonrisa, alejándose lentamente

- Kikyo - murmuró

- Es una pena que no ganaran, pero estuvieron estupendas - sonrió el niño

- Gracias Sota - sonrió - Abuelo... ¿sucede algo? - preguntó, al observar que el anciano miraba fijamente a su compañera, mientras se alejaba

- Kagome, ¿Quién es ella?

- ¿Kikyo? - miró hacia la entrada - Es mi compañera de universidad... también la capitana del equipo y...

Abrió ampliamente sus ojos, al encontrarse brevemente con la mujer caminando por el pasillo, en dirección a la salida, mientras la observaba por sobre su hombro

Esa es... Yura...

- Abuelo, Sota, luego los alcanzo, ¿si? - comenzó a correr en dirección a la salida

- ¿Kagome? - la miró confundido - Oye, abuelo... - volteó, encontrándose con la mirada perturbada del anciano

Esa chica llamada Kikyo... no puede ser... ¿será...? no, es imposible

Pensó, mientras escuchaba la voz de su nieto, tratando de llamar su atención

- Permiso, disculpe - repetía mientras esquivaba a las personas, tratando de llegar lo más rápido posible a la salida - Era ella, estoy segura...

¿Qué estaba haciendo aquí? ¿Habrá venido por Inuyasha? Acaso... ¿será por eso que él...?

En ese momento, una mano se interpuso en su camino, provocando que se detuviera de repente

- Kagome, ¿por qué estas corriendo?

- Inuyasha - murmuró, encontrándose con sus orbes dorados, quienes la miraban con preocupación

- ¿Estas bien? - miró hacia la dirección desde donde ella venia - ¿Estas... huyendo de algo?

- ¿Qué? ¿Por qué dices eso? - su expresión reflejaba su confusión - Inuyasha... ¿qué esta sucediendo? Tengo el presentimiento... de que ocultas algo

- Ven - tomó su mano, mientras comenzaba a caminar

- ¿A dónde vamos?

- A la segunda planta

Caminaron entre los pasillos, tomados de la mano, hasta llegar al segundo piso del centro, en donde se encontraba la piscina olímpica, la única actividad que no había tenido competencia el día de hoy

- ¿Por qué vinimos aquí? - ingresaron al lugar, soltándose, mientras él se adelantaba

- Para estar mas tranquilos - dejó las cosas a un lado, sentándose al lado de la piscina

Ella lo siguió, realizando el mismo proceso con sus pertenencias, sentándose al frente del joven, notando una expresión seria en su rostro

- ¿Qué sucede, Inuyasha? - preguntó, luego de unos minutos de silencio

- ¿Por qué estabas corriendo?

- Porque... vi a tu ex... - desvió la mirada - Estaba... caminando directo a la salida - pudo notar como el joven apretó los puños sobre sus rodillas

- ¿Ella te vio?

- Si... lo hizo, mientras la perdía de vista

- Esa maldita perra... - gruñó

- Inuyasha... - sus ojos volvieron a encontrarse - ¿Fue por ella... que me alejaste de la competencia? Tú... ¿querías estar con ella?

- ¿Qué? - se sorprendió - ¡¿Pero que cosas estas diciendo?! ¡Te pedí que salieras, para protegerte!

- ¿Protegerme? - susurró

Él suspiró, pasando su mano por su rostro, debatiéndose internamente sobre como pronunciar aquellas palabras

- Escucha... cuando llegué a mi salón, para competir, el idiota de Koga se me acercó... me dijo... me dijo que me alejara de ti... porque, al parecer estar a mi lado, pone en riesgo tu seguridad

- ¿Qué?

- Al principio pensé que sólo trataba de distraerme, pero... luego vi a Yura en las gradas... estaba vestida con una peluca rubia y unos lentes, tratando de ocultar su identidad

¿Peluca rubia y lentes? Pero... cuando yo la vi... no tenia nada de eso

- En ese momento, las palabras de Koga tuvieron sentido... el imbécil me estaba advirtiendo, además... al parecer, escuchó una charla entre Yura y su chofer, lo que lo preocupo...

- Pero... ¿por qué hablarían de mi?

- No lo sé - desvió la mirada

Pero... si, de alguna manera, Bankotsu está involucrado, entonces... será algo más serio que una ex novia celosa...

- Kagome... ¿qué piensas? ¿Crees... que lo mejor seria... alejarte de mi?

- ¿He? - se sorprendió - ¿Alejarme de ti sólo porque esa mujer vino aquí? - sonrió - Inuyasha...

- Yo... no quiero que esa mujer, se entrometa en tu vida, ni que piense en... hacerte daño

- Oye... - se acercó, tomando sus manos - No sucederá nada, puedes estar tranquilo... no me apartaré de tu lado... mucho menos por ella

Kagome... puedes estar tranquila... no dejaré... que nada malo te pase

Pensó, acarició suavemente sus manos, sin dejar de sonreír

- Dime... ¿sabes nadar?

Ella miró la piscina

- Bueno... si, ¿por qué pregunt...? - antes de que pudiese culminar a frase, los brazos del peliplata la rodearon, elevándola - ¡¿Qué estas haciendo?!

Saltó al interior de la piscina, soltando a la joven al entrar en contacto con la cristalina agua. La morena abrió sus ojos, volteando lentamente, buscando a su compañero, quien la miraba sonriendo. Él se acercó, tomándola en sus brazos, y acercando levemente su rostro, sin embargo, la falta de aire estaba causando estragos, por lo que emergieron a la superficie

- ¿Estas molesta? - dio una bocanada de aire

- Bueno... no me agradó mucho la idea, pero... no puedo molestarme... si me miras de esa manera

Él sonrió, jalándola nuevamente hacia el fondo, en donde finalizó con sus piernas enredadas en su cintura, mientras sus rostros se acercaban, besándose sutilmente

Antes de que el aire los abandonara por completo, nadaron hacia una de las esquinas, en donde emergieron nuevamente, él contra el borde de la piscina y ella al frente

- El agua esta hermosa - pronunció ella

- No más hermosa que tú - murmuró, mirándola fijamente

Ella lo abrazó, apoyando su cabeza en su pecho, mientras cerraba sus ojos

Es increíble... como todos mis problemas parecen desaparecer... sólo cuando ella está a mi lado

- ¿Tienes frio? - le preguntó, al sentir como la piel de sus brazos parecía erizarse

- Un poco - respondió ella, en un tono bajo

En ese momento, el la tomó por los muslos, al mismo tiempo en que, de un salto, se sentó al borde de la piscina, con la joven sobre su regazo

- ¿Mejor? - sonrió, al verla sonrojada

- Bu... bueno, eso creo

- ¿Sucede algo? - ella no tragó saliva - Pareces... nerviosa

Sin responder, pasó la mirada por su torso, el cual se había marcado notablemente, debido a su remera empapada. Él hizo lo mismo, pasando sus orbes dorados por su rostro, sus pechos, su cintura y, finalizando en su vientre, sonrojándose ante aquella sensual imagen

- Al parecer... no soy la única nerviosa

- Feh... - se elevó, rozando su nariz con la de ella - ¿No desviaras tu rostro?

- Haz la prueba...

Unieron sus labios en un beso que fue apasionado desde el comienzo. Ella aferró sus brazos a su cuello, mientras él lo hacia en su cintura. Pudo notar como su miembro se elevaba sutilmente, al sentir el peso de la joven sobre él. Se apartaron, mirando sus ojos nuevamente, notando el dejo de deseo que se formaba en ellos

- ¿Estas bien? - murmuró él

- Si - respondió en el mismo tono - ¿Y tú?

Las yemas de sus dedos comenzaron a trazar un suave camino por el contorno del cuerpo de ella, sintiendo como su piel volvía a erizarse ante aquel contacto. Se detuvo sobre sus piernas, apretando levemente sus muslos

- ¿Eso responde tu pregunta? - murmuró

Ella tomó una de sus manos, colocándola sobre de su pecho, lo cual sorprendió ampliamente al joven, aumentando el color de sus mejillas. Se acercó, besando suavemente sus labios, al mismo tiempo en que estos volvían a danzar en un baile que, poco a poco, iba aumentando su intensidad. Él desvió sus labios a su cuello, besándolo lenta y profundamente, intentando no masajear el pecho que aun sostenía. Un gemido salió de la boca de su compañera, el cual fue suficiente para que su entrepierna creciera aún más

Ella, por su parte, comenzó a moverse lentamente sobre él, provocando que este, enterrara sus manos en su espalda, acariciándola de arriba a abajo

- Kagome - gruñó contra su cuello - No... podemos...

- ¿Me deseas? - murmuró en su oído

- Como un loco - respondió en el mismo tono

- Hazme... tuya - realizó un vaivén lento, emitiendo un suspiro

Maldición

Gruñó, cerrando sus ojos, al mismo tiempo en que colocaba sus manos en el limite de la cintura y la cadera de la joven, apretándola sutilmente. De repente y, sin previo aviso, se impulsó al agua, soltándola mientras ambos se zambullían nuevamente

- ¿Por qué hiciste eso? - emergió, tosiendo

- Porque iba a follarte aquí mismo - nadó, acercándose - ¿Eso quieres?

- Bu... bueno, creo...

Literalmente, acabo de decirle que me hiciera suya, pero, ahora no puedo repetirlo sin sentir que moriré de la vergüenza

- Tranquila - sonrió - Yo también me odio por esto, pero créeme... que valdrá la pena

Sonrió, encontrándole el lado tierno a aquellas palabras y es que, después de todo, el hecho de que él no se abalanzara sobre ella o la presionara, le daba la pauta de que había algo más que el simple hecho de tener sexo

- Debemos irnos - pronunció ella, nadando hacia la pequeña escalera - O alguien puede venir

- Oye - volteó, mientras él la observaba con medio cuerpo en el agua - Eres hermosa

- Inuyasha - sonrió, desviando su mirada mientras se sonrojaba, esta vez, de dulzura


Extra: Viejos conocidos

Esa mujer está aquí... al parecer si hay algo más entre Inuyasha y ella

Releyó el mensaje de Yura por tercera vez, al mismo tiempo en que se reclinaba en su silla, terminando de fumar su cigarrillo

- De acuerdo... sólo es cuestión de tiempo - sonrió - Salvo que... por supuesto, Sesshomaru tome la decisión correcta

En ese momento, el teléfono de la oficina interrumpió sus pensamientos, obligándolo a atender

- Pequeña Rin, ¿qué sucede?

- El señor Magatsuhi está afuera

- Oh... mi gran amigo, ¿qué esperas? Hazlo pasar

- De acuerdo

Segundos después, el hombre ingresó, sonriendo y, con su cigarrillo en la boca

- Bankotsu - pronunció con su voz ronca - Ha pasado tiempo

- Mi viejo y querido Magatsuhi - se puso de pie, estrechándole la mano - ¿Qué ha sido de ti?

- No es necesario que preguntes... tú lo sabes bien

El hombre, el cual ya estaba entrado en años, mantenía un aspecto elegante y sofisticado, a pesar de su cabello ya canoso, el cual besaba sus hombros, y las marcas en su rostro, producto de una pelea de su época juvenil

- Tienes razón... siempre sabemos todo de nuestros clientes... y dime, ¿qué te trae por aquí?

- Bueno... ya sabes, me perdí de tu fiesta por el trabajo, sin embargo, mi hija estuvo ahí...

- Oh si, déjeme decirle, que su hija se veía muy hermosa esa noche, es una pena que haya asistido con el hermano de Sesshomaru

- Al menos se mantuvo en el linaje de un apellido prestigioso - le dio la última bocanada a su cigarro - Sin embargo... me comentaron, que termino la noche con otra persona...

- Lamento decepcionarlo, pero no tengo esa información

- No te pregunte eso, querido amigo - se sentó, sin ser invitado - Sólo... quiero saber, si llegó a enterarse de mi relación contigo

- Nadie relacionado a su mundo, asistió a mi fiesta, al menos no alguien a quien ella conociera

- Me parece bien... Kikyo es una chica solitaria y de buen corazón - suspiró - Demasiado para mi gusto, sin embargo, desearía que... se mantuviera alejada de "este mundo"

- Bien, tendré esa información en mi mente entonces

- De acuerdo - sonrió - ¿Por qué no le pides a esa niña que nos traiga un café? Quisiera... discutir, nuestro "asunto"

- ¿Hay algo que le preocupe? - arqueó una ceja

- Bueno... mi hija está trabajando en un hospital... no es precisamente, el lugar en el que me convenga que esté

- Puedo oler... una brisa de "miedo" en sus palabras

- ¿Miedo? - rio - Magatsuhi no conoce el miedo, Bankotsu... pero tú lo conocerás, si ese asunto sale a la luz

El moreno sonrió, tomando el teléfono para llamar a Rin

- ¿Quiere su café simple o doble?